Tantei wa mou, Shindeiru (NL)

Volumen 5

Capitulo 1: La Aventura Que Comenzó De Nuevo Después De Un Año

Parte 4

La Verdad Hasta Ese Día, El Último Deseo

“Ha pasado una semana, Mia.”

Una vez que llegué a mi destino, solté un suspiro de alivio porque la persona que estaba buscando estaba allí como estaba planeado.

“Realmente eres bastante prudente al solicitar una reunión repentina, ¿no es así?”

Sacudiendo su cabello azulado con su mano derecha, Mia Whitlock me dio una mirada superficial. Estaba vestida con su atuendo habitual de sacerdotisa para cumplir con sus deberes.

“Pensé haber dicho que me comunicaría con usted si hay algún progreso”.

Sí, le había hecho una solicitud por separado a Mia, además del caso de Natsunagi, para observar la próxima crisis mundial… en particular, era para observar la aparición de la [Semilla Primordial]. Sabía que no era exactamente el momento más apropiado, pero puse mi fe en Mia, creyendo que ella me guiaría hasta donde está Saikawa.

“Lo siento, hay un ligero cambio en la situación”. Me paré a varios metros de Mia y la enfrenté.

Detrás de ella, puedo ver la capital de Japón muy, muy lejos.

Estamos en la plataforma de observación de la torre de radio más alta de Japón; tal como lo hizo en la torre del reloj de Londres, Mia Whitlock había asumido el papel de sacerdotisa aquí, donde podía ver toda la ciudad.

“… ¿Estás solo?”

Mia me preguntó, mirando por encima de la pared de vidrio hacia la puesta de sol.

Solo somos Mia y yo aquí en esta galería y nadie más a la vista… en otras palabras.

“Siesta no está aquí ahora mismo.”

Dije, y el hombro de Mia se sacudió un poco.

No necesité comprobarlo para darme cuenta del objetivo principal de Mia al venir a Japón.

“Hubo un pequeño incidente en el camino hacia aquí, así que Siesta lo está manejando ahora”.

“Lo mismo de siempre, ya veo.”

Mia dio un pequeño suspiro y se volvió hacia mí de nuevo. “¿Entonces? ¿Qué estás haciendo realmente aquí?”

La mirada de glicina de Mia me atravesó. De ahora en adelante, ella no permitiría ningún engaño. Sin embargo, no era algo en lo que estuviera confiando.

“Sí, solo quería asegurarme.” Respiré hondo y le pregunté a Mia.

“Siesta fue devuelta a la vida por el corazón de Natsunagi, ¿no es así?”

Ese era el entendimiento común al que Siesta y yo habíamos llegado sin hablarnos. Hace un año, Siesta había perdido su corazón y su vida, pero su cuerpo se conservaba en un estado criogénico y seguía existiendo en un estado de animación suspendida. Por lo tanto, se requiere una pieza necesaria para devolverle la vida a Siesta: el corazón.

Debido al poder de la [semilla], la conciencia de Siesta permaneció en su corazón. En otras palabras, mientras ese corazón pudiera regresar a su cuerpo… su cuerpo físico y su espíritu podrían reunirse una vez más, y ella sería revivida. Esa es una historia simple.

Pero hay un gran problema con eso, demasiado grande de hecho. El corazón de Siesta estaba enterrado en el cuerpo de Nagisa Natsunagi. En el pasado, Natsunagi (Hel) había dañado su propio corazón cuando luchó contra Siesta y luego atacó a personas al azar en las calles de Londres en un intento de encontrar un reemplazo. Al final, fue el corazón de Siesta el que finalmente cumplió con los requisitos. Por lo tanto, si volviera a perder ese corazón, Natsunagi…

“Sí.”

Mia me miró sin cambiar de expresión.

“Nagisa Natsunagi se dio cuenta de esa posibilidad y me lo dijo. Me dijo: ‘Si muero… este corazón puede ser devuelto a su dueño, entonces la [detective famosa] revivirá, ¿verdad?”

—Como era de esperar, Natsunagi se resolvió a sí misma en ese momento. Decidió que su muerte devolvería la vida a Siesta.

Por eso, hace una semana en Londres, Natsunagi me lo había prometido.

“Recuperaré a Siesta, cueste lo que cueste”.

No importa lo que hiciera falta, incluso si le costaba la vida. “… Mia, ¿no intentaste detenerla?”

Pregunté mientras sentía mis uñas clavarse en mis palmas. “Lo hice.”

“! ¡Entonces por qué…!”

“¡Porque!”

El grito de Mia resonó en el observatorio. “¡De eso se trata cambiar el futuro!”

Estaba más enojada que nunca, sus hombros temblaban furiosamente mientras lloraba más. Ella rompió a llorar de rabia hacia mí, o quizás hacia ella misma.

“¡No importa cuán dolorosa sea la elección, si realmente tienes un deseo que quieres cumplir, nosotros…!”

…Sí es cierto. Eso es lo que le pedí a Mia. Juntos, podríamos recuperar a Siesta, y le pedí que encontrara una nueva ruta futura. Este fue el resultado.

Hace un año, Siesta murió y Natsunagi sobrevivió gracias a su corazón. Y ahora, Natsunagi está muerto y el corazón revivió a Siesta.

Este fue el único final de la Ruta X que podría cumplir el milagro que esperaba.

“Yo la obligué a hacerlo, ¿no?”

Me refería a Mia y Natsunagi. No puedo culparlos.

“No importa lo que sacrifiques, no importa el costo, no dejes de intentar hacer realidad tu deseo”.

Recordé las últimas palabras que me dijo Murciélago. Pensé que estaba listo para esto todo el tiempo.

Estaba tan preparado para hacer esto que consumí la [semilla], en otras palabras, entregué mi cuerpo.

Incluso si la [semilla] tomara una parte del cuerpo o parte de mi vida, estaba dispuesta a hacerlo siempre que pudiera devolverle la vida a Siesta.

…Pero no pensé en la posibilidad de que Natsunagi estuviera pensando lo mismo. No me di cuenta de lo mucho que Natsunagi quería recuperar a Siesta y de que no era solo yo.

Sí, Natsunagi y Siesta ya se habían conocido seis años antes que yo. Sus recuerdos fueron robados por SEED. Se encontraron como enemigos y finalmente se separaron por la muerte.

Pero ese duelo se debió a la devoción de Siesta por Natsunagi, quien usó su propio corazón para cumplir el deseo de Natsunagi de vivir de nuevo, de asistir a la escuela. Entonces, ahora que Natsunagi había recuperado su memoria y conocía toda la historia, no era antinatural para ella tratar de salvar a Siesta, incluso a costa de su propia vida.

“Nagisa sonrió aliviada.”

Dijo Mia, secándose las lágrimas una y otra vez.

“Por supuesto, ella nunca pensó en morir al principio, pero… aun así, finalmente cumplió con su deber como detective, y pudo pagar la deuda contigo y Senpai.”

“¡…!”

Eso es un error. Natsunagi no fue quien no me devolvió el favor, fui yo. “Le pregunté a Nagisa, ‘¿No tienes miedo? ¿Está bien?’ Y luego ella dijo:”

Mia miró a lo lejos…

“Dijo que solo estaba devolviendo lo que debía. Dijo que esta es la ruta correcta”.

Eso fue lo que dijo Nagisa, recordó Mia, describiendo lo que sucedió detrás de escena ese día.

“Eso no puede ser, ese no es el futuro que quería…”

“Sí. Yo tampoco pensé que estuviera bien. Se suponía que no debía pensar eso”.

Mia murmuró mientras miraba más allá de la ventana de vidrio del observatorio bajo la puesta de sol.

“No es la elección correcta. Al menos, supe de inmediato que ese futuro no era el que tú, Kimihiko Kimizuka, querías. Después de todo lo que hiciste para persuadirme, después de todas mis emociones te conmoviste, después de toda la ayuda que diste… si este era el resultado, sentí que no podía quejarme incluso si me golpeabas”.

“Aun así”, continuó Mia.

“No puedo negar el… entusiasmo de Nagisa Natsunagi por esa elección.” Una sola lágrima corrió por el rostro de Mia.

Me preguntaba si Mia lloraba así cuando no pudo detener la apuesta de Siesta hace un año y medio.

“Por eso no puedo reunirme con Senpai. Traicioné sus deseos y traté de poner el celo de Nagisa Natsunagi en primer lugar. Por eso—”

“Eso no es cierto.”

En ese momento, la voz de una tercera persona resonó a través de la plataforma de observación, ni la mía ni la de Mia. Mia se dio la vuelta, como arrastrada por la voz que rasgaba el aire, y miró a mi lado.

“Ha pasado un tiempo, Mia.”

Fue el primer reencuentro después de un año entre la Sacerdotisa y la Detective, dos aliadas de la justicia.