Isekai Ryouridou (NL)

Volumen 13

Capitulo 2: Intenciones Giratorias

Parte 1

Cyclaeus y Ciluel habían sido arrestados como criminales, pero eso no significaba que todo estuviera arreglado.

Los siguientes días pasaron de manera constante mientras observaba con una especie de silencioso asombro. Al final del tercer día después, finalmente comenzó a asimilar que toda la conmoción finalmente había terminado. Pero en realidad, las cosas no se harían y desempolvarían hasta que esos nobles malvados fueran juzgados adecuadamente en un juicio.

Sin embargo, el juicio por sus crímenes no pudo llevarse a cabo en solo tres días. Por lo que me dijeron, tomaría un poco de preparación ya que estaban manejando nobles, y había una complicación urgente adicional que requería retrasos además de eso: Cyclaeus se había derrumbado por una enfermedad. Y también había sucedido justo frente a nuestros ojos.

El día de la reunión, después de que Jeeda retirara su espada, los guardias ducales se habían movido para arrestar a Cyclaeus, pero el hombre ya había perdido el conocimiento.

Los médicos fueron convocados inmediatamente desde el castillo y su diagnóstico fue que la enfermedad de Cyclaeus había llegado a un estado crítico. Por lo que nos dijeron, había recibido un golpe tan mental que había perdido la fuerza necesaria para luchar contra él.

Si lo movían descuidadamente, su vida podría correr peligro. Y si moría antes del juicio, sería muy difícil enjuiciar adecuadamente a Ciluel por sus crímenes. Y así, se decidió que Cyclaeus recuperaría la salud en su propia mansión, donde lo mantendrían bajo vigilancia.

“Independientemente, todos sus derechos como Conde Turan han sido suspendidos, y los guardias ducales lo mantienen bajo estricta vigilancia para que no pueda tener ningún contacto externo. Ya no hay necesidad de preocuparse “, nos informó Kamyua Yoshu el día después de la reunión, sus palabras fueron para el Duque Genos. Aparentemente, el plan era que los médicos lo seguirían tratando y luego lo trasladarían al castillo una vez que su enfermedad se estabilizara.

Y había otro asunto que debía discutirse también: cómo se manejarían a Bartha y Jeeda.

Bartha era un remanente de un grupo de bandidos, mientras que Jeeda había puesto un pie en la ciudad del castillo sin un pase, así que seguro que ambos fueron trasladados al castillo de Genos.

Por supuesto, Bartha también fue un testigo importante, por lo que parte del motivo fue protegerla. En resumen, su juicio se llevaría a cabo después de que Cyclaeus y Ciluel fueran juzgados.

Pero Bartha se había resuelto desde el principio, por lo que parecía perfectamente tranquila mientras seguía las instrucciones de los guardias ducales.

El verdadero problema era Jeeda.

Incluso después de que el duque Marstein Genos apareció y declaró el fin de toda la conmoción, Jeeda no quitó su espada de la garganta de Cyclaeus.

“¡Si envío las cabezas de estos criminales volando aquí y ahora, no habrá necesidad de un juicio!” Jeeda había gritado.

Y debió haber pensado que podría huir con su madre para salvar su vida también. Pude ver esa resolución trágica pero valiente en él, y simplemente no pude encontrar las palabras para responder. En cuanto a Bartha, ella solo dijo: “No digas tonterías como esas”, mientras miraba con tristeza la espalda de su hijo.

“Estoy perdido…”, comentó Marstein mientras se acariciaba el bigote. Melfried había aceptado una espada de un subordinado, y ahora sus ojos grises tenían una mirada gélida en ellos. Empezaba a parecer que Jeeda o Cyclaeus no saldrían vivos de allí, pero entonces la voz solemne de Donda Ruu llenó la habitación.

“Jeeda… Ese es tu nombre, ¿verdad, cazador de Masara?” ¿Tiene la intención de pisotear la resolución de su madre?

“¡Cállate! ¡Esto no tiene nada que ver con ustedes, gente del borde del bosque!”

“Eso no es cierto. Esta cazadora de Masara, Bartha, tenía una voluntad firme y la resolución de derrotar a nuestro enemigo compartido junto a nosotros”, declaró Donda Ruu mientras miraba a la pequeña figura con su espada presionada contra la garganta de Cyclaeus.

Ese líder del clan seguramente habría podido quitarle el arma al chico por la fuerza, pero en cambio siguió hablando.

“Cortar a alguien, independientemente de la ley, solo porque es más conveniente… Sabes que tu propia madre arriesgó su vida para exponer a hombres desvergonzados así, ¿no?”

“¡Eso es…!”

“Y tú eres quien la puso en esa situación, Jeeda de Masara”. Entonces no se veía ninguna expresión en el rostro de Donda Ruu, pero había una luz intensa brillando en sus ojos azules. “Si no te hubieras obsesionado con la venganza y te hubieras dejado al lado de tu madre, Bartha de Masara no habría elegido este camino. Después de todo, ella lo eligió para que no seas un criminal y para compensar haber plantado las semillas de la venganza en su propio hijo”.

Debajo de su capa de cazador, la espalda de Jeeda había comenzado a temblar ferozmente.

“Al poner su vida en peligro para dar testimonio contra estos criminales, podría evitar que tu espada se empapara de sangre. Ella arriesgó su propia vida no por venganza, sino por el bien de tu futuro. ¿Y tienes la intención de pisotear su resolución y manchar tu espada con sangrienta venganza?”

Ante eso, Jeeda finalmente soltó su arma.

Desde ese momento hasta que los guardias ducales lo arrestaron y lo sacaron de la habitación, simplemente siguió agachando la cabeza, así que hasta el final no pude ver qué tipo de expresión tenía en su rostro juvenil.

“Bueno, se coló en la mansión de un noble y clavó una cuchilla contra la garganta de su dueño, por lo que normalmente sería ejecutado con seguridad, pero hay circunstancias a  tener  en cuenta aquí. Afortunadamente, el Duque Genos no es tan inflexible como su hijo, así que espero que muestre piedad”.

Debo haber estado poniendo una cara bastante patética, ya que Kamyua Yoshu susurró eso en mi oído cuando se llevaron a Jeeda.

Y hubo otra persona que fue arrestada y puesta bajo custodia: Zuuro Suun.

Una vez que Cyclaeus, Ciluel, Jeeda y Bartha fueran retirados por los guardias ducales, pensé que eso arreglaría las cosas por el momento. Pero entonces, Zuuro Suun de repente se arrojó a los pies de Marstein.

“Oh señor de Genos… yo también soy un criminal que violó las leyes de Genos y el borde del bosque, así que ¿no puedo entregarme también a ti…?”

La gente presente en el borde del bosque había observado con sensatez las cosas mientras Marstein tomaba el mando, pero esto hizo que estallaran en una conmoción. En particular, Gulaf Zaza dio un paso adelante, ambos ojos brillando de rabia.

“¿Qué estás diciendo ahora, bastardo? No puede ser… ¿Has perdido las agallas para enfrentar nuestro castigo previsto para ti?”

“No tengo miedo de que mi alma regrese al bosque en este momento… Pero creo que si las leyes de Genos buscan juzgarme como un criminal, entonces así es como debería ser tratado…” Zuuro Suun con indiferencia respondió mientras se humillaba a los pies de Marstein. “La gente del pueblo sabe que nosotros, la gente del borde del bosque … No, los miembros del clan Suun estamos protegidos por los nobles en el castillo … Aun así, por lo que escuché, sus sospechas y enojo se calmaron parcialmente cuando el juicio fue pasó a Zattsu y Tei Suun … En ese caso, si las leyes de Genos me juzgan adecuadamente como el último gran criminal que queda, entonces tanto el señor de esta tierra como la gente del borde del bosque deberían poder recuperar su honor juntos. ¿No es eso posible…?”

“Pero…”

“Además… si se me juzga justamente por mis delitos, entonces se sabrá que los que quedaron atrás… los antiguos miembros de mi familia no son delincuentes, y que fueron indultados con justicia de acuerdo con las leyes de Genos…”

“Hmm…” murmuró Marstein mientras apartaba su largo flequillo. Luego, sus sabios ojos marrones se volvieron hacia el anciano sentado en la esquina de la habitación.

“Oficial legal Zylus, de acuerdo con las leyes de Genos, ¿qué tipo de castigo cree que enfrentaría este hombre Zuuro Suun por sus crímenes? Le estoy pidiendo su opinión personal en lugar de cualquier tipo de decisión oficial”.

“Sí, bueno… Para empezar, la ley de que los frutos de Morga no deben ser saqueados fue hecha específicamente para la gente del borde del bosque, y nunca ha sido objeto de adjudicación oficial. Sin embargo … Teniendo en cuenta que ocurrió en el transcurso de más de diez años e involucró a decenas de familiares, así como un descuido de su deber de caza, la orden de hacerlo podría verse como un claro acto de rebelión contra Genos … mi humilde opinión, merecería una pena más pesada que la muerte, diez años de servidumbre penal”.

“Ya veo. Diez años de servidumbre penal, ¿verdad?” Marstein repitió con un gran asentimiento y luego miró la espalda redondeada de Zuuro Suun. “La servidumbre penal es el castigo más duro que existe en Genos, y es mucho más intenso que el trabajo penitenciario estándar. Prácticamente nadie sobrevive más de cinco años, por lo que está reservado para criminales para quienes incluso la ejecución es un castigo demasiado leve. Eso es lo que se le dará. Con eso en mente, ¿no sería un final mucho más fácil si tus compañeros del borde del bosque te tomaran la cabeza?”

“Diez años… ¿En solo diez años, mis crímenes serán perdonados…?”

“Sí. Diez años de servidumbre penal, más dura y desesperada que la que enfrentan incluso los esclavos. Por lo que puedo recordar, nadie ha durado diez años completos desde que se fundó Genos”.

“Esperanza… tengo esperanza… Si puedo volver a llamarme una persona del borde del  bosque después de diez años, entonces, ¿qué mayor esperanza podría haber…?” Zuuro Suun respondió con voz temblorosa, y luego se volvió hacia nosotros.

Parecía carecer de la fuerza necesaria para cambiar su rostro hundido a una expresión adecuada, pero parecía que ahora las lágrimas brotaban un poco de sus ojillos.

Yamiru Lea, Oura, Tsuvai, Diga, Doddo y Mida… Esos seis ex miembros de su familia se limitaron a mirarlo en silencio.

“No sé si seré capaz de soportar diez años de sufrimiento para expiar los diez años de haber llevado a mi pueblo por el camino equivocado… Pero si dentro de diez años todavía vivo y regreso al asentamiento… quisiera confiar una vez más mi destino a mis camaradas en el borde del bosque…”

“Cuando llegue ese momento, juzgaré tus crímenes con mis propios ojos”, respondió Gulaf Zaza en tono firme.

Nadie planteó objeciones, por lo que los guardias ducales también se llevaron a Zuuro Suun.

Con eso, la conmoción finalmente llegó a su fin.

El duque Marstein Genos nos había hecho una firme promesa de que Cyclaeus y Ciluel serían juzgados con justicia. No importa cuál de ellos fuera el principal infractor, el peso de sus crímenes sería igualmente pesado. Serían ejecutados o se enfrentarían a un confinamiento de por vida, pero de cualquier manera, nunca volverían a ser libres para actuar.

“Había confiado en las habilidades del Conde Turan y le había otorgado el papel de mediar en los asuntos con la gente del borde del bosque. Ahora que se ha demostrado que el mando fue un error, es mi responsabilidad comprometerme a borrar esa vergüenza… Hasta que se determine un nuevo mediador, tengo la intención de asumir personalmente el papel de forjar vínculos con la gente del borde del bosque.”, dijo Marstein, manteniendo una sonrisa alegre en todo momento. “Incluso ahora, la gente del borde del bosque juega un papel insustituible en el apoyo a la prosperidad de Genos, y son nuestros preciados camaradas. Juro que no escatimaré esfuerzos para aclarar cualquier malentendido y discordia entre mi gente”.

Era la primera vez que conocíamos a Marstein y era difícil decir cuánto podíamos confiar en él. Pero si no pudiéramos confiar en él, entonces la gente del borde del bosque ya no tendría un lugar aquí en Genos.

En cualquier caso, los principales jefes de clan del borde del bosque anunciaron que hasta que la enfermedad de Cyclaeus se estabilizara y comenzara su juicio, deseaban seguir viviendo como habían sido.

Y luego, estábamos nosotros.

Incluso si nos dijeron que siguiéramos viviendo como habíamos estado, había una complicación que se interponía en el camino. Y ese era el hecho de que el Duque Genos nos había dicho: “Por favor, continúen manteniendo la guardia alta”.

Pero, ¿exactamente contra qué se suponía que debíamos estar en guardia?

Al parecer, la respuesta fue el ejército privado empleado por Cyclaeus y Ciluel.

Ambos habían sido arrestados y, a su vez, toda su autoridad fue suspendida. La unidad de guardia asignada a la casa de Turan fue disuelta temporalmente y se estaba investigando si estaban involucrados o no en los incidentes ocurridos, mientras se reformaba la milicia bajo un nuevo comandante. En este punto, sería imposible para esos nobles malvados usar a esos soldados como peones.

Pero Cyclaeus y Ciluel también emplearon un ejército privado de soldados para realizar tareas en secreto en las sombras. Por ejemplo, tareas como vestirse como gente del borde del bosque y asaltar plantaciones.

Incluso si era una orden de su señor, era ciertamente difícil imaginar a la milicia o los sirvientes de la casa Turan manchándose las manos con actos tan descaradamente criminales.

Y así, la suposición era que mantenían un grupo secreto de rufianes atados para manejar tales tareas que iban en contra de las leyes de Genos.

El que llegó a esa conclusión no fue otro que Kamyua Yoshu. Cuando Zattsu Suun cayó presa de una enfermedad hace diez años, Cyclaeus y Ciluel habrían necesitado algunos peones nuevos para ocupar su lugar… Kamyua Yoshu había entregado ese informe increíblemente inquietante tanto a los principales jefes de clan del borde del bosque como al señor de Genos.

Sin embargo, deben ser mejores para esconderse que Zattsu Suun, ya que parece que no puedo tener una pista sobre ellos. Esos rufianes pueden haber perdido a sus dueños, pero no se sabe qué tipo de juramentos podrían haber hecho, así que todos deberían asegurarse de estar en guardia “, aparentemente había advertido Kamyua Yoshu.

Gracias a eso, ni los clanes Fa ni Ruu pudieron reanudar el negocio. Después de todo, dado que los Ruu y sus clanes relacionados ya no estaban en descanso, no pudimos reunir a los guardias necesarios.

Aparentemente, Marstein planteó la propuesta de enviar miembros de la guardia ducal para vigilarnos, pero estaban escasos de personal porque tenían que vigilar a Cyclaeus y vigilar a Bartha además de todo lo demás que hacían, por lo que no pudieron ofrecer suficientes hombres para satisfacer a Donda Ruu.

“La milicia tiene suficiente personal para ofrecer, pero no sabemos qué tan grande fue realmente la influencia corruptora de Ciluel”, había declarado Marstein, opinión que también compartía Kamyua Yoshu. Por lo que me dijeron, el liderazgo de la milicia tenía fuertes vínculos con la casa de Turan, lo que dificultaba bastante su reorganización.

Y así, no tuvimos más remedio que ejercitarnos un poco de autocontrol.

Aun así, apenas pudimos reanudar nuestro trabajo con las posadas, al menos.

Preparamos la comida temprano en la mañana, luego los madrugadores como Ai Fa y Ludo Ruu actuaron como nuestros guardaespaldas mientras la llevábamos a las posadas y regresábamos cuando el sol alcanzaba su punto máximo. Reanudamos el trabajo de esa manera dos días después de la reunión, y al tercer día también aumentamos la cantidad de carne fresca que proporcionábamos.

“Como no pueden comerlo en sus puestos durante el día, he tenido más clientes que quieren cocinar giba para la cena”, explicó Nail, el propietario del Sledgehammer.

Como resultado, The Sledgehammer ordenó sesenta comidas y suficiente carne fresca para veinte más cada día, mientras que The Great Southern Tree fue con setenta comidas y carne fresca por treinta adicionales. The Great Southern Tree era una cosa ya que era un establecimiento grande, pero me sorprendió un poco que una pequeña posada hecha remodelando una casa como The Sledgehammer pidiera tanto, y por lo que me dijeron, ninguno de los dos tenía sobras.

Nail continuó. “Nuestras habitaciones se han llenado todos los días, y ha habido incluso más clientes de otras posadas que antes de pasar a cenar también. Gracias a sus esfuerzos, apenas estamos vendiendo comidas de karon o kimyuus en este momento”.

“Ah… no sé qué decir a eso…”

“Mientras no empieces a vender tu cocina giba a muchas otras posadas, no puedo imaginar que esta conmoción se apague. En lugar de gritar de alegría, en realidad me siento vagamente preocupado por la cantidad de negocios que está viendo nuestro comedor… Tanto es así que no puedo evitar sentir que sería bueno que se diera prisa y comenzara a ofrecer su cocina en otras posadas”.

Ciertamente tenía el deseo de expandir mi negocio.

Sin embargo, no pude avanzar en mis conversaciones con The Kimyuus’s Tail o The Westerly Wind en este momento. Hasta que el misterioso ejército privado de Cyclaeus y Ciluel fuera detenido y el peligro disminuyó, por el momento solo tenía que mantener el status quo.

Gracias a eso, las mujeres Ruu y yo hicimos todo lo posible para preparar la comida por la mañana, entregarla en la ciudad postal en carro y luego regresar al borde del bosque con verduras frescas recién compradas.

Nos turnamos para ocuparnos de otros trabajos y usamos nuestro tiempo libre experimentando con nuestra cocina. Fueron unos días realmente ajetreados pero tranquilos.

Probablemente no hace falta decirlo, pero Ai Fa y yo todavía nos quedábamos en el asentamiento de Ruu por el momento. Los antiguos miembros de la casa principal de Suun regresaron a los clanes Lea, Rutim y Dom, pero como las cosas seguían siendo tan inestables, se sentía demasiado peligroso que volviéramos a la casa del Fa.

Y en el asentamiento de Ruu estaban bastante faltos de personal durante el día ya que los cazadores habían regresado al trabajo. Aun así, todavía había niños menores de trece años y hombres mayores para ayudar, sin mencionar a Ryada Ruu y Mida.

Así que al menos era más seguro que Ai Fa y yo nos quedáramos solos, incluso si el jefe de mi clan terminaba mordiéndose el labio por el asunto de nuevo.

De todos modos, pudimos pasar esos días en paz gracias al arduo trabajo y esfuerzo de todos.

Y así, pasaron tres días mientras permanecía vagamente nervioso, solo para que hubiera un gran cambio el día cuatro. Nos llegó de Kamyua Yoshu, que había estado actuando como mensajero de Marstein y visitaba el asentamiento de Ruu todos los días.

Sin embargo, antes de llegar a eso, me sorprendió el chico pelirrojo que estaba a su lado.

***

“¡Jeeda! ¡¿Te liberaron del castillo?!” Exclamé cuando los vi entrar a la cocina de la casa principal de Ruu.

En ese momento era la tarde del día diecinueve del mes blanco. El sol ya se estaba poniendo por el oeste y la cocina estaba llena del aroma de una cena recién hecha.

“Me alegra que estés bien. No te azotaron ni nada, ¿verdad?”

Jeeda negó en silencio con la cabeza, con un fuego amarillo en los ojos. Cuando vi su expresión como si estuviera reprimiendo todo lo que sentía por dentro, aparté mi sonrisa de alivio.

Incluso si personalmente estaba bien, probablemente no estaba en condiciones de sentirse feliz por eso. Me dejó sin palabras, pero Kamyua Yoshu intervino alegremente como si tratara de suavizar las cosas.

“Aunque fue culpable de colarse en la ciudad del castillo, apuntar con su espada a un noble y desenvainar su espada en la ciudad postal, nada de eso habría sucedido sin las malas acciones de Cyclaeus, por lo que el duque Genos perdonó sus crímenes. Y los carteles de Se busca también se están retirando de la ciudad postal, por lo que debería ser un hombre libre”.

Los dos ya se habían encontrado en la mansión de Cyclaeus, pero todavía se sentía extraño de alguna manera, verlos parados uno al lado del otro así.

Y mientras acariciaba su largo y estrecho mentón sin afeitar, Kamyua Yoshu repentinamente volvió su mirada hacia mi lado.

“Hola, Ai Fa. Así que tú también has vuelto, ¿eh? ¿Hiciste alguna captura hoy?”

“Sí”, asintió Ai Fa, con una mirada cautelosa en sus ojos. Ella también había reanudado su caza en este punto.

Habían pasado diez días desde que Lefreya me secuestró y el día de la reunión. Teniendo en cuenta que Ai Fa se había tomado tanto tiempo de cazar, no era de extrañar que incluso ella no hubiera podido soportarlo más.