Isekai Ryouridou (NL)

Volumen 13

Capitulo 1: La Audiencia

Parte 6

“Juro por mi vida y por el nombre del dios occidental Selva que soy la esposa de Goram Redbeard, y que el hombre sentado allí es el demonio que trató de envolver a mi esposo en este malvado complot. Trató de instigar a Goram diciéndole que pronto llegaría un grupo de enviados de Banarm, así como la fecha en que llegarían, la ruta que tomarían y cómo estarían vigilados. Y dijo que los matara a todos y saqueara su tesoro”.

“¡S-Silencio! Tengo la sangre noble de Turan corriendo por mis venas, así que la idea de que visite algún grupo de bandidos es…”

“Pero ser parte de la casa de un conde en Genos es bastante insignificante en lo que respecta a los nobles, ¿verdad? Kamyua Yoshu dijo que los únicos con una posición significativa y fortuna son los jefes de familia y sus herederos”, respondió Bartha con calma pero con fiereza, interrumpiendo a un desconcertado Ciluel. “Es por eso que te convertiste en el sí-hombre y el chico de los recados de tu jefe de casa, ¿no es así? Bueno lo que sea. Todo lo que puedo hacer es testificar que usted fue quien visitó a mi esposo y trató de incitarlo a cometer ese crimen. Dejo el resto a todos los demás”.

Una vez más, el silencio se apoderó de la habitación. Y el que lo rompió esta vez fue Melfried.

“Señor Ciluel, fue en el mismo período en que fueron atacados los enviados de Banarm cuando se le asignó la tarea de dirigir la milicia. Y por lo que me han dicho, fue una promoción sin precedentes, provocada por las enfáticas demandas del Conde Cyclaeus”.

Ciluel se sentó allí en silencio.

“Y una vez que adquiriste ese puesto, declaraste que los Red Beards eran los que habían atacado al grupo enviado y al anterior líder de la milicia, y movilizaste un grupo para someterlos. Sin embargo, por lo que me dijeron, la única razón por la que se determinó que los Red Beards eran responsables fue porque eran el único grupo de bandidos con fuerzas suficientes para hacer tal cosa en ese momento”.

Aun así, Ciluel no dijo una palabra.

“Pero también se dijo que la emboscada en el bosque de Morga fue obra de los Red Beards, aunque ahora sabemos que fue cometida por Zattsu Suun. ”

“¡Ridículo! ¡Los Red Beards eran una viciosa banda de ladrones! ¡Es un hecho innegable que perpetraron innumerables crímenes a lo largo de muchos años!”

“Eso es cierto, por supuesto. Incluso si el grupo no mató, no cambia el peso de sus otros crímenes. Como tal, no había otra opción que hacer que todos los que habían cometido esos numerosos robos pagaran con la vida”.

Eso significaba que… ¿Bartha también iba a recibir una sentencia de muerte?

Mientras me sentaba allí preocupándome, escuché a Ai Fa rechinar los dientes a mi lado.

“Aun así, la espada de la justicia debe balancearse de manera correcta y adecuada. Incluso si alguien ya es un criminal, eso no hace que sea aceptable imponerle cargos falsos”.

“Espera, Lord Melfried… Todo esto es un complot de ese sinvergüenza, Kamyua Yoshu. Ese hombre despreciable se dispuso a poner todo tipo de trampas en un plan para derribar a Ciluel y a mí”, declaró Cyclaeus, una vez más extendiendo una mano para contener a su hermano, que en ese momento alternaba entre palidecer y ponerse rojo de rabia. Aunque tenía la mirada de una bestia acorralada en sus ojos, su sonrisa torcida todavía se aferraba a su rostro. “Esa mujer puede ser la sobreviviente de ese grupo de bandidos… Pero incluso si eso es así, eso no significa que todo lo que dice sea cierto, ¿verdad…?”

“¿Estás diciendo que ella está diciendo mentiras? ¿Qué razón podría haber para arriesgar su vida y presentar un falso testimonio?”

“Oh, hay una razón para tales cosas… Por ejemplo, ¿qué pasaría si Kamyua Yoshu tuviera a alguien más precioso para ella que la vida misma en sus manos?”

“¡Hah! ¿Estás hablando de mi chico Jeeda, quizás? No importa cuán hábil sea el guardaespaldas Kamyua Yoshu, no atrapará fácilmente a ese mocoso salvaje mío”, respondió Bartha con una mueca de desprecio.

Y mientras su mirada permanecía fija en Melfried, los labios de Cyclaeus se torcieron en una sonrisa.

“Me pregunto sobre eso… Hace medio mes, un niño bandido pelirrojo atacó a la gente del borde del bosque en la ciudad, incluida Asuta allí. Si ese niño era hijo del difunto líder de los bandidos, eso significaría que tuvo contacto con Asuta, quien a su vez tiene vínculos con Kamyua Yoshu. ¿Es todo eso simplemente una coincidencia…?”

“Lo es. Ha pasado un año desde que Jeeda y yo nos separamos. Estoy siguiendo mi propia voluntad, y lo mismo ocurre con ese hijo mío”, respondió Bartha, pero Cyclaeus, como era de esperar, la ignoró.

“También ha habido más sospechas sobre Kamyua Yoshu… Lord Melfried, ha oído hablar de los bandidos vestidos como gente del borde del bosque que atacaron las plantaciones de Daleim, ¿no es así…? Creo que ese incidente también fue parte del complot maldito de Kamyua Yoshu”.

Melfried se quedó allí sentado escuchando sus palabras, inexpresivo. Realmente no podía sentir ninguna emoción en sus fríos ojos grises.

“Ese hombre se llevó a varios cazadores del borde del bosque con él y dejó a Genos… Y no mucho después, apareció ese sospechoso grupo de bandidos… ¿No era el plan de Kamyua Yoshu incriminar a los cazadores con él como los culpables y la milicia los juzgó?

“¿Y estás diciendo que esta es otra parte más de ese supuesto complot para formar una brecha entre Genos y la gente del borde del bosque?”

“Por supuesto… Naturalmente, sin embargo, Ciluel no fue lo suficientemente tonto como para caer en una estratagema tan obvia. Actualmente, tiene una unidad que patrulla fuera de Genos para capturar a los criminales que han cometido estos hechos bajo la dirección de Kamyua Yoshu. Estoy seguro de que Kamyua Yoshu y sus cómplices serán traídos por la milicia en poco tiempo… ”

Así que toda la conmoción estaba destinada a derribar a Kamyua Yoshu en lugar de a la gente del borde del bosque… Cyclaeus debe haber estado conspirando para sellar los labios de ese guardaespaldas distante primero.

En ese caso, tal vez sea bueno que Kamyua no haya regresado… ¿O es lo contrario, y no podemos arreglar nada sin él? Reflexioné, solo para que una voz sonara detrás de nosotros.

“¡Conde Turan, han llegado invitados!” Jimon gritó desde el otro lado de la pesada puerta.

El rostro de Cyclaeus se congeló, con su misteriosa sonrisa  todavía firmemente en su lugar.

“¿Invitados…? Pero todos los participantes en la reunión de hoy ya están reunidos…”

“Eso no es cierto. Después de todo, no soy más que un apoderado”, intervino alegremente Leito.

Con eso, todos se dieron cuenta de quién había llegado.

Un momento después, la puerta se abrió y apareció a la vista la persona que esperábamos.

“Llego seriamente tarde, ¿eh? Me alegro de haberlo logrado antes de que todos se fueran”, dijo una voz con una risa distante.

Esta fue la primera vez en medio mes que veía a Kamyua Yoshu, mientras entraba en la habitación.

***

“¡Imposible!” Gritó Ciluel. “¿Por qué estás aquí…? ¡¿Qué estaban haciendo mis hombres?!”

“Oh, los miembros de la milicia cumplieron con su deber muy bien. Fue un verdadero shock, ver una unidad tan enorme desplegada a lo largo de la carretera”, dijo Kamyua Yoshu con una sonrisa, su mirada volviéndose hacia Donda Ruu. “Donda Ruu, los tres cazadores de tu clan que tomé prestados han regresado sanos y salvos. Como no tienen pases, se encontraron con el grupo de cazadores que estaban cerca de las puertas”.

El jefe del clan Ruu asintió en silencio.

Después de haber sido completamente sacudido, Ciluel comenzó a patear de nuevo.

“¡Estás bajo sospecha de enviar bandidos a las plantaciones! No podría ser… ¿Mataste a los soldados de la milicia?”

“Por supuesto no. Apelamos a sus corazones y mentes y les pedimos que nos abrieran el camino. Puede decir que estoy bajo sospecha, pero no es como si hubiera una orden oficial para mí, después de todo”.

Kamyua Yoshu realmente era el mismo de siempre.

Gracias al largo viaje, su ropa se veía un poco sucia, pero su actitud distante y su sonrisa no habían cambiado nada. Y con uno de sus brazos largos y delgados, señaló la puerta aún abierta.

“Por cierto, traje a un invitado más. Melfried, el pase que me diste no se desperdició después de todo”.

El joven que apareció entonces se veía exactamente como cabría esperar de un noble.

Tenía el pelo negro, algo inusual para un occidental, y su piel era de un blanco marfil que no parecía haber sido bronceada mucho por el sol. Tenía una constitución mediana y un rostro juvenil, pero lucía una mirada seria.

En cuanto a su atuendo, ya que llevaba el mismo tipo de capa larga que Kamyua Yoshu, solo pude ver que usaba unos zapatos de cuero de alta calidad.

Las miradas penetrantes de todos estaban fijadas en el hombre, tratando de ver si era alguien a quien reconocían.

Este es Lord Welhide de la casa ducal de Banarm. Es el segundo hijo de la hermana menor del duque, lo que lo coloca en el sexto lugar en términos de sucesión”.

“¡¿La casa ducal de Banarm?!” Ciluel gritó con la voz quebrada.

Aunque su boca permaneció firmemente cerrada, los ojos castaños claros del hombre se volvieron hacia el líder de la milicia.

“El líder de los enviados que fueron atacados hace diez años era el padre de Lord Welhide. Creo que él también tiene derecho a saber la verdad, así que le pedí que me acompañara”, respondió con indiferencia Kamyua Yoshu con una sonrisa.

Mientras le lanzaba al distante guardaespaldas una mirada tormentosa, Cyclaeus preguntó en voz  baja: “Jimon… ¿son estos dos los únicos invitados…? Si es así, apúrate y cierra la puerta”.

“Sí, señor…” respondió Jimon mientras mostraba un poco de vacilación. Al final, sin embargo, no ofreció ninguna réplica a su maestro y simplemente cerró lentamente la pesada puerta.

“Realmente lamento no solo llegar más tarde de lo acordado, sino también traer más invitados de lo esperado. Ah, no necesitas preparar más asientos. Leito, ¿podrías darle el tuyo a Lord Welhide?

“Por supuesto”, respondió Leito mientras se levantaba, y Welhide se adelantó en silencio y se sentó.

“Kamyua Yoshu… ¿Cuál es exactamente tu objetivo aquí…?” Preguntó Cyclaeus.

“¿Mi objetivo?” Kamyua repitió, inclinando la cabeza. “Bueno, veamos… ya había planeado invitar a Lord Welhide con anticipación. Después de todo, dado que eres tan influyente como el propio Duque Genos, pensé que necesitaba un testigo que no se sintiera intimidado por ese hecho. Lord Welhide parecía un candidato adecuado debido a sus vínculos con los asuntos en cuestión, y he estado tratando de convencerlo de que se uniera incluso hasta ayer”.

Cyclaeus se quedó allí sentado mirando en silencio.

“Melfried me preparó una carta de presentación, pero eso no cambió el hecho de que yo era solo un viajero sin nadie más que me respaldara. Tomó bastante tiempo obtener una reunión con la noble casa ducal. Entonces, mientras tanto, esos bandidos vestidos con el atuendo del borde del bosque comenzaron a aparecer alrededor de Genos, pero como estuvimos en Banarm desde el seis del mes blanco hasta el trece, al menos no podríamos haber estado involucrados en esos crímenes. Y teniendo en cuenta que tengo el aspecto de alguien de Mahyudra y había tres personas del borde del bosque junto a mí, el tipo que dirigía la posada donde nos estábamos quedando ciertamente no dejaría de recordarnos”.

Si recuerdo correctamente, esos bandidos estuvieron activos hasta el día en que me liberaron de la mansión de Cyclaeus, el nueve del mes blanco. Era posible que Kamyua Yoshu hubiera permanecido abiertamente en Banarm para asegurarse una coartada.

“Parece que soy sospechoso de dirigir a esos bandidos, pero en última instancia, no hay pruebas de esa afirmación. Cuando le expliqué que necesitaba escoltar a Lord Welhide, un noble de Banarm, a Genos, los hombres de la milicia nos abrieron el camino de buen grado.

“Tú… ¿Llegaste tan lejos como para involucrar a la casa ducal Banarm en tu malvado complot?”

“No soy yo quien los mezcló en todo esto. Eso depende de quien haya atacado a esos enviados hace diez años. Si no fuera por ese trágico incidente, Lord Welhide probablemente nunca hubiera puesto un pie en Genos”, respondió Kamyua encogiéndose de hombros.

Y luego, a su lado, Welhide finalmente habló. “Yo… vine aquí para conocer la verdad. Me dijeron que si venía a este lugar, descubriría las verdaderas circunstancias detrás de la muerte de mi padre… Y tengo la intención de disculparme directamente con el duque Marstein Genos más adelante por haber atravesado las puertas de manera grosera sin previo aviso”.

Las circunstancias de Leito y de este joven realmente eran muy parecidas, ambos habían perdido a un padre por esos ataques hace diez años. Por supuesto, no vino porque Kamyua Yoshu preguntó. Fue el culpable de esos asesinatos lo que lo trajo aquí.

“Ahora bien, parece que tenemos a todos los jugadores reunidos… Realmente, realmente estoy agradecido de que hayas venido aquí hoy, Bartha”.

“He estado dudando todo este tiempo sobre si lo haría o no, pero anoche finalmente me armé de valor”.

La feroz mirada de Bartha se encontró directamente con la misteriosa mirada de Kamyua Yoshu.

Al apresurarse aquí como testigo, Bartha se dispuso a ser juzgada como una criminal… y Kamyua Yoshu debe haberlo sabido desde el principio. Durante un largo momento, su mirada penetrante se detuvo en ella antes de volverse hacia Cyclaeus.

“Por lo que puedo ver, parece que el interrogatorio ha llegado más o menos a su fin. Tenemos al primer hijo del duque Genos, Melfried, lord Welhide de la casa ducal Banarm, y si no me equivoco, incluso al oficial legal del castillo. Todavía no has admitido tus crímenes, incluso cuando te enfrentas a todas estas élites, ¿eh?”

“Kamyua Yoshu… ¿Por qué estás tan decidido a causar daño a nuestra hermosa tierra de Genos…?”

“¿Causar daño a Genos? Para nada. Todo lo que quiero es un juicio justo y que Genos prospere”, dijo Kamyua Yoshu con una sonrisa mientras agitaba su brazo derecho en un amplio arco. Cuando su larga capa se arrastró detrás de él, parecía como si un pájaro enorme estuviera extendiendo una sola ala o algo así. Y luego, colocó su mano izquierda sobre su corazón. “Mi dios es el dios occidental Selva. Hace quince años, renuncié al dios del norte Mahyudra. Y todo lo que deseo es paz para Genos, una parte del territorio de Selva”.

“Qué insolente… Si realizas tal ritual a los dioses sin la verdad, tu alma se dividirá en cuatro…”

“Sí. ¿Y hay realmente una razón suficiente para querer hacerle daño a Selva tanto que sacrificaría mi alma? Es cierto que el reino occidental no me recibió exactamente con los brazos abiertos, pero eso no fue nada comparado con la forma en que me trataron en Mahyudra”. Con una sonrisa, Kamyua volvió a cruzarse de brazos. “De lo contrario, ¿por qué tendría que cambiar de dios en primer lugar? Podría haber nacido en Mahyudra, pero mi madre y yo fuimos perseguidos constantemente allí. Entonces, después de la muerte de mi madre, no me quedó ningún vínculo con ese lugar y cambié de dioses. Si fuera a maldecir algo de sangre en mis venas, pensaría en causarle problemas a Mahyudra, no a Selva”.

Cyclaeus lo fulminó con la mirada en silencio.

“Pero, afortunadamente, Genos está bastante lejos de Mahyudra, por lo que es raro que alguien persiga a alguien como yo. Gracias a eso, puedo desear libremente la prosperidad de Genos sin reservas. Aun así, ¿estás seguro de que no eres tú quien maldijo al mundo, Conde Cyclaeus?

Todavía no hay respuesta.

“Ustedes dos no deseaban la prosperidad de Genos, ni siquiera la gloria para la casa Turan. Todo lo que querías era aumentar tu propia fortuna. Mirando hacia atrás, ¿no fue ese el comienzo de toda esta tragedia?”

Incluso mientras se reía con indiferencia, los ojos de Kamyua Yoshu habían comenzado a adquirir esa mirada penetrante. Era una luz misteriosa en sus ojos que de alguna manera me recordó a la abuela Jiba.

“Por lo que me han dicho, originalmente eras un segundo hijo, el Conde Cyclaeus. Y aquí en Genos, ser parte de la casa de un conde no es tan valioso. Escuché a Lord Polarth de la casa de Daleim lamentarse de que los segundos hijos no tienen más remedio que vivir sus vidas en las sombras”.

Incluso así, Cyclaeus permaneció en silencio.

“Aun así, Lord Polarth no parece tener la suficiente ambición en él como para hacer a un lado a su padre y a su hermano mayor con el fin de apoderarse de la prosperidad para sí mismo. Sin embargo, ¿cuál fue tu caso? ¿Qué tipo de emociones se apoderaron de tu corazón por haber nacido como un mero segundo hijo de una casa a la que se le había dado solo el pequeño territorio de Turan para gobernar?”

“¿Tiene la intención de difamarme aún más…?”

“Esto no es una calumnia. Es una acusación”, respondió fácilmente Kamyua Yoshu. “En esos incidentes de hace diez años que involucraron a la gente del borde del bosque y los Barbas Rojas … El líder del clan, Zattsu Suun, atacó a la caravana de mercaderes que se dirigía a Sym, los enviados de Banarm y los líderes de la milicia anterior. Esos son los tres incidentes que he podido identificar claramente, pero estoy seguro de que ha hecho mucho más aparte de ellos. Remontándonos aún más a treinta años en el pasado, sospecho que también asesinó a su padre y a su hermano mayor, el anterior Conde Turan y el siguiente en la fila”.

“Tú…”

“No había forma de que pudieras soportar vivir una vida en las sombras. Y por eso cuidaste a tu padre y a tu hermano, ¿verdad? No pude encontrar ninguna prueba al respecto, pero primero tu hermano mayor se cayó de un toto y se rompió el cuello, y luego, menos de un año después, el anterior conde falleció por enfermedad. Supongo que la ‘enfermedad’ provino de hierbas venenosas de Sym”.

“Tú… ¿Te atreves a intentar derribarme, el jefe de la noble casa Turan, sin ninguna prueba de ningún tipo…?” Cyclaeus replicó mientras miraba la alta figura de Kamyua Yoshu como si estuviera mirando una ameba.

En cuanto a Kamyua Yoshu, siguió mirando hacia atrás con esa mirada misteriosa y una sonrisa relajada.

“¿Quieres acusarme por actuar irrespetuosamente hacia un noble? Si realmente resulta ser inocente, adelante. Después de todo, tengo la intención de seguir acumulando más faltas de respeto de aquí en adelante. Lo que he discutido hasta ahora han sido crímenes en el pasado… Pero no tienes ninguna intención de frenar tu ambición de ahora en adelante, ¿verdad?”

“Eres insolente…”

“Intenté seguir adelante y llevar mi imaginación al límite. Primero asesinó a su propia familia, luego empleó esclavos para expandir su fortuna y utilizó a la gente del borde del bosque para asegurar una prosperidad aún mayor… Entonces, ¿qué tipo de planes ha elaborado para el futuro más allá de eso?”

Cyclaeus guardó silencio.

“Entre las casas de los tres condes de Genos, los Turan ahora tienen más poder. Tanto es así que puedes estar hombro con hombro con el mismísimo Duque Genos. En ese caso, su próximo objetivo no puede ser otra cosa que la fortuna del Duque Genos. Comenzó tomando el control del comercio de alimentos y ahora se está expandiendo a la metalurgia. Apenas el mes pasado, escuché que firmó un contrato comercial exclusivo con Jeland, la ciudad de Jagar famosa por su acero”.

Debe haber estado hablando del grupo de comerciantes liderado por el padre de Diel.

“Por lo que me han dicho, a los comerciantes de metalurgia que vienen del sur se les ha confiado la tarea de proporcionar todos los utensilios de cocina vendidos en la ciudad del castillo, así como las armas utilizadas por los soldados. Una vez que todo esté listo, ¿planea tomar el control del albañil o de los grupos de construcción a continuación? Mientras el duque Marstein Genos está ocupado con asuntos oficiales, usted planea saquear todas las ganancias obtenidas en la ciudad del castillo, ¿no es así, Conde Cyclaeus?”

“No hace falta decir que todo eso es una calumnia sin fundamento…”

Sentí como si pudiera sentir un miasma de tono negro elevándose dentro del pequeño cuerpo de Cyclaeus.

Sus ojos pálidos finalmente habían adquirido la mirada de una bestia herida. Y oponiéndose a él, Kamyua Yoshu seguía luciendo la misma sonrisa delgada.

“Así que sin pruebas, puedes simplemente rechazarlo todo llamándolo calumnia, ¿eh? Bueno, los únicos asuntos de los que puedo acusarlo con pura lógica son esos incidentes de hace diez años. Pero si puedo probar esos crímenes, eso sería suficiente para lograr una clara victoria, así que tendré que dejar el resto al Duque Genos en ese momento”.

“¡Maldito tonto…! La sangre de Mahyudra corre por tus venas, así que,

¡¿quién creería lo que tienes que decir?!” Ciluel explotó por primera vez en mucho tiempo. “¡Sir Zylus! Como subdirector jurídico, me gustaría que hiciera una declaración clara. ¡¿No es apropiado que ese sinvergüenza sea azotado y luego expulsado de Genos?!”

“Si tiene la intención de hacer reclamos de falta de respeto, eso debe ser juzgado adecuadamente de acuerdo con las leyes de Genos”, respondió el anciano con calma. “Sin embargo… antes de eso, es necesario escuchar y examinar las afirmaciones de este hombre de Kamyua Yoshu con respecto a los incidentes de hace diez años”.

“¡¿Qué?! ¡Eso es absolutamente ridículo! ¡Todo es calumnia de este hombre, con la intención de provocar injustamente nuestra caída!”

“En ese caso, es importante demostrar que en realidad se trata de una calumnia. Y como puede ver, han ido tan lejos como para preparar un testigo”, dijo Zylus, mirando a Bartha. “Debemos comenzar por determinar en un juicio oficial si las palabras de esta mujer Bartha o las suyas son la verdad”.

“¡Locura! ¡¿Estás afirmando que las palabras de algún bandido tienen el mismo peso que las de un noble?!”

“Este bandido ha llegado a reconocer sus propios crímenes para poder testificar en tu contra. Entonces yo diría que la cuestión del peso de las palabras de uno no es relevante aquí”.

“Sir Zylus, usted… usted viene de una rama del linaje de Saturno, ¿no es así?” Ciluel murmuró, luciendo aún más acorralado que su hermano.