Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 6

Capitulo 53: La Vengadora

 

 

“¿Continúa siguiéndonos?” preguntó Mavis. “Así es,” respondió Reina.

No había habido trabajos atractivos en el mural esta mañana, por lo que Pacto Carmesí decidió ir a cazar orcos, ogros o similares. Las recompensas de exterminio y los puntos de promoción recibidos por matar ogros eran buenos, y podían ganar bastante de las partes desmembradas de los orcos.

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Cualquier grupo normal estaría obligado a empacar e irse después de matar a su primer orco. Se necesitarían todos los esfuerzos de cinco o seis cazadores para transportar a uno de ellos.

En su mayor parte, los beneficios obtenidos de un orco no eran proporcionales a la dificultad de matar a uno, combinados con el esfuerzo de transportarlos desde el bosque de regreso a la ciudad.

Sin embargo, esto no significaba nada para Pacto Carmesí, que tenía a Mile. Por lo tanto, podían cazar una cantidad absurda en sus incursiones de caza.

Suponiendo que no se limitaban a solo orcos y ogros, y mantenían sus ojos bien atentos a otros artículos y materiales de solicitud diaria que podían recolectar y vender, las posibilidades eran infinitas. Y así, caminaron sin prisa por el bosque, atentas a cada oportunidad y encuentro aleatorio que se les presentara.

En esta situación, usar magia de ubicación no era divertido. Todas estaban en alerta máxima por su presa, por lo que no había forma de que alguien las atrapara por sorpresa.

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Por lo tanto, Mile no se había molestado en usar su magia—pero el misterioso sexto sentido de Reina todavía estaba activo… Y se dio cuenta de una presencia sospechosa detrás de ellas.

Según el informe de Reina, su perseguidor estaba solo y, además, seguía al grupo de una manera tonta y aficionada, con su presencia completamente expuesta, por lo que no tenía sentido que Mile usara su magia para buscarla. Supuso que no era bueno para ella ni para sus compañeras de equipo confiar en este hechizo todo el tiempo.

Y, por supuesto, si su oponente parecía ser un aficionado, pensó que nada especial vendría de usar magia de todos modos.

Al ver cómo Mile, que normalmente era la primera en ofrecer información, no decía nada, las otras tres tenían una buena idea de lo que estaba pensando. Así que ninguna se molestó en preguntar sobre su habilidad especial.

“Honestamente, solo estamos perdiendo el tiempo,” dijo Reina. “No va a dejar de seguirnos, y no vamos a hacer ninguna caza mientras la arrastramos.”

“Entonces…”

“Es hora de eliminar la amenaza, ¿verdad?” concluyó Pauline.

No importa qué tan aficionado parezca ser este perseguidor, puede estar armado con un arco y una flecha o tirar una lanza, por lo que no sería recomendable entrar en una batalla con un ogro. Tampoco podían descartar la posibilidad de que los movimientos de la persona fueran intencionales, calculados para que pareciera solo como si fuera una aficionada.

“Tenderemos una emboscada junto a ese gran árbol,” dijo Reina, señalando un árbol que estaba delante de ellas. Las otras tres asintieron.

¿Hm?

Por un momento, su perseguidor vaciló.

Los objetivos habían pasado bajo la sombra de un árbol, y al instante siguiente, habían desaparecido. Deberían haber aparecido inmediatamente al otro lado del árbol, pero incluso después de varios segundos, no se les veía por ninguna parte. Pensando que era sospechoso, el perseguidor mantuvo su distancia del árbol, dando vueltas al otro lado. Aun así, no había nadie.

“¿A dónde se fueron?” pronunció sin pensar el perseguidor.

Rápidamente, este individuo se movió hacia el árbol detrás del cual el grupo había desaparecido, mirando seriamente a su alrededor. Sin embargo, no había nada parecido a una figura humana.

“¿Dónde rayos se…?”

“¡Aquí mero!”

“¡Eek!”

Cuando Reina saltó de las ramas del árbol, el perseguidor gritó, sobresaltó y cayó de espaldas…

Era una niña de unos diez años.

Mavis y Mile siguieron rápidamente a Reina, saltando y dando vueltas detrás de la niña.

Entre las tres, ella ya estaba rodeada.

Mientras que Pauline había sido levantada al árbol instantáneamente con el resto por la magia de Mile, no podía simplemente saltar directamente como las demás. Seguía ocupada bajando por el árbol, cuidadosa y cautelosamente.

En ese momento, Pauline no tenía forma de enterarse de nada, Mavis—con una expresión inusualmente disgustada en su rostro—le daría una regañada sobre cuán ‘desagradable’ era esto, y la pondría a prueba para aprender la forma correcta de saltar desde lo alto.

“¿Quién eres?”

“¿Qué quieres de nosotras?”

“Espero que pueda ser honesta con nosotras, mi adorable damisela.”

“Ya casi bajo, un poco más… ¡Aah! ¡Ow! ¡Mi trasero!”

Mavis frunció el ceño a Pauline, que había echado a perder el estado de ánimo, mientras que, por alguna razón, la jovencita miraba fijamente a Mavis, con la cara cada vez más sonrojada. Mile miró toda la escena, asombrada.

“Esto es casi surrealista…”

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“Entonces, ¿por qué exactamente nos seguías?”

“¡No lo hacía! ¡Nada más caminaba por aquí también!”

La niña trató de hacerse la tonta, pero no había forma de que esa excusa fuera creíble. “Hm… Una chica sola en el bosque, ¿eh? Bueno, en ese caso, ¿por qué estabas tan

preocupada cuando nos perdiste de vista?”

“Nn…” Claramente incapaz de pensar en una respuesta apropiada, la niña miró desafiante a Reina. “¡Estoy aquí para hacerte pagar por lo que le hiciste a mi hermano mayor!”

“¿Eh…?”

Desde que las chicas se habían unido en la Hunters´ Prep, Reina no había matado ni una sola persona, hasta donde sabían. Aunque, por supuesto, si ella se había ido en secreto y haya matado a alguien cuando estaban solas en días libres era algo completamente diferente…

En teoría, la única vez que había matado alguna vez había sido durante el incidente con Rayo Carmesí, pero eso había sido hace muchos años. Aunque existía la posibilidad de que esta niña fuera la hermana pequeña de uno de los muchos bandidos que habían capturado y entregado durante su tiempo con Pacto Carmesí, la idea de que la hermana pequeña de un bandido viniera para vengarse era más o menos desconocida. Y honestamente, sería más apropiado que una persona así le agradeciera por capturar a los bandidos y entregarlos vivos.

De todos modos, en ese caso, sería incomprensible que la niña mirara solo a Reina y no prestara la más mínima atención a las otras tres.

Incluso Reina pensó que esto era peculiar. “¡¿Por qué me miras?! Si hay alguien a quien deberías estar mirando, sería a esa chica de oscuro corazón de allá,” dijo, señalando a Pauline.

“¡¿Qué-qué-qué-qué?! ¡¿Qué estás tratando de insinuar, Reina?!” dijo Pauline enfurecida.

Como sucedía tan a menudo, la escena se estaba desmoronando rápidamente.

Mientras Reina y Pauline se peleaban, Mavis continuó mirando a la niña, sin apartar la vista de ella. Mile también observó a la niña.

Parecía tener unos diez años, y no vestía de cuero como un cazador sino el atuendo de una persona normal de la ciudad, y no estaba equipada con nada más que un pequeño cuchillo atado a la cintura. Tal cuchillo era una necesidad cuando un civil entraba solo al bosque. Sería útil para cortar maleza y hierba, y para ahuyentar a cualquier duende o kobold que pudiera aparecer.

¿Y si un orco o algún monstruo más grande apareciera? Esta pequeña damisela ya se había decidido a entrar sola en el bosque, por lo que tuvo que haberse resignado a tal posibilidad y que tal encuentro podría darse.

Llevaba el pelo descubierto, sin capucha ni gorra. Separaba su cabello a la mitad y se hizo un moño a cada lado, muy parecido al estilo que se ve dibujado de cualquier niña pequeña en un manga que usara ropa estereotípicamente china—aunque, por supuesto, ese estilo era inusual en estas partes.

Tenía el pelo castaño y tenía los ojos dorados… De alguna manera, Mavis y Mile se sorprendieron con una sensación de déjà vu.

“¡Todo es tu culpa!” gritó la niña, algo irritada por la repentina conmoción entre el grupo. “¡Mi hermano mayor, que siempre me daba grandes abrazos, de repente dejó de abrazarme! Y cuando fui a abrazarlo, parecía confundido y me apartó…”

Los ojos de la niña se llenaron de lágrimas.

“¿D-De qué estás hablando? ¡No tengo idea de lo que hablas!” gritó Reina, completamente desconcertada.

Watashi Nouryoku Volumen 6 Capitulo 53 Novela Ligera

 

Ah…

Fue entonces cuando Pauline, Mavis y Mile recordaron exactamente al ‘hermano mayor’ a quien la niña se refería. Reina era la única que aún no entendía.

“¡¿Qué estás diciendo?! ¡¿Qué clase de bestia—qué clase de desalmada—podría herir el corazón de Chirel tan profundamente y luego pretender no saber nada al respecto?!”

“¿Chirel…? ¿Quién es ese?”

A este ritmo, la conversación nunca llegaría a ninguna parte. De mala gana, Mile curvó su dedo índice hacia Reina en una señal, dirigiéndole a Reina a mirarla a la cara. Una vez que confirmó que Reina la miraba con curiosidad, Mile levantó sus dos dedos índices y presionó sus puños cerrados a los lados de su cabeza.

“¿Qué? ¿Qué estás imitando? ¿Por qué tienes los dedos levantados como cuernos—¿oh?”

Reina giró la cabeza hacia un lado y miró a la niña otra vez. Su mirada se centró más allá de los dos moños de la niña.

“¡Ahh! ¿Así que es eso entonces? ¡Deberías haberlo dicho desde el principio!”

De hecho, Chirel era el joven demonio a quien Reina había derrotado en la batalla durante su torneo—y aparentemente, esta pequeña niña era su hermana menor. Su cabello estaba arreglado de tal manera para poder esconder sus cuernos y fingir ser humana.

Parece que ha estado demasiado traumatizado para no dejar que cualquier chica lo abrace…

Para cualquier mujer que pueda desear convertirse en su amante en el futuro, así como su hermana, que parecía tener un poco de complejo de hermanos, esto era claramente un problema grave.

“Lo siento…”

Ahora que entendía la situación completamente, Reina se disculpó sinceramente.

A decir verdad, habían tenido un duelo justo y honesto, por lo que Reina no creía que realmente había hecho algo malo, pero no tenía sentido tratar de explicarle eso a una niña pequeña. Por primera vez, Reina decidió ser la adulta en la situación.

“¡¿Realmente crees que te dejaré ir con solo una disculpa?!”

“¡P-pequeña mocosa! Si no cuidas tus palabras…”

“¡Ya ya, Nelly!” accionaron las otras tres.

Y así, la actitud madura de Reina se había desvanecido.

“De todos modos, parece que ha sido un tiempo demasiado breve entre tu hermano llegando a casa y tú llegando aquí, ¿no crees, pequeña Merril?” preguntó Mile, ganando tiempo hasta que Reina pudiera calmarse.

Según lo que habían escuchado de los demonios anteriormente, Merril era el nombre de la niña. Sin embargo…

“¡No me llames ‘pequeña Merril’ como si fuera una niña! ¡Los demonios maduramos mucho más rápido que ustedes humanos!”

“Ah, lo siento— espera, ¿qué? Un momento, ¿eso significa que eres incluso más joven de lo que pareces?”

“Uh…” Merril se quedó sin palabras ante esta pregunta formal. “Entonces, ¿cuántos años tienes?” preguntó Reina.

“Er…”

“Yo. Dije. ¡¿Cuántos Años Tienes?!”

“Err, se-siete… años…” la chica finalmente confesó, incapaz de resistir el interrogatorio enérgico de Reina.

“¿Qué? Prácticamente eres una bebé. ¡Y yo pensando que tenías al menos diez!”

“¡¿Q-qué quieres decir con ‘una bebé’?! ¡Soy una mujer hermosa y madura!”

“Ah sí, claro, como digas…” Reina rechazó con gesto despreocupado la protesta de Merril. Después de todo, no se veía muy bien irritarse por niños de siete años. “De todos modos, Mile te hizo una pregunta. ¿Que tienes que decir al respecto? ¿Cómo manejaste el viaje de ida y vuelta entre aquí y las tierras de los demonios tan rápido?” dijo entrometiéndose.

“Lord Berdetice vino a revisar las cosas y luego llevó a los cinco con quienes lucharon a casa para que pudieran dar sus informes más rápidamente o algo así. Y luego, Lady Shelala escuchó lo que estaba sucediendo y se interesó, y me trajo aquí. Por supuesto, ella también me llevará de vuelta a casa, así que está en las montañas esperándome. ¡Ella también te llevará, así que tienes que venir conmigo!”

Señaló directamente a Reina. “Ah…”

Ahora, Pacto Carmesí lo entendía. Aparentemente, Merril pensó que podría llevar a Reina, la causa del trauma de su hermano, de regreso a casa con ella y hacer una u otra con ella para disipar sus nuevos temores.

Las cuatro podían entender sus sentimientos. Sin embargo, comprender su plan y seguirlo obedientemente eran dos cuestiones completamente diferentes. Si ella realmente llevara a Reina de regreso al país de los demonios y tratara de acercarla al individuo conocido como hermano mayor Chirel…

Mile, Mavis y Pauline pudieron protestar con absoluta confianza: “Eso solo empeoraría su trauma—sería irreparablemente!”

“¡¿Qué demonios, chicas?!” Reina protestó, pero se mantuvieron firmes.

“P-pero entonces, ¿cómo puedo hacer que vuelva a la normalidad? Desde que te conoció, ya no me abraza, y a veces se pierde en sus pensamientos y comienza a murmurar cosas raras para sí mismo, como ‘esa suavidad’ y ‘ese dulce aroma’ y ‘quemó tanto mi cuerpo como mi alma’, —cosas como esas…”

“Umm…”

Las cuatro estaban sin palabras de nuevo. Incluso Mile, en su infinita ingenuidad, había logrado comprender lo que realmente estaba sucediendo. Por supuesto, también Mavis y Reina.

En cuanto a, ¿Pauline? Bueno, no había forma de que ella no lo supiera. “E-es-es-es-eso significa que…”

En una rara exhibición, Reina fue sacudida. Todos siempre la trataban como si fuera una niña o una especie de bestia peligrosa. Nunca antes había habido alguien que la viera como una dama.

A decir verdad, no era que nunca haya habido pretendientes interesados en su pasado, pero la misma Reina nunca los había notado. Sin darse cuenta, ella había destrozado completamente cada señal de advertencia.

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Sin embargo, rápidamente recordó que el que estaba interesado en ella era un niño que parecía no tener más de doce o trece años. Y si Merril era una niña de siete años que parecía tener diez años, entonces…

“Bueno, ¿exactamente cuántos años tiene tu hermano, entonces?”

“¿Eh? Bueno, tiene dieciséis años, pero…”

“¡¿¡¿Quéeeeeeeeeee?!?!”

¿Una niña de siete años que parecía diez y otro de dieciséis años que parecía un preadolescente? Las chicas quedaron atónitas.

¡¿Qué pasa con estos demonios y sus edades?! Se preguntaron las cuatro, pero de nuevo, no era inusual que los animales salvajes pasaran rápidamente de la infancia a la madurez autosuficiente. Para los demonios, este rápido crecimiento probablemente empezaba desde el nacimiento hasta la edad de diez a doce años, después maduraban más lentamente—al igual que los elfos.

“So-somos de la misma edad…” murmuró Reina inconscientemente.

Para la gente de esta tierra, que se parecía mucho a la gente de un continente llamado Europa en un lugar llamado Tierra, un niño de alrededor de doce o trece años tendría, en promedio, alrededor de 157 centímetros. Entonces, como mínimo, ya era más alto que Reina, cuyo crecimiento, por ahora, solo se podía suponer que estaba completamente mal desarrollado.

Era bastante guapo, en lo que respecta a las apariencias. El chico era caballeroso, y como demonio, tenía una aptitud natural para la magia y era bastante fuerte. Era genial y guapo…

“Uh…” Por un corto tiempo, Reina se quedó quieta, haciendo sonidos curiosos, con sus mejillas un poco sonrojadas. Pero entonces…

“¡No iré ni loca!”


Era claro que no iría. En primer lugar, no había forma de que Reina, de solo dieciséis años, estuviera preparada para ir y casarse con un extranjero no humano. Tenía un futuro brillante como cazadora de rango B por delante.

Además, estaba llena de confianza (tal vez sin fundamento) de que sería capaz de atrapar a un hombre aún más impresionante en el futuro.

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Realmente, dada su apariencia, combinada con su habilidad mágica, esto no era necesariamente una imposibilidad. En cuanto a su falta de desarrollo en ciertas áreas… bueno, probablemente habría alguien en este mundo que tuviera preferencia por ese tipo de tamaño. Como los de la familia Austien.

Y así, después de convencerla un poco, Merril escuchó a Pacto Carmesí que le instruía sobre cómo acercarse a su hermano y ofrecerle algo de consuelo.

“Ew, ¡Reina, no! ¡Son hermano y hermana! Eso está mal, ¿no?”

“¡Creo que está bien, siempre y cuando no estén cerca de mí! Además, sería divertido, ¿no?”

“¿Qué crees que hay de malo con eso, Mile?”

“M-Mavis, no me digas…”

“¿Em? Eso también era normal entre mi hermano pequeño Alan y yo…”


“¡¿Qué?!”





“¿De veras?”

“U-ustedes dos…”

Las cosas se estaban desmoronando de nuevo.

***

 

 

“Entiendo ahora. Llevarte de vuelta a casa conmigo sería inútil. Me has dado mucho a considerar, así que regresaré por ahora y veré qué puedo hacer por mi cuenta.”

Realmente lo va a intentar…


En el calor del momento, Reina había comenzado a arrojar todo tipo de instrucciones irresponsables. Un sudor frío ahora corría por su cuerpo. Mile también estaba un poco preocupada por lo inapropiado que había sido el consejo de Reina, pero tanto Mavis como Pauline pensaron que su guía había sido perfectamente normal y razonable.

“P-podría haberlo exagerado. Ustedes dos son hermanos y solo tienes siete años, ¡así que, por favor, olvídate del plan 2, el plan 3, el plan 5 y definitivamente de los planes 8 y 9!” Reina tartamudeó, incapaz de soportar la culpa que pesaba sobre su conciencia.

“¡E-e-e-e-e-eso es correcto!” agregó Mile, un poco aliviada, “¡Esos son demasiados extremos!”

“¿Hm? Quiero decir que el hecho de que solo tenga siete años realmente no importa, ¿verdad? Aunque supongo que sería un poco diferente si tuviera diez años o más…” Y, sin embargo, estaban Mavis y Pauline, los demonios en su hombro.

“¡Así es! ¡Esas son cosas completamente normales que un hermano y una hermana sanos deben hacer juntos!”

“¡Dijiste que tienes siete años, pero pareces mayor de diez!” protestó Reina, pero Merril estaba ocupada ejecutando las simulaciones en su cabeza y no la escuchó.

“Oh, eso me recuerda,” dijo Merril. “¡Um, la de ahí! A ver, cabello dorado, alta… Sí, debes ser tú.”

Esta vez, estaba (como era de esperar) señalando a Mavis.

“¿Eh? ¿Yo?” preguntó Mavis, perpleja.

“Reltobert, el espadachín contra el que luchaste, dijo que quería verte de nuevo y me pidió que te extendiera una invitación para que vinieras también. Lady Shelala ya aceptó llevarte. Ella dijo que sonaba interesante…”

“¡¿Quéeeeeeeeeee?!”

Este día resultó ser un excelente entrenamiento para las cuerdas vocales del Pacto Carmesí.

***

 

 

Cuando Merril disparó un tiro mágico al aire como señal, Shelala bajó a su encuentro y Merril se subió a su espalda.

“Siento que he aprendido mucho hoy, así que supongo que dejaré las cosas aquí. Sin embargo, permíteme advertirte que, si no obtengo ningún resultado de las cosas que me dijiste que intentara, ¡voy a volver por ti! ¡Aún no has asumido la responsabilidad como se debe!” dijo, antes de darle una palmada a Shelala en el cuello para darle la señal de que estaba lista para irse.

“Si alguna vez tienes otras historias interesantes que contar, ¡por favor llámame!”

dijo Shelala.

“¡Cállate!” grito Reina de nuevo. “De todos modos, ¡no es como si fuéramos nosotras quienes las llamamos aquí en primer lugar!”

Shelala se rio ante la indignación de Reina, despegando hacia el cielo con Merril en la espalda.

Debería ser evidente que Mavis todavía estaba en el suelo. “En serio, ¿qué demonios fue todo eso?”

“Estoy tan cansada…”

Reina y Mavis estaban listas para derretirse del cansancio. Pauline, sin embargo, parecía disgustada.

“¡¿Por qué nadie vino a preguntar por mí?! Quiero decir, no es como si quisiera que algún demonio me adulara, pero, aun así, Reina y Mavis recibieron algo. ¡¿Dónde está el mío?! ¡¿Qué estaba pensando mi compañero de batalla?!”


“………”

El oponente de Pauline era el hombre que había probado las llamas del infierno en la parte inferior de su cuerpo, gracias a su magia ‘picante’.

Nunca sucedería, pensaron las otras tres. Absolutamente, positivamente, nunca sucedería…

Al menos en esta ocasión, preguntar por Pauline después era completamente imposible. “Vamos a casa ya,” sugirió Mile con cansancio.

No recibió ninguna objeción y, por lo tanto, con un récord de cero capturas para el día, Pacto Carmesí regresó tambaleándose a la capital.

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