Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 6

Capitulo 52: Leatoria

Varios días después, llegó el momento de hacer su primera visita a Leatoria desde que comenzó su nueva dieta. A estas alturas, podrían verificar su condición y podrían saber si el tratamiento estaba teniendo algún efecto y si se habían producido cambios visibles.

Si no hubiera resultados, entonces Mile tendría que emplear su método secundario, por lo que era importante asegurarse. No había tiempo que perder cuando la vida de una persona estaba en peligro.

Y así, Pacto Carmesí se aventuró nuevamente a la mansión de la familia Aura. Por supuesto, esta vez fueron caminando.

Aunque estaban llegando sin previo aviso, no era como si buscaran una reunión con el Barón. Todo lo que tenían que hacer era encontrar al mayordomo, Bundine o algún otro empleado de menor rango, y preguntar sobre el estado de Leatoria. Eso era todo. Nadie esperaba que un vendedor o un evangelista hiciera una cita antes de venir. Esto era muy parecido.

“¡Es espléndido verlas de nuevo! Por favor, entren. ¡El Barón las verá de inmediato!” Aparentemente,  no  era  igual.  Bundine  llegó  corriendo  cuando  escuchó  que  Pacto

Carmesí había llegado y condujo al grupo de inmediato a la habitación de Leatoria. Cuando Bundine abrió la puerta e instó a las cuatro a entrar, la que las saludó fue…

“¡Oh hey! ¡Es bueno verlas a todas de nuevo!”

Leatoria estaba realizando vigorosamente un ejercicio que se parecía al yoga. “¿Q-qué…?”

Reina apenas podía formar palabras. Las otras tres no podían decir nada en absoluto. “¡Santo cielo! ¡Siento hacerlas esperar tanto!”

Antes de que las chicas pudieran recuperarse de su conmoción, llegó el Barón.

“No solo su letargo y el entumecimiento de sus piernas han desaparecido, su constitución, que siempre ha sido muy débil, también mejoró. Su apetito ha aumentado, y bueno, ¡compruébenlo por su cuenta! No puedo agradecerles lo suficiente,” dijo el Barón, inclinando la cabeza.

“¡N-no, por favor no sea tan modesto, señor!”

Tener una reverencia del Barón ante ella una y otra vez mientras se hacía pasar por una plebeya era demasiado inquietante para Mavis, quien rápidamente protestó.

“A-aun así, esto es…”

Afortunadamente, Leatoria ahora llevaba una pijama normal en lugar de un camisón de noche, por lo que el efecto no era tan atroz como podría haber sido; sin embargo, ella persistió en hacer ejercicios en una postura que era al menos un poco inapropiada para que una joven dama hiciera delante de los ojos de los caballeros.

Para una pequeña niña débil, era casi sentirse un poco demasiado poderosa.

“¡Mi cuerpo se siente tan ligero! Me estoy divirtiendo mucho moviéndome. ¡Por primera vez, creo que sé lo que es estar verdaderamente saludable!”

Hey, ¿Nanos?

¡PRESENTES JEFA!

¿Qué diablos sucede aquí?

SÍ, BUENO, COMO BONIFICACIÓN, INCLUIMOS ALGUNOS COMPONENTES ÚNICOS EN ESAS PÍLDORAS, Y BUENO… VOLUNTARIAMENTE DECIDIMOS AYUDAR A MEJORAR SU CONDICIÓN, COMO PUEDE VER.

¡¡¡Lo sabíaaaaaaaaaaa!!!

Mile había sospechado que ellos tendrían que ver en esto. Si ese no fuera el caso, no había forma posible de que Leatoria pudiera haber mostrado una mejora tan drástica tan rápidamente.

“Um, si ahora está tan sana, ¿por qué sigue en pijama, siendo tratada como una inválida?”

“Uh…”

Ante la pregunta directa de Mavis, el Barón, Bundine y Leatoria se pusieron rígidos. “Bueno, es solo que siempre hemos visto a Leatoria recostada, así que…”

“La ropa de dormir le queda tan bien a la señorita que es imposible pensar sobre otra cosa…”

“Es más cómodo de esta manera, así que…”

¡¡¡¡Whoa Vaya!!!! pensaron las chicas.

“¡Pequeña haragana mimada! ¡Ve a cambiarte inmediatamente de ropa!”

¡¡¡Whoa whoa whoa se pasó!!! pensó Pacto Carmesí, menos una.

Todos sabían que la orden de Reina había venido del hecho de ser mayor, pero en realidad Reina parecía ser la menor de las dos, y que estaba hablando con un noble—justo en frente del padre de la niña, nada menos.

Mavis se asustó, pero el Barón solo hizo una mueca y dejó a Bundine encargarse de que Leatoria se pusiera la ropa adecuada, llevando al Pacto Carmesí a la sala de visitas.

“Como pueden ver, pueden considerar el trabajo completado. Muchas gracias de nuevo.”

Después de entrar a la sala de visitas, el Barón sacó el formulario de finalización de trabajo de su bolsillo de inmediato y se lo entregó a Mavis. Aparentemente imperturbable por la arrogancia de Reina, había deducido correctamente que Mavis era su líder. Bueno, en verdad, podría haber sido solo que Mavis era la mayor del grupo o su suposición de que ella debía ser noble. Por apariencia, Reina no parecía tener más de doce o trece años, después de todo.

Un momento, ahora que lo pienso, Mavis en realidad se presentó como la líder la última vez…

Mavis examinó el papel que se le había entregado y descubrió que estaba marcado con una calificación A. Naturalmente, no habrían esperado otro.

“Muchas gracias.”

Haciéndose eco de las gracias de Mavis, las cuatro inclinaron la cabeza. Todas habían adquirido al menos en eso modales, y esto era una cuestión de ceremonia.

“Muy bien,” dijo el Barón, “en realidad tenía algo más que pedirles…”

Mavis sonrió y respondió: “¿Una nueva solicitud personal? ¿Le importaría decirnos qué es?”

Incluso si fuera una solicitud directa de un noble, no aceptarían ningún trabajo que fuera infructuoso o degradante. Esta era una regla que Pacto Carmesí se había impuesto. Incluso cuando se trataba de una persona aparentemente buena como el Barón, no tenían la intención de saltar a ningún acuerdo sin escuchar primero los términos.

Sin embargo, el Barón parecía preocupado, incluso vacilante, al escuchar la pregunta de Mavis.

“Una solicitud… ¿Tenemos que ir tan lejos como para hacer de esta una solicitud formal? Ah, bueno, supongo que no es que pudiera esperar que los cazadores hicieran obras de caridad, y si es una petición de un noble, entonces bien podría ser un trabajo…”

El Barón murmuró algo para sí mismo antes de que finalmente pareciera tomar el coraje para decir las palabras. “¡Por favor, sean amigas de Leatoria!”

“¡No gracias!”

“¡¿Qué?!”

Al escuchar una respuesta inmediata, de la generalmente callada Mile, el Barón se sorprendió.

“P-pero ¿por qué no?” El Barón, que nunca había imaginado que su solicitud sería denegada, se sintió abiertamente consternado.

“No te haces amigo de alguien solo porque sus padres te lo piden,” dijo Mile. “Y además…”

“¿Además?”

“¡Leatoria ha sido nuestra amiga todo este tiempo! Eso es lo que ibas a decir, ¡¿no?!” dijo Reina interrumpiendo.

“Ah, eh, heh…” Mile se rascó la cabeza, avergonzada. “Bueno, típico de Mile.”

“No pude imaginarme otra respuesta.”

Incluso Mavis y Pauline la habían leído directamente.

No había forma de que Mile—que hasta hace muy poco tiempo nunca había tenido amigas de su edad—incluso en su vida anterior, podría haber rechazado realmente la solicitud del Barón. Incluso las demás, que solo conocían un poco, podían ver eso.

“Eres como un libro abierto, Mile…”

“¿Eh?”

Una voz sorprendida se escuchó desde la puerta. Todos se giraron para mirar y vieron a Leatoria, ahora vestida con ropa normal, de pie, con los ojos brillantes de sorpresa y alegría.

“¿A-amigas? ¡¿Tengo a-amigas?!”

Oh no…

Y con eso, las otras tres fueron absorbidas por la trampa junto con Mile.

“¡Esto es perfecto! ¡No puedo esperar para emprender todo tipo de aventuras con todas ustedes como cazadoras!”

“¡¿¡¿¡¿Quéeeeeeeeeeeeeeeeee?!?!?!”

El Barón y Pacto Carmesí soltaron un grito reflexivo, y en un giro sorprendente, incluso Bundine se unió.

Para Bundine, un mayordomo veterano, alzar la voz por sorpresa ante una conversación entre su maestro y un invitado era el error de su vida.

“¿Qué? ¿Qué estás diciendo…?” preguntó el Barón.

“¿Eh? Bueno, si soy amiga de cazadoras, entonces obviamente tengo que inscribirme como cazadora y acompañarlas si quiero verlas con regularidad… Además, quiero tener todo tipo de aventuras divertidas también, ¡al igual que las que me contaron la última vez!” respondió alegremente Leatoria.

“Nononononononononononononononononononononono, ¡N-O! ¡¡¡DE NINGUNA MANERA!!!” gritaron todas las chicas, sacudiendo alocadamente sus cabezas y agitando sus manos.

“Si realmente estuviste escuchando, recordarás lo que dijimos. La vida de un cazador está llena de peligros, e incluso nos hemos acercado a la muerte. No es un trabajo para la joven hija de un noble,” advirtió Mavis, haciendo una mueca.

“¡E-eso es correcto! Un trabajo peligroso como este no es algo para alguien como tú, Leatoria-san,” asintió Mile.

“¿Eh?” Leatoria respondió: “Pero Mavis y Mile, ¿no son ambas nobles?”

“¡Guh!”

De hecho, aunque nunca lo habían confirmado, Mavis y Mile se habían comportado de una manera que revelaba claramente sus verdaderos orígenes para ganarse la confianza del Barón. Ninguna de las dos había tratado de ocultar el hecho de que ni siquiera eran nobles deshonradas, sino que todavía estaban en buena posición de las líneas nobles activas…

Por supuesto, esto era inevitable. Había sido crucial que Mile fuera considerada como tal, con el conocimiento adecuado y una educación de alto nivel, para que su diagnóstico y plan de tratamiento fueran confiables. Sin embargo, ahora se le había dado la contraria…

“Una cazadora tiene que tener la habilidad suficiente en el combate—la fuerza para protegerse. Si no puede manejar sus propios asuntos sin molestar a sus aliados, entonces no es  nada.  Tienes  que  caminar  a  través  de  bosques  y  montañas  escarpadas  mientras transportas cosas pesadas, y enfrentarte a los enemigos… Sin sobresalir en la espada como lo hace Mavis, o tener habilidad y experiencia con la magia como yo, o alguna otra habilidad especial como esa, estarías acabada en un santiamén,” dijo Reina, con la esperanza de disuadir a Leatoria.

“¿Oh? Pero soy buena con la magia. No mucha gente lo sabe ya que no podía salir de casa gracias a mi cuerpo frágil, pero puedo usar magia de fuego y agua, y también realizar hechizos de combate.”

“¡¿¡¿Qu-qué dijiste?!?!”

Para una bella joven noble, esto era increíblemente raro. De hecho, en lo que respecta a los recuerdos de Mile, la única persona a la que había visto era Marcela-sama del Wonder Trio—una joven a la que ella misma había entrenado o ‘subido su nivel de poder’—en otras palabras, una a quien Mile le había extendido su mano.

Si se buscara en todo el país, tal vez se podrían encontrar una o dos doncellas nobles que podrían usar magia de combate. Sin embargo, encontrar a una de esas bellezas, que no tenía fiancé ni amante, era completamente desconocido.

Si la existencia de Leatoria, su talento y el hecho de que se había recuperado totalmente de su enfermedad y fragilidad salieran a la luz, no había duda de que vendrían montones de pretendientes golpeando la puerta del Barón.

Además, como tenía hermanos mayores, no habría problema con que abandonara la casa para casarse. Seguramente, ella saltaría ante cualquier propuesta que viniera de los herederos de Vizcondes o Condes. Sin embargo, como solo tenía catorce años, cualquier conversación ahora podría ser nada más que un compromiso…

“Además, mi cuerpo se ha sentido tan poderoso en los últimos días, apuesto a que podría llevar un barril de vino completo de aquí a la siguiente ciudad en mi espalda…”

“¡¿Quéeeeeeeeeeee?!”

Reina se quedó absolutamente sin palabras.

“B-Barón, si las noticias de la habilidad mágica de Leatoria y su recuperación, comienzan a trasladarse a otros hogares…” Mile comenzó a hablar.

“Ah…”

Eso era todo lo que el Barón necesitaba escuchar. De repente, pudo ver todo claramente.

Su rostro se puso pálido.

“¡E-eso no puede pasar! ¡No dejaré que nadie se lleve a mi Leatoria!”

“Pero padre, no quiero ser una fiancé, de todos modos. Quiero ser una cazadora.” Las cosas ya se estaban desmoronando.

“De todos modos, Señorita Leatoria, el hecho es que todas somos cazadoras de rango C. Si te alistaras ahora, comenzarías como una cazadora de rango F. Las personas con rangos tan diferentes no pueden estar en el mismo grupo…”

“¿Es en serio?”

Esa fue una grandota y gorda mentira.

Si cuatro de cada cinco personas en un grupo fueran de rango C, y el miembro restante fuera un rango F, el grupo seguiría contando como rango C en general.

Además, dado que ella podía usar magia de combate, probablemente comenzaría como un rango D—gracias al proceso de ‘omisión’ antes mencionado… Aunque, por supuesto, no importa cuán buenas sean las habilidades mágicas de alguien, aun así, es muy poco probable que un novato se le permitiera comenzar en un rango C. Suponiendo que de todos modos no poseían magia de almacenamiento…

Es muy probable que tanto el Barón como el mayordomo supieran que Mile estaba mintiendo, pero no había forma de que ninguno de ellos pensara corregirla, no en lo más mínimo.

Y así, las alas de los sueños de Leatoria se cortaron antes de que ella pudiera siquiera volar.

***

“La solicitud directa se ha completado con una calificación A.…”

Después de mirar detenidamente la marca de finalización que Mavis había entregado, Felicia lanzó una mirada sospechosa a las cuatro cazadoras del Pacto Carmesí.

Deberíamos haber ido a un mostrador diferente…

A pesar del arrepentimiento inmediato de Mavis, en verdad, esto era inevitable. Incluso si hubiera intentado dirigirse a un mostrador diferente, Felicia se habría dado cuenta y habría levantado la mano para llamarlas.

Aparentemente, ella había decidido independientemente que todos los asuntos relacionados con Pacto Carmesí estarían a su cargo, y aunque Mavis fuera audaz cuando se trata de la batalla, tales conflictos no eran un área donde ella brillara. No había forma de que hubiera podido escapar de la llamada de Felicia.

“Entonces, ¿me están diciendo que la hija de un noble, que estaba consumida por una enfermedad misteriosa que incluso innumerables médicos no pudieron identificar, se recuperó de repente en unos pocos días?”

Pacto Carmesí intercambió miradas.

“Bueno, supongo que pedir detalles va en contra de las reglas,” dijo Felicia, y comenzó a procesar el formulario debidamente. “¡Tomen!”

Con eso, puso un saco de cuero sobre el mostrador.

Dado que sería problemático empujar estruendosas montañas de monedas a través del mostrador, y no serviría de nada entregarle al grupo una gran suma de dinero frente a los ojos vigilantes de otros cazadores, cuando había una suma superior a cierta cantidad a pagar, se entregaba en una bolsa de cuero.

Había suficientes cazadores deshonestos y otros cazadores de dinero que al menos esta cautela estaba justificada.

Por supuesto, en términos prácticos, esto era bastante inútil. El hecho de que el dinero estuviera dentro de una bolsa de cuero ya era una indicación de la cantidad que podría haber dentro.

Todos los cazadores aquí sabían que la apariencia de una bolsa de cuero significaba que la cantidad era de treinta monedas de oro o más. Además, el tamaño de la bolsa cambiaba en función de la cantidad de monedas que había dentro, por lo que cualquier persona con un buen ojo podría adivinar la cantidad aproximada de un vistazo.

En este punto, todo lo que realmente hacía al poner las monedas dentro de una bolsa era evitar el revuelo general que sería causado al pasar montones de monedas sueltas. En lo que respecta al Gremio, lograr al menos eso era más que suficiente para merecer el esfuerzo.

Sin embargo, a veces, Felicia era un poco traviesa.

Sí, a veces pagaba una pequeña recompensa completamente en monedas de plata y la entregaba en un saco de cuero.

Por supuesto, estas bolsas no eran gratis. Obtenerlas le costaba mucho dinero al Gremio. Tal estratagema era inherentemente derrochador, pero ni el maestro del Gremio ni los otros empleados trataban de pelear con ella al respecto.

¿Por qué era así?

Naturalmente, era así ‘porque es Felicia’.

No había nadie en esta rama del Gremio que se atreviera a hacerle frente.

Incluso los cazadores que recibían estas grandes sumas de monedas de plata no tenían quejas. Recibir su pago de esta manera los hacía verse bien, por lo que estaban felices de recibir los trucos de Felicia. La gente simplemente pensaría que la suerte les había llegado.

Mavis comenzó a mirar dentro de la bolsa para comprobar cuántas monedas de oro les habían pagado, pero se detuvo y entregó la bolsa a Mile… En realidad, nunca se discutió la paga del trabajo con el Barón, por lo que no tenía sentido confirmar la cantidad adjunta.

Tampoco podían preguntarle a Felicia sobre la cantidad. Hacerlo sería revelar a todos que habían tomado un trabajo sin confirmar primero la recompensa. De alguna manera, Mavis tuvo la sensación de que esto sería algo increíblemente imprudente.

Y así, Mile tomó la bolsa y la colocó en su inventario de tal manera que los otros cazadores pudieran verla claramente. Naturalmente, todos supusieron que estaba usando magia de almacenamiento normal. De esta manera, sabrían que robar el dinero del grupo era imposible y que la única forma de robarles sería tener un enfrentamiento armado con el grupo en su conjunto.

Los cazadores, que no tenían ningún interés en esto, ni siquiera lo pensaron, pero Felicia, al ver cómo Mile y Mavis guardaban el dinero sin siquiera confirmar la cantidad que había dentro del saco, levantó una ceja.

¿No les importa cuánto dinero hay adentro? ¿O tienen tanta fe en el Gremio? ¡Eh! Qué chicas tan fascinantes…

Mientras observaba la retirada de las chicas, las comisuras de la boca de Felicia se alzaron, muy ligeramente.

¡¡¡Waaaaaaaaaah!!!

El infierno acababa de congelarse.

Los cazadores que observaban temblaron de miedo ante la sonrisa malvada en el rostro de Felicia. Todos menos los veteranos, que podían decir que la sonrisa en el rostro de Felicia era de verdadera alegría…