Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 6

Capitulo 49: La Casa Aura

Parte 5

“¿De qué se trataba todo eso?” El personal de la cocina dio un suspiro colectivo de alivio. No tenían idea de lo que estaba pasando, pero al menos sabían que no estaban siendo reprendidos por algún error de su parte.

Este alivio duró muy poco, ya que poco después, la chica de cabello plateado de antes asomó la cabeza por la puerta una vez más.

“Um, me gustaría todos vinieran también.”

“¡¿¡¿Eeeehhhh!?!?”

Todo el grupo entró en la habitación de Leatoria: toda la familia Aura, incluidos Leatoria, Bundine el mayordomo, Pacto Carmesí y los tres miembros del personal de la cocina. Bundine y el personal de la cocina estaban de pie.

Mile, que había estado sentada, se puso de pie y miró a todos los reunidos.

“Muy bien, parece que hemos llegado a los últimos diez minutos del espectáculo. ¡Es hora de resolver este misterio!”

Aparte del Pacto Carmesí, que la había escuchado usar el término muchas veces antes, nadie en la habitación tenía idea de lo que quería decir con ‘espectáculo’, pero nadie era lo suficientemente denso como para molestarse en interrogarla en este momento.

“Ya sé cuál es el padecimiento de Leatoria-san”

“¡¿¡¿¡¿Quéeeeeeeeeeeeeeeeeee?!?!?!”

Todos gritaron por la sorpresa, con los ojos bien abiertos.

“M-Mile, ¿también estudiaste medicina?” preguntó Reina. “B-bueno, solo lo necesario, al menos…”

Claramente, Mile no podía responder a su pregunta con, ‘solo soy una aficionada’ o ‘simplemente sé algunas cosas’, así que hizo lo mejor que pudo para responder.

“¡¿E-Es cierto?! ¿Y p-puede ser curado?” intervino el Barón.

“Eso depende. Ahora, por favor, permitirme explicarles,” dijo Mile. “En primer lugar, creo que esta enfermedad es una que, en mi país, se llama beriberi.”

“¿Beriberi?”

“Si. Es una enfermedad causada principalmente por lo que comemos.”

“¡¿Q-qué?!” gritó el Barón.

“Uh…” El personal de la cocina se puso pálido de nuevo. “¡¿Con qué han estado alimentando a mi querida Leatoria?!”

Cuando el Barón se enfureció con ellos, con su cara como la de un demonio, el personal de la cocina se derrumbó en el suelo.

“¡Díganme! ¡¿Qué están tramando?! ¡¿Qué le hicieron comer?! ¡¿¡¿Quién les paga por hacer esto?!?!”

Mile extendió una mano para detener al Barón, que parecía listo para estrangular al personal.

“Por  favor  espere. No  quise  decir  que esas  buenas  personas  alimentaran  con algo extraño a su hija.”

Al darse cuenta de que la chica de cabello plateado que pensaban que iba a condenarlos estaba de su lado, el personal de la cocina miró a Mile con ojos suplicantes.

“Por el contrario, se podría decir que no le han estado dando de comer las cosas que debería comer…”

“¡¿¡¿Eeehhh?!?!”

¿Los estaba culpando o defendiendo? No podían saberlo. La confusión se extendió por toda la habitación, ya que ni el Barón ni el personal podían estar seguros de lo que estaba sucediendo.

“Ahora, permitirme explicar las cosas en orden,” dijo Mile.

“¡¿Por qué no hiciste eso desde el principio?!” exclamó Reina, pero Mile la ignoró y comenzó su explicación.

“En primer lugar, para que una persona viva una vida saludable, se necesita una dieta equilibrada y variada. Estoy segura de que todos saben esto, ¿verdad?”

Si bien este mundo todavía carecía de cosas como la ciencia nutricional, habían determinado al menos eso por experiencia. Y así, todos los presentes asintieron.

“La razón por la que se necesita comer muchas cosas diferentes es porque, incluso entre verduras y carnes, cada una tiene diferentes proporciones de los componentes que el cuerpo necesita.”

“¿Hm? Entonces eso significa—no me digas que…”

Digno de la cabeza de una casa noble. Esto fue todo lo que el Barón necesitaba escuchar para tener una conclusión adecuada.

“En efecto. La dieta de Leatoria tiene una variedad insuficiente. Además, los escasos nutrientes en su comida, que se descomponen fácilmente en agua y son delicados y débiles al calor, apenas permanecen una vez que se han lavado meticulosamente, se han calentado y se han separado del agua en la que se han hervido. Además, no le gustan las cebollas y otros alíum, que ayudan a absorber esos componentes…”

“Si ella cambia sus hábitos alimenticios, sus síntomas deberían comenzar a mejorar. No hay nada de malo en lo que está comiendo el resto de la familia, así que después de que la tengan en una dieta especial durante un tiempo y se recupere de su enfermedad, todos ustedes pueden volver a comer la misma comida.”

“¡Ohhh! ¡Oh cielo santo! ¿Es eso todo? ¡Por favor dime que eso es todo!”

“Sí, bueno, no puedo decirlo con absoluta certeza, pero estoy bastante segura de esto…”

Las lágrimas recorrían las mejillas del Barón. La humedad también estaba brotando en los rincones de los ojos de su esposa e hijos. Y en la cama, Leatoria, que estaba segura de que estaba condenada al deterioro constante hasta que pereciera, se quedó estupefacta al escuchar que sus propias preferencias alimenticias habían sido la causa de todo esto.

“E-eso no puede ser… ¿E-esta muerte horrible y lenta que estaba paralizando mi cuerpo y minando todas mis fuerzas, todo fue debido a mis preferencias en la comida? Todo por lo que me gustaba comer…”

“¡Por favor, Mile-san! ¡¿Qué debemos hacer?!”

El Barón presionó a Mile con fuerza para que buscara una solución.

“Umm, bueno, primero, por su menú: no pueden comer pescado, así que ella necesita carne de cerdo, frijoles, maíz y dos rebanadas de pan, y también cebollas, cebolletas, cebollines y ajo. No laven la carne y aumenten la cantidad de vegetales crudos que come, como las ensaladas. Ah, y por favor reutilicen el caldo de la cocina—no lo tiren. Además, deja de poner agua en su vino. No es efectivo para esterilizarlo, y el alcohol no es bueno cuando ya estás enfermo.”

“¡Por supuesto! ¡Entendido! ¡Por favor, haced justo como dice!” gritó el Barón a su personal de la cocina.

“¡A la orden, señor!”

Revitalizado, el personal se apresuró a regresar inmediatamente a sus puestos. “¡¿Quéeeeeeeee?!”  Al  escuchar  el  menú  que  Mile  había  enumerado, Leatoria  dejó

escapar un grito de desesperación.

“¡¡No te quejes!!” exclamaron sus padres y hermanos.

Con la oposición de toda su familia, Leatoria se arrastró debajo de su manta, enfurruñada.

Dejando a Leatoria, ahora un bulto en las mantas, detrás, el grupo se movió a la sala. “No sé cómo agradecerles lo suficiente… Rescataron a Bundine de su dilema, evitaron

que el nombre de nuestra familia fuera mancillado, asegurando la medicina de Leatoria. ¡Y ahora, de alguna manera, tú nos has dado una cura para su propia enfermedad!”

Inclinar la cabeza ante un plebeyo era algo que un noble simplemente no hacía. Y, sin embargo, aquí estaba el Barón, inclinando la cabeza hacia Mile. Incluso si se pudiera suponer que Mile y Mavis eran nobles, oficialmente todas eran plebeyas, profesando ser nada más que humildes cazadoras de rango C.

“Bueno, diría que todavía es muy pronto para agradecerme. Aunque creo que lo que dije probablemente sea correcto, en verdad no es más que la opinión de una novata. Es posible que desee retener su gratitud hasta que se recupere de forma segura…”

El Barón se sobresaltó momentáneamente, pero al ver que la expresión de Mile decía claramente, ‘Estoy diciendo esto por si acaso, pero en verdad estoy segura de que debería sanar’, recuperó la calma.

“Bueno, entonces, ¿qué tal esto? Haré una solicitud directa con el Gremio para que nos brinden la cura de la enfermedad de Leatoria”

“¡¿Qué?! ¿Está seguro?”

Mile se sorprendió, pero el Barón hizo caso omiso de su sorpresa.

“Es simplemente normal. No hay forma de que pueda dejar que una obra tan grande— tan enorme, quede sin recompensa. Si alguien más se enterara, el nombre de la Casa Aura— es decir, incluso si nadie se enterara—¡mi propio orgullo quedaría mancillado!”

El Barón realmente era una buena persona después de todo.

“Por supuesto, será mejor tratar esto como una solicitud posterior a la finalización, ya que el asunto ya está resuelto, pero no tiene sentido ir y venir al Gremio para hacer el procesamiento, y estoy segura de que todos se sentirán mejor si hay algunos resultados que confirmar. Entonces, una vez que la condición de Leatoria haya mejorado, haré la escritura y organizaré una solicitud directa para que se presente al Gremio. ¿Qué piensas?”

“¡¡¡¡Por favor y gracias!!!!”

¡Una solicitud directa de un noble, con una gran recompensa! En cuanto a los puntos de promoción, este era un bocado bastante jugoso. Era un logro que pocos cazadores de rango C podían esperar, un testimonio de su habilidad y credibilidad. Esto también sería un favor político para el Gremio: prueba de que una familia noble había llegado a confiar en ellas.

“Por cierto, perdona que cambie de tema, pero además de todas las cosas que mencionaste anteriormente, ¿qué más debería comer Leatoria? Sería muy aburrido que comiera lo mismo todos los días.”

“Er…” La pregunta del Barón era completamente razonable, pero Mile se había quedado sin palabras.

No era como si Mile fuera una nutricionista. Su conocimiento era solo un poco mayor al de una chica promedio de instituto, ya que había leído un poco del tema por diversión, ampliando su conocimiento más allá de lo que se había cubierto en las lecciones escolares.

Realmente, todo lo que sabía era que se podía identificar el beriberi por reflejos disminuidos, que la causa era una deficiencia de vitamina B1 y que había un puñado de alimentos que eran ricos de esta vitamina y otros que no lo eran.

Sin embargo, los únicos ejemplos de alimentos que conocía eran los de los libros de texto y otros manuales de instrucción, y en los únicos en los que podía pensar eran anguila, besugo, huevas de salmón y otros mariscos. En otras palabras, eran todas las cosas por las que sería imposible que estas personas consiguieran.

La única otra información que Mile pudo recordar sobre el beriberi fue que la marina japonesa había encontrado e implementado una solución para combatir la enfermedad en sus primeras etapas, pero el autor Mori Ōgai, quien era principalmente el cirujano general del ejército, se opuso violentamente a esta práctica y habló en contra de sus teorías nutricionales, suscribiéndose a la teoría del contagio de la enfermedad y condenando a muerte innecesariamente a muchos soldados de las fuerzas terrestres japonesas…

En otras palabras, lo que Mile recordaba eran trivialidades inútiles, completamente inaplicables a la situación en cuestión.

“Creo que probablemente hay muchos más alimentos que tienen los componentes necesarios, pero desafortunadamente esos son los únicos que conozco. En realidad, siempre y cuando tenga una dieta normal, debería estar bien. Después de todo, no hay nada malo en el resto de ustedes… Fue por casualidad que su dieta terminó tan desequilibrada esta vez. Pero bueno, por si acaso…”

¡Nanos!

¡POR FIN!

¿Qué significa eso? No es bueno para mí preguntar por cada cosa pequeña, así que realmente no me gusta confiar demasiado en ustedes, pero la vida de una persona está en juego, así que supongo que no puedo preocuparme por eso ahora… Bueno, como sea.

¡Confirmen por mí que hice lo correcto aquí!

Diagnosticarlo como beriberi fue solo mi juicio como amateur, pero ahora que lo pienso, podría haber miles de otras razones por las que su rodilla no reaccionó como debería—tal vez es una enfermedad que afecta su sistema nervioso, o tal vez tiene demasiada grasa debajo de su piel y la reacción fue opaca, o la golpeé en el lugar equivocado, o tal vez incluso la golpeé demasiado fuerte y le fracturé la rodilla. Si me dejé llevar por mi juicio rápido, entonces la solución que les di podría ni siquiera ayudarla.

Así que, por favor, ¡denme cuál es el diagnóstico correcto!

De hecho, aunque anteriormente había hecho el diagnóstico con confianza, Mile se sintió repentinamente ansiosa. Finalmente se había dado cuenta de lo imprudente que era hacer un juicio basado solo en la falta de reacción de la rodilla de Leatoria.

ENTENDIDO. AHORA ENTONCES, POR FAVOR CONCÉNTRESE EN LA MATERIA DE LA  ENFERMEDAD DE SUS PENSAMIENTOS, PODEMOS DETERMINAR LA INFORMACIÓN  NECESARIA  SOBRE  LA  ENFERMEDAD  Y ANALIZAR LO QUE ENCONTRAMOS. Y TAMBIÉN…

Y también, ¿Qué?

NO HAY NECESIDAD DE QUE DUDE EN CONFIAR EN NOSOTROS.

¡HONESTAMENTE, NO EN LO MÁS MÍNIMO! NO, DE HECHO, DEBEMOS DECIR QUE, ¡DEBE CONFIAR EN NOSOTROS! ¡POR FAVOR, CONFÍE EN NOSOTROS!

Lo pensaré… ¡Muy bien, acá voy! ¡Grnnnnnnnnnnnh!

HEMOS RECIBIDO Y ANALIZADO LA INFORMACIÓN. LA ENFERMEDAD ES EXACTAMENTE COMO LA DIAGNOSTICÓ, MILE-SAMA. SU DIAGNÓSTICO FUE CORRECTO.

Gracias al cielo… Ahora, me gustaría mover algunos alimentos de mi inventario al ‘almacenamiento’ y extraer la vitamina B1 de ellos. Como esa es la  deficiencia,  me gustaría condensarla en suplementos vitamínicos. ¿Pueden hacer eso?

NO PREGUNTE SI PODEMOS, SOLO ORDENE.

Entendido, ¡por favor háganlo!

AHORA ENTONCES, CUANDO DIGA LA SEÑAL, POR FAVOR PONGA EN EL ALMACENAMIENTO TODO LO QUE ESTÉ EN UNA ESFERA DE TREINTA CENTÍMETROS CENTRADO A TREINTA CENTÍMETROS FRENTE A SU ROSTRO. AHÍ ES DONDE SE REUNIRÁN LAS NANOMAQUINAS DE PROCESAMIENTO. EL TRABAJO SE COMPLETARÁ INSTANTÁNEAMENTE, POR LO QUE PUEDE TOMAR LAS PÍLDORAS, JUNTO CON LA ESFERA DE TREINTA CENTÍMETROS, FUERA DEL ALMACENAMIENTO. SI NO LO HACE, ENTONCES ALGUNOS DE NOSOTROS TERMINARÁN ATRAPADOS EN EL ALMACENAMIENTO.

¡Bueno! Ah, también tengo varios contenedores almacenados, así que pónganlo en uno de esos. Solo hagan tanto como quepa dentro. Además, tendré que descartar estos ingredientes despojados de nutrientes, así que por favor ponga a un lado lo que no use. No quiero comer ningún alimento sin nutrición.

¡ENTENDIDO! ¡AHORA ENTONCES, EL ALMACENAMIENTO!

¡Entendido!

“¿Qué pasa? De nuevo en las nubes…”

“Miley siempre está en las nubes…”

“¡Sh-shiiiiii!”

Después del intercambio habitual…

¡Cielos!

Un pequeño frasco apareció de repente en la mano de Mile.

TODAS LAS UNIDADES HAN SIDO DEVUELTAS CON SEGURIDAD. DEBIDO A QUE LA CANTIDAD APROPIADA PARA UNA SOLA DOSIS DEL COMPONENTE ESPECIFICADO HARÍA LAS PÍLDORAS MUY PEQUEÑAS, HEMOS INCLUIDO OTROS COMPONENTES Y AGENTES IMPORTANTES PARA INCREMENTAR LA INGESTA EN UNA SOLA PÍLDORA QUE PUEDE TOMARSE DESPUÉS DE CADA COMIDA.

AUNQUE NO HAY SÍNTOMAS MARCADOS, EL PACIENTE TAMBIÉN MOSTRÓ SEÑALES DE ENFERMEDADES INMINENTES POR DEFICIENCIA EN OTROS COMPONENTES, ASÍ QUE ESTO DEBE TENER EN CUENTA ESO TAMBIÉN.

Parecería que las nanomáquinas habían inventado un multivitamínico—o, mejor aún, un suplemento de uso múltiple—que también contiene calcio, magnesio, hierro y zinc. Sus nano amiguis realmente eran muy conscientes.

¡Gracias! ¡Esto es perfecto!

ESTAMOS REALMENTE ENCANTADOS DE ESCUCHAR SU ALABANZA.

“¿Qu—? ¿Magia de almacenamiento?”

Mile presentó el frasco al sorprendido Barón.

“Es un medicamento que contiene los componentes necesarios que le falta a Leatoria.

Por favor, que tome una tableta después de cada comida.” El Barón parecía realmente perplejo.

“B-bueno, eso es terriblemente conveniente…”

E increíblemente sospechoso. Una medicina tan perfectamente adaptada a la situación que era como si la hubiera preparado con anticipación. Sin embargo, ella no estaba pidiendo dinero, por lo que no era más que una bendición para la familia Aura…

El Barón se enorgullecía de tener la capacidad de leer a la mayoría de las personas bastante bien. Además, era inconcebible que alguien en este mundo pudiera haber ideado una trampa perfecta para caer.

“Es una vieja receta familiar—¡un remedio secreto!” dijo ella, empujándolo en las manos del Barón.

Con cautela, el Barón abrió el frasco. “¿Y cuánto nos costará esto?” preguntó.

Mile sonrió y respondió: “¡No se puede poner precio para ver la sonrisa de Leatoria- san!”

“¿Eh?”

En otras palabras, era gratis. O más bien, podría pagarlos con una sonrisa, cuando llegara el día.

“Hasta que se agoten, pueden funcionar para que Leatoria-san amplíe sus horizontes hasta donde ella quiera comer. Si no lo hace, existe la posibilidad de que sea presa de alguna otra enfermedad terrible en el futuro. Por favor, descubra algo que hacer sobre su selectividad—y sobre hacer algo de ejercicio. No tiene sentido que alguien tan esbelta y hermosa  como  ella  esté  muriendo  antes  de  siquiera  tener  la  oportunidad  de  casarse,

¿verdad?”

“E-entiendo. La amamos tanto que supongo que hemos sido bastante blandos con ella.

Nos encargaremos de eso,” respondió el Barón, asintiendo.

Parecía serio sobre esto—las cosas iban a salir bien.

***

“Realmente deberíamos habernos quedado a cenar también,” se quejó Reina mientras regresaban al Gremio en un carruaje prestado.

“¡Aún faltaban cinco horas para la cena! No podríamos esperar tanto tiempo. ¿Qué crees que dirían sobre nosotras si nos quedamos allí sin ningún motivo, solo para sacarles más comida y huir después?”

“Supongo que tienes razón. Pero aun así…”

Aunque era Mile, la misma que era un poco glotona, quien había señalado esto, Reina era incorregible.

Después de que su discusión había concluido, el Barón preparó una hoja con  los términos de su solicitud al Pacto Carmesí y pidió a uno de sus sirvientes que lo enviara a caballo al Gremio.

Esto significaba que Pacto Carmesí podía tomarse su tiempo, y una vez que  llegaran  al  Gremio,  podrían  recibir  su  recompensa  y  aceptar  la  solicitud  directa retroactivamente. Aunque aceptar la solicitud no significaría nada hasta que se muestren los resultados.

Finalmente, el carruaje se detuvo y se abrió la puerta de la cabina. “Hemos llegado a la rama del Gremio de Cazadores de la capital.”

Cuando las cuatro bajaron, Bundine las saludó con una reverencia de 10 grados. “Gracias por el viaje. Muy bien, hasta la próxima…”

La próxima, cuando tendrían que regresar para recibir una firma como prueba de que el trabajo se había completado. Mavis, que había hablado como representante del grupo, solo había inclinado la cabeza, pero Bundine ahora se bajó aún más a 45 grados del más profundo respeto.

“Muchas gracias. De verdad, de verdad se los agradezco desde el fondo de mi corazón.”

Comenzaron a aparecer manchas oscuras en el suelo debajo de su cara, pero Pacto Carmesí fingió no darse cuenta, agitando ligeramente las manos hacia Bundine mientras desaparecían en el salón del Gremio.

Por un breve momento después, Bundine se quedó mirando la puerta del Gremio y luego se subió a la parte trasera del carruaje.

“A la residencia.”

Y así, el carruaje emprendió su placentero viaje de regreso al hogar en la capital del Barón Aura.

***

“¡¿Cómo obtuvieron una solicitud personal de un noble tan pronto, después de llegar a la capital?! Y por curar la enfermedad de su hija con eso… ¡¿Quién demonios son ustedes cuatro?!”

Mientras hablaba, el tono de Felicia se volvió cada vez menos serio. “Bueno, si vas a preguntar quiénes somos…”

“Entonces supongo que será mejor que se lo digamos.”

“Mira, nosotras somos…”

“Cuatro aliadas, atadas al alma…”

“¡¡¡¡Pacto Carmesí!!!!”

Las cuatro gritaron la última parte al unísono y adoptaron su pose practicada.

Por supuesto, se abstuvieron de dejar salir el humo y las explosiones habituales, ya que estaban en el interior.

“Que… fue…”

Incluso ‘No-Hope Felicia’ no pudo obtener otra respuesta más que esa.

“Vale, Mile, ya que estabas tan segura, ¿qué piensas hacer si hiciste un diagnóstico incorrecto y su enfermedad no mejora? ¿Te das cuenta de lo imperdonable que sería romper sus esperanzas así?” preguntó Reina.

Aunque estaba bastante segura de que saldría bien—porque, después de todo, hablaban de Mile—todavía había una posibilidad de que algo saliera terriblemente mal algún día. La preocupación se extendió por su rostro y también por los de Mavis y Pauline. No eran lo suficientemente estúpidas como para mostrar tales preocupaciones frente a un cliente, por lo que lo habían mantenido oculto hasta ahora, pero, de hecho, habían estado realmente preocupadas.

“No te preocupes. Estoy bastante segura de que no me equivoqué, e incluso si eso no la cura, tengo otro plan bajo la manga. ¡Todo saldrá bien!”

“¿Otro plan? ¿Y cuál sería ese plan?” preguntó Reina.

Con una mirada tranquila y serena, Mile respondió, “¡Sanarla con magia, por supuesto!”

“¡¿¡¿C-cómo se supone que debemos ‘no preocuparnos’ por eso?!?! ¡¿¡¿No es eso peligrosamente imprudente?!?!” gritó Reina.

“¿Lo es?” preguntó Mavis. Ella realmente no tenía idea.

“Bueno, hablamos de Mile, así que…” Pauline se había rendido por completo. “¡De todos modos, va a salir bien!”

Y así, Pacto Carmesí regresó a su hogar—su hogar temporal, donde una pequeña niña con orejas de gato las estaba esperando.