Isekai Ryouridou (NL)

Volumen 12

Capitulo 2: Reapertura

Parte 6

Y al ver eso, la nariz de Mikel se arrugó.

“No hay necesidad de que alguien de la ciudad del castillo con su lengua mimada se obligue a comer giba. No sé qué tenías en mente viniendo aquí a la ciudad postal, pero si no quieres romperte el estómago, puedes quedarte dentro de esos muros de piedra y seguir comiendo carne de karon”.

“No yo…”

“Tengo trabajo del que ocuparme, así que no tengo tiempo que perder jugando con ustedes dos”, declaró Mikel antes de partir rápidamente.

Yang todavía parecía bastante preocupado mientras veía al hombre irse. “Entonces Mikel era un chef bastante famoso, ¿eh…?”

“¡Por supuesto! La Doncella de Blanco no era una posada especialmente grande, pero durante el período en que Mikel se desempeñó como jefe de cocina, su reputación fue igual a la de Selva’s Spear. En mi opinión personal, era uno de los mejores chefs de todo Genos”, respondió Yang apasionadamente, solo para encoger sus  delgados hombros  con decepción. “Pero entonces, solo porque llamó la atención del Conde Turan, se encontró con un destino tan horrible… Supongo que no hay necesidad de ocultar mis sentimientos a su alrededor de todas las personas, Sir Asuta. Simplemente no puedo aceptar la forma en que el Conde Turan trata a los chefs como simples herramientas. Por eso decidí ayudar a lord Polarth, aun sabiendo que me haría ganar la reprimenda de mi empleador, el conde Daleim”.

“Ya veo… estoy muy contento de poder trabajar junto con alguien como tú”, dije con seriedad.

El viejo y flaco chef me miró, la fuerza regresó a sus ojos. “¿Puedo comprar algo de su cocina, Sir Asuta…?”

“Por supuesto. Serán dos monedas rojas”.

Con la carne que había estado reteniendo el calor en el borde de la bandeja de metal, seguí adelante y preparé un myamuu giba.

Probablemente era la primera vez que alguien de la ciudad del castillo comía carne de giba.

Después de llevar tímidamente el myamuu giba a su boca, Yang se congeló de asombro.

“¿Esto… es carne de giba?”

“Sí. ¿Fue de tu agrado?”

“Este sabor realmente es tan bueno como la pechuga y la espalda de karon…” Una luz aún más brillante comenzó a llenar los ojos de Yang. “¿Y hiciste esto usando nada más que ingredientes de la ciudad postal?

¿Ingredientes que te permiten venderlo por solo dos monedas rojas?”

“Sí, aunque usé solo un poco de aceite tau”.

“Estoy sorprendido. Tendré que volver a examinar lo que planeaba ofrecer a la venta en la ciudad postal”. Con eso, Yang señaló el carro estacionado al borde de la carretera con su mano. “Por favor, acepta la leche de karon. Parece que debo regresar urgentemente a la mansión”.

“Entiendo. Mañana también tendrás que dejarme comprar algo de tu cocina, ¿de acuerdo?”

“Te prometo que prepararé un plato del que pueda estar orgulloso”, declaró Yang para tranquilizarlo.

***

Y así, logramos terminar nuestro trabajo de manera segura nuevamente ese día.

Por primera vez en varios días, pude preparar mi giba salteada arrabbiata y estofado de carne y chatchi para las posadas, y los puestos lograron vender un centenar de comidas cada uno. Realmente parecía que estábamos consiguiendo aún más clientes ahora en comparación con cómo habían sido las cosas antes de nuestro último descanso.

Gracias a los rumores difundidos por Zasshuma por toda la ciudad postal, muchos de los clientes preguntaron qué estaba pasando. Y la mayoría de ellos eran sureños y orientales, preocupados y queriendo saber: “¿Podrás seguir haciendo negocios?”

Mientras tanto, Cyclaeus no parecía estar haciendo ningún movimiento.

Aunque los guardias de la ciudad nos lanzaron algunas miradas algo tormentosas, nunca se acercaron y nadie nos atacó tampoco. Incluso aquellos bandidos que se visten como gente del borde del bosque parecían estar ocultos desde que regresé de la mansión de Cyclaeus.

“Al menos en la superficie, las cosas son bastante pacíficas…” murmuró Ai Fa mientras se paraba justo detrás del asiento del conductor en nuestro vagón, que estaba siendo arrastrado por Gilulu.

En el vagón estaban las tres mujeres Ruu y Li Sudra junto con uno de los jóvenes de las sucursales que actuaba como uno de nuestros guardaespaldas, mientras los demás nos acompañaban a lomos de totos prestados de los clanes Ruu y Lea, dos cazadores por ave. Mientras tanto, Tsuvai y Ama Min Rutim caminaban de regreso, con los seis cazadores que llegaron cuando el sol alcanzó su punto máximo vigilándolos.

“Solo quedan tres días para la reunión. Sería mejor que no sucediera nada hasta entonces, pero aun así…”

“Si. Rezaré para que las cosas permanezcan en paz hasta el día de la reunión”.

No era solo Dora, ya que personas como Milano Mas y Nail también parecían estar seriamente preocupadas por el futuro de la gente del borde del bosque.

El choque entre nosotros y Cyclaeus podría tener un impacto en el destino del propio Genos. Estas fueron realmente las secuelas que dejaron las acciones de Zattsu Suun.

“Oye, veo que volviste sano y salvo”, gritó Bartha mientras regresábamos al asentamiento de Ruu y nos dirigíamos a la cocina de la casa principal, para encontrarlos cortando leña en la parte de atrás. “¿Estás comenzando con la cena ahora mismo? ¿Crees que podría volver a mirar?”

Los cazadores, aparte de Ai Fa y Ludo Ruu, se dispersaron, y los miembros restantes de nuestro grupo se dirigieron una vez más a la cocina. Ryada Ruu también se fue a casa, pero aparte de eso, fue como ayer.

Sin embargo, el grupo a cargo de preparar la cena había sido intercambiado al azar, así que hoy nos acompañaron la abuela Tito Min y Rimee Ruu.

“Lala, se supone que eres la otra de turno, pero ¿volverás a cambiar con Sheera Ruu?” Preguntó Rimee Ruu mientras entramos a la cocina.

“¿Tienes algún tipo de problema con eso?” Lala Ruu respondió bruscamente, su rostro rápidamente se puso rojo.

“No. También hará feliz a Shin Ruu, ¡así que está bien para mí!” Rimee Ruu respondió con una sonrisa brillante.

A pesar de que esto fue básicamente lo que dijo ayer Ludo Ruu, parecía tan pura e inocente. Y así, esta vez Lala Ruu solo se puso roja como una remolacha en lugar de explotar de rabia.

“Oye, ¿qué vamos a hacer hoy?” Preguntó Rimee Ruu, aferrándose a mi pecho y haciendo la misma expresión que había usado cuando aplastó a su hermana momentos antes.

“Por hoy, estaba pensando en preparar un plato completamente diferente al que había hecho hasta ahora. Y quiero que tantas personas lo prueben como sea posible, para determinar si es o no una comida adecuada para la gente del borde del bosque”.

“¿En serio? ¡Hurra!” Gritó Rimee Ruu, frotando su cabello castaño rojizo contra mi pecho. Desde que regresé de la mansión de Cyclaeus, la niña me había estado mostrando aún más afecto.

“¡Oye, enana! Asuta todavía es técnicamente un hombre, ¿sabes? Así que no deberías abrazarlo como si nada”, reprendió Ludo Ruu, sonando un poco enojado.

Pero con su mejilla aún presionada contra mi pecho, Rimee Ruu adorablemente sacó la lengua.

“¡Silencio,  malvado!  Puedo  decidir  por  mí  mismo  a  quién  abrazar, ¿verdad?”

Ante eso, Ludo Ruu agitó su cabello.

Para mantener la paz, intervino: “Bueno, entonces, ¿empezamos?” Primero vinieron los preparativos para los negocios de mañana.

Al igual que ayer, comencé cortando en silencio la carne para el myamuu giba. Aunque tomó bastante tiempo preparar lo suficiente para cien comidas, el trabajo en sí no fue especialmente difícil.

Una vez que terminó, finalmente llegó el momento de preparar la cena.

Por hoy, apuñalaría mi tan esperado plato de carne frita de giba… las chuletas de giba.

“Ahora bien, ¿cómo resultó el fuwano?” Pregunté, revisando la masa que había estado descansando sobre un plato de madera desde ayer.

Tal como lo describió Polarth, se había secado.

Si bien no iría tan lejos como para llamarlo rígido como una roca, fue lo suficientemente duro como para no pellizcarlo. Parecía que haberlo hecho con menos de un centímetro de grosor había valido la pena, ya que parecía haber perdido bastante humedad en el interior.

“Muy bien, esto parece funcionar. Reina y Sheera Ruu, siempre y cuando no interfiera con tus trabajos, si quieres, ¿por qué no…?” Empecé a decir, solo para encontrar sus intensas miradas girando en mi dirección mientras seguían trabajando intensamente.

“Oye, ¿qué vas a hacer con eso?” Rimee Ruu cuestionó mientras cocinaba el poitan para la cena.

“Con esto, primero tenemos que convertirlo de nuevo en un polvo fino”, respondí, sosteniendo un rallador del tipo que usaban en la ciudad de correos, que no tenía agujeros, solo muescas, y estaba hecho con el piso con caparazón de algún tipo de crustáceo.

Afortunadamente, no resultó difícil usar eso para rallar el fuwano, que se desmoronó. Si bien era un utensilio de cocina notablemente primitivo, no tuvo ningún problema para manipular el fuwano, ya que no era especialmente duro.

En poco tiempo, tenía un pequeño montón de migas de fuwano encima de mi tabla de cortar.

“Entonces, tuesta esto en seco en una olla sin grasa”, le expliqué más a Reina y Sheera Ruu en lugar de a Rimee Ruu mientras me ponía a trabajar.

Con eso, la humedad se eliminó prácticamente por completo de las migas de fuwano, dejándolas bien y resecas. Habían adquirido un color un poco cremoso, por lo que al menos visualmente me parecían un sustituto adecuado del panko.

“El siguiente es la carne. Primero corta los tendones de la carne de la espalda y luego los golpea con un palo. Y lo queremos más tierno que con los bistecs, así que hazlo bien”.

Para el corte, fui con solomillo.

Si estuviera pensando en calorías, sería mejor elegir el filete o la carne del muslo, pero me habían dicho antes que usar el solomillo mantendría bajo el contenido de grasa. Eso fue porque al principio el filete y la carne del muslo carecían de grasa, lo que significaba que absorbían más aceite durante la fritura… Esa pequeña trivia en realidad había venido de mi amiga de la infancia Reina de todas las personas.

“¡Por eso como chuletas de solomillo en lugar de filetes!” Recordé que dijo con una sonrisa despreocupada mientras se llenaba las mejillas con el tonkatsu que mi padre había preparado.

En última instancia, la declaración de Reina había sido la de una chica normal de secundaria, por lo que tal vez era peligroso aceptarla sin dudarlo. Pero tenía otra razón para elegir el solomillo en lugar del filete: la forma de la carne.

Como el filete era largo y estrecho, normalmente lo cortarías de lado para hacer  unas  chuletas  pequeñas  y  redondas.  Pero  cuando  eran  tan pequeños, eso solo aumentaba la cantidad de área de superficie para cubrir, y pensé que eso conduciría a una mayor cantidad de aceite en la comida.

Estaba en conflicto, dividido entre el deseo de mostrarles a todos lo deliciosas que eran las chuletas, mientras que tampoco quería hacer un plato tan alejado de lo que había preparado hasta ahora.

En cualquier caso, esos diversos pensamientos fueron los que me llevaron a elegir el solomillo.

Y así, seguí adelante y golpeé a fondo el corte plano de solomillo frente a mí. Como quería que la probara tanta gente como fuera posible, elegí un trozo extra grande de quinientos gramos. Comenzó con unos tres centímetros de grosor, y cuando se redujo a aproximadamente la mitad de eso, estaba listo. Con ese grosor, no tardaría mucho en calentarse.

“Luego le frotamos sal y hojas de pico, y una vez hecho esto, hacemos el recubrimiento”, dije, abriendo el paquete de tela que había sentado encima de mi estación de trabajo.

Mientras seguía trabajando en hornear el poitan, Rimee Ruu soltó un emocionado, “¡Ooh! ¡¿Qué es eso?! Es algo lindo, ¿no?”

“Este es un huevo de kimyuus. Los kimyuus son un tipo de ave que se comen los habitantes del pueblo”.

Lo había comprado en un lugar que se especializaba en criar kimyuus y vender su carne.

La gente del borde del bosque nunca tuvo ningún problema para obtener suficiente proteína animal en sus dietas, y yo nunca había visto huevos de kimyuus que se vendieran en los puestos tampoco, así que para la mayoría de los presentes, esta sería la primera vez que veían uno.

“Primero lo abrimos en un plato de madera, luego mezclamos la yema y la clara. A continuación, cubrimos la carne uniformemente con harina de fuwano ordinaria, luego la sumergimos en nuestro huevo revuelto y finalmente le damos una capa de las migas de fuwano que acabamos de secar asado. Sin embargo, tenga cuidado de no hacer que la capa sea demasiado gruesa”.

“Bien,” Reina y Sheera Ruu respondieron desde la distancia. “Y luego, finalmente es hora de la manteca”.

“¿Manteca de cerdo?”

“Es grasa de giba hervida. Incluso aquí, en el borde del bosque, haces normalmente las cosas para velas, ¿verdad? Es más o menos lo mismo”.

Lo había preparado con anticipación y le pedí a Ai Fa que lo trajera de regreso a casa por la mañana. Después de todo, ella ya había estado montando Gilulu todas las mañanas desde ayer para administrar la despensa y traer carne de giba.

Antes, había guardado la manteca de cerdo en una bolsa de cuero, pero últimamente cambié a un frasco con tapa, que era más hermético. No era como si se echara a perder tan fácilmente, pero si se oxidaba, el sabor claramente empeoraría, así que incluso agregué una tapa interior hecha de una hoja de suurub.

Cuando tiré de la tapa interior para soltarla, había una hebra pegajosa de manteca de color crema adherida a ella. Usando una espátula de madera, agregué lo suficiente a la olla para sumergir de manera segura un trozo de carne con profundidad de sobra.

“Ahora debemos calentar la manteca, luego agregar la carne y dejar que se cocine bien. Manejar las llamas aquí es la parte más difícil, así que si decides hacer un uso regular de esta receta, te la enseñaré nuevamente por separado”.

“Bien”, respondieron una vez más.

Cuando agregué leña a la estufa, la manteca pronto se volvió transparente cuando la superficie comenzó a temblar.

Pasaron varios minutos mientras mantenía el fuego a fuego medio.

Cuando lo pinché con mis largos palillos de grigee, subieron burbujas bastante grandes, así que seguí adelante y eché una pizca de esas migas de fuwano horneadas.

Con un crujido, las migas de fuwano saltaron a la superficie.

Parecía estar listo. Quería cocinar cada trozo de carne durante el menor tiempo posible, para que no absorbiera más aceite del necesario. Entonces, apunté alrededor de 180 grados.

“Muy bien, intentemos freír un poco. Ah, Rimee Ruu, ¿puedo pedir prestados varios pinchos de metal?”

Como Rimee Ruu acababa de hornear el poitan, rápidamente respondió a mi pedido.

Coloqué algunas hojas de suurub sobre un plato de madera, luego coloqué las brochetas en capas en un patrón alterno a lo largo del borde exterior. Naturalmente, la idea era hacer una rejilla de metal de reemplazo para depositar temporalmente las chuletas fritas.

Una vez hecho esto, recogí un poco de carne rebozada y la coloqué suavemente en la olla.

Y esta vez, la manteca de cerdo comenzó a crepitar seriamente. “¡Wow, increíble!” Rimee Ruu proclamó emocionada.

Ai Fa, Ludo Ruu y Bartha observaron con gran interés, mientras que Reina y Sheera Ruu parecían un poco ansiosas mientras se ocupaban de su propio trabajo mientras miraban hacia arriba. Y mientras tanto, el olor a manteca de cerdo caliente llenó la cocina.

“Hmm… Este parece el plato más elaborado que nos has mostrado desde el bistec de hamburguesa”, proclamó la abuela Tito Min con una sonrisa mientras caminaba, aparentemente habiendo terminado de preparar el guiso de giba.

El color del recubrimiento cambió constantemente. Una vez que estuvo frito hasta que quedó dorado, lo levanté con una brocheta de metal.

“Ahora solo tenemos que esperar a que gotee el exceso de aceite y estará listo. Rimee Ruu, hay una cosa más que me gustaría pedirte que hicieras. ¿Podrías ir a buscar a cuatro o cinco de los hombres?”

“¿Hombres? ¿Pero por qué?”

“Bueno, como dijo Tito Min Ruu, este plato es único, tanto como el bistec de hamburguesa. Así que me gustaría ver si los cazadores más obstinados que Ludo Ruu y Ai Fa todavía creen que es apropiado para una cena aquí en el borde del bosque”.

“Entiendo. Pero todos los hombres están en el bosque colocando trampas y esas cosas… Ah, ¡¿entonces qué tal si le pregunto a Ryada Ruu?! ¡Y Mida y los hombres que regresaron de la ciudad postal también podrían intentarlo!”

Habiendo resuelto el problema por su cuenta, Rimee Ruu salió corriendo de la cocina.

Ciertamente no llamaría terco a Mida, pero pensé que aún estaba bien, ya que casi nunca tuve la oportunidad de alimentarlo con mi comida.

“Asuta, hemos terminado con el trabajo en nuestro extremo por el momento”.

Con eso, Reina y Sheera Ruu finalmente se unieron directamente.

“Este es un plato tan misterioso como el filete de hamburguesa, ¿no es así? Por alguna razón, he sentido que mi corazón latía terriblemente rápido desde hace un tiempo”.

“Esta será la primera vez que lo aborde también. Realmente espero que salga bien”.

El primer problema sería asegurarse de que no esté a medio cocer. Luego vino la pregunta de si se adaptaba a los gustos de la gente del borde del bosque. Y finalmente, estaba la cuestión de determinar si el plato actuaría o no como veneno cuando se agregara a sus vidas.

Personalmente, me sentía más nervioso de lo que había estado desde que le presenté la giba de bistec y asado a Donda Ruu.

“¡Asuta, perdón por la espera!” Rimee Ruu gritó, llegando justo antes de que la muestra terminara de enfriarse.

“Gracias”, comencé a responder, y luego de repente me encontré sin palabras.

Efectivamente, Ryada Ruu también estaba parado allí, pero estaba acompañado por su hermano mayor y el hijo de ese hombre… En otras palabras, Donda y Jiza Ruu.

Y detrás de ellos estaban Shin Ruu y Mida.

“¡Estos dos estaban de regreso del bosque! Papá y Jiza son los más obstinados en todo el asentamiento de Ruu, así que deberían estar bien,

¿verdad?” Dijo Rimee Ruu, hinchando su pecho con una risita.

Mientras contenía mi impulso de estremecerme, seguí adelante e incliné mi cabeza en su lugar.

“Perdón por esto. Estoy seguro de que Rimee Ruu ya lo explicó, pero ¿te importaría participar en esta prueba de sabor?”

“Parece que fuiste e hiciste otro plato raro”, refunfuñó Donda Ruu. “¿Eso es en serio carne de giba? Solo me parece un trozo de tierra o algo así”.

“Esto es carne de lomo de giba, y está cubierta con migas de fuwano y huevos de kimyuus. Seguiré adelante y lo cortaré en varios pedazos ahora…”

Había seis hombres y cinco mujeres, así que si nos sumamos a mí, Ai Fa y Bartha a ese recuento, obtuviste catorce en total. Aun así, la chuleta era un gran trozo de carne de quinientos gramos, por lo que una sola pieza por persona funcionaría.

Empecé cortándolo por la mitad y de inmediato quedó claro que no tenía que preocuparme de que no estuviera cocido. No quedaba nada de rojo y la carne se había vuelto de un hermoso tono marfil. Y la forma en que un poco de aceite transparente se filtraba lentamente entre la carne y la capa estaba despertando seriamente mi apetito.

Una vez que terminé de cortarlo en pedazos, también seguí adelante y espolvoreé un poco de jugo de la cáscara de limón encima.

Tenía el objetivo de crear algo parecido al tonkatsu, y al menos en términos de apariencia, parecía haber salido perfectamente.

Sin embargo, el problema real era cómo lo juzgaba la gente del borde del bosque.

“Por favor, prueba… No, espera, esta es la primera vez que hago este plato, así que déjame intentarlo primero”, declaré, recogiendo un trozo de chuleta de giba.

Cuando me lo metí en la boca y le di un mordisco firme y agradable, primero me impresionó la textura agradable y luego sentí que se filtraba una gran cantidad de aceite muy caliente.

El revestimiento de miga de fuwano era bastante ideal en términos de grosor y textura. Y tal vez fue porque había usado manteca de cerdo, pero tenía un sabor increíblemente rico.

Para ser honesto, esta fue la primera vez que usé manteca de cerdo para freír chuletas. Pero podías conseguir croquetas fritas con manteca de cerdo en el distrito comercial, o comprarlas en las carnicerías, que fue lo que me dio la idea.

¿Era este sabor de la carne de giba o de la manteca de cerdo? Podía sentir que la delicia de la carne se había filtrado en la capa, pero afortunadamente no fue abrumadora. Pero agregar aún más delicia al maravilloso sabor de la carne de giba hizo que se sintiera como una explosión de sabor en mi boca.

Y el acento amargo del jugo de fruta de sheel también era agradable y agradable.