Isekai Ryouridou (NL)

Volumen 12

Capitulo 1: La Ciudad Postal Muy Perdida

Parte 7

Al darse cuenta de mi mirada, Leito me devolvió la sonrisa.

“Creo que la gente del borde del bosque terminó su expiación cuando los crímenes de Zattsu y Tei Suun salieron a la luz. El resto de ustedes son simplemente víctimas traicionadas por el líder de su clan”.

“No estoy de acuerdo con eso. Quiero decir, ni siquiera nos dimos cuenta de todo lo que Zattsu Suun había hecho hasta que ese tipo Kamyua hizo un movimiento”, respondió Ludo Ruu con un puchero, pero la sonrisa de Leito permaneció sin cambios.

“Pero todos ustedes sacaron a los Suun de su posición como el clan líder antes de que Kamyua hiciera algo, ¿no es así? Si los Suun todavía hubieran sido los líderes del borde del bosque en ese momento, su gente estaría en una posición aún peor ahora, ¿no es así?”

“¿Entonces no nos odias…?”

“Mi padre fue asesinado por Zattsu Suun y sus compinches, pero eso sucedió antes de que yo naciera. Mi madre me siguió poco después, y aunque Milano Mas me crio, no habló de los criminales del borde del bosque frente a mí. Así que realmente no crecí pensando en mí mismo como una víctima”.

Y, sin embargo, cuando capturaron a Zattsu Suun, sus mejillas también estaban empapadas de lágrimas.

¿Ludo Ruu también había visto eso? En cualquier caso, el joven estaba haciendo crujir su cabello castaño amarillento mientras miraba a Leito, quien solo estaba sonriendo inocentemente.

“¿No te cansas viviendo así?”

“No diría que tengo la edad suficiente para sentir ese tipo de cansancio todavía”.

No pude evitar preguntarme cuántos niños de diez años más o menos podrían dar una respuesta como esa.

“Seguro que es un tema difícil el que estás discutiendo allí”, dijo Bartha, frunciendo el ceño. “Así que volviendo a la normalidad, ¿existe la posibilidad de que Jeeda aparezca de repente en algún lugar de este asentamiento?”

“No estoy realmente seguro. Cuando hablamos por última vez, fue como si me estuviera dando una última despedida. Sin embargo, todavía no parecía muy aficionado a la gente del borde del bosque, así que tengo algunas dudas”.

“Pero hizo todo lo posible para mostrarse cuando ese noble te estaba abrazando, ¿verdad? No es exactamente algo de lo que presumir, pero es muy difícil para mí imaginarlo poniéndose en riesgo por alguien con quien ni siquiera está relacionado así “, dijo Bartha, mirándome lentamente. “Me parece que está bastante enamorado de ti… ¿O tal vez simplemente se siente culpable por dirigir su odio a la persona equivocada?”

“Cierto. Le pareció un gran golpe cuando se enteró de que los criminales del borde del bosque eran, en última instancia, solo subordinados manipulados”.

Todavía podía recordar el rostro de Jeeda de ese momento frente a la casa del Fa, y cómo parecía que estaba al borde de las lágrimas.

Si todos los criminales ya están muertos… ¿Entonces contra quién debería estar blandiendo mi espada…? Jeeda había dicho.

No creía en la idea de buscar venganza.

Pero Jeeda, Bartha, Leito y Milano Mas habían perdido a su familia por un plan cruel impulsado únicamente por la codicia.

Zattsu Suun y sus subordinados habían pagado esos crímenes con sus vidas en el transcurso de estos últimos diez años, pero si alguno de los involucrados seguía vivo y no era juzgado, no podía simplemente quedarse solo.

“Aun así, no puedo imaginar que arrastrar a alguien como yo sea todo lo que necesitas para cruzar espadas con un noble”, dijo Bartha con un trago salvaje de vino de frutas. “Es cierto que sé mejor que nadie que los Barbas Rojas nunca mataron a nadie. Pero yo fui uno de ellos hasta que nació mi hijo, y no puedo imaginarme a la gente del castillo escuchando el testimonio de alguien que solía ser un bandido”.

“Pero has tenido contacto con alguien del castillo antes, ¿no es así? Creo que esa es, en última instancia, la razón por la que Kamyua cree que puedes probar la culpabilidad de Cyclaeus”.

Ese era un hecho nuevo del que recién nos habíamos enterado hoy.

Aparentemente, el subordinado de Cyclaeus se había acercado a los Barbas Rojas antes de que fueran acusados falsamente.

“Sin embargo, ni siquiera sé si eran realmente de la ciudad del castillo. Simplemente se vestían como si estuvieran acomodados”.

“Pero esa persona trató de incitarte a atacar a los enviados de Banarm, ¿verdad? Cyclaeus probablemente conspiró para usar a los Barbas Rojas como peones antes de ir a Zattsu Suun en su lugar… O al menos, eso es lo que dijo Kamyua”.

El asunto ya se había discutido frente a los principales jefes de clan durante el día.

Cyclaeus inicialmente había planeado traer a los Barbas Rojas debajo de él, y cuando eso falló, se apresuró a actuar para eliminarlos.

Tal vez siempre tuvo la intención de hacer uso de ambos, o tal vez decidió confiar en un hombre problemático como Zattsu Suun porque no logró ganarse a los Barbas Rojas … Naturalmente, nada de eso estaba claro para mí, pero en Por lo menos parecía que los Barbas Rojas habían sido colocados en tal situación.

“Aun así, queda una cosa que no tiene sentido para mí”, dije, decidiendo expresar la duda que me había estado persiguiendo desde temprano ese día. “Esas circunstancias son algo que solo los miembros de Barbas Rojas y tal vez algunas personas en el campamento de Cyclaeus deberían conocer. Y, sin embargo, Kamyua estaba lleno de confianza en que ibas a ser el factor decisivo desde el principio. ¿Cómo consiguió exactamente esa información confidencial? ”

“No fue ‘confidencial’ ni nada por el estilo. Goram y yo conocíamos a Kamyua Yoshu desde el principio”.

“¿Cómo dices…?”

“Han pasado más de diez años desde que ese hombre turbio vino a nosotros con su cuestionable historia. Cuando ese tipo estaba comenzando como guardaespaldas, se topó con mi Goram en un bar y realmente se llevaron bien. Si las cosas hubieran sido un poco diferentes, ese chico de cabello rubio podría haber terminado uniéndose a los Barbas Rojas, incluso”.

Sentí que estaba a punto de caer al suelo cuando escuché eso.

En serio, ¿cuánto iba a molestar a la gente antes de sentirse satisfecho? Y al verme en ese estado, Leito volvió a sonreír.

“Kamyua ha vagado por el reino occidental durante más de diez años, después de todo. Y ha formado vínculos con todo tipo de personas en todo tipo de lugares, hasta el punto de que incluso me sorprende. Estoy seguro de que la razón de vivir de Kamyua radica en tejer esos innumerables hilos que está atado a otros en una imagen que sea de su agrado”.

“Bien… ¿Entonces esto no fue una coincidencia, sino una inevitabilidad?”

“Sí. De sus cientos de vínculos, Kamyua ha elegido a los Barbas Rojas, a mí, a Milano Mas, al señor de Genos y a otros para tejer un retrato de la derrota de Cyclaeus. Así es como yo lo veo”.

Seguro que es otra cosa. Es como si fuera una especie de dios, jugando con el destino de los mortales, ¿eh? Bartha intervino, sonando bastante disgustado.

Mientras tanto, Leito inclinó adorablemente la cabeza en respuesta. “Aun así, Kamyua parece pensar en sí mismo como un hilo más en el tapiz. Y por eso siempre está sonriendo y diciendo que si no trabajas al máximo, nunca lograrás el resultado que deseas”.

“Estoy seguro de que ese chico rubio no se encontrará con una muerte placentera. Sin embargo, no es que tenga espacio para hablar, con la forma en que he vivido mi vida”. Con eso, la mirada firme de Bartha miró a todos los presentes. “En cualquier caso, es imprudente oponerse a una cabeza noble aquí en el reino occidental. No tienes la más mínima posibilidad de ganar así. Es exactamente por eso que mi esposo formó un grupo de bandidos, para luchar contra ellos poco a poco. Pero al final, aún lo ejecutaron…”

“Sí. Pero Kamyua ha formado un vínculo con el duque Marstein Genos, y también ha logrado aliados de nobles como Melfried y Polarth. A este ritmo, incluso el  Conde Saturas, el gobernante de la ciudad postal, puede involucrarse. Y si eso sucede, es posible que Cyclaeus quede realmente aislado”, dijo Leito, luego se volvió hacia mí. “Aun así, incluso Kamyua no había predicho que la gente del borde del bosque ya tendría vínculos con Polarth. Como Kamyua no puede regresar a Genos todavía, el plan era que yo me pusiera en contacto con Polarth en su lugar mañana”.

“Sí, como dije antes, dado que fui descuidado, no tuvimos más remedio que confiar en él”.

“Ciertamente suena como si lo hubieras pasado mal. Kamyua nunca imaginó que la hija de Cyclaeus haría tal cosa. Pero parece que ahora hay más y más críticas a Cyclaeus en toda la ciudad postal, así que al menos parece que algo bueno salió de tus problemas”.

Aun así, no estaba exactamente en posición de decir: “¡Me alegro de escucharlo!” a ese. Y Ludo Ruu también estaba haciendo una cara bastante disgustada.

A pesar de todo eso, Leito mantuvo una sonrisa alegre mientras continuaba, “Estas circunstancias pueden ser similares a cuando Kamyua intentaba atrapar a Zattsu y Tei Suun. Kamyua había preparado todo tipo de planes de antemano en ambos casos, solo para que la gente del borde del bosque moviera las cosas en  una mejor dirección por su propia voluntad primero, antes de que él pudiera ejecutar cualquiera de ellos. Tal vez sea extraño decirlo cuando ambos nos enfrentamos al mismo enemigo, pero realmente se siente como si los vientos del destino soplen en tu dirección ahora”.

“Oye chico, dijiste que eras el discípulo de Kamyua Yoshu, ¿verdad? Pero no hay necesidad de imitar la forma de vida de tu maestro con tanta precisión, ¿sabes?” reprendió Bartha a Leito en un tono intimidante. “Todos tienen sus propios pensamientos y sentimientos. Si te olvidas de eso y vas a jugar con el destino de todos como quieras, realmente podrías tener un final terrible”.

“Realmente no creo que esté jugando con el destino de nadie. Simplemente creo que es posible que no puedas vivir una vida feliz incluso si aceptas el destino que te dieron los dioses tal como está”.

“Te lo digo, no es bueno andar diciendo cosas así…”, dijo Bartha con el ceño fruncido. Trazó lo que parecía un pentagrama con su dedo frente a su pecho, luego murmuró algo en su boca. Tal vez fue una oración pidiendo perdón al dios occidental Selva por la falta de respeto de Leito.

“En cualquier caso, la suerte ya está echada. Kamyua definitivamente seguirá trabajando para exponer los viejos crímenes de Cyclaeus”.

“Pero no parece que regrese a tiempo para la reunión, ¿verdad? ¿No está Kamyua preocupado por dejar todo en manos de Zasshuma y Melfried?” Intervine.

“Hmm,” murmuró Leito mientras cambiaba a una linda pose de pensamiento. “Ciertamente no estaría de más si Kamyua regresara en persona. Pero si ese grupo de milicias desplegado en el norte se reuniera para capturar a los ladrones vestidos como gente del borde del bosque… Podría resultar un poco difícil abrirse paso”.

“¿Entonces Cyclaeus realmente tiene la intención de incriminar a Kamyua y a esos hombres del clan Ruu como bandidos?”

“No sé nada con certeza. Pero los rumores de esos bandidos habían llegado hasta Banarm cuando estábamos descansando allí, por lo que Kamyua debe haber sido capaz de predecir eso”.

Así que ese tipo todavía estaba conspirando con su habitual sonrisa distante, incluso cuando viajaba por tierras lejanas, ¿eh?

Una especie de silencio letárgico se apoderó de la habitación, solo para ser roto por la voz retumbante de Bartha.

“Ustedes también se han metido el cuello en algunas cosas problemáticas, ¿eh? Si ustedes, los cazadores, se hubieran quedado en la montaña a la que pertenecían, nunca se habrían enredado en este lío, ¿sabe?”

“Sí, pero la gente del borde del bosque terminó teniendo mala sangre entre nosotros y Cyclaeus de todos modos, sin ninguna relación con las acciones de Kamyua Yoshu. Supongo que probablemente no había forma de evitar la situación actual…”

“Hmph, qué desperdicio. No es frecuente ver una montaña con cientos de buenos cazadores como este”.

Con eso, la expresión de Ludo Ruu cambió un poco más hacia la habitual mientras se inclinaba hacia adelante.

“Eso me recuerda, tú también eres un cazador, ¿verdad? Esta es la primera vez que veo a una mujer cazadora que no sea Ai Fa”.

“Sí, desde que nací en Masara para empezar. Por supuesto, me escapé una vez que cumplí los dieciocho, y luego conocí a Goram… Y al final también perdí esa nueva vida mía, y tuve que regresar a casa, donde ni siquiera me quedaba familia.”

“Hmm… Pero no estás usando el atuendo de un cazador. A pesar de que ese chico Jeeda tenía una capa hecha con la piel de una especie de leopardo…”

“Una piel de leopardo de gaaje, querrás decir. Me destacaría seriamente si me pusiera algo así por aquí, ¿no es así? Así que lo dejé en casa”.

Cubrimos temas tan importantes durante todo el día, así que tal vez ya era hora de que todos se cansen de hablar sobre Cyclaeus.

Bueno, ya habíamos cubierto más o menos toda la información esencial. Donda Ruu y todos los demás parecían confiar en Bartha lo suficiente como para permitirle permanecer en el asentamiento al menos, así que eso significaba que todo lo que teníamos que hacer era esperar hasta el día 15 del mes blanco.

Mientras esos pensamientos pasaban por mi cabeza, la tensión desapareció de mis hombros, pero luego vi a Ai Fa abrir la boca de repente después de permanecer en silencio durante tanto tiempo, lo que hizo que volviera a prestar atención.

“Bartha de Masara… ¿Estás diciendo que naciste en una línea de cazadores, entonces?”

Mientras se rascaba la barbilla rugosa, Bartha se volvió hacia Ai Fa.

“No es nada tan grandioso. Solo que cuando naces a los pies de Masara, todo lo que puedes hacer para ganarte la vida es cazar pájaros barobaros. Si mal no recuerdo, tenía quince años cuando maté por primera vez a un leopardo gaaje y fui reconocido como un adulto de pleno derecho”.

“Yo también tenía quince años cuando pude derribar por primera vez un giba por mi cuenta…”

“Ooh, se supone que los giba son tan duros como los leopardos gaaje,

¿verdad? Eso sí que es algo, con esos bracitos frágiles que tienes “, dijo Bartha con una sonrisa brillante. Era una sonrisa viril y feroz, pero también bastante encantadora al mismo tiempo. “Aun así, es cierto que también tienes la fina mirada de un cazador. No hay tantas mujeres cazadoras ni siquiera en Masara. Cuando naces tan grande como yo no hay problema, pero correr por el bosque es difícil para una mujer promedio”.

“Tú…”

“¿Mmm? ¿Qué pasa?”

“Es solo que… ¿Eras un cazador y, sin embargo, tenías un hijo?” Tragué saliva.

Sin embargo, la sonrisa de Bartha se mantuvo sin cambios.

“Lo mencioné antes, ¿no? Tuve a Jeeda después de dejar Masara. Toda mi familia fue asesinada por leopardos de gaaje y nadie quería que me casara en su casa, así que me fui de la casa por un tiempo. Y luego, debido a mi fuerza, fui aceptado en los Barbas Rojas. Menos de dos años después fui bendecido con Jeeda. Poco tiempo después, perdí a mi esposo y a todos nuestros camaradas, así que decidí volver a vivir como cazador”.

“Ya veo…”

Por alguna razón, mi corazón dio un vuelco.

En realidad, si soy sincero, supe la razón desde el principio. Justo como había dicho Ludo Ruu, ella era la primera cazadora que conocía además de Ai Fa. No debí haber prestado atención a ese punto hasta ahora porque estaba concentrado en Cyclaeus… Además, supongo que estaba el hecho de que Bartha se veía más varonil que muchos hombres por ahí.

“Las cazadoras de Masara generalmente abandonan el trabajo después de tener hijos. Como no puedes subir a la montaña durante años después de tener uno, tiendes a perder bastante habilidad y fuerza”.

“Ya veo.”

“Pero bueno, yo era tan fuerte como la mayoría de los muchachos para empezar. Y no tenía otra forma de ganar monedas, así que trabajé como un loco para recuperar mi fuerza”.

“Cierto…”

“Honestamente, probablemente no hubiera sido capaz de esforzarme tanto si Jeeda no hubiera estado presente. Pero gracias a él, no podía renunciar exactamente a la vida”.

Ai Fa permaneció en silencio, sin expresión alguna en su rostro.

Sin embargo, sus ojos azules hacían que pareciera que estaba seriamente preocupada por algo.

Encontré eso un poco difícil de soportar, así que miré a todos los demás. Leito solo estaba sonriendo mientras escuchaba a los dos hablar.

Shin Ruu había estado incluso más callado que Ai Fa, y estaba mirando por la ventana, aparentemente vigilando atentamente.

En cuanto a Ludo Ruu… Su mirada se encontró con la mía y me lanzó un guiño juguetón.

Sin pensarlo, me di la vuelta y luego di un pequeño suspiro. Mi corazón no había frenado sus latidos en lo más mínimo.

“Por cierto, tengo que estar encerrado aquí en este asentamiento hasta el día 15 del mes blanco, ¿no es así?” Preguntó Bartha, volviéndose hacia Ludo Ruu ya que Ai Fa se había quedado en silencio. “Sé que me dijeron que no me fuera a la ciudad, pero no piensas decirme que no puedo dar un solo paso fuera de esta casa, ¿verdad?”

“No puedo decir. Esos nobles no pueden hacer que sus subordinados se cuelen exactamente durante la mitad del día. Pero aun así, lo más seguro sería quedarse en la casa”.

“Esto no es una broma, chico. Si no puedo ni siquiera salir durante cuatro días completos, terminaré muriendo de aburrimiento”.

“Deberías contarle cosas así a mi viejo, no a mí. Pero, bueno, si estás aburrido, ¿por qué no cortar leña o algo…?”

Supuse que Ludo Ruu lo había dicho en serio como una broma, pero cuando lo dijo, los ojos de Bartha se iluminaron seriamente.

“Sí, si me das algo que hacer que me mantenga en movimiento así, entonces no tendré quejas. Pero me siento inquieto ante la idea de no tener nada que hacer, aparte de dormir y alimentarme. ¿Podrías pedirle a tu papá que haga algo para que yo no termine muerto de aburrimiento, niño?”

“Mi nombre no es ‘niño’. Es Ludo Ruu”.

“Ah, supongo que estaba siendo grosero al tratar a un cazador tan bueno como a un niño. De todos modos, cuento contigo, Ludo Ruu”.

Con eso, Ludo Ruu también estalló en una sonrisa un poco divertida.

“Eres un extraño, ¿sabes? Parece que te pareces más a nosotros que al ciudadano medio”.

“Eso es porque yo también  soy un cazador, más o menos.  Aunque abandoné mi antiguo hogar una vez antes, no puedo decir exactamente que haya dedicado mi alma a Masara ni nada… Pero en cualquier caso, me siento más a gusto en una montaña que en un pueblo demasiado ocupado.”

Era cierto que Bartha no era del todo una ciudadana ni una cazadora, lo que le daba una sensación un poco inusual.

Si bien ella no parecía poseer el mismo tipo de honestidad rústica que la gente del borde del bosque, podía sentir que ella era un espíritu libre real, de alguna manera. Con la forma en que actuó, parecía menos como si tuviera miedo de los nobles, y más como si pensara que era estúpido involucrarse con tipos así.

Y supongo que la forma en que pensó que había perdido a su amado esposo no era tan diferente de la forma en que lo trataron cuando los cazadores se extinguieron en el bosque. En cualquier caso, la razón por la que actuó con tanta franqueza y sin afectación parecía ser menos porque no sentía sentimientos, y más porque era simplemente dura.

“Bueno, dejemos de hablar del mañana para cuando llegue. Ya es terriblemente tarde, así que es hora de dar por terminado el día”, dijo Ludo Ruu mientras tomaba su espada y se levantaba. “Tú y el niño pueden tener la habitación interior. Shin Ruu y yo estaremos vigilando por si acaso, así que no hagas movimientos cuestionables”.

“Sí, espero que pronto dormiré como un bebé”.

Todos los demás comenzaron a seguir el ejemplo de Ludo y se pusieron de pie.

Sin embargo, Ai Fa y yo no teníamos necesidad de hacerlo, así que Ludo Ruu terminó mirándonos.

“Asuta, Ai Fa, ¿ustedes dos van a dormir en el salón principal como siempre? Eso es algo extraño de hacer, cuando hay muchas habitaciones para todos”.

“La casa del Fa solo tiene cuartos para guardar cosas, así que siempre he dormido en el salón principal desde hace bastante tiempo”.

“Ya veo. Bueno, haz lo que quieras. Y no tienes que preocuparte por nosotros”, dijo Ludo Ruu en un tono que parecía que estaba a punto de silbar o algo así, luego se fue con los otros tres.

Había un pasillo en el extremo más alejado del salón principal, y Bartha y Leito se dirigieron a una habitación allí para dormir. Como Donda Ruu no confiaba plenamente en Kamyua Yoshu, Ludo y Shin Ruu se turnaron para vigilar a la pareja.

Y mientras tanto, permanecimos en el salón principal.

El silencio que perduraba en el aire se sentía casi pesado, de alguna manera.

“Ah… ¿Deberíamos dormirnos también?”

“Bien”, respondió Ai Fa, pero ella no se movió. Su cabello rubio también permaneció peinado.

Suponiendo que no había nada más que pudiera hacer, seguí adelante y me acosté primero.

Y luego, pensé para mí. Incluso si a las mujeres se les permitiera ser cazadoras en Masara, y Bartha siguió cazando después de tener un hijo, eso no tiene nada que ver con nosotros…

Ciertamente no estaba preparado para casarme con nadie aquí en este mundo.

Y en cuanto a Ai Fa, estaba firmemente lista para morir en el bosque como cazadora.

Era correcto que siguiéramos como lo habíamos hecho hasta ahora… Al menos, probablemente.

¿Pero es eso realmente cierto…?

Solo Ai Fa sabía cómo se sentía realmente. Y en cuanto a mis propios sentimientos, eran un misterio incluso para mí.

Yo era alguien que eventualmente podría simplemente levantarse y desaparecer de este mundo. De hecho, para empezar, ni siquiera sabía con qué lógica estaba aquí en este mundo. Y por eso no pensé que fuera correcto para mí tomar una novia y tener hijos sin la resolución adecuada.

Pero, ¿qué quise decir cuando pensé en la resolución?

Después de todo, incluso si  pudiera desaparecer algún día, ¿qué lo diferenciaba de cualquier otra persona que no supiera cuándo podrían morir?

Hasta ayer, había pasado varios días sin Ai Fa. Se había sentido como si ni siquiera estuviera viviendo, y me causó más sufrimiento de lo que jamás había imaginado. Si nunca hubiera podido volver a ver a Ai Fa después de eso, ¿realmente no me habría arrepentido?

La forma en que realmente no quería perder Ai Fa, pero me contuve de cruzar esa línea final por algún sentido de decoro o ética… ¿Realmente no me arrepentiría de eso?

Mientras ese pensamiento pasaba por mi mente, sentí un calor en mi espalda.

Aun así, pensé que eso podría suceder, así  que no me sorprendió especialmente. Sin embargo, mi corazón definitivamente aceleró el ritmo.

“No digas nada”, susurró Ai Fa justo detrás de mí cuello.

Estaba acurrucada a lo largo de mi espalda, sus dedos agarrándose firmemente alrededor de mis hombros.

“Realmente estoy bendecido, estar contigo de esta manera”, dijo Ai Fa en voz baja. “No tengo ninguna queja sobre mi vida actual contigo. Ya estoy perfectamente satisfecha. Así es como realmente me siento… ”

Me siento exactamente igual, respondí en mi corazón.

¿Tenía la determinación necesaria para ir más allá de esta felicidad actual?

¿Y Ai Fa también quería algo más?

Terminó siendo el  tipo de  noche  en  la que  esas  preguntas  seguían perforando profundamente mi pecho.