86 [Eighty Six]

Volumen 8: Humo de Pistola en el Agua

Capítulo 4: La Torre (Vertical)

Parte 1

Como acorazado, había una diferencia de altura de casi veinte metros entre la cubierta de vuelo y la superficie del agua. La parte inferior de la base enemiga, sostenida por los pilares, estaba directamente encima de ellos. La propia base estaba formada por vigas de acero que formaban una retícula, como una tela de araña metálica.

Se podría resumir como una estructura de acero, pero se extendía más de cien metros en el aire, formando una gigantesca fortaleza. Cada viga tenía la anchura de un Juggernaut, y los huecos de la rejilla eran lo suficientemente amplios como para que no sólo un Juggernaut, sino incluso un Löwe, pudiera pasar fácilmente por ellos.

La unidad de intercepción permaneció en el piso inferior de la fortaleza para acribillar a la artillería, mientras que el Escuadrón Spearhead actuó como vanguardia e invadió más adentro.

Dispararon sus anclas de cable, enredándolas alrededor de las vigas. Luego saltaron, soltando y recuperando las anclas de alambre al aterrizar.

El interior de la base Torre Espejismo constaba de varios pisos. Por comodidad, cada conjunto de tres plantas se designaba como un nivel. Había desde el nivel A (Ágata) hasta el E (Erze). De pie en el Nivel Ágata Uno, el piso inferior, Shin miró la base, examinando su interior. Desde fuera era enorme, pero al entrar, el tamaño absurdo del lugar era aún más claro. Toda una base… toda una fábrica de municiones podía caber en cada uno de los pisos.

Tres vigas se conectaban para formar un triángulo equilátero, y un número incontable de estos triángulos formaban la retícula que servía de base para cada piso. Mirando desde arriba, toda la base parecía un hexágono apuntalado por los pilares. Los pilares de hormigón que la sostenían eran seis y tan gruesos como el que habían visto. Se extendían hasta la cúspide, a través del andamiaje metálico desnudo.

Los materiales de construcción verticales y la estructura de celosía se unieron para formar pilares transparentes colocados en una forma geométrica.

Los muros exteriores de la fortaleza estaban  hechos  de  paneles  solares  semitransparentes  superpuestos  a  los  materiales  de construcción vertical. No dejaban que el viento y la lluvia se infiltraran en el interior de la estructura, pero sí dejaban que la luz del sol brillara débilmente.

Era el amanecer, pero la tormenta ocultaba el sol, por lo que sólo pasaban escasas cantidades de luz, refractadas por el panel y que arrojaban un tenue resplandor azul sobre la Torre Espejismo. Parecía el crepúsculo, cuando el sol se ponía, pero la oscuridad de la noche aún no se había instalado. Un intersticio entre la noche y el día, en el que un azul sombrío y frío inundaba el aire.

Ese tono ultramarino bañaba la malla del suelo de cada nivel, proyectando patrones triangulares de luz en el interior. Cada rayo de luz era lo suficientemente grande como para que un Juggernaut lo atravesara o se acercara a él. El tamaño y la escala de este edificio marino de varios pisos provocaban una sensación de vértigo, como si uno estuviera en medio de una ensoñación.

El piso superior de la estructura estaba destinado probablemente a albergar el Morpho, así como los suministros de sus municiones y piezas consumibles. Un riel, más grande que varias vigas, se extendía desde el nivel Erze hasta el extremo occidental del piso inferior.

Esa sombra, junto con los lamentos de los fantasmas y el patrón sombrío de la luz del eterno crepúsculo que fluía hacia la base, formaban un telón de fondo. Y de espaldas a dicho telón, las distintivas sombras de color metálico de innumerables unidades de la Legión se levantaron a la vez.

“Sir Reaper, como estaba previsto, nuestra unidad de Alkonost explorará por delante.” Dijo Lerche, bajando de un salto de Chaika.

La seguía un grupo de Alkonosts. Aparte de las barandillas que se extendían desde el último piso, la única otra forma de subir era una escalera de vigas metálicas que formaba una doble hélice. Por supuesto, el enemigo estaba emboscado en ambas rutas de subida. Especialmente la barandilla no ofrecía ninguna cobertura desde arriba, lo que significaba que cuanto más alto subieran, más fácil sería que les apuntaran desde el último piso.

Esto significaba que tendrían que subir utilizando algo que no estaba destinado a ser utilizado como base. Como las vigas de las paredes o los puntos de apoyo de cada piso.

Utilizando el peso ligero de las unidades en su favor, podrían utilizar sus anclas de alambre para subir verticalmente en línea recta durante esta operación.

La Legión no pasaría por alto esto, por supuesto. Mientras los Alkonosts ascendían a Ágata Dos, una fuerza de Grauwolf descendió para rodearlos. Detrás de ellos, los Stier fijaron sus cañones en ellos. Aparentemente, la composición de la fuerza defensiva de la base estaba formada por Grauwolf y Stier.

El mal estado de esta base dificultaba el despliegue de los pesados Löwe y Dinosauria. En cambio, los Grauwolf —que eran ligeros y muy móviles— y los Stier —que eran igualmente ligeros pero poseían una gran potencia de fuego— eran más eficaces en este terreno.

Por supuesto, también había Ameise rodeando la base. Sirviendo como ojos y oídos para los otros tipos de Legión, estaban al acecho en las sombras, siguiendo a los invasores con sus sensores compuestos.

La habilidad de Shin le permitía rastrear las posiciones de la Legión hasta cierto punto. Como tal, el papel del grupo de exploradores era compensar la incapacidad de Shin para discernir qué tipos de Legión estaban presentes, así como disminuir el número de enemigos en cierta medida hasta que el resto de los Ochenta y Seis avanzara en esta sección de la base.

“Comenzaremos por aplastar sus ojos… Cacemos a los enemigos, mientras priorizamos a los Ameise.”

Tras terminar de descargar dos destacamentos de Juggernaut, el Stella Maris comenzó a retirarse a ciento veinte kilómetros de distancia, fuera del alcance de la torreta de un Löwe. Los súper transportes eran otro tipo de nave relativamente frágil. Si la Legión los abordaba, la nave se hundiría y la fuerza de invasión quedaría varada sin poder volver a casa.

Se trataba de una base de la marina situada lejos de tierra, y el Stella Maris era el único medio de cruzar el mar hasta este punto. Ese era el factor más peligroso de esta operación.

El último piso del Nivel Erze de la Torre Espejismo. Allí, el Morpho, que supusieron que se había quedado sin munición, se acercó al exterior de la cubierta circular. Su torreta apuntaba al ángulo de depresión más bajo posible, y los raíles del cañón de riel cobraban vida con una electricidad crepitante, con el cielo atronador como telón de fondo.

Esto era el presagio de un bombardeo próximo.

Su vista se fijó en el Stella Maris, que se retiraba y navegaba indefenso ante su proyectil de 800mm.

“… Es de esperar. Yo en tu lugar haría lo mismo.” Murmuró Ishmael en voz baja.

En ese mismo momento, los tres cruceros de larga distancia, que habían navegado a tres posiciones diferentes alrededor de la Torre Espejismo, dispararon sus torretas de 40cm.

Mientras que estas naves estaban destinadas a cazar a los leviatanes que acechaban desde las profundidades, los Países de la Flota, diminutos como eran, carecían de fondos para equipar sus naves con armas guiadas. Por ello, el armamento de los barcos no estaba destinado a destruir objetivos terrestres. En cambio, estaban diseñados para lanzar cargas de profundidad hasta una distancia de varias decenas de metros por delante.

La precisión de su bombardeo sobre un objetivo naval no era especialmente alta. Sin embargo, los proyectiles incorporados a sus cargas de profundidad pesaban casi una tonelada y estaban destinados a cazar grandes especies de leviatanes.

Con un alcance de treinta kilómetros, viajaban a velocidades supersónicas, superando los setecientos ochenta metros por segundo. Y aunque no estaban hechos con el único propósito de penetrar blindajes, su carga útil era tremenda.

Habiendo dejado el toldo que lo protegía para disparar al Stella Maris, el Morpho se expuso al clima tormentoso. Le llovieron proyectiles desde tres direcciones. La corteza exterior de los proyectiles se disparó a corta distancia, arrojando la carga de profundidad que llevaba dentro.

Las cargas de profundidad destinadas a cazar leviatanes masivos golpearon al Morpho. Muchas de ellas fueron desviadas por el blindaje de la unidad principal, pero una carga de profundidad impactó en la base de su cañón. Uno de los largos raíles se rompió en la base y salió volando.

“—Hemos destruido con éxito el cañón del Morpho… Es como esperábamos. Ha ampliado el número de proyectiles que puede disparar simultáneamente desde el año pasado.”

Aunque se lo esperaban y el plan era que los cruceros dispararan al Morpho en el momento en que saliera de la protección de la cubierta, Lena estaba, sin embargo, dentro del Stella Maris cuando era apuntado por el cañón de riel. La voz de Lena, parecida a un tintineo, estaba todavía un poco tensa por el miedo y los nervios. Por consideración a ella, Shin habló con calma.

Estaban subiendo después de los Alkonosts y actualmente estaban en medio de la supresión del Nivel Ágata Dos. Además, cada uno de los componentes del Morpho era pesado, lo que hacía que el mantenimiento y el cambio de munición fueran un proceso lento.

A pesar de ello, el número de proyectiles que podía llevar en un momento dado y la vida útil del cañón eran componentes que podían modificarse y mejorarse.

El año pasado, los límites del Morpho parecían ser cien disparos. Suponer que las cosas no cambiarían durante esta operación habría sido una estimación demasiado optimista.

“Sí, pero todavía puedo oír su voz. No ha sido derribado. Si todavía tiene proyectiles, probablemente volverá a disparar al Stella Maris en cuanto le cambien el cañón.”

Lo que significa que ese era su límite para capturar esta base y eliminar al Morpho.

Habían asumido que la Torre Espejismo era una fábrica, pero todos sus pisos hasta ahora estaban vacíos y el segundo Pastor —que supusieron era el núcleo de control de la base— estaba en el último piso, igual que el Morpho.

Que su segundo objetivo estuviera en el mismo lugar que el primero les beneficiaba mucho, pero… Shin seguía sin saber qué tipo de unidad era el otro pastor.

“¿Cuál es nuestro tiempo estimado hasta que pueda reemplazar el barril?”

Dicho de otro modo, su límite de tiempo para completar la operación —el tiempo que faltaba para que el enemigo derribara al Stella Maris— era…

“El intervalo entre sus bombardeos sobre los Países de la Flota durante el último mes fue de un mínimo de seis horas… Deberíamos asumir que eso es lo que tardará.” 

Debido a las limitaciones de peso, Lena y Vika tuvieron que decidir cuál de sus respectivas unidades llevarían a la nave. El Vanadis de Lena tenía una capacidad de cálculo superior, pero finalmente el Gadyuka de Vika fue elegido, siendo su mayor potencia de fuego el factor decisivo.

Mientras comandaba a los Alkonosts, que actuaban como exploradores, Vika entrecerró los ojos mientras recibía una transmisión visual de la Torre Espejismo a través de un enlace de datos.

Estaba sentado en el hangar del Stella Maris, que ahora estaba vacío de los Juggernauts que lo habían llenado no hace mucho.

Una fortaleza tan extraña, hecha enteramente de armazón, como el esqueleto de alguna criatura enorme y extinguida… ¿Cuál era el propósito de su construcción? Vika no lo sabía. Zashya lo llamaba arsenal, pero no tenía ninguna instalación para producir munición.

Todo lo que descubrieron fue munición que parecía preparada para ser llevada al Morpho para su recarga. Y esta base tampoco podía ser simplemente una posición de artillería para el Morpho. Si ese fuera el caso, ¿por qué construirla tan remotamente, en medio del océano?

El propósito de este lugar no estaba claro. Tampoco estaba claro de dónde habían salido todos los recursos de hierro que se utilizaron para construir esta base. ¿Por qué la Legión invertiría tanto en esta base cuando su valor parecía ser tan bajo?

No…

“El origen es bastante obvio.”

Había muchos países que todavía estaban sellados por la interferencia electromagnética del Eintagsfliege. Innumerables naciones con las que todavía no podían contactar. No había forma de confirmar que esos países seguían existiendo. Incluso si alguno de esos países hubiera perecido en la ofensiva a gran escala, sus voces moribundas no habrían llegado a la Federación o al Reino Unido.

El hecho de que no se haya confirmado su caída… no significaba que esos países no hayan perecido.

Sí, Zelene lo había dicho. La primera ofensiva a gran escala no fue sólo una batalla fallida para la Legión.

“… Tu predicción podría ser acertada, Milizé.”

A cambio de su ligereza y su gran potencia de fuego, los Stier carecían de movilidad y estaban escasamente blindados. Se les consideraba un tipo de Legión optimizado para las emboscadas.

Por ello, se instalaban en gruesos paquetes de artillería construidos en cada piso, donde hacían llover fuego sobre el enemigo en cuanto éste entraba.

Además, los Grauwolf merodeaban por la base, sin miedo al barranco que tenían debajo, mientras saltaban por el espacio vertical sin ningún cable que los sostuviera. Se abalanzaron sobre el enemigo, las cuchillas de alta frecuencia de sus patas se balanceaban con una precisión letal.

Sin embargo, lo más amenazante de todo eran los Eintagsfliege que bajaban en tropel hacia el Nivel Ágata Tres desde el Nivel Erze, desatando una cortina de plata, y el cañón automático giratorio de seis cañones del Morpho que se cernía sobre todos ellos.

Al oír los lamentos de la Legión y el aullido del Morpho aumentar a través de su Resonancia con Shin, Raiden hizo que Wehrwolf se detuviera repentinamente y retrocedió de un salto.

Al momento siguiente, el punto justo delante de él fue destrozado por la trayectoria diagonal de los disparos del cañón automático.

La viga de acero quedó reducida a chatarra por el bombardeo, su acoplamiento se desprendió e hizo caer el resto de la viga.

Si esta descarga rápida de proyectiles de 40mm les alcanzara desde arriba, penetraría incluso en un Vánagandr fuertemente blindado, por no hablar de un Reginleif.

Este cañón automático estaba concebido como un arma antiaérea, pero el Morpho compensaba la larga distancia entre él y los Reginleif con una precisión mecánica, disparando a través de los haces con una precisión mortal. Una lluvia de metal al rojo vivo cayó sobre ellos, amenazando con atravesar a los Juggernauts como una lanza.

El cañón automático agotó sus varios cientos de balas de munición en un abrir y cerrar de ojos, pero aunque tuviera más, su cañón no podía girar indefinidamente sin sobrecalentarse. A pesar de ello, Raiden no pudo encontrar un intervalo suficientemente largo entre sus disparos.

El año pasado, Undertaker redujo sin ayuda los seis cañones del Morpho. Aparentemente, la Legión aprendió de esa lección y puso aún más armas en este Morpho.

En el borde de su visión, Raiden vio a un Juggernaut saltando después de escalar un punto de apoyo. Era uno de los Juggernauts del Escuadrón Spearhead, liderado por Shin. Esquivó un Grauwolf que se deslizó por el punto de apoyo, y sus cuchillas se balancearon hacia abajo.

El ancla de alambre del Juggernaut estaba enrollada alrededor de una viga del nivel superior, y al alejarse del pilar, evitó la trayectoria de la acometida del enemigo.

Habiendo fallado su objetivo, el Grauwolf se deslizó infructuosamente hacia abajo mientras el Juggernaut suspendido fijaba su vista en su espalda.

Pero al momento siguiente, una mina autopropulsada que estaba oculta en la viga se abalanzó sobre el Juggernaut. Lo hizo en el momento perfecto, justo cuando la atención del Juggernaut se fijó en el Grauwolf.

“¡¿…?!” 

Raiden miraba por casualidad en esa dirección, así que pudo acercarse en el momento justo. Por los pelos, Wehrwolf disparó. Una andanada de fuego de ametralladora pesada se movió como un solo bulto, golpeando la mina autopropulsada desde su flanco, partiéndola en dos y haciéndola volar.

Mientras el Grauwolf se deslizaba hacia abajo, aparentemente Undertaker también se había dado cuenta de la situación y lo derribó. Los misiles que llevaba en la espalda provocaron una explosión inducida, haciendo que el Grauwolf terminara hecho trizas. El sensor óptico del Juggernaut atacado se volvió en dirección a la explosión, tomado por sorpresa.

“… Gracias, a los dos. Me han salvado.” 

“Vamos, no hace falta ni mencionarlo. Sólo ten cuidado.”

Shin pareció asentir sin palabras, y luego conectó su Para-RAID de nuevo al resto de su unidad, así como a Yuuto. La voz serena y bien proyectada de Shin llenó el campo de batalla.

“Todas las unidades, hemos confirmado la presencia de minas autopropulsadas en la fuerza de intercepción del enemigo. Son pequeñas y muy fáciles de pasar por alto. No confíen demasiado en el enlace de datos y manténganse vigilantes.”

Instándoles a ser precavidos —aunque su voz siempre parecía sugerirlo—, entonces el Reaper añadió:

“Todavía tenemos bastante tiempo para completar esta operación. No podemos permitirnos el lujo de ser negligentes, pero tampoco hay que precipitarse.”

Tras destruir al enemigo en el bloque noreste del Nivel Ágata Tres, finalmente se hicieron con el control del Nivel Ágata. El Escuadrón Thunderbolt de Yuuto entró en el segundo nivel, el Nivel Bertha, en lugar del Escuadrón Spearhead de Shin. Comenzó la supresión del Nivel

Bertha Uno, y mientras lo hacía, el Escuadrón Spearhead, incluida la unidad Snow Witch de Anju, reponía su munición.

Dejando atrás una fuerza para vigilar el Nivel Ágata Tres, retomaron su camino al Nivel Ágata Dos, donde subieron cuatro Carroñeros equipados con anclas de alambre para seguirlos. Fido fue el primero en alcanzarlos y se apresuró a reabastecer a Undertaker.

Horizontalmente, esta base era enorme, pero había menos de mil metros entre el piso inferior y el superior, lo que la situaba dentro del alcance mínimo de un cañón antitanque, una ametralladora pesada o un misil antitanque. Esto, por supuesto, también incluía los cañones automáticos giratorios de 40mm del Morpho, que originalmente eran cañones antiaéreos.

Así que, a pesar de retirarse del combate y tomarse un momento para reponer fuerzas, no podían bajar la guardia. Con los sensores ópticos de sus Juggernauts girados vigilantemente hacia arriba, Shana habló.

“… Te hace pensar, ¿no?” 

Conocer a la gente de los clanes del Mar Abierto les hizo darse cuenta de esto, pero pensándolo bien, probablemente era obvio. Lo valioso que puede ser el orgullo.

“Verlos salir así, delante de nuestros ojos… Me pregunto qué haremos si alguna vez nos encontramos en su situación… ¿Seremos capaces de sonreír como ellos?”

Kurena frunció las cejas con malhumor, interrumpiendo sus palabras. Con curiosidad, como si rechazara el mero hecho de pensar en ello.

“Shana, eso no es algo en lo que debamos pensar ahora.”

“Entonces, ¿cuándo debemos pensar en ello?”

Aquella réplica dejó a Kurena sin palabras. Shana continuó, con la voz pensativa, como si estuviera reflexionando en voz alta más que hablando.

“Si me preguntas, no hemos pensado lo suficiente en este mismo tema. Si alguna vez perdemos nuestro orgullo, será el día que dejemos de luchar. Ya vimos dónde nos llevaría luchar hasta el amargo final cuando trepamos por esa montaña de cadáveres de Sirin allá en la Ciudadela Revich… Pero ni una sola vez nos planteamos que no pudiéramos tener un amargo final. Por lo que sabemos, esta operación podría serlo. Y eso es… algo que realmente deberíamos considerar.”

“Tal vez, pero ahora realmente no es el momento, Shana. Sin embargo, entiendo tu tren de pensamientos.”

Raiden interrumpió su intercambio, y Anju asintió con la cabeza. Tenía razón. Estaban en el campo de batalla. No podían permitirse nublar sus mentes con pensamientos innecesarios. Pero aun así, los temores de Shana eran razonables, y lo que decía era probablemente cierto.