Otomege Sekai wa Mob (NL)

Volumen 3

Capítulo 5: Falsa Santa

Parte 2

Los días pasaron dentro de la mazmorra.

—Parece que últimamente ha habido muchos temblores. Recientemente he estado sintiendo ligeros temblores.

—A fin de cuentas, parece que recibo visitas a diario.

[Eso solo demuestra lo excelente que eres como cebo, Maestro.]

—Eso no me agrada.

Los nobles que intentan engañarme han venido aquí.

Han intentado implacablemente que les diga cómo iniciar a Compañero o entregar a Arroganz.

Algunas veces me amenazaron arrogantemente con ejecutarme, pero luego tratarían de obtener mi lado bueno por cualquier medio y negociar conmigo.

Y no es solo la facción del marqués.

Muchos tipos de personas han estado visitándome, queriendo hacer uso de mí.

Entre esas personas, con las que he perdido la paciencia son—esos de la facción del Marqués Frampton.

Mientras estaba acostado en la cama dura de la mazmorra, Luxon me habló. [Parece que el reino no ha estado a la altura de sus expectativas, Maestro.]

—Parece que el papá de Anjie y Milaine no pudieron hacer mucho.

Dentro de la mazmorra, escuché los ruidosos pasos de una multitud acercándose, tal vez armados.

—Parece que este es el final. [Estás exagerando, Maestro]

El comentario de mi cómplice fue dolorosamente cierto.

La persona que supuestamente estaba de guardia estaba lejos ya que alguien más venía a tomar su lugar.

Cuando el grupo armado se acercó durante ese intervalo, su líder, alguien a quien reconocí, se puso a la vanguardia.

Era un vizconde de unos treinta años que pertenecía a la facción del Marqués Frampton. En su mano había una botella de alcohol.

—Vizconde Baltfault, pensé que estarías solo, así que traje un regalo.

El alcohol que llevaba el vizconde—probablemente estaba envenenado.

—No bebo alcohol. Llévalo a casa y compártelo con todos. El vizconde sonrió, como burlándose de mí.

—¿Cuánto tiempo planeas vivir de una manera tan antiestética? Un noble moriría con gracia. “Gracia”, dice. Me gustaría vivir mi segunda vida hasta que muera de vejez, así que no, gracias. Además, sería bastante desafortunado si eso sucediera.

Justo cuando estaba pensando en escapar de este calabozo, o más bien de este reino, escuché algunos pasos frenéticos.

Luxon apareció, sorprendiendo a los vizcondes mientras preparaban sus pistolas y rifles.

—¿¡Es ese el familiar de los informes!? ¡Aprovéchenlo! ¡Con esa cosa, la aeronave es nuestra!

[Incluso si el Maestro muere, no seguiré tus órdenes. Más importante aún, ¿no deberías prestar atención a lo que hay detrás de ti?]

Chris saltó de la entrada, sosteniendo una espada de madera. Luego derribó a los caballeros que estaban detrás del vizconde.

—Baltfault, ¿estás bien?

¿Por qué está Chris aquí? Mientras lo meditaba, Jilk entró en la cárcel y derribó la pistola que tenía el vizconde.

—No dejaré que le hagas eso al vizconde Baltfault.

Cuando el vizconde agarró su mano, haciéndole soltar la bebida envenenada y romperla, él miró a Jilk y a los demás.

—¿T-Todos saben lo que están haciendo? Sospeché que había alguien detrás de mí. A partir de ahora, nada de lo que hagan puede—

[Silencio.]

Luxon se estrelló contra la cabeza del vizconde desde arriba, causando que se desmayara. Cuando Jilk abrió la puerta con una llave, él trató de sacarme rápidamente.

—Ahora, date prisa.

—¿Por qué vinieron estas personas a ayudarme? Cuando miré a Luxon, él movió su ojo hacia arriba y hacia abajo, como para asentir.

¿Eso significa que está bien que escape?

—¿Por qué están ustedes aquí?

—Probamos muchas opciones, pero todas fallaron. Al final, sucedió algo grave, así que decidimos usar la fuerza para ayudarte.

—Ustedes realmente son idiotas, ¿no es así? Chris me habló.

—Pudimos llegar a tiempo por eso. Así que, ¿no está bien?

Subí corriendo las escaleras de la mazmorra, empujado desde atrás por Jilk y Chris. Brad y Greg esperaban junto a la salida.

Los dos miraban abajo a un alcaide atado.

—¿Ustedes también están aquí? ¿Qué pasó con ese tipo?

Estaba pensando que habían causado daño a mi amigo el guardia, pero parece que ese no era el caso.

—Él ya estaba contenido cuando llegamos.

—No importa eso, apurémonos. Julian nos está esperando.

Mientras comprobaba la seguridad del alcaide, me uní a los cuatro y sigilosamente me dirigí hacia los terrenos del palacio real.

Durante ese tiempo—sentí otro temblor en el suelo.

***

Llegué a un patio después de ser guiado por los cuatro.

Julian apareció desde las sombras de los árboles en el patio.

—He estado esperando.

—Oye, ¿por qué me llevaste a un patio? ¿No estábamos huyendo?

Mientras reflexionaba sobre lo extraño que era, Julian lo explicó mientras parecía estar un poco orgulloso.

—Aquí hay un pasaje secreto que solo la familia real conoce.

—¡No me reveles ese tipo de secreto! ¿Eres un idiota? Realmente eres un idiota, ¿no?

—Qué comentario haces considerando que te ayudamos. —Wow, parece que hay muchos temblores.

Mientras discutíamos entre nosotros, el suelo tembló una vez más.

Mientras los seis nos reuníamos en el patio, que estaba rodeado de edificios, y hablábamos, Luxon habló.

[Maestro, estamos rodeados]

—¿Qué?

El patio fue golpeado instantáneamente por una luz, y mientras cubría mis ojos de su resplandor, escuché los pasos rápidos de los caballeros que se acercaban.

Estaba a punto de darle una orden a Luxon cuando uno de ellos habló.

—¡Por favor espere, su alteza Julian! ¡No somos tus enemigos!

Julian se puso delante de mí como para protegerme del caballero que gritaba.

—Si ese es el caso, ¿qué tal si nos dejas pasar?

El mismo caballero nos dijo que no podía hacer eso.

—Vinimos a reclamar al vizconde Baltfault.

—¿A mí?

Me pregunto si puedo tomar sus palabras al pie de la letra. Es posible que esté mintiendo.

Luxon dijo: “Me tomaría unos minutos traer a Arroganz aquí”, así que pensé en ganar algo de tiempo negociando.

Mientras lo meditaba, apareció una figura delante de mí.

——Padre.

Julian bajó la espada que sostenía.

—Julian, no tomes una mala decisión. Todos, bajen los brazos y vengan aquí. Fue Su Majestad el Rey—“Roland Rafua Holfault”.

Tenía el pelo gris algo peculiar y un bigote.

Era alto y tenía un cuerpo delgado y bien entrenado. Tenía la dignidad de un rey.

Al darnos cuenta de que era él, nos arrodillamos.

—Vizconde Baltfault, ha pasado un mal momento. Sin embargo, gracias a usted, hemos tomado una decisión.

¿Eso significa que ganó el papá de Anjie?

—¡Padre, Baltfault estuvo a punto de ser asesinado!

Cuando Julián expresó su queja, el rey asintió con la cabeza y respondió.

—Conozco toda la situación. Este no es el momento para hablar de cosas al azar. Cuando el suelo tembló, el rey miró hacia abajo y parecía preocupado.

***

Después de un cambio de ropa, ellos me llevaron a una sala de conferencias.

Las principales figuras del reino estaban sentadas allí, pero—no había muchas de ellas. El rey y la reina, Milaine, estaban allí.

Vince también estaba allí. De hecho, parece que las personas que han estado de mi lado se estaban reuniendo aquí.

—Pareces estar bien de salud, vizconde.

—Sí, de alguna manera.

Quería expresar una palabra de queja, pero como me han estado ayudando, decidí no adoptar una postura arrogante.

Mirando al alrededor, Julian y los demás no estaban aquí. El rey respondió como si supiera a quién estaba buscando.

—Julian y su grupo están esperando en una habitación separada. O más bien, tal vez debería decir que están siendo restringidos.

Cuando me volteé cautelosamente al escuchar eso, Milaine me lo explicó.

—No te equivoques. Los estamos escondiendo por su propia protección. Es lo mismo que fue contigo, Leon.

—¿Puedo preguntar por qué me han llamado aquí?

—Tenemos la intención de responder a eso.

Vince dijo esas palabras, pero el ministro, Bernard, fue quien lo explicó. Él es el papá de Clarice.

—Una flota del principado ha llegado al continente del reino. Hemos perdido más de diez naves de exploración y unidades de defensa. Casi cien unidades armadas han sido derribadas.

El reino tiene un gran poder nacional, pero dado que su potencial de guerra debe extenderse por toda la tierra, no hay mucho que ofrecer cuando se trata de números.

Si el principado hiciera un intento serio de atacar, habría un daño considerable.

—Los números de la flota del oponente son de alrededor de ciento cincuenta naves. No está claro cuántas unidades armadas hay. Los informes dicen que hay innumerables monstruos liderando el frente. Sus números cubrían el cielo.

La flauta mágica de Hertrude vino a mi mente de inmediato, pero Vince negó tales pensamientos.

—Su Alteza y la flauta mágica todavía están con el reino. El principado debe haber tenido otra flauta. Sospechamos que este es el trabajo de la segunda princesa.

Estaba escuchando atentamente, pero esta fue la primera vez que escuché sobre una segunda princesa.

—¿Segunda princesa?

Vince explicó como si fuera algo natural.

—En efecto. Su Alteza Hertrauda.

—No sabía que había una segunda princesa.

Además, ¿otra flauta mágica? Nunca he oído hablar de tal cosa, y este juego otome nunca tuvo ese tipo de escenario tampoco.

¿No espera, tal vez fue parte de la configuración, pero nunca fue explicado? No pude poner en orden mis pensamientos caóticos.

El rey continuó diciendo: “Además”.

—Otros países aparte del principado también están haciendo un movimiento. También ha habido solicitudes de ayuda de las fuerzas y los señores feudales cerca de la frontera nacional. Estamos siendo atacados por todos lados.

El ministro Bernard se hizo cargo de la explicación.

—Las tropas locales no pueden manejar la situación. —Los refuerzos son poco probables.

—La ciudad capital tiene cierta capacidad de lucha, ¿verdad? Si reúnen a las tropas, deberían ser un número considerable.

Parecía que la gente a su alrededor era demasiado pesimista. Milaine respondió a mi pregunta.

—Algo ocurrió hace un par de días. El templo solicitó una cooperación, y como resultado de las negociaciones, las tropas del reino fueron enviadas como refuerzos. Se enviaron doscientas naves.

Milaine habló mientras estaba de mal humor.

El templo, ganando confianza ahora que tenían a Marie, había colaborado con la facción del Marqués.

En cuanto al resultado de eso…

——El principado los destrozó. Solo unas diez naves han logrado regresar.

***

Sucedió hace unos días.

Mientras Julian y los demás intentaban liberar a Leon, un sacerdote visitó a Marie.

—Marie, ha llegado el momento de mostrar tu poder como santa.

—Supongo que tengo que hacerlo~.

Halagada, ella montaba una aeronave mientras estaba de buen humor, pero—

——¿H-Huh?

Ella estaba en la cima de la cubierta de una aeronave.

Marie, vestida con el traje de la santa, tenía un collar, un brazalete y un bastón, las herramientas que mostraban su título.

El viento que soplaba sobre la cubierta hacía mucho frío.

Antes de que pudiera quejarse del viento que le revolvía el cabello, a ella le llamó la atención algo más.

——¡N-nunca escuché sobre esto!

El templo tenía alrededor de treinta naves.

Tomando prestada la fuerza del reino, había doscientas naves adicionales en la flota.

Podrían luchar contra el principado si solo se tratara de números, pero los oponentes tenían peones de sacrificio, conocidos como monstruos.

El poder de sus números estaba más allá de la imaginación—esto aterrorizaba a Marie. Mientras los monstruos avanzaban, Marie levantó su bastón.

—¡Aléjenseeee!

El bastón se encendió, desplegando un gran escudo esférico que cubría la flota.

La gran luz con patrones blancos hizo que los monstruos que lo tocaban desaparecieran. Los sacerdotes de los alrededores y los caballeros del templo elogiaron a Marie.

—¡Ese es el poder de la santa!

—Podemos ganar. ¡La victoria es nuestra!

—¡Muevan las naves hacia adelante! ¡Usen este impulso para hacer retroceder la flota del principado!

La neutralización de los monstruos por parte de Marie elevó incluso la moral más baja.

Con una sonrisa rígida, Marie se sintió aliviada de poder borrar a los monstruos con su propia habilidad.

(B-Bueno, puedo hacerlo bien. Al principio estaba un poco preocupada.) Julian y los demás no estaban cerca de Marie.

El templo también pidió su acompañamiento, pero desafortunadamente no pudieron presentarse ya que estaban tratando de liberar a Leon.

Además, Kyle tampoco estaba allí.

Los del templo no subieron a una aeronave.

Como resultado, Marie estaba luchando sola, indefensa.

De hecho, había algunos sacerdotes y caballeros del templo a su alrededor, pero ella no reconoció sus rostros.

Ella era un poco tímida.

A medida que la pomposa aeronave avanzaba con Marie montándola, los monstruos que colisionaron con el escudo se desvanecieron como si estallaran.

—Cierto. Esto no es un juego de niños. ¡Yo soy la santa! ¡No hay forma de que me derriben solo con esto!

Aunque originalmente había estado preocupada de que Julian y los demás no estuvieran allí, Marie se emborrachó con su propio poder.

***

El principado observó la flota del reino dirigida por Marie.

Dentro de un buque de guerra, Hertrauda estaba mirando una maqueta del campo de batalla con piezas aliadas y enemigas dispuestas sobre una mesa.

—Parece que el poder de la santa es un asunto serio.

Las principales figuras alrededor de Hertrauda la observaron.

Al levantarse de su silla, Hertrauda tomó una flauta, la flauta mágica, de una mujer. Una de las principales figuras habló.

—Princesa, hemos llegado al continente del reino. Hemos hecho algunas desviaciones del plan, pero no hay problemas.

——Ya veo.

Después de decir eso, Hertrauda miró la flauta con una expresión severa y respiró hondo antes de colocar su boca en el instrumento.

Ella estaba a punto de llegar a un punto sin retorno. Aunque estaba tensa, ella se determinó y sopló la flauta. Su tono era ominoso, pero hermoso.

Los espectadores de los alrededores cerraron los ojos y escucharon el timbre de la flauta. (Ahora bien, santa—¿podrás detener la ira del principado?)

El cielo era un campo de batalla.

La zona de combate se volvió más oscura con la llegada de unas espesas nubes. Entonces, lo que apareció de esas nubes fue—un monstruo absurdamente grande. Su cuerpo redondo tenía numerosos ojos.

Sus largos brazos emergieron.

Su cuerpo blanco tenía algo pulsante, parecido a vasos sanguíneos, y era un monstruo gigante con muchos ojos y brazos.

Su tamaño era más grande que la humilde isla flotante.

Era un monstruo cuyo tamaño podía abarcar miles, quizás decenas de miles, de metros. La flota del reino comenzó a temblar por la repentina aparición del monstruo.

Cuando Hertrauda apartó los labios de la flauta, ella casi se cae.

Una vez que la gente de los alrededores la ayudó a ponerse de pie, sonrió.

—Con esto, el reino ya no existe. Los líderes aplaudieron.

Algunos de ellos incluso se conmovieron hasta las lágrimas.

—Y ahora nuestro largo rencor contra el reino por fin desaparecerá.

—Qué espléndido, princesa.

—Las tropas del reino no tienen ninguna posibilidad ante la deidad guardiana. Lo que queda es entrar al reino y rescatar a su alteza la princesa Hertrude.

Hertrauda habló de su deseo de ver lo que sucedía más allá de la ventana, por lo que la llevaron afuera mientras la apoyaban.

El viento soplaba violentamente fuera del interior de la nave.

Lo que vio frente a ella fue la vista de un monstruo y sus brazos extendiéndose desde el cielo, derribando a las tropas del reino.

Una vez que el escudo de la santa fue destruido, sus brazos gigantes derribaron las aeronaves. Sus muchos ojos liberaron rayos de luz, derribando naves y haciéndolos estallar en llamas.

—Atrapados entre el cielo y el mar, su tierra se hundirá. El principado estaba decidido a hundir el continente.

Hertrauda rio con una cara pálida.

Nadie a su alrededor parecía prestar atención a su pálida expresión, y si era por agotamiento o miedo a lo que acababa de hacer.

***

Una enorme palma se acercó.

Marie se agachó, soltando su bastón.

Una vez que la mano gigante chocó con una nave aliada, destruyéndola en el proceso, los sacerdotes y los caballeros del templo cercanos gritaron.

—¡Santa, el escudo!

—¡Por favor derrota a ese monstruo con tu poder!

—¡Santa, su bastón!

Frente a la gente de los alrededores que la molestaba con “Santa esto, Saint eso”, Marie gritó.

—¿¡Cómo se supone que voy a derrotar eso!? No lo sé. ¡Nunca escuché que apareciera “esa cosa”! En primer lugar—¡No soy la verdadera santa!

Mientras la gente que la rodeaba estaba aturdida, una aeronave estaba volando por encima de Marie.

La aeronave fue aplastada como un juguete, tirada y luego estalló en llamas.

Ella no podía comprender lo que estaba frente a sus ojos.

Sintiéndose enferma del estómago, las piernas de Marie no podían moverse por el horror. Ella miró hacia arriba en los monstruos y derramó lágrimas.

—¿¡Qué se supone que debo hacer aquí!? ¡Alguien, ayúdeme!

El monstruo se acercó lentamente, la artillería de las aeronaves resistentes no tuvo ningún efecto.

El monstruo destruyó los obstáculos en su camino, lentamente dirigiéndose hacia la capital real.

Uno de los caballeros del templo gritó.

—R-Retirada. ¡Retirada! ¡Vuelvan inmediatamente!

Cuando la aeronave hizo un cambio inmediato, una aeronave aliada se desplomó.

La aeronave explotó al llegar al suelo, haciendo que las llamas se extendieran por toda la tierra.

Hubo más de doscientos dirigibles, pero cuando llegó el momento de escapar—solo quedaban diez.

Todo el tiempo, Marie se sentó y lloró mientras acunaba sus rodillas entre sus brazos. Lloró de la misma manera que lo hizo durante ese día en su vida anterior—