Tantei wa mou, Shindeiru (NL)

Volumen 3

Prologo: Hace Seis Años, Nagisa

Me paré en la orilla y escuché el balanceo de las olas.

Woosh, woosh, las olas golpearon suavemente la orilla y se desvanecieron. Mi corazón se calmó, mi ansiedad y mi dolor se calmaron. Mi única afición era escuchar los mares junto a la orilla.

“¿Qué estás haciendo aquí?”

De repente, escuché la voz de una chica desconocida desde atrás. Era una voz fría y clara, pero definitivamente no distante.

“… Solo escuchando los sonidos de los mares.”

No esperaba que viniera nadie más y respondí algo nerviosa.

“¿Estás escuchando? ¿No estás mirando?”

“¿Pero no puedo verlo de todos modos?”

Sí, ya es de noche. El mar, que brillaba como esmeraldas durante el día, era solo oscuridad en este momento para mis ojos, dependiente solo de la luz de las estrellas. Solo podía escuchar las olas en silencio y experimentar el mar de esta manera.

“Entonces, ¿por qué no puedes venir durante el día?”

La chica se sentó a mi lado. Inicialmente tuve la impresión de que era una adulta, pero dado el origen de la voz, parecía que tenía aproximadamente la misma altura. Supuse que tiene más o menos la misma edad que yo.

“En realidad quería hacer eso. Pero me descubrirán si salgo durante el día”.

Decidí abrirme y continué la conversación con ella.

“¿Descubrirte? ¿Por quién?”

“… De hecho estoy enferma. No debería estar en ningún otro lugar que no sea la sala de operaciones. Pero es doloroso permanecer en la cama dura todo el tiempo. Por eso, a veces, vengo aquí para evitar que alguien más me vea”.

El trato doloroso, el sufrimiento eterno.

Siempre que tenía tiempo para escapar de ellos, me sentía curada.

“Más importante aún, ¿quién eres? Es la primera vez que escucho tu voz”.

Me alegré de poder charlar con una chica de mi edad, así que también le pregunté.

“Me trajeron aquí recientemente, por algo”.

“…Ya veo.”

Este lugar del que habló definitivamente no era un hospital. Estábamos en un orfanato construido en cierta isla.

“Pero está bien. Los niños que viven aquí son todos como nosotros”.

Sí, son como nosotros, niños desafortunados. ¿Supongo que con eso estamos bien? No, sabía muy bien que nada estaba bien, pero en este momento, eso era todo lo que podía decir.

“¿Tu nombre es?”

Entonces la chica me preguntó.

“Número 602”.

Así me llaman los adultos, así que respondí.

No se limitó a mí. Todos los niños en esta instalación eran todos iguales…

pero esta chica se acostumbrará, algún día──

“Nagisa.”

Al principio, pensé que se refería a las olas ondulantes.

“Como te gusta el mar, ese será tu nombre”.

Pero la chica lo dijo y sonrió. O al menos, parecía que estaba sonriendo.

“Dime, ¿qué hay de tu nombre?”

Y entonces le pedí que me regresara.

“No tengo nombre… pero.”

“¿Pero?”

“Tengo un nombre en clave.”

Y el nombre que dijo fue algo que nunca olvidaré en mi vida, nunca lo olvidaré, así lo pensé.