Imouto Sae Ireba Ii (NL)

Volumen 4

Capítulo 5: Artista de Manga vs Ilustrador

Parte 2

 

 

Setsuna la ignoró.

“¡Y además, no me importa si haces estas cosas cuando Ichika está viendo al lector! ¡Pero cuando su trasero sea lo principal en la página, espero que le quites esas panties!”

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“¡¿Cómo—Cómo podría hacer algo tan antinatural?! ¡El sostén complementa a las panties, y viceversa! ¡Esa es la única forma de hacer que Ichika resplandezca tanto como sea posible!”

“¡¿Y tú que vas a saber [del trasero] de Ichika?! ¡Sensei! ¡No puede dejar el manga de ImoSube en manos de alguien como ella!”

Itsuki parecía listo para coincidir con Setsuna casi por instinto, pero inesperadamente, él simplemente le dirigió una mirada conflictiva.

“Lo sé. En serio quiero alejarme de ella… pero dejando de lado las escenas de desnudos, no tengo queja alguna sobre la forma en que dibuja ImoSube. Es maravilloso. Nadie más que ella está calificada para este trabajo… ¡Ugh! ¡¿Por qué alguien con tanto talento como tú debía tener este ridículo fetiche por la lencería…?!”

“¿Y por qué alguien como usted, Señor Hashima, ama tanto a las hermanitas como yo, pero aun así insiste en desnudarlas todo el tiempo? Dejó que el mal se apoderara  de su cerebro…”

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Pero antes de que Itsuki y Kaiko pudieran pelear más: “¡Déjenme dibujarlo!”

La declaración de Setsuna vino de la nada.

“¿E-Estás loco? Tienes más trabajo que—ah”. Toki cortó sus propias palabras.

“Mm-hmm. Ahora que SILLIES ya no está, tengo tiempo libre en mi agenda.”

“Hmm… Setsuna dibujando mi novela…”

Itsuki le dio a la propuesta la seria consideración que merecía. Él quería esperar un poco—esperar a crecer como autor para poder trabajar junto con él de nuevo en la novela ‘definitiva’. Pero si Setsuna podía ser el sujeto que adaptara su trabajo a manga, él sería sin duda un gran compañero. El equipo de trabajo de Hermanitas fundadoras del nuevo mundo (el trabajo debut de Itsuki) reuniéndose de nuevo atraería bastantes lectores—podría incluso convencer a aquellos lectores que eran fans de sus trabajos para que leyeran el manga.

“Pero  Setsuna…  um,  ¿sabes  dibujar  manga?”  Otro pensamiento había llegado a Itsuki.

“Nunca he dibujado nada así”, respondió Setsuna, sin preocupación como siempre, “¡pero apuesto a que puedo! He dibujado ilustraciones de novelas separadas en paneles, así que…”

“Mmmm”,  Itsuki  pensó por un momento—solo un momento. “Muy bien. Si crees poder, entonces hagámoslo”.

Él se giró hacia Toki y Tokuyama, sus ojos completamente  serios. “Quiero realizar una competición entre Setsuna…digo, entre Puriketsu y Kaiko. Si Kaiko lo vence, entonces prometo que la dejaré dibujarles ropa interior a las chicas desnudas”.

“Claro…que no. Digo, es demasiado repentino…”

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“Me parece bien”, dijo Kaiko, cortando al nervioso Tokuyama mientras sus agudos ojos llenos de voluntad se dirigían a Setsuna. “De hecho, insisto. Ser capaz de competir con Puriketsu sería un honor para cualquier artista”.

“¿…Estás segura? Porque no quiero sacarte del negocio”.

Setsuna sonaba, para variar, muy serio. Esto hizo que Kaiko retrocediera un poco—pero no lo suficiente.

“…No perderé. Te lo prometo.”

***

 

 

Y así, se decidió llevar a cabo la batalla entre Setsuna y Kaiko justo aquí en el apartamento de Itsuki.

Kaiko traía sus materiales, y aunque Setsuna por lo general trabajaba con herramientas digitales, era igual de habilidoso con el lápiz.

A cada artista se le asignó la misma controversial escena—esa sexy escena de Ichika desnuda dejando libre su libido. Setsuna la dibujaría desnuda, como en la obra original, mientras que Kiako se apegaría a la lencería.

Los jueces eran Itsuki, Toki, y Tokuyama, con Itsuki pudiendo dar dos votos por ser el creador original.

El sentido de esto no era saber quién puede hacer  mejor manga; sino quién era mejor para adaptar la novela.

Serían juzgados no solo por sus habilidades, sino por el potencial a futuro que demostrarán, por su valor comercial, etc.

Como Itsuki, ambos editores sabían muy bien que (1) si la obra original tenía chicas desnudas, que dichas chicas estuvieran desnudas en el manga sería la apuesta más segura, y (2) que una figura como Puriketsu manejara la adaptación en lugar de una novata sin renombre tendría sus propios méritos.

En términos de instinto, Setsuna tenía substancial ventaja—pero él jamás había dibujado algo de Todo sobre mi hermanita y era un total amateur con el manga. Kaiko, por otro lado, tenía un estilo de dibujo perfecto y ya había dibujado esta escena antes.

Ella era mejor artista de manga, pero, ¿era suficientemente buena como para que los jueces la eligieran por sobre Setsuna, a pesar de su intención de ignorar la obra original? Esa era la pregunta.

Setsuna y Kaiko se sentaron en lados opuestos de la mesa, dos hojas en blanco frente a ellos. Mientras ambos se veían fijamente, los tres jueces los supervisaban.

“Lápices listos”, dijo Itsuki. Setsuna tomó su portaminas, jugando con él entre sus dedos. Kaiko, por otro lado, sacó todas       sus          herramientas           para  manga—lápiz,  borrador, pluma G, tinta, corrector, tramas, cuchilla, etc.

“Preferiría que fuera una competencia de bosquejos”,

dijo Itsuki. “¿De verdad vas a entintarlo también?”

“Sí”, asintió Kaiko, emocionada. “Voy a darlo todo en estas páginas”.

“Sí, uh, ya veremos”. Setsuna rió, aun jugando con el portaminas.

“…Bueno, ya. ¿Listos?”

“Un momento”, dijo Kaiko—y entonces, por alguna razón, removió su diadema, entonces quitó el listón. Mientras Itsuki observaba con dudas, ella desató el listón… e hizo que toda la habitación quedara en shock.

“¡¿Qué…?!”

No podía evitarse. El accesorio que todos asumieron que era un listón era en realidad un par de panties.

“¿Pa-Panties…?”

“Ya veo, panties…”

“Sep. Definitivamente son panties”.

Ante el sorprendido Itsuki y Setsuna, Kaiko acarició la ropa interior para darse buena suerte, una encantadora sonrisa esparciéndose sobre su rostro.

“Tú… ¡¿has estado usando panties en tu cabeza todo este tiempo?!”

“Correcto”.

“¡Oh, qué asco, qué asco, qué asco!” Itsuki estaba estremecido.

“Qué grosero. ¿Qué tiene de malo que use panties como un listón?”

“¿Que qué tiene de—? Bueno, espera, quizás… ¿Hmm? ¿…Quizás no sea…?”

Kaiko habló de manera tan normal que Itsuki no estaba seguro de si su sentido común estaba equivocado o no.

“…Y bien”, dijo él, “¿Por qué te las quitaste de tu cabeza…? ¿Las vas a usar como modelo, o—?”

“No. Incluso sin un modelo, el estilo y textura de cada tipo de lencería conocida por la humanidad se encuentra en mi mente”.

¡Qué asco! Pensó Itsuki. De alguna manera logró abstenerse de decirlo en voz alta.

“…Entonces,  ¿para  qué  son?”  finalmente  preguntó, temiendo algo peor de lo que podía imaginar.

Imouto Sae Ireba Ii Vol 4 Capítulo 5 Parte 2 Novela Ligera

 


***

 

 

“…Desde este momento en adelante, yo, Kaiko Mikuniyama, alcanzaré la divinidad en un manga”.

Y con esas decididas palabras, Kaiko se puso las panties.

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Como si fuera una máscara de luchador.

““““¡¿Queeeeeeeeee?!””””

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Ante este acto sacado directamente de Hentai Kamen o quizás un intento de Blue Snow de Shimoneta, Itsuki, Setsuna, Toki, y Tokuyama gritaron con sorpresa.

Kaiko apuntó la punta de su portaminas a Setsuna, como un caballero retando a un oponente a un duelo. “…Comencemos”, dijo, su voz tan clara como el sol de la mañana.

“¡Espera,  espera,  espera!  ¡¿Y  eso  qué  es?!”  Itsuki frenéticamente intervino.

“Este es el  uniforme que  utilizo  al dibujar  manga. ¿Algún problema?”

“¿Tu—uniforme…?”

Itsuki podía sentir los agudos ojos de Kaiko atravesándolo mientras él buscaba palabras para responder. Él sabía que muchas personas se ponían ropas de trabajo o chándales o alguna otra cosa antes de sentarse a escribir, para ayudarlos a cambiar de marcha mentalmente.

Él incluso había escuchado historias sobre artistas de manga que vestían ropa de Lolita gótica, o equipo de bondage, o hasta cosplay de sus propios personajes.

Y considerando que Nayuta Kani estaba tan desequilibrada que no podía escribir sin estar completamente desnuda, el concepto de una joven mujer colocándose panties sobre su cabeza todo el día para luego desenrollarlas y colocarlas sobre su cara al trabajar no era tan raro. Probablemente. ¿Quizás? Tal vez. Itsuki deliberadamente eligió pensar eso.

“Um, bueno, está bien… ¿Listos?”

“Por supuesto”.

“Sep. No voy a dejar que esta pervertida me gane”, el ahora calmado Setsuna dijo.

“Muy bien. Listos… Comiencen”.

A la señal de Itsuki, los lápices de Kaiko y Setsuna comenzaron a bailar de inmediato sobre el papel. Este dibujo, Kaiko prácticamente lo estaba repitiendo, pero no parecía haber dudas en los movimientos de Setsuna tampoco.

Itsuki estaba feliz de ver eso—Setsuna no solo trataba de ser amable; a él realmente le gustaban sus novelas. Hacer pareja con él sería asombroso.

Ver a este sujeto con apariencia de niño y cabello teñido de colores competir contra una chica con el rostro cubierto por panties era surreal a más no poder a primera vista, pero los ojos de ambos artistas desbordaban espíritu competitivo mientras se concentraban en sus hojas. Esto ponía a Itsuki al borde del asiento.

Ellos dos eran sin duda genios a su manera, y nadie quería molestarlos mientras trabajaban. Itsuki dejó el kotatsu para escribir en su escritorio mientras los dos editores sacaban sus notebooks para revisar e-mails.

Dos horas pasaron.

“¡Sí! ¡Terminé el bosquejo!”

Setsuna fue el primero en gritar, tres páginas de manga frente a él. Por supuesto, no eran más que bosquejos, ya que no fueron hechos con más que lápices, pero aun así exhibían la completa habilidad de expresión de Setsuna.

Una mirada era suficiente para arrebatarte el aliento.

“Asombroso…”

Tomando las hojas, Itsuki sintió emoción dispararse por todo su cuerpo. Ahí se encontraba Ichika en toda su gloria, linda y sin embargo completamente depravada. Él deseaba poder meterse a la página para abrazarla.

“Uf… Tus escenas de desnudos son increíbles…”

Setsuna se limpió el sudor de su frente mientras elogios escapaban de la boca de Itsuki.

“Je-je … ¿Y qué hay de ti, Kaiko?”

Él lanzó una dudosa mirada al otro lado de la mesa.

Ella había dibujado un total de cinco páginas. El borrador estaba terminado, y una vez más, tenía una calidad fácilmente publicable.

Ella incluso había terminado de entintar la primera página, y su pluma G estaba ocupada terminando la segunda. Su atención estaba solamente en la página frente a ella; ni siquiera había notado que Setsuna había acabado.

Su respiración estaba agitada tras la máscara, causando que hiciera sonar pequeños “fwssh, fwshh” rítmicos a través de la tela. El calor debe haber sido horrible bajo esas bragas, ya que su rostro parecía casi preocupantemente rojo.

“…Vaya concentración”, un impresionado Setsuna murmuró mientras tomaba la primera página del trabajo de la chica, Itsuki acercándose para observar.

““¡¿Eh…?!””

Ambos gritaron con sorpresa al mismo tiempo. La página mostraba a Kazuma percatándose de que la excitada Ichika estaba en peligro y lanzándose a la ducha. Ella estaba desnuda en la obra original y encantadoramente  vestida  con  lencería  en  el  primer

intento de Kaiko. Esta vez, sin embargo, Ichika tenía un uniforme escolar puesto, su sostén sobresaliendo de debajo de su camisa empapada. Un par de blancas panties apenas visibles por debajo de su falda levantada.

“Ella… ¿está exponiendo incluso menos…?”

Transformar una escena de desnudos en una de lencería casi le había costado su trabajo, y ahora Kaiko le había puesto una segunda capa a la chica. Esto no tenía nada de sentido.

Confundido, Itsuki se giró hacia la página que Kaiko estaba entintando. Mostraba a Kazuma apresurándose para ayudar a la adolorida Ichika, diligentemente desabotonando cada botón de la camisa de la chica, el sostén debajo gradualmente volviéndose visible hasta el más minúsculo de los detalles. Ella usó una página completa para eso.

Él recogió las otras tres páginas con bosquejos del suelo. Ichika, abrumada por su lujuria, ahora avanzaba sobre Kazuma, su camisa a medio abotonar revelando aún más, su falda bajada un poco para que pudieras ver la parte superior de sus panties—cada posible detalle dibujado en el listón y demás, como siempre.

En la cuarta página, ella aún tenía las mangas de su camisa puestas, pero el sostén era casi visible por completo. La falda estaba aún más abajo, exponiendo casi por completo sus panties al mundo.

Finalmente, en la quinta página Ichika ya no tenía su camisa, su falda sobre el piso de la ducha; ella ahora estaba de regreso al estado en que Kaiko la dibujó en un principio. Ella se veía obscena, lujuriosa, violenta, hermosa mientras lamía la sangre bajando por el cuello de Kazuma, paz y tranquilidad lentamente regresando a su semblante…

Después de leer, Itsuki retrocedió, sorprendido. Justo ahora, se percató, estaba completamente cautivado por este manga. Gasté todo aquel tiempo y esfuerzo escribiendo esta escena, y ella incluso le agregó un atuendo— ¡pero mira lo bien que terminó! Aunque odiaba admitirlo, la vista de Ichika desnudándose, revelando lo que yacía debajo, excitaba incluso a un sujeto ‘o-está- desnuda-o-no-quiero-nada’ como él.

Él quería ver más. Quería más de ese sostén y esas panties. Como una bestia hambrienta, él devoró las páginas, rogando por más. Esta no era una sola ilustración, como lo que las novelas ligeras normalmente tienen. Esto era manga, una serie de dibujos conectados por un hilo en común, y este contaba la desgraciada historia de un set de ropa interior. ¡Y esto lo había cautivado a él!

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“¿…Qué te parece?”

Itsuki, mirando fijamente las páginas postrado a cuatro patas como algún tipo de animal de corral, regresó a la realidad al sonido de la voz de Kaiko. Él se levantó, avergonzado, y se giró hacia ella.

“Déjame ver esa un segundo”, dijo Setsuna mientras le arrebataba las páginas, una nefasta mirada en su rostro. “…Eh. Sí, esa es otra manera de dibujarlo…”. Alegría y frustración podían sentirse en su susurrado elogio. “Um, ¿Sensei? No creo que tengamos que esperar a que Kaiko termine de entintar, ¿o sí?”

Kaiko levantó una ceja. “¿A qué se refieren…?”

“Pues…ya dígalo, Sensei”. Setsuna  sonaba como alguien a quien le desinflaron los neumáticos. “¿Qué le parece este manga?”

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“…Ahh… Bueno… ¿cómo decirlo………?”


Entonces, de una vez,de la forma más incómoda posible:

“…………Me hizo pensar que, ya sabes, quizás la lencería es mejor de lo que pensaba”.

El manga de Kaiko había físicamente excitado a un acólito jurado de la figura femenina desnuda. El mundo está lleno de soberbias, exquisitas, y asombrosas piezas de arte, pero, ¿cuántas de esas tienen el poder de cambiar la forma en que sus lectores ven el mundo?

Incluso si esa epifanía era algo como ‘¡antes me gustaban las chicas desnudas, pero ahora también me encanta verlas en ropa interior!’ Itsuki ahora tenía una completamente nueva perspectiva de la vida.

El manga de Setsuna también era genial. Conmovedor, incluso.

Pero estaba demasiado trabajado en algunas áreas, desde el ritmo de los paneles a la manera en que utilizaba los diálogos, y no era en realidad un manga ‘completo’. Era básicamente Puriketsu el ilustrador tratando de meter con calzador su inmenso talento artístico en formato de manga. Él era un gran artista, y el arte seguía igual de bien en este manga.

Quizás podían contratar a alguien para hacer la disposición de los paneles y esas cosas para el manga hasta que se acostumbrara más. Pero según el juicio de Itsuki, el talento de Setsuna era mejor utilizado cuando le permitían concentrarse por completo en ilustrar.

Y Setsuna parecía coincidir. Él les dio una sonrisa, resignado a su destino.

“Uff… Bueno, ¿listos para el juicio?”

“Tan lista como siempre”. Asintió Kaiko.

Al final, la votación entre Itsuki, Toki, y Tokuyama fue unánime. Kaiko barrió con todo.

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“¡Muchas gracias!” casi gritó ella, rebosando alegría mientras prácticamente se arrancaba las panties de su cabeza, lanzando cuentas de sudor por los aires.

“¡No puedo esperar para trabajar con usted, Señor Hashima!”

Sosteniendo las panties empapadas de sudor como si fueran un tesoro, ella le hizo una reverencia a Itsuki.

 

Imouto Sae Ireba Ii Vol 4 Capítulo 5 Parte 2 Novela Ligera

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