Imouto Sae Ireba Ii (NL)

Volumen 4

Capítulo 5: Artista de Manga vs Ilustrador

Parte 1

Aproximadamente una semana después de que Kaiko Mikuniyama conociera a Itsuki, Toki llegó a su departamento con el borrador del capítulo 1 del manga Todo sobre mi hermanita. Coloquialmente conocido como ‘nombre’ en japonés, este borrador proporcionaba el esquema para el manga, similar al esquema de una trama para una novela; en proyectos de adaptación como estos, el novelista original usualmente revisa este borrador, haciéndose así la idea del flujo de la historia y los diálogos.

“…Aquí está el borrador del capítulo uno”.

“¡Vaya! ¡Por fin! ¡He esperado tanto por esto!”

Itsuki prácticamente estalló en paroxismos de alegría mientras aceptaba el montón de papel impreso y comenzaba a leer… sin notar la expresión bastante tensa en el rostro de Toki.

Cada artista de manga tiene un enfoque diferente de cuán detallados son sus borradores ‘nombre’ (los horarios establecidos son otro factor). Algunos de ellos son poco más que el mínimo de globos de texto y diseños de paneles, mientras que otros son lo suficientemente detallados como para ser casi publicables así tal cual.

El borrador de Kaiko estaba  firmemente en el  último campo, fácilmente publicable en su formato actual. Ya era de una calidad aún mayor a la que los artistas nuevos solían presentar en los concursos, lo cual demostraba cuán entusiasmada estaba por este proyecto.

“¡Esto es más que asombroso…! Ella de verdad no decepciona…”

El volumen 1 de la novela de Itsuki tomó aproximadamente veinte páginas para establecer los rasgos de los principales protagonistas y el escenario de la historia. Aquí, con algunos cambios en el diálogo y la estructura, Kaiko había hecho lo mismo en varias páginas de dibujo vivo y fluido.

“Sí…”

Un poco nervioso, Itsuki pasó a la página siguiente. Ahora el manga abordaba el primer gran evento de la historia, donde Ichika es golpeada por un ataque de deseo carnal mientras está en la ducha y su hermano mayor Kazuma debe darle de su propia sangre para detenerla.

Esto no era simple fan service—esto representaba cómo crecería y se desarrollaría ImoSube, como la inmoral y tonta comedia romántica que era.

Este evento estaba ilustrado en una página a color en el frente del Volumen 1 de la novela, e Itsuki concluyó que la maravillosamente obscena representación del momento ilustrada por Hoshiimo quedó para siempre en la mente de los lectores. No estaría de más decir que esta escena en el manga sería lo que podría llevarlo al éxito o al fracaso, sería la primera demostración de cómo sería la serie.

Pero estoy seguro de que Kaiko hizo un gran trabajo, pensó Itsuki, la expectación creciendo en su mente (junto con una diminuta pizca de temor) mientras pasaba de página.

“¿………………………………………………………………Eh?”

Y cuando Itsuki vio a Ichika, dibujada con orgullo en toda la página, sus pupilas se redujeron a dos pequeños píxeles de conmoción.

No tenía sentido. La cara de Ichika—su expresión—estaba exquisitamente dibujada. Él prácticamente podía escuchar los gemidos de dolor de la chica, sus jadeos seductores, en sus propios oídos.

Sus pálidos hombros desnudos, brazos y muslos eran nada menos que obras de arte. Cada mechón de cabello humedecido, cada salpicadura de la ducha, cada gota que corría por su cuerpo, todo estaba dibujado perfectamente. La calidad era increíble, lo suficientemente buena para usarla como ilustración de una novela.

Pero.

Sin embargo.

Por alguna razón…

Esta Ichika usaba ropa interior.

“¡¿Eeeeeeehhhhhhh?!” 

Itsuki acercó la página del borrador a su cara, como si quisiera atravesarla con la mirada, pero no era un espejismo. Una vez se percató de eso, no pudo evitar gritar con consternación.

La  lencería  que  llevaba  Ichika—cada  arruga,  cada sombra, incluso los intrincados bordados—estaba dibujada con elegancia y sin compromiso.

Incluso en blanco y negro, demostraban una presencia inimaginablemente real, haciendo alarde de la abrumadora cantidad de textura, apariencia real y encanto. Eran el mejor maldito juego de ropa interior en la historia del manga.

Con una sola mirada podías comprender que la pasión del artista por el arte no era palabrería barata.

Pero, por supuesto, Ichika estaba desnuda en la novela.

Era casi obligatorio que lo estuviera, ya que tomaba una ducha en ese momento.

De hecho, cada vez que era azotada por un ataque de deseo sexual en la novela—en la azotea de la escuela, en el gimnasio de la escuela, en una cueva, sobre una montaña nevada—ella siempre estaba completamente desnuda.

Por eso se llamaba fan service. La desnudez era parte de la definición. Esa era la regla absoluta para Todo sobre mi hermanita, y para todo trabajo de Itsuki Hashima.

“Y, ella, tú, esto, tú, esto…tú… ¡¡Esto es mierda!!”

Toki tuvo que intervenir de inmediato para evitar que el enfurecido Itsuki rompiera la página.

“¡Cielos, cálmate, Itsuki!”

“¡ES MIERDA!”

“¡Contrólate! ¿Bien? No te preocupes… Todo estará bien…”

“Ahh…ahh…ahh…”

“…Bien, bien… Todo estará bien, cálmate… Contrólate…”

“Ahh…………uff…”

Itsuki, recompuesto, pero sin fuerzas, lanzó todo el borrador sobre la mesa. Sus ojos llenos de sospecha dirigidos a Toki.

“¿………Qué fue eso…?”

“…Estuve igual de sorprendido que tu cuando lo vi”, fue la incómoda respuesta. “Le pregunté al Señor Tokuyama de Gifted al respecto, y…supongo que, bueno, Mikuniyama… tiene un fetiche por la ropa interior”.

“Un— ¿Un fetiche con la ropa interior…?”

El  término  “fetiche  con  la  ropa  interior”  parecía imposible de atribuir a la inmaculada y tierna imagen que Kaiko daba en persona. Itsuki no sabía cómo reaccionar.

“Sí. Está obsesionada con este tipo de cosas, y por eso termina dibujándolas incluso en escenas de desnudos”.

“¡¿Cómo que ‘y por eso’?! ¡Que lo arregle!”

“…Mira”, Toki comenzó a hablar con el ceño fruncido, “tal parece que ama tanto las bragas y esas cosas que la única razón por la que se volvió artista de manga fue para poder dibujarlas. Si prohibimos que dibuje bragas, definitivamente afectará de mala manera su motivación. Y al final el equipo editorial de Gifted nos hizo una propuesta… Si le parece bien al creador original, podríamos dejar que ella dibujara bragas y esas cosas en las escenas de fan service”.

“¡¿Es una broma?! ¡No, para nada, no me parece bien! ¡Si tanto quiere dibujar bragas, que lo haga en su propio manga! ¡El fan service de mi serie es la desnudez! ¡Esas son las reglas!” Itsuki dijo claramente.

“…Bueno, en el peor de los casos, eso podría significar la salida de la Señorita Mikuniyama del proyecto, ¿no te importaría?”

“Mngh…”, Itsuki no pudo responder.

“Ella adora tu trabajo desde el fondo de su corazón. Eso es un hecho”.

“…Sí. El mismo manga lo demuestra”.

“Para serte franco, dudo que encontremos a alguien mejor que ella capaz de representar el mundo de ImoSube en un manga”.

“…Sí. No sé de nadie más que entienda tan bien mi trabajo… Alguien que ame a las hermanitas tanto como yo…”

Pero.

La cara de Itsuki se retorcía de dolor.

“Pero…quiero verla desnuda… Quiero ver a Ichika en el manga sin una sola fibra de tela encima…”

La discusión siguió por un rato más antes de que Itsuki tomara su decisión:

“…Comencemos hablando con Kaiko una vez más”.

***

A toda prisa organizaron una reunión entre novelista y artista de manga para el día siguiente en la casa de Itsuki.

Itsuki y Toki se sentaban en un extremo de la mesa, Kaiko y Tokuyama en el otro, los cuatro completamente serios. El borrador del capítulo uno estaba sobre la mesa.

“Oye… ¿Kaiko?”

“¿S-Sí?” Kaiko respondió de inmediato, evaluando la ligeramente tensa voz de Itsuki, mientras que su propia voz temblaba con ansiedad.

Itsuki tomó el borrador y lo abrió en donde estaba el problema—Ichika bañándose en ropa interior.

“¿…Podrías explicarme por qué Ichika no está desnuda en esta escena?”

“Es justo como le dije a mi editor. Adoro las panties. Por eso las dibujé”.

“¡Primero pregunta si puedes!” La voz de Itsuki rápidamente se volvió irregular debido a la falta de arrepentimiento en la respuesta de Kaiko. “¿No dijiste que te gustaban mis novelas? Si te gustan, ¿por qué les quitas las partes que las vuelven buenas?”

Una de las cejas de Kaiko se crispó. “…Me encanta su trabajo, Señor Hashima. Pero, a decir verdad, hay un aspecto que me parece decepcionante”.

“¿Decepcionante? …Un momento…”

“Sí”, dijo Kaiko, con sus afilados ojos sobre Itsuki. “¿Por qué, Señor Hashima, siempre le arranca la ropa a sus maravillosas y encantadoras hermanitas? Eso no me gustó desde un principio. Siempre deseo verlas usando lencería o panties o lo que sea, pero siempre es lo mismo con usted, desnudez completa siempre… ¡Pobres niñas! Merecen un trato mejor. Merecen panties y sostenes tan lindos como ellas”.

“¡Ja! ¡Tonterías!” ahora Itsuki estaba contraatacando. “¡Es parte del corazón de todo hermano mayor! ¡Él siempre querrá ver cada milímetro del cuerpo de su hermanita!¿Panties? ¡Trozos de tela inútiles diría yo! ¡Tener tales trapos sucios sobre el divino y descomunal encanto que posee el cuerpo desnudo de una hermanita es el pináculo de la estupidez! ¡Es barbárico, como escupirle al Cielo mismo! ¡Una hermanita siempre alcanzará su máxima hermosura solo en la más natural de sus formas! ¡Negar esa forma—envolverla en basura como sostenes y panties—demuestra que no sabes nada sobre la verdadera belleza!”.

“¿B-Basura…? ¿Llama a esto basura…?”

El cuerpo de Kaiko se estremecía visiblemente mientras respiraba profundamente.

“¡¿La ‘más natural de sus formas’?! ¡Eso es lo mismo que un animal salvaje! ¡Un ser humano gana conciencia solo cuando siente la necesidad de cubrirse con ropa interior! ¡Codiciar la desnudez por sobre todo lo demás lo convierte a usted en nada más que un primate, Señor Hashima! ¡Las más hermosas mujeres merecen el más hermoso guardarropa! ¡Ahí es donde yace la verdadera belleza—para sus hermanitas, y para toda persona sobre la faz de la tierra!”

“¡Más tonterías! ¡Aquello verdaderamente bello es bello por mérito propio! ¡No necesitas decoraciones superfluas!¡La desnudez es el pináculo de la moda! ¿Crees que eso nos convierte en animales? Bueno, ¡¿qué tiene de malo?! ¡La ‘hermanita’ es la criatura salvaje más hermosa en el mundo, soberana de la humanidad y de toda criatura viviente!”

“¡¿El pináculo de la moda?! ¡Nací en la Prefectura de Gunma en una familia que ha estado cultivando seda desde que Japón fue gobernado por los shogunes! ¡Llevo rodeada por hermosa ropa interior de seda toda mi vida! ¡¿Y un orangután como usted se atreve a debatir de moda conmigo?!”

“¡Bueno, vaya coincidencia! ¡No quería alardear sobre mi familia, pero mi abuelo viene de una familia adinerada de la Prefectura de Gifu que cría peces koi! ¡Te aseguro que aprendí todo sobre la belleza desde una temprana edad! ¡Y asimismo como un pez koi es más hermoso cuando es libre de nadar en su estado natural, una hermanita es más hermosa cuando está desnuda! ¡Lo que haces no es diferente de ponerle ropa a un pez! ¡Nada más, nada menos!”

“¡Ja! ¿Gifu? ¡Ya entiendo por qué usted tiene ese semblante de chimpancé!

“¡Pfft! ¿Gunma? ¡Bueno, ya que Gunma está lleno de bárbaros que descubrieron la civilización hace apenas medio año, no me sorprende que crean que la ropa interior sea un regalo del Cielo!”

La amabilidad de hace unos días había quedado en el pasado. Ahora usaban los términos más groseros que podían pensar para menospreciar sus creencias e incluso sus lugares de nacimiento.

Toki intervino. “¿…De verdad importa? ¿Importa si está desnuda o no…?”

“¡¡Claro que sí!!” los otros dos gritaron al mismo tiempo.

“P-Pero”, el editor de Itsuki protestó cuidadosamente, “Vamos, Señorita Mikuniyama, si este es el tipo de calidad que puede producir, entonces pienso que los lectores estarán felices sin importar si está desnuda o no…”

“¡Idiota! ¡En ningún momento desnudé a mis hermanitas por el bien de la felicidad de mis lectores! ¡Ni una sola vez! ¡Mis escenas de desnudos no son fan service para los lectores! ¡Ni siquiera son necesarias! ¡Solo las escribí porque quería ver hermanitas desnudas!”

“¡¿Y eso es algo para presumir?!”

“Opino lo mismo que el Señor Hashima”, agregó Kaiko. “No dibujo ropa interior porque crea que eso quieren los lectores. Es solo que no puedo evitarlo—quiero ver a estas encantadoras hermanitas en ropa interior igual de encantadora. Si no fuera por eso, jamás haría algo tan tonto como cambiar la ‘premisa’ de las novelas”.

“Oh, ¡¿entonces entiendes que lo que hiciste fue tonto?!”

Toki suspiró. Los dos creadores pensaban igual—y era exactamente por eso que jamás se podrían llevar bien.

“Ugh… ¿Qué haremos entonces…?” Fue ahí cuando el timbre sonó. “……”

Itsuki se levantó en silencio, luciendo tan enojado como siempre, frunciendo el ceño una última vez antes de abrir la puerta.

“Buenas, Sensei”.

Era el ilustrador Setsuna Ena, un chico con cabello bastante llamativo.

“Disculpa, estamos algo ocupados por aquí”.

“¿Oh, en serio? Bueno, no importa. Lo veo luego entonces”. Él se giró para retirarse.

“¡Ah! ¡¡Espera un segundo, Puriketsu!!”

Fue  Toki  quien  rápidamente  lo  detuvo.  Girándose, Setsuna vio al editor saliendo del kotatsu y acercándosele.

“…Me disculpo por lo de SILLIES. No pude hacer nada al respecto”, dijo Toki, haciendo una reverencia.

“Oh, no. No se preocupe”, respondió el ilustrador con una ligeramente angustiada sonrisa. “A veces pasan esas cosas”.

Itsuki inmediatamente comenzó a leer entre líneas. “¿…Entonces la cancelación de SILLIES ya es un hecho?”

“Sep”, respondió Setsuna un poco triste.

SILLIES era una novela ilustrada por Setsuna. Los primeros cuatro volúmenes fueron bastante populares, pero después de que saliera el Volumen 5 en marzo, las  ventas se desplomaron.

La razón era fácil de entender—se reveló que la heroína principal era un hombre en la segunda mitad del Volumen 4, pero esta barrera de género no evitó que el protagonista se lo hiciera a la ‘heroína’. Cabe destacar, fue bastante explícito. No ayudó el hecho de que la mayoría del arte de Puriketsu en esa segunda mitad era del trasero desnudo de la ‘heroína’.

“Sí, esta es la primera serie en la que trabajo que es cancelada, pero sabes, es bastante inesperado…”

“No te sientas mal”, dijo Toki. “Nada de esto habría pasado si hubiéramos podido mantener bajo control a Yohei Kitagata”.

Pero Setsuna sacudió su cabeza. “Nah, sabe, a mí tampoco me pareció buena idea lo del gender-bender. Pero estaba bastante seguro de mis habilidades, ¿me entiende? Fue algo como, si puedo dibujar un celestial trasero para la segunda mitad del volumen, los lectores quedarán encantados, sin importar si se trata del trasero de un hombre o no…”

“Lo mismo me dijo Kitagata. ‘Si los lectores de verdad aman a este personaje, su género no será más que un detalle sin importancia’. Me pareció algo bueno en aquel entonces, pero… no lo sé. Si la serie tuviera una audiencia femenina considerable, no pasaría nada, pero si lo que escribes es una comedia sexual con un noventa y nueve por ciento de lectores varones, supongo que hacerlos ver traseros de hombre es un poco extremo”.

“Sí…”

Itsuki tenía sentimientos encontrados al respecto, luego de ver lo decepcionado que parecía Setsuna. Él no lo había escuchado directamente de Toki, pero por lo que podía notar, estaba bastante seguro que SILLIES era la novela que se convertiría en anime antes de que Todo sobre mi  hermanita  la  reemplazara.

Era duro escuchar  que  a Setsuna—su amigo, y alguien a quien le debía mucho—le habían cancelado una serie en la que trabajaba, pero si SILLIES no hubiera caído de esa forma, ImoSube no se habría convertido en anime. De cierta manera, fue un golpe de suerte para Itsuki.

“Bueno, será mejor que me vaya, iré a seguir buscando a aquella chica”. Con esas palabras, Setsuna se dirigió a la puerta de nuevo.

“¡E-Espera un momento!”

Fue Kaiko quien lo detuvo, levantándose y dejando salir una voz un poco preocupada.

“Disculpa,    ¿tú   eres   Puriketsu?    ¿El   ilustrador   de Hermanitas fundadoras del nuevo mundo…?”

“¡Oh! ¿Sí?”

“¡Oh no!” las mejillas de Kaiko enrojecieron, sus ojos llorosos. “¡No tenía idea de que hoy conocería a Puriketsu…!”

El arte de Setsuna había sido muy elogiado por artistas de manga e ilustradores por igual. A él lo respetaban mucho en escena, y supuso que ella debía ser otra fan suya.

“Oh, um, lo siento, mi nombre es Kaiko Mikuniyama y me encargaré de la versión manga de Todo sobre mi hermanita del Señor Hashima”.

“Oh, Kaiko, ya veo. Oye. ¿ ImoSube tendrá manga? ¡Felicidades, sensei!”

“Gracias”, dijo Itsuki asintiendo antes de bajar la voz. “…Aunque no sé si esta chica vaya a ser la artista…”

Kaiko dejó escapar un pequeño gruñido.

“¿Mm?  ¿Las  diferencias  creativas  les  están  dando problemas?”

Itsuki tomó la escena problemática del borrador sobre la mesa y se la entregó a Setsuna.

“Vaya, esto es bastante bueno… ¿Eh? Espera, ¿no es esto…?”

“…Esta chica le puso ropa interior a Ichika en la escena donde está desnuda”.

Setsuna había sentido que algo estaba fuera de lugar.

Pero ahora lo entendía.

“¡¿Eeeeehhhhh?!”

Su reacción fue exactamente la misma que la de Itsuki la primera vez que vio la página. Esta vez, sin embargo, Kaiko estaba presente para ser reprendida.

“¿Eeh? ¿Eeeeehhh? En serio, ¡¿Eeeeeeehhhhhh?! En serio, ¡¿en qué estabas pensando?! ¡¿Por qué harías algo tan terrible como ponerle ropa interior a alguien desnudo?! Es, como decirlo… ¡Cielos, ya entiendo a qué se refieren cuando hablan sobre arruinar la obra original!”

“Exacto”, Itsuki asintió, a pesar de que Toki y Tokuyama le dirigían miradas de ‘qué demonios dicen estos sujetos’. “Sabía que lo entenderías, Setsuna. ¡Este monstruo está haciendo lo que se le da la gana con mis novelas, y es tu deber mostrarle la verdad!”

La voz de Kaiko se estremeció. “P-Puriketsu, ¿esto quiere decir que eres partidario del culto malvado de la desnudez…? Todo lo que quería era darles a estas hermosas chicas la hermosa ropa que merecen…”

“¡Esto es una locura! ¡En serio me gustó esta escena en ImoSube! ¡La ilustración de Hoshiimo estaba a reventar de ‘poder de trasero’! ¿Por qué habrías de ponerle panties? Digo, el sostén no es muy importante, ¡pero las panties debes quitárselas!”

Ahora el sorprendido era Itsuki. “¡¿Y ahora tú de qué estás hablando?! ¡Ni el sostén ni las panties son necesarias! ¡Quiero que ella esté completamente desnuda! ¡No aceptaré nada más!”

“¿Solo el sostén…? ¡Qué deshonroso! ¡No creí que fueras ese tipo de persona, Puriketsu!”

Era difícil entender el porqué del enojo de Kaiko.