Imouto Sae Ireba Ii (NL)

Volumen 4

Capítulo 4: Encuentro

Eran las primeras horas de la tarde, tres días después de que el grupo eligiera a Kaiko Mikuniyama para dibujar la adaptación a manga de Todo sobre mi hermanita. Itsuki Hashima y Kenjiro Toki acababan de llegar a un café donde estaba programada una cita para reunirse con su nueva ilustradora, no tuvieron que esperar mucho tiempo antes de que una pareja, un varón y una mujer, se sentara frente a ellos.

Itsuki estaba familiarizado con uno de ellos, un hombre rechoncho de unos treinta y algo años. Su nombre era Kohei Tokuyama, él era un editor de manga para la revista Comic Gifted, la otra tenía que ser Kaiko. Ella se veía de la misma edad que Itsuki, una estereotípica belleza japonesa de hermoso cabello largo negro.

Su rostro estaba algo tenso—debe haber estado nerviosa—haciéndola parecer un poco más como una tímida criaturita del bosque. Su ropa era holgada, cómoda, y predominaba el color blanco, y aunque la ropa lo hacía difícil de distinguir, tenía amplio busto.

En su cabeza tenía una diadema con un gran moño, provocando una apariencia algo infantil para esta chica de casi veinte años, pero era un buen agregado para el aura de “chica de la alta sociedad” que emitía.

“Encantado de verlo nuevamente, Hashima-sensei”, dijo Tokuyama. “Gracias por tomarse un tiempo dentro de su agenda para vernos… Mikuniyama, permítanme presentarlos. Él es Itsuki Hashima, el creador original.”

Creador original. Eso golpeó fuerte a Itsuki. Ya no sería solo un novelista; ahora era un ‘creador’, la mente maestra detrás de lo que pronto se convertiría en un mundo representado en múltiples adaptaciones.

“Um, un placer conocerlo”, dijo Kaiko, su voz resonando como  una  prístina  campanilla  al  mismo  tiempo  que entregaba una tarjeta de negocios a Itsuki. La tarjeta era blanca con muchos moños dibujados por todas partes, “KAIKO MIKUNIYAMA—Artista de manga” estaba escrito en letra pequeña junto a su dirección de correo electrónico.

“E-El placer es todo mío”, dijo Itsuki, un poco nervioso mientras proporcionaba su propia tarjeta. La suya estaba hecha con una fuente amarilla sobre un simple fondo negro, se mostraba “ITSUKI HASHIMA—Novelista” justo en el medio con su correo electrónico, número de teléfono y dirección debajo.  El reverso tenía una lista de sus trabajos publicados con anterioridad.

“Entonces”, continuó Tokuyama una vez que intercambiaron tarjetas, “como sabe, hemos decidido lanzar una adaptación a manga de Todo sobre mi hermanita, por lo que probablemente nos veremos un poco más de ahora en adelante, Hashima-sensei.”

“Oh, sí. Lo espero con ansias.”

Itsuki asintió mientras el hombre y Kaiko inclinaban sus cabezas.

“Así que hoy, solo quería que el creador original se familiarizara con Mikuniyama-sensei y ya saben, hacerse preguntas o darse consejos que podrían ser relevantes.”

Itsuki y Kaiko se giraron para mirarse. Cuando sus ojos se encontraron, Kaiko desvió su mirada, sonrojándose un poco. Había algo dulce en eso—nada como Nayuta o Miyako o Ashley o las otras mujeres en su vida—y eso sacudió la compostura de Itsuki un poco.

Comenzó a dudar de sí mismo. ¿Era esta mujer madura, hermosa y sensata realmente capaz de adaptar el mundo de ImoSube a un manga? ¿Su mundo lleno de situaciones ridículas y una corriente interminable de humor para adultos? Las muestras que le dio eran perfectas, pero…

“Umm, ¿Hashima-sensei?” dijo ella primero, mirándolo. “¿Qué le pareció mi manga? Le agradecería si pudiera darme su sincera opinión.”

“Bueno, um…sinceramente, me pareció perfecto. No tiene nada de malo en lo absoluto.”

“¿E-En serio?” preguntó Kaiko, su falta de confianza  siendo muy evidente. Itsuki le dio un tranquilizador “En serio”

“…Eso vino de un chico que no teme decir sus opiniones, sin importar lo groseras que sean. Así que creo que puedes confiar en sus palabras”, intervino Toki.

“No soy grosero”, Itsuki respondió con una mirada enojada. “…Pero, sí, los diseños de personajes eran perfectos, y no podría pedir una mejor calidad como manga. En particular, amé lo lindas que Ichika y Yukiko se veían.”

Los ánimos hicieron que el rostro de Kaiko floreciera con una sonrisa como si se tratara de una flor de primavera. “Es un honor escuchar eso. Puse mucho esfuerzo en ellas dos, todo para asegurarme de expresar el profundo amor que sientes por ellas tanto como fuera posible…”

Las cejas de Itsuki se levantaron de golpe. “Hoh… Así que te percataste de todo el esfuerzo que puse a la hora de describirlas, ¿eh?”

“Oh, por supuesto. Realmente admiro el amor que tiene por ellas… o mejor dicho, por todas las hermanitas en sus trabajos. La manera en que describió los dedos de los pies de Ichika cuando ella subía descalza las escaleras en el Volumen 4 fue… simplemente asombroso.”

“¡No creí que mencionarías esa escena…!”

Él de verdad había puesto bastante esfuerzo en la escena que Kaiko mencionó, a pesar de que Toki lo ridiculizó diciendo que era “inútilmente larga” y los comentarios online solo hablaban de cosas como “Sí, Kazuma tiene complejo de hermana, pero que se quede viendo fijamente los pies de su hermana tanto tiempo es asqueroso”.

Con solo ver las páginas de muestra de la chica, él pudo notarlo: todo lo que él pensó que era algo importante en sus propias historias, ella pudo comprenderlo también. Él no podía esperar a ver lo que ella haría con esa escena en formato de manga.

“Ahora que lo mencionas, escuché que eras fan de las hermanitas que aparecen en novelas como las mías, ¿te interesan como artista?”

“Oh, por favor, ¡todavía no puedo llamarme a mí misma artista! Ni siquiera he hecho mi debut profesional. Llámeme Kaiko.”

Este modesto acto puso nervioso a Itsuki. “Oh, um, sí, y tú puedes llamarme Itsuki…um…Kaiko.”

“E—Está bien… Hashima-sensei.”

“Chicos, ustedes no son parte de un matrimonio arreglado, ¿saben?”, un exasperado Toki intervino.

“Y bien, Kaiko, ¿qué imagen interna tienes de las hermanitas?”

“Oh, cierto. Bueno… Soy hija única, pero desde hace un buen tiempo, he admirado la idea de una chica que adora muchísimo a su hermano mayor. Y cuando comencé a leer manga y novelas con ese tipo de personajes, supongo que me enamoré del concepto.”

“Ya veo.”

“Y en sus trabajos en particular, Hashima-sensei, me es bastante claro lo mucho que usted ama la idea. Se podría decir que ‘resuena’ conmigo.”

“Sí. Hay muchos autores que meten con calzador a las hermanitas solo para gustar a esa parte de la audiencia, incluso si el autor mismo no demuestra aprecio por ellas.”

Kaiko asintió rápidamente. “¡Exacto! Pero, aunque esa jugada sea bastante obvia, no puedo evitar amar a esos personajes… solo por el hecho de que sean hermanitas, ¿me entiende?”

“¡Oh, te entiendo por completo! Aunque a veces piense ‘Vaya, he visto a este mismo personaje como treinta veces antes’, no es como si sea su culpa. Es más, ¡comienzo a amarlas por pura pena!”

“¡Como esperaría de Hashima-sensei…!”

“¿Tienes alguna favorita, Kaiko? No tiene por qué ser de mis trabajos.”

“Hmm… Sé que puede sonar como una respuesta genérica, pero quizás Sagiri de Eromanga Sensei.”

“Exaaaacto, ¡Es toda una diosa! Si lo que quieres es a alguien que cree hermanitas súper lindas que no sean iguales a todas las demás existentes, nada puede ganarle a los libros de Tsukasa Fushimi.”

“Sí. Y Kirino de Oreimo, su trabajo anterior, fue asombrosa también.”

“¡Definitivamente! Tuvo un balance increíble, ¿me entiendes? Por su diseño, pensarías que le desagradaría al público general, pero empieza a gustarte mucho con el tiempo, ¿sabes? Amaría conocer a Fushimi en algún momento y que me de unos consejos.”

“También me gusta mucho Shizuku de Rakudai Kishi no Cavalry.”

“¡A mí también! ¡Esa heroica jovencita, dándolo todo por su hermano… y entonces su hermano [tachado para evitar spoilers]!”

……………

………

El festival de hermanitas de Itsuki y Kaiko continuó sin parar, dejando a los dos editores perdidos.

“Disculpen”, dijo Tokuyama con una sonrisa amarga,  “creo que deberíamos terminar pronto…”

“¡Oh, no!” Kaiko salió de su transe, sus mejillas sonrojadas por toda la emoción de la conversación. “Creo que me dejé llevar un poco… Mil disculpas.”

“No pasa nada”. Rio Itsuki. “Esta es la primera vez que he hablado con alguien que puede seguirme el paso cuando se trata de hermanitas”. Él dirigió su mirada a la de ella. “Ahora estoy seguro: Kaiko Mikuniyama, me siento completamente seguro con Todo sobre mi hermanita en tus manos. Espero que trates a mis amadas hermanitas con tanto cuidado como yo.”

Kaiko pausó por un momento, dejando que aquellas palabras se asentaran. “Por supuesto. Prometo que no lo decepcionaré”, dijo ella con una encantadora sonrisa y una voz seria.

***

“Y pues, sí, Kaiko fue una persona increíble. Con ella de mi lado, estoy seguro que ImoSube será la mejor maldita adaptación a comic del mundo. ¡Mwa-ja-ja-ja-ja- ja!”

“¿………Oh? Vaya, bien por ti.”

Más tarde esa noche, Itsuki estaba contando su reunión con Kaiko Mikuniyama a Nayuta, quien había venido a cenar a su casa. Habló de cada uno de los detalles—su atmósfera formal, adecuada y refinada (muy diferente a las otras mujeres en su vida), la manera en que ella entendía el encanto de las novelas de Itsuki, y cuánto habían disfrutado discutiendo de otras novelas del mismo género.

“…Me alegro de que te hayas divertido”, respondió Nayuta claramente molesta.

“¿Qué pasa?” Preguntó Itsuki, con sospecha. “No estás celosa de Kaiko, ¿verdad?”

“……”

Nayuta asintió con la cabeza, su barbilla sobresalía mostrando lo malhumorada que estaba.

“¿E-En serio?” Preguntó Itsuki, pareciendo un poco culpable.

“…Estoy segura de que te quiero mucho más que ella, Itsuki.”

“¡E-Espera!” Itsuki se sonrojo de inmediato. “¡No te hagas una idea equivocada! ¡Kaiko ama mi trabajo, no a mí!”

“…Pero, quiero decir, sinceramente no puedo seguirte el ritmo cuando hablas de hermanitas.”

“El hecho de que tengamos eso en común no implica que inmediatamente tendremos sentimientos el uno por el otro.”

“…Está bien, ¿entonces no sientes nada en lo absoluto por esa chica, Mikuniyama?”

“N-No.”

La reacción de Nayuta dejó muy confundido a Itsuki.

¿Por qué ella lo confrontaba como una esposa que acababa de descubrir que su esposo le estaba siendo infiel? Tal vez él y Nayuta tenían sentimientos el uno por el otro, pero no estaban saliendo ni nada parecido.

“¿En serio? Honestamente, en verdad, ¿no sentiste nada de nada por Mikuniyama?”

“………Bueno, si vas a ponerlo así…”, Itsuki comenzó a sudar, sus ojos se desviaron. “Quiero decir…ella parecía algo amable conmigo, sí…pero solo eso.” Nayuta instantáneamente se molestó.

“¡Lo sabía!”

“¿Qué querías que hiciera? ¡Ella es realmente linda! ¡A cualquier hombre le llamaría la atención!”

“¡Rawrrr!”

“Además, incluso si me hubiera enamorado de Kaiko a primera vista, ¿eso te afecta? ¡Para nada!”

“¡Claro que sí! ¡Yo seré tu futura esposa, Itsuki!”

“¡Ese futuro nunca   va a existir!” declaró él atrevidamente.

“Mmmph… No necesitabas negarlo de esa forma…” Nayuta cruzó sus brazos haciendo un puchero, e Itsuki se dio cuenta de que esto realmente la estaba molestando un poco.

“…Está bien, tal vez no nunca… pero estoy hablando de un noventa y nueve punto nueve por ciento de posibilidad de que no suceda.”

“Entonces, ¿existe un cero punto uno por ciento de posibilidad de que nos casemos? ¡Asombroso! ¡Vaya, eso es básicamente lo mismo que el cien por ciento!”

Itsuki empezó a exasperarse. “¿Cómo funciona eso…?”

“Si algo tiene un cero punto uno por ciento de posibilidades de funcionar en un manga o anime, esa es una señal garantizada de que va a funcionar.”

“…Buen punto”, respondió Itsuki convencido. “Pero eso no funciona fuera del reino de la ficción. Si quieres que un futuro con cero punto uno por ciento de probabilidades de existir, exista el cien por ciento de las veces… creo que tendrías que ser la protagonista de la historia.”

“¡…!”

Para Nayuta, quien había escuchado a Itsuki quejarse fuerte y claro sobre querer ‘ser el protagonista’, esto esencialmente era lo mismo que Itsuki diciéndole “¿Quieres casarte conmigo?”

“Nya-haaah~”

“¿…?”

Itsuki miró con incomodidad a Nayuta mientras el rostro de la chica se derretía y sus mejillas se ponían rosadas al mismo tiempo que sus ilusiones se apoderaban de ella.