Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 4

Interludio: ‘El Tira y Afloja’ De Marcela 

Parte 1

 

 

Una vez más, las invitaciones habían llegado. Montañas de ellas.

Marcela miró con cansancio las cartas que la ama de llaves del dormitorio le había traído.


Como la tercera hija de un barón perfectamente normal—no, para ser honesto, relativamente pobre y poco influyente—asistiendo no a la Academia Ardleigh de clase alta, sino a la Academia Eckland de clase inferior, tenía una posición relativamente decente, pero de poco valor para su familia noble.

De hecho, solo podría permitirse casarse con un comerciante de clase media: alguien próspero pero plebeyo. O convertirse en la amante de un conde, si tenía suerte.

…Sin embargo, eso solo había sido cierto hasta hace dos años y medio. Hace dos años y medio, no mucho después de que ella comenzó en la Academia Eckland, su talento mágico se manifestó repentinamente de la nada. Hasta ese momento, solo había podido producir una pequeña cantidad de agua, pero de repente, en un abrir y cerrar de ojos, podía usar hechizos de ataque. Su talento era tan abundante que se decía que había sido ‘bendecida por la Diosa.’

Luego, hace aproximadamente un año, se produjo el misterioso incidente que ocurrió ante la familia real y también de varios nobles: La Manifestación de la Diosa.

Se había emitido una orden de mordaza, pero debido a que había tantos testigos, la información finalmente salió a su debido tiempo. Se escuchó que el avatar de la Diosa era una niña con cabello plateado, que vestía un uniforme de la Academia Eckland. Con esa información, fue fácil limitar a las sospechosas a una sola candidata.

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Marcela era una chica que era la amiga más cercana de ese avatar, que ahora estaba desaparecida.

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Era hermosa e inteligente y tenía un alma amable admirada incluso por la gente plebeya. Incluso con solo doce años, ella ya tenía el sentido de autoconciencia por la que todos los nobles se esforzaban.

 

Historia Paralela

 

Además, era una amiga cercana del avatar y podía usar magia poderosa. Incluso había una posibilidad de que ella hubiera tenido intercambios con la Diosa.

No había forma de que no fuera codiciada como la novia potencial de cualquier joven heredero. Incluso los de hogares de mayor estatus que el suyo: vizcondes, condes, marqueses e incluso reyes.

“Supongo que puedo rechazar cualquier invitación de los nobles en este país y de los condes de nuestro país vecino. Hay demasiadas invitaciones y no puedo asistir a todas. Incluso elegir algunos de ellos para asistir sería grosero, por lo que sería mejor rechazarlos a todos por igual…”

“En cuanto a las de otros países, bueno, no puedo dejar de lado mis estudios para viajar al extranjero durante varios días. Dudo que mi padre y la academia me permitieran hacerlo, de todos modos…”

Mientras lo decía, Marcela empujó el paquete en la estantería. El cajón de su escritorio ya estaba lleno.

Solo quedaba una invitación sobre el escritorio. Marcela lo miró con una expresión preocupada.

“Ahora, ¿qué hago con esta?”

Esto es lo que estaba escrito en la carta:

“Estás cordialmente invitada a la fiesta de cumpleaños del Segundo Príncipe, Vince.”

Según la firma, la invitación había sido enviada por Su Majestad, el Rey.

Bueno, incluso si su nombre estaba en ella, probablemente fue escrito por algún secretario suyo.

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…¿Pero cómo podría ella rechazar esta?

“Si le dijera a mi padre, ‘¡Oh sabes, recibí una invitación para la fiesta de cumpleaños del segundo príncipe, pero decidí rechazarla’, probablemente se desmayaría! Eso sería inexcusable…”

Probablemente no podría rechazar esta.

Mientras que el primer príncipe y heredero al trono, el Príncipe Adalbert, tenía un aura arrogante e intimidante sobre él, el Príncipe Vince era lindo, con un aura cálida y alegre.

Además, todas las chicas de familias nobles de alto rango—las que querían estar en el trono—apuntarían al Príncipe Adalbert. Por lo que, después de saludar al Príncipe Vince, todo lo que tenía que hacer era no destacar.

De esa manera, ella no quedaría atrapada en nada extraño y el Príncipe Adalbert era poco probable que tratara de sacar a su hermano del centro de atención en su propia fiesta.

Los hermanos tenían personalidades opuestas, pero se rumoreaba que realmente se llevaban bastante bien.

“Creo que no tengo otra opción. Debo aceptar esta invitación.”

El llamado ‘Wonder Trio’ normalmente estaba junto, pero naturalmente, Monika y Aureana, que eran plebeyas, no podían ser invitados oficiales, aunque no sería inusual para ellas ser invitadas a una fiesta en la residencia de un barón o vizconde, como las ‘chicas que recibieron la bendición de la Diosa’.

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Por lo tanto, solo Marcela asistiría a esta función en particular.

Y finalmente, independientemente de su cuidadosa consideración, en el momento en que su padre escuchó la noticia, se desmayó.

***

 

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Tres semanas más tarde, Marcela estaba de pie en el gran salón del palacio, vestida de gala.

Una vez que su padre se recuperó, inmediatamente arrastró a Marcela a un sastre para que le hiciera un vestido, uno del que la tercera hija de un pobre barón normalmente sería un poco indigno.

Mientras tanto, su madre sacó un collar que había heredado de su propia madre, transmitido a través de generaciones de su familia. Lo colocó en el cuello de Marcela.

Normalmente, la tercera hija de un barón pobre nunca sería invitada a una fiesta en el palacio en primer lugar. Y Marcela todavía tenía solo doce años. Todavía no había hecho su debut social.

Esta era una rareza entre las rarezas. Por lo tanto, se quedó sin amigos o conocidos a su alrededor. Incluso su padre, que era su único conocido, estaba tan emocionado por la oportunidad de hablar con nobles intelectuales que pasó todo el tiempo moviéndose por la habitación, dejando a Marcela sola.

Según el pensamiento de su padre, acompañar a Marcela no significaba que él pudiera presentarla a las familias más influyentes en su nombre. Sería más fácil para ella hacer conexiones si pasara tiempo sola, entre los otros niños aparte de sus padres.

Antes de irse a hacer todos los saludos necesarios, le recordó a su hija que ‘encontrara un buen hombre y se acercara a él’.

Incluso si ella había desarrollado habilidades mágicas de combate, ni siquiera su padre asumió que la tercera hija de un barón tenía posibilidad de convertirse en princesa o reina.

Con un miembro de la realeza como su pareja, en el mejor de los casos, ella sería solo otra entrada en la larga línea de amantes que serían rechazadas en el momento en que el hombre se aburriera de ella.

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Cualquier niño que ella tuviera no sería considerado parte de la línea de sucesión del trono. Sería mejor para ella llamar la atención del hijo de un conde o similar.

Si esperaba alcanzar cierto poder, sería mejor apostar por ella para obtener el favor del Príncipe, incluso si eso significara ser un amante desechable.

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Sin embargo, su padre era un hombre amable que se preocupaba por la felicidad de su hija, incluso si ella era solo una tercera hija. Incluso si eso debilitaba su posición como jefe de una familia noble.

Probablemente se deba a que en su sangre corría tanta ternura que su familia había permanecido tan pobre durante tanto tiempo. Pero el jefe de familia y su familia estaban más felices de esa manera, por lo que no era realmente un problema.

Marcela, quien, además de no haber hecho su debut social, nunca habría sido invitada a una fiesta de la clase alta, incluso después de su debut, no tenía idea de qué hacer con ella misma. Por lo tanto, se demoró junto a la pared, mirando aturdida.

Sin embargo, había muchos jóvenes allí que no podían pasarla por alto. “Querida Fräulein, si te agrada, ¿puedo conocerte y hablar contigo un rato?”

Los ojos de Marcela se habían desviado hacia el suelo, pero cuando levantó la mirada, vio a un joven alto, delgado y bastante atractivo de diecisiete o dieciocho años sonriéndole.

“¿Oh? U-um…”

¡Era la primera vez en su vida que alguien coqueteaba con ella! Sin contar el tiempo que había cambiado con Mile por sus deberes como cajera en la panadería.

Ningún tipo sospechoso habría sido invitado a tal función. Incluso como hija de un noble menor, era una chica de cierta reputación e incluso si solo una pequeña porción la notaba, la mayoría de las personas aquí eran nobles de alto rango y miembros de la realeza de alta estima.

Además, este hombre era bastante guapo. Marcela, que solo conocía a sus compañeros de clase, no pudo evitar sonrojarse.

Sin embargo, otros jóvenes llegaron desde los costados. “No, seré yo quien coja la mano de Lady Marcela.”

“No, por favor, dejad ese deber, al hijo de un marqués.”

“No, no, este es un trabajo para…”

Uno tras otro, los hijos de nobles influyentes acudieron en masa para unirse al ‘tira y afloja’ de Marcela.

Naturalmente, ninguno de ellos levantó la voz. Eran elegantes hasta el final, con un aire caballeroso, pero en el fondo de su mente, Marcela imaginó las chispas volando.

De hecho, aunque la propia Marcela no lo sabía, se había convertido en una celebridad. Al menos entre la realeza y una parte de los nobles de alto rango, que poseían cierta información.

Sin embargo, incluso aquellos que no pudieron ver que una joven que fue invitada a esta fiesta a pesar de no ser mayor de edad y que tenía multitudes de nobles influyentes que acudían a su lado, era más que un premio de consolación. Así que, naturalmente, estos jóvenes también se lanzaron tardíamente a la refriega.

“U-um, eh…” Marcela estaba en pánico, con los ojos muy abiertos, cuando una voz la llamó desde atrás.

“¿Qué estás haciendo allí? Aún debes saludar a mi padre, que te invitó o a Vince, el cumpleañero. ¡Ven, de inmediato!”

El que la agarró de la mano y la apartó fue el primer príncipe y heredero al trono, Adalbert. Marcela no pudo pronunciar ni una queja.

Si el hijo de un conde o un marqués hubiera intentado esto, los otros jóvenes nobles probablemente habrían intentado detenerlo, pero ninguno de ellos estaba dispuesto a enfrentarse al príncipe heredero.

Aunque ninguno de ellos había estado a punto de reclamar el premio, solo podían mirar, refunfuñando, mientras Marcela era escoltada.

“Debo humildemente agradecerte por invitarme aquí en este día trascendental…”

“Bien, hoy es el cumpleaños de Vince. No hay necesidad de ser tan formal,” dijo

Su Majestad el Rey a Marcela, a quien el Príncipe Adalbert le había presionado para que se pusiera delante de él y lo saludara torpemente. Añadió, empujando a Vince, la estrella del espectáculo, cerca de Marcela, “Ahora, necesitas salir y presentarla a los otros invitados.”

“Uh…” Con una sonrisa, Vince cogió a Marcela de la mano. “U-umm…”

Su Alteza, el segundo príncipe Vince, llevó a Marcela alrededor del salón de baile.

Y por alguna razón, Adalbert también los seguía de cerca.

Ella era sobresaliente. Ella era increíblemente sobresaliente. De todas partes, podía sentir las miradas de muchas jóvenes solteras. La cortaban tan tangiblemente como cuchillos.

¡Gah! N-No me miren así, por favor… Mientras su fortaleza se desmoronaba, Marcela reflexionaba. ¿Por qué el príncipe Vince la llevaría a presentarla a todas estas personas? Esto era como…

Entonces se dio cuenta.

¡¡¡Estoy en el camino de convertirme en su amaaaaaante!!! ¡Marcela estaba asombrada!

Y su padre, que vio todo el asunto, también se quedó sin palabras.

Esta tortura infernal arrastró a Marcela.

Vince la mantuvo a su lado durante toda la fiesta, incluso cuando fue recibido por los otros invitados y cuando pronunció su discurso.

Todos los demás presentes no pudieron evitar tener la impresión de que esta fiesta realmente se había organizado con el fin de anunciar el compromiso del príncipe.

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Marcela miró a su alrededor, buscando desesperadamente a Morena, de quien ahora era buena amiga, pero toda la familia de Morena le había advertido severamente antes de la fiesta que ella, que veía a Marcela todo el tiempo, no debía acercarse a ella— para que alguien más pueda tener una oportunidad y que ella debería pasar tiempo con los otros invitados, en particular con todos los hombres jóvenes. Por supuesto Morena obedeció, por lo que no se le veía cerca de Marcela.

P-por favor, alguien, cualquiera, ¡sálvenme! Una sonrisa tensa apareció en su rostro, pero Marcela estaba casi llorando en su corazón. Fue entonces cuando Vince dio el golpe de gracia.

“¡Creo que es hora de que cortemos el pastel de cumpleaños! ¡Lady Marcela y yo haremos el primer corte juntos!”

¡¿¡¿Vamos a cortar un pastel de booooooooooooodaaas?!?!

Incluso las damas de la corte—que habían observado no solo la forma en que el príncipe Vince se aferraba al lado de Marcela, sino también cómo el príncipe Adalbert la seguía tan de cerca y que habían descartado a Marcela como una niña que ni siquiera había entrado correctamente en la sociedad y fue invitada por alguna conexión de su padre—ahora se daban cuenta de que esta era la chica que se interpondría en el camino de todos sus sueños.

¡¡Ay!! ¡¡Sus ojos son como cuchillas!!

Mientras estaban allí, la gran puerta se abrió y un enorme pastel se acercaba.

El pastel, de casi dos metros de altura, estaba sobre un pedestal con ruedas de unos setenta centímetros de altura. Toda la exhibición tenía unos dos metros y medio de altura, mejor dicho—un pastel tan enorme que Marcela tuvo que estirar el cuello para verlo todo.

Naturalmente, no todas las partes del pastel eran comestibles. Si lo fuera, perdería su integridad estructural y se desmoronaría.

Estaba enmarcado con madera o metal, con bizcochos, frutas y otras cosas a su alrededor y helado en un espeso merengue.

Los pasteles de boda utilizados a menudo en las ceremonias del Japón moderno y en otros lugares estaban hechos principalmente de materiales sintéticos, con solo una pequeña porción donde el cuchillo podía hundirse, adherido con gel blanca. Tal cosa, sin embargo, nunca se usaría para una ocasión como esta. Fuera del marco, el resto del pastel era comestible.

Lentamente, el pastel avanzaba. Por fin, estaba cerca, tan cerca ahora del príncipe Vince y Marcela, a quienes el príncipe había arrastrado al frente de la sala.

Solo quedan cinco metros. Ahora cuatro metros, ahora tres…

En ese momento, algo quedó atrapado en las ruedas del pedestal. El pastel comenzó a tambalearse en dirección a una chica adolescente que estaba parada cerca, observando la procesión.

“¡…!”

Al siguiente momento, el Príncipe Vince soltó la mano de Marcela y se lanzó hacia adelante.

“¡Su alteza!”

“¡Vince!”

Cuando Marcela y el príncipe Adalbert gritaron, Vince ya había interceptado al gigantesco, pastel cayendo con su cuerpo, agachado sobre la chica. Cerca de donde estaba la chica había mesas llenas de platos, cuchillos, tenedores y demás. Si él la empujaba o arrojaba a los dos a las mesas con ella en sus brazos, podría resultar herida. Por lo tanto, el príncipe tenía pocas opciones.

Con lo enorme del pastel, fuera de su marco estaba hecho completamente de bizcocho, fruta y merengue. Incluso si dolía un poco, no era suficiente para matar a nadie.

Por lo tanto, actuó simplemente para salvar a la chica de cualquier dolor o humillación o al menos de la vergüenza de tener que caminar con merengue por todo su vestido. El príncipe preferiría enfrentar la amenaza de humillación a sí mismo, antes que permitir que le ocurra a una joven en su propia fiesta de cumpleaños.

Además, no podía permitir que su hermano mayor, el príncipe heredero, se pusiera en esa posición. No importaba si se convertía en un hazmerreír; él no era el próximo en la línea al trono. En su corazón, usaría esto no como una señal de vergüenza, sino como una insignia de honor.

Pero lo que envió la fuerza que recorrió su cuerpo fue la idea de lo desafortunado que sería permitir que se desarrollara una escena tan vergonzosa frente a la querida Marcela.

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Era imposible proteger a la chica por completo del pastel, pero él se lanzó sobre ella para que, al menos, su cara, cabello y pecho permanecieran intactos. Esperó a que golpeara el pastel.

…………………

Después de que pasaran varios segundos y no sucedió nada, Vince volvió a mirar el pastel…

“A-alguien, por favor, préstenme un…” Marcela, con ambas manos extendidas y temblando, sostenía el enorme pastel suspendido en aire.

“Qué…”

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