Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 4

Capitulo 33: Pelear Hasta el Final

U-un dragón ancestral…

Gracias a que el dragón hablaba, Mile ahora sabía también la verdad.

¡No hay de forma que podamos vencerlo! ¡Los dragones ancestrales tienen el doble de mi fuerza, el doble de mi poder mágico y son más inteligentes que cualquier humano! ¡No hay forma de que podamos vencerlo!

Por un corto lapso de tiempo, no se había movido. Las nanomáquinas habían escuchado el grito inconsciente de angustia de Mile y actualmente estaban en el proceso de realizar una curación de emergencia, pero tomaría un poco más de tiempo antes de que ella pudiera moverse.

Si sus huesos nada más estuvieran rotos, la curación sería increíblemente rápida, tal vez instantánea. Sin embargo, los huesos triturados estabas incrustados en sus músculos y órganos, por lo que sanar llevaría mucho más tiempo.

Aunque, el gran problema de todo, incluso más doloroso que sus huesos rotos, era que el corazón de Mile estaba quebrantado.

Desde que se enteró de su propia fuerza, Mile nunca se había sentido realmente en peligro. Incluso frente a bandidos o monstruos poderosos, ella pensaba: si se trata de eso, solo tengo que ponerme seria. Estaré bien—y eso era cierto. Por lo tanto, ella siempre tuvo mucho margen de maniobra y pasó sus días sin preocupaciones.

Pero ahora, su vida estaba en un verdadero peligro mortal. Ella se enfrentaba a un dragón ancestral, un enemigo invencible.

La desesperación y la derrota la consumían.

Los engranajes de su cabeza se negaban a girar. Ella no podía pensar. Mientras la criatura de la pesadilla se acercaba, preparada para visita mortal, no podía hacer nada más que mirarlo impotente, paralizada por un dolor inimaginable, esperando que llegara el final…

“¡¡¡Aaaaaaaaaaaaarrrrhhh!!!”

Mientras el dragón ancestral se dirigía lentamente hacia Mile, Mavis se apresuró a detenerlo. Golpeó al monstruo con literalmente todo su poder y fuerza.

¡Thwack!

Sin embargo, incluso este poderoso golpe no hizo más que rasguñar la piel del dragón.

“Oho, me rasguñaste las escamas, ¿verdad? Eres formidable. Sin embargo…” Con un movimiento de su brazo, el dragón apartó a Mavis. “¡Conoce tu lugar, insecto!”

Al igual que Mile, Mavis fue enviada a estrellarse contra las ruinas y derrumbó un montón de tierra. A diferencia de Mile, no había recibido un poderoso golpe de la cola del dragón. Había sido un simple movimiento de su mano, por lo que sus heridas no fueron fatales. Aun así, no estaba en condiciones de moverse.

Para entonces, Reina y Pauline se habían puesto de pie y estaban preparando una segunda ronda de hechizos. Incluso después de ver lo que le sucedió a Mavis, no tenían intención de detenerse.

Solo había algunas cosas que tenían prioridad sobre otras. Ahora no era el momento de desperdiciar hechizos cuidadosamente encantados o segundos preciosos en cosas inútiles como gritar el nombre de Mavis preocupadas.

Finalmente, sus hechizos estaban completos.

“¡Oh furiosas llamas del infierno! ¡Quemad a mis enemigos hasta los huesos!”

Si el dragón iba a repeler su hechizo, Reina solo tendría que rodearlo. Para esto, usó un hechizo de ataque de fuego, su especialidad.

¡Fwooosh! “Qué…”

El dragón ni siquiera miró a Reina. El remolino de llamas que envolvió al dragón simplemente desapareció, como si no fuera nada.

“¡Rocas, mostradme vuestra verdadera forma!”

Por naturaleza, Pauline no era el tipo de mago que lanzara un hechizo poderoso o simplemente hacer un encantamiento en el acto. Por lo que, sin la bendición de un exceso de tiempo, no podría usar la poderosa magia de ataque.

Sin embargo, el dragón ancestral la ignoraba por completo a ella y a Reina. No las había considerado una amenaza, incapaces de dañarlo e indignas de su tiempo.

Por lo tanto, había un hechizo que Pauline podía usar.

A juzgar por lo que había sucedido hasta ahora, estaba claro que cualquier magia desaparecería antes de que golpeara o no causaría daño, incluso si lo hacía. Sin embargo, la espada de Mavis había dañado sus escamas, incluso aunque fuera en el más mínimo grado. Por lo tanto, este era el único hechizo que podía usar.

Era una idea que Mile había ideado especialmente para Pauline, que era débil cuando se trataba de combatir con magia:

“¡Tenemos que pensar en un movimiento especial para ti, Pauline! En caso de que te encuentres en un lugar donde la magia de hielo, que es tu especialidad, no necesita suficiente fuerza física para lo que necesitas hacer. Esta es una magia de último recurso, para cuando tus posibilidades de victoria y supervivencia sean de cero. ¡Llamemos a esto ‘Zero-Zero Magic’!”

Mile le había enseñado que las esculturas de roca no fueron hechas por humanos. Las rocas tenían las formas que estaban dentro de ellas todo el tiempo; los humanos simplemente vinieron y arrancaron el exceso de partes, para revelar lo que estaba escondido dentro.

Por lo tanto, solo tenía que pedirle a la roca que revelara su verdadera forma. “¡Zer-Zero-Magic No. 1, Rock Reveal!”

De repente, los escombros comenzaron a caer de una losa de dos metros de altura entre las ruinas. Poco a poco, su forma cambió. Debajo de los escombros había…

Una estructura de dos metros de largo. Se parecía a una lanza, pero tenía el mismo grosor de punta a punta. Giraba y giraba, como un tornillo.

Si alguien de la vida anterior de Mile lo viera, no había duda de que se habrían dicho a sí mismos: “Oh, un taladro…”

“¡Gira, gira! ¡Como el eje de un carruaje, como gira un ciclón! ¡Usa tu poder y atraviesa a mi enemigo! ¡Yaaaaaaaaa!”

¡Ka-shunk!

“Graaaaaaaaarrrh!”

Concedida estabilidad balística de su rotación, tal como Pauline ordenaba, el taladro se disparó directamente en el flanco del dragón ancestral. La roca dura y robusta de las ruinas resistió el impacto inicial al golpear la masa corporal del dragón. Combinado con la energía cinética de su propia masa y la fuerza de rotación, atravesó las escamas del dragón, se enterró unas pulgadas dentro y luego se destrozó.

Incluso si la sección que había sido golpeada estaba relativamente cerca de la superficie e incluso si la composición de su cuerpo lo hacía invulnerable al dolor, ni siquiera el dragón ancestral podía soportar innumerables fragmentos de piedra que explotaban dentro de su cuerpo.

Normalmente, nadie sería tan estúpido como para desafiar a un dragón ancestral e incluso si lo hubiera, un tonto así nunca sería capaz de herirlo. Incluso si lo derribaran o golpearan su pequeño dedo, nunca harían que un dragón ancestral sintiera dolor.

Lo que significaba que los dragones ancestrales no estaban acostumbrados al dolor.

Débil a el. Este en particular era excepcionalmente así.

“¡¡¡T-túuu maldita bastarda!!!”

El dragón gritó de dolor y rabia por la humillación de ser herido por una forma de vida inferior.

Luego respiró hondo.

Sin duda, estaba preparando una especialidad de toda su especie: Aliento de Dragón.

No había tiempo para Pauline, que acababa de terminar de lanzar un hechizo o Reina, que estaba a punto de eliminarla a continuación, preparar cualquier magia de protección. Incluso si tuvieran, cualquier hechizo que pudieran hacer sería tan duro como un tejido húmedo contra el fuego del dragón.

En el momento en que vieron las llamas carmesíes ardiendo en la boca abierta del dragón, las dos sabían que la muerte venía a por ellas.

“Padre, chicos… Lo siento mucho…”

“Todo lo que quería era estar con Alan y mamá y juntos pudiéramos…”

“¡¡¡Magic Shield!!!”

La Dra. Clairia entro en escena. Había preparado su hechizo de protección más poderoso y lo había retenido por un rato. Ahora, canalizó toda su energía mágica en un escudo extenso. Aun así, no podría hacer frente a toda la fuerza del aliento de dragón de un dragón ancestral. Afortunadamente, este ataque había sido débil.

Y claro que era débil. No importa lo enojado que esté, no usaría una bomba para matar a un ratón. Además, estaba el hecho de que el dragón no supiera que su oponente era una elfo, una raza más habilidosa en magia que la humana.

Sin embargo, aunque el escudo las protegió del núcleo del ataque—las llamas y el calor—aún recibieron el impacto. Las tres salieron volando.

Afortunadamente, no fueron enviadas a las ruinas como las dos anteriores, pero aun así volaron una buena distancia.

Cayeron al suelo, con pocas probabilidades de levantarse pronto. El dragón ancestral, perdiendo el interés en ellas, ignoró a las tres chicas y se dirigió hacia Mile una vez más.

¡Oh no! Tengo que salvarla…

Desde su posición en el suelo, Mavis podía visualizar todo. Ahora, hacía todo lo posible para ponerse de pie, pero debido a que se había golpeado la cabeza y sus huesos y tendones estaban heridos, ninguna de sus extremidades cooperaba.

¡Ya sé, Micross! Si tan solo uso a Micross…

Con esa solución en su mente, sus brazos no funcionaban como ella quería. Poco a poco se movió a su costado, pero ella no sentía nada en sus dedos. No pudo encontrar su bolsillo.

El dragón ancestral ya estaba frente a Mile, extendiendo su brazo derecho.

¡No! ¡Nunca lo lograré!

Justo cuando Mavis se sumergía en desesperación, hubo un fuerte zumbido en su oído. El sonido le dio una extraña sensación de déjà vu…

Shiiiiiiing… ¡¡Bang!!

“¡Gwaah!”

 El dragón ancestral retiró su brazo derecho extendido en pánico, agarrando su palma.

Mavis alzó su mirada.

¿Podría ser? Si lo fuera, entonces lo vería, en el cielo…

Y de hecho, cuando Mavis levantó la vista, vio por encima a— “¡Yahooo!”—una chica de unos diez años de edad, gritando. Debajo de ella, un wyvern conocido terminaba su ataque para volver a ascender.

“Lo-Lobreth!”

El singular refuerzo que el señor feudal de la región había enviado había llegado. Lobreth,  aleteando  en  lo  alto  del  cielo, una  vez  más  comenzó  un  descenso,

probablemente  usaría  su  ataque de  aliento  una  vez  más. Sin  embargo,  esto  era increíblemente imprudente.

“Esta lamentable excusa de dragón se atreve a desafiarme…”

Al ver al wyvern como un enemigo que podía causar daño, el dragón ancestral tomó una postura defensiva. Justo cuando Lobreth se acercó en un ángulo poco profundo, abriendo la boca de par en par para preparar otro ataque de aliento…

¡Boom!

Una fireball estalló de la boca del dragón ancestral.

Esto no se parecía en nada a la pequeña llama que había lanzado hacia Reina y los demás; esta era una verdadera fireball, una esfera de muerte abrasante.

La fireball de alta velocidad golpeó directamente en el ala izquierda de Lobreth. Se estrelló contra los árboles con un grito de la chica sobre su espalda. El telón había caído tan rápido como se había levantado para la actuación de Lobreth.

Sin embargo, esos pocos momentos no fueron para nada. Dentro de esa estrecha ventana que Lobreth y la chica habían concedido, Mavis finalmente logró encontrar su bolsillo, se apoderó de una de las cápsulas dentro y volteó la tapa abierta.

“¡Cuento contigo, Micross!”

Tal como Mile le enseñó, dijo una palabra de plegaria, ‘para aumentar la eficacia’ y tragó todo lo que había dentro. Hasta la última gota.

“Puedo terminar de sanar más tarde. Por ahora, sólo necesito enfocar mi espíritu,

¡ignorar el dolor y hacer que este cuerpo se mueva! ¡¡¡Vamoooooooooooss!!!”

Mavis luchó con todas sus fuerzas para controlar su cuerpo, aprovechando su propio poderoso espíritu. Como ella creía que no podía usar magia en absoluto, Mavis no tenía idea de que lo que estaba haciendo era, de hecho, usar magia curativa.

A medida que el dolor se desvanecía y el tacto y el movimiento volvían a sus extremidades, Mavis sabía que esto no significaba que sus heridas estuvieran realmente curadas. Significaba que había dejado de sentir el dolor. Su poder espiritual apoyó sus huesos y ligamentos en el grado más bajo necesario. Sin embargo, eso fue suficiente para ella.

Ella sacó otra cápsula de su bolsillo, la tercera del día. Las palabras de Mile pasaban a través de su cabeza:

“Por favor, sólo usa una de estos a la vez. Si es absolutamente necesario, puedes usar sólo una más. Sin embargo, si lo haces, por favor no presiones tu cuerpo al límite. Cuando las usas, tus músculos y ligamentos compensarán en un grado justo, pero eventualmente no podrán mantener el ritmo. Si exageras, acabarás con huesos fracturados y ligamentos rotos. Todo tu cuerpo se desplomará.”

“Y hagas lo que hagas, evita usar tres o más a toda costa. Debes utilizar sólo uno, como máximo dos, en un momento de crisis—y en esos momentos necesitas tener la máxima precaución. ¿Entendido? ¡Si lo haces mal, podrías acabar muerta!”

Sin embargo, Mile también había enseñado a Mavis un hechizo especial que aplastaría esas reglas, por mucho que Mile intentara advertirle. Cuando Mavis se tragó el contenido de la tercera cápsula, pronunció esas palabras:

“¡Al diablo con eso!”

Luego, cogió la cuarta y quinta cápsula, mirándolas fijamente. Mavis tomó prestada una frase de Mile:

“¡Si este no es el momento de usar estas, entonces, ¿cuándo lo será?!” Y con eso, ella tomó las últimas dos cápsulas.

La espada corta de Mavis, su arma principal, había sido lanzada quién sabe dónde cuando el dragón la envió volando. Todo lo que tenía ahora era la espada que había traído de casa, previamente rota y rehecha en una daga de Mile. Suavemente, sacó su hoja.

Hubo un susurro muy débil… A medida que el aire a su alrededor comenzó a agitarse, Mavis sonrió.

“Parece que esta será nuestra primera batalla real juntos. Siento haberte usado sólo para cocinar hasta ahora. ¡Esta podría ser la primera y última vez que peleemos como uno, pero por favor, dame todo!”

Un temblor parecía correr a través de la daga.

Scrtch…

“¿Hm?”

Scrtch, scrtch, scrtch…

Gotas de luz fluyeron de la hoja de la daga. Entonces, sobre ella, apareció una cresta radiante, divina y brillante.

“¿Es esta tu verdadera forma? Jaja, no importa un dragón, ¡apuesto a que podría cortar a un demonio o un dios!”

Era el recubrimiento que se había aplicado a la hoja para evitar que se desgastara y para opacar el filo. Las nanomáquinas que se aferraban a la daga para mantener este recubrimiento habían decidido eliminarlo por su propia voluntad.

A través de muchos días de desgracia, las nanomáquinas habían oído a Mile decir esas palabras decisivas, también. Ahora lo pensaron a sí mismos:

“¡SI ESTE NO ES EL MOMENTO DE REMOVERLO, ENTONCES, ¿CUÁNDO SERÁ?!”

Si esta caballero estaba dispuesta a arriesgar su vida por esa chica, entonces la ayudarían. Este fue el consenso de las nanomáquinas.

Mavis se enfrentaría al dragón ancestral con esta daga en la mano. Ella dejó escapar un grito de batalla.

***

Durante un corto tiempo, el dragón ancestral observó los árboles, en caso de que el wyvern solo hubiera fingido caer e intentara enviar troncos volando en su dirección. Pero cuando no mostró señales de eso, una vez más, el dragón se volvió hacia las chicas.

Era muy consciente de que el humano que lo había atacado con una espada antes se dirigía hacia él. Pero incluso en su mejor forma, apenas había arañado sus escamas. Había perdido su arma principal y ahora confiaba en una pequeña cuchilla de respaldo. Además, con su cuerpo aún herido, no había forma de que pudiera hacer daño.

Sabiendo esto, el dragón le permitió atacar como quisiera.

Fácilmente podría haberla golpeado con sus garras o cola, pero permitirle atacar, permitirle ver que no podía ni herirlo, reforzaría la incapacidad y la desesperación, así como el miedo a los dragones ancestrales, algo que los hacía legendarios.

Y así, el dragón hizo una pose que le hizo saber a la niña que, si bien sabía que se acercaba, la ignoraba por completo. Que ni siquiera se daría cuenta de que ella había lanzado un ataque. Pero entonces…

Stab.

“…¿Hm?”

El dragón ancestral se congeló.

“¿Hm? ¿Eh? ¿Qué…?” Estaba tan conmocionado que su cerebro no pudo establecer la conexión. Ni siquiera sentí mucho dolor.

Algo había perforado su costado, a través de las duras escamas y poderosa piel, mucho más profunda que las pocas pulgadas que había logrado el taladro. Solo cuando sintió una sensación candente y ardiente que le recorría el costado, el dragón dejó de mirar, atónito.

“¡Grr-raaaaaaaaaaaah!”

Con todas sus fuerzas, Mavis intentó mover la daga.

Aprendiendo de los fracasos anteriores, no había intentado cortar. Si no que, enterró la daga profundamente en la carne del dragón, tan profundo que con otra pulgada más, la empuñadura quedaría envuelta.

A partir de ahí, tendría que mover la hoja nuevamente, pero moverla desde un punto muerto requeriría una fuerza tremenda; moverla después de que ya había perforado no solo la dura piel y las escamas, sino también el peritoneo y los músculos externos, era un gran obstáculo.

Si solo tuviera que sacarla, habría sido comparativamente fácil. Sin embargo, sin importar la diferencia en sus tamaños significaba que era imposible atacar el corazón del dragón, infligir una gran herida causaría mucho más daño al dragón, pensó. Si su intuición era correcta, no podría saberlo.

“Nghhhhhhh…”

Mavis reunió todas sus fuerzas para tirar de la hoja hacia un lado. Finalmente, con un crujido, sintió que se movía, solo un poco.

Cuando le dio aún más fuerza, sintió que se arrastraba. ¡Sí, definitivamente se estaba moviendo!

“¡Raaaaaaaaahh…!”

Rip.

Desde algún lugar dentro del cuerpo de Mavis, había un sonido desagradable.

Rip, riiiiiiip…

¡Snap!

“¡Gaah!”

Snap. Crackle. Rip. ¡Pop!

“¡¡Waaaaaaaah!!”

“¡¡Graaaaaaaah!!”

Retrasado con un latido, el dragón ancestral, mirando el cuchillo que le rasgaba el vientre, comenzó a sentir el dolor. En un frenesí, envió a Mavis a volar de nuevo con su garra. Esta vez, aterrizó cerca de Reina y las demás.

Afortunadamente, las otras tres no habían perdido el conocimiento, por lo que habían logrado arrastrarse detrás de un muro de piedra y curarse mutuamente con magia. Cuando Mavis, gravemente herida, fue lanzada hacia ellas, salieron corriendo. Las tres concentraron su magia curativa en ella. Sin prestar suficiente atención al dragón ancestral.

“U-ustedes miserables humanos…”

El dragón ancestral había logrado detener el sangrado de la herida en su intestino con su propia magia, pero por supuesto la herida en sí no se sanó al instante. Fuera de Mile y Pauline, que había recibido su instrucción, las únicos que podían usar esa magia curativa tan rápida eran las del Wonder Trio.

El dragón miró a la caída Mavis, así como a las otras tres. Abrió la boca, respiró hondo y rápidamente, junto con una llama brillante…

¡Bam!

¡Ka-boom~!

Miró al cielo y disparó la explosión.

Una roca lo había golpeado en la cara en el último segundo, obligando al dragón ancestral a cambiar la dirección que estaba enfrentando.

“¡¿Quién se atreve?!”

El dragón se volvió, espuma y saliva goteando de su boca con ira. Antes que viera a Mile con, su armadura, ropa y cabello hecho trizas. Al igual que el dragón, ella gritó y expulsó su ira, con su postura imponente.

“¿Adivina qué?” empujó su dedo índice hacia adelante y le gritó al dragón. “¡Ahora, me has hecho enojar mucho!”