Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 4

Capitulo 29: Actos Demoníacos

 

 

Finalmente, el grupo de escape estaba en movimiento nuevamente.

Tenían la esperanza de discutir una serie de cosas en su descanso, pero con todos recuperando el aliento, el regalo de Mile, todos eligiendo las armas y resolviendo la conmoción que siguió, no hubo tiempo para considerar nada más.

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No podían desperdiciar más el tiempo e igual tomarían más descansos. Decidieron caminar hasta su siguiente descanso. De todos modos, mantener una conversación intensa mientras caminan en el bosque en línea recta no estaba entre las posibilidades.

Después de haber caminado por un rato, Mile detectó algo raro en su radar.

¿Marrón?

Si era alguien pacífico, era azul; si fueran hostiles, rojo. Los que no eran ninguno eran amarillos. Cualquier persona entre esas categorías aparecía en diferentes tonos de colores. Pero un poco más adelante, había café. ¿Era marrón u ocre? De cualquier manera, estaban increíblemente cerca.

La marca marrusca estaba completamente quieta, a un lado del camino. Estaba muy cerca. Y muy pronto, vio.


Los excrementos de un enorme animal.

Aparentemente, la marca había sido una advertencia contra pisar o más bien, hundirse en la pila caca. No tiene sentido, pero era benditamente conveniente.

¡Oh, es cierto!

Algo vino a la mente de Mile rápidamente, ella se volvió e indicó al grupo que estaba detrás de ella. “¡Cuidado! Hay una gran pila de caca por aquí. Tomemos otro breve descanso más adelante.”

Los demás tras ella, pasaron cautelosos con los excrementos, luego avanzaron hasta encontrar un lugar apropiado para un descanso.

Mile se alejó, de regreso a donde se había detenido antes.

“Ahora, si hago un recipiente delgado con tierra y fortalezco el exterior con una capa mágica y pongo un poco de este estiércol dentro…”

Por supuesto, ella no llenaría el recipiente con estiércol a mano sino con magia. Entonces Mile hizo algo particularmente sospechoso.

“El hedor desagradable de un pedo proviene de las proteínas… gases como el amoníaco, el sulfuro de hidrógeno, el indol, el escatol, las aminas volátiles, etc. O eso recuerdo haber leído…”


Tomó algunas cosas de su inventario y las colocó en el recipiente, transformándolas y mezclándolas con magia. Finalmente, ella dejó caer un guijarro peculiar en ella.

Este guijarro era el guijarro mágico de radiación extendida hecho a mano de Mile. “Durante veinticuatro horas o hasta que el recipiente se rompa, continúa generando calor,” indicó y las nanomáquinas que se aferran al guijarro no tuvieron más remedio que obedecer. Sin embargo, en el momento en que dejo caer el guijarro en el recipiente, entendieron su destino.

¡¡¡Gaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahh!!!

Desde algún lugar, se escucharon pequeños gritos.

Después de poner una tapa en el recipiente, usó magia para cubrir el exterior, luego la colocó cuidadosamente en el hueco de un árbol. Luego sacó un pañuelo blanco del bolsillo y lo ató a la rama.

Era una rueda, pero claramente visible. Además, tenía el aroma de Mile, por lo que había pocas posibilidades de que los hombres bestias la perdieran.

“Perdón por hacerlos esperar,” dijo mientras volvía. “¡Ahora comencemos de nuevo!”

Mile regresó con los demás, como si nada estuviera mal. Ella tomó su lugar una vez más al frente.

***

 

 

Cerca del alba de la mañana siguiente, un guardia se dirigió hacia la choza de los prisioneros para cambiar la vigilancia nocturna. Sin embargo, Cuando abrió la puerta, fue recibido con una visión alarmante.

Los barrotes de madera habían sido cortados en pedazos por algo afilado. Las cadenas estaban destrozadas. Los vigilantes estaban sentados en sus sillas, inconscientes. Lo peor de todo, un gran agujero semicircular había sido rasgado en la pared opuesta a la entrada.

“¡¡H-han escapado!!”

La voz del guardia sonó en todo el campamento.

***

 

 

“¡Maldición, por eso dije que debíamos construir una estructura más sólida!”

Rápidamente se formó un grupo de búsqueda. El hombre a cargo se quejaba mientras corría.

Dicho eso, el simple hecho que no dijera ‘debimos haberlos matado’ era probablemente la prueba de que estos hombres bestias no eran malas personas. Eso era lo único que había. ‘Bueno’ o ‘malo’ eran conceptos relativos, un juicio basado solamente en un número de criaturas vivientes en el mundo.

Bueno no. No, quizás había incluso más cosas que eso. Máquinas inteligentes y otras criaturas inescrutables más allá del reino de los vivos…

Había veinte hombres bestias en el equipo rápidamente formado.

Tras la investigación, se dieron cuenta de que los prisioneros no habían recuperado sus armas, lo que significaba que los hombres bestias no podían fallar—no en una batalla contra humanos desarmados que huyen por el bosque.

Diez de ellos solos podrían haber aprehendido fácilmente a los fugitivos, pero existía la posibilidad de que otros hubieran venido a rescatarlos. No tenían forma de saber exactamente cuántos rescatadores había o cuántas personas en el bosque. Entonces, por seguridad, habían formado una banda de veinte.

Alguien cuestionó si esto era obra de las cazadoras que habían encontrado en el bosque.

Pero eso era tonto. ¿Un grupo de chicas jóvenes a las que habían asustado antes, intentando ese rescate? Inconcebible.

Es cierto que era sospechoso que el equipo de intercepción hubiera vuelto tan herido y que hubieran asustado a las chicas, pero sin capturarlas. Pero eso no era un problema, no en el gran esquema de las cosas.

No era como si hubieran llevado a las chicas al sitio de excavación o incluso les hubieran hecho saber sobre su existencia, después de todo.

Las chicas se encontraron con hombres bestia en el bosque y corrieron a casa asustadas. Eso fue todo lo que sucedió. Mientras las chicas no hubieran resultado heridas, estaba bien. Además, era mejor no tomar más prisioneros innecesarios.

O eso pensaba el líder del equipo de búsqueda.

Si no surgieran problemas reales, los humanos no molestarían a los hombres bestia. Su relación no era particularmente buena en primer lugar, pero lograron mantener algo como la paz. Y seguramente, ambas partes querrían evitar cualquier circunstancia que pudiera conducir a la guerra.

En caso de que las cosas entre los hombres bestia y los humanos se pusieran agrias, el responsable sería el peor culpable para sus semejantes. Actuar precipitadamente era lo más alejado de la mente de cualquiera.

Y mientras nadie descubriera lo que estaban haciendo… Tenían que encontrar a esos humanos que escaparon.

Si los humanos supieran de los cautivos que habían tomado, era poco probable que hicieran algo de inmediato. Por lo que los hombres bestias tendrían algo de tiempo, pero tenían que prepararse para retirarse en cualquier momento. Probablemente podrían lograrlo en otros diez días.

Los humanos, cuya visión nocturna era pobre, no podrían haber llegado muy lejos en medio de la noche. La fatiga y la disminución de sus estados mentales los habrían frenado. Junto con la temeridad de la fuga y su necesidad de distancia, ahora estaban seguros de estar exhaustos e inmovilizados por las heridas. Era un gambito realmente tonto.

El líder consideró estas cosas mientras seguía al explorador delantero. Un joven, había sido seleccionado por su agudo sentido del olfato y visión, así como por sus poderes naturales de deducción.

El explorador se detuvo de repente. El líder se detuvo justo a tiempo, solo por poco evitando chocar contra él. El resto del equipo de búsqueda también se detuvo, reuniéndose para ver qué estaba pasando.

“¿Qué pasa?”

“Por ahí…”

Señalando un árbol, donde una tela blanca estaba atada a una rama como un poste de señalización; en el hueco había un recipiente con forma de olla.

“¿Qué es eso?”

“A saber.”

No tenía sentido quedarse de pie reflexionando. El tiempo era preciado hoy. Mientras más tiempo miraban boquiabiertos a un árbol, más se alejaban sus objetivos.

Dicho esto, no podían pasar por alto un objeto sospechoso.

“¿Pensaron que sería una molestia transportar esa cosa con ellos y lo dejaron allí con un marcador para recuperarlo más tarde? Deben haber imaginado que no podríamos seguir sus huellas tan bien y no lo encontraríamos. Si no…”

Era una trampa.

Se detuvieron de la nada.

Podría ser una trampa. Pero pueda que no sea así. No había razón para que los humanos se molestaran en llevar una cosa tan pesada e incómoda. Ahora bien, ¿por qué demonios las personas que forman parte de un equipo de investigación o un grupo de búsqueda de personas desaparecidas, que no sabían nada sobre las bestias, llevan tal cosa?

“¿Crees que es algo que encontraron cerca del sitio de excavación? ¿Algo que quisieran llevar con ellos? Espera. ¿Es, es la cosa que estábamos…?”

Por ahora, todos habían llegado a la misma conclusión. “¡Necesitamos saber! ¡Tengan cuidado, bájelo suavemente!”

con la orden del líder, varios hombres bestias se reunieron alrededor del árbol.

En el momento en que pusieron sus dedos en el recipiente, enclavada en un hueco a unos cinco pies del suelo, la capa mágica del recipiente se desintegró.

¡Bang!

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Con un sonido explosivo, el recipiente se hizo añicos. Su contenido voló por todas partes.

El recipiente en sí estaba hecho de nada más que tierra, por lo que era muy delgado; el revestimiento exterior era lo único que evitaba que se autodestruyera.

Sin él, el recipiente se habría roto hace mucho tiempo bajo el peso de su propio contenido antes de que el calor y la presión interna pudieran incluso alcanzar los niveles apropiados.

El recipiente en sí ya representaba una pequeña amenaza para los hombres bestia. Sin embargo, su contenido…

Flop. Plop plop.

Varios de los veinte se desmayaron en silencio a la vez.

Algunos de ellos estaban con los ojos muy abiertos, tirando espuma por la boca. Otros se mojaron en un ataque de incontinencia. Y aquellos que tuvieron la desgracia que les callera en la boca…

¡Hurk!

¡Gaaaaaaaaah!

Muchos perdieron el contenido de sus estómagos. Otros, por mucho que intentaran cubrirse la nariz y la boca, fueron golpeados con un severo ataque mientras sus mentes se nublaban.

“R-retirada! ¡Agarren a los caídos y salgamos de aquí!” ordenó el líder, una vez que vomitó hasta que no quedó nada más que bilis. “¡¡¡Si los dejamos aquí, morirán!!!” Los hombres bestias que habían querido huir inmediatamente reunieron su autocontrol, corriendo hacia los costados de sus aliados caídos y arrastrándolos.

Los hombres que habían sido bañados con la sustancia viscosa apestaban horriblemente. Esto fue mucho más allá de lo que los hombres bestias, con sus narices afiladas, podían soportar. Vomitaron mientras cargaban a sus camaradas caídos, sus rostros húmedos de mocos y lágrimas, haciendo todo lo posible para mantenerse conscientes. No pasó mucho tiempo antes que dejaran de soportar tanto. Pronto se derrumbaron.

“¡Quítense la ropa! ¡Respiren por la boca y manténganse despiertos!”

Cuanto antes se quitaran la ropa empapada, era mucho mejor. Luego, solo tenían que alejarse lo más rápido posible.

¿Rastrear y capturar a los humanos lo antes posible? Eso estaba fuera de discusión ahora. Pasarían varios días antes de que su sentido del olfato se recuperara, sin mencionar el cansancio que conllevaba el vómito y llevar a sus aliados.

¿Pelear contra humanos? ¿Mientras estaban tan cansados de vomitar que apenas podían mantenerse erguidos?

“Necesitamos agua, de inmediato,” dijo el líder. “Podemos volver al sitio de excavación después de eso.” Los señaló en una nueva dirección.

Si regresaran así, todos en el campamento también se desplomarían. Así de horrible era el olor. El líder, con la cara torcida por la angustia, murmuró. “Esto es obra de un demonio…”

En ese mismo momento, innumerables seres pequeños—invisibles para el ojo humano—que habían sido arrojados desde la embarcación explotada, volaron a toda velocidad hasta la fuente de agua más cercana, llorando todo el camino.

***

 

 

El grupo de búsqueda regresó al campamento después del mediodía. Las bestias restantes se negaron a dejar que se acercaran a las chozas, por lo que después de poner una buena distancia entre ellos, el grupo de búsqueda gritó su informe. Después de escuchar esto, el comandante de los hombres bestia reunió un nuevo equipo.

Si su enemigo iba a emplear tácticas tan sucias, no iban a luchar contra ellos de manera justa y directa. El segundo grupo, un equipo de intercepción, era un grupo de doce, seleccionados por su agilidad.

Al menos, eso era lo que diría el comandante si alguien lo interrogara. En verdad, mientras asumían que la fuerza de los que escaparon era baja, simplemente no podía permitirse el lujo de guardar más luchadores. Ciertamente no si todos volvieran así.

Varios de ellos habían regresado el día anterior con un sorprendente número de heridas. Ahora, veinte hombres más estaban fuera de servicio.

Excluyendo a aquellos con  conjuntos  de  habilidades  y  trabajos  más  especializados,  como  vigilantes—exploradores y guardias de campamento cuando las cosas estaban mal—la mayoría de los residentes eran trabajadores o trabajadores de apoyo. Sus fuerzas de combate provenían de un grupo muy superficial, muy limitado, de hecho.

Era impensable enviar trabajadores, mujeres o jóvenes que habían sido llevados para tareas misceláneas. No importa cuán débiles sean sus enemigos, no podrían correr ese riesgo.

Además, los orgullosos hombres bestia nunca enviarían a todos los trabajadores jóvenes aptos y dejarían a los mayores, los heridos y las mujeres para que se las arreglen solos. Hacer tal cosa sería un fracaso para su raza y eso no era algo que pudieran siquiera considerar.

Probablemente les tomaría a los humanos medio ciegos y frágiles—que también cargaban a los no cazadores— dos días para atravesar el bosque. Ya había pasado medio día desde que huyeron.

Sin embargo, si un pequeño grupo de hombres bestia los persiguiera a toda velocidad, podrían alcanzar a los humanos sin mucha dificultad. Los humanos tendrían que dormir eventualmente; de lo contrario, no tendrían la fuerza para continuar.

Los hombres bestias habían descansado toda la noche y podían pasar fácilmente un día y medio sin dormir. Unos breves descansos eran suficientes para ellos.

Con todo esto en mente, el comandante envió al nuevo equipo, después de ser presionado una y otra vez por el primer equipo sobre el ‘lugar que debían evitar absolutamente’.

“Pronto nos acercaremos. Tengan cuidado… ¡Gwah!”

Justo cuando el líder del segundo equipo de recuperación emitió una advertencia, se acercaron.

“¡Evadamos! ¡Cojamos un buen desvío!”

Una leve y distante bocanada del hedor, arrastrada por el viento, fue suficiente para hacerlo vomitar.

Alejándose del olor y la sensación de náuseas, el líder redirigió al grupo, dando a la ubicación una gran litera. Pasó un tiempo antes de que volviera a percibir el olor de los humanos que escarparon.

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***

 

 

Aunque todos tomaron el primer descanso para recuperar el aliento—y Mile ejecutó su plan—durante los descansos posteriores, Pacto Carmesí finalmente pudo reunir información de los ex cautivos.

Era difícil moverse bien por la noche, por lo que tomaron la mayoría de sus descansos. Si permitieran que la fatiga los debilitara—si alguno de ellos terminara herido—su progreso sería aún más lento. Luego, cuando se detuvieron para descansar un poco más, Mile sacó de su inventario alimentos y agua fácilmente digeribles. Disfrutaron de una comida ligera y una charla.

Tiffy, la empleada del gremio, hizo la mayor parte de las explicaciones. Según ella, el señor feudal local había ofrecido una miseria para que un equipo investigara los extraños sucesos en el bosque.

El equipo se formó, compuesto por la Dr. Clairia, especialista en ecología forestal; su asistente, que había sido invitado desde la capital real; un puñado de cazadores como escoltas; y Tiffy, la empleada del gremio.

Aunque el señor feudal lo estaba financiando, reunir al equipo había sido una tarea del gremio. Tiffy insinuó que no había sido tanto dejar las cosas a discreción del gremio como dejarle la responsabilidad, en caso de que las cosas salieran mal. Sin embargo, esto no le importó al Pacto Carmesí.

Además, estaba preocupada por la Dra. Clairia, la única mujer del grupo, por lo que Tiffy se había ofrecido como voluntaria para acompañarlos. Por supuesto, Pacto Carmesí ya había escuchado lo mismo del maestro del gremio.

“Y luego, mientras estábamos en medio de nuestra investigación, fuimos rodeados por un gran grupo de hombres bestia y capturados.”

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“…” Las cuatro chicas escucharon en silencio la historia de Tiffy. “Y eso es todo.”

“¡¿Eh?!”

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“Es todo. Así fue como todo terminó de esta manera.”

“¡Demasiado corta! ¡¡¡Esa explicación fue demasiado corta!!!” las cuatro intervinieron, bien entrenadas hasta ahora por Mile.

“¡¿Q-qué pasa con estos hombres bestia?! ¡¿Qué están haciendo allá?!” Reina insistió aún más.

De hecho, esto no era algo que pudiera pasar desapercibido.

“Ah, parece que están buscando algo, aunque nunca logramos preguntarles directamente. Acabamos escuchando fragmentos de sus conversaciones.”

¡¿¡¿De qué sirve eso?!?! Cuando un aura abatida cayó sobre Pacto Carmesí, una voz habló desde detrás de ellos.

“Parecen estar excavando algo,” explicó el Dr. Clairia. “No creo que estén cavando en busca de minerales, pero tal vez un artefacto en algunas ruinas… Sin embargo, no creo que hayan descubierto nada y no parecen estar seguros de que el objeto que buscan está allí. en absoluto. Ellos creen que podría estar allí. Aparentemente, su objetivo es un elemento increíblemente clasificado, tanto que no están completamente seguros de qué es. Probablemente fueron contratados por otra persona, que les encomendó trabajar en el sitio.”

Mile asintió con la cabeza. “Todo esto es muy secreto,” señaló, “pero parece que descubrió mucho al respecto, Doctora.”

La académica parecía triunfante.

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“Utilicé una técnica especial transmitida entre los elfos para tratar con humanos y hombres bestia.”

“¡Wow, eso es increíble! ¿Qué tipo de técnica es?”

Quizás porque no podía soportar ser cruel con Mile, quien la miraba con ojos brillantes y expectantes o tal vez porque quería alardear un poco, Clairia se regodeó mientras explicaba.

“Esto es lo que haces. Primero, junta las manos y colócalas debajo de la barbilla. Luego te humedeces los ojos y dices lo siguiente: ‘Estoy aburrida. ¿Me contará una historia, señor?’”

¡¿Quéeeeeeeeeeeeeee?!

Como Clairia era una elfa, no parecía tener más de quince o dieciséis años. En verdad, ella era mucho, mucho…

¡Son terroríficos! ¡Los elfos son terroríficos!

Todos los hombres del grupo de repente temblaron de miedo.

Los elfos en este mundo no tenían orejas largas que crecieran a los lados como las del manga japonés.

Los que tienen las orejas más puntiagudas podrían parecerse a alguien del legendario planeta Vulcan en el mejor de los casos e incluso hubo aquellos cuyas orejas apenas eran más puntiagudas que las de un humano. Y así, hubo muchos casos en los que, si sus orejas estaban cubiertas con el pelo, ni siquiera se notaba.

No había duda de que los hombres bestias habían pensado que Clairia era otra cazadora de novata o algo así. Al igual que Mile y los demás.

A diferencia del comandante de los hombres bestia, Mile estimó que su grupo tardaría aproximadamente un día y medio en llegar a la aldea en las afueras del bosque. Tales cálculos eran a menudo su punto fuerte, siempre que no se involucraran factores humanos.

El comandante no pudo evitar cometer tal error en su estimación. No había forma de que supiera que los fugitivos eran conducidos por alguien con una visión nocturna más aguda que una persona bestia o que tenían más que suficiente comida y agua sin tener que cargarlo o que usaban marcas luminiscentes para seguirse mutuamente y nunca perderse.

Además, cuando Mile confirmó las cosas con la Dra. Clairia, su asistente y Tiffy, la empleada del gremio—que se suponía era la causa de cualquier demora—ocurrió lo siguiente:

“¿Estás subestimando a los elfos? ¿Quiénes viven en el bosque?” exclamó la Dr.

Clairia.

“¿Sabes lo que significa ayudar a un profesor que siempre está trabajando en el campo?” preguntó su asistente.

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“Sabes que soy una empleada del gremio, ¿verdad? Y, además, ¿quién es mi padre?

¿Ah y que soy una cazadora de rango C?” dijo una desafiante Tiffy.

Naturalmente, el “qué” se refirió a su posición como al del maestro del gremio…

Después de pensar un poco, Mile consideró que era difícil para los fugitivos, que, además de estar exhaustos de su encarcelamiento, habían escapado en la oscuridad de la noche, para llegar al pueblo en solo una serie de breves descansos que fueron poco más que un respiro.

Incluso si pudieran permanecer despiertos todo el tiempo, su fatiga solo crecería. Con la atención vacilante, la gente comenzaría a tropezar y probablemente eventualmente lastimarse. Si eso sucediera, su velocidad de viaje disminuiría enormemente.

No tenían más remedio que detenerse durante varias horas, comer un poco y descansar un poco.

Si los hombres bestias encuentran la trampa y pierden el sentido del olfato y por ende sus habilidades de rastreo, tendrían que regresar a la excavación para formar un nuevo equipo.

Perderían aproximadamente medio día. Incluso si la trampa no funcionara tan bien, les tomaría varias horas recuperar completamente su sentido del olfato.

En verdad, la trampa resultó ser mucho más efectiva de lo que Mile imaginó, pero no tenía forma de saberlo.

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En cualquier caso, por ahora, los que escaparon y Pacto Carmesí tuvieron que poner tanta distancia detrás de ellos como pudieron antes de que su fatiga alcanzara su punto máximo. No tenían otra opción.

Después de caminar durante la noche y hasta la puesta del sol al día siguiente sin que los hombres bestias se pusieran al día, finalmente se detuvieron para una comida adecuada y un buen y largo sueño.

Al día siguiente, tenían la intención de irse tan pronto como hiciera la luz suficientemente como para hacerlo. Ignorarían el pueblo en las afueras del bosque y se dirigirían a la capital regional, donde deberían llegar al anochecer.

Tal como estaban las cosas, el pueblo no era seguro para ellos, no mientras tantos hombres bestias vagaran por el bosque. En lugar de poner a los aldeanos en peligro, era mucho mejor para ellos ir directamente a la capital.

Los antiguos cautivos se llenaron su estómago de su primera comida caliente después de un tiempo y luego acostarse para  dormir. Todos excepto Mile, que había estado sacando comida, carpas dobladas, mantas y otras cosas más de su inventario. Y la abuela loli—es decir, Clairia—que miró la comida sin terminar que quedaba en los platos y notó cuán frescas habían estado todas las verduras y la carne …

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