Tantei wa mou, Shindeiru (NL)

Volumen 2

Capitulo 4: Hacia El Final, El Arca De La Esperanza

Parte 8

El Monstruo Rugió

“──!”

“Solo querías el amor de tu padre. Querías que los demás te reconocieran. Eso es todo”.

“¡No!”

Hel abrió mucho los ojos, agarró la espada militar con firmeza y golpeó con fuerza. La hoja pronto alcanzó la garganta de Siesta… pero Siesta la esquivó ágilmente. Los movimientos de Hel fueron mucho más rígidos en comparación con el comienzo. La suposición de Siesta era correcta después de todo.

“¿Entonces por qué estás tan furiosa?”

Disparé a los pies de Hel para limitar sus movimientos.

“¡……!”

Hel volvió un poco la cara a un lado y se retiró.

“Entonces déjame cambiar mi pregunta. ¿Por qué cambiaste de personalidad con Alicia?”

Preguntó Siesta una vez más. El arma siguió apuntando a Hel.

“¿Esperabas que no atacara tus signos vitales si hicieras eso? … No, solo querías compartir el dolor con Alicia.”

“… Bueno, no puedo negar eso. Nací de heredar el dolor de la personalidad de la Maestra. Tal vez tenga alguna noción de venganza”.

“Sí, eso es correcto. Tienes emociones. No eres una planta… y no eres un monstruo.”

Pero, Siesta continuó.

“Me mintió de nuevo.”

“…… No lo hice.”

“La verdadera razón por la que querías que Alicia sufriera el dolor no era por venganza, sino por envidia”.

“¡──! ¡Cállate!”

Hel estaba enojada. Antes de que me diera cuenta, empuñó la espada militar y se enfrentó a Siesta.

“Sientes envidia de Alicia. Siempre soportaste el dolor, así que odiaste, odiaste de verdad a Alicia por tenernos al Asistente ya mí como amigos… y tienes envidia”.

“¡No, no, no!”

“No hay dudas al respecto. Solo quieres ser amada. Quieres amigos”.

“¡Cállate!”

Los ojos rojos de Hel brillaron.

“¡Te matarás ahora…!”

En ese momento, Siesta sacó una pistola de la pistolera de su cintura y apuntó con la pistola a su sien.

La [habilidad] de Hel está activada. Era un poder que podía interferir con la conciencia humana y manipular acciones.

Pero……

“Siesta, no morirás”.

Siesta inmediatamente bajó el arma una vez que dije eso.

“Por qué…”

Los ojos de Hel vacilaron, y Siesta dijo la razón.

“Es simple. Confío en mi Asistente, más que en nadie, incluso en mí misma”.

Siesta me miró a un lado y le dijo al enemigo más fuerte que teníamos delante.

“Incluso si mi conciencia es consciente de que debo morir, si sus palabras lo refutan, lo creeré sin dudarlo. Eso es todo”.

“……Bien entonces.”

Los ojos de Hel me miraron, “Asistente, tú tampoco morirás”.

Siesta me dijo inmediatamente.

Tal fue la peculiar asociación que nos unió.

Entre nosotros, confiamos el uno en el otro más de lo que confiamos en nosotros mismos, eso era todo.

Eso fue todo.

Gracias a esta única cosa que cultivamos sin darnos cuenta durante los últimos tres años, seríamos completamente invencibles.

Pero esta era la única forma de romper el lavado de cerebro de esos [ojos rojos].

No importa qué palabras sometieran nuestra conciencia, mientras la persona en la que confiamos más me hablara, mi cuerpo sería liberado una vez más. Mientras confiáramos en otra persona más de lo que confiamos en nosotros mismos, ninguna palabra dirigida a nuestra conciencia podría esclavizarnos.

Y para mí, esa persona era Siesta, para Siesta, esa persona era yo.

Si esto puede describirse como oportunismo, permítame llamarlo vínculo.

Era un vínculo bastante fuerte que no se podía cortar, surgido en los últimos tres años.

“¿Vinculo? ¡Tal cosa, tal cosa…!”

Quería decir que no lo permitiría, pero se calló.

Hel dejó caer su espada en ese momento y ahuecó su cabeza. Este podría ser el plan que había planeado Siesta.

Si quisiéramos salvar a Alicia, por supuesto, no podríamos matar el cuerpo. Todo lo que pudimos hacer fue quitarle la personalidad a Hel. Siesta colocó una paradoja psicológica en Hel y trató de sacudirla mentalmente.

“Sí, Hel. No tienes que cumplir con alguna [Biblia], y no tienes que matar. Incluso sin estos, puedes ganar amigos y crear vínculos…” Le dije a Hel, según las intenciones de Siesta.

“Por eso, no tienes que escuchar eso… lo que sea que diga SEED…” En el momento en que dije estas palabras.

“──En ese caso, no puedo perder.”

Hel recogió la espada militar de empuñadura roja que había caído al suelo.

Y la próxima vez que Hel levantó la cara, luces rojas brillaron en esas palabras.

“Hel, tú…”

“Lo admito.”

Hel luego se volvió hacia Siesta, sin mostrar signos de flaquear esta vez.

“Quiero ser amada. Quiero pensar que me necesitan, que mi razón de ser está validada… pero nadie puede ser esa persona. No quiero ser amigo de cualquiera. Solo quiero el amor de mi padre. Quiero el reconocimiento de mi padre”.

Entonces, Hel apuntó la punta de la espada militar hacia Siesta.

“Así que seguiré sobreviviendo, luchando, destruyendo el mundo, este es mi instinto de supervivencia”.

Eso era algo que no se podía cambiar. Era seguro de un mal masivo, equivalente a convicciones.

“Por supuesto.”

Y así, solo había una detective famosa enfrentándose a tal enemigo del mundo.

Siesta levantó su mosquete y aceptó esta declaración de guerra.

“La [planta] se ha marchitado, y los [ojos rojos] están sellados. Solo te queda esta espada. Es hora de terminar con esto”.

“A pesar de que es una pistola contra espada, ¿y crees que puedes ganar?”

“No, estoy segura de ganar porque soy yo contra ti”.

“Realmente me molestas.”

“Seguramente no podremos llevarnos bien, en cualquier forma de encuentro”.

“Sin dudas. Por eso voy a terminar con todo aquí”.

Hel bajó su centro de gravedad y desenvainó su espada. Luego cortó hacia Siesta como un conejo que se escapa, y entonces.

“¿…… un-un terremoto……?”

Un gran temblor se elevó repentinamente desde abajo y el suelo se agrietó con un estruendo. Todavía hay una [raíz] que no se había marchitado… así que pensé mientras me preparaba─

“¡Asistente! ¡Cuidado!”

Siesta me empujó con fuerza y me envió volando.

Al momento siguiente, un gran bulto creció del suelo. Una gran grieta apareció entre Siesta y yo, algo se estaba levantando del suelo.

Era una cosa grotesca que había visto antes, un reptil enorme. Sin embargo, el tamaño esta vez era diferente al de entonces. Este monstruo tenía más de diez metros de largo, y cuando el suelo rugió, rugió y luego… encontró su objetivo.

“¡Siesta……!”

La [arma biológica] revivida ──Betelguese.

La cabeza sin globos oculares no se volvió hacia mí, sino hacia Siesta y Hel.

“¡Por aquí, monstruo…!”

Descargué mi magnum hasta que me quedé sin balas… pero a Betelguese no le importó en absoluto mientras seguía mirando hacia el otro lado. La saliva manaba de la gran mandíbula inferior.

“¿Tiene hambre…?”

Sí, Betelguese era un monstruo que devoraba corazones humanos.

Al otro lado estaban Siesta y Hel, dos de ellas, el monstruo hambriento obviamente priorizaría la cantidad.

“¡Siesta!”

Miré hacia el otro lado del enorme monstruo, donde estaba la chica de cabello plateado. Hubo un rugido monstruoso, como el de una ballena, y junto con eso, una gran flor roja floreciendo.

Parecía que ella sonrió en el momento final cuando nuestras miradas se encontraron.