Isekai Ryouridou (NL)

Volumen 10

Capitulo 4: Dudas Y Respuestas

Parte 5

Y luego, cayó la noche.

Habíamos terminado de comer nuestra cena de albóndigas, y Ai Fa y yo estábamos hablando actualmente.

“Entonces, las cosas se han complicado cada vez más. ¿Qué será de Zuuro Suun?”

“Los jefes de clan líderes no pueden decidir exactamente el camino a seguir en este momento. Primero, debemos descubrir la verdad”.

Realmente fue como dijo Ai Fa.

El momento de arreglar las cosas se acercaba cada vez más, pero todavía nos quedamos sin nada más que  un paquete de misterios, dudas y especulaciones. No había forma de que pudiéramos decidir cómo proceder con cosas como esta.

“Por ahora, simplemente debemos protegernos y esperar el regreso de Kamyua Yoshu. Eso es todo lo que podemos hacer”.

“No, hay una cosa más, ¿verdad? Convencer a Jeeda y convertirlo en un aliado”.

“Con él, solo tendremos que esperar hasta que se muestre. Esperar a que aparezca tu presa es una forma de caza”.

“Sí, definitivamente es una idea de cazador”.

Ahora que lo pensaba, había visto a Donda Ruu actuar sorprendentemente pasiva con bastante frecuencia. ¿Ese hombre intimidante usualmente actuaba escondiéndose y esperando la oportunidad perfecta en lugar de moverse sin rumbo fijo?

Bajo la tenue luz de la vela, miré el rostro de Ai Fa desde un lado.

Ella estaba un poco cerca. Actualmente, estábamos apoyados contra la pared, charlando tranquilamente entre nosotros. Y estábamos a una distancia donde nuestros hombros casi se tocaban, pero no del todo.

“Si no estás a mi lado cuando una flecha entra por la ventana, no podré protegerte, ¿verdad?” Ai Fa había dicho, por lo que nos habíamos quedado en este lugar desde la cena.

Cuando nos íbamos a dormir, cubríamos las ventanas para protegernos de los ataques. Pero el viento se sentía bastante agradable esta noche, así que decidimos dejarlos despejados hasta que nos acostáramos a dormir. Sin embargo, no era como si nadie hubiera sugerido la idea. Simplemente estuvimos de acuerdo sin hablar.

Y así, habíamos estado charlando en silencio mientras estábamos sentados tan cerca que casi podíamos sentir el calor de los cuerpos del otro.

“Sería bueno si nuestra pacífica vida cotidiana pudiera regresar pronto… O al menos lo suficientemente pacífica como para que no tengamos que preocuparnos por las flechas disparadas a través de nuestras ventanas”.

“¿Hmm? ¿Qué trae esto a colación? ¿Está empezando a deprimirte la situación después de todo?”

“No. Tengo muchos pensamientos dando vueltas en mi cabeza, tanto que podría ponerme nervioso si no tengo cuidado. Pero simplemente no puedo evitar sentir que sería una verdadera bendición si todo lo que tuviera que preocuparme fuera de que llegaras a casa de manera segura y cómo iban los negocios”.

Sin dejar de mirar por la ventana, Ai Fa frunció el ceño.

La mayoría de las veces, cuando comencé a hacer declaraciones como esa, Ai Fa simplemente se quedaba en silencio como ahora.

Realmente era como un gato, especialmente considerando cómo se acercaba y se acercaba sin preguntar cuando se sentía incómoda.

Pero, bueno, no puedo decir que eso me haya molestado exactamente ni nada.

“Aun así, volviendo al asunto en cuestión, ciertamente es agotador esperar a que la otra parte haga un movimiento. Sigo preocupándome de que algo más le suceda a alguien cercano a nosotros”.

“En efecto. Y tampoco tenemos idea de quién es responsable de todo eso”.

“Si. Aun así, si realmente es todo lo que Cyclaeus está haciendo… puede ser un complot para hacer que las cosas vuelvan a ser como solían ser”.

“¿Retornar las cosas…?” Ai Fa preguntó, inclinando la cabeza. Y mientras lo hacía, su largo cabello me hizo cosquillas en la parte inferior de mi cuello.

“¿No lo crees? Devolver a Zuuro Suun a su posición como líder del clan, restablecer la duda hacia la gente del borde del bosque en la gente del pueblo, interferir para que no podamos seguir haciendo negocios… Hasta el último de esos me suena como si Cyclaeus intentara forzar las cosas a volver a cómo eran”.

“Si tu pensamiento es correcto…”, susurró Ai Fa, usando un tono tranquilo pero firme, “ese hombre de Cyclaeus es indudablemente un enemigo del borde del bosque”.

“Si. Si fuera un villano tan obvio, definitivamente valdría la pena derrotarlo”, respondí, mitad en serio y mitad en broma.

Ai Fa sonrió levemente, pero luego sus ojos de repente se convirtieron en los de un cazador.

“Él está aquí…” susurró, agarrando el mango de su espada.

Con nerviosismo, seguí su mirada y encontré un par de ojos amarillos mirando nuestro camino a través de la ventana.

Tragué saliva. Me sentí como si me hubiera encontrado con una bestia hambrienta en la oscuridad de la noche.

“Eres  ese  chico  que  se  hacía llamar Jeeda,  ¿no  es  así? Entonces, ¿finalmente tienes ganas de intercambiar palabras?”

“Salgan… los dos”.

Con eso, esos brillantes ojos amarillos desaparecieron de repente. Ai Fa se puso de pie, todavía sosteniendo su espada.

Cuando también me puse de pie, me lanzó una mirada intensa.

“Asuta, asegúrate de no apartarte de mi lado. Si de repente ataca, te empujaré hacia la casa, así que prepárate”.

“Entendido.”

Y así, salimos con cuidado.

Jeeda estaba a solo cinco metros de la puerta, parado allí como una especie de fantasma.

Como siempre, tenía puesta esa capa con estampado de leopardo que lo marcaba como un cazador de otra parte.

Y la pálida luz de la luna le estaba dando una sensación realmente inquietante.

“Si no guardas rencor, entonces te doy la bienvenida. Soy el líder del clan Fa, Ai Fa, y este es mi miembro del clan Asuta”.

Jeeda no respondió.

“Como mencionamos el otro día, no tenemos ninguna hostilidad hacia ti. Pero antes de que nos arrojes todo el odio que sientes por nuestra gente, primero nos gustaría intentar hablar”.

Dado que su capucha colgaba un poco hacia abajo, realmente no podía ver la expresión de Jeeda. Sin embargo, definitivamente podía ver sus ojos amarillos como los de una bestia herida ardiendo.

Y sin embargo, tal vez debido a la luz de la luna, su cuerpo parecía de alguna manera más pequeño de lo que recordaba.

Para empezar, era más bajo que incluso Ludo Ruu, y también delgado. Y hoy, no sentía nada de esa abrumadora furia que brotaba de su pequeño cuerpo.

“Antes de eso, sin embargo, déjame preguntarte… ¿Cómo sabías dónde estaba nuestra casa? Asuta llegó en carruaje, así que no puedo imaginar que lograras perseguirlo”.

“Seguí las huellas de la carreta… Fue mucho más fácil que rastrear las huellas de un animal”, respondió Jeeda, su rostro aún oculto por la sombra de su capucha.

Esa voz una vez había estado crepitando con rabia atronadora… Pero ahora que hablaba con calma, sonaba como la voz ligeramente ronca de un niño que atraviesa la pubertad.

“Los criminales… ¿Realmente están todos muertos?” Jeeda preguntó en voz baja después de unos momentos de silencio. “Están diciendo en la ciudad postal que dos de ellos fueron ejecutados. Pero no hay forma de que dos criminales del borde del bosque pudieran haber masacrado a toda la caravana de comerciantes por su cuenta… ¿Qué pasó con el resto de ellos?”

“Por lo que he oído, todos se extinguieron en estos últimos diez años. Por alguna razón, muchos miembros de Suun tienden a morir jóvenes, y todos los criminales pertenecían a ese clan”, respondió Ai Fa con calma.

“Estás mintiendo”, respondió Jeeda con una mirada. “Como si algo tan conveniente pudiera ser verdad. Estás tratando de proteger a esos criminales, ¿no es así…? ”

“No, no lo estamos. Para empezar, aparentemente muy pocas personas estuvieron involucradas en ese incidente desde hace diez años. Llevaron a cabo su plan poniendo giba sobre la caravana de comerciantes. Con un truco como ese, incluso una sola persona podría acabar con otras 30”.

“Entonces, ¿quién atacó esa plantación hace dos noches exactamente? Todos y cada uno de ustedes son realmente criminales, ¿no es así?”

“Ciertamente que no. Ese fue un plan para culpar falsamente a la gente del borde del bosque. Creo firmemente que ya no quedan cazadores entre nosotros que se atrevan a mancillar su orgullo”, declaró Ai Fa con firmeza pero calma.

Mientras estaba allí a su lado, me quedé sin aliento por lo dura pero llena de integridad que era su voz. Por lo general, no dejaba que sus sentimientos internos se mostraran alrededor de los demás, pero Ai Fa realmente estaba desnudando su alma ahora, lo que provocó que una sensación extraña brotara dentro de mí.

Jeeda no dijo una palabra mientras miraba a Ai Fa.

Pero después de otro largo silencio, abrió la boca… y una agradable brisa sopló a través de nuestro cabello mientras también bajaba por la capucha de Jeeda.

“Yo… me entrené tan duro para tener mi venganza contra la gente del borde del bosque…” pronunció el chico, su descuidado cabello rojo ardiente balanceándose silenciosamente en la oscuridad. “Si todos los criminales ya están muertos… ¿Entonces contra quién debería estar blandiendo mi espada…?”

El rostro de Jeeda de repente apareció completamente a la vista. Alguna vez lo había retorcido de rabia, pero ahora estaba lleno de tristeza.

Qué expresión verdaderamente triste…

¿Era realmente el mismo chico que nos había apuntado enojado con sus espadas? ¿Ese aterrador asaltante?

Sus ojos eran tan grandes, tenían forma de almendra y estaban ligeramente inclinados hacia arriba. Su nariz y boca eran pequeñas, y su barbilla también era delgada.

Honestamente, solo por su rostro, parecía más joven que su edad de 13 o 14 años. Simplemente no podía imaginarlo cambiando a esa expresión que recordaba a un leopardo herido mostrando sus colmillos.

Sin embargo, esos ojos amarillos suyos todavía ardían como llamas, a pesar de que estaban llenos de gran tristeza.

“¿Por qué exactamente estás tratando de vengarte, Jeeda…?” Ai Fa preguntó con calma.

Con eso, el fuego que ardía en los ojos del niño se hizo aún más intenso.

“No vayas a hacer preguntas tan estúpidas. Para restaurar el honor de mi padre Goram, después  de que le impusieran esos  crímenes y fuera ejecutado, por supuesto”.

“Ya veo. Nosotros, la gente del borde del bosque, también estamos en el proceso de restaurar nuestro honor que fue manchado por nuestro antiguo clan líder”.

Jeeda guardó silencio.

“Asuta ya dijo lo mismo ayer, pero incluso si el clan Suun fuera el que realmente llevara a cabo esos crímenes, aún podría haber alguien detrás de ellos moviendo los hilos. En este momento, estamos luchando para determinar la verdad de ese asunto”.

Aun así, el chico no dijo una palabra.

“Para ti, puede que no seamos más que enemigos de los que deseas vengarte. ¿Pero no te unirás a nosotros para sacar a la luz la verdad? Ese es el camino a seguir que deseamos”.

Sin ofrecer ninguna respuesta, Jeeda volvió a subirse la capucha. Y cuando lo hizo, vi un poco su mano izquierda debajo de la capa, así como el hecho de que tenía una tela gris envuelta alrededor.

“Me vengaré a mi manera…” Jeeda pronunció con una voz que hizo que fuera difícil saber lo que estaba sintiendo. “Si no te gusta, entonces mátame aquí y ahora. Eso debería ser bastante fácil con la fuerza que posees, especialmente porque estoy lesionado”.

“No tengo ninguna razón para cortarte. De hecho, me alegro de no haberlo hecho hace tres días”.

En silencio, Jeeda se dio la vuelta.

Apresuradamente, llamé a su espalda: “Por favor, espera. ¿No escuchaste nada de tu madre? La verdad es que algunos de nuestros aliados la están buscando ahora. Con su testimonio, es posible que puedan exponer los crímenes de nuestro enemigo, así que… ”

“Mi madre no acepta la idea de que viva para vengarme. Ha pasado un año desde que corté lazos con ella… A esa mujer le quitaron los colmillos cuando murió mi padre”.

“Un año… ¿Así que han estado separados durante tanto tiempo?”

“He estado viviendo en el monte Masara. Vengo a la ciudad a vender los pájaros barobaros que pesco… Y así fue como me enteré de ti, Asuta,” dijo Jeeda con voz monótona, todavía de espaldas a nosotros. “Que la gente del borde del bosque estaba haciendo negocios en la ciudad postal de Genos… y que sus crímenes habían sido perdonados mientras los otros criminales habían sido juzgados… Todos los comerciantes decían cosas así. Me enojé tanto que ni siquiera podía pensar con claridad y terminé viniendo aquí a Genos…”

“Ya veo. Pero no creo que la gente del borde del bosque haya sido realmente perdonada todavía. Es por eso que nos hemos esforzado al máximo tratando de formar vínculos adecuados con la gente del pueblo”.

Jeeda no respondió nada.

Y en poco tiempo, su pequeña espalda comenzó a desaparecer en la oscuridad.

Di un paso adelante sin pensar, solo para que una voz me dijera en voz baja: “No me sigas”.

Con eso, Jeeda desapareció.

“Oye, Ai Fa… ¿Está realmente bien dejarlo irse sin luchar?”

“No hubo forma de evitarlo. Ese chico está buscando un camino en el que pueda creer. Y esa no es una tarea en la que nadie más pueda interferir”, respondió Ai Fa, con la mirada fija en la dirección en la que Jeeda había desaparecido. “Además, posee el mismo espíritu que nosotros. Creo que no volverá a interponerse en nuestro camino como enemigo en el futuro. Entonces, con eso en mente, solo tenemos que seguir esperando que nuestros caminos algún día se superpongan naturalmente…”

“Ya veo. Puede que tengas razón”.

Por lo menos, definitivamente podía sentir que sería increíblemente tonto tratar de contener por la fuerza al joven cazador.

Y además, si Ai Fa confiaba en Jeeda, yo también lo haría.

Por fin, nuestro enemigo comenzaba a aparecer vagamente a la vista. Y no importa qué tipo de complot intentara Cyclaeus lanzarnos en nuestro camino, nunca cederíamos.

Si realmente estuvieran planeando rebobinar a la fuerza la historia del borde del bosque, y si esas acciones fueran reconocidas y aceptadas… sería como intentar negar toda mi existencia desde que vine a este mundo.

Desafortunadamente, no tenía forma de probar que mis acciones eran las correctas. Y esa fue precisamente la razón por la que tuve que arriesgar todo y enfrentarme a Cyclaeus.

Comenzando con Ai Fa, mucha gente me había aceptado en este punto… y no quería dejar que todo fuera en vano.

“Se está haciendo tarde. Vamos a dormir, Asuta.”

“Correcto.”