Isekai Ryouridou (NL)

Volumen 10

Capitulo 2: El Primer Día Del Mes Blanco, El Día De Asuta II

Parte 4

 

 

“¡¿Eh?! ¿Compraste uno? ¿De uno de los establos totos de la ciudad? Realmente me tomó por sorpresa.”

“Sí, es cierto”, respondió Rau Lea, hinchando su pecho con orgullo. “Definitivamente perdí bastantes cuernos y colmillos como resultado. Pero yo quería uno, así que supongo que eso no me ayudó. De todos modos, al final seguí eligiendo el más barato que pude encontrar”.

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Ahora que lo mencionó, sus totos parecían tener un tamaño más pequeño que los otros que teníamos aquí en el borde del bosque. Tal vez todavía era joven, y no estaba acostumbrado a que la gente lo montara todavía. Y su plumaje era incluso más claro que el de Gilulu. La mirada en sus ojos tampoco era tan aguda.

De todos modos, lo siento por asustarlos a todos. No quise decir nada con eso, así que dame un descanso, ¿de acuerdo? Rau Lea dijo mientras saltaba ágilmente al suelo. Luego, se volvió hacia Yamiru Lea encima de los totos con una mirada de desconcierto en su rostro. “¿Qué estás haciendo? Date prisa y baja aquí”.

“¿No podrías tratar el asunto tan a la ligera…? No soy un cazador ni nada por el estilo”.

“Oh, vamos, no hay altura para quejarse y dudar. Simplemente salta ya”.

“Oye, no muevas los totos”, exigió Yamiru Lea, lanzándole a Rau Lea una mirada gélida. Sus manos se aferraban desesperadamente a las plumas de la espalda de los totos todo el tiempo.

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Seguro que tu apariencia es engañosa. Eres alta para ser mujer y pareces bastante fuerte también, pero eres tan débil como un niño pequeño. Sin embargo, supongo que todo se debe a lo corrupto que se había vuelto el clan Suun”, se quejó Rau Lea con su habitual franqueza.

Ciertamente era cierto que Yamiru Lea poseía menos fuerza en los brazos que la mujer promedio aquí. Pude sentir eso con solo darle lecciones de cocina unas pocas veces.

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Aun así, no es suficiente para evitar que ella haga su trabajo, y tener una falla como esa es un poco encantador, supongo… pensé para mí mismo, solo para que la mirada de Yamiru Lea se volviera hacia mí también por alguna razón.

“Caray, estás indefenso. Vamos, bájate”, dijo Rau Lea, tendiéndole la mano.

Con un pequeño “Hmph”, Yamiru Lea colocó su mano sobre la cabeza de Rau Lea, luego descendió elegantemente al suelo.

“¡Oye! ¡¿Quién usa la cabeza de su jefe de clan como apoyo?!”

“Tan ruidoso…” Yamiru Lea murmuró mientras se pasaba el pelo por su largo cabello castaño negruzco.

Las proporciones de Yamiru Lea coincidían con las de Vina Ruu, pero tenía una sensación completamente diferente, de alguna manera misteriosa, sobre ella. La forma en que dejaba colgar su elegante cabello trenzado era un poco inusual para una mujer del borde del bosque, y aunque había perdido su siniestra aura de víbora, todavía había una fría intensidad en ella. Pero al menos ella parecía estar bien en lugar de parecer triste, y eso era lo que más importaba.

“Entonces, ¿por qué están ustedes dos aquí…?” Ludo Ruu preguntó por el grupo.

“¿Hmm? ¡Traje a Yamiru Lea aquí para lecciones de cocina, por supuesto! Hemos dependido de la ayuda de las mujeres Rutim hasta ahora, pero pensé que mejoraría el aprendizaje más rápido de Asuta directamente”. Entonces, por alguna razón, Rau Lea miró a Ai Fa con ojos como los de un perro de caza. “¡Y vine aquí para desafiar al líder del clan del Fa a una competencia de fuerza! ¡Tú también puedes ser un cazador, pero no puedo simplemente dejar que las cosas se mantengan cuando una mujer me ha vencido!”

“¿Qué?” Ai Fa preguntó con una inclinación de cabeza, y luego dio un pequeño suspiro. “Sé que has recorrido muchos caminos, pero tengo trabajo que hacer en la casa, así que no tengo tiempo para lidiar con una molestia como esa”.

Rau Lea había perdido ante Ai Fa en el concurso de fuerza celebrado en el festival de la caza del clan Ruu. Y por lo que podía recordar, él también se veía bastante disgustado la noche de ese banquete.

Pero en concursos como ese entre cazadores, si bien había orgullo por ganar, no se suponía que fuera vergonzoso perder. Sin embargo, Rau Lea aparentemente se había sentido tan frustrado que no podía soportarlo a pesar de eso. Y esa respuesta indiferente de Ai Fa hizo que sus cejas se arquearan aún más.

“¿Qué quieres decir con ‘una molestia’?. Ya llevaste a cabo tu trabajo como cazador, ¿no es así? ¡Ese es un buen giba justo ahí!”

“Sí, y ahora necesito despellejarlo y quitarle las entrañas. Además de eso, también me gustaría aprender a lavar los intestinos…”

“¿Eh?” Cuestioné, tomado con la guardia baja.

Mientras mantenía su mirada fija en Rau Lea, Ai Fa dijo sin rodeos: “Se necesita tiempo para lavar las entrañas. Asuta tiene que preparar la cena y tiene un trabajo relacionado con su negocio en la ciudad postal, por lo que me he encargado de esa tarea. Por lo tanto, no tengo tiempo para tratar contigo”.

“¡Yo también ayudaré con ese trabajo! Entonces puedes usar el tiempo extra que me proporciona”.

Ai Fa dio otro suspiro.

“Dije que voy a intentar aprender a hacerlo, así que no tiene sentido pedir prestada la ayuda de otra persona para esa tarea. Y además, como ya te dije esa noche, no importa cuántas veces lo intentes, los resultados no cambiarán”.

“¡¿Qué es eso?! ¡¿Estás diciendo que soy mucho más débil que tú?!” Rau Lea gritó, el resplandor en sus ojos se volvió aún más peligroso.

Sin embargo, Ai Fa se quedó perpleja ante esas palabras, entrecerrando los ojos.

“Lamento decirlo, jefe del clan Lea, pero simplemente no puedo imaginarme perdiendo contra ti. Aun así, hmm… Eso ciertamente puede parecer inusual, supongo. Sentí más fuerza de ti que incluso el segundo hijo de los Ruu…”

“¡¿Cierto?! ¡Me enorgullezco de ser tan fuerte que ni siquiera Darmu Ruu me vencería!”

“Hmm… En ese caso, tal vez…” murmuró Ai Fa, volviéndose repentinamente hacia Shin Ruu. “Shin Ruu, mis disculpas, pero ¿podrías aceptar el desafío del jefe del clan Lea?”

Con una mirada increíblemente tranquila en sus ojos, el chico miró a Ai Fa.

“Rau Lea fue lo suficientemente fuerte como para ser elegido como uno de los ocho finalistas… seguramente no sería rival para él”.


“No estoy tan seguro de eso. No puedo evitar tener la sensación de que ganarías”.

Con esas palabras, Rau Lea perdió los estribos en lugar de Shin Ruu.

“¡Muy bien, entonces lo enfrentaré! Pero si gano, ¡será mejor que me enfrentes, Ai Fa!”

“Como quieras”, respondió Ai Fa encogiéndose de hombros.

Y así, la casa del Fa de repente estaba organizando una competencia de fuerza entre dos cazadores.

La pareja se quitó las capas y las hojas y se enfrentaron sobre la hierba.

“Será mejor que vengas a mí con todo lo que tienes, Shin Ruu. No guardaré rencor ni nada si pierdo”.

Desde que dijo eso, parecía muy claro que Rau Lea tampoco tenía la menor intención de contenerse.

Sin embargo, eso probablemente fue solo natural. Probablemente no se trataba de una prueba ordinaria de fuerza, sino de algo aún más sagrado que eso para estos cazadores, en cierto modo.

Incluso los ojos normalmente tranquilos y serenos de Shin Ruu tenían la mirada de un cazador en ellos mientras bajaba las caderas. Desde donde estaba parado, se sentía tan intenso como Rau Lea.

No era exactamente fácil mantener la calma cuando se veía de cerca y en persona una competencia de este tipo entre cazadores. Y así, definitivamente estaba nervioso cuando los dos se enfrentaron.

Al final, sin embargo, el encuentro se resolvió en un instante.

Tan pronto como Ludo Ruu gritó, “¡Comiencen!” Rau Lea se había extendido ferozmente para agarrar a Shin Ruu… solo para que su mano se girara y el hombre más grande se encontrara en el suelo en poco tiempo.

“¿Eh?” Rau Lea preguntó, saltando. “Eres bastante rápido, Shin Ruu. Lo siento, pero ¿puedo pedirte una ronda más?”

“Por supuesto.”

Esta vez, su pecho fue agarrado y fue sacado por un pie barriendo detrás de su talón para golpearle la pierna, más o menos.

“¿Que? ¡Eres muy fuerte, eh, Shin Ruu! Entonces, ¿por qué perdiste tan rápido en el festival de la caza?” Rau Lea se quejó mientras aún estaba sentado en el suelo.

Shin Ruu se volvió y miró a Ai Fa con una mirada seriamente confundida.

Sin embargo, Ludo Ruu pronto murmuró: “Ya veo… lo tengo. Shin Ruu es abrumadoramente más rápido. Y aunque eres bastante delgado, peleas como Darmu y Jiza, Rau Lea”.

“¿Eh? ¡¿Qué significa eso?!”

“En pocas palabras, estás confiando en la fuerza bruta. Pero Shin Ruu y yo nunca podríamos vencer a alguien como Darmu solo con fuerza, y eso probablemente también sea cierto en el caso de Ai Fa. Si no usamos la fuerza de nuestro oponente contra ellos tanto como podamos, nunca tendremos la oportunidad”.

“No entiendo lo que quieres decir. Es natural usar la fuerza bruta en una competencia de fuerza, ¿no es así? ¿A qué tipo de técnica te refieres cuando hablas de usar la fuerza de tu oponente o lo que sea?”

“Hombre, pensando más en eso, es honestamente impresionante que estuvieras golpeando a gente más grande que tú así. ¿Alguna vez has perdido ante Ji Maam?”

“Hemos peleado tres veces y yo he ganado dos”, respondió Rau Lea, inflando el pecho mientras se sentaba con las piernas cruzadas sobre la hierba.

Ji Maam era un cazador con una constitución excepcionalmente grande, incluso entre los clanes bajo el mando de Ruu. Ai Fa y Mida lo habían vencido, mientras que Shin Ruu había perdido contra él.

“¿Quizás eras un niño especialmente grande, jefe del clan Lea…?” Preguntó Ai Fa, cruzando los brazos mientras pensaba.

“Bueno, sí”, respondió Rau Lea con un asentimiento. “Cuando era niño, estoy bastante seguro de que era el más grande del asentamiento de Lea. Y cuando me convertí en cazador, aún era más grande que la mayoría. Pero dos o tres años después, todos terminaron siendo más grandes que yo”.

“Así es como terminaste confiando tanto en tu fuerza. Realmente me sorprende que estuvieras derrotando a oponentes más grandes de esa manera… Pero nunca vencerás a Donda Ruu o Dan Rutim de esa manera. Y también sería difícil vencer a Jiza Ruu o Gazraan Rutim”.

“Quiero decir, yo tampoco estaba pensando exactamente que podría vencer a ninguno de ellos todavía…” murmuró Rau Lea, pero entonces sus ojos azul pálido se abrieron de par en par. “¡Espera! ¿Estás diciendo que estás seguro de que podrías vencer a Donda Ruu o Dan Rutim, Ai Fa?”

“Ya he perdido contra Dan Rutim… Sin embargo, creo que podría ganar dependiendo de cómo se desarrolle el partido”.

“Ah, lo mismo aquí. Bueno, todavía no he puesto un dedo sobre mi viejo o Jiza todavía. Pero aun así, si pensara que no tengo ninguna posibilidad, no me molestaría en intentar empezar”.

Aunque las voces de Ai Fa y Ludo Ruu estaban tranquilas, había llamas indomables ardiendo brillantes en sus ojos.

“Soy una mujer. Entonces, desde el principio, fui más débil que cualquier otro cazador. Por eso, siempre estoy entrenando mientras pienso intensamente en cómo fortalecerme como cazador”.

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“Hmm, entonces tú eres de la misma manera, ¿eh? Simplemente no he estado creciendo realmente, así que siempre me preocupo por cómo puedo evitar retener a los demás “, dijo Ludo Ruu con una sonrisa atrevida. “Y como quiero que otros reconozcan mi habilidad, siempre pienso en cómo puedo vencerlos en una competencia de fuerza. Estoy seguro de que a ti te pasa lo mismo, ¿verdad, Ai Fa? Tu padre parecía un cazador fuerte y loco”.

Ai Fa solo miró al suelo, sin decir nada en respuesta.

Manteniendo la misma expresión en su rostro, Ludo Ruu luego miró a Rau Lea y Shin Ruu.

“En otras palabras, es como el punto muerto de tres vías de Morga, ¿verdad? Los lobos varb golpean a los salvajes, los salvajes golpean a las serpientes gigantes madarama y el madarama golpea al varb. Shin Ruu son los lobos, Rau Lea son los salvajes y Ji Maam son las serpientes gigantes”.

“¡¿Por qué soy un salvaje?! ¿Y quiénes sois tú y Ai Fa, Ludo Ruu? ¿Qué pasa con Donda Ruu y Dan Rutim?”

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“Esos dos nunca perderían ante lobos o serpientes. Y es exactamente por eso que quiero vencer a mi viejo…”

Perdiendo los estribos, Rau Lea comenzó a rascarse seriamente la cabeza.

“Ahora que lo pienso, no puedo recordar golpearte, Ludo Ruu… aunque solo recuerdo haberme enfrentado dos o tres veces”.

“Si. Lo siento, pero tampoco puedo imaginarme perder contra ti, Rau Lea”.

“¡Lo sabía! En otras palabras, ni siquiera estoy al mismo nivel que tú o Ai Fa…” murmuró Rau Lea, poniéndose de pie furiosamente. “¡Shin Ruu!

¿Puedo pedir un partido más? En realidad, ¿podríamos seguir adelante sin que yo tenga que preguntar cada vez?

“No, pero… No es que me lo esté pasando fácil para vencerte, Rau Lea. Es más como si estuviera dando todo lo que tengo y logrando obtener una victoria. Si no te hubiera adelantado en el golpe con el primer movimiento, probablemente me habrías aplastado”.

“¡Entonces deberías aumentar tu fuerza también! Quiero decir, perdiste contra Ji Maam a pesar de que me ganaste, ¿verdad? ¡¿No te frustra eso?!”

Con eso, la frente de Shin Ruu se tensó y murmuró: “Lo hace…”

“En ese caso, ¡seamos más fuertes juntos! Si no tiene ningún trabajo de caza en este momento, ¡es la oportunidad perfecta!” Entonces, Rau Lea miró a Yamiru Lea, que estaba parada allí sin mostrar ningún interés. “¡Como escuchaste, voy a ir a entrenar con Shin Ruu! Ve a tomar las lecciones de cocina de Asuta… No, espera, si están lavando las entrañas,

¡tú también deberías aprender eso! ¡Ese corazón de giba era bastante sabroso, después de todo!”

“¿Por qué alguien tan desconsiderado está a cargo de Lea, me pregunto…?” Yamiru Lea dijo con un pequeño suspiro. Realmente había comenzado a actuar más como un humano últimamente.

Mientras reprimía la leve felicidad que sentía por ese hecho, me volví para enfrentar a Ai Fa.

Bueno, entonces te dejo a ti el desollado y la extracción de órganos. Mientras tanto, les enseñaré a todos a cocinar un bistec de hamburguesa, y podemos encontrarnos en el lavadero después de eso”.

“¿Hmm? ¿Tú también vienes?”

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“Sí, después de todo, también sigo siendo un aficionado cuando se trata de manipular tripas. Y hoy también tenemos un maestro confiable…” dije, dándome la vuelta solo para ser desconcertado. La cara de nuestra pequeña instructora Toor Deen se había puesto pálida y se aferraba con fuerza a Jas Deen.

Sus ojos grandes y redondos estaban abiertos aún más por el miedo, y sus pequeños hombros delgados temblaban poco a poco. Mientras seguía su mirada aterrorizada… encontré a Yamiru Lea parada allí.

En cuanto a Yamiru Lea, entrecerró los ojos interrogativamente mientras miraba a Toor Deen.

“Ah… eres de una de las sucursales de Suun, ¿no es así, niña?” Toor Deen estaba demasiado aterrorizado para responder.


“En ese caso, ¿perteneces a uno de los clanes que estaba bajo el Suun?”

“Si. Soy la hermana mayor del jefe del clan Deen, y mi nombre es Jas Deen,” respondió la mujer mayor, lanzándole a Yamiru Lea una intensa mirada mientras lo hacía. Mientras tanto, sus nerviosas manos apoyaron suavemente los pequeños hombros de Toor Deen.

La hermana menor de Jas Deen se había casado en una de las sucursales de Suun y había dado a luz a Toor Deen. Y luego, esa mujer se vio obligada a obedecer las retorcidas reglas de los Suun, inadecuadas para la gente del borde del bosque, y a saquear los frutos de Morga. Al final, murió joven y arrepentida.

Yamiru Lea luego negó con la cabeza, su largo cabello se balanceaba mientras lo hacía.

“Si desea menospreciarme, no dude en hacerlo. Todos ustedes ciertamente tienen ese derecho”.

“No”, dijo Jas Deen con un movimiento de cabeza. “Por lo que he oído, estás expiando al cortar tus lazos de sangre y vivir correctamente como miembro de Lea. Eso es lo que decidieron los jefes de nuestro clan, y solo podemos cumplir con eso. Eso está bien para ti, ¿verdad, Toor Deen…?”

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“Sí”, respondió Toor Deen en voz baja.

Aunque su carita todavía estaba pálida y su cuerpo no había dejado de temblar, no se apartó de Yamiru Lea.

Mientras miraba a la joven, Yamiru Lea estalló en una sonrisa divertida.

Rau Lea intervino: “El clan Suun ha perdido el derecho a dirigir a nuestra gente. De ahora en adelante, dependerá de nosotros guiar a los Suun y a los que solían pertenecer a su clan. Ella ciertamente tiene sus defectos, pero aun así, te confío a Yamiru Lea, mujer del clan Deen”.

“Entiendo”, respondió Jas Deen con un asentimiento.

“Bueno, entonces, ¿qué tal si nos ponemos a trabajar también, Shin Ruu? ¡Correcto! Asuta, ¿cómo huele Yamiru Lea?”

“¿Eh? ¿Su olor?”

“Si. Han pasado más de 20 días desde la reunión del jefe del clan, así que le pedí que se detuviera con las hojas de lilo. No creo que deba quedar nada de ese horrible olor a sangre, pero ¿qué piensas?”

“Ah, sí, está bien. Eso no fue un problema en absoluto”.

“¿De verdad? Asegúrese de verificar correctamente. Hey, Yamiru Lea”.

Con un pequeño suspiro, Yamiru Lea se acercó a nosotros. Luego, levantó su largo cabello y acercó su cuello a mi nariz.

El olor del bosque que esperaba de su gente, así como el olor natural de una mujer joven, se coló en mi nariz.

“¿Cómo esta…?”

“¡Completa y absolutamente bien!”

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Yamiru Lea levantó la cabeza y me miró de cerca y en persona.

Sus ojos habían tenido una vez la mirada gélida de una serpiente, pero ahora parecían de alguna manera malhumorados.

“Me-me alegro de verte bien”, de repente me encontré diciendo.

Pensando en ello un poco más profundamente, había pasado alrededor de medio mes desde la última vez que vi a Yamiru Lea. No desde el día en que Tei Suun perdió la vida en la ciudad postal, y les devolvimos su cuerpo para que lo enterraran en el bosque.

Yamiru Lea se dio la vuelta y luego susurró en voz muy baja: “Tú también…”

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