Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 16

Capítulo 1: Reporte

Parte 3

Asegúrate de tirar de los hilos en tu propia facción para conseguir una buena palabra, eso era lo que Francois estaba implícitamente ordenando a Cedric que hiciera. En otras palabras, tenía que aumentar el número de aliados de Haruto en la corte real, una tarea increíblemente vital.

“Como pensaba…” Cedric casi bajó la cabeza. “Te lo dejo a ti. ¿Comprendes?”

Cedric inmediatamente encontró su determinación y asintió respetuosamente. “Si su Majestad. Le debo a Haruto por salvar a mi hija en Amande, así que me pondré manos a la obra de inmediato”.

“Así que ahí lo tienes, Haruto”.

“No estoy seguro de querer aprender todo eso…” El rostro de Rio se crispó levemente ante la pantalla compacta de una sociedad estructurada verticalmente.

“Te concedo una mansión en los terrenos del castillo real. Esto está oficialmente decidido a partir de ahora”.

“Acepto con gratitud…” Rio inclinó ligeramente la cabeza ante la sonriente declaración de Francois.

“Incluso las mansiones que no se utilizan se mantienen con regularidad, por lo que debería ser posible entregarlas de inmediato. Es posible que necesites sirvientes permanentes para la mansión, pero… La selección del personal debe ser meticulosa, para evitar que alguien sospechoso se cuele. Si deseas hacerlo tú mismo, también se puede arreglar”, explicó Christina.

“¿Qué vas a hacer?” Francois le dijo a Rio.

“No creo que sea necesario contratar sirvientes permanentes. Puedo cuidar de mí mismo, y de todos modos no estoy acostumbrado a vivir con sirvientes”.

“Ya veo… Avísame si cambias de opinión. También podemos preparar personal temporal de nuestra parte para sus necesidades”, dijo Francois.

“Estoy muy agradecido por su consideración”.

“Eso será todo por la recompensa de nuestro reino. ¿Qué hará la Restauración?” Francois le preguntó a Christina.

“La Restauración requerirá un poco más de tiempo para decidir con qué recompensar a Sir Amakawa. Necesitamos dedicar más tiempo a considerar lo que podemos ofrecer que sea digno de los servicios de Sir Amakawa”.

“Ya veo. ¿Te parece bien, Haruto?”

“Por supuesto,” Rio asintió.

“Entonces vamos a dejarlo todo aquí. Hay varias cosas que necesito discutir con Cedric. Si desean continuar entre ustedes, siéntanse bienvenidos”, dijo Francois, expresando su intención de irse.

“Lady Satsuki y yo podemos encargarnos de entretener a Sir Haruto desde aquí”, sugirió Charlotte de inmediato.

“Sería un honor para mí.” Rio asintió fácilmente.

Francois se detuvo justo antes de irse y preguntó: “Hablando de eso, ¿cuáles son tus planes ahora, Haruto?”

“Me gustaría visitar a Lady Celia, así que estoy pensando en volver a Rodania con la princesa Christina y los demás. También tengo que volver con Miharu y nuestros otros compañeros de casa…”

Si estaba recibiendo una mansión, probablemente tendría que esperar más tarde. Sin embargo, Rio personalmente quería irse lo antes posible.

“Flora y yo tenemos que mostrarnos a la organización para tranquilizar a los demás de nuestra seguridad, así que estábamos pensando en partir mañana mismo…”, explicó Christina.

“¿Eh? ¿Acabas de llegar y ya te vas a ir?” Charlotte expresó su disgusto con un puchero hosco. Luego juntó las manos, como si acabara de tener una idea brillante. “¡Ya sé! Puedes traer a todos al castillo. Ya que ahora tienes tu propia mansión aquí”.

Rio se sorprendió por la sugerencia, pero tarareó después de dudar por un momento. “Muchos de ellos no están familiarizados con la sociedad noble, por lo que traerlos aquí es un poco…”

Celia y Aishia vivían en Rodania, mientras que Miharu, Latifa, Sara, Orphia y Alma vivían en las afueras. Si los invitaba a todos al castillo, las únicas que aceptarían con seguridad serían Celia y Miharu.

No he pasado mucho tiempo con todos en la casa de piedra, especialmente Latifa, desde que llegamos a la región de Strahl, así que quiero quedarme con ellos por un tiempo.

Tampoco le gustaba la idea de separar a todos después de llegar tan lejos.

“Pero Lady Satsuki también debe querer volver a ver a Lady Miharu, ¿y no querría Lady Miharu ver a Lady Satsuki también?” Preguntó Charlotte.

“Bueno, me encantaría hacer eso sí es posible, pero…” Satsuki estuvo de acuerdo, pero no exigió nada por consideración a las circunstancias de Rio.

“Si se trata simplemente de no estar familiarizado con la sociedad noble, no se preocupe. Pueden simplemente quedarse en la mansión de Sir Haruto. Es posible que mi padre quiera conocerlos, pero puedo usar mi autoridad para rechazar todas las demás reuniones con cualquier otra persona”.

Parecía que Charlotte estaba completamente preparada para usar su autoridad para atraer a Rio. Rio tenía una sonrisa un tanto irónica al darse cuenta.

Quiero dejar que Miharu y Satsuki se reúnan también. Si podemos mantener el contacto de Latifa con los demás en este castillo al mínimo, quizás valga la pena invitarlos de todos modos.

“Bien. No puedo prometer que las traeré con seguridad, pero les preguntaré a todas qué piensan”.

“Esperaré ansiosamente su respuesta”, dijo Charlotte con alegría, con movimientos llenos de encanto.

“Mmm. Si se va mañana, lo mejor sería entregar la mansión hoy. Charlotte,

¿conoces la mansión vacía junto a la torre en la que reside Lady Satsuki?” Preguntó Francois.

“Si padre. ¿Es esa la mansión que le estás otorgando a Sir Haruto?”

“En efecto. Puedes mostrarle a Haruto el camino con Lady Satsuki. La llave está en mi oficina, así que ven conmigo”.

“Entiendo. Volveré pronto, así que por favor esperen aquí, Lady Satsuki, Sir Haruto. Liselotte, tú también te quedas aquí. Ven con nosotros a ver la mansión de Sir Haruto más tarde”.

“Sí, está bien,” dijo Satsuki.

“Si no es una molestia, entonces con mucho gusto”, agregó Charlotte.

“Además, dado que papá tiene cosas que discutir con el Duque Cretia, ¿le gustaría unirse a nosotros en la gira, Lady Julianne?” Preguntó Charlotte, invitando a la madre de Liselotte.

Como Duquesa, Julianne tenía un estatus real más bajo que Charlotte, pero Charlotte le hablaba con respeto considerando la diferencia de edad.

“Me encantaría, si no es un problema para nadie más”.

“Eres más que bienvenida a venir. ¿No es así, Sir Haruto?”

“Por supuesto”, respondió Rio de inmediato. No habría podido declinar debido a su posición, pero había hablado con Julianne la última vez que estuvo aquí para el banquete y quería agradecerle una vez más por eso, así que no tenía ninguna razón para negarse.

“Entonces está decidido”. Charlotte sonrió feliz. Por lo tanto, se decidió que el lado de Galarc de la habitación iría con Rio para ver su nueva mansión.

Mientras tanto, después de haber estado constantemente con Rio durante algún tiempo, Flora los miraba a todos con una mirada algo solitaria y envidiosa.

Charlotte pareció notar la expresión de Flora. “¿Le gustaría venir, Princesa Christina, Princesa Flora? Me encantaría saber más sobre lo que sucedió en su viaje con Sir Haruto”.

“Nosotras…”

¿Que deberían hacer? ¿Estuvo bien ir? Por consideración a Rio, Christina se apagó, dejando una pequeña pausa. Miró a Flora a su lado, quien tenía una expresión muy ansiosa en su rostro.

“Ya que te ofreciste, iremos también”, respondió Christina con humildad.

“En ese caso, prepararé una muda de ropa para ustedes dos, así que por favor síganme. No podemos tenerte vestido con ese atuendo de viaje para siempre”.

Christina y Flora habían sido llevadas a esta habitación directamente después de su viaje, por lo que Charlotte les hizo una propuesta en consideración.

“Muchas gracias”, dijo Christina primero. Flora repitió sus palabras.

“Haré que te traigan la ropa de Sir Haruto a la mansión para que la cambies una vez que lleguemos”.

“Se lo agradecería”.

Rio estaba igualmente en su ropa de viaje. Tenía una muda de ropa en el alijo del espacio-tiempo, pero Charlotte no estaba al tanto de su existencia. Sin embargo, Rio no tenía mucha ropa adecuada para que la usara un noble, por lo que estaba agradecido por la consideración.

“Ese es el plan. Te veremos más tarde, Duque Huguenot”, dijo Christina. “Comprendido. Entonces iré a ver cómo está Sir Hiroaki.

El Duque Huguenot inclinó la cabeza suavemente.

***

Después de su discusión, el rey Francois, la segunda princesa Charlotte, el Duque Cretia, Christina, Flora y el Duque Huguenot salieron de la habitación, dejando a Rio, Satsuki, Liselotte y Julianne atrás. Debían esperar hasta que Christina y Flora terminaran de cambiarse. Charlotte pronto regresó con la llave de la mansión de Rio.

“No he hablado contigo desde la noche del banquete. Como todavía no le he dado un saludo adecuado, me gustaría hacerlo ahora. Es bueno verte de nuevo”, le dijo Satsuki a Julianne. Había intercambiado saludos con innumerables nobles en el banquete, pero recordaba claramente a la madre de Liselotte.

Julianne le sonrió a Satsuki. “Sí. Es un honor ser recordado por el gran héroe”.

“Vaya, eso es porque eres tan hermosa. Como se esperaba de la madre de Liselotte… De hecho, primero pensé que ustedes dos eran hermanas con una ligera diferencia de edad, así que me sorprendió cuando escuché que en realidad eran padres e hijos. Eso realmente dejó una impresión”.

“Vaya, me siento tan halagada de saber que el gran héroe piensa eso de mí”. Julianne se sonrojó tímidamente.

“Realmente no estoy acostumbrado a que me llamen ‘héroe’. Por favor, llámenme por mi nombre”.

“Entonces, si no le importa… Lady Satsuki. Gracias por llevarse bien con mi hija”, dijo Julianne, inclinando la cabeza.

“No, no, debería estar diciendo eso, Liselotte me ha cuidado mucho”, respondió Satsuki con sociabilidad, devolviendo la reverencia.

“Su trabajo como gobernadora y directora de una empresa comercial la ha llevado a descuidar la interacción con sus compañeros, por lo que estoy muy agradecido de que se convierta en su amiga”, dijo Julianne, mostrando un destello de su afecto paterno.

Liselotte tenía un leve rubor en su rostro. “¿No es suficiente, madre?”

“Hee hee. No se preocupe por eso. Liselotte y yo nos hemos hecho grandes amigas. Siempre me visita cuando viene a la capital por negocios. Gracias, Liselotte”. Satsuki se rio, expresando su agradecimiento.

“Para nada. Hablar contigo también me hace feliz, así que debería ser yo quien te agradezca”.

Al ver la respuesta tímida de su amada hija, Julianne se dirigió a ella gentilmente. “Qué maravilloso, Liselotte.”

“Sí, madre”, asintió Liselotte con voz enérgica.

“Por favor, perdone mi saludo tardío. Gracias por su ayuda la última vez que nos vimos, Lady Julianne. Lady Liselotte también.” Rio se unió a la conversación, saludando a Julianne y Liselotte. Dado que estuvieron frente al rey antes, todos sus saludos habían sido abreviados.

“El placer fue mío. Ha pasado un tiempo, Sir Haruto”, respondió Liselotte primero.

“Es un placer poder volver a hablar con usted correctamente, Sir Amakawa. Gracias por invitarme a ver su mansión junto con Lady Satsuki y mi hija,” respondió Julianne, sonriendo de verdadera alegría.

“No lo menciones. Mi viaje me ha dejado poco tiempo para reunirme con todos, así que me alegro de haber tenido la suerte de tener esta oportunidad de charlar. Quería agradecerles una vez más”.

“Sería bueno si mostraras tu rostro por aquí más a menudo ahora que tienes una mansión”, pidió Satsuki en broma.

“Tengo la intención de hacerlo en el futuro. Puedes pensar en él como en tu propia casa y entrar y salir libremente mientras estoy aquí”.

“Lo has dicho ahora. Estoy deseando que llegue.” Satsuki sonrió, con la plena intención de aceptar su palabra.

“Sí”, dijo Rio, asintiendo con una sonrisa de bienvenida.

“¡Está decidido! Ahora tengo aún más curiosidad por ver cómo será su nueva mansión. Gracias, Haruto”.

“No he hecho nada por lo que valga la pena agradecerme”.

“Eso no es cierto. Su distinguido servicio es lo que impulsó esta mansión como recompensa, por lo que si no hubiera regresado a salvo con la princesa Cristina y la princesa Flora, no tendría algo que esperar tanto. Son palabras ordinarias, pero no se siente bien no decirlas… Así que, gracias. Aceptaré tu amable oferta y te visitaré todos los días que estés aquí”, dijo Satsuki, disipando la atmósfera sombría con una risa traviesa al final de sus palabras.

“Ya veo”, dijo Rio, riendo.

“¿Alguno de ustedes sabe qué tipo de mansión se va a quedar?” Preguntó Satsuki a los dos miembros de la familia Cretia.

“Sé a qué edificio se refería Su Majestad. Es una mansión muy hermosa, digna de habitantes reales. También se construyó recientemente, por lo que tiene un diseño moderno y elegante. Sin embargo, su ubicación normalmente está restringida a la realeza, por lo que su diseño interior es un misterio para mí… ¿Sabes, madre?” Liselotte respondió primero, luego se volvió hacia Julianne.

“Yo tampoco he estado adentro, así que también estoy rebosante de curiosidad”, dijo Julianne, exudando alegría.

“Me siento igual. Ver la distribución y el diseño de interiores de otras casas es muy emocionante”.

Por lo tanto, su animada conversación continuó hasta que Charlotte regresó media hora más tarde con Christina y Flora con sus nuevos conjuntos de ropa.