Imouto Sae Ireba Ii (NL)

Volumen 3

Extra: El Origen de Itsuki Hashima

Parte 1

La madre de Itsuki Hashima fue internada en el hospital cuando él estaba en sexto grado. Su padre a menudo trabajaba hasta tarde en la noche, así que contrataron a una ama de llaves, una mujer regordeta en sus cuarenta años. Ella era talentosa cuando se traba de cocinar, lavar, y todas esas cosas, aunque podía ser algo entrometida a veces, hablándole a Itsuki sobre su tarea y alentándolo a salir a jugar más. Ella también ponía bastantes zanahorias y pimientos verdes en sus comidas, a pesar de las protestas de Itsuki.

Cada vez que ella decía una palabra, desde la perspectiva de Itsuki, significaba problemas para él.

“…Mire, Señora Mitahora, usted es solo una ama de llaves. ¿No puede hacer su trabajo y dejar de preocuparse por mí?” finalmente dijo él.

Ella le dio una risa afable. “¡Bueno, tu padre me pidió que te cuidara, Itsuki! ¡Así que también es parte de mi trabajo!”

“…Creo que él solo se refería a que se asegurara que me fuera bien en la escuela. Hago mi tarea todos los días, y obtuve una buena calificación en mi examen pasado. Estoy seguro que mi papá no se ha quejado. Así que no hay necesidad de que usted siga preocupándose por—”

“¡Oh, no hay necesidad de que un niño como tú actúe así de considerado, ha-ha-ha!”

“No se trata de ser considerado, Señora…”

“Eres tan amable conmigo, Itsuki. ¡Te preocupas por una dama como yo!”

“N-No, no estoy siendo amable ni nada de eso…”

“¡Sólo por eso, te daré una porción especial de verduras en la cena de esta noche!”

“¡¿Eh?! N-No, no, así está bien, ¡estoy bien!”

“¡Ja-ja-ja! ¡Oh, no necesitas ser tan amable!”

“¡Ya se lo dije, no intento ser amable! ¡Odio los vegetales! Digo, es imposible comer todos los vegetales que se supone que coma. Sería mucho más efectivo tomar jugo de vegetales, o tomar suplementos, o—”

“¡No crecerás grande y fuerte si no comes!”

“Ngh…”

Itsuki guardó silencio, su extendido argumento cayendo en oídos sordos.

Este tema era fuente de ansiedad para él. Comparado a otros chicos de su edad, su cuerpo no estaba desarrollándose tan rápido—en términos de altura y de todo lo demás. Él tenía compañeros de clase que ya tenían vello púbico.

“¿…Al menos podría dejar de poner pimientos verdes y zanahorias en la carne?”

“¡Ja-ja-ja!” vino una respuesta afable a su intento de leve resistencia. Los pimientos verdes y las zanahorias no se fueron.

***

En su segundo año de secundaria, su madre—que había estado en el hospital todo el tiempo—falleció. Esto lo llevó a una depresión profunda, y sin importar lo que la Señora Mitahora hiciera para animarlo, él apenas le hablaba.

La nube melancólica que rodeaba a Itsuki en todo momento le hizo imposible hacer amigos. Siempre estaba solo en la escuela, y cuando acababa las clases, caminaba directo a casa y leía libros en su habitación, todos los días. En su mayor parte, estas eran novelas ligeras.

Su padre nunca le compró videojuegos o manga, pero cuando se trataba de dinero para novelas, su billetera era suficiente.

Itsuki había sido fan de novelas infantiles y literarias desde primaria, pero después de leer una historia de la cual disfrutó su versión animada, él terminó cambiando sus gustos por completo hacia las novelas ligeras. No era como si él se sumergiera en estas para olvidarse de la dura realidad.

Ellas simplemente lo ayudaban a relajarse, tomarse un descanso mental, y matar algo de tiempo.

Pero se volvía adicto a una serie si ésta particularmente le llamaba la atención, viéndose a sí mismo junto a los héroes (muchos de los cuales no tenían mucha diferencia de edad con él) mientras estos se enfrentaban y luchaban contra poderosos y temibles enemigos y situaciones injustas. Ellos lo tranquilizaban, y le daban valor.

Por supuesto, amaba las escenas de sexo incondicionalmente. Cada vez que un libro presentaba una ilustración de desnudos, su velocidad de lectura se reducía en un 90 por ciento.

No era el maldito degenerado amante de las hermanitas en el que, con el tiempo, se convertiría, sino que prefería una amplia gama de tropos femeninos—la orgullosa líder del consejo estudiantil tsundere que no podía ocultar por completo sus sentimientos por el héroe, la amiga de la infancia, la Onee-san, la maid, la mujer caballero, la elfa oscura.

Sin embargo, las hermanitas eran sin duda sus favoritas, y una vez que se dio cuenta de que en serio le gustaban, empezó a darle un vistazo a la página de introducción de personajes en el inicio de los libros antes de comprar y priorizaba aquellos con hermanitas.

Aun así, si bien las hermanitas eran lindas y le agregaban color a cualquier novela en la que apareciesen, a menudo no eran más que personajes secundarios, o presencias al nivel de una mascota, jamás siendo el objetivo del afecto del protagonista. A menudo, leía un libro, suspiraba, y decía, “La hermanita es mucho más linda que la heroína principal…” Eso después evolucionó a la fantasía de “Si yo fuera el escritor, haría que el personaje fuera así”, pero eso no fue suficiente para hacerlo querer escribir novelas.

Él disfrutaba leerlas, así que sentía cierta forma de reverencia hacia el arte de producirlas, maravillándose por lo difícil que debía de ser. Jamás se le ocurrió que podría hacerlo él mismo.

Sin embargo, en medio de esto, el amor de Itsuki por el tropo de hermanita creció y evolucionó con cada nuevo personaje que descubría.

***

Un domingo por la tarde durante septiembre, Itsuki estaba en su habitación, leyendo como siempre. A pesar del día que era, su padre estaba en su oficina, y la Señora Mitahora se tomaba los domingos libres, así que él estaba a solas en casa.

Desde que su madre falleció, su padre—siempre adicto al trabajo—se había sumergido aún más en su trabajo. Ahora, él casi nunca regresaba a casa durante los días normales de descanso. Él básicamente no mostró lamento por el fallecimiento de su esposa—parecía estar disfrutando estar libre de esa carga, para poder ahora concentrarse más en su trabajo. Esto le disgustaba a Itsuki.

Mientras leía, de repente, sonó el timbre.

Itsuki lo ignoró, molesto por ser sacado del mundo de la novela. Seguramente solo es un vendedor. Si se tratara de un paquete, podría hacer que lo reenviaran después.

Pero entonces el timbre volvió a sonar. Y una vez más, lo ignoró. Una cuarta vez, y una quinta… Esto se estaba volviendo ridículo. La mayoría de vendedores se habrían rendido hace mucho tiempo. Pero el sonido del timbre continuó.

“¡Ugh, ya cállate!”

Itsuki  salió  furioso  de  su  habitación,  revisando  el monitor de la puerta de entrada de camino hacia abajo. Había una chica desconocida ahí. Definitivamente mayor que él—probablemente de preparatoria. Ella tenía cabello medianamente largo, apariencia linda y refinada, y ojos con gran voluntad que veían directo a la cámara… Además, incluso a través de la pequeña pantalla, él podía ver que ella tenía grandes pechos.

¿Qué hace una chica de preparatoria desconocida aquí? ¿Y por qué sigue haciendo sonar el timbre cuando claramente nadie quiere abrir la puerta? Para ser francos, esto lo desconcertó, y mientras Itsuki veía con cuidado la pantalla, el timbre continuaba sonando.

Finalmente, abatido, presionó el recibidor   del intercomunicador.

“Um, ¿quién es?”

“¡Oh, ahí estás!” 

La voz era tan alegre como él imaginaba que sería.

“¡Me llamo Ayane Mitahora! ¡Mi mamá es tu ama de llaves!”

 “¿La Señora Mitahora…?”

“¡Sip!” 

Él la miró más de cerca a la cara. Siendo sinceros, no se parecía en nada a la Señora Mitahora. Pero las únicas personas que sabían que alguien de apellido Mitahora trabajaba aquí eran Itsuki, su padre, los chicos de la oficina de empleo, y probablemente la propia familia de la Señora Mitahora. Ella probablemente no estaba mintiendo.

“Um, mi padre no está”, explicó Itsuki tímidamente.

“Eres Itsuki Hashima, ¿no?”

 “¿…Sí?”

“¡Estoy aquí para verte, no a tu papá!”

“¿A mí…?”

Excelente. Ahora él tenía que salir. Resignado a su destino, Itsuki nerviosamente abrió la puerta del frente.

“¡Hola! Mi nombre es Ayane Mitahora. ¡Estoy en primer año de preparatoria!”

Él se sonrojó ante la ingenua sonrisa de la chica. Ella era mucho más bonita en persona que en la pantalla de video—e Itsuki jamás en su vida le había hablado a una chica tan atractiva.

“Uh… Soy…Itsuki… Hashima. Em, ¿cómo puedo ayudarte?”

Ayane se rio por la incómoda pregunta.

“¡Estoy aquí para jugar contigo!”

“¿Ju-Jugar conmigo…?” Preguntó Itsuki, incapaz de diseccionar la frase.

“Escuché que has estado un poco deprimido, ¡así que pensé que podría ayudarte a alegrarte un poco! ¿Qué quieres hacer? ¿Qué tipo de cosas te gustan? ¿Baloncesto? ¿Ping-Pong? ¿Salones de videojuegos? ¿Bolos? ¿Karaoke?¡Pagaré por lo que sea! ¡Oh, pero también podemos jugar en tu habitación!”

Mientras ella hacia su oferta con una sonrisa en su rostro, un repentino escalofrió se asentó en el corazón del chico. La madre de la chica debe haberle pedido que viniera a ayudarlo a sentirse  mejor.  Itsuki  estaba acostumbrado a que la ama de llaves se entrometiera, pero esto ya iba demasiado lejos. Sus emociones iban más allá de la irritación y entraban en el reino del enojo.

“…Pienso que ya es sobrepasarse que una ama de llaves saque a un niño de su casa cuando ella misma no está presente”, dijo Itsuki de manera cortante.

“Oh, mi mamá no me pidió que hiciera esto. ¡Yo vine por mi cuenta!”

“¿Eh?”

“Mamá me habló de ti, lo admito, pero no le dije que vendría hoy.”

“¿…Por qué lo estás haciendo entonces? Ni siquiera me conoces.”

“Bueno, mamá siempre habla de ti cuando estamos en casa. Cosas como ‘Oh, Itsuki sacó una calificación perfecta en su examen’ y ‘Itsuki siempre hace su tarea’, etc. Sé que no nos conocemos, pero siempre me comparan contigo, ¿sabes? Es como si tuviera un talentoso hermano menor que ni siquiera sabía que tenía.”

“Um,  preferiría que no pensaras eso”,  dijo  Itsuki, sonrojándose.

“¡Ahh!” Ayane sonrió de nuevo. “¡Te estás sonrojando, te estás sonrojando!”

“…No, no lo estoy.”

“¡Sí lo estás!”

“No, no lo estoy.”

“¡Sí lo estás!”

“¡Dije, que no, no lo estoy!”, dijo, elevando su voz mientras su rojez aumentaba.

Ayane le dio una cálida sonrisa. “…Bueno, ya. Hay un chico en mi vida que es casi como un hermanito, y escuché que se siente deprimido. ¿Cómo quieres que no me preocupe? ¡Por eso estoy aquí!”

“¿Por eso…?”

…En verdad, él seguía muy perplejo por todo esto. Pero en algún lugar a mitad de la conversación, la impresión negativa que Itsuki tenia de esta chica había casi desaparecido—y, ya saben, esa iniciativa para entrar en acción por alguien que ni siquiera conoces, le pareció a él algo que un héroe o heroína de una novela ligera haría

***

Su padre le prohibió ir a salones de videojuegos o a karaokes, y él no era exactamente atlético, así que terminó invitando a Ayane a su habitación.

Era una habitación de tamaño normal, alrededor de noventa pies cuadrados y con un escritorio, una cama, y dos grandes estanterías de madera. No había TV ni consola de videojuegos. Las únicas cosas para jugar eran aquellas que su madre le había comprado cuando aún estaba viva—una baraja de cartas; un tablero de Othello y un set de shogi; Monopoly; un donjara, un mah-jongg para niños. Eso era todo. El resto de repisas estaban llenas con un 10 por ciento de libros de texto, novelas infantiles, libros ilustrados, y manga educativo, y un 90 por ciento de novelas ligeras.

“Vaya, conque esta es tu habitación…” dijo Ayane con curiosidad mientras miraba los alrededores, haciendo que Itsuki se sintiera avergonzado. Además de su madre y la ama de llaves, esta era la primera chica que había entrado al lugar. “Mantienes bastante limpio el lugar, ¿no es así? Justo como dijo mi mamá. En mi habitación, casi no hay espacio ni para caminar.”

“Pues no sé si diría que limpio. Es más como si no tuviera nada con lo que poder ensuciar.”

Esto no fue humildad por parte de Itsuki. Era la verdad.

“Vaya que tienes bastantes volúmenes de varios mangas”, dijo Ayane mientras sus ojos se posaban sobre las estanterías.

“Oh, esas son novelas…más o menos.”

“¿En serio?”, exclamó Ayane mientras sacaba un volumen al azar. Por supuesto, justo fue uno donde la portada tenía a la heroína en ropa interior, acompañada de una ilustración de una escena de baño justo en la primera página.

“Vaya… No sabía que había novelas como esta.”

A ella no parecía preocuparle el contenido subido de tono mientras pasaba las páginas. Itsuki, por otro lado, estaba casi por completo de color escarlata.

“P-Pues, en estos tipos de  libros, hay muchas…um…cosas como esa.”

“Oh, ¿te avergüenza que esté leyendo esto? No te preocupes. A veces tomo prestado manga para adultos de mis amigos.”

“¿E-En serio…?”

“¡Sep!”

Ayane asintió, regresando el libro a la estantería, y sacó uno diferente. Este era de puras espadas y hechicería, sin fan service incluido, y la cubierta estaba compuesta de hermosas acuarelas. Itsuki dio un suspiro de alivio mientras ella volteaba las páginas.

“¿Leer todas estas novelas te ha ayudado a sacar buenas notas en clase de lenguaje?”

“Um… Sí, creo que sí.”

Sin duda alguna, esa era la clase desde primaria en la que Itsuki nunca tuvo que estudiar seriamente para ser bueno. Sin importar cuan simple fuese el lenguaje usado en las novelas, aun hacía maravillas a sus habilidades de lectura y vocabulario.

“Yo no suelo leer muchas novelas. Los párrafos pequeños de mis libros de texto son suficiente para ponerme a dormir”, dijo Ayane, sonriendo. “Probablemente deba leer más… ¿No podrías prestarme algunos libros que recomiendes?”

“Um… Seguro” Itsuki asintió, todavía un poco perdido. “¡Gracias!”  Respondió  Ayane,  dando   una  dulce  y brillante sonrisa.

“Dame un segundo…”

Itsuki se paró frente a las estanterías, reflexionando mientras miraba los lomos de los libros. Un libro para una adolescente de preparatoria a la que no le gustaban las novelas y que jamás había leído una novela ligera antes… Eso era algo difícil. Tal vez algo como Kino no Tabi, Shinigami no Ballad, o Post  Girl , con muchos capítulos independientes y pequeños para leer poco a poco. Igual podrían servir colecciones de historias cortas como Aru Hi, Bakudan ga Ochite o Kimi ni Shika Kikoenai.

Si ella fuera una gamer, historias de fantasía estilo RPG como Zero no Tsukaima o Record of Lodoss War o Slayers encajarían bien. En términos de mundos y personajes con los que era fácil resonar, quizás él debería elegir un romance juvenil moderno como Toradora!, Joto Series o Gakkou no Kaidan. O, si quería enfocarse en su desagrado por las novelas regulares, tal vez una comedia frenética como MM! o Baka to Test eliminarían su idea de que las novelas eran difíciles.

Pero ella también era una chica, ¿verdad? Quizás disfrutaría más una serie donde la mayoría de personajes fueran mujeres, como Maria-sama ga Miteru o Ryuketsu Megami Den o Saiunkoku Monogatari.

“…Si le gustan los mechas, definitivamente le gustará Full Metal Panic!… To Aru Majutsu no Index y Shakugan no Shana también son lecturas muy emocionantes…hmm… Esto es difícil…”

Ayane le sonrió a Itsuki, quien no se había dado cuenta de que hasta ahora estaba hablando consigo mismo en voz alta.

“¡No necesitas pensarlo tanto!”

“Oh, no, quiero hacerlo. Si escojo algo, y resulta que no te gustó…”

“Llegados a eso puedes prestarme otra después.”

“…Muy bien”

Itsuki asintió, sinceramente aliviado. Eso le quitó una carga de encima. Pero, aun así, el primer libro era importante. Bien podría dictar la motivación a tener por todas sus futuras lecturas.

“Sabes, me gustaría leer lo que sea que a ti te guste más en estos momentos.”

“¿…Lo que más me gusta…?”

“¡Sí!”

“…………”

¿Realmente es una buena idea? ¿Para alguien principiante de las novelas ligeras…? ¿Y que sea una recomendación para alguien que no sea yo…? Itsuki dudó, pero, sacó un volumen de la serie de la cual esperaba con ansias leer la continuación. Imouto Sae Ireba Ii!

Por Kasuka Sekigahara

Esta había salido apenas dos meses antes, y solo el Volumen 1 estaba disponible por ahora. Itsuki no había escuchado del autor, pero había algo puro e inocente en el título que lo hizo comprar el libro sin leer la sinopsis del mismo. Terminó siendo una muy buena decisión.

Como era de adivinarse por el título, el libro era una brillante y animada comedia romántica que presentaba a una hermana menor de frente y en el centro—si no fuera así, todo el libro habría sido un fraude—quién vivía con su hermano entre un alocado elenco de chicos y chicas.

En cuanto a lo que respecta a Itsuki (no es que tuviera algo para apoyar esto), si este libro pudiera publicar un segundo y tercer volumen, podría llevar a la industria a una nueva era. Al libro lo rodeaba ese tipo de aura, según su opinión.

Él quería que más personas descubrieran lo maravilloso que era este libro.

Entonces, como uno de los pocos conocedores elegidos que notó los placeres que este autor trajo al mundo, quiso correr la voz y darle algo de apoyo. El necesitaba hacerlo.

Pero…“¿Imouto Sae Ireba Ii…?” Ayane aceptó el libro, con mucha seriedad. “¿Tienes una hermana, Itsuki?”

“…No”

“¿Querías una?”

“…Tal vez. Un poco”, admitió incómodo.

Esta era la razón principal por la que Itsuki dudaba en recomendar este libro a otras personas. El título ponía en evidencia el hecho de que estaba obsesionado con el tropo de hermanitas.

Lo cual estaba bien, ya que de igual forma no  tenía  una  real,  pero  si  alguien  que  tuviera  una  compraba  esto,  y  esa hermana  lo  encontraba  en  la estantería, ¿qué le pasaría a dicha persona? El mero pensamiento lo hacía temblar. Bueno, no temblar. Reír un poco, más bien.

“…No es que me guste este libro solo porque me gustan los personajes de hermanitas. Creo que el contenido de la historia es excelente. El equilibro de los personajes también es muy bueno. Son muy excéntricos, pero aún tienen los pies firmes en el suelo, y los giros argumentales pueden parecer bastante infantiles al principio, pero claramente tiene conexiones con la serie clásica Slayers, junto con gigantes de la ciencia ficción como Alfred Bester y Yasutaka Tsutsui, y ofrece más que solo impacto visual; era fácil de leer también; la escritura podría llamar la atención de los veteranos en las novelas ligeras, pero aun así pienso que es una buena recomendación para los principiantes.”

Parecía más una larga excusa que una sinopsis. Ayane se rio.

“Bien, ¿me lo prestas? Prometo que para la próxima semana ya lo habré leído.”

“¿…Volverás la próxima semana?”

“¿No puedo?”

“…Puedes”,  respondió,  tratando  de   sonar  lo   más cortante posible.

Los dos pasaron las siguientes dos horas jugando cartas, Othello, The Game of Life , etc. Le preocupaba que alguien  como  Ayane,  acostumbrada  a  juegos  más 10 Autor de la novela: La chica que saltaba a través del tiempo modernos, no se divirtiera con estos juegos— especialmente jugando contra alguien como él—pero ella parecía divertirse, emoción subiendo y bajando con cada desarrollo de los juegos. Verla hizo que Itsuki sintiera que él también se estaba divirtiendo, y en poco tiempo, estaba riendo junto con ella.

No sé cuántos años han pasado desde que me reí con alguien así… 

Fue divertido, pero al mismo tiempo, fue un doloroso recordatorio de lo oscura que era su vida normal. Lo hacía sentir miserable.