Imouto Sae Ireba Ii (NL)

Volumen 3

Capítulo 10: El Acuario

Era una tarde más de mediados de mayo, con Chihiro pasando por el hogar de Itsuki para dejar algo de comida del supermercado y encontrándolo preparándose para salir.

“Oh, ¿vas a alguna parte?”

“Sí. Al acuario.”

“¿Oh? ¿Justo ahora?” respondió un sorprendido Chihiro.

“Sí. Escribiré una escena en un acuario, pero quería ver el lugar real.”

“¿No fuiste a uno en Okinawa?”

Chihiro aún tenía el colgante de tiburón ballena colgando de su celular que Itsuki le compró en el Acuario Churaumi de Okinawa.

“Churaumi era muy sofisticado para el tipo de acuario que intento describir. Quiero ver algo más, ya sabes, ordinario.”

“¿Ordinario…? Eso me parece un poco grosero”. Chihiro se rio. “Pero ya veo, un acuario. Que bien…”

Itsuki dudó un poco ante la aparente envidia de Chihiro.

“…Bueno, ¿quieres venir conmigo?”

“¿Puedo?”

“Claro.”

“¡Esta bien!”

Su gran sonrisa provocó que el rostro de Itsuki se sonrojara por alguna razón.

***

Una vez que Chihiro había dejado todo en el refrigerador, la pareja se dirigió a la estación de tren.

“…Sabes, hermano. No creo que antes hayamos salido de esta forma.”

“…Tienes razón. Supongo que no”, Itsuki asintió con torpeza mientras las mejillas de Chihiro comenzaban a sonrojarse.

Los dos habían sido hermanastros durante ya tres años. Por un tiempo justo después de que su padre se volviese a casar, Itsuki pasaba la mayor parte de su tiempo encerrado en su habitación, no deseando ver a su nueva madre, o a su nuevo hermano menor, ni (por sobre todos) a su padre.

Él pasaba sus días en la biblioteca de la preparatoria, estudiando o escribiendo novelas, o pasando el rato leyendo cosas en la librería hasta tarde. Jamás comía con su familia, y sus conversaciones con ellos las mantenía al mínimo.

Chihiro, por su parte, estaba haciendo un pequeño esfuerzo por mantenerse alejado de Itsuki, tal vez por respeto a su nuevo hermano.

Sin embargo, cuando Itsuki comenzó a vivir solo, Chihiro comenzó a visitarlo y eso mejoró mucho las cosas entre ellos. Itsuki nunca tuvo nada en su contra, en serio—en términos de ser forzados a tener nueva familia de la nada, ambos compartían el mismo bote—así que, aunque fue un poco incómodo al principio, no fue mal recibido. Y mientras jugaban juegos juntos y Chihiro leía sus libros, ambos rompieron el hielo.

Ahora habían construido la relación hasta el punto en que eran más o menos como hermanos…o eso pensaban. Para Itsuki, al menos, Chihiro y solamente Chihiro era un miembro valioso de la familia Hashima.

Subieron a un tren, muy concurrido por los viajeros de la tarde. Estaban apretados uno contra el otro. Itsuki no pudo evitar notar que Chihiro se estaba sonrojando hasta los oídos.

“¿…Estás bien? Tu cara está muy roja.”

“E—Estoy bien”, respondió, con el rostro viendo al suelo.

“Es solo que hay poco espacio…”

***

El sol ya se había puesto cuando llegaron al acuario, pero aun así llegaron durante el horario de visita.

El lugar no tenía atracciones únicas como el tiburón ballena en el Acuario Churaumi, pero había muchos peces en exhibición en una variedad de hábitats interesantes, junto con un túnel de vidrio a través del agua, un tanque con medusas brillando con hermosos colores, y muchas otras atracciones impresionantes.

Todos los eventos— alimentar a los animales, shows de delfines—habían acabado, pero eso redujo lo suficiente a las personas que ahora ellos podían tomarse su tiempo viendo las exhibiciones.

“Wow… Qué sorprendente…”

Los ojos de Chihiro brillaban mientras miraba dentro de un gran tanque lleno de todo tipo de peces grandes y pequeños.

“¡Ooh, mira, hermano! Ese es un iwashi, ¡una sardina japonesa! ¡Cociné un par de ellas el otro día! Fue junto con aquella hamburguesa, ¿recuerdas?”

“Oh, sí. Estuvo rico.”

“Ese atún de aleta azul gigante también es asombroso… No me puedo ni imaginar cuantas personas podrías alimentar con él. ¡Y mira qué grande es esa dorada! Asombroso… ¡Ahh, y las platijas! ¡Y el tiburón también! Me encantaría  cocinar  tiburón  algún  día.  Y  también  hay bastantes peces que no conozco… ¿Cuántos serán comestibles…?”

Itsuki sonrió mientras amablemente veía a Chihiro.

“Para ti todos son ingredientes, ¿no?”

***

Justo llegó la hora de cerrar para cuando ellos salieron—Chihiro sonriendo, e Itsuki sintiéndose un tanto satisfecho.

“¡Vaya, eso fue divertido!”

“Claro que sí.”

Chihiro le dio a su hermano una mirada preocupada. “Pero esto fue para tu novela, ¿verdad? Espero no haber estorbado.”

“No, claro que no. De hecho, creo que obtuve un buen material gracias a ti.”

Esto hizo que Chihiro le diera una mirada extraña.

“¿Material?”

“Sí.”

Era divertida para Itsuki, la idea de alguien yendo al acuario y no viendo más que la cena para el día siguiente. Él podía hacer que la heroína de su novela se comportara

justo como Chihiro, o quizás usar la broma para establecer algún nuevo personaje.

“…Eso, y me alegra ver que algo realmente te apasione tanto.”

Las mejillas de Chihiro se tornaron rojas de nuevo. “Oh…bueno, no me has llevado a muchos lugares que digamos, así que…”

“…Sí”. Itsuki guardó silencio por unos pocos segundos. “…Bueno, ¿qué tal si volvemos alguna vez? Sin venir a investigar para mi novela.”

“¿En serio?”

“En serio.”

“Wow. ¡Gracias! Te tomaré la palabra.”

“Claro”, Itsuki respondió con los ojos mirando a otro lado por vergüenza mientras una sonrisa florecía en el rostro de Chihiro.

En poco tiempo, estaban de vuelta en la estación de tren cercana al acuario.

“Es muy tarde, hermano, así que me voy a casa. Iré mañana a hacerte la cena, ¿bien?”

“Sep.”

Pero cuando alcanzaron el torniquete para entrar, descubrieron un gran torrente de personas.

“¿…Habrá pasado algo?”

“Hmm…”

Escucharon el sistema de altavoces de la estación.

Aparentemente, los trenes de la línea a la que esta estación pertenecía estaban detenidos debido a que había alguien en los rieles, y pasaría “un tiempo” antes de que comenzaran a funcionar de nuevo.

“¿Cuánto crees que signifique ‘un tiempo’?”

“¿Quién sabe…? Como mínimo, ni cinco ni diez minutos.”

Itsuki pensó por un momento.

“Muy bien, tomemos un taxi.”

Él inmediatamente se dio media vuelta, pero Chihiro aún estaba enfocado en el tablero de información. “Oye, vámonos.”

“¿Eh? ¿Yo también?”

“Esto debería ser suficiente para cubrir tus gastos, ¿no?”

Itsuki tomó un billete de 10,000 yenes de su bolsillo, ofreciéndoselo.

“Oh, n-no, yo… puedo esperar a que los trenes vuelvan a funcionar, así que…”

“…Pero entonces llegarás tarde a casa. Y el tren estará lleno a estallar.”

“¡No importa!”

“Mmh…”

Habría sido demasiado incómodo dejar a Chihiro solo y tomar un taxi a casa. Pero él no quería tener que esperar un tren sin saber cuándo llegaría. Así que Itsuki abrió un mapa en su celular, revisando su posición relativa a su

hogar y el hogar de su familia. Tardarían alrededor de veinte minutos en auto a donde Chihiro vivía, y aunque no sería la forma más rápida de viajar, ambas residencias estaban en más o menos la misma dirección.

Él suspiró.

“…Muy bien. Está en camino. Deberías acompañarme.”

“¡…!”

Chihiro pareció sorprendido por un momento. Luego asintió un “sí” con un entusiasmo desbordante.

***

Dentro del taxi, los dos comenzaron a hablar sobre cosas del acuario.

“¿Qué te gustó aparte de los peces comestibles?”

“Hmm… Diría que las medusas. Eran hermosas. Y lindas también.”

“Sí, la exhibición de medusas fue buena.”

“¡Las  anguilas  de  jardín  manchadas  también  eran lindas!”

“¿Esas anguilas…? Sí, por cómo se veían, apuesto a que Kanikou las amaría.”

Itsuki sonrió un poco gracias a su recuerdo de las anguilas dejando salir sus cabezas de la arena.

“Quizás…”

La expresión de Chihiro se volvió rígida. Itsuki no lo notó.

“Sabes, cuando fui con ella al zoológico, todo lo que fue a ver fueron los genitales de los pandas y de los canguros y esas cosas. Me dio mucha vergüenza estar con ella.”

“¿E-En serio…? Vaya…” Chihiro se sonrojó. “Es extraño que una chica diga todas esas…cosas vulgares.”

“Sí”. Asintió Itsuki. “No te equivocas. Pero creo que no me disgusta, ¿sabes? Tener a una chica que sea tan vulgar como yo.”

“Hmm…” Chihiro frunció el ceño un poco. “¿Entonces te gustan las personas como Kani, Itsuki?”

“N-No es que me guste, no…”

Itsuki volteó su enrojecido rostro hacia la ventana. La vista de afuera estaba comenzando a volverse familiar. En poco tiempo, el taxi hizo su parada en la residencia de tres pisos de un vecindario tranquilo, siendo este no un lote masivo, pero aun así jactándose de poseer un jardín y garaje. “HASHIMA” estaba escrito en una placa de metal pulcra en la pared.

Esta era la casa en la que Itsuki creció, actualmente ocupada por su padre, madrastra, y hermanastro. Su mirada estaba llena de resentimiento. Esta era la primera vez que había regresado desde que comenzó a vivir solo.

“¿…Quieres pasar la noche? Tu cuarto sigue igual a como lo dejaste…”

“Nah, regresaré a mi apartamento.”

La pregunta cautelosa de Chihiro fue recibida con una respuesta instantánea.

“Oh…”   eso  lo   entristeció,  pero  la  sonrisa  regresó rápidamente. “¡Bueno, gracias por traerme.”

Y justo cuando Chihiro estaba a punto de salir del taxi, la puerta de entrada a la residencia Hashima se abrió, revelando a un hombre dentro.

“¡…!”

La cara de Itsuki se tensó. El hombre, reconociendo a Itsuki dentro del auto, se veía igualmente sombrío. Tenía unos cuarenta y tantos años, vestido con una camisa de negocios y pantalones; cada parte de él era delgada y sus ojos eran agudos y severos. Era Keisuke Hashima, el padre de Itsuki, el padrastro de Chihiro.

“Oh papá”, Chihiro susurró a sí mismo. “Tch…” Itsuki bajó la voz.

“Sal del auto, Chihiro. Rápido.”

“P-Pero—”

Mientras Chihiro dudaba, Keisuke comenzó a rápidamente marchar hacia el taxi. “Itsuki”, dijo, con una voz que dejaba una dura impresión.

“………”

Itsuki vio en silencio a su padre, una expresión molesta en su rostro. Entonces, de la nada, Keisuki dijo:

“Gracias por los regalos.”

Fue dicho en un tono monótono, y esto confundió a Itsuki por un momento.

Ahora que lo pensaba, cuando fue a Okinawa y Hokkaido, él le dio a Chihiro algo de licor awamori y algo de chocolate Shiroi Koibito como regalo para la familia. Eso había sido hace tres meses, así que le tomó un momento recordar.

“…Ni lo menciones”, contestó secamente.

Keisuke ni siquiera se inmutó en respuesta. Él se giró. Eso fue todo lo que tenía que decir. Nada sobre haber disfrutado comer o beber. Solo unas rápidas palabras de agradecimiento, por puro deber—así fue como se sintió.

“¡O-Oye, papá! No lo has visto en un tiempo; ¿por qué no hablas con él un rato—?”

Keisuke ignoró a Chihiro mientras regresaba a su casa.

“Ugh…”

Con un suspiro triste, Chihiro se volvió hacia su hermano.

“…Bueno, nos vemos mañana, hermano.”

“…Sí.”

Salió del taxi, la puerta se cerró detrás de él. Itsuki le dio al conductor la dirección de su departamento y el auto se puso en marcha. Mirando detrás de él, pudo ver a Chihiro mirándolo marcharse, con una expresión de angustia en su rostro.