Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 9

Extra 4: Las Consecuencias

Después de derrotar al homúnculo rubio en la iglesia, Suimei y las demás se reunieron con los magos de la Asociación de las Mil Noches que habían venido a hacerse cargo de las consecuencias. Uno de los magos más jóvenes, que aún era mayor que Suimei, se inclinó al verlo.

“Gracias por su cooperación en esta misión, Lord Yakagi”.

“No pienses en eso. Buen trabajo aquí. ¿Cómo están los magos capturados?

“Ya los hemos restringido con magia”.

Echando un vistazo más de cerca, Suimei pudo ver por sí mismo que los magos cultistas, incluido Saix Ruger, habían sido atados con la magia restrictiva que favorecía la Asociación de las Mil Noches. En este estado, no había forma de que pudieran moverse libremente.

“Entonces disiparé la maldición que les lancé. Cuento contigo para que te encargues del resto de la limpieza aquí”.

Suimei chasqueó los dedos y rápidamente disipó su maldición. Así, las quemaduras que asolaban a los magos sectarios desaparecieron de una vez. Una vez que se solucionó, otro mago de la Asociación se acercó con la mano a la barbilla de manera arrogante.

“Ahora, Lord Yakagi, ¿qué pasa con el homúnculo?”

“¿Hmm? ¿Te refieres a la pequeña señorita Genio? ¿Qué hay de ella?”

“¡Ésa no! ¡Me refiero al homúnculo que llevas en la espalda!”

Este nuevo mago repentinamente perdió la calma por la irritación, lo que pareció alarmar a su compañero.

“L-Lord Grace, no puedes hablar con Lord Yakagi de esa manera…”

Parecía que el mago más joven conocía a Suimei. Al tratar de ubicar a su conocido, Suimei se dio cuenta de que él era uno de los veteranos de la Asociación que había visto cumpliendo solicitudes muchas veces antes. El mago enojado, por otro lado, parecía ser un novato.

Si ese fuera el caso, probablemente aún no conocía a todos los Ejecutores.

Comportarse tan arrogantemente con Suimei a pesar de su reputación y pedigrí, lo que debería haber dejado en claro que debía ser tratado con respeto, significaba … Bueno, en resumen, este hombre era un idiota. Y dicho idiota no prestó atención al consejo de su mago superior.

“¿Y por qué es eso? ¿No somos magos del glorioso departamento de magia de la Asociación de las Mil Noches?”

“Por eso precisamente te digo que no puedes adoptar esa actitud con magos de otras organizaciones”.

“No necesitamos humillarnos ante un agente, ¡un simple mago al que le damos trabajos!”

En lugar de ceder en su arrogancia, el altivo mago solo la aumentó más. Conoces el tipo; existen en todas partes. Aquellos que confunden la autoridad con la verdadera fuerza. Suimei estaba cansado de lidiar con los de su clase y realmente no tenía ganas de aguantarlo después de agotarse usando la gran magia. Como tal, dejó escapar un suspiro terriblemente enervado.

“Lefi, Menia”.

“¿Qué pasa?”

“¿Si?”

“Estoy bastante cansado después de volar lejos el tipo grande, así que si este mago aquí hace algo molesto… usa todo tu poder para golpearlo hasta convertirlo en pulpa”.

Los magos de la Asociación de las Mil Noches se sorprendieron con esta declaración. Nadie esperaba que Suimei diera permiso a sus compañeros para recurrir a la violencia. Felmenia, sin embargo, simplemente parecía desconcertada.

“¿De verdad está bien?” preguntó ella, con la cabeza ladeada con curiosidad.

“No me importa. Usa tu horno de maná. Permitiré que baje la presión crítica. En cuanto a Lefi… todavía te queda mucho en tu tanque, ¿verdad?”

“No he tenido la oportunidad de volverme loca todavía”, declaró Lefille audazmente mientras clavaba con fuerza su espada en el suelo.

Cuando lo hizo, una onda de choque roja atravesó el área circundante.

“E-Eso es…”

El mago enojado tropezó cuando la onda de choque lo golpeó, reverberando en su estómago. Si estaba aquí, significaba que tenía al menos suficiente habilidad como mago para ser útil para el trabajo de limpieza en el campo. Seguramente comprendió la amenaza de la Telesma. Pero una vez más, en lugar de retroceder, comenzó a acumular su maná.

“Soy un mago de los Mil N—”

“¡Eso es suficiente!”

El mago veterano le rugió antes de que pudiera terminar su declaración. Un poderoso escalofrío psíquico cayó sobre el área, silenciando al arrogante novato. Estaba claro que el joven mago era el más fuerte de los dos, probablemente en algún lugar de la clase adeptus. Pero una vez que el veterano terminó de mirar al novato, se volvió e hizo una reverencia a Suimei.

“Pido disculpas por su comportamiento, Lord Yakagi. Por favor, guarde su espada”.

“Está bien. Perdóname por mi comportamiento también”.

Suimei se inclinó cortésmente en respuesta. El intercambio parecía amistoso, pero esta era esencialmente la única forma en que podían resolver las cosas mientras preservaban la reputación de sus respectivas organizaciones.

A Suimei no le importaba particularmente si el novato recibía la dura reprimenda que merecía después del hecho. Pero lo que es más importante, no parecía que la discusión sobre el homúnculo hubiera terminado todavía.

“Ahora, Lord Yakagi… debo decir que no estamos aquí por una tontería. Necesitaremos una razón adecuada para su negativa a entregarlo”.

“Mary.”

Cuando Suimei dijo su nombre, Hydemary dio un paso adelante. Naturalmente, ella sabía exactamente por qué la había llamado e inmediatamente fue al grano.

“Enviaremos a este niño a mi padre, Edgar Alzbayne”.

“¿Con qué propósito?”

“Para cumplir los ideales de la Sociedad”.

“Entendemos los ideales de la Sociedad… pero esa es una respuesta un poco vaga”.

El mago veterano no cedería ante una respuesta como esa. Parecía que tomaba bastante en serio sus deberes. Una respuesta tan caprichosa solo lo alentó a ser más completo.

Pero no hace falta decir que Hydemary tampoco tenía intención de ceder. Los dos se miraron el uno al otro. Estaba claro que no harían ningún progreso de esta manera, así que Suimei intervino.

“¿Puedo decir algo?”

“¿Qué pasa, Lord Yakagi?”

“Es fundamental que comencemos por arreglar la situación. Lo peor que podemos hacer aquí es quedar atrapados en nuestras emociones. Busquemos algo en común y solucionemos esto para que ambos podamos lograr nuestros objetivos”. Suimei luego miró hacia el veterano y le preguntó: “Primero, viniste aquí para cuidar de los magos derrotados, ¿verdad?”

A esto, el veterano asintió.

“Y mi petición de los altos mandos de la Asociación de las Mil Noches era dejar a los magos impotentes, vivos o muertos. No hubo instrucciones sobre qué hacer con los sobrevivientes, incluida la mención de entregarlos”.

“…”

“Ahora, déjame preguntarte de nuevo solo para confirmar. Tu misión era limpiar las cosas aquí. Nadie te dijo que necesitabas apresar a todos, ¿verdad?”

“Eso es…”

“Y mi petición era vivo o muerto, ¿ves? Así que debería ser libre de llevarme uno o dos de ellos”.

“Qué sofisma”.

“Pero es la verdad. Además, ustedes no tienen nada que ganar si se desviven por aplastar a este tipo, ¿verdad? No hay necesidad de estar tan obsesionado con eso”.

El veterano se detuvo por un momento pensativo para pensar un poco en el razonamiento de Suimei y, finalmente…

“Entendido. Sin embargo, estaré informando de esto”.

“Si, está bien. No será un problema”.

Todo fue tal como Suimei había dicho. Su solicitud de la Asociación de las Mil Noches no especificó qué se haría con los objetivos después del hecho. Como tal, no tenían ningún derecho a quejarse de cómo Suimei pretendía lidiar con este en particular.

En poco tiempo, los magos de la Asociación de las Mil Noches se llevaron a los otros cultistas que realmente habían sido responsables de la perturbación. Y una vez que todos los demás estaban camino a casa, Hydemary se volvió hacia Suimei de una manera inusualmente honesta.

“Gracias, Suimei-kun.”

“No fue nada.”

Suimei, sin embargo, era el mismo de siempre.