Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 9

Extra 1: El Invitado Pelirrojo

Felmenia ahora estaba bastante acostumbrada a escuchar el timbre de la casa moderna de Yakagi y sabía exactamente lo que significaba.

“¡Voy!”

Rápidamente se dirigió a la entrada principal para recibir al visitante y encontró a un joven parado justo al otro lado de la puerta. Iba vestido de manera informal con una camiseta y jeans, pero tenía el pelo largo y rojo y rasgos tan hermosos que fácilmente podría confundirse con una mujer de un vistazo. Sin embargo, lo que más se destacó fue el parche en el ojo que cubría aproximadamente un tercio de su rostro. Quizás era más apropiado llamarlo máscara. Felmenia pensó que él era su único visitante al principio, pero al mirar más de cerca, vio a una chica de cabello negro parada detrás de él, prácticamente acurrucada dentro de su sombra.

La joven del parche miró a Felmenia y enarcó una ceja perpleja. Luego expresó su confusión en un japonés perfectamente fluido.

“Pasé porque escuché que Suimei había regresado, pero… Hmm…”

“Suimei-dono está aquí, pero…”

“¿Qué pasa, Felmenia-san?”

De repente, Hydemary apareció detrás de Felmenia. El visitante pareció reconocerla.

“¿Hydemary? Mucho tiempo sin verte.”

“Oh, hola, alteza.”

Hydemary lo saludó en su tono llano habitual y él asintió amistosamente a cambio.

“¿Conoce a este hombre, Mary-dono?” Felmenia preguntó con curiosidad. “Mm”, respondió Hydemary con indiferencia. “Es fanático de Suimei-kun”.

“Él es… ¿qué?”

“Disculpe, pero tendré que corregirlo allí”, intervino el joven.

“¿Oh si?” Preguntó Hydemary, con la cabeza inclinada hacia un lado. “No soy un fan cualquiera, soy un gran fan”.

El joven sonaba bastante ridículo, pero asentía con la cabeza de la manera más seria. Felmenia luego abrió con una cortés presentación, y el joven respondió de la misma manera.

“Soy Riselette”.

“Disculpe… pero ¿no es ese el nombre de una mujer?”

“Haha, me dicen eso mucho. Pero te aseguro que soy un hombre”.

El joven del parche, aparentemente Riselette, dejó escapar una risa alegre. Felmenia estaba encantada con su sociabilidad, y sonrió mientras le abría la puerta.

“Ahora, no podemos tener visitantes parados en la puerta. Entra.”

“Realmente no me importa charlar aquí”.

“Nuh-uh. Después de todo, eres un invitado y los invitados deben ser tratados adecuadamente”.

Simplemente así, Hydemary saltó y obligó a Riselette y a su compañera a entrar en la casa como si fuera la suya. Cuando llegaron a la sala de estar donde estaban sentadas Lefille y Liliana, Riselette volvió a mirar a Felmenia y estalló en una carcajada.

“¿Qué puedo decir? El ambiente aquí es maravilloso. No son más que mujeres”.

“¿Yo sé, verdad? Seriamente…”

Hydemary resopló e hizo un puchero de irritación, lo que llevó a Riselette a reír más alegremente. Y tal vez atraído por el sonido, Suimei finalmente bajó las escaleras.

“Oh, Su Alteza… Mis disculpas por estar tan fuera de contacto. ¿Has venido hasta aquí solo para verme?”

“Recibí tu carta del mensajero y todo, así que decidí pasar y echar un vistazo a tu taza. Me alegra encontrarte de buen humor”.

“Del mismo modo,” respondió cortésmente Suimei antes de volverse hacia la doncella que acompañaba a Riselette. “Es bueno verte también, señora”.

“Por supuesto, Suimei-sama. Ha pasado bastante tiempo”.

Suimei luego volvió su atención a Riselette y preguntó: “¿Pero cómo van las cosas en casa? Todavía no ha terminado, ¿verdad?”

“Las líneas de batalla no se mueven mucho. Además, las cosas saldrán bien de una forma u otra incluso sin mí allí”.

“¿Es así como funciona realmente…?”

Cuando terminó su pequeño intercambio de información privilegiada, Suimei se dio cuenta de que Riselette lo estaba mirando con ojos expectantes, esperando ansiosamente una presentación.

“Todos, conozcan a Su Alteza. Es el jefe de estado de una nación que se encuentra en medio de una gran guerra”.

Esta información hizo que Lefille frunciera el ceño.

“Esa fue una introducción extremadamente casual e inquietante… ¿Pero una guerra? Lo siento por sus oponentes”.

“Oh, ¿puedes decirlo, Lefi? Eso es increíble.”

De hecho, Lefille había percibido la verdadera naturaleza de Riselette, pero no era la única en medio de una observación perspicaz.

“Entonces, Suimei, te metiste en un problema de nuevo y terminaste trayendo a casa a estas mujeres. ¿Eso resume las cosas?” Preguntó Riselette.

“Espléndida… deducción. Le doy… la máxima puntuación”.

“Soy un gran admirador, ya sabes. Adivinar eso no fue nada”.

“… Ahora parece que te estás burlando de mí”.

“Eso es solo… tu imaginación”.

“Sí, solo tu imaginación”.

Luego de su jovial intercambio con Liliana, Riselette hizo un completo ochenta y comenzó a hablar en un tono bastante serio.

“Debo decir, Suimei, que pasaste bastante tiempo envuelto en este incidente en particular. Especialmente según sus estándares. ¿Realmente te causó tantos problemas?”

“Un poco.”

“No tenga miedo de hablar. Siempre estoy dispuesto a echarte una mano si la necesitas”.

“Bueno, estoy seguro de que podría resolver las cosas más rápido con su ayuda, pero…”

A Suimei le resultó difícil decir algo más que eso, pero Riselette fue capaz de adivinar a dónde iba.

“Quieres resolverlo por tu cuenta… De verdad, supongo que hay muchas cosas que te gustaría resolver tú mismo”.

“Eso es lo esencial”, respondió Suimei antes de juntar las manos como si de repente hubiera recordado algo. “¡Oh sí! Oye, alteza, ¿te suena el nombre de sir Ryzeia?”

Riselette miró pensativamente hacia el techo. Cerró los ojos pensativo antes de abrirlos lentamente de nuevo.

“… Creo que ese nombre aparece en los registros antiguos. Sir Ryzeia fue uno de los caballeros de mi nación. Sin embargo, eso fue hace bastante tiempo”.

“Sí, tuve la sensación de que ese era el caso…”

“¿Ha pasado algo?”

“Un amigo mío ha heredado el Sacramento de Sir Ryzeia”.

“Ya veo… el karma corre bastante profundo, ¿no?” Riselette murmuró con un aire de simpatía y lástima.

Después de eso, el grupo continuó charlando sobre el estado actual de las cosas durante un poco más de tiempo. Pero antes de despedirse, Riselette tuvo algunos consejos de despedida.

“Pásale esto a tu amigo, Suimei. La voz que está escuchando es el deseo que acecha profundamente dentro de él. Ceder por completo lo llevará a la ruina. De ninguna manera todo lo que dice es verdad”.

Y con esas pesadas palabras, Riselette se excusó de la casa. “¿Realmente se va tan pronto?” Preguntó Felmenia.

“Es un tipo bastante ocupado, después de todo”, respondió Suimei.

“El hecho de que lo haya visitado… a pesar de estar tan ocupado… significa que realmente debe… tenerle un gran aprecio”.

“Supongo que se podría decir que nos llevamos bastante bien”.

“¿Quieres decir que te frota la espalda y tú frotas la suya?” Lefille intervino. “Algo como eso.”

“Es un chico agradable. Incluso me ayudó a buscar a Suimei-kun”, agregó Hydemary.

“Ahaha… supongo que tendré que llevar un pastel al Reino después de que todo esto esté dicho y hecho”.

“Pero este Riselette… Es una figura extraordinaria en este mundo, ¿no es así, Suimei-kun?”

“¿Qué, Su Alteza? Puede que sea el ser vivo más fuerte del mundo”.

“El más fuerte…”

“En el…”

“¿El mundo entero?”

“Si, probablemente.”

O eso Suimei declaró casualmente.