Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 9

Capitulo 4: El Camino De Un Genio

Parte 4

El ataque de las tres chicas fue un gran impacto para los magos que intentaban el ritual. Se habían enterado de que la Asociación de las Mil Noches estaba enviando un Ejecutor de antemano, pero esa era información que la Asociación se había filtrado.

Tenía un alcance algo limitado y ciertamente no incluía detalles sobre exactamente quién vendría o cuándo. Sin embargo, los magos sabían que eventualmente aparecería un Ejecutor, por lo que tenían un plan para cuando llegara el momento.

De hecho, le tendieron una trampa. De hecho, incluso atraparon a alguien en él. Pero casi inmediatamente después, la ciudad fantasma fue asaltada y asaltada. También llegó en el momento más inoportuno.

Los magos se habían dado cuenta de que alguien estaba intentando disipar la barrera alrededor del área, y enviaron una fuerza de ataque para manejarlo. Y fue poco después de que la fuerza de ataque se fuera cuando comenzó el asalto, como para decir sin rodeos y burlonamente que la interferencia de la barrera era solo una distracción.

Este período, justo antes del ritual, era el momento en que estaban menos tripulados, pero también era cuando estaban más vigilantes. Sin embargo, desafortunadamente para ellos, sus oponentes simplemente estaban fuera de su liga.

Estaba la chica que pisoteó a todos y cada uno de los magos que se atrevieron a atacarla usando misterios de un rango mucho más alto. Estaba la chica que moldeaba maldiciones que avergonzarían a un médico brujo veterano. Y luego estaba la chica que usó hechizos intrincadamente detallados para abrumar por completo su magia.

Ninguno de esos poderes era algo que pudiera desarrollarse o entrenarse en un corto período de tiempo. Era inconcebible que chicas tan jóvenes las manejaran libremente.

La invocación y aposición de un espíritu en particular fue asombrosa; la única palabra para describirlo era impensable. Al enfrentarse a fuerzas tan increíbles, un tercio de las defensas de los magos enemigos se volvieron impotentes.

Y ese número seguía aumentando. El oponente que les estaba causando más problemas fue, de hecho, la chica pelirroja que empuñaba la Telesma.

Ella estaba balanceando despreocupadamente una gran espada y manipulando algún tipo de viento misterioso que no estaba registrado en todas las leyendas y mitos de este mundo.

El viento rojo brillante era de un grado místico mucho más alto que cualquier cosa que los magos pudieran reunir. Los dejó boquiabiertos a ellos ya su magia, sus gestos, sus cánticos y todo lo demás que componía sus hechizos perdiendo ante la extinción de la disparidad de rango. Si intentaban poner defensas físicas, su gran espada los destrozaría.

Y si intentaban evadir, aún no podían escapar del viento rojo que les pisaba los talones.

Frente a la inevitable derrota, el líder de los guardias, el miembro de más alto rango del grupo justo detrás del niño homúnculo, dio nuevas órdenes a sus camaradas.

“¡Detén a la pelirroja! ¡Usa el campamento del este!”

En preparación para el ataque del Ejecutor, habían preparado múltiples sitios rituales dentro de la ciudad fantasma para lanzar hechizos a gran escala. Los que estaban junto a la entrada de la ciudad fueron destruidos antes de que se usaran, pero aún había otros…

“¡N-No es bueno! ¡El altar oriental ha sido desmantelado!”

“¡¿Qué?! Cuándo…”

Mientras el líder murmuraba para sí mismo con incredulidad, la chica de cabello platino de repente se asomó desde la esquina de un edificio abandonado… a pesar de que había estado apoyando a la pelirroja hace unos momentos.

“Oh… ¡Teehee!”

Ella pareció sorprenderse al ser descubierta, solo para retirarse por la esquina con una risita.

“¡Maldita sea…!”

Aunque su burla infantil avivó las llamas de su irritación, no tuvo tiempo de perseguirla. Sus camaradas frente a la chica pelirroja estaban siendo impresionados, ahora con una especie de onda de choque misteriosa.

La pelirroja luego se acercó al líder con absoluta compostura, su gran espada apuntando al suelo en una mano. Se mantuvo alta y orgullosa como el enemigo natural de los magos.

El líder la recibió con una mirada hostil. “¿Eres uno de esos malditos Ejecutores?”

“¿Lo soy? ¿Quién sabe?”

Ella le dio una pequeña respuesta más que una sonrisa atrevida. En verdad, no importaba realmente si ella era una Ejecutora en este momento.

El simple hecho de que ella se interpusiera en su camino la convirtió en una enemiga.

Pero, justo cuando el líder estaba a punto de invocar su magia, sintió maná detrás de él y escuchó el extraño sonido de algo cortando el viento. Se dio la vuelta, nervioso, para ver una sombra negra pasar a su lado.

Varias plumas de colores ominosos cayeron al suelo. El hombre persiguió la sombra con los ojos e identificó un cuervo graznando con voz estridente.

Mirando mejor alrededor, había cuervos de ojos rojos en los techos de todos los edificios circundantes. El líder luego se dio la vuelta rápidamente para encontrar a una joven con cabello violeta parada donde nadie había estado antes.

“Maldición…”

“Lily, no te conviene maldecir, ¿de acuerdo? Además, haz eso fuera del viento”.

La chica de cabello violeta asintió con la cabeza y luego se alejó de un salto como un ágil conejo.

Todavía no… No puedo dejar que estas niñas sigan burlándose de mí…

El espíritu desafiante del líder ardía con fuerza. Todavía podrían recuperarse de esto. Todavía quedaba un camino hacia la victoria. La mitad de sus tropas estaban fuera de servicio, pero eso significaba que todavía les quedaba la mitad de sus fuerzas. Eso fue más que suficiente para tener esperanza.

Incluso si no pudieran derrotar a estas chicas en este momento, todo lo que tenían que hacer era ganar tiempo para la invocación. Mientras pudieran lograr eso, entonces podrían usar el poder de la divinidad. Con eso, podrían derrotar a cualquier oponente.

Es posible que su barrera reguladora ya se haya disipado, pero eso no era parte integral del ritual. Simplemente sirvió para mantener a la divinidad convocada en el estado más conveniente posible. Incluso sin la barrera, la invocación aún podría tener lugar. Y al recordar eso, cierto pensamiento pasó por la cabeza del líder…

Solo tenemos que aguantar un poco más. Nada más.

La mesa estaba puesta. Los magos de ojos vidriosos que habían tomado la droga ya estaban reunidos en el centro de la ciudad y el ritual de invocación estaba en marcha. Era posible que el grado de poder del dios que convocaron fuera menor sin que todos estuvieran allí para incitarlo adecuadamente, pero aun así debería ser suficiente. Ni estos dos magos ni siquiera la chica que usaba Telesma podrían oponerse.

Pero eso era solo si las cosas permanecían como estaban. Si solo se enfrentaran a estas tres chicas, la victoria aún era posible.

Si y solo sí.

Y esa frágil perspectiva fue aplastada en un instante. De hecho, el líder pronto detectó una tremenda cantidad de maná acercándose. De hecho, se dio cuenta de que el crepúsculo se acercaba rápidamente desde la cresta que se extendía más allá de los árboles.

“¿Qué…?”

El cielo de la tarde se tiñó de repente con los tonos del sol poniente. El cielo estaba tan rojo que parecía como si un enorme fuego ardiera más allá de las montañas. Era demasiado temprano para que el sol se pusiera, pero se estaba desvaneciendo a un ritmo aterrador.

Era como si alguien hubiera avanzado rápidamente en el cielo cuando la luz se retiró repentinamente detrás de la cordillera. El azul se convirtió en naranja, el naranja en índigo y el índigo en oscuridad.

Era como si todo el color se hubiera desvanecido, el cielo pintado por la oscuridad de la noche. Y fue solo entonces, a la sombría luz del crepúsculo, que se dio cuenta del líder.

El mago que llama a las estrellas trae consigo la noche. Él empuña una espada azul en su mano derecha y un escudo dorado en la izquierda. Envuelto en ropa negra y relámpagos, condena todo mal en nombre de las Mil Noches.

Ese poema fue bien conocido entre quienes se sumergieron en los misterios. Exaltaba el tremendo poder del mago de la Sociedad que había suprimido la más extraordinaria de las calamidades místicas… la manifestación de un dragón rojo. Cantó las alabanzas del Ejecutor Yakagi Suimei.

El líder pudo escuchar a una de sus tropas tragar saliva.

“D-De ninguna manera… ¿I-Incluso Starfall está aquí?”

No pasó mucho tiempo antes de que un chico japonés vestido de negro apareciera detrás de las tres chicas. Llevaba un traje, el uniforme preferido de los magos de la Sociedad, bordado con una rosa azul, una flor que significaba tanto la esperanza como su estatus como parte del escalón superior de la Sociedad.

Llevaba una espada revestida de un brillo azul puro en su mano derecha. Su izquierda estaba casualmente metida en su bolsillo. Su rostro delataba su corta edad, pero su expresión dejaba en claro que era tan despiadado como cualquier mago.

Parecía que, a pesar de toda la potencia de fuego que las chicas ya tenían en el campo de batalla, su arma más poderosa acababa de llegar. Cuando los magos enemigos se congelaron sobre cómo responder, la chica del cabello platino de repente levantó una voz alegre.

“¡Suimei-dono!”

“Lo siento. Me tomó más tiempo del que pensaba limpiar esa barrera. Pero respondieron de buena manera y desplegaron una tropa adecuada detrás de mí, así que supongo que es loable. ¿No te parece?”

Los ojos ardientes de Suimei se enfocaron en el líder de los magos, quien se sorprendió  al verlo.  Nunca pensó que este sería el Ejecutor que enviaron. Era cierto que tenía fama de manejar crímenes místicos y calamidades relacionados con la divinidad, pero supuestamente se desconocía su paradero durante los últimos meses.

Fue solo aquí donde el líder se dio cuenta de repente de lo que estaba sucediendo.

“No puede ser… ¡¿Esa información que se nos filtró a propósito?!”

“Lo tienes. Tanto tú como yo hemos estado bailando en las palmas de los viejos en la Asociación de las Mil Noches”.

Suimei habló con voz cansada, pero no podría ser más obvio que estaba hirviendo en el fondo. Había una luz fría y cruel brillando detrás de sus ojos llameantes.

“¡Prepara magia ofensiva! ¡Láncenle todo lo que tengan!”

El líder rápidamente dio la orden de abrir fuego. Les dijo a sus tropas que atacaran por todo lo que valieran, pero ya estaban en ello. Se podría decir que sus voluntades se habían alineado contra la enorme amenaza que tenían ante ellos. Pero, en verdad, sería más exacto decir que todos estaban desesperados. Los hechizos de luz de alta penetración llegaron a Suimei desde todos los ángulos.

“Primum moenia, expansio munitum”.

[Primera muralla, expansión fortificada.]

Suimei sacó su mano izquierda de su bolsillo y pronunció un breve cántico.

Un círculo mágico tomó forma en el aire en un instante, giró y se expandió. Los rayos de luz que dispararon los magos enemigos se estrellaron contra el círculo, que tomó la forma de un escudo, y las chispas se dispersaron violentamente.

Sin embargo, ninguno de ellos atravesó. Suimei simplemente movió su brazo y se dio la vuelta, lidiando con los rayos que entraban desde todas las direcciones mientras comenzaba su siguiente canto.

“Secundum moenia, expansio munitum”.

[Segunda muralla, ampliación fortificada].

Y los cánticos siguieron llegando, uno tras otro. Un círculo se convirtió en dos, uno encima del otro. El Golden Magnale. Este era el hechizo defensivo por el que Suimei era conocido.

En general, la magia de barrera solo se puede actualizar reuniendo todos los componentes necesarios para el ritual requerido. Había que asegurar el terreno donde iban a montar el círculo y colocar dichos componentes para delimitar el límite. Incluso otros tipos de hechizos de refuerzo, como los que creaban un campamento alrededor del lanzador, requerían cierta cantidad de preparación.

Sin embargo, la barrera defensiva de Yakagi Suimei, una barrera fortificada de tipo liberación, era una gran barrera modelada a partir de las defensas de un castillo. Normalmente requeriría enormes medidas y tiempo para prepararse, y se construyó por etapas.

Al construir las murallas, los muros, las torres y todos los demás componentes de un castillo, cada uno con sus propios efectos, y establecerlos  en  su  lugar  apropiado …  Todos se unieron como componentes clave de un ritual para invocar aún más complejos mágicas, uniéndose en un solo hechizo en el proceso.

Sin embargo, se dijo que la barrera mágica de Suimei podría construirse a velocidades imposibles. Supuestamente podría crear todo en menos de tres miserables minutos.

Consumía una gran cantidad de maná, pero el consumo de maná no era un obstáculo serio para un mago de clase alta. Ya sea extrayendo energía de las líneas ley o de las estrellas, o recolectando éter del aire, existían innumerables formas de estirar los límites de uno. Y el horno de maná de Suimei ciertamente estaba operando con la máxima eficiencia.

“Mea aegis non est aegis. Prae omni oppugnatione est solida. Prae omni impetus est invicta. Invincibilis, immobilis, immortalis. Id est ardens aureum castrum ut colligit spiritus astorum. Eius nomen est— Mea firma aegis! Speciosum aureum magnale!”

[Mi escudo no es un escudo. Es resistente ante cualquier ofensa. Es inquebrantable ante todos y cada uno de los ataques. Invencible, inmóvil, imperecedero. Es el castillo dorado brillante que recoge el aliento de las estrellas. Su nombre es… ¡Mi escudo firme! ¡La fortaleza dorada brillante!]

En poco tiempo, y sin permitir un solo hechizo, se completó la barrera fortificada de tipo liberación.

Se dice que el Golden Magnale una vez bloqueó el rugido de un dragón rojo. Su luz dorada era tan radiante que dejaba una imagen residual en los ojos.

Múltiples capas de círculos mágicos yacían en el suelo, y varios otros giraban en el aire. Defensa física, defensa de maná, amortiguación, estancamiento de tiempo… Como su fortaleza, Suimei era libre de entrar y salir cuando quisiera, lo que significa que podía lanzar ataques desde dentro.

Sin embargo, la mayor amenaza era el hecho de que la fortaleza se movía con su lanzador en el centro. Los magos enemigos obtuvieron una demostración completa de esto: Suimei estaba caminando hacia ellos y la fortaleza mágica se movió junto con él. Fue asombroso. Incluso inaudito.

Pero ahora que la barrera estaba levantada y completa, brillando en todo su esplendor brillante, los únicos capaces de perforarla probablemente se limitaban a magos de renombre y la Codicia de los Diez.

“La clave para ganar batallas de magia es romper la carta de triunfo de tu oponente o ponerte en una posición ventajosa. Este último requiere que construyas un campamento adecuado de principio a fin. Así como así”.

Allí, Suimei extendió los brazos como si hiciera señas a sus enemigos para que contemplaran su magia. Ser testigo de un hechizo tan grandioso debilitó inmensamente su resolución.

“Mierda. Tan pomposo espectáculo incluso…”

Pero Suimei ni siquiera le dio tiempo a su líder para quejarse.

“O flammae, legito. Pro venifici doloris clamore. Parito colluctatione et aestuato. Deferto impedimentum fatum atrox.”

[Oh llamas, reuníos. Como el grito del resentimiento del mago. Da forma a la agonía de la muerte y estalla en llamas. Otorga al que me obstruye un destino terrible.]

“?!”

En el instante en que comenzó a invocar su magia, el maná de Suimei rugió cuando los elementos en el aire fueron succionados hacia él.

Hubo un breve momento donde la presión del viento nacida del calor explosivo que generaba rompió el equilibrio de la atmósfera.

Un círculo mágico con la cresta de Marte tomó forma y un remolino de llamas se expandió de una manera casi ingenua. Las chispas se esparcieron por todos lados, haciendo que la escena fuera aún más brillante.

Las llamas que se arremolinaban en el aire parecían estar esperando ansiosamente ser invocadas. Y tras una inspección más cercana, Suimei sostenía una gema incandescente de color rojo brillante flotando justo encima de su palma.

“Itaque conluceto. O Ashurbanipalis fulgidus lapillus.”

[Tan Brillante. Oh, la deslumbrante joya de Ashurbanipal.]

“Espera—”

El grito del líder, al borde de rogar por su vida, fue ahogado por la explosión que siguió inmediatamente después de que Suimei aplastara la gema en su mano. Todo sonido cesó para el líder como si le hubieran estallado los tímpanos.

Todo lo que podía oír ahora era un zumbido como el zumbido distante  de  alguna  máquina.

El  incendio  y  su  detonación  fueron incomparables con los hechizos de fuego que sus compañeros usaron antes, y araron el paisaje en todas direcciones con una onda de choque que hizo retroceder incluso a los árboles bajo su gran fuerza.

No había muchos presentes que pudieran levantar un muro defensivo para protegerse en el acto.

“Urgh…”

Incluso aquellos que habían logrado hacerlo no pudieron protegerse por completo a raíz de las llamas de Suimei. El líder gritó de angustia por el dolor de las quemaduras en todo el cuerpo.

Cuando las llamas finalmente se extinguieron, toda la ciudad se llenó de gritos similares. Los magos enemigos que no habían podido defenderse yacían retorciéndose aquí y allá mientras un horrible hedor a quemado se asentaba en el aire. El suelo en sí se había derretido por el calor de la explosión, cuyo brillo rojo aún permanecía en los ojos de Suimei.

El líder intentó restaurar su audición aplicando magia curativa en sus tímpanos. Mientras tanto, las tropas de respaldo llegaron desde la retaguardia y comenzaron a ayudar a sus camaradas caídos.

“¡Hey! ¡¿Estás bien?!”

“Gah… Las quemaduras… Mi cuerpo…”

Una de las tropas de respaldo sostuvo al líder en sus brazos y comenzó a lanzar un hechizo de recuperación sobre él. Y mientras tanto, el Ejecutor que había escrito esta desastrosa escena estaba inesperadamente parado allí y mirando. Si el líder y sus tropas se curaban, podrían regresar a la batalla. No solo eso, sino que ahora serían más fuertes con los refuerzos de la retaguardia. Entonces, ¿qué estaba pensando Suimei?

Realmente, estaba observando la situación como si fuera él quien la encontraba bastante inesperada.

“¿Hmm? Así que tienes las agallas suficientes para intentar ayudar a tus amigos, ¿eh? Lo siento, pero esa fue una mala elección en este momento”.

“Qué— ¡GAH!”

El mago que había venido a ayudar al líder de repente gritó antes de caer al suelo en aparente agonía.

“¿Q-Qué?”

“¡Hey! Qué es— ¡AAAAAGH!”

Y después de que un mago se hundiera en un sufrimiento inexplicable, los otros que habían venido a ayudar cayeron bajo el mismo hechizo. Era como si les hubieran pasado el dolor de las quemaduras. Mientras tanto, Suimei simplemente continuó viendo cómo se desarrollaban las cosas con un suspiro exasperado.

“Realmente deberías estudiar The Golden Bough. ¿No es la base de la magia?”

“¿The Golden Bough…? Ya veo… Esto es… contagio mágico… ”

De hecho, la ley del contagio podría llamarse el fundamento de la magia. Si uno tocaba un objeto maldito, la maldición los infectaría. Esa era una ley elemental de la magia, y precisamente cómo los refuerzos se habían afligido tanto. Con solo tocar a sus amigos malditos, sus destinos fueron sellados.

El mundo moderno tenía los Convenios de La Haya y Ginebra para restringir el uso de ciertos tipos de armamento. En la misma línea, los magos también tenían reglas que prohibían ciertos tipos de magia. Pero los hechizos no estaban prohibidos por su poder destructivo.

Más bien, fueron incluidos en la lista negra cuando se consideró que sus efectos eran demasiado crueles y brutales. Cualquier mago sorprendido usando tales hechizos estaba sujeto a un severo castigo.

Pero una de las ventajas de ser un Ejecutor era estar libre de tal censura. Se les permitió usar hechizos prohibidos en nombre de juzgar a los magos que se atrevieron a perturbar el orden del mundo. Combatieron fuego con fuego, por así decirlo.

Uso gratuito de fuertes hechizos de sugestión que rozaban el control mental. Permiso para utilizar la manipulación del tiempo para crear sellos eternos. Autoridad para invocar toda la gran magia. Permiso para esparcir venenos mortales en áreas limitadas. Y, por supuesto, la capacidad de causar…

“U-Un brote de maldición con contagio mágico…”

Al entrar en contacto, la fuerza mística se transmite de un sujeto a otro, manifestando  la  magia  original  dentro  del  nuevo  objetivo.

Fue una maldición de tipo virus. Si se suelta en un área poblada, podría cerrar una ciudad entera en un abrir y cerrar de ojos.

Cualquiera que viniera a ayudar se convertiría en bajas secundarias, al igual que los refuerzos aquí. Y como la causa sigue sin estar clara, una tercera, cuarta y quinta oleadas de víctimas seguirían rápidamente. Podría alcanzar fácilmente niveles de pandemia, amenazando al mundo entero.

Y esa era precisamente la razón por la que el contagio mágico había sido incluido en la lista negra por la Asociación de las Mil Noches. Incluso las chicas que estaban al lado de Suimei reconocieron la amenaza que representaba. Francamente, estaban francamente aterrorizados. Ver a tanta gente caer al suelo en medio de la agonía… Fue un espectáculo demasiado brutal. Los dejó sin palabras.

“Realmente no me gusta usar cosas como esta, pero no puedo decir que me moleste usarlas con los malos”.

O eso se jactó Suimei, pero esto todavía estaba en el lado más suave de las cosas. Los objetivos de la ejecución debían ser llevados ante la justicia muertos o vivos. Cuanto más leve era el crimen, más probable era que un objetivo simplemente fuera capturado.

Pero los criminales más atroces fueron tratados en consecuencia. Los ejecutores se tomaron en serio su autodefensa y no dudaron en dejar a sus objetivos en el olvido.

Y los gritos que llenaron la ciudad, el sufrimiento abyecto en el que se encontraban, fue una prueba de que estos objetivos todavía estaban vivos.

Suimei, en cierto modo, estaba siendo compasivo. Pero considerando la habilidad que había necesitado para dejar a tantos magos impotentes mediante el uso de una maldición infecciosa sin matar a nadie… Su líder no pudo evitar estremecerse ante el poder de Suimei.