Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 9

Capitulo 4: El Camino De Un Genio

Parte 2

Parecía estar en la mitad de su adolescencia, y su aspecto angelical lo hacía parecer como si hubiera salido de una de las pinturas de la iglesia. Sin embargo, la mayor ironía de todas fue la forma en que vestía. Con una túnica blanca y una estola, parecía que estaba aquí para celebrar a Dios, no para crear un ídolo.

“Eres…”

“Un placer conocerte, niña homúnculo. Bienvenida a mi iglesia”.

El chico rubio saludó cortésmente a Hydemary como un invitado antes de que ella pudiera preguntarle quién era. Él era inquebrantable, pero Hydemary lo vigilaba atentamente.

“Suenas como si me hubieras estado esperando”.

“Pero por supuesto. He estado ansioso por recibirte desde que escuché que vendría un Ejecutor. Siempre he estado tan ansioso por conocerte”.

“Esto es una trampa…”

“Precisamente. Aunque es un poco tarde para darse cuenta de eso. En cualquier caso, esto es exactamente lo que debería haber esperado de la Asociación de las Mil Noches. Identificaron el lugar más sospechoso de inmediato y lanzaron a su protegido de un homúnculo al problema. Sí, sí, debería haber esperado todo esto. Por supuesto, un plan al azar sería tan transparente para un Ejecutor”.

El joven, un homúnculo él mismo, habló en un tono algo decepcionado, dejando a Hydemary rechinando los dientes. Era cierto que ella había caído descuidadamente en su trampa, pero él creía erróneamente que era un peón sacrificado.

“No soy una marioneta”, declaró, escaneando rápidamente la habitación en busca de trampas mágicas. “Vine aquí por mi propia voluntad”.

“¿Oh? ¿Es eso así? ¿Aunque seas un homúnculo? ¿Nadie te ordenó hacer esto?”

“Así es.”

“Qué admirable de tu parte. ¿Por favor dígame, que le instó a venir aquí?”

“Eso no es asunto tuyo.”

“Hmm. Me suena como si te hubieran ordenado venir aquí, niña homúnculo”.

“No sé qué piensas de los homúnculos, pero no es así como se supone que se nos trate. Además, ¿no podría referirse a mí como ‘niña homúnculo’? Tengo un nombre propio: Hydemary Alzbayne”.

La ceja del niño se movió al escuchar esto.

“Un homúnculo con nombre, ¿eh? ¿Fue un capricho de tu creador o algo así?”

“Es natural nombrar las cosas que creas. Los humanos le dan nombre a todo, ¿no es así?”

“…”

Allí, el chico rubio se quedó en silencio. La única respuesta que le dio a Hydemary fue una mirada oscura.

“¿Entonces? ¿Dónde está tu amo?” intentó preguntar en su lugar. “¿Quién sabe? Me pregunto dónde está ahora… no tengo ni idea”.

“No te hagas la tonta conmigo. Probablemente tu maestro fue el que ideó este plan sin valor, ¿verdad? Entonces, ¿dónde están? ¿Haciendo preparativos para la convocatoria?”

Hydemary trató de irritar al chico, pero él negó con la cabeza con calma. “Me temo que estás bastante equivocado. Esto es algo que comencé”.

“¿Tú…? Ridículo. Eso es imposible.”

“Di lo que quieras; es la verdad.”

O eso proclamó el chico, pero Hydemary no podía creerlo. Era alucinante pensar que un homúnculo fuera responsable de forma independiente de esto.

Los homúnculos eran tesoros de conocimiento; su sabiduría les haría pensar mejor en un plan tan precario. Además, no había ningún mérito en que un homúnculo se asimilara a la divinidad para obtener poder.

“¿Por qué un homúnculo haría algo como esto?”

“¿Qué quieres decir? Es precisamente porque soy un homúnculo”.

“…?”

Hydemary todavía no lo entendía. ¿Qué le impulsó a hacer esto al ser un homúnculo? ¿Qué quiso decir él? ¿Estaba jugando con ella?

“Oh vaya. Realmente no lo entiendes, ¿verdad? Con solo lograr la invocación y asimilación de la divinidad, algo que nadie ha hecho antes hasta su finalización, me liberaré del dilema de los homúnculos”.

“¿El dilema de los homúnculos…?”

Ese concepto no se registró en el vasto depósito de conocimientos de Hydemary, dejándola con el ceño fruncido ante su mención.

“¿Qué? ¿No estás familiarizada? Me refiero al vacío que sienten todos los homúnculos. No poseemos nada propio. Todo lo que tenemos es conocimiento. Somos cosas ingenuas, panto mimando sabiduría. Y sin experiencia a nuestros nombres, incluso si poseemos un gran conocimiento… deja un agujero en ti en lugar de llenarte, ¿no es así?”

“Eso es…”

Fue una sorpresa incluso para ella misma, pero Hydemary dudó en responder. Ella no pudo. Si lo hacía, temía dar voz a lo que había estado tratando de mantener en silencio todo este tiempo. Una extraña sensación comenzó a arañar su espalda. Parecía que el chico había tocado una fibra sensible.

“¿No es así? Y, con toda probabilidad, viniste aquí porque también odias eso, ¿no?”

El joven hizo una pausa por un momento, pero no esperó la respuesta de Hydemary.

“Viniste aquí solo para detenerme. ¿Pero no es eso porque quieres algún tipo de logro? ¿Porque anhelas el reconocimiento de alguien?”

“¡Ugh!”

Hydemary se burló, de repente sintiéndose consciente de por qué estaba allí. ¿Por qué estaba ella exactamente? ¿No era porque quería que cierto chico admitiera lo capaz que era en realidad?

“¡Ahaha! ¿Ves? ¡Estoy en lo cierto! ¡No eres diferente a mí! ¡Actuaste por tu cuenta para intentar lograr algo, pero has caído directamente en mi trampa!”

El chico se burló, riéndose de Hydemary y su error. Ante esto, ella espetó.

“¡No hables como si me conocieras! ¡No soy como tú! ¡Soy la obra maestra de mi padre, el homúnculo definitivo!” ella gritó.

“El homúnculo definitivo, ¿eh? Realmente no me importa si eso es cierto o no en este momento, pero todavía tengo razón, ¿no es así? Esto te hace igual que yo. Así que dime… ¿Por qué intentas detenerme?”

El chico rubio de repente comenzó a acumular maná. Cuando lo hizo, Hydemary sintió el despliegue de un hechizo. Se había quedado atrapada en el calor del momento y bajó la guardia.

“¡¿Esto es… barrera mágica?!”

Un círculo de magia violeta se extendió rápidamente a sus pies. En el momento en que lo notó, su visión se deformaba como una imagen reflejada en una canica. Fue un hechizo de control espacial. La luz del hombre violeta invadió gradualmente todo lo que la rodeaba a medida que su cuerpo se sentía cada vez más pesado.

“Tengo otra pregunta para ti”, dijo el niño. “¿Dónde está el alquimista que te creó ahora mismo?”

“¡M-Mi padre no está aquí!”

“No lo está, ¿verdad? Lo sabía. Tú y yo somos lo mismo. Ambos hemos sido abandonados por nuestros creadores”.

“¡Te equivocas! ¡No fui dejada de lado!”

“Entonces, ¿por qué no está aquí el alquimista que te creó? ¿No suelen mantener los alquimistas a sus homúnculos a su lado?”

Eso era ciertamente cierto. Pero era igualmente cierto que Hydemary no había sido abandonada. Su padre, Edgar, simplemente la había enviado a estudiar a la Sociedad por su propio bien.

“Fui… fui enviada a entrenar… por el bien de mi propio futuro… así que…”

“Esa es una excusa. Los homúnculos están completos al momento de la creación. No tienen futuro. Ese ‘padre’ tuyo simplemente te despidió porque ya no te necesitaba”.

“¡Te equivocas! ¡Fue por mi bien!”

“¿De verdad? ¿Dónde está el valor de tales actividades para personas como nosotros?”

“Eso es…”

La pregunta del chico rubio resonó sin piedad en la cabeza de Hydemary.

¿Dónde estaba el valor…? Habían pasado años desde que nació Hydemary y no había logrado nada. ¿Dónde estaba el valor en ella para empezar?

La visión de Hydemary comenzó a derretirse como el hierro en un horno de fundición, y su conciencia comenzó a deslizarse con ella. Pero incluso cuando todo se desvaneció, esa voz desdeñosa resonó en su cabeza.

***

Siguiendo poco después de Hydemary en coche, Suimei y las otras chicas llegaron al bosque remoto. La cultura celta siguió siendo bastante prominente en esta región de Europa, y los bosques se consideraban sagrados, especialmente aquí en Alemania, donde a menudo estaban protegidos. Con frecuencia fueron el escenario de famosos cuentos de hadas como “Caperucita Roja” y “Hansel y Gretel”.

Muchos de los bosques de Alemania se habían reducido drásticamente en tamaño para el desarrollo, pero al norte se encontraba Reinhardswald, al oeste se encontraba el Bosque de Teutoburgo, y en la región central se encontraban tanto el Bosque de Turingia como Schwarzwald, famoso como el Bosque Negro. Algunos de sus grandes bosques todavía estaban bien y prosperaron hasta el día de hoy.

Uno de esos bosques se extendió ante Suimei como una ola suavemente ondulada. Los árboles eran hermosos y verdes, dando al paisaje una fuerte estética selvática.

Había pequeños senderos aquí y allá que serpenteaban a través de la vegetación, salpicados de cabañas hechas de paredes blancas de yeso y techos de color naranja vivo en los claros y valles. En lo alto de una montaña, Suimei incluso podía ver lo que parecía una fortaleza.

Hubiera sido maravilloso para hacer turismo en un día despejado, pero Suimei y las chicas estaban aquí por asuntos mucho más serios.

Suimei hizo una pequeña ventana con sus dedos como si estuviera decidiendo casualmente el ángulo para un boceto y miró a través de ella a la ciudad fantasma en la espesura del bosque.

Hubo una reunión esporádica de personas, todas vestidas como los fantasmas de dicho pueblo fantasma, deambulando sin pensar con pasos inestables. Parecía que los estaban acorralando para algún tipo de sermón.

Después de echar un vistazo, Suimei se deslizó por el roble desde el que había estado observando cosas, donde Lefille lo estaba esperando.

“Suimei-kun, ¿cómo se ve?”

“Sí, este es el lugar bien. Sin embargo, parece que no tienen demasiados tipos en guardia”.

“¿Es eso así…? Qué extraño.”

Lefille estaba bastante desconcertado por la mínima seguridad. Sin embargo, esto era bastante común entre los magos. Menos guardias a menudo significaban que había algo más reservado.

Felmenia, Lefille y Liliana se adelantaron, listas para la acción. Suimei, sin embargo, dio un paso atrás.

“Aah, lo siento. Ustedes tres adelántense. Tengo un poco de trabajo que hacer aquí”.

“¿Trabajo?” Preguntó Felmenia.

“Mira,” respondió Suimei, llevándose una mano a la barbilla. “Hay una barrera colocada alrededor del área, ¿ves?”

Felmenia miró y vio algo parecido a una neblina de calor y un sello tallado que indicaba el borde de la barrera.

“Ya hemos pasado la barrera destinada a mantener a la gente fuera… Entonces, ¿para qué sirve esta?” ella preguntó.

“En lugar de mantener alejados a los intrusos, este está destinado a regular la escala del hechizo cuando convocan a su dios. Es para asegurarse de que no absorban demasiado del poder de la naturaleza, y funciona como una especie de jaula para lo que sea que traigan a este mundo”, explicó Suimei.

“¿Q-Qué tan grande es esta barrera?”

“Es bastante grande. Cubre toda la región”.

“¿Y tú… vas a romperlo?”

“Así es. El proceso normal para lidiar con situaciones como estas es trabajar desde el foso exterior y romper todo el camino hasta la ciudadela interior… pero ese idiota eludió buscar trampas y simplemente se coló”.

Lo más probable es que a Hydemary le entrara el pánico cuando se enteró del tema del ritual, el estado de su progresión y su escala general. En aras de la conveniencia, habría apuntado directamente al ritual.

“Suimei-dono, no nos importa particularmente seguir adelante, pero ¿qué deberíamos estar haciendo específicamente? ¿Vamos a… apoyar a Mary- dono?”

“No, el objetivo más importante aquí es dejar a los creyentes impotentes. Todo lo que tienes que hacer es poner a dormir a cada uno de ellos”.

“¿Eso está realmente bien? No ayudar primero a Lady Mary, quiero decir”—preguntó Lefille.

“Bueno, quiero salvarla… Pero no tendrá sentido si el dios es convocado de todos modos mientras estamos haciendo eso. No podremos hacer mucho solo con nosotros si la asimilación tiene éxito. Así que tenemos que mantener claras nuestras prioridades: nuestro primer objetivo es reducir su número”.

“Entendido. Déjanos eso a nosotras”.

Haciendo esa intrépida declaración, Lefille fue realmente deslumbrante.

“Vaya, qué prometedor. De hecho, ahora siento un poco de pena por esos tipos”.

Cualquier mago que se enfrentara a Lefille se llevaría el susto de su vida. Como medio espíritu, se necesitaría un especialista para tener una oportunidad contra ella. Su mago promedio sería completamente impotente.

“¡Suimei-dono! ¡Yo también! ¡También haré mi mejor esfuerzo! ¡Le debo mucho a Mary-dono!” Felmenia de repente habló.

“A-Aah… yo también cuento contigo, Menia”, respondió Suimei.

“¡Correcto!” Felmenia gritó con gran entusiasmo.

Después de eso, Suimei miró hacia la ciudad fantasma con una mirada estrecha.

“¿Suimei?”

“Al ver el estado de la barrera, estoy bastante seguro de que se saltó el control de las cosas correctamente y se lanzó directamente a la ciudadela interior. Probablemente pensó que destrozarlo acabaría con todo. Y aunque tengo que admitir que lo haría, las posibilidades de hacerlo son… Bueno, digamos que es un plan demasiado optimista. Ya deberían tener una cierta cantidad de poder extraído del plano astral”.

“Dónde crees que… Hydemary está… ¿ahora mismo?”

“Probablemente en la iglesia. Mira aquí. El edificio con el campanario”.

Suimei sacó algunas fotos como referencia. Las tres chicas asintieron con miradas decididas en sus rostros, probablemente pensando que rápidamente derrotarían a todos para poder apresurarse a salvar a Hydemary. Estaban ansiosos por devolverle su amabilidad al cuidarlos desde que llegaron a este mundo, pero también eran demasiado optimistas.

“No vayas allí, ¿de acuerdo? Seguro que el lugar es una trampa”, advirtió Suimei.

“¿Entonces crees que Lady Mary ya ha sido capturada?” Preguntó Lefille. “Sin duda.”

Hydemary poseía muy poca experiencia, pero poseía una abundancia desbordante de conocimientos. Por eso tenía la tendencia a hacer las cosas exactamente de acuerdo con la teoría.

Actuó de la manera que consideró apropiada para la situación, creyendo que otros seres racionales harían lo mismo. Pero debido a que nunca consideró lo irracional, lo ilógico y lo impredecible, también tenía tendencia a caer presa de las trampas.

“Si no la atraparan, ya lo habría resuelto. Ella también habría huido si las cosas hubieran ido mal, pero los chicos de afuera no están actuando como si nada estuviera mal. Es bastante seguro decir que entró de la manera más directa posible, quedó atrapada en una trampa y ahora ha sido capturada”.

“¿E-Estará bien?” Felmenia preguntó en tono preocupado.

“Sí, ella no es una chica tan frágil. Todavía puedo sentir su presencia muy bien y todo”.

Lo más probable es que hubiera sido atrapada por algún tipo de barrera mágica. La solicitud de cumplimiento advirtió específicamente sobre las barreras ilusorias. Como tal, el culpable más probable fue una barrera de unión de tipo envolvente. Suimei no sabía si Hydemary estaba atrapada en su lugar o si ella estaba atrapada deambulando, pero quería llegar a ella lo antes posible de cualquier manera.

“Haciendo que me preocupe mucho así… ¿Incluso estamos desapareciendo en este punto, entiendes?”

Suimei continuó murmurando en voz baja para sí mismo por preocupación por Hydemary.

***

Después de separarse de Suimei por el momento, Felmenia y las otras chicas decidieron audazmente un asalto frontal y se dirigieron directamente a la ciudad fantasma. Planeaban arreglar las cosas con un ataque rápido y decisivo y no mostraban signos de vacilación en sus movimientos. Felmenia mejoró su velocidad en tierra con un hechizo de aceleración; Lefille se envolvió en un vendaval rojo y se mantuvo a tal velocidad que su enorme gran espada apenas pareció abrumarla; y Liliana convocó a Howler para que lo acompañara.

“¿Cuál es el plan?”

“Creo que es mejor que me ponga al frente. ¿Qué opinas, Lady Felmenia?”

“Estoy de acuerdo. Lily y yo manejaremos la magia de los enemigos”.

“Entonces está… decidido”.

Después de martillar la esencia de las cosas, su abrupto encuentro llegó a un final rápido. Las tres chicas eran profesionales con experiencia en el campo de batalla. Su juicio fue tan rápido como su discusión fue al grano.

Pero de una forma u otra, ahora tenían su plan. Lefille estaría en primera línea como su vanguardia para eliminar a cualquier mago que intentara interceptarla. Felmenia cubriría a Lefille mientras que Liliana se movería sigilosamente para eliminar la retaguardia del enemigo.

Fue un enfoque de guerra relámpago, por así decirlo. Mientras tuvieran a Lefille y el poder de los espíritus, la mejor carta de triunfo contra los magos desprevenidos, no había necesidad de ningún truco insignificante.