Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 9

Capitulo 4: El Camino De Un Genio

Parte 1

 

 

Hydemary Alzbayne era un homúnculo. A diferencia de un humano normal, fue creada artificialmente por manos humanas. Ella no nació del vientre de una madre, sino de un gran tubo de vidrio. No se nutría de la leche materna, sino de la sabiduría de su Lapis Philosophorum.

Su creador fue un alquimista reconocido en el mundo de la magia: el fabricante de autómatas Edgar Alzbayne. También era conocido como el Doll Master, y se dice que la multitud de autómatas que había creado había jugado un papel activo en cada punto de inflexión de la historia.

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Hydemary era la obra maestra autoproclamada de Doll Master. Como cualquier homúnculo normal, carecía de emoción, se movía por su propia voluntad y poseía un talento excepcional para la magia. Pero lo que realmente la distingue fue su capacidad para extraer conocimientos del catalizador todopoderoso conocido como Lapis Philosophorum.

Hydemary era verdaderamente un genio entre los genios; No había cómo negarlo. Y precisamente por eso, todo debería haber sido posible para ella. Naturalmente, estaba libre de las preocupaciones y frustraciones de la mayoría de la gente normal, sin embargo, su corazón había sido sacudido recientemente por una gran aflicción. ¿La causa de esto? No era otro que el joven que se había convertido en su mentor, Yakagi Suimei.

Aunque siempre le hablaba de las solicitudes de cumplimiento entrantes de inmediato, esta vez había sido inusualmente cauteloso y se negó a compartir nada con ella. Era como si estuviera diciendo que no confiaba en ella. Una cosa llevó a la otra, y antes de que Hydemary se diera cuenta, ella se coló en su habitación de hotel para echar un vistazo a la codiciada solicitud de cumplimiento.

Y ahora estaba encima de un conejo gigante que había sacado de su caja de juguetes, una que era prácticamente idéntica a un conejo real, cabalgando hacia la ubicación de destino para cumplir con el trabajo.

“Simplemente dejando algo tan escandaloso en general… ¿Qué demonios estaba pensando Suimei-kun?” murmuró, dudosa e irritada.

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¿Por qué Suimei, de todas las personas, descuidaría algo tan serio? Después de todo, estábamos hablando de la invocación y asimilación de un dios.

Hydemary una vez estuvo involucrada en un incidente divino con Suimei. Muchos magos consideraban que la invocación de la divinidad era calamitosa y, como tal, los intentos de tales rituales eran prácticamente inauditos. Era impensable simplemente retroceder y dejar que sucediera. Sin embargo, incluso después de ver la solicitud, Suimei no había hecho nada. Simplemente dijo que no era una emergencia y se ocupó de cuidar a las chicas que había traído de otro mundo.

Desde luego, Hydemary no pensaba que las chicas no fueran importantes. Pero en el gran esquema de las cosas, la solicitud de cumplimiento tuvo prioridad. A pesar de eso, Suimei no había movido un dedo. Hydemary tenía una montaña de críticas para él.

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“Suimei-kun, tonto. Eres un gran tonto, malo y estúpido… ”

Las lecciones de magia de Suimei con Hydemary se habían detenido por completo con su desaparición hace seis meses. Eso ya era bastante malo, pero de repente había regresado de la nada con un grupo de chicas. Y como pasaba todo su tiempo con ellos, continuó ignorando las lecciones de Hydemary e incluso su propia investigación. Esto avivó aún más las llamas de su irritación.

“¿Qué cree Suimei-kun que soy…?”





Hydemary sabía muy bien que todas las chicas tenían sus circunstancias, por lo que no podía sentirse abiertamente frustrada con ellas. Sin embargo, ella estaba infeliz. Ella era la discípula de Suimei. Su primera discípula.

¿Cómo podía simplemente ignorarla? Ella debería estar recibiendo la mayor parte de su atención, pero él apenas le había prestado atención. Y cuando se acercó a ella, todo lo que hizo fue pedirle algo o tratarla como a una niña.

“Si esto sigue así, siempre pensará en mí como una niña… Pero si soluciono esto, incluso Suimei-kun no tendrá más remedio que reconocerme. No soy una niña…”

Hydemary no se dio cuenta de que su comportamiento, en cierto modo, era increíblemente infantil. Este era esencialmente un complejo de inferioridad nacido de su potencial latente como homúnculo.

Los homúnculos eran seres artificiales creados para demostrar que podían funcionar tan correctamente como “la cosa real”, por así decirlo. Nacidos del catalizador perfeccionado que podía crear incluso la vida, el Lapis Philosophorum, se decía que estaban bien versados en toda la sabiduría del mundo y que proporcionaban sabios consejos a sus creadores. Fueron muy solicitados en ese sentido.

Se sentaron con orgullo en la cima de la jerarquía de seres inteligentes. No podrían estar más lejos de la inferioridad en esos términos. Sin embargo, la fuente de la sabiduría de un homúnculo era muy diferente del fruto que nace de la experiencia real.

Aunque los homúnculos poseían un intelecto superior, eran puros e inocentemente ingenuos para el mundo. Otros intelectuales envidiaron su posición. Su pureza los hizo preciosos y su inocencia los hizo insustituibles.

Sin embargo, no importa cómo se vistiera, los homúnculos todavía eran genios fabricados. Y era imposible apreciar verdaderamente la sabiduría que no se había adquirido a través de la propia experiencia.

Esto, como ve, es lo que conduce a un complejo de inferioridad.

***

 

 

Una vez que se estableció que Hydemary realmente se había ido, Suimei reunió a las chicas en su habitación después de vestirse rápidamente y pedir un desayuno a través del servicio de habitaciones. Todos se sentaron como quisieron, en la parte superior de la cama, con los brazos cruzados sobre el respaldo de una silla, en el sofá y demás, de modo que todos estaban uno frente al otro.

A pesar de lo que parecía, esta no era una reunión para quejarse de que solo había carne para el desayuno. De hecho, el asunto que nos ocupa era mucho más serio que eso. Suimei finalmente estaba listo para discutir la solicitud de cumplimiento que había estado tan reacio a compartir hasta ahora.

Después de reunirse con Wiegel, por fin tenía toda la información que necesitaba y se estaba preparando para contárselo a las chicas de todos modos. Pero, gracias a la desaparición de Hydemary, ya no tuvo opción de hablar.

“La invocación y asimilación de un dios, ¿verdad?” Felmenia preguntó, repitiendo las palabras que había escuchado de Suimei antes.

“Si. Sin embargo, no hay mucho que explicar… Es exactamente lo que parece. El objetivo es traer la divinidad a este mundo y unificarse con él. Realmente, es una extensión de un ritual que es bastante común en este mundo”.

Buscar unificarse con un dios e integrarse con el cosmos… No era realmente tan diferente de los objetivos del neo puritanismo. Pero el mero hecho de que tuviera lugar una invocación hizo que este caso en particular fuera mucho más directo y mucho más peligroso. No había lugar para el error o la duda.

Suimei dio un resumen de lo que estaba sucediendo, pero realmente no parecía quedarse con sus visitantes de otro mundo. Es comprensible, por supuesto.

El misticismo en su mundo difería mucho del misticismo en el mundo moderno. Aquí, la magia era un beneficio secundario adquirido en la búsqueda de un mayor conocimiento. Pero para las chicas, aprender magia siempre había sido un fin en sí mismo.

La idea de asimilar a un dios les resultaba completamente nueva y ajena. ¿De qué sirvió eso? ¿Qué hizo? ¿Fue eso como comerse a un dios? Si es así, ¿era posible y sabría bien? Simplemente estaban tan confundidos.

“Hmm, para ponerlo en términos de tu mundo… lo tengo. Esto es como intentar convocar a la diosa Alshuna y volverse uno con ella”.

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Cuando se pone en perspectiva, la gravedad del asunto se establece naturalmente. El pánico se dibujó repentinamente en los rostros de las visitantes de otro mundo de Suimei.

“¡¿No-No-No-No-No-No-No-No es absolutamente absurdo?!”

“¿Significa… que tu petición… es… detener eso?”

Suimei asintió con la cabeza a Liliana, dejando a Lefille con el ceño fruncido dudosamente.

“Entonces, ¿por qué no has hecho nada al respecto, Suimei-kun? Esto es claramente mucho más importante que atendernos. Puedo entender la impertinencia de Lady Mary”.

Lefille ahora simpatizaba con la impaciente Hydemary, pero Suimei negó con la cabeza.

“Bueno, en realidad no es una emergencia ni nada”.

“¿Cómo es eso?”

“No parece que a la Asociación de las Mil Noches le importe mucho cómo va esto”.

“¿Qué? ¿A pesar de que es tan serio?

“Lo primero es lo primero: ¿Por qué el ritual de unirse con un dios es fundamentalmente algo que debe detenerse?”

“Ahora que lo mencionas… supongo que si el invocador no está haciendo nada particularmente malo, entonces no hay razón para detenerlo”.

“¿Cierto? Si no tienen ninguna mala intención, entonces el ritual es esencialmente un gran experimento. No son tan infrecuentes en este mundo. Es una buena manera de recopilar datos sobre la tasa de éxito y otras cosas, por lo que no es algo a lo que deba detenerse absolutamente”. Suimei hizo una pausa para tomar un respiro antes de continuar, “En resumen, la misión de la Asociación de las Mil Noches no es diferente de la de cualquier mago individual: la búsqueda del conocimiento. Elegirían los frutos de la magia sobre la paz mundial si se pesaran en una balanza unos contra otros”.

“Pero todavía supervisan a los magos, ¿no?”

“Básicamente actúan como policías en el papel para su propio beneficio. En verdad, son un grupo turbio que está dispuesto a mirar para otro lado siempre que las cosas no se hagan públicas”.

“Pero te enviaron específicamente una solicitud para detener este incidente, ¿verdad? ¿No significa eso que esta organización de la Asociación de las Mil Noches tiene aprensiones al respecto?”

“Eso es cierto, pero… Bueno, como prueba de que realmente no les importa lo que suceda, esta vez han estado monitoreando el objetivo muy de cerca. Mira.”

Allí, Suimei le entregó a Lefille varios documentos. “¿Esto es…?”

“Es un informe escrito”.

“¿Y estas son… foto-jirafas, las llamaste?”

“Fotografías, sí. Esta es toda la información que me ha sido entregada hasta ahora, comenzando casi tan pronto como regresé a este mundo”.

Suimei luego revisó el resto de los documentos con las chicas, después de lo cual Liliana levantó la mano.

“Suimei…”

“¿Qué pasa?”

“Es extraño. ¿Cómo es… que te mantuvieron actualizado… tan frecuente y convenientemente?”

“Así de simple. La Asociación de las Mil Noches filtró el hecho de que enviaron una solicitud de cumplimiento”.

“¿Eh? ¿Por qué ellos iban…?” intervino Felmenia confundida.

“Para instar al objetivo a que se apresure con el ritual,” explicó Suimei brevemente antes de entrar en más detalles. “Básicamente, la Asociación de las Mil Noches está tratando de resolver este caso mientras yo me ocupo de mi propio negocio. Al filtrar información y acelerar el ritual, están tratando de forzar mi mano. Ellos han orquestado esto para que sea un verdadero dolor de cabeza para mí”.

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“Eso es… bastante precario, ¿no?”

“¿No es así? Pero si no me presento en el sitio, no importa si el ritual tiene éxito o no. Si todo se va a la mierda de una forma u otra, estarán esperando que yo limpie el desorden de todos modos”.

La Asociación de las Mil Noches depositó una gran cantidad de confianza en las habilidades de Suimei. Su reputación lo precedió, y esto ciertamente fue un juego de niños en comparación con subyugar a un dragón rojo.

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“¿Por qué tú, Suimei-dono? Hay otros magos, ¿no?”

“Soy su único peón que podría encargarse de esto de manera decisiva. Soy el supuesto especialista”.

“Pero… ¿un peón?”

“Eso no suena muy bien”.

“Sí, bueno, tienen reputación. Todo el mundo sabe qué tipo de autoridad tiene, y todo el mundo sabe que realmente lo pueden usar. Es conveniente, en cierto modo”.

Con todo eso aclarado, Felmenia levantó la mano con una pregunta sobre un detalle diferente.

“Suimei-dono, cuando dijiste que alguien está tratando de convocar a un dios… ¿Te refieres a un dios en el que este mundo cree?”

“Er, bueno, ahí es donde las cosas se complican. Probablemente sea un dios que ellos mismos crearon”.

“¿Bwuh? ¿Un dios… ellos crearon?”

“Piensa en una secta. Al iniciar una nueva religión, tienes que crear tu propio dios, ¿verdad? Ya sabes… ¿Qué clase de dios son? ¿Qué tipo de bendición recibe uno por ganarse su favor? Ese tipo de cosas”.

Suimei se detuvo allí, mostrando una sonrisa bastante vacía. “En verdad, no hay dioses reales en este mundo”.

“¿Qué?”

“¿Eh?”

“Déjame aclarar. Cuando digo ‘divinidad’, generalmente me refiero a un poder incoloro de alto grado místico procedente del plano astral. Y, francamente, no hay forma de que exista algo así como un dios omnipotente allí. Básicamente, los humanos son los que otorgan arbitrariamente los poderes astrales a las naves y luego los estereotipan como dioses y todo eso. Eso es lo que realmente es la divinidad”.

Lefille en particular frunció el ceño ante la explicación de Suimei.

“Si ese es realmente el caso, ¿no significaría que Alshuna tampoco es una diosa real?”

“Eso depende de su opinión personal sobre el asunto. Hay, por supuesto, poderes que pueden manifestarse por su propia voluntad. Espíritus y demonios de alto rango, por ejemplo. Al intervenir directamente con el mundo, terminan convirtiéndose en parte de él. Y a medida que el mundo madura y la fe en ellos se acumula, son exaltados al estado de divinidad. Probablemente sea el trato de Alshuna. Básicamente, esos seres no son omnipotentes, por lo que si  puedes o no llamarlos  dioses realmente depende de tu definición de dios”.

“Mrgh…”

Lefille claramente tenía sentimientos complejos sobre el tema de la diosa de Alshuna. Pero en términos generales, había dos tipos de divinidad: el vasto y omnipotente tipo atribuido a personas como el Dios judeocristiano, y el tipo específico basado en roles atribuido a los diversos dioses de los panteones orientales.

El mismo hecho de que Alshuna y el Dios Maligno estuvieran compitiendo por el control de un solo tablero de juego demostró que no eran del tipo omnipotente.

“Nos hemos desviado un poco aquí. En resumen, estos tipos formaron su propio dios, están convocando un poder incoloro del plano astral, proporcionándole un recipiente por sí mismos y haciendo lo que quieran con él sin informar a una autoridad supervisora”.

“Pero… un dios que inventaron, ¿eh?”

“Esa es la parte aterradora aquí. El tipo de dios que convoquen depende de ellos. No sabemos exactamente qué aparecerá. Incluso podría ser algo lo suficientemente poderoso como para destruir el mundo. Cuanto mayor sea la escala del hechizo de invocación y cuanto más maná se use como ofrenda, más cerca estará el resultado de lo que esperaban. No es nada para estornudar”.

“Suimei-dono, ¿será realmente tan fácil? Me parece que este tipo de cosas sería bastante difícil desde una perspectiva técnica”.

“¿Cómo exactamente… se hace?”

“El primer paso es encontrar personas con mucho maná y realmente inculcarles un poco de fe. Fe en la existencia del dios que están tratando de convocar, fíjate. Al hacer eso, incluso sin una gran cantidad de creyentes entusiastas, al menos podrán convocar algo. Es mucho trabajo y requiere mucho esfuerzo, pero se puede decir que estas personas están comprometidas en función del progreso que han logrado desde que se filtró la solicitud de cumplimiento”.

“¿Pero cómo ejercitan la fe…? ¡Oh!”

Felmenia juntó las manos en exclamación y Liliana dio voz a la respuesta que acababa de darse cuenta.


“Drogas… ¿verdad?”

“Correcto. Al poner a las personas que han reunido en un trance profundo, pueden acercarlas a un estado de fe pura. Luego, una vez que todo está en su lugar, todo lo que queda es el ritual”.

Ahora que finalmente habían cubierto todos los detalles técnicos de la solicitud de cumplimiento, Lefille tenía una pregunta muy diferente para Suimei.

Entiendo la situación, pero ¿por qué te negaste a contarle esto a Lady Mary?  Al  menos  podrías  haberlo  compartido  con  ella  poco  a  poco, ¿verdad?

Ciertamente tenía razón. Hydemary había entendido mal el silencio de Suimei como una falta de confianza, así que si le hubiera dicho algo, incluso algo pequeño, las cosas probablemente no habrían resultado de esta manera. Sin embargo, Suimei tenía una buena razón para mantener la boca cerrada.

“Lo manejé de esta manera porque… el objetivo es un homúnculo”.

“Ya veo. Como Lady Mary… ”

“¿Quieres decir que te preocupaba que Mary-dono simpatizara con el objetivo?”

“Oh no. De ninguna manera. Pero no importa cómo lo cortes, tener que derrotar a alguien tan similar a ti es un poco… Quería mantener las cosas bajo control hasta tener toda la información, pero eso terminó mordiéndome el trasero”.

“Al igual que… con Reiji.”

“En serio. En serio, ¿por qué siempre termina así cuando trato de ser considerado?”

Suimei dejó escapar un largo suspiro gruñón. Su plan había fracasado descaradamente en él, pero nadie podía culparlo por ello. De hecho, hubo momentos en que fue difícil decidir si hablar o no de algo, especialmente momentos como estos.

Ahora que había dicho su artículo y la conversación parecía terminar, Suimei se levantó de su asiento.

“Mi coche personal debería llegar pronto. Esperemos en la entrada”.

Al ver a las tres chicas asentir, los pensamientos de Suimei se dirigieron a Hydemary.

Tendré que abrirme adecuadamente y hablar con ella la próxima vez…

Con eso, Suimei se dirigió hacia la puerta.

***

 

 

Después de volar fuera del hotel, Hydemary se dirigió a cierta ciudad abandonada en cierto bosque remoto en Alemania. El cielo despejado se volvió nublado en el camino y ahora soplaba un viento siniestro. No parecía que los cielos se abrieran en cualquier momento, pero definitivamente había señales de lluvia por venir.

“Hacer un ritual aquí es realmente de mal gusto…”

Había un hedor agrio a moho en el aire. Las paredes derrumbadas de los edificios restantes apenas se mantenían juntas, y los vidrios rotos estaban esparcidos por todas partes como abrojos. Sin embargo, a pesar de su falta de encanto, este era casi el lugar perfecto para un ritual de invocación.

Salir a un lugar tan remoto significaba que había pocas consecuencias incluso si las cosas se complicaban y la tierra aquí era abundante.

Además, los lugares abandonados como este tenían un cierto misticismo, por leve que fuera, que se veía fortalecido aún más por las energías naturales de esta peculiar parte del mundo. En cuanto a la ubicación, fue la elección obvia; cualquier mago hubiera elegido aquí para su ritual.

Hydemary observó la ciudad fantasma desde la cubierta de un árbol. Parecía haber gente deambulando con miradas vidriosas en sus rostros. Con toda probabilidad, habían tomado, voluntariamente o no, las extrañas píldoras azules que la Asociación de las Mil Noches le había enviado a Suimei como muestra.

El objetivo de la solicitud de cumplimiento era intentar convocar y asimilar a un dios. Para hacer eso, probablemente estaban manipulando a cualquier persona que pudieran encontrar con maná, haciendo uso de sus ahora confusas conciencias para crear fe en el dios que iba a ser convocado. Sentido…

“Tiene que haber peces más grandes para freír por aquí”.


Detrás de todos los títeres vidriados estaban las personas que los manipulaban. Los cultos generalmente se construían alrededor de un líder que lavaba el cerebro a sus seguidores. Pero, en realidad, lo que podía hacer una sola persona tenía un límite.

Quienquiera que estuviera planeando y organizando el ritual probablemente tenía varios subordinados de confianza que eran más que simples títeres.

Y tal como sospechaba Hydemary, encontró a varios guardias lúcidos patrullando el  perímetro de la ciudad fantasma y supervisando a los miembros drogados. Todos eran magos, y su presencia aquí indicaba que al menos eran lo suficientemente fuertes como para participar en el ritual.

Enfrentarlos a todos a la vez sería difícil, pero nada decía que Hydemary tuviera que enfrentarlos en absoluto. Si pudiera pasarlos por alto y eliminar a su líder, todo esto terminaría.

“Y el grandullón está… allá”.

Su mirada se posó en un edificio con un campanario, exactamente el lugar que le vino a la mente sobre el tema de los dioses. Era el escenario ideal para tratar de invocar la divinidad y, de todas partes de la ciudad, tenía la mayor concentración de misticismo. Era la elección obvia para el ritual.

Hydemary pasó junto a los guardias que patrullaban y entró sigilosamente en el edificio. Su interior estaba decorado con pinturas antiguas y una estatua desmoronada de un santo en una cruz. Había una alfombra roja mohosa y gastada y una serie de espléndidos pilares ornamentales que recubren el santuario, con un pequeño confesionario de madera a un lado. Considerándolo todo, era una iglesia católica típica.

Hydemary echó un vistazo a los escalones del altar donde pensó que se llevaría a cabo el ritual de invocación, pero para su sorpresa, no había ningún círculo mágico.

“¿No está aquí…? Pero sus defensas deberían haber sido más gruesas aquí…”


Estaba segura de que este sería el lugar. Fue la única opción lógica. Cualquier mago lo habría elegido, pero no había ni una sola señal de que se hubieran realizado preparativos rituales en el altar.

¿Qué está pasando? Hydemary se había quedado atrapada en sus propias ideas preconcebidas, y justo cuando comenzaba a dudar de ellas…

“Hmm. Pensé que era hora de que viniera alguien, pero nunca pensé que sería un homúnculo”.

“!”

Hydemary rápidamente saltó hacia atrás como si la hubieran alejado al escuchar una voz desde lo alto. Cuando miró hacia el techo, vio a alguien sentado encima de una de las vigas: un hermoso chico rubio con una melena corta.

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