Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 9

Capitulo 3: A La Sociedad

Parte 5

En cuanto a Suimei, se quedó jadeando entre respiraciones irregulares sin haberse movido ni un centímetro. Pero una vez que el profesor se divirtió con Suimei, dirigió su atención a las otras dos chicas.

“Ya es hora  de las  presentaciones, creo.  Soy el propietario  de este laboratorio subterráneo. Todos aquí en la Sociedad me llaman ‘maestro’ o ‘profesor’ o así sucesivamente”.

“U-Un placer conocerte. Mi nombre es Felmenia”.

“Soy… Liliana. Encantada de conocerte.”

“…”

Incluso después de que Felmenia y Liliana se presentaran, Lefille se mantuvo en guardia.

“No hay necesidad de ser tan asustadiza de mí, señorita pelirroja. Como dijo Suimei-kun, eso fue solo una pequeña broma. Solo nos estábamos divirtiendo un poco”.

“¿De verdad…?”

“No, no le escuches, Lefi. Este monstruo hará que bajes la guardia e inmediatamente te hará arrepentirte”.

“¡Oooh, Suimei-kun! ¡Estás arruinando la diversión, querido muchacho!”

Suimei se puso a la defensiva frente a Lefille, y Hydemary asintió con admiración y aprobación.

“Eso es Suimei-kun para ti. Un consejo sólido de una víctima constante”.

“Si lo crees, ¿por qué no me salvas?”

“Nop. Imposible.”

La respuesta despiadada de su discípulo fue la misma que siempre fue en esta situación. Pero Suimei ya estaba acostumbrado a eso, y por lo tanto se volvió hacia el profesor una vez más.

“Entonces, profesor…”

“Oh, lo sé, querido muchacho. Estás absolutamente, positivamente, definitivamente aquí por el ojo de esta pequeña niña. Y oh yo, oh mi… lo has pasado tan mal, ¿no es así?”

Antes de que nadie se diera cuenta, la profesora estaba junto a Liliana acariciando su cabeza. Nadie lo había visto moverse. Ni siquiera la cautelosa Liliana se había dado cuenta a tiempo de reaccionar.

“¿Se nota…?” preguntó, mirando al profesor.

“Pues sí, cariño. La única razón por la que el pequeño Suimei-kun viene a verme es para saludarme o para pedirme algo… Y, por supuesto, cuando le hago pequeñas bromas”.

“Tengo que decir que suele ser lo último”.

“¡Pero por supuesto que lo es! En cualquier caso, su pequeño ojo es la única razón posible de su visita hoy.”

El profesor había identificado fácilmente el motivo de la visita de Suimei, pero en realidad esto no fue una sorpresa. La perspicacia de un mago experimentado era simplemente así de asombrosa.

“Bueno, ¿puede hacerlo, profesor?”

“¿Qué tonterías estás preguntando, Suimei-kun? ¡La palabra ‘imposible’ no está en mi diccionario! Y escucha esto, si actúas ahora, ¡lanzaré el poder para disparar rayos de maná desde tu ojo!”

“¡¿Qué?! ¡No! ¡Sin complementos! ¡Esto no es un concesionario!”

“No puedo hacer, muchacho. Mi política es poner el 110 por ciento en absoluta y positivamente todo. ¡Así que son rayos de ojos y taladros manuales! ¡Ooh, y patas de oruga! ¡Solo las mejores actualizaciones! Oh, pero es tan difícil descartar la idea de armas inspiradas en herramientas…”

Idea peligrosa tras idea peligrosa seguía volando de la boca del profesor. Ya no estaba claro que estuviera escuchando a alguien. Y una vez que todo esto comenzó a asentarse, Felmenia parecía bastante preocupada.

“Um, Suimei-dono… ¿Lily realmente estará bien?”

“Ella estará bien. Solo… Sí, no. Ella estará bien.”

“¿Qué significa eso?”

Liliana parecía más preocupada que nadie y realmente confundida. Suimei no pudo decir mucho más que eso. El profesor era de hecho superlativamente serio cuando se lo proponía, pero su comportamiento actual lo hacía increíblemente difícil de creer.

“Está bien, ¡hagamos esto en un santiamén! ¡No te preocupes! ¡Ni siquiera tomará una hora!”

“¿Qué tal un examen? Traje el diagnóstico que escribí”.

“Oh, eso. No hay necesidad de eso. Ya hice mi examen y podemos proceder de inmediato”.

El profesor dijo que había hecho su examen, pero Suimei no lo había notado hacer nada por el estilo. Su habilidad realmente estaba mucho más allá de la comprensión, o al menos más allá de la comprensión de alguien del nivel de Suimei.

“Liliana, ¿te hizo algo?”

“No… sentí nada”.

“¿Quién creen que soy, querido? ¡Mis anteojos, bata de laboratorio y corte de pelo no son solo para mostrar, sabes!”

“Ninguno de esos realmente tiene nada que ver con esto, ¿verdad? ¿No puedes al menos presumir de tu carrera y tus habilidades como mago?”

“¡De ninguna manera, de ninguna manera! ¡Eso es tan grosero! ¡Oh, Dios mío! Casi lo olvido. Quiero calificar tu examen, Suimei-kun, así que deja tu diagnóstico en algún lugar de esa mesa. ¿Okay?”

Suimei siguió las instrucciones del profesor y colocó las notas que había tomado mientras trataba a  Liliana encima de una pila de papeles y bolígrafos variados sobre la mesa. Era un desastre tal que roía el impulso de Suimei de ordenar, pero no podía negar que había algo así como un desastre organizado… Al final, se abstuvo de tocar nada.

“Está bien, de esta manera, señorita Gothy-Eyepatch & Twintails”.

“Por favor, no… digas cosas… como lo hizo Suimei… cuando nos conocimos”.

“Bueno, qué grosero de mi parte. Eso me pone al nivel de Suimei-kun. Qué horrible. Ninguna herramienta, solo entra en esa habitación de allí”.

“¿Que habitación…?”

El profesor señaló la pared, donde de repente se manifestó una puerta. Fue un fenómeno tan sospechoso que incluso Suimei se frotó la frente.

“No me digas que acabas de hacer esa habitación ahora mismo…”

“¡Bueno, por supuesto que sí!”

El profesor actuó como si eso fuera obvio, pero no podría haber sido más confuso. Su risa era demasiado sospechosa.

“Por favor, cuídela, profesor”.

Suimei se aseguró de enfatizar esa parte, pero de repente encontró a Hydemary mirándolo bastante seriamente.

“Vaya, qué cortés de tu parte. Una gran diferencia de cómo me tratas”.

“¿Qué?”

Había adoptado un tono abruptamente espinoso. Y cuando Suimei se volvió hacia ella, se acercó rápidamente.

“¿No es así? No me has entrenado en absoluto últimamente y ni siquiera me contarás sobre esa solicitud de cumplimiento”.

“Eso es… lamento que tu entrenamiento se haya estancado, pero la solicitud fue dirigida a mí, ¿sabes?”

“¿Entonces no puedes contarme sobre eso? ¿Aunque siempre me haces ayudar?”

“Están pasando muchas cosas, ¿de acuerdo? Hablaremos más tarde, así que espera hasta que las cosas se calmen”.

“¿De verdad? ¿Esto no es solo una excusa para excluirme de la escena?”

“Por qué iba a… ¿Qué te pasa?”

Suimei encontró su comportamiento más allá de extraño, pero no ofreció ninguna explicación. Ella simplemente se volvió enojada.

“¡Hmph!”

“Oye…”

Con eso, estaba claro que no tenía nada más que decirle a Suimei. Tomando esto como una señal de que podría ser hora de que intervengan, Felmenia y Lefille preocupadas se acercaron a Hydemary.

“Um, ¿Mary-dono?”

“¿Sucede algo?”

Sin embargo, por alguna razón, el que respondió a sus preguntas fue el profesor.

“No hay necesidad de preocuparse. Sólo una pelea de amantes, queridas.”

“¡No lo es! ¡No vayas a revolviendo mierda!”

Suimei le espetó al profesor mientras casualmente acompañaba a Liliana a la otra habitación. Realmente disfrutó burlarse de Suimei, y se rio durante todo el camino.

Pero, dejando de lado los desaires personales,  esto significaba que la operación de Liliana comenzaría en breve. Con eso, la maldición que había sufrido todo este tiempo finalmente se remediaría… y Suimei finalmente pudo dejar escapar un suspiro de alivio irreprimible.

***

El día después de visitar la sede de la Sociedad, Suimei y las chicas caminaban por una estación de tren en Frankfurt.

Con la cirugía de Liliana fuera del camino, Suimei había terminado su negocio en Alto Schloss y pasó la noche en una suite en cierto hotel en Frankfurt. Después de que sus visitantes de otro mundo lo vieran explicar los beneficios de dar propina al portero con ojos dudosos, lo siguiente en la agenda era salir a cumplir otro de los objetivos de Suimei en Alemania.

La cirugía de Liliana, un motivo de preocupación, por menor que sea, había sido un éxito rotundo y ya estaba lo suficientemente estable como para estar despierta y moviéndose.

Normalmente eso sería impensable el día después de una operación tan importante… Pero esa era solo una de las ventajas de ser tratado por un mago-cirujano tan talentoso. Básicamente fue una cirugía ambulatoria. Liliana parecía estar en perfecto estado de salud, sus pasos eran tan ligeros que nadie hubiera adivinado que se estaba recuperando.

Caminando junto a Suimei, Liliana levantó una mano para proteger su mirada del reflejo del sol que emanaba de los edificios circundantes. Tomando nota de esto, Suimei se volvió hacia ella con curiosidad.

“¿Cómo está tu ojo, Liliana?”

“Bien. No… siento ningún problema”.

Su tono era el mismo de siempre. Tanto mística como físicamente, parecía estar bien. Su cabello violeta se balanceaba detrás de ella de la misma manera que siempre lo hacía mientras se tambaleaba. Y todos los que pasaban junto a la niña con un vestido gótico de lolita miraban con gran interés su único ojo visible.

Así es; su único ojo visible. Liliana todavía llevaba su parche en el ojo. “Oye, ¿no puedes quitarte eso ahora?”

“El profesor dijo… no puedo…”

“¿Hmm?”

Suimei levantó una ceja interrogante, y Liliana simplemente respondió…

“Aparentemente… si me quito esto… perdería algo llamado mi ojo-den-tee- tee.”

“¿Tu identidad? Ese maldito monstruo de profesor… Tienes un ojo artificial adecuado ahí, ¿verdad? ”

El ojo artificial al que se refería Suimei funcionaba como un ojo perfectamente normal. Era imposible crear una prótesis tan superior con la tecnología médica moderna, pero a los magos y sus técnicas sobrenaturales les encantaban dar vida a lo supuestamente imposible.

“Sí”, respondió Liliana con un asentimiento. “El profesor… aparentemente… implantó uno. En realidad funciona bastante bien.”

Suimei se alegró de escuchar eso, pero la visión de Liliana no era lo único que le preocupaba.

“Oye, Liliana. No agregó ninguna función extraña, ¿verdad? ”

“Él lo hizo.”

“E-Ese maldito monstruo…”

Suimei había reiterado que el profesor específicamente no debía incluir ningún extra, pero aparentemente sus instrucciones no habían sido atendidas. Si el profesor le había hecho algo extraño a Liliana, era el deber de Suimei como su tutora protestar.

“Está bien. Aparentemente es algo que se llama… ojo místico”. Esas palabras captaron el interés de Felmenia.

“¡¿Qué tipo de habilidad tiene, Lily?!”

“Realiza la actualización a la vista… aparentemente”.

“Actualización en… Uhhh…”

Felmenia no podía envolver su cabeza con solo eso para continuar, y se quedó allí con una expresión inusualmente bloqueada.

“¿Actualización a la vista…? ¿Qué? ¿Cómo visión fantasmal?” Suimei murmuró antes de mirar a Hydemary, que era un tesoro de conocimiento.

“A juzgar por los matices, probablemente sea algo similar”, dijo encogiéndose de hombros.

“Suimei, sabes que los magos… en casa… realmente no pueden ver… seres espirituales… ¿verdad?”

“Sí, eso lo sé”.

El otro mundo tenía amenazas muy concretas para la humanidad en forma de monstruos y demonios, por lo que la idea de ver más existencias espirituales les era bastante ajena. Por eso eran tan ajenos y vulnerables a la magia oscura y la sombra de Astaroth.

Sin embargo, con la actualización correcta, podrían ver a esos seres por sí mismos… lo que significa que si uno se manifestara con fuerza en el mundo actual, teóricamente sería más fácil rechazarlo. Era una habilidad casi ideal para Liliana, quien era un objetivo fácil para tales existencias.

“¿Entonces ahora puedes observarlos? Seguro que pensó en esto…” murmuró Suimei.

“A pesar de que generalmente está por todos lados…” Murmuró Hydemary a su vez.

“Si. Si tan solo pudiera hacer algo al respecto”.

Suimei y Hydemary estuvieron de acuerdo en ese punto, pero en verdad, la excentricidad del profesor era probablemente imposible de corregir. Después de todo, había vivido de esta manera durante casi trescientos años.

Mientras Suimei ponderaba esos pensamientos, miró a Hydemary cuando la conversación llegó a un punto de calma. Ayer estaba de muy mal humor, pero hoy parecía haber vuelto a la normalidad. ¿Quizás simplemente se había irritado después de toda la conmoción en el vestíbulo?

“¿Qué?” Hydemary preguntó al notar que Suimei la miraba. “Nada”, respondió de inmediato.

“¿Oh?”

Suimei ignoró casualmente el hecho de que de hecho la había estado mirando, y avanzó por la acera que se alejaba de la estación. El grupo hizo lo mismo. Después de llegar lo suficientemente lejos para ver algunos puntos de referencia, Lefille echó un buen vistazo a su alrededor.

“Entonces, ¿hacia dónde nos dirigimos?” ella preguntó.

“El lugar habitual, ¿verdad?” Hydemary preguntó a su vez. “¿Habitual?” Preguntó Lefille, arqueando una ceja.

“Sí”, respondió Suimei. “Una tienda a la que vamos todo el tiempo. Vamos a comprar información”.

El objetivo de Suimei hoy era recopilar información. Necesitaba más información sobre la solicitud de cumplimiento que se le había confiado, y conocía exactamente al corredor de quien obtenerla.

La gran mayoría de las solicitudes de cumplimiento de la Asociación de las Mil Noches contenían la asignación básica y nada más. Se esperaba que el Ejecutor encargado del trabajo hiciera el resto del trabajo preliminar él mismo. Así de escasa de manos estaba la Asociación.

“Ahora que lo pienso… Parece que esta vez enviaron muchas más cartas de lo habitual”, reflexionó Hydemary.

“Sí, pero hoy vamos por el panorama más amplio”, respondió Suimei.

“Ir a un corredor de información para obtener más de lo que la Asociación podría proporcionar oficialmente parece dudoso”.

“Así de buena es la información de este tipo”.

Finalmente, el grupo llegó a un cierto callejón. Cuanto más se adentraban, más pesado se sentía el aire. Era como si la humedad hecha de oscuridad turbia estuviera a su alrededor. Si una persona normal deambulara de esta manera, seguramente sufriría náuseas y se iría. Así de repugnante se sentía.

Y tal vez porque el hedor húmedo había comenzado a invadir el camino del grupo, Lefille hizo una mueca.

“Ese es un olor bastante horrible…”

“Es… un tipo de droga… para estimular la excitación… ¿verdad?”

Liliana identificó el efecto del humo con solo olerlo. Probablemente había adquirido esta forma de conocimiento durante su mandato como espía en su mundo natal.

Era cierto que los clientes del café cannábico tendían a favorecer las cepas sativa, por lo que Liliana estaba sorprendentemente acertada. El escozor en la parte posterior de la nariz de Suimei cuando, sin saberlo, respiró un poco de humo, le dijo mucho.

“Por aquí.”

Suimei hizo señas a las chicas para que se adentraran en el callejón, y las visitantes de otro mundo lo siguieron con cautela.

Por el contrario, Hydemary se mostró bastante indiferente ante todo el asunto. Ya había acompañado a Suimei aquí varias veces, por lo que estaba bastante acostumbrada y caminaba como si esto no fuera más que un paseo casual.

Lefille, sin embargo, de repente bajó la voz mientras avanzaban por el callejón.

“Hay bastantes de ellos…”

“Oh, no necesitas preocuparte por ellos. Ninguno de ellos es tan tonto como para hacer nada”.

Las chicas estaban vigilando las sombras que acechaban en la oscuridad, pero Suimei les pidió que se relajaran. Después de llegar aún más abajo en el callejón, apareció a la vista un letrero de neón parpadeante como el que verías frente a un club nocturno. Simplemente decía “Coffeeshop”.

Esta forma de señal fue tomada del país vecino de Alemania, Holanda, donde el cannabis a menudo se vendía de esa manera. El control sobre él se había fortalecido allí, sin embargo, por lo que esos signos no eran tan prolíficos como  solían ser. Independientemente, era de conocimiento común en el resto de Europa lo que realmente significaban.

Sin embargo, el control sobre la droga era aún más estricto en Alemania, por lo que esta tienda, hipotéticamente, no debería haber existido en Frankfurt. La oscuridad de este callejón en particular, sin embargo, era más oscura que el tono de una noche sin luna.

Suimei lanzó una mirada de pasada a la marca roja oscura que indicaba que los forasteros no eran bienvenidos, y bajó las escaleras hacia una puerta de madera adornada con las palabras “Jazz und Cannabis”.

“Suimei-dono… no puedo soportar más…”

Abrumada, Felmenia de repente se pellizcó la nariz y se agachó hasta el suelo.

“¿No puedes soportar el olor?”

“Mis disculpas. No me siento bien”.

“Oh, bueno… Lo siento, Mary. Hazle compañía, ¿quieres?

“Está bien y todo… Pero será mejor que me cuentes lo que aprendas aquí más tarde”.

“Sí, sí. Lo sé.”

Allí, Hydemary se volvió y le dio una mano a Felmenia.

“Mis disculpas. Prepararé algún tipo de contramedidas para la próxima vez”.

“Sí, los magos son algo inseparables de las hierbas y los narcóticos, así que al menos necesitas desarrollar tolerancia al olor”.

La razón por la que Felmenia no pudo manejarlo probablemente fue por la vida que había vivido en su mundo natal. Ella era una dama noble y una élite del palacio real. Teniendo en cuenta eso y el sistema nativo de magia allí, probablemente nunca hubiera estado expuesta a tal droga. Quizás esa era parte de la razón por la que había sido víctima de la magia herbal de Sebastian tan fácilmente.

Suimei vio a Felmenia y Hydemary subir las escaleras, luego se recompuso y regresó a la entrada. Después de empujar la puerta ligeramente atascada, fue recibido por “Die Lorelei” de Friedrich Silcher. Por alguna razón, su elección de música aquí fue extrañamente clásica. La pieza tranquilizadora y somnolienta se sintió completamente fuera de lugar.

El interior de la tienda estaba iluminado con un brillo cálido, pero la piedra sombría del edificio hacía que todo pareciera gris. Había resina adherida a las grietas de los techos y paredes de piedra, lo que realmente resaltaba la antigüedad del edificio.

Había clientes aquí y allá, algunos de los cuales parecían haber fumado todo lo que podían y estaban embelesados con sonrisas espeluznantes, mientras que otros parecía que acababan de empezar mientras lanzaban nubes de humo desde sus sillones. Mientras tanto, el dueño de la tienda estaba limpiando silenciosamente vasos detrás de la barra con una línea de whiskies de marca.

“¿Oh? Bueno, si no es Starfall. ¿Sigues vivo?” uno de los clientes llamó a Suimei.

“Hola, jefe. Ahórranos una pelea hoy, ¿quieres?” llamó a otro.

“Sólo si se mantienen dóciles”.

Suimei respondió a los clientes en un tono irritado, ante lo cual todos se echaron a reír.

“¡Estaríamos buscando problemas si actuamos dóciles!”

“¡Hahahaha! ¡¿No es así?! ¡Hahahaha!”

Todos los clientes parecían estar bastante emocionados. Había quienes tenían rasgos atemorizantes, quienes estaban cubiertos de tatuajes, quienes estaban cubiertos de cicatrices y cosas peores. La supuesta cafetería no parecía más que una guarida de villanía, pero ni uno solo de sus clientes despreciaba a Suimei.

Pero eso solo tenía razón. La gente turbia que se reunía en tales guaridas veneraba a los eruditos de los misterios. Aquellos que incurrieron en la ira de un hábil mago y sin saberlo encontraron su destino al hacerlo fueron tan numerosos como las estrellas.

Si Suimei dejara que sus ojos llameantes se encendieran aquí, los clientes drogados se asustarían y estarían completamente sobrios.

Ignorando a los drogadictos por ahora, Suimei miró al dueño, quien a su vez miró a su lado. Esta fue una señal, conduciendo a Suimei al lugar habitual. Después de adentrarse más en la tienda, se topó con una pareja familiar: un hombre alto vestido con una bata y una niña con una chaqueta larga.

“Erk…”

“¡Eres tú, Starfall!”

En el momento en que Suimei entró en su campo de visión, la chica gritó como si acabara de encontrarse con un enemigo. Tenía el pelo castaño recogido en un peinado recogido.