Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 3

Capitulo 22: El Contraataque

Parte 1

 

 

“Pauline probablemente dirá algo como ‘Esto es algo que debo arreglar por mi cuenta’ pero ahora, es un problema de todas. Aunque no hayamos sido atacadas…”

“Somos aliadas, unidas al alma.”

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A instancias de Reina, Mavis y Mile intervinieron para completar su lema. “¡Así es, somos el ‘Pacto Carmesí’!”

La charla de tres determinó, como grupo, que estaban decididas a invadir la casa de Pauline. Incluso si Pauline se opusiera, las decisiones tomadas por la mayoría, no podían contradecirse.

Así comenzaron a interrogar a los bandidos. Mile usó su magia para curar a todos

—incluidos a los tres que se habían convertido en antorchas humanas— lo suficiente como para que pudieran hablar. Cuanto mayor sea el número de bandidos que puedan interrogar, mayor será la probabilidad de que uno de ellos traicione a los demás.

“Primero, ¿son realmente todos cazadores activos? ¿O podrían ser ex cazadores?”

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Mientras Reina los interrogaba, Mile que estaba a su lado, jugaba con una fireball y una waterball roja, que flotaban en cada una de sus manos. Ya que ella y Pauline habían ideado el hechizo ‘Ultra Hot’, era normal que supiera como usarlo.

Esta visión llenaba de escalofríos a los hombres que pensaban mucho.

Habían perdido sus armas y armaduras, estaban atados con fuerza y en unas pocas horas, un carruaje con otros cazadores vendría en ayuda de las chicas. Era poco probable que pudieran escapar de sus ataduras antes de eso. Además, incluso si lograran liberarse, tres de sus compañeros ya no podrían luchar. Dado que no podían luchar con todas sus fuerzas, no había forma de que pudieran ganar.

Al ver que no había ningún sentido en contraatacar, no tenían más opción que pensar en algo que redujera su eventual castigo.

A este ritmo, incluso si escaparan de la horca, el siguiente mejor escenario sería el trabajo forzado, trabajando el resto de sus vidas en las minas.

Por supuesto, ‘el resto de sus vidas’ podría no ser largo, dadas las duras condiciones y el arduo trabajo que enfrentarían día tras día.

Sin embargo, si se mantenían sin hacer nada estúpido, era posible que pudieran recibir una sentencia más corta, en una posición menos horrorosa, donde serían liberados después de varios años. Y si la suerte estaba de su lado, salir de esto con solo el castigo de ser eliminado de la lista del gremio no era imposible.

Si de alguna manera pudieran echar toda la culpa a sus empleadores, alegando que solo tomaron el trabajo sin saber mucho sobre las circunstancias y que habían sido engañados…

Siendo realistas, era poco probable que alguien cReyera una historia así, pero no podían darse el lujo de elegir: ahora no tenían más opciones por apostar por esta opción. Apostarían por esa esperanza distante y rezarían para poder apelar a la buena voluntad de sus captores, aunque sea un poco…

Los  delincuentes  que  habían  atacado  a  las  chicas  necesitaban  generar  buena voluntad entre esas mismas chicas.

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Era un experimento muy imprudente. Y así, comenzaron sus declaraciones.

“¡T-todavía tenemos nuestros certificados de cazadores! Todos somos rango C.…”

El interrogatorio continuó hasta que llegó el carruaje con escoltas y se descubrió que todos los hombres eran cazadores activos de rango C y aunque ya tuvieran cuarenta años, no habían ahorrado mucho. Ahora que sus cuerpos se debilitaban, estaban haciendo todo lo posible en el tiempo que tenían para ahorrar algunos fondos

— incluyendo tomar trabajos ilícitos, fuera del gremio.

Claro, tomar un trabajo fuera del gremio no era necesariamente ilícito. Simplemente significaba que, si algo salía mal, no podrían recibir la ayuda del gremio.

Lo que lo hizo ilícito fue lo que realmente estaban haciendo.

Era un trabajo que les pedía, entre otras cosas, ser asesinos, secuestradores y atacar a chicas jóvenes de una manera que no fueran aptas para el matrimonio. El objetivo principal de este trabajo —la solicitud de una familia para traer de vuelta a su hija— no era inherentemente ilegal. El problema era en como la solicitud mostraba el trabajo.

Iban atacar y dañar a las jóvenes, hiriéndolas al punto que ya no podrían trabajar. Y luego iban a capturar a otra chica y arrastrarla a casa por la fuerza, en contra de su voluntad.

Además, estas chicas eran ciudadanas de la capital, por lo que este era un ataque contra ciudadanos bajo el dominio directo de la Corona.

Según los hombres, su intención había sido ignorar los detalles de las instrucciones de sus empleadores siempre y cuando lograran su objetivo —habían planeado amenazar un poco a las otras chicas, tal vez infligir un poco de dolor al patearlas, pero sin hacerlas pasar nada particularmente horrible.

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Claro era muy dudoso si esto era cierto o no…

“¡Es cierto!” Suplicaban desesperadamente. “¡Es por eso que dijimos toda la verdad y no les ocultamos nada! Pensamos que si sabían que nuestro empleador era el padre de su amiga, podría llamar la atención del gremio o de los guardias de la ciudad y repudiar a la chica que les traía esta plaga… ¡Realmente, tomamos este trabajo por buenas intenciones! Si no lo hubiéramos hecho, algún delincuente podría haberlo tomado y las cosas habrían resultado muy mal…”

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Sin embargo, esa risa detestable y vulgar que el hombre había hecho antes. Si eso era actuar, entonces habría tenido mejor suerte de ganarse la vida en el escenario.

Los hombres pudieron confirmar, una vez más, el que había solicitado este trabajo era, de hecho, el padre de Pauline, el jefe de una empresa mercantil mediana conocida como Beckett Company, que se encontraba en las tierras controladas por el vizconde Boardman, a unos cuatro días de distancia de la capital.

Este hombre era conocido por hacer varias solicitudes de trabajos ilegales a través de callejones y no le importaba si la gente hacía un desastre haciéndolos. Mientras no los atraparan, les pagaba.

“¡Te lo ruego, dilo a uno de los superiores del gremio o a los guardias de la ciudad!

¡Las dejaríamos escapar con unos pocos golpes! Quiero decir, enserio, realmente ni les pusimos un dedo encima, chicas. Nada más hacíamos el trabajo, un trabajo de un padre que simplemente quería ver a su hija en casa –y esa no es una solicitud tan rara,

¿verdad? Todos somos cazadores aquí, ¿no? ¡Tienen que ayudarnos! ¡Pueda que algún día, cuando crezcan, podrían quedarse sin dinero y podrían tomar un trabajo fuera del gremio! ¡Venga, por favor, dennos una mano…!”

La respuesta de las tres fue fría.

“Si no me equivoco, no es que no nos hayan puesto un dedo encima —sino más bien no pudieron,” dijo Reina.

“Y también, hubo ese movimiento de apertura, donde ambos me atacaron a la vez.

Eso fue claramente un golpe mortal, ¿verdad?” Preguntó Mavis.

“No sabemos cuál es la verdad, por lo que no tenemos más remedio que defendernos. Por lo tanto, solo contaremos los hechos tal como los vimos. Siéntanse libre de presentar su propia defensa al gremio y a los guardias. No seremos nosotras las que decidiremos sus cargos o su sentencia,” concluyó Mile, tan clara como las otras dos.

“Es-eso…”

Los rostros de hombres entraron en desesperación.

“Si todo lo que nos ha dicho es cierto —y si, además, pueden probarlo, entonces probablemente tendrán una sentencia más suave. Qué bueno para ustedes, si logran salir tan fácil de esta…” dijo Mile.

Ella estaba sonriendo.

Naturalmente, ella estaba siendo sarcástica. Era raro para ella mostrar una verdadera ira de esta manera.

“Mm-hm. Me aseguraré honestamente de dar fe de la habilidad, velocidad y fuerza con las que ambos me lanzaron sus espadas simultáneamente. No se preocupen por eso.” Mavis estaba furiosa. Muy furiosa…

“Vale, entonces, hasta que Pauline regrese con el carruaje, ¿qué tal si tomamos un poco de té?” Dijo Reina.

Mile y Mavis asintieron.

Cuando Pauline regresó, con un carruaje y varios caballeros a caballo, era casi mediodía.

Considerando el tiempo que se había tomado en llegar al gremio, explicar lo sucedido y adquirir el carruaje con la gente necesaria, esto en realidad había sido muy rápido.

“¡Mavis, ¿Te encuentras bien?!”

El primero en salir del carruaje fue Ewan. “Tercer Hermano…”

Mavis mostró una sonrisa dolorida y preocupada y Ewan se apresuró a abrazarla.

Supongo que no puede negarlo…pensaron los demás.

“¡¿Así que ustedes son los desalmados que intentaron dañar a mi querida Mavis?!” Cuando este joven noble comenzó a cuestionarlos, los hombres se disculparon.

“¡N-no! Solo estábamos tratando de asustarla un poco…”

“¡¿Qué?! ¿Estabas amenazando a mi Mavis? ¡Te veré en la horca por esto!”

“¡¿Quéeeeeeeeeee?!”

Ah, por supuesto…

Justo como pensaron.

Todas las chicas asintieron con la respuesta completamente natural de Ewan.

Mile y los demás saludaron a los cazadores y a los empleados del gremio que bajaron del carruaje junto con Pauline y luego observaron cómo subieron a los criminales.

“Por cierto… ¿por qué no estabas en la posada esta mañana, tercer hermano?” Preguntó Mavis.

“Salí a pedirle a un mensajero que enviara la carta que le escribí a mi padre anoche. Cuando regresé a la posada, ya no estabas, así que corrí al gremio en pánico, pero… como no había nada que pudiera hacer, decidí quedarme en el gremio y esperar tu regreso. Entonces, de repente, escuché a ese demonio… una lacaya tuya muy útil diciéndole al personal del gremio que te habían atacado…”

Aunque se había detenido a mitad de la oración y rápidamente intentó disimular su insulto, su corrección fue igual de grosera. Además, solo estaba hablando con Mavis. Aparentemente no le importaba ni un comino sus compañeras.

“¿E-es eso así…?”

Por alguna razón, Mavis todavía estaba bajando su mirada, moviendo su cuerpo de un lado a otro. En verdad, estaba mortificada de haber dudado de su hermano, incluso si hubiera sido solo por un momento, estaba parada allí muriéndose de la vergüenza. Ewan, por supuesto, no sabía nada de las circunstancias y asumió: ¡Ah! ¡Está tan feliz de verme que se ha vuelto tímida! ¡Que linda!

“¡Mav— guh!”

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Ewan trató de abrazar a Mavis nuevamente, pero las otras tres chicas, ahora muy irritadas, lo agarraron por el cuello, estrangulándolo y en su lugar solo pudo soltar un grito de dolor.

Mientras caminaban junto al carruaje, que progresaba a un ritmo pausado, Pacto Carmesí discutía qué hacer ahora.

“Tenemos  que  ir  a  la  casa  de  Pauline,”  anunció  Reina,  con  una  Pauline desconcertada.

“¿Huh…?”

“¿Qué te sorprende? ¿No es obvio?”


“P-pero, este es un asunto que debo resolver por mi cuenta…”

“¡Lo dijo!” Mavis y Mile hablaron al unísono. La respuesta era la misma que habían predicho.

“¿Huh?”

Pauline aún parecía perpleja.

“En cualquier caso, tu padre fue quién contrato esos tipos…” “¿Huh? Pero, el presidente no es mi padre.”

“¿Qué?” preguntaron las tres.

“Lo dije cuando me presenté. Mi madre es la amante del jefe de la compañía Beckett, una empresa mediana. Solo su amante. Nunca dije una palabra acerca de que el presidente fuera mi padre.”

“¡¿¡¿Q-qué estás diciendo?!?!”

Una verdad impactante había salido a la luz. Y así Pauline comenzó su historia.

Los padres de Pauline administraban una tienda.

Su familia era de cuatro personas: un par de padres amorosos; Pauline y su hermanito, de cuatro años. La tienda tenía un tamaño moderado.

Debajo del empleado principal, había varios empleados regulares a tiempo completo, así como una buena cantidad de interinos, conductores y vendedores de puerta en puerta en la lista. Su padre era amoroso con su esposa e hijos, pero cuando se trataba de su negocio, era severo y firme.

Nunca mostró avaricia en sus transacciones. Quizás porque estas cualidades eran tan valiosas en un comerciante, el negocio prosperó. Hasta una fatídica noche…

En la noche en cuestión, la tienda fue saqueada por ladrones.

Los ladrones ataron a la familia de Pauline y a sus empleados nocturnos, robaron el contenido de la caja fuerte y asesinaron al padre de Pauline.

Luego, mientras la madre de Pauline estaba aturdida por el dolor, los ladrones empujaron un solo trozo de papel en su dirección: una ‘Transferencia de propiedad de la tienda’.

Este acto, en nombre de su esposo, entregaría todos los activos de la tienda al secretario jefe.

Todos pensaron que no había forma de que esto pudiera funcionar. Sin embargo, los funcionarios consideraron que el documento era válido y el empleado se lo llevó todo.

Todos los empleados con mucho tiempo que protestaron fueron despedidos y se contrató a varias personas que eran de agrado del empleado para llenar los puestos vacíos.

Y luego, el empleado le dijo a la madre de Pauline: ‘Conviértete en mi amante, si no quieres ver a tus hijos perdidos en algún lugar fuera del camino’.

Y así fue como su madre asintió.

Cuando Pauline regañó a su madre por aceptar la propuesta del empleado, su madre solo había dicho: “Mi deber como esposa de tu padre ha terminado. Ahora, como madre, mi deber es criar a sus hijos. Una vez que ustedes dos hayan crecido, entonces…”

Una sonrisa cruel se extendió por el rostro de su madre. “Cumpliré mi deber final como esposa de tu padre…”

El hermano de Pauline solo tenía ocho años en ese momento. Para una madre soltera sin un cinco a su nombre, ganarse la vida para dos niños pequeños y criar a ambos correctamente, sería una terrible experiencia. Además, si ella rechazaba la propuesta del empleado, había una posibilidad de que su hija e hijo pudieran sufrir algún daño.

Y así, ella eligió el camino de la venganza.

Fue después de esto que Pauline comenzó a dedicarse a practicar magia y estudiar.

Ella no tenía dudas que, cuando se volviera adulta, el empleado —no, el hombre que se volvió por ahora presidente de la compañía Beckett— probablemente la vendería como soborno a algún comerciante noble o rico en alguna parte.

Ella tendría que escapar entes de eso y acumular su propio dinero y poder para lanzar un contraataque. Por lo menos, si pudiera casarse con alguien con tanta influencia como sea posible, podría influir en su nuevo esposo para que lanzara una adquisición de la compañía Beckett en su nombre.

Para hacer eso, tenía que convertirse en la mercancía más valiosa posible.

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Afortunadamente, tenía algo de talento como usuaria mágica. Ella cultivaría ese talento. Ella también necesitaría aprender sobre el comercio. Y necesitaría un corazón tan frío como el hielo.

De esta manera, la niña sumisa y agradable que había vivido una vida despreocupada y feliz, rodeada del amor de su familia, desapareció. En el exterior, ella parecía igual, pero dentro de ella nació una bestia. Un ‘lobo con piel de cordero’, podrían decir algunos…

Pauline tenía doce años en ese momento. “……”

Las otras tres estaban sin palabras.


En ese silencio, Ewan, que también había estado escuchando, habló. “La maldad del hombre dio a luz al demonio de la venganza…”

¿Estaba hablando de la madre de Pauline? ¿O sobre la propia Pauline…? “Es hora de lanzar nuestro contraataque,” dijo Reina.

Mile y Mavis asintieron en silencio.

***

 

 

Cuando el carruaje y sus escoltas llegaron a la capital, se dirigieron al gremio de cazadores. Al llegar, fueron recibidos por el maestro del gremio, el resto del personal del gremio, la mayoría de los otros cazadores y los guardias de la ciudad de la capital.

Parecía que todos habían escuchado la noticia, vinieron corriendo en el momento en que la procesión cruzó las puertas.

“Ustedes chicas lo han hecho bien. ¿Alguna está herida?”

Después de atender a Pacto Carmesí, el maestro del gremio se dirigió a sus posibles atacantes, que fueron sacados del carruaje. “Escuché que ustedes son cazadores activos de rango C. ¿Es eso cierto?”

Después de confirmar brevemente las circunstancias del incidente, uno de los jinetes se había adelantado como mensajero e informó al maestro del gremio de al menos eso.

Una vez que los hombres confirmaron esta información, el maestro del gremio dijo con frialdad: “Aunque puedan ser cazadores, sus actos criminales se llevaron a cabo fuera de los auspicios del gremio. Por lo tanto, no recibirán ningún apoyo o respaldo del gremio en este caso. Además, lanzaron un ataque contra cazadores afiliados al gremio y por ende, al mismo gremio. Por lo tanto, se les expulsará permanentemente y se le entregará a la guardia de la ciudad por el cargo de intento de asesinato. ¿Alguna pregunta?”

“¡E-espera! ¡Es cierto que aceptamos una solicitud ilícita —no hay duda de eso! Y, por supuesto, es justo que nos expulses. ¡Pero no las íbamos a matar! Simplemente las estábamos amenazando. ¡Venga, todas díganle que es cierto!”

Ellos suplicaban desesperadamente al Pacto Carmesí, pero las chicas solo se encogieron de hombros.

“Se lo pueden decir a los guardias. Una vez que los entreguemos, el gremio no tiene nada que ver en este asunto. En resumen, pusieron las manos sobre jóvenes que son ciudadanos de la capital real, una región que está directamente bajo el gobierno de Su Majestad,  el  Rey.  Estoy  seguro  de  que  hay  un  estricto  interrogatorio  y  castigo esperándoles. Ahora bien, les entregando a estos criminales. ¡Por favor, llévenselos!”

Los guardias asintieron en señal de reconocimiento y pusieron en pie a los hombres postrados.

Por supuesto, esperarían un testimonio de Mile y las demás, pero eso vendría después de su investigación preliminar, como un medio para verificar si las declaraciones de los hombres eran verdaderas o no —probablemente al día siguiente o al día después.

“Vale, Vengan todas ustedes a mi oficina”

Y así, una vez más, Pacto Carmesí recibió una invitación al despacho del maestro del gremio.

Al entrar en la habitación, se les indicó que se sentaran, se les sirvieron té caliente de inmediato.

“Ya he escuchado la esencia de la situación de esta joven señorita. Ahora, todas ustedes no estarán pensando en hacer nada extraño, ¿verdad?”

“¿Extraño? ¡¿Por qué? ¡No, para nada! ¡Nunca pensaríamos algo así!”

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Mientras las otras tres desviaban la mirada, Mile miró al maestro del gremio directamente a los ojos y agregó, “¡Solo un pequeño contraataque, venganza, derrocamiento y aniquilación! ¡Eso es todo! ¡Nada extraño en absoluto!”

“……”

El maestro del gremio retrocedió ante esta declaración.

“El gremio está listo para asistir ante el actual asunto. Un mercante del área ha atacado a una rama del gremio de cazadores de la capital — posiblemente no podamos quedarnos callados ante eso. Necesitamos enseñarles lo que significa meterse con nuestra gente.”

De hecho, si alguien peleaba con alguien asociado con el gremio, era lo mismo que pelear contra el gremio. Si el gremio se dejaba engañar incluso una vez, no había vuelta atrás. Este incidente no era algo que pudieran pasar por alto.

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