Spy Kyoushitsu (NL)

Volumen 3

Capitulo 5: Maldad y Conflicto

Parte 3

Tia estaba perdida por este súbito estado de emergencia, cuando Matilda abrió cuidadosamente su boca.

“Um… Probablemente están interfiriendo con la comunicación que los soldados del ejército han establecido…”

“¿Puedes arreglar eso?”

“Si me dan cinco minutos, sí”.

Matilda le robó unas herramientas a Annett con un “dame eso un segundo”, y trabajó en las máquinas de radio. Después de observarlo cuidadosamente por un momento, ella comenzó a jugar con el cableado.

“¡Veré esto con gran interés!” Annett murmuró a su lado, alegremente viendo esto.

“…………Mm”. Elna murmuró en voz baja. Tia sintió la ansiedad de Elna.

—Matilda es una espía del Imperio.

Puede que sea una excelente ingeniera, ya que tiene un gran conocimiento de maquinaria. Ella era una existencia que Tia y las demás tratan de ayudar a escapar.

“…………” Por supuesto, no es que Tia no pensara en nada.

Entonces, un soldado del ejército entró en el almacén, con un poco más de grasa en las costillas de lo que normalmente se vería.

“““¡…!”““

Elna, Annett y Matilda tomaron una posición cautelosa.

“Tranquilas, es un aliado mío”. Tia las tranquilizó.

Al mediodía, Tia logró convencer a un soldado. Lo vio almorzar solo, así que fue y lo sedujo, convirtiéndolo en un aliado.

“No nos asustes así”. Elna suspiró.

“Lo siento, no estaba segura de si podía unirse sin problemas a nosotras o no”.

Eso era una mentira. Tia realmente mantuvo esto en secreto. Aceptó la información sobre la situación actual del hombre, y le dio órdenes para crear un poco de caos. Una vez que terminaron de hablar, Tia le susurró un seductor “Te daré tu recompensa en otro momento, ¿entendido?”, a lo que el hombre se sonrojó intensamente al salir del almacén. Tia miró rápidamente a Matilda, que ya había reiniciado su trabajo en las máquinas de radio.

“………………”

Parece que era necesario tener una última charla con ella.

“…Uf, está hecho”.

Poco después, Matilda terminó su trabajo en un abrir y cerrar de ojos.

“Bien, entonces vamos”. Tia asintió.

Las chicas salieron del almacén, corriendo a toda velocidad, y llegaron al muelle. Los contenedores seguían dando vueltas por todas partes, así como las cajas y los barriles de madera, así que no necesitaban ningún lugar donde esconderse. En cuanto a los pocos soldados del ejército que todavía estaban por aquí, los soldados bajo el mando de Tia dieron información falsa para ubicar a los otros soldados en otro lugar.

Los reflectores también fueron desviados, probablemente gracias al trabajo de Monika. En esta oscuridad, las chicas, entrenadas como espías, no tenían problemas para moverse. El contenedor que estaban buscando debería estar por aquí en algún lugar. Tia dio órdenes a Annett y Elna de separarse y buscarlo.

“Eh, Matilda-san”. Pero, Tia nunca se apartó de Matilda. Ella la llamó cuando sus compañeras se estaban alejando. “… ¿Podríamos hablar un momento?”

“Tia-san, deberíamos estar buscando el contenedor ahora”.

“Es sólo un momento”.

“Las otras podrían estar en peligro si no lo encontramos pronto”.

Matilda insistió en la búsqueda del contenedor, no se echó atrás.

Si Tia pudiera intercambiar una mirada con ella por lo menos tres segundos, sería capaz de leer el deseo en su corazón. Pero, la otra persona estaba constantemente moviendo la mirada por los alrededores, sin darle tal oportunidad.

“Matilda-san, esto es algo muy importante”. Sin embargo, Tia no se detuvo y la agarró del brazo. “Dime—¿Ibas a matar a ese soldado?”

“………………” Matilda no dijo nada. Parecía que Tia tocaba un mal tema.

“Sentí tu intención de matar. Tenías ese destornillador listo para cortarle la garganta, ¿verdad? Y parecía que estabas acostumbrada a esas cosas”.

“…………”

La razón por la que Tia había llamado a los soldados del ejército—fue para comprobar la reacción de Matilda.

“¿Qué es lo que sucede? ¿No dijiste que nunca habías matado a una persona?”

“……………”

“Respóndeme. Si decides seguir callando, te dejaré en este puerto”.

“Uhm~” Matilda estrechó la mano de Tia.

A diferencia de lo habitual, esa acción fue dura, y casi indiferente. Además, se puso las dos manos en la boca, como para ocultar una sonrisa. Fue un gesto que nunca antes había mostrado.

“… ¿Realmente estás dudando de mí a estas alturas del partido?”

“¡—!”

Era una voz despiadada que se aferraba a tus oídos. De la distancia entre sus dedos, se escapó una risa contenida.

“Ya es muy tarde~ Ahora dudas de mí. ¿Cuán densa puedes ser?”

“… ¿Así que nos estabas engañando?”

“En efecto. Planeaba usar a mi hija para llegar a casa sana y salva, pero las demás eran más útiles de lo que pensaba, así que decidí que también podría usar eso. Y, realmente me salvaste, creíste mi mentira tan fácilmente”.

“¡Tú!” Tia le apuntó con su arma.

Esa persona estaba mostrando una cara que había estado oculta todo este tiempo. No podía pasar eso por alto.

“No puedo dejarte escapar. Te dispararé en este momento”. Sin embargo, la otra persona no parecía asustada. “—¿Entonces por qué no me disparas?”

Tia puso su dedo en el gatillo.

“…Te dispararé”.

“¿Pues adelante? Pero, ¿cómo vas a explicarle esto a mi hija?” Señaló en dirección a Annett. “Planeaste salvar a su madre, pero la situación cambió y ahora la mataste… ¿Eso es todo? ¿Después de darle esperanzas? Qué cruel. Aunque no tienes nada que sea lo suficientemente convincente”.

“Tú…”

“No puedes, ¿verdad? No tienes pruebas. Porque mi actuación fue demasiado perfecta”.

“¡…!”

“Tia-san, eres una inútil. Ingenua y fácil de manipular. Nunca había conocido a alguien de tan buena voluntad y simple como tú”. Después de hablar un momento, Matilda sonrió. “Ya es muy tarde. Perdiste al traerme aquí”.

Tia se mordió el labio. Tratando de reprimir su enojo con Matilda, estaba luchando por encontrar una solución a esto. ¿Debería dispararle o no? Después de ser provocada por tanto tiempo, ¿podría realmente quedarse callada? Debe ser eliminada. Cuando Tia puso más fuerza en su dedo—

“Pero, por supuesto, eso fue sólo una broma…”

—Matilda se quitó las manos de la boca. Lo que mostró fue la sonrisa de una santa.

“Te estoy agradecida, Tia-san, amo a mi hija incluso ahora. Cuando regrese a mi país, definitivamente me retiraré de ser espía. Me tomó por sorpresa antes. Lo que estoy diciendo ahora es la verdad. Sólo quise burlarme un poco de ti como un Senpai en cierto sentido”.

“……”

Como si su actitud hubiera sido una mentira, Matilda inclinó un poco la cabeza. Su sonrisa parecía a la de una Onee-san, a quien le gustaba hacerle broma a los demás. Verla así, hizo sentir a Tia como si lo que vio antes fue una ilusión.

“No te tomarías en serio mi broma sólo para matarme, ¿verdad?”

“¡………!”

“¿Aunque una de tus compañeras me llame ‘Madre’?”

“¡———!”

Tia fue golpeada por una fuerte emoción; Desesperación. Tal como Matilda dijo, Tia no tenía ninguna prueba que rectificara el haberle disparado. ¿Podría ella realmente matarla sólo porque sintió alguna intención de matar que venía de ella hacia ese soldado? ¿Podría usar esta explicación para satisfacer a Annett de alguna manera? No, Tia ya había perdido.

Aunque ella no pueda entender la verdadera personalidad de Matilda, Tia se vio obligada a salvarla de cualquier manera.

Las puntas de los dedos de Tia temblaban, y no podía ponerles fuerza. No pudo matarla. No podía apretar el gatillo. Allí, Tia escuchó una voz que venía de la radio.

<¡Encontré el contenedor!> Era Annett. Matilda sonrió. “Vamos, Tia-san”.

“………Sí”. Tia suspiró sin fuerza, bajando el arma.

Tia no tuvo el tiempo ni medios para averiguar si lo que Matilda dijo era realmente verdad. Incluso trató de mantener el contacto visual por tres segundos, pero ella desvió rápidamente la mirada. Todo lo que Tia podía hacer era moverse junto con Matilda.

El contenedor que Annett había visto estaba ubicado fuera del muelle. El color azul hacía aún más difícil ver en la oscuridad, pero definitivamente decía [3-896]. Annett ya había abierto la cerradura, y abrió el contenedor. El interior estaba lleno de harina de trigo, metido en un gran número de bolsas, así que una mujer como Matilda encajaba fácilmente.

“Esto significa que tendremos que separarnos. A todas ustedes, muchas gracias”. Matilda se dio la vuelta hacia las demás después de haber entrado.

Por supuesto, mostró su habitual sonrisa. ¿Fue por el alivio, o porque sabía que había ganado?

“…Annett”. La voz de Tia estaba llena de amargura. “Tienes treinta segundos”.

“¿La gran Annett?”

“Despídete Y hazlo lo más amablemente posible”.

Esa fue la última oposición posible en la que Tia pudo pensar. Atraer a Matilda con los sentimientos de su hija. Tenía que asegurarse de que Matilda al menos no rompiera su promesa. Por un segundo, Annett estaba confundida. Aparentemente, no entendió lo que Tia estaba insinuando. Al mismo tiempo, Matilda sólo miraba a su hija.

“……………”

“……………”

Los primeros diez segundos pasaron en completo silencio. Al igual que en el restaurante de antes. Justo cuando Tia entró en pánico, Annett finalmente abrió la boca.

“Casi lo olvido”. Aplaudió con las manos juntas. “Necesito devolverle la caja de herramientas”. Annett tomó la caja de herramientas que estaba a sus pies, y quiso entregársela a Matilda.

“………”

Matilda no pudo aceptar la caja de herramientas. Ella sólo la miró fijamente.

“——” Llamó a Annett por su nombre. “¿No quieres venir conmigo?”

“No quiero”. Annett respondió de inmediato. “Quiero quedarme con las demás”.

“Ya veo…” Matilda asintió. “Entonces, puedes quedarte con esta caja de herramientas”.

“¿Estás segura?” Los ojos de Annett se iluminaron.

Después de eso, levantó su falda, puso su mano dentro, y sacó otra caja de herramientas.

“¡Entonces, te daré mi propia caja de herramientas! ¡Será un intercambio!”

Los ojos de Matilda se abrieron mucho. La caja de herramientas que Annett sostenía en su mano era la misma que pertenecía a Matilda.

“Una copia perfecta… ya veo, así que hiciste esto”. Matilda murmuró.

Al mismo tiempo, Tia recordó. Cuando estaban tratando de recuperar la caja de herramientas de Matilda de esos ladrones, Annett había creado una copia. Después de eso, ella había usado esto como su propia caja de herramientas.

“¡Ahora tenemos una memoria compartida!” Annett sonrió.

Con una mezcla de expresiones complicadas, Matilda aceptó la caja de herramientas de su hija.

“…Adiós”. “¡Adiós!”

Esa fue su última despedida. Con una sonrisa inocente, Annett cerró el contenedor.

“…………” Tia sólo podía ver esto en silencio.

“Aneki”. Annett tomó la mano de Tia. “Gracias, por concederme mi deseo”. Sonrió, mostrando sus blancos dientes.

Tia le apretó las manos en respuesta.

…Así es. Pensarlo mucho no ayudará. Después de todo, mi principal objetivo era proteger esta sonrisa.

De cualquier manera, lo que se había hecho no puede ser rebobinado. Incluso si se arrepintiera de sus decisiones, nada cambiaría. Todo lo que podía hacer era poner fe en la inocente sonrisa que tenía delante de ella.

La primera batalla, entre las chicas seleccionadas de [Tomoshibi], y las tropas del ejército comandadas por el Capitán Werther Bart, llegó a su fin. Los soldados quedaron en caos, y Matilda había escapado.

—El equipo seleccionado de [Tomoshibi] había ganado esta batalla.

***

Dentro del hotel en desarrollo, otra batalla estaba a punto de terminar. De inicio a fin, el abrumador fue siempre Klaus. Como resultado de eso,

el enemigo Shirogumo había perdido su máscara, y su verdadero rostro fue revelado. Resultó que él fue el francotirador que había matado al maestro de Klaus, Guido.

Este sujeto es un miembro de [Hebi]…

Klaus una vez más preparó su cuchillo. Por pura coincidencia, él fue tomado por sorpresa, pero no había mejor oportunidad que esta. Si él lo capturaba, descubriría la razón de la traición de Guido y recibiría información sobre la existencia de [Hebi]. Inclinándose hacia adelante, entró en el territorio del hombre.

“¡Repito! ¡No te motives más para matarme!” Shirogumo dejó salir un chillido, retrocediendo desesperadamente.

Mostrando esa actitud, a Klaus le costaba creer que pudiera estar cerca de un espía de primera clase. Pero, ese debe ser el estilo de ese hombre. Podía ver directamente la diferencia de fuerza que había entre los dos. En todo caso, este hombre era más admirable como enemigo que [Shikabane], quien se llamaba a sí mismo el rival de Klaus y esas cosas.

“Eres más fuerte que yo, ¿por qué tienes tanta prisa?” Shirogumo se limpió el sudor de su cara. “Entiendo que vas en serio. No tengo forma de ganar. Estoy a punto de mojar mis pantalones”.

Seguramente él no empezaría a suplicar por su vida. Klaus decidió retenerlo rápidamente antes de que pudiera oponer más resistencia.

“No te acerques más, monstruo”. Shirogumo levantó el rifle de francotirador que había llevado todo este tiempo. “Si te acercas un paso más, haré que este chico malo dispare”. Él apuntó con el hocico, no a Klaus, sino a una esquina de la ciudad.

Klaus resopló.

“Eso ni siquiera es una amenaza que valga la pena. Incluso si disparas esta arma en la oscuridad, no le darás a nadie”.

Shirogumo cargó el rifle de francotirador con una mano y extendió el brazo a un lado. La distancia al puerto era de alrededor de un kilómetro. Sin usar una mira, sería difícil darle a algo. Además, disparando con una sola mano se arruinaría la trayectoria por el culatazo.

“Bueno, nunca lo intenté, pero…” Shirogumo mostró una sonrisa. “—

Debería ser capaz de darle a alguien”.

“………”

Su voz tenía un tono ominoso. No era un engaño. Como mucho, probablemente tenía un campo7 que era muy superior al de Klaus.

“No me culpes por esto. Desde mi punto de vista, pareces un tramposo más que nada”. Shirogumo continuó sin bajar su arma. “Ambos somos desafortunados, lo sabes. En cuanto a ti, este lugar no podría ser peor”.

“………”

“Sé de tu debilidad. No permitirás que muera ni un solo ciudadano, ¿verdad? Quieres proteger a todos como lo hizo [Homura], ¿verdad?”

“……”

Klaus no se movió. Mientras tenía a la persona que más aborrecía frente a él, lleno de emoción y rabia al mismo tiempo, incluso siendo recibido con desprecio y desdén, Klaus no podía moverse. Su habilidad como el más fuerte del mundo había sido perfectamente bloqueada.

“Lo siento, pero sé de cada información que se ha filtrado. Tu maestro que te traicionó nos contó todo. Tu apariencia física, tus aspiraciones, tus debilidades, tu habilidad, junto con una foto tuya. No importa cuán asombroso seas, aunque seas el más fuerte del mundo, puedes derrotar a un espía con suficiente información”.

Lo que estaba delante de Klaus era una ventaja abrumadora de información. A través de la traición de Guido, el Imperio se enteró de casi todo lo relacionado con Klaus. Viendo la reacción de Klaus, Shirogumo mostró una sonrisa.

“Puse una bomba dentro de ese hotel, debajo del sofá. En cinco minutos, explotará”.

“¿Algún truco?”

“¿Quién sabe?”

Klaus no pudo acabar con la estrategia de Shirogumo. Debió estar preparado de antemano, y creó posibilidades para escapar del peor de los casos, es decir, encontrarse con Klaus. Es por eso que estaba manejando esta situación muy bien. Al mismo tiempo, Klaus no sabía casi nada sobre Shirogumo.

“Hagamos un trato. Realmente no quiero morir aquí”.

“…Sí, te dejaré ir por hoy”.

Klaus sólo podía aprobar la idea de Shirogumo. No tenía margen alguno para elegir. Si va más allá de esto, el ejército lo culpará, y no podrá desarmar la bomba.

“Una pregunta”. Klaus metió el cuchillo en el bolsillo de su pecho.

“…¿Por qué mi Maestro nos traicionó?”

“Si te lo digo, ¿te unirás a nosotros también?”

Klaus sacudió la cabeza. Regatear no funcionará con él.

“Lo supuse” Shirogumo murmuró. “Entonces, déjame preguntarte una cosa. Les hablarás a tus superiores sobre mí, ¿verdad?”

“He recordado tu rostro. No soy el mejor, pero puedo hacer un dibujo, para que no puedas entrar en este país”.

“¿Qué? ¿Voy a tener mi propio cartel de Se Busca? Dime, ¿Qué nombre voy a tener?”

“¿Nombre?”

“Eso es importante al estar en una lista de buscados, ¿verdad?”

¿Por qué insistió en eso? Por supuesto, cada país tiene sus nombres individuales para los espías. Mientras que [Tansui] era el nombre del asesino dentro del Imperio, la República de Deen, y su Oficina de Asuntos Exteriores, conocía a la persona como [Shikabane]. Lo más probable es que el hombre que estaba delante de él recibiera un  trato similar.

Entonces, Klaus tomó toda la información que tenía, y creó un nombre para él.

“Hombre Hongo”.

“Por favor pon [Shirogumo]. No puedo soportar saber que alguien hable así de mí”.

Ese debe ser su verdadero nombre clave. Puede que lo cambie de inmediato, pero Klaus lo metió en sus recuerdos.

“Shirogumo, arreglaremos esto la próxima vez que nos veamos”.

“¡La verdad es que no quiero volver a verte nunca más!” Shirogumo gritó. “La próxima vez, enviaremos a alguien más adecuado para ti. Porque sabemos cómo tratar contigo”. Shirogumo levantó las comisuras de su boca, pasando su mano por su cabello en forma de hongo. “De cualquier manera, todo ha terminado. No eres el único de quien tu maestro filtró información. Hay otras personas hábiles en la República, aspirantes a espías. ¿Entiendes lo que intento decir? No importa quién venga, podemos hacernos cargo de ti. Nadie está a salvo. En el momento en que tu maestro te traicionó, este país perdió toda esperanza”. Shirogumo habló confiado.

Su expresión estaba llena de tranquilidad y compostura. Sin embargo, Klaus estaba seguro de algo.

“…Me siento aliviado”.

“¿Eh?” Una voz confusa vino de Shirogumo.

“Parece que [Hebi] no es una amenaza tan grande después de todo”.

Había evaluado demasiado al enemigo. Al darse cuenta de esto, Klaus bajó el tono.

“¿Crees que tienes la ventaja por una victoria temporal? ¿Todas las demás personas de [Hebi] son de tu nivel? Si es así, entonces estoy decepcionado”. Klaus declaró con orgullo. “Tengo siete cartas de triunfo a mi disposición”.

Él hablaba de siete—no, ocho chicas de las que el Imperio no tenía información. Y, una vez más, estaba seguro de que estas ocho chicas serían los ases en la manga contra [Hebi].

Intercambió una última mirada con Shirogumo. La cara del hombre estaba llena de tantas emociones. Enojo, conmoción e incluso supremacía. Lo más probable es que su próximo encuentro no está tan lejos en el futuro. Eso es lo que Klaus sintió. Y, para Shirogumo, parece que fue el mismo caso.

La segunda batalla—librada dentro del edificio de varios pisos, finalmente llegó a su fin.

Shirogumo se las arregló para escapar, pero tenía su verdadera cara expuesta. Al mismo tiempo, Klaus logró comprender nueva información sobre [Hebi], pero tuvo que dejar escapar a Shirogumo. Con ambas partes obteniendo nueva información—

Un empate.

***

Y la tercera batalla, que ocurrió sin el conocimiento de nadie—también llegó a su fin, sin que nadie lo supiera.