Spy Kyoushitsu (NL)

Volumen 3

Capitulo 4: Ruptura

Parte 3

Recordando el pasado, Tia estaba sonriendo.

Pensándolo bien, ella no sólo era amable, sino también bastante estricta…

Incluso después de que Tia madurara de esta manera, todavía encontraba problemas para entender mucho sobre la mujer. Aunque hablaba mucho sobre pelear, sobre su amor por los demás, ella seguía matando. En la base de su existencia estaba el deseo de salvar a más y más gente. ¿Cómo se enfrentaba a esta contradicción?

Cada vez que Tia pensaba en esa mujer, se llenaba de un sentimiento de anhelo. Debido a sus ideales, había cargado con una inmensa responsabilidad, y recorrió el camino que ella tenía que recorrer. Con sólo amabilidad y palabrería insustancial, no serás capaz de cambiar el mundo. Se trata de tu propio trabajo.

“Tia-aniki.”

Annett se paró frente a Tia, interrumpiendo sus pensamientos. Por lo visto, su conversación con Matilda había terminado. A lo lejos, Tia vio a Matilda agitando su mano, señalando que el tiempo de madre e hija había terminado.

“Esta es una recompensa de la gran Annett”. Annett metió algo en la boca de Tia.

Era un danés de chocolate. La panadería parecía tener también comida para llevar.

“Es mi agradecimiento. Te concedo este privilegio”.

“Gracias… Por lo que veo, ¿las cosas funcionaron?”

“¡Es gracias a ti, Aniki!” Annett se sentó felizmente junto a Tia.

Ella observaba la pequeña espalda de Matilda, caminando en la distancia.

“Oye, Annett”.

“¿Hm?”

“Verás, hubo un tiempo en que yo también me separé de mis padres.

Aunque sólo fue por cuatro semanas”.

Naturalmente, no fue tan trágico como lo fue para Annett. Dentro de [Tomoshibi], hay chicas que son aún más desafortunadas que la propia Tia. Pero, el miedo y la desesperación que sintió no desaparecerán sólo por eso. Al igual que la imagen del héroe galante en su corazón tampoco se desvanecerá.

“¿Y qué pasa con eso?”

“No, no es nada”.

No era algo que Annett necesitara escuchar. La estaría presionando.

El problema de Annett no tiene nada que ver con su pasado.

“Entonces, déjame oír tu respuesta”. Tia tomó la mano de Annett.

“¿Qué quieres hacer? Quieres salvar a Matilda-san, o quieres—”

Un fuerte grito vino desde la calle principal. Un poco más abajo en su campo de visión, vio ambulancias y policías corriendo.

… ¿Un accidente tal vez?

No es que tuviera que preocuparse demasiado por eso. Los accidentes ocurren todo el tiempo.

“……”

Los ojos de Annett estaban muy abiertos. En vista de las emociones que Annett debía estar sintiendo ahora mismo, Tia respondió rápidamente.

“No te preocupes, Annett”. Ella sostuvo su mano aún más fuerte. “Es la dirección opuesta a la del hotel de Matilda-san”.

“……”

“Estás preocupada, eh. Creo que eso es algo genial”.

El silencio de Annett dijo más de mil palabras. Probablemente no podía ignorar a Matilda. Tia frotó la cabeza de Annett.

“Sólo tienes que actuar de acuerdo a tus emociones”.

“Aniki…” Por un segundo, sus palabras se detuvieron. “¿Por qué te esfuerzas tanto por mí?”

Varias respuestas aparecieron en la cabeza de Tia. Incluso Monika se molestó anteriormente. ¿Porque eran aliadas? ¿Porque admiraba ser un héroe? ¿Porque eso es lo que le habían enseñado? No. Varias razones habían aparecido en el interior de Tia por lo que tenía problemas para comprender una en concreto.

“Al verte, siento que quiero hacerlo, eso es todo”.

Ella no podía evitar mirar desde sus propios sentimientos.

“Déjame oír tu egoísmo. Lo aceptaré todo”. Annett respiró profundamente.

“¡La gran Annett quiere salvar a Madre!”

Tia asintió con la cabeza.

“Bien. Yo haré el resto”.

A Annett se le dio una elección demasiado importante. Algo que una niña de catorce años no debería ser forzada a cargar. Por eso, ahora era el trabajo de Tia. Ella saldrá de este punto muerto. Al igual que su héroe ideal, ella salvaría a sus camaradas.

***

En la parte baja de los hoteles gigantes se encontraban varias tiendas de comida y bebida. Al pasar la calle, puedes ver restaurantes y tiendas normales, pero en cuanto sales a la calle, encuentras lugares sospechosos.

Desde clubes populares hasta tiendas de medicamentos sospechosas. El olor de los cigarrillos dispersos se atascaba en la nariz.

Una vez que llegó la noche, se encendieron más luces en las calles. Desde el interior de las tiendas venían los sonidos de mujeres persuadidas, y otras personas que trataban desesperadamente de ganar en los casinos.

En medio de todo esto, Tia sintió una extraña sensación de simpatía por ellos. Se escabulló del hotel y caminó por la calle con Monika.

Esta noche no dormirían en un hotel de primera clase, sino en un alojamiento precario. Una parte de esto era la idea de cubrir sus huellas, pero tampoco querían pagar demasiado. Por extraño que parezca, nadie pensó que estas dos chicas fueran sospechosas.

“¿Hasta dónde planeas llevarme?” Monika miró fijamente a Tia.

***

Hace unos diez minutos, ella quedó totalmente intimidada, una vista poco común en Monika.

Dentro de la habitación del hotel, Monika tenía puesto el cañón de una pistola apuntando a la cabeza de Tia, y le preguntó: ‘¿Vas a traicionar a [Tomoshibi]?’ Para que las dormidas Elna y Annett no fueran despertadas por el caos, Monika ofreció cambiar la ubicación, por lo que se dirigieron a un lugar tranquilo y desierto. Finalmente, una vez que llegaron… bajo la escasa iluminación del entorno, Tia abrió la boca.

“—Hablemos sobre esto”.

Era una calle estrecha de unos dos metros de ancho, situada entre dos edificios. La voz elevada de Tia reverberaba con fuerza.

“…Estoy decepcionada”. Monika levantó sus manos al cielo. “Bueno, supongo que esto es todo lo que puedes hacer”.

“Verás, no creo estar equivocada”. Frente a Monika, Tia eligió cuidadosamente sus palabras. “Ambas tenemos algo de lo que no podemos echarnos atrás y salir adelante con eso. Yo deseo salvar a toda la gente que pueda, incluso si tengo que violar la ley. Tú no permites ninguna  excepción,  marchando  con  los  valores  de  la  organización.

¿Verdad? Nuestras  posiciones  son  diferentes. Así que  respetémonos mutuamente”.

“¿Eso es lo que querías decirme? No veo ninguna razón por la que deba preocuparme”. Monika inclinó la cabeza en señal de aburrimiento. “¿Ya te has decidido? Reportar a Matilda-san, o traicionar al equipo, ¿qué será?”

Estas fueron las dos elecciones diabólicas que desgarraron el cuerpo de Tia. Escogiendo lo primero, los sentimientos de Annett, los cuales finalmente logró hacer crecer, se reducirían y dejarían de existir, y lo segundo significaría la perdición para la propia Tia. Sólo existía una forma de evitar estos dos…

“En realidad existe otra opción”.

“¿Eh?”

“Es simple. Haré que te rindas. Si puedo asegurarme de que mantendrás la boca cerrada, no tendremos que entregar a Matilda-san, y mi traición tampoco se hará pública”. Declaró Tia, con toda confianza posible. “Ambas tenemos razón. Por eso, sólo hay un camino a seguir—Es decir, que luchemos por ello”.

Este es el camino que Tia había decidido.

—Derrotar a Monika. Con mis propias manos.

Si ella pudiera hacer eso, podría hacer que Monika guardara silencio sobre este incidente. Con la determinación de no retroceder, ella llegó hasta este punto.

“50 puntos”. La boca de Monika se curvó un poco. Ella parecía estar divirtiéndose.

“Está bien, Tia. Comienzo a apreciarte más”. Monika sacó pelotitas de goma del bolsillo de su pecho.

Sostuvo estas tres entre los dedos de su mano derecha, mientras sostenía una daga en la izquierda.

“Si hubieras hecho un ataque sorpresa, eso habría sido un plus de cinco puntos. ¿De verdad crees que puedes ganar contra mí de frente?” Monika entrecerró los ojos. “¿De quién fue el logro que les permitió participar en esta misión con Sensei? ¿Quién se enfrentó a [Shikabane] mientras tú temblabas de miedo? ¿Quién descubrió la verdadera identidad de Matilda-san?”

“…Entiendo lo hábil que eres. Por eso, hablemos primero—”

“Ciertamente no eres lo suficientemente fuerte como para solicitar un trato así, puta insignificante”.

“¡—!”

Un escalofrío recorrió la espalda de Tia, como si estuviera enfrentando al mismísimo Klaus.

Realmente no quería hacerla mi enemiga.

El problema no era sólo su horrible personalidad, y su talento en bruto. El talento especial de Monika—era desconocido. Todas las chicas de [Tomoshibi] poseen una habilidad especial, un talento en el que sobresalen. Ya sea veneno, disfraces, robo, es una especialidad que ni siquiera un espía de primera podría esperar copiar. Naturalmente, Monika también debería poseerlo.

Pero, para desgracia de Tia, Monika nunca lo había revelado ni siquiera lo había mencionado. Además, Klaus tampoco se lo había dicho a las otras chicas. Eso solo muestra la diferencia de fuerza que tiene Monika, el tipo de irregularidad que ella es.

“Entonces, prosigo”. Tia sonrió, chasqueando sus dedos.

La batalla entre aliados comenzó. El primer movimiento de Tia—fue dar un paso al costado y esconderse detrás de un hombre alto.

“Perdón por esto, Señorita. Órdenes de la Reina”.

“¿Eh?”

Dos hombres voluminosos aparecieron desde el fondo del callejón. Estaban en una posición acorralando a Monika, mostrando sus grandes cuerpos. Al mediodía, Tia entabló negociaciones con estos dos, y les pidió que la ayudaran. Al parecer, parecían ser guardaespaldas de pandillas. Ambos tenían tubos de metal, y sonrisas vulgares.

“Ahora escucha atentamente, basura de mierda…” Monika le dio a Tia una expresión de asco. “El tipo de batalla que conozco no implica llamar a dos personas para que me den una paliza, ¿entiendes?”

“No ibas a contenerte, ¿verdad? Me obligaste a hacer esto”.

“Maldita perra”.

“Lo tomaré como un cumplido”.

En una batalla, Tia no podría esperar superar a Monika. Por eso tenía que usar cualquier otro método a su disposición. Acarició la espalda de un hombre y le susurró.

“Ahora, les daré a ustedes dos una recompensa si pelean apropiadamente. Chii-kun, me convertiré en tu tutora de guardería, y te curaré tratándote como a un bebé. En cuanto a Yuu-kun, te pisaré con mis botas, después de haberlas usado durante tres días. No lo olviden. Soy la única que concederá sus deseos, que han mantenido reprimidos dentro de ustedes todo este tiempo”.

Los cuerpos de ambos hombres temblaban como si hubieran sido golpeados por un rayo, mientras preparaban sus tubos de hierro.

“¡¿Dos pervertidos?!”

Ignorando el grito de Monika, los dos hombres se le fueron encima. La atacaron desde ambos lados con los tubos de hierro. Un ser humano normal no saldría de esto con sólo una herida.

Aunque alzó la voz, Monika estaba tranquila, saltó sobre un hombre empuñando el tubo de hierro. Monika lanzó las bolas que tenía en la mano hacia la pared.

Desaparecieron en la oscuridad, sólo para salir disparadas de repente de nuevo, rebotando en las paredes para golpear a los hombres justo en la parte posterior de la cabeza. Golpeados por este ataque desde un ángulo muerto, los hombres estaban desconcertados. Monika no perdió esta oportunidad.

“Ahí va uno”.

Embistió la empuñadura de la daga en la barbilla de uno de los hombres.

Fue como un ataque mágico. Tal y como Monika había dicho, uno de los hombres fue lanzado hacia atrás, se desplomó en el suelo y perdió el conocimiento. A espaldas de Monika, otro hombre saltó sobre ella.

Sin embargo, recibió un golpe en la cara por otra bola de goma que rebotaba, y perdió el equilibrio. Monika esquivó el golpe del tubo y pateó al hombre en el estómago y lo mandó a volar también.

Tia observó esta escena desde una gran distancia, totalmente asombrada.

¿Y esas bolas qué?… Es como si estuvieran siendo atraídas hacia el enemigo…

Fue la creación especial de Annett; bolas de goma con hierro en su interior. Rebotan fácilmente, dejando un impacto severo al golpear.

¡Es imposible que reboten y golpeen directamente!

Habría sido más plausible si hubieran recibido un golpe directo. Sin embargo, Monika las hizo rebotar contra las paredes más de una vez, golpeando a los hombres en un ángulo muerto. El talento especial de Monika puede haber sido desconocido, pero al menos una parte de él se hizo visible.

—Ella posee habilidades de cálculo y un trabajo preciso para averiguar completamente el ángulo, los reflejos y el tiempo.

“¡Cuánto control de tu cerebro tienes…!”

Esta fue una habilidad que superó todo lo que Tia pudo haber imaginado. Sin embargo, el hombre que había sido pateado aún no había terminado y se lanzó sobre Monika.

“¡Por la Reina!”

“No me obligues a ser parte de este repulsivo juego de rol”.

Pero el movimiento del hombre se detuvo abruptamente, como si se hubiera topado con un muro invisible. Tenía una mirada confusa en su rostro, incapaz de entender lo que acababa de pasar. Y Tia estaba igual de confundida. Dentro de este oscuro callejón, algo que parecía líneas, reflejando la tenue luz que las rodeaba, llenaba el lugar. Naturalmente, eran cables. Recorriendo los brazos del hombre, restringiendo su movimiento.

Estos cables deben haber sido hilados usando las bolas de goma, ya que crearon una red. Como una mariposa atrapada en la red de una araña, el hombre sólo podía luchar por liberarse.

“Y eso es todo”. Monika una vez más utilizó el agarre de la daga para golpear al hombre en la barbilla, dejándolo inconsciente.

Inmediatamente, el hombre gigante se cayó.

“…Sólo para quedar clara, ¿esto es todo lo que habías planeado?” Monika dio la vuelta, para recoger las bolas de goma. “Entonces hemos terminado aquí. Bien. ¿Por qué no sacas tu arma y usas eso?”

“Ahora que lo has dicho…”

No hay forma de que ella pueda disparar su arma en esta ciudad, repleta de hombres del ejército. Y, esta no era la única táctica que había planeado.

Le dio la espalda al enemigo, corriendo a toda velocidad. Como era de esperar, Monika la persiguió. Ella debe estar consciente de que Tia podría haber puesto trampas, aun así, tenía como objetivo destrozar a Tia cara a cara. Su orgullo no permitiría otra cosa.