Spy Kyoushitsu (NL)

Volumen 3

Capitulo 3: Madre e Hija

Parte 3

“Elna también ayudará”.

“¡La gran Annett está aquí para ayudar!”

Elna y Annett llegaron. Ambas estaban vestidas con su ropa de misión, ofreciendo su ayuda.

“……” Los labios de Tia temblaban.

Su cuerpo empezó a encender. Subconscientemente aspiró más aire, mientras sus pulmones se llenaban.

“¿Qué sucedió?” Monika levantó una ceja.

“Me cuesta creerlo. Pensé que dirías: ‘No vayas a huir, maldita perra’, y te enojarías conmigo”.

“¿Qué imagen tienes de mí?”

“Y… es tranquilizador”.

Finalmente, estas cuatro personas estaban trabajando juntas. Incapaz de contener una sonrisa al pensar en esto, Tia se pasó la mano por el cabello.

“¡Bien, hagamos esto! Nosotras cuatro definitivamente—”

“Suficiente con eso”. Monika inmediatamente rechazó las palabras de Tia. “No somos las cuatro que no fueron seleccionadas, dejemos de intentar llevarnos bien, ¿de acuerdo?”.

Se refirió a Lily, Grete, Zibia y Sara como las ‘no seleccionadas’. Era una forma de ver muy arrogante, era muy propio de ella.

“Sólo cooperaremos a nuestra manera, así que estén orgullosos de ser seleccionadas”.

Curiosamente, esas palabras irrespetuosas eran más alentadoras que cualquier otra cosa.

***

Las primeras en moverse fueron Tia y Elna. En la calle principal, no muy lejos de la estación de tren, estaba la casa de empeños que buscaban. Justo a tiempo antes de que cerraran, se escabulleron en el interior. Las vitrinas de cristal estaban alineadas una al lado de la otra, guardando piedras preciosas o productos de cuero de marca.

Hay poca iluminación… casi como si no tuvieran intenciones de venderlo.

Su intuición de espía le dijo a Tia que algo no andaba bien. Annett vino aquí antes a una inspección preliminar. Mirando la estantería que ella mencionó, había una caja de herramientas azul cobalto, en un lugar que saltaba a la vista. Tia miró el precio, y tragó su aliento—

Era el doble del salario mensual de un hombre promedio.

Hay algo raro… Es imposible que una caja de herramientas se venda a tal precio…

Era una cantidad que hizo que Tia comprendiera la idea de Matilda de renunciar a comprarla y no ir a los casinos. Y, ella pudo ver la mala intención de la trampa que le fue puesta.

“Disculpe, hay algo que me gustaría vender, ¿puedo tener algo de tu tiempo?”

El dueño de la tienda estaba en la parte de atrás de la tienda. Era un joven delgado, con gafas. Él podría parecer una persona razonable, pero sus ojos emitían la presión de un depredador.

“Esta caja de herramientas, ¿podría comprármela?” Tia le mostró otra caja de herramientas.

Se veía exactamente igual a la que había sido robada a Matilda.

“Veamos…” El joven pasó su bolígrafo sobre un papel con una expresión sombría. “…Sería, este precio”.

Era muy barato.

“Cielos”. Tia abrió ampliamente los ojos y actuó como una ingenua mujer rica. “Esta caja de herramientas… ¿no es la misma que la de la vitrina? ¿Por qué la mía tiene un 70% menos del precio que muestra en esa?”

Tia tenía una copia de la caja de herramientas que le fue robada a Matilda. Annett logró recrearla en apenas una hora. Con sólo echar un vistazo a la caja de herramientas de la vitrina, recordó toda la estructura, una hazaña verdaderamente respetable. El dueño de la tienda levantó sus gafas por la sorpresa.

“¿La misma…?” Aparentemente se confundió con la bien hecha copia de Annett.

Tanto el exterior como el interior la hizo ver una réplica perfecta. Tiene que haber una buena razón por la que no puede venderla por el mismo precio. Tia elevó una voz encantadora, y tocó la espalda de Elna.

“Escuche, esto fue algo importante para el padre de esta chica, ¿sabe?”

“Aunque me diga eso…”

“¿Por favor? Necesitamos dinero en este momento…” Agarrando la mano del dueño de la casa de empeños, Tia lo miró con palabras suplicantes.

Su cara se puso roja como un tomate, mientras le regresaba la mirada a Tia. Y durante tres segundos, mantuvieron el contacto visual. Eso era todo lo que Tia necesitaba.

“…Siento molestarlo de esta manera”. Tia soltó su mano, y le dio una sonrisa de disculpa. “Este es el lugar donde nos quedamos. Si le apetece, póngase en contacto conmigo”. Puso la nota en la mano del dueño de la tienda, y se fue de la tienda con Elna.

Como acto final, pasó sus dedos por el pelo de Elna. Su hermoso cabello rubio reflejaba las luces de la calle, luciendo como si brillara. Al menos por ahora, el dueño de la tienda no se olvidará de Elna. Y cuando estuvieron lo suficientemente lejos de la casa de empeños, Tia empezó a hablar por su dispositivo de transmisión.

“Aquí [Yumegatari]. Primera fase despejada. Me las arreglé para echar un vistazo al deseo del dueño de la casa de empeños. Es sólo un asqueroso tumor de codicia por el dinero”. Tia ya sabía cuál sería el siguiente paso que daría el hombre. “Acompañaré a [Gujin] a la dirección falsa. Puede que lleve algo de tiempo, pero estate atenta”.

***

Estando en espera en un callejón, Monika recibió otra transmisión entrante.

<Aquí [Gujin]. Fase 2 despejada>

Después del aviso de Tia, apenas el tiempo pasó cuando llegó el reporte de Elna.

<Como era de esperar, la caja de herramientas fue robada> Parece que las cosas se estaban moviendo sin contratiempos.

“Eso demuestra la conexión de la casa de empeños con el robo, eh”.

El dueño de la casa de empeños debió ver esto como un fácil objetivo, y contactó a sus aliados riéndose a grandes carcajadas. Hizo que se trasladaran al lugar del que le habló Tia, y robó la caja de herramientas de la chica de cabello rubio. Esto no puede ser una simple coincidencia.

“…Pero, ¿no fue algo rápido?”

<Elna estaba ingrida por el espectáculo de la fuente de agua, y desapareció en el segundo que ella se dio cuenta>

“Así que ni siquiera planeaste que eso iba a pasar”.

<Además, Elna siente como si no hubiera visto su billetera por un tiempo—>

Monika metió el dispositivo de transmisión en su bolsillo. Parecía que había oído surgir otro problema, pero lo ignoró.

“Annett, ¿Y el transmisor?”

“¡Se mueve de maravilla, muy cerca de nosotras!” Annett sostenía un detector, funcionando.

El transmisor era algo que añadió en secreto a la caja de herramientas falsa. Siguiendo la dirección, terminaron en un pequeño edificio dentro del espacio entre dos hoteles gigantes. Un sótano de aspecto sospechoso estaba semienterrado, y hombres con trajes de pesca mostraban vulgares sonrisas.

“Realmente pareciera el escondite de una pandilla. Qué aburrido”. Comprobando desde la ventana, Monika se encogió de hombros. “Bueno, como sea. Terminemos con esto”.

Monika se puso una máscara facial, rompió la ventana del sótano y entró. Casi al mismo tiempo, se escuchó el grito de una mujer.

“¡¿Quién eres?!”

“Sólo una turista”. Monika no se molestó tanto, y sólo avanzó más adentro.

Dentro de esta habitación del sótano había unas cinco personas acampadas. Una mujer y cuatro hombres. Había varias bolsas en las mesas alrededor de ellos, probablemente escondiendo bienes robados. En la parte de atrás se podía ver cajas fuertes. No tenían cerradura de disco, sino de cilindro. Era algo que incluso Monika podía abrir en cualquier momento. Y, junto a estas cajas fuertes estaba la caja de herramientas que Annett creó.

“¿No han estado actuando de mal gusto? Robando cosas importantes a los turistas, vendiéndolas en una casa de empeños. ¿Y luego qué?

¿Ponerle un precio ridículamente alto y obligar a la gente a arriesgarse en el casino para poder cobrar sus deudas? Es muy asombroso. Ha pasado un tiempo desde que conocí a escorias como todos ustedes”. Monika tocó los objetos  de la mesa. “Tienen  tantos pasaportes  como fianzas…” Buceando entre la montaña de pasaportes, ella lo confirmó. “……Sí, eso pensé”.

Al encontrar el objeto que buscaba, sonrió. Al mismo tiempo, uno de los hombres rugió de rabia.

“¡No toques nuestras cosas!”

Él agarró un tubo de metal que tenía cerca, apuntando a Monika. En apenas un momento ella se hizo a un lado, evadió el ataque, y le dio una patada al hombre mientras él iba a dar un segundo golpe. Con todo el impulso, él se estrelló contra una caja fuerte. Al golpearse la cabeza, perdió el conocimiento de inmediato.

Al ver esto, el resto del grupo recogió cuchillos, rodeando a Monika.

Sin embargo, no fue ella quien actuó.

“No me importa darles una paliza hasta hacerlos puré, pero… te daré el centro de atención por ahora”. Monika habló por aburrimiento, y chasqueó su dedo.

“¿Ahora me toca a mí?” Annett mostró su cara desde la ventana rota.

Incluso en esta situación surrealista, mostró su habitual y pura sonrisa. Mientras los hombres no se daban cuenta de lo que estaba pasando, Monika sacó las gafas del bolsillo de su pecho. Probablemente no tenían ni idea. En el momento en que habían robado esta caja de herramientas ordinaria, un invento traído a la realidad hecho por Annett, su derrota había sido decidida.

“Nombre clave [Bouga] — Hagamos que sea un momento de composición”.

Después de estas palabras, el gas lacrimógeno brotó de la caja de herramientas.

***

Se encontraron en un parque donde la hierba crecía por todas partes. Cuando le entregaron la caja de herramientas a Matilda al mediodía, sus ojos se abrieron ampliamente.

“… ¿Cómo se las arreglaron para traerla? ¿Quiénes son todas ustedes?”

“Tengo familia en la policía, así que les pedí ayuda”. Tia dio una

mentira conveniente.

En realidad, Monika robó documentos importantes de los hombres que habían sido incapacitados por el gas lacrimógeno, y los llevó de vuelta a la casa de empeños. Monika hubiera querido recuperar el pasaporte de Matilda, pero no lo encontró en la habitación. Pero, ahora no era el momento de hablar de eso. Porque Annett apenas podía contenerse.

“¡Pero más importante!” Annett saltó. “¡Dime qué hay aquí dentro!”

“Eh, si es eso, entonces…”

“¡La gran Annett estaba tan emocionada, que no pude dormir nada anoche!” Annett tiró de la ropa de Matilda, obligándola a sentarse en el césped. “Quiero crear una trampa que sólo funcione con la persona que yo quiera. Hace un tiempo, explotó una trampa que preparé para Aniki por culpa de la torpe Elna. ¿Qué debo hacer?”

“… ¿Hm? ¿Te gusta hacer bromas? Um, entonces, ¿por qué no usar esta pintura?”

“¿Qué quieres decir?”

“Pintura que ayudó en el desarrollo de los periódicos. Es pintura que fácilmente se quita con agua, y puedes identificar entre real y falsa. Y, sólo le dices a tus camaradas sobre eso”.

“¡Ohhh! ¡Estoy emocionada!”

Aparentemente, Matilda tenía materiales dentro de la caja de herramientas que la ayudaban en sus investigaciones. Incapaz de entenderlos, el dueño de la casa de empeños aparentemente los dejó allí. Ahora, madre e hija estaban felizmente hablando de maquinaria e inventos. Viendo desde un costado, era una vista misteriosa, pero las dos se estaban divirtiendo, así que eso es todo lo que importa.

“¡La gran Annett en serio quiere esta caja de herramientas!”

“N-No se puede. Necesito esto para mi trabajo”.

Annett seguía hablando persuasivamente, mientras que Matilda sólo daba respuestas vagas. A diferencia de la noche anterior en el restaurante, se las arreglaron para tener una conversación.

“Estoy segura de que han estado así antes del accidente…”

“Sí”.

Tia y Elna asintieron al mismo tiempo. Una gran sonrisa se mostró en el rostro de Annett como un niño que acababa de recibir un regalo. Era una expresión que raramente mostraba cuando está con [Tomoshibi]. Sin duda tuvo un mejor efecto que cualquier cena de primera clase. Mientras se sentía satisfecha, Tia sintió un fuerte dolor en el pecho.

Si Annett realmente se va con Matilda-san…

Ahora me estoy arrepintiendo, qué patética. Ella lo sabía. Pero, su corazón seguía alterado.

“…Dejen que Elna sea sincera”. Murmuró junto a Tia.

Ella estaba atiborrándose con una gran rosquilla, estrechando sus ojos.

“Elna la odia”.

“¿Eh?”

“Annett”.

“¿P-Por qué?”

Tia estaba completamente confundida en esta repentina confesión.

“¿No es obvio? ¡Annett siempre se burla de Elna!”

“Ahh, eso tiene sentido”.

Ahora que ella lo dice, Elna era la que siempre tuvo que lidiar con los inventos violentos de Annett. Incluso en los últimos días, fue la víctima de los experimentos de Annett con la pistola de agua, o de recibir patadas mientras dormía.

“…Pero, Elna estaría triste si ella se va así como así”. Murmuró.

Casi sonaba como una súplica. Tal vez ella pensaba que Tia estaba tratando de expulsar a Annett del equipo.

“No lo confundas”, dijo Tia, frotando la cabeza de Elna. “No pienso en Matilda-san como una buena madre. Ella no es nada confiable. Si Annett considerara la posibilidad de vivir con su madre, me opondría, y la convencería con todo lo que tengo”.

“¿De verdad?”

“Pero, si Annett realmente lo deseaba, entonces no me queda más que aceptarlo”.

Lo que debe ser respetado son los sentimientos individuales de la persona. Todo lo que Tia hizo fue tratar de reunir información sobre cómo controlar el corazón de la chica. Ella no tiene intenciones de empujar a Annett hacia Matilda.

—Quiero que Annett escoja [Tomoshibi] tras encontrar su resolución. Eso es todo lo que Tia esperaba.

“Creo que eres genial para eso, Tia-oneechan”.

“Gracias”.

Tia estaba satisfecha al saber que una camarada suya aceptaba. Ella trató de vivir el ideal de su admirada espía después de todo. De haber sido su héroe, seguramente ella habría hecho lo mismo—

***

Annett continuó llenando de preguntas a su madre hasta que llegó la noche.

Matilda estaba completamente exhausta, a punto de perder el conocimiento, cuando Annett finalmente la dejó en libertad con un “¡La gran Annett ha aprendido mucho!” con los pies tambaleantes, Matilda se acercó a Tia.

“Esto es una locura… en sólo estas pocas horas, ella entendió todos los nuevos inventos y maquinarias…” Dejó escapar un suspiro.

Su expresión desprendía una sensación de satisfacción. Sin embargo, parecía haber sido un momento de satisfacción. En cuanto a Tia, prometió contactarla de nuevo, y se despidió. Antes de que se volvieran a encontrar, ella tenía que contactar a Klaus, y escuchar su decisión. De camino a casa, Annett murmuró un tranquilo ‘…Así que esto es una presunta Madre’, se le escuchaba un interés. Parecía haber sido un momento significativo para las dos.

Cuando regresaron al hotel, Monika las saludó con un libro en una mano.

“¡Yo!, buen trabajo”.

Ella misma recalcó que necesitaba moverse de forma independiente, y ha estado separada de Tia y de las demás todo el día, con consentimiento de Tia. Debería permitírsele tanta libertad, ya que su descanso estaba a punto de terminar—mañana, para ser exactos. Llegando la tarde del siguiente día, estarían de vuelta en el Palacio Kagerou. Pensando en eso, Tia sintió una gran tristeza.

“Buen trabajo el tuyo también, Monika. Matilda-san parecía muy feliz, y todo gracias a ti”.

“No hice mucho. Fue Annett quien trabajó más”.

“Fufu, mientras trabajemos juntas, somos invencibles”.

“Ya lo soy por mi cuenta… Bueno, como sea. Discutir sobre esto es demasiado molesto”. Monika agitó la mano con indiferencia.

Era la Monika de siempre, pero a Tia no le importaba tanto como antes.

“Oye, Monika. Hoy es nuestro último día de vacaciones, ¿por qué no sacas tus alas esta noche? Ven al malecón con nosotras”.

Desde el inicio, Tia peleó con Monika, pero ahora sentía que había ganado un tipo de vínculo especial con ella. Un poco de diversión no haría daño.

“Siento que las cosas saldrán caras si estoy contigo”. Monika habló a la ligera. “Bueno, de vez en cuando no estaría mal, supongo”.

“Entonces está decidido. Las cuatro nos vamos al casino”.

“Estoy muy segura que nos van a correr con dos mocosas”.

“…Elna está interesada en los casinos”. Elna levantó la mano. “¡Le encantaría ir!”

Monika le tiró una almohada a Elna, callándola a la fuerza. Después de eso, mostró una sonrisa refrescante.

“Pero, hazlo después de que hayas hecho bien tu trabajo, ¿de acuerdo?”

“¿Trabajo?”

“Tengo que informar a Klaus. Lo de Matilda-san”.

“Es verdad…”

¿Cómo decidirá Klaus? Han pasado tres meses desde que empezaron a trabajar juntos, pero averiguar cómo piensa y sus posibles decisiones seguía siendo muy difícil.

“Me pregunto qué dirá… estoy empezando a sentir un poco de miedo.

Tal vez se oponga a que Annett se encuentre con Matilda-san”.

La suite en la que descansaban tenía un teléfono de línea directa instalado. Usando el número especial, y diciéndole al contacto la contraseña, podrían contactar a Klaus y al Palacio Kagerou de inmediato. Mirando el teléfono, la expresión de Tia se puso turbia.

“No, no creo que tengas que preocuparte por eso”. Monika se rió.

“¿A qué te refieres?”

“La situación cambió”.

Tia no podía entender lo que Monika estaba tratando de decir. A su lado, Elna se miraba sospechosa, y Annett sonreía inocentemente como siempre. Todas miraron a Monika, quien dijo.

“Siempre pensé que fue raro. Ella dudó cuando nos dio su dirección. Fue víctima de un robo, pero no fue con la policía. Cuando fui a confirmarlo, fue tal y como pensé. Encontré el pasaporte de Matilda-san, pero el nombre que tenía era diferente. Eso explica por qué hay tantos soldados en la ciudad”.

Por como eso sonaba, Monika había encontrado el pasaporte de Matilda. Y, estuvo en secreto investigándolo hoy.

“¿Qué es lo que tratas de decir…?”

“Gracias a todas ustedes, me las arreglé para averiguarlo”. Monika ignoró la confusión de Tia. “Matilda-san—es una espía del imperio”.

Viendo que Monika lo expresaba con toda confianza, Tia entendió todo: ¿Por qué había sido tan cooperativa? Ella probablemente esperaba que esto pasara y usó a Tia y a las otras. Al final—Todo fue actuado.

“Informaré de esto a Klaus-san”. Monika se acercó al teléfono, girando el dial. “Tenemos que entregar a Matilda-san al ejército, ¿verdad?” Monika mostró la sonrisa de un despiadado dios de la muerte.