Tokyo Ravens (NL)

Volumen 3

Capitulo 5: Punto De Partida

Parte 2

 

 

El Nue que había escapado decididamente, finalmente contraatacado bajo este duro ataque. Rastró sus garras, atacando a Hokuto bajo los pies de Harutora.

“¡Ni siquiera lo intentes, Orden!” 

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Harutora tiró simultáneamente tres amuletos protectores y se levantaron temporalmente tres muros defensivos, bloqueando los movimientos de la Nue en el aire.

El Nue no podía evitar rugir de rabia, extendiendo sus garras e intentando abrir por la fuerza los muros defensivos obstructivos, totalmente desconcertado. Pero, ese movimiento acaba de hacer que un punto débil aparezca en sus movimientos.

Esta estupidez, los ojos de Hokuto brillaron y enseguida se lanzó hacia el Nue, sus movimientos como una serpiente feroz y su presa. Debido a su sorprendente velocidad, Harutora, que se sentaba en su cuello, fue arrojada inmediatamente al aire libre debido a la inercia.

“–!”

Sobre el tejado de un edificio, una especie de sensación flotante y espeluznante asaltaba a Harutora, que momentáneamente había perdido el equilibrio. Ante sus ojos, Hokuto mordió la garganta del gigante Nue. El chillido de la Nue se convirtió en una turbulenta onda de choque, golpeando violentamente a Harutora que estaba en el aire.

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“¡Harutora-kun!” 

Natsume gritó con asombro. Oops, Hokuto se apresuró a estirar su pierna trasera, agarrando ágilmente a Harutora que casi se había caído. El cuerpo entero de Harutora estaba congelado y ni siquiera podía gritar. Pero en el momento en que la conciencia de Hokuto se volvió hacia su retaguardia, la Nue golpeó violentamente su puño contra la cara de Hokuto, escapando de los colmillos del dragón.

Intensa interferencia apareció sobre los cuerpos del Nue y Hokuto, pero el de los Nue era el más severo. El Nue cayó directamente sobre el tejado de un edificio, su gigantesco cuerpo parpadeando intensamente y miasma chorreando en grandes cantidades fuera de la herida de mordedura de Hokuto como sangre fresca. Aunque Hokuto también había resultado herido, se negó a mostrar una débil apariencia, rugiendo furiosamente al Nue.

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“¡Esta es una buena oportunidad! ¡Aprovechémoslo!” 

“¡Aprovéchate de ello! ¡Reisen! ¡Hou’ oubiden! Dale a esta cosa el golpe final”.

“¡Entendido!”

Los tres tengu tomaron el momento de atacar, su presión espiritual sumándose unos a otros y aumentando gradualmente.

“¡Mira lo que estás haciendo!”

Al mismo tiempo, Kon voló hacia Hokuto, regañándolo furiosamente. Hokuto frunció el ceño como si le reprochase que se hubiera enfadado por una pequeña cosa, y luego retorció su cuerpo, dejando que Harutora se sentase sobre su cabeza.

Harutora rápidamente agarró el cuerno de Hokuto, y luego bruscamente agitó su cabeza.

“… Kon, ¿qué estás haciendo!”

“¿Eh? Yo, yo……..”

“¿Puedes entender las órdenes? No te preocupes por mí, apúrate y ataca al Nue”. Rugió Harutora, rápidamente sacando un nuevo encanto.

“¡Ahora mismo es una buena oportunidad! Hokuto también, ¡ataca a tope con el ritmo de antes!”

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 En realidad, no podía evitar que sus miembros temblaran, pero ese tipo de cosas no importaba en absoluto en este momento, y la prioridad era tratar con el Nue lo antes posible.

Como dijo Harutora, Hokuto inmediatamente se lanzó de nuevo hacia el Nue con un temible ímpetu, pero Kon sólo vaciló con una expresión ingenua.

“…….. Como ordenes……” Sin embargo, ella todavía obedeció la orden de Harutora, regresando al ataque. Como eran las cosas ahora, el culpable que ponía en peligro a su amo era la cosa que tenía que ser eliminada más.

Harutora y los demás atacaron, y la batalla se hizo aún más intensa.

El Nue saltó hacia el muro desde el tejado del edificio y luego saltó hacia abajo, moviéndose mientras evitaba ataques. Desde que la huelga de Hokuto había tenido éxito, el Nue no pudo contraatacar o incluso atravesar a la fuerza Harutora y el recinto de los demás.

Poco tiempo después, se trasladaron a una encrucijada sobre la estación de metro Omotesando. El Nue fue perseguido durante todo el camino y finalmente se detuvo en el centro de la encrucijada.

“¡Vale! ¡Todo el mundo, vamos!”

 Dasai ordenó, y Hokuto, Reisen, Hou’ oubiden, Kon y Harutora inundaron el Nue, concentrando su magia en los ataques y desatando un ataque desde lo alto de la cabeza del Nue. El Nue, que usó todo su poder para defenderse, saltó de nuevo.

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Intensa interferencia apareció en el cuerpo del Nue, y su cuerpo gigante se torció y deformado.

Como no podían dejar que siguiera profundizando en la ciudad, ahora mismo era el momento de contar, como si no lo hubieran hecho lo antes posible antes de que la herida que Hokuto había curado, acababan viéndola escapar.

Con una conciencia que podía derrumbarse en cualquier momento, Harutora convirtió su poder espiritual en energía mágica, infundiéndola en los encantos y arrojándolos para golpear al Nue.

Sin embargo, el Nue soportó estos ataques. Estaba herido y se debilitó, pero todavía movió vigorosamente su enorme cuerpo, destruyendo Harutora y el recinto de los demás en un solo salto. “¡Maldita sea!” Harutora maldijo, y Hokuto la persiguió enfadado.

En ese momento…

“¡Harutora!”

 Escuchó la llamada de su buen amigo.

***

 

 

Se había olvidado cuando este evento ocurrió. En ese momento, sentía una ansiedad intolerable.

“Oye, ha pasado mucho tiempo, Touji. De todos modos, debes estar aburrido, ¿no?” 

Touji había golpeado una vez a Harutora, que había venido al cuarto del hospital a visitarle, sin ninguna explicación. Además, no había sido sólo un golpe.

Había golpeado una y otra vez, pateando y pisoteando, desahogando todas las oscuras emociones de su corazón hacia Harutora.

Obviamente, Harutora no sólo se había sentado y dejado que le pegaran, sino que resistirse era un desperdicio de energía. El Touji en ese momento se había convertido en un espíritu viviente, y realmente no era un oponente con el que Harutora pudiera compararse.

Finalmente, el personal de la instalación se había apresurado a la habitación del hospital y había contenido a Touji. Harutora sólo podía culparse a sí mismo por elegir el momento equivocado para visitar, ya que hasta entonces había tenido muy mala suerte.

Touji no tenía pensamientos de arrepentimiento, e incluso se sentía renovado. El afortunado hijo del médico de cabecera le pareció como una monstruosidad, y no podía soportar la forma en que Harutora lo miraba, una mirada que parecía despreciarlo.

Ese día el sello se fortaleció, y Touji rió durante toda la noche, llorando y riéndose de su propia desgracia.

Pero a la mañana siguiente, cuando fue quemado, Harutora entró solo en la habitación del hospital.

“He venido a devolverte el favor.” Touji no se defendió, a pesar de que Harutora le dio una paliza. No estaba herido o enojado, sólo extremadamente sorprendido.

Harutora, cuyas heridas del día anterior aún no se habían curado, miró hacia él con las mejillas hinchadas, sentada en el suelo. Una leve sonrisa apareció en la cara de Touji, quien le miró en blanco.

“¿Qué pasa, espíritu viviente? ¿Adónde fue tu audacia de ayer?” 

Touji se quedó sin habla. Sólo entonces notó que algo caliente se deslizaba por su mejilla hinchada.

Harutora exhaló, arrodillándose para mirar a Touji de un ojo a otro.

“Los dos deberíamos llevarnos bien.” Esas palabras traspasaron profundamente el corazón vacío y vago de Touji.

Incluso ahora, no mostraron señales de que se retiraran.

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***

 

 

Yukikaze llevó a Touji, galopando diez metros por encima del suelo.

Pasó por encima de los muros de los edificios, arrancó las ramas de los árboles y surcó por el camino más corto. Touji miró fijamente hacia delante, con su mente fija, el violento viento azotando su cabello.

Dolor.

Su frente se sentía dolorida, así como sus caninos. A medida que sus emociones se emocionaban, la influencia del oni dentro de su cuerpo se fue expandiendo gradualmente. Sabía que los cuernos habían brotado de su frente y que los colmillos habían crecido de su boca. Era muy claro, pero no tenía miedo.

Él era el eje. Mientras se aferraba firmemente a Ato Touji, no tenía que temerle a la existencia de los oni.

Un espíritu vivo. Acéptalo, pensó.

Reconocerse a sí mismo que se había convertido en un espíritu viviente, luego aceptarlo y confiar en él. Yo soy yo, pensó en silencio.

Qué vergüenza, no podía evitar burlarse de sí mismo. Había tomado sus circunstancias como amnistía y oprimió a la gente que le rodeaba, dándose el gusto de disfrutar de la violencia mientras se sentía vacío, y finalmente fue poseído por los oni, poniendo en peligro vidas, incluso dejando a un lado al que le había llegado.

Qué vergüenza. Despreciable. Estúpido. No canjeable.

Pero, aunque fuera así, había un grupo de buenos amigos que no se rindieron ante él, que estaban dispuestos a echarle una mano, aunque los rechazara con rencor. Por lo tanto, no podía huir más. Ahora era el momento de que él se enfrentara a ella, la aceptara, y siguiera adelante.

El tiempo de atornillarse oscuramente mientras se odiaba a sí mismo había terminado, y era hora de luchar hacia la fuente de luz y avanzar con los compañeros que le habían dejado decidir esto.

… No tengas miedo.

No tenía que temerle a los onis. Todavía tenía su vida y su futuro. No necesitaba temer o huir. Sólo enfrentar el problema lo resolvería.

Cuernos y colmillos crecían de su cara, un aura demoníaca revoloteando alrededor de todo su cuerpo. Los oni se pusieron la armadura por sí mismos, lanzando la figura de un samurai sobre el uniforme de Touji.

Pero no fue ningún problema. Ato Touji todavía agarraba con fuerza las riendas que controlaban al oni.

Se dirigieron directamente hacia la carretera de Aoyama, Yukikaze que corría entre los edificios que había a ambos lados de la carretera. El cambio de Touji no causó ningún temor, pero no era de extrañar, ya que después de todo, Touji no lo sabía, Yukikaze se había acostumbrado a correr aquí y allá mientras llevaba un espíritu vivo.

Las pezuñas pisotearon el cielo nocturno y Touji avanzó junto con Yukikaze. El paisaje que les rodeaba pasó a toda velocidad como una flecha. Su objetivo era el Nue y los compañeros que deberían estar luchando contra el Nue ahora mismo.





De repente, una aguda luz destelló en los ojos de Touji.

Una gigantesca presencia de un desastre espiritual apareció delante. Yukikaze también se dio cuenta, levantando la pierna delantera y relinchándose. Touji apretó las riendas, tirándolas con fuerza.

“¡Por allí! “¡Vamos!”

 Yukikaze corrió por el cielo nocturno, pasando por la encrucijada sur de Aoyama Gochome, un desastre espiritual móvil de más de veinte metros en total apareció ante ellos. Una fase tres, una Nue. Circulando alrededor había figuras que parecían cuervos, y… Hokuto.

Además…

“Ha”. 

Touji se rió inadvertidamente, una sonrisa derramando de su corazón sobre sus labios.

Había una figura en la cabeza de Hokuto, a caballo del cuello del dragón. Sólo había una persona que era tan impulsiva entre la gente que Touji conocía.

La presencia de la inminente batalla hizo que el oni que llevaba dentro de su cuerpo se sintiera insoportablemente emocionado, y Touji tenía la misma sensación. Resonó con el oni, su aspecto feroz, y su aura pulsando desde su cuerpo como lava – aura demoníaca que brotaba de las profundidades de su cuerpo.


Agarró el temblor que Tenma le había confiado en forma inversa, una intensa interferencia apareciendo por todo su cuerpo, el casco del oni apareciendo en su cara. El oni causó estallidos de dolor. Está bien, Touji sonrió…. te traeré presas ahora. Come todo lo que quieras.

“¡Ha.…!”

Sus ojos brillaron, mostrando colmillos, y su apariencia oni se apoderó del shakujou, y luego lo levantó alto como si estuviera lanzando una lanza, usando toda su fuerza, convirtiendo su propio aura y aura demoníaca en energía mágica, infundiéndola en el shakujou. El shakujou tarareó, dando luz, su fuerza aumentando hasta casi reventar.

El demonio dentro del cuerpo de Touji entró en el shakujou. Apuntó al objetivo.

“¡Harutora!” 

Touji concentró su mente, echando poderosamente fuera al shakujou.

***

 

 

Al oír ese llamado, Harutora rápidamente volvió su mirada hacia la parte trasera del Nue.

Había una figura delante en el aire, una figura montando a caballo. No podía evitar dudar de sus propios ojos, ya que ese caballo era Yukikaze, y la persona sentada en Yukikaze no era más que Touji. Touji le tiró algo, una flaca, lanza, no, un shakujou. Ese era el shakujou que Ohtomo había hecho especialmente para él.

La mente de Harutora estaba completamente confundida. ¿Por qué había aparecido Touji aquí? ¿Por qué había aparecido Yukikaze aquí? ¿Por qué tenía el shakujou en sus manos? Por qué, por qué, por qué………

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Harutora inmediatamente sacó esas dudas de su mente.

El shakujou inmediatamente disparó hacia el gigante cuerpo de la Nue como si fuera guiado.

Desafortunadamente, el Nue notó el temblor volando por detrás de él en el último instante y la fuerza espantosa se infundió en el temblor. Rugió y giró con fuerza su cuerpo, dando patadas en el aire, y doblándose para evitar el ataque. El shakujou voló sobre la cabeza del Nue sin golpear.

Estuvo tan cerca. No, eso estuvo mal.

Harutora ciertamente había comprendido el significado del grito de Touji.

“¡Hokuto!”

Hokuto comprendió simultánea y correctamente la intención de Harutora. Giró su cuerpo, cargando en la dirección que el Nue había esquivado, acelerando como una flecha a lo largo del camino en el que había sido lanzado el shakujou.

“Hah!” Harutora extendió su mano hacia el shakujou que voló rápidamente, agarrándolo con fuerza, y recibió el shakujou que Touji había enviado.

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Tokyo Ravens Volumen 3 Capitulo 5 Parte 2 Novela Ligera

 

Una vez que agarró el shakujou, los dedos de Harutora casi fueron arrancados. Había una fuerza feroz y salvaje infundida en el shakujou. Pero se aferró firmemente a ella, aceptando la intención de Touji con todo su poder. Lo agarró y lo controló.

En este momento, los resultados de su incansable y arduo trabajo durante el medio año desde el día de otoño del año pasado hasta ahora se mostraron. Si sus maestros de la Academia Onmyou estuvieran aquí, definitivamente mirarían con ojos de reojo incrédulos. Consiguió finalmente controlar la fuerza del shakujou.

La fuerza que se desborda del shakujou fluía hacia los anillos en el extremo delantero y los anillos giraban como rotores, la energía mágica formando un borde, una hoja gigante.

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