Isekai Ryouridou (NL)

Volumen 9

Capitulo 4: Una Despedida

Parte 6

Mientras tanto, Vina Ruu estaba al otro lado de Ai Fa, quien estaba a mi lado.

Sin embargo, Shumiral se detuvo frente a mí primero. “Asuta, lamento pasar por aquí tan tarde”.

“Ah, no te preocupes por…”

“Hoy estuve en la ciudad del castillo todo el día”.

“¿Eh?”

“Estaba recopilando información sobre Lord Cyclaeus. Investigando si los malos rumores que había escuchado eran ciertos”.

Eso me tomó tan desprevenido que me quedé sin palabras. Shumiral, sin embargo, solo entrecerró los ojos en tono de disculpa.

“Lo siento, por involucrarme, cuando no es mi asunto. Pero deseaba ser de ayuda para ti, Asuta. Quería saber qué tan peligroso era Cyclaeus. Sin embargo, tuve muy poco tiempo y no pude descubrir la verdad…”

“Pero… ¿por qué…?”

“Sin embargo, conocí a alguien que sabía la verdad. Esa persona debería poder ayudarte. Y creo que deberían visitar The Sledgehammer en algún momento”.

Alguien que supiera la verdad detrás de los malos rumores que rodean a Cyclaeus…

Sin embargo, dado que estábamos hablando de historias desagradables que Shumiral había escuchado, probablemente no estaban relacionadas directamente con la gente del borde del bosque.

Aun así, no me importaba nada de eso. Estaba feliz de escuchar que Shumiral estaba tan preocupado por nosotros… y también estaba molesto.

“Shumiral, ¿por qué fuiste e hiciste algo tan peligroso? ¿No fuiste tú quien nos advirtió que Cyclaeus era alguien de quien deberíamos mantener nuestra distancia tanto como fuera posible?”

“Entiendo, tu enojo, Asuta. Pero aun así, quería ser de ayuda para ti,” dijo Shumiral, su mirada desanimada descendiendo más abajo. “Mis disculpas. No pude contener mis emociones”.

No tenía exactamente ganas de quejarme más después de ver esa mirada triste en sus ojos.

“Eres bastante imprudente, ¿eh, Shumiral? Aunque te ves tan tranquilo y sereno…”

“Si. Mis camaradas a menudo, me lo dicen.”

Shumiral era más hablador y mucho más apasionado de lo que parecía. Por alguna razón sentí ganas de llorar, pero en cambio sonreí.

“Aun así, me alegra saber que estabas pensando en nosotros así. En serio, gracias”.

“No fue, nada… El nombre de esa persona, es Mikel de Turan. Creo que te serán de utilidad”.

Hasta ese momento, los miembros de Silver Vase habían escuchado en silencio nuestro intercambio, pero ahora uno de ellos avanzó lentamente.

“La gente del borde del bosque debe reunirse con esa persona. Leí, las estrellas, anoche”.

Era un hombre algo mayor de Sym, pero era tan alto y delgado como el resto del grupo. Sin embargo, su rostro estaba profundamente arrugado y podía ver las venas de su cuello y brazos. Sin embargo, tenía una mirada amable y se sentía como un Shumiral mayor en cierto modo.

“Si la gente de la linde del bosque se encuentra con esa persona, ganarán más fuerza. Entonces se abrirá un nuevo camino para ellos”.

Entonces debe haber sido el adivino estelar. El que había predicho que la estrella de mal augurio de Zattsu Suun desaparecería, y dijo que no podía leer mi estrella en absoluto.

Por alguna razón, sentí un escalofrío recorrer mi columna vertebral.

Después de mirarme un poco, la mirada tranquila pero sin emociones de ese hombre mayor se volvió hacia Ai Fa.

“Tú… caes bajo la estrella del gato, ¿no es así?”

“¿Qué?”

“Después de que la estrella fugaz desapareció, el destino de, el borde del bosque, cambió. Los tres leones, despiertos, para guiar, el futuro. Y si la estrella del gato, la estrella del mono y la estrella del halcón brillan, junto a las estrellas, de los tres leones, ese futuro será aún más brillante”.

“Mis disculpas, pero no tengo ni idea de lo que estás diciendo. ¿Qué es un gato?”

“¿No hay gatos, en el borde del bosque? Existen en el reino del este. Y lo son, un animal sagrado”, declaró el adivino estelar, entrecerrando los ojos de una manera que lo hizo parecer un poco divertido.

Quizás estaba pensando que ella realmente era como un gato, tal como se habían manifestado las estrellas.

Con eso, miré hacia Shumiral.

“Entendido… Al menos, confío en tu capacidad para juzgar el carácter de alguien. Solo necesito hablar con esa persona de Mikel de Turan si aparecen, ¿verdad?”

“Si. Estoy seguro de que te ayudarán”, respondió Shumiral, aliviado. Luego, extendió su brazo derecho por debajo de su larga capa. En su mano oscura y suave, sostenía un paquete de tela cuidadosamente envuelto. “Asuta, esto es un regalo para ti”.

“¿Eh? ¿Qué es?”

“Copas de vino”.

Eso me tomó por sorpresa, pero seguí adelante y desenvolví el paquete.

Lo que aparecieron desde el interior fueron copas de vino transparentes y cilíndricas… El mismo tipo de hermosas copas de vino que habíamos visto una vez en el puesto de Silver Vase. Y era un juego de dos.

“Ai Fa, mira—” comencé a decir, volviéndome hacia ella sin siquiera pensar.

Y efectivamente, sus ojos también se habían agrandado por la sorpresa.

“Asuta, me siento bendecido de haberte conocido. No sabía qué darles… Pero luego, Radajid me dijo, que ustedes dos habían mirado estas copas de vino con gran entusiasmo”.

Eso tuvo que ser hace más de 20 días en este momento, ¿verdad? Quiero decir, fue cuando Ai Fa y yo pasamos por el puesto de Silver Vase, para poder comprar el cuchillo de verduras y el collar de dijes.

Ahora que lo recuerdo, creo que Shumiral había estado ausente y un oriental bastante alto se había encargado de la tienda.

“Por favor, utilícelos. Considéralo gracias, por la cena que me serviste en la casa del Fa”.

“Eso parece bastante caro como pago por una sola comida…” Ai Fa declaró solemnemente, sus ojos brillando de alegría mientras lo hacía.

Shumiral, mientras tanto, simplemente le devolvió la mirada suavemente.

“El precio no tiene nada que ver con eso. Quería darte algo que los haría felices a los dos. Si pensara que una piedra al lado del camino te daría alegría, entonces te lo daría con mucho gusto. Su valor es irrelevante”.

“No creo que pueda ganar una discusión contra una lengua tan hábil como la tuya”, respondió Ai Fa.

Mientras tanto, podía sentir un nudo formándose en mi garganta.

Y así, me di la vuelta apresuradamente para sacar mi propio regalo de la parte trasera del vagón, solo para encontrar a Sheera Ruu ya parada allí sosteniendo un paquete de tela.

Después de agradecerle, lo tomé y se lo presenté a Shumiral.

“Shumiral, este es un regalo de la casa del Fa, para todos en el Silver Vase. Es cecina que hice de una manera única, así que asegúrese de comerla en los próximos siete días. Es un poco más suave que la cecina normal, y creo que te irá bien si la muerdes como está”.

Los ojos de Shumiral se entrecerraron felizmente, y dijo: “Entendido, gracias”, mientras aceptaba el paquete.

Ese brillo en sus ojos y esas palabras solas ya eran más que suficientes para satisfacerme.

Luego, los nueve hombres de Sym que estaban detrás de él inclinaron la cabeza.

Con eso, Shumiral le entregó el paquete a uno de sus compañeros y luego se paró frente a Vina Ruu.

“Vina Ruu, mis disculpas, por mi repentina visita, hace dos días…” La hija mayor de Ruu simplemente lo miró en silencio.

Y Shumiral también la miró en silencio. “Mañana por la mañana, partiré de Genos”. Vina Ruu permaneció en silencio.

“Pasará medio año antes de que regrese. Luego, después de otro mes de negocios, en Genos, me iré nuevamente, para Sym. Así es como vivimos los miembros de Silver Vase”.

Todavía no hay respuesta.

“Me quedaré, por otro medio año, en mi país de origen, después de eso. Luego, pasaré otro año viajando. Hasta que seamos demasiado viejos para hacer esos viajes, continuaremos viviendo como tales. A todos nos encanta viajar. Somos, vagabundos por naturaleza. La gente, de la capital de Sym, una ciudad de piedra, no viaja, pero para nosotros, la gente de las praderas… viajar es nuestra vida”.

“Así que pasas más tiempo viajando que en casa… Qué maravillosa forma de vida…” susurró Vina Ruu. “He envidiado a la gente que vive así y he admirado el mundo exterior. Pero al final… sigo siendo una mujer del borde del bosque”.

No había expresión alguna en la cara de Vina Ruu. Sin embargo, me parecía menos como si ella no sintiera nada en absoluto, y más como si estuviera reprimiendo desesperadamente sus emociones.

“No puedo simplemente dejar a mi familia a un lado. Y para mi pueblo, nuestras almas deben volver algún día a nuestra madre, el bosque…”

Shumiral asintió levemente mientras la miraba.

“Creo, es decir, lo correcto… Pero en estos dos últimos días, he pensado mucho. Y por fin, tomé una decisión”.

Vina Ruu se quedó allí en silencio, escuchando.

“Vina Ruu, deseo casarme contigo,” dijo claramente Shumiral.

Lala Ruu, Sheera Ruu y yo contuvimos la respiración… y Vina Ruu negó lentamente con la cabeza.

“¿Estabas escuchando lo que dije…?”

“Si.”

“¿Me estás diciendo que deje a un lado el borde del bosque…?”

“No.”

“¿Entonces tienes la intención de renunciar a tus amados viajes…?”

“No.”

“Entonces, ¿qué quieres decir…? No entiendo para nada lo que estás diciendo… ”

“No puedo renunciar a mi trabajo. Pero no tengo familia, en Sym. Mis nueve camaradas, en el Silver Vase, lo son todo, para mí”. Luego, Shumiral continuó con calma: “Así que abandonaré a Sym y me convertiré en un hombre del borde del bosque. Deseo continuar mi trabajo con Silver Vase como una persona del borde del bosque”.

Con eso, la expresión de Vina Ruu finalmente cambió. Sus ojos pálidos miraban a Shumiral como si estuviera mirando algo completamente insondable.

“Pero abandonar a Sym significa renunciar a tu dios también, ¿verdad…? Entonces todas las personas que te rodean ya no serán ‘camaradas’, ¿verdad…?”

“Así es. Pero lo tienen todo, dijeron, me perdonarán. No seremos camaradas y yo no seré un hombre de los pastizales. Pero seguirán trabajando conmigo, como hombre, del borde del bosque, y como niño, de Selva. No seremos camaradas, pero seguiremos siendo amigos”.

“Eso suena un poco demasiado conveniente, ¿no es así…?” Preguntó Vina Ruu, envolviendo sus brazos alrededor de su cuerpo como si se estuviera protegiendo del frío.

Sin embargo, Shumiral siguió mirando a Vina Ruu con la misma mirada gentil de siempre.

“Hay dos cosas que son inconvenientes. Si lo soy, un occidental, el Silver Vase, no podrá entrar en Mahyudra. Y no se me permitirá vivir en Sym. Pero mis camaradas, dijeron que estaba bien. Porque incluso cuando no seamos camaradas, seguiremos siendo amigos”.

“Pero…”

“Dejaremos de hacer negocios en Mahyudra. Y mis otros camaradas se encargarán de los preparativos en Sym. Radajid dijo, tanto… Se convertirá en el nuevo líder de nuestro grupo en mi lugar. Pero seguiré trabajando duro en el Silver Vase, como occidental, y como hombre, al borde del bosque”.

Vina Ruu no respondió.

“Para la gente, de las praderas, nuestras almas, regrese a esas llanuras cubiertas de hierba. Pero me ofrezco, alma mía, al borde del bosque. Es doloroso, abandonar esos pastizales que eran mi hogar, pero creo que puedo vivir feliz, con mis nueve amigos, y tú, Vina Ruu”.

Tanto la voz de Shumiral como su mirada se sentían increíblemente tranquilas.

Pero estaba seguro de que estaba haciendo todo lo posible por poner todas sus emociones en esas torpes palabras occidentales.

“Te dije, pasamos un año fuera y medio año en casa. Pero Sym, está lejos. Dirigirse entre Sym y Genos, toma dos meses, en ambos sentidos. Quitar eso, tiempo de viaje, significa ocho meses fuera de casa. Y pasamos, dos meses, trabajando en Genos. Hace solo medio año que estamos lejos, tanto de Genos como de Sym. Pasaré esos seis meses trabajando y fuera, y el resto de mi tiempo lo pasaré, viviendo al borde del bosque. Y me gustaría pasarlo juntos contigo, Vina Ruu”.

“Pero… no puedes cazar giba, ¿verdad…?”

“No puedo. Pero yo viajo por todo el reino occidental. Gracias a eso, puedo adquirir conocimientos de muchas cosas. Y también puedo reunir todo tipo de armas. Sin duda, debería ser posible llevar nuevas técnicas para cazar giba al borde del bosque. Es decir, mi fuerza”.

“Pero mi padre es uno de los principales jefes de clan. No hay forma de que acepte que un extranjero se case en su casa…”

“Voy a persuadir, Donda Ruu. Y te lo prometo, te traeré felicidad. Demostraré mi fuerza, cuando regrese, a Genos, en medio año”, dijo Shumiral con calma, quitándose un accesorio de la mano. Era una pulsera metálica con una pequeña piedra rosa. “Vina Ruu, rezo por ti para encontrar la paz. ¿Aceptarás este regalo?”

“Yo…” Vina Ruu comenzó a responder, pero se mordió la lengua.

Sin embargo, después de permanecer en silencio durante unos largos momentos, miró a Shumiral.

“Tengo un poco de problemas para manejar a gente como tú, cuyas emociones no puedo leer…”

Shumiral inclinó la cabeza, luciendo un poco confundido. Pero entonces, de repente estalló en una sonrisa.

“Si lo soy, para convertirme en un hombre, del borde del bosque, entonces me esforzaré, para mostrar mis emociones. Es realmente vergonzoso, pero también creo que es muy importante”.

Era una sonrisa pura y gentil que estaba a la altura de la de Sanjura. Las cejas de Vina Ruu se arquearon y se veía completamente perdida.

“Me preocupé, el asunto, durante varios días… En realidad, lo hice, durante todo el mes, pero empeoró, cuando te lesionaste. Pero yo sé. Te necesito, Vina Ruu. Deseo estar junto a ti”.

“Pero…”

“Vina  Ruu,  me  alegro  de  verte,  pensando  seriamente  en  el  asunto.

¿Pensarás en ello hasta que vuelva a Genos dentro de medio año? Me haría muy feliz recibir tu respuesta cuando llegue ese momento”.

Shumiral tímidamente extendió su mano y agarró la de Vina Ruu. En su palma, colocó el brazalete de plata que había estado agarrando.

“Durante el próximo medio año, te prometo, pensar en ti, todas las noches. Y Vina Ruu… te amo”.

Mientras sujetaba el brazalete con fuerza, Vina Ruu de repente bajó la cabeza, ocultando su expresión de la vista.

Después de mirarla durante algún tiempo, Shumiral finalmente se volvió hacia mí. Y en su rostro, lucía una suave sonrisa.

“Bueno, entonces, regresaremos. Nos volveremos a encontrar en medio año. Asuta, Vina Ruu, Ai Fa, Ludo Ruu… y aquellos de ustedes, cuyos nombres no sé, les deseo a todos buena salud. Y rezaré, por un futuro brillante, por el borde del bosque”.

“Sí, cuídate… estaré esperando el día en que nos volvamos a encontrar”.

Shumiral asintió y luego nos dio la espalda. El resto de sus camaradas hicieron una última pequeña reverencia, luego también dieron media vuelta.

Solo observé en silencio mientras el grupo de diez altos orientales vestidos con capas de cuero se alejaba.

Esto realmente fue una despedida.

Incluso como muy pronto, pasaría medio año antes de que nos volviéramos a encontrar.

En este punto, había vivido aquí en esta tierra durante más de dos meses. Dentro de medio año podríamos volver a vernos.

Y dentro de un año a partir de este momento, tal vez pueda reunirme con el grupo del Viejo.

Pero aun así… No sería extraño en lo más mínimo que desapareciera de repente aquí y ahora.

Nadie sabía cuándo iban a morir, así que quizás estábamos todos en el mismo barco. Pero aun así, no pude borrar por completo el malestar que sentía.

Si eso sucediera, esto realmente sería un adiós para siempre. No volvería a escuchar esa voz tranquila ni a mirar sus ojos tiernos.

¿Sería capaz de ver cómo resultaron las cosas entre Shumiral y Vina Ruu?

El solo pensamiento fue suficiente para hacerme sentir una sensación aplastante en mi pecho.

“Asuta, ¿estás llorando…?” Preguntó Ai Fa. “Como si lo hiciera, tonta”, respondí.

El jefe de mi clan no dijo nada más.

Pero por un momento, pensé que se había extendido con sus cálidos dedos para limpiar debajo de mis ojos, solo para que en su lugar ella despeinara rudamente mi cabello.

Con eso, el mes azul, que se había llenado de todo tipo de encuentros y despedidas, finalmente llegó a su fin.