Isekai Ryouridou (NL)

Volumen 9

Capitulo 3: Conde Cyclaeus Turan

Parte 2

Mientras ese pensamiento pasaba por mi cabeza, después de haber estado excluido de la conversación durante algún tiempo, Tara de repente gritó: “¡Yo también tengo que regresar pronto! ¡Um, una de las myamuu giba y tres hamburguesas giba, por favor!”

“¿Te vas a comer cuatro de ellos? Eso es increíble.”

“¡No! ¡También tengo que conseguirlos para los chicos de las tiendas de ropa y puesto de hierbas!” Tara respondió con enojo, y Ludo Ruu se rio en respuesta.

Con eso, la sensación brillante y alegre en el aire finalmente regresó cuando Ai Fa se encogió de hombros y comenzó a regresar a su posición en nuestro trasero, solo para que llegara otro cliente. Era Diel con su cabello castaño oscuro moteado, y su compañero Labis.

Cuando mi jefe de clan los vio, se detuvo en seco.

“¡B-Bienvenido! Entonces, ¿quieres el plato de este puesto para hoy?”

“¡Si! Decidí alternar cada día, ¡así que quiero este hoy!” Diel proclamó con una sonrisa. Y ahora mismo, podía sentir seriamente a Ai Fa mirando por encima de mi hombro.

Anoche, después de que Shumiral dejara la casa del Fa, me sinceré con el jefe de mi clan sobre esta chica. Pensé que era importante que supiera el hecho de que Diel era parte de un grupo de comerciantes invitados a quedarse en la mansión de Cyclaeus, y además, dado que Ai Fa vendría a la ciudad como guardaespaldas, ciertamente tenía sentido pensar que podrían encontrarse así. Y así, decidí ser sincero sobre todo, antes de que hubiera más malentendidos incómodos o algo así.

En este momento, me preocupaba seriamente si esa había sido una decisión acertada o no.

“Hmm… hay muchos de ustedes hoy, ¿eh?” Diel cuestionó, mirando alrededor. Entonces, sus bonitos ojos verdes vieron a Ai Fa y un resplandor hostil comenzó a arder en ellos. “Eso realmente no importa, pero ¿por qué, exactamente, me estás mirando? ¿Te hice algo?”

“No para mí personalmente, pero escuché que pusiste una mano sobre un miembro de mi casa, mujer del sur”, replicó Ai Fa en voz baja, luego se paró frente a mí.

En este punto, estaba empezando a sudar frío.

“¿O dices que no fuiste tú quien golpeó a Asuta? Juzgué que lo eras, porque las jóvenes del sur son muy raras aquí en la ciudad postal”.

“¿Qué, te refieres a  cómo le pegué  a Asuta? ¿Cómo  es eso  de tu incumbencia?”

“Lo es, porque es miembro de mi casa”.

Por lo que pude ver al mirar por el rabillo del ojo, Ai Fa no estaba dejando que su enojo se mostrara particularmente. Sin embargo, se veía increíblemente molesta y la  luz que brillaba en sus ojos no parecía especialmente tranquila.

“Naturalmente, debo admitir que Asuta también tuvo la culpa. Sin embargo, no creo que golpearlo lo suficientemente fuerte como para dejarle marcas en respuesta estuviera justificado. Espero que tenga más cuidado con sus acciones en el futuro”.

“¿Un miembro de tu casa…? ¡¿Qué significa eso?! ¡¿Estás diciendo que están casados?!”

“N-No, no es eso. Somos una familia que vivimos en la misma casa. Aunque no estamos relacionados por sangre, ella sigue siendo muy importante para mí”.

Mi respuesta sólo hizo que Diel pareciera aún más irritada.

“¿Qué quieres decir con que no estás casado pero tienes familia? ¿Esta mujer te tiene como una mascota, Asuta? Está prohibido mantener a nadie excepto a los norteños como esclavos en el reino occidental, ¿no es así?”

“¡Yo-yo no soy un esclavo o una mascota ni nada de eso! Um, ¿cómo debería explicarlo…?”

“No hay necesidad de ninguna explicación. De todos modos, debes asegurarte de que tus acciones estén en línea con la ley, para que nadie vaya por ahí hablando de ti a tus espaldas, sureño”.

“Tranquilo, tú. ¡No necesito que te quejes de Asuta! Quiero decir, ya le pedí disculpas, ¡y él me perdonó! Entonces, ¿por qué exactamente estás entrando de la nada y quejándote?”

“Estoy diciendo que no presionaré el asunto de sus crímenes si es mejor que se contenga en el futuro. Realmente eres una chica tonta”.

De alguna manera, se sentía como si estuvieran a punto de estallar en una pelea.

Y honestamente, esta fue probablemente la primera vez que vi a Ai Fa discutir con alguien en la ciudad. ¿Tendría que arrojarme a la línea de fuego para arreglar las cosas, en última instancia?

“¡Oye, vamos a calmarnos todos, primero! Diel, si fuera y actuara de manera grosera contigo, aún podrías ver a tu familia queriendo decir algo al respecto incluso si hubiéramos arreglado las cosas, ¿verdad? De ahí es de donde viene Ai Fa en este momento, así que ¿no puedes tratar de entender eso?”

“¿Eh? Pero…”

“Y Ai Fa, estoy agradecido de que te preocupes por mí, pero te dije que ya nos reconciliamos, ¿no? Dado que ambos nos hemos perdonado y nos hemos disculpado, todo debería estar bien ahora”.

“Pero…”

Ambas estaban ahora mordiéndose la lengua mientras parecían seriamente disgustadas.

Sin embargo, ese silencio no duró ni cinco segundos completos.

“Es cierto que no debería haberte golpeado, ¡pero empezaste siendo tan grosero! ¡¿Entonces por qué intentas sermonearme ahora?!”

“Sí, tú eres quien inició toda esa conmoción, ¿no es así? Necesitas reflexionar sobre tus acciones más que nadie”. Entonces, Ai Fa se acercó a mi oído y me susurró: “Además, ¿cómo viste a esta chica como un hombre…? Su ropa puede ser masculina, pero aparte de eso, es claramente una joven frágil”. Con eso, recibí varias patadas en la pierna. “Supuse que debe tener una cara bastante grosera para que la confundas con un hombre… De verdad, ¿qué diablos está mal con tus ojos, Asuta?”

“Oye, eso es demasiado, ¿no?” Respondí en un susurro, solo para que Ai Fa se alejara con un “¡Hmph!” En cuanto a Lala Ruu, estaba viendo cómo se desarrollaban las cosas con una sonrisa en su rostro que me recordaba a Kamyua Yoshu.

“E-Entonces, estabas ordenando uno, ¿verdad? Lo prepararé de inmediato, ¡así que espere un momento!” Pregunté, volviendo a encarrilarme mientras preparaba el myamuu giba.

Mientras tanto, Ludo Ruu siguió observando cuidadosamente a Labis mientras el hombre estaba parado detrás de Diel. Y Labis también parecía estar mirando al chico.

Quizás Labis estaba en guardia contra Ludo Ruu y Ai Fa, ya que tenían espadas como parte de su atuendo de caza. Sin embargo, en lugar de parecer nervioso, el hijo menor de Ruu siguió lanzando una mirada amenazante en dirección al hombre.

“Ooh, ¿todavía estás aquí, Asuta?” Escuché como se acercaba un grupo de construcción familiar.

Aldas estaba a la cabeza de la multitud, con la misma sonrisa alegre de siempre.

“¡Bienvenido! Has estado bastante ocupado últimamente, ¿no es así?”

“Sí, ya que finalmente terminaremos las cosas mañana. Si tenemos que estirarlo incluso un día, realmente terminará lastimándonos, ¡así que no podemos permitirnos el lujo de relajarnos todavía!” Dijo Aldas, sus espesas cejas cayeron pero su sonrisa permaneció fija en su rostro. “Bueno, ¡no me importaría quedarme en Genos para siempre si eso significara poder comerme tu comida, Asuta! Pero supongo que no podemos hacer exactamente eso con los costos de la posada y los establos de totos… ¡Uf, realmente es una pena! A menos que surja un trabajo urgente, ¡solo podemos venir a Genos una vez al año!”

“Siempre te quejas de las mismas cosas de siempre. Pero tienes una esposa e hijos esperándote en casa, ¿no es así?” El Viejo intervino con una mirada hosca en su rostro, dándole a Aldas un pinchazo en el estómago. Luego, se volvió hacia mí. “Asuta, ¿cuánta cecina te queda…?”

“¿Eh? ¿Cecina? Um, esto es todo lo que tengo para hoy”. Solo preparé alrededor de dos kilos de cecina por día.

Cuando le mostré al Viejo el interior de la bolsa, murmuró: “Eso no será suficiente… No será suficiente en absoluto. Quiero diez veces esta cantidad para mañana”.

“¿D-Diez veces? ¿Qué planeas hacer con toda esa cecina?”

“Comerlo en nuestro camino de regreso a casa, por supuesto. Somos ocho, y el viaje nos llevará medio mes, así que eso es lo que vamos a necesitar”. Con eso, el Viejo me miró directamente a los ojos. “¿Puedes prepararlo a tiempo? Si no, tendremos que comprar cecina de karon en su lugar”.

“Creo que puedo. Sin embargo, tendré que comprobarlo después de regresar al borde del bosque antes de hacer promesas”.

Aun así, acababa de decirles a los distintos clanes cercanos que no sabía cuándo llegaría el próximo gran trabajo, pero que entonces contaría con ellos. Y además de eso, el Rutim y Lea deberían tener un excedente de carne fresca y cecina en este momento, de todos modos. Además, con la movilidad adicional que nos brindó Gilulu, no debería ser difícil analizar todo el asentamiento y recolectar 20 kilos de cecina.

“Aun así, ¿realmente amas tanto el sabor de la carne de giba, Viejo? Con la cecina es cierto que la sal y las hierbas son bastante fuertes, pero aún queda un poco de sabor de la carne en sí…”

“Soy muy consciente de todo eso. ¿Qué, estás tratando de poner en duda todo este asunto que te traigo aquí?” El Viejo refunfuñó, luego se revolvió el cabello. “He estado comiendo estas cosas todos los días, así que me he acostumbrado al sabor del giba… Entonces, si el precio va a ser el mismo que el de la cecina karon, entonces pensé por qué no pedirlo a tú en su lugar”.

“Sí, si no podemos comer la comida de Asuta, entonces al menos podemos consolarnos masticando un poco de cecina de giba”.

“¡Eres el único por aquí que está llorando!” El Viejo respondió enojado a Aldas, luego volvió a alborotar su cabello. “De todos modos, solo junta lo que puedas, ¿de acuerdo? Vamos a compensar lo que falte con karon… Y es posible que no lleguemos a la tienda mañana hasta después de que el sol ya haya alcanzado su punto máximo, así que asegúrate de decirles a las chicas que tú también trabajas aquí”.

“Ah, ¿no llegarás hasta mañana más tarde?” En ese caso, eso significaba que esto podría ser una despedida para nosotros. Y entonces, me quité la toalla e incliné la cabeza. “Entonces, um, muchas gracias por tu conti—”

“¡Para! ¡No es que nunca nos volvamos a ver!” El Viejo gritó, interrumpiéndome. Y luego arrojó dos monedas rojas sobre el mostrador del puesto. “¡Venimos aquí a Genos al menos una vez al año! ¿Estás planeando pasar por toda esa mierda congestionada cada vez? Y además, ¿quién sabe cuántas docenas o incluso cientos de nosotros, la gente del sur, vamos y venimos en Genos todos los días, de todos modos?”

“Sí, pero bueno… Tenerlos a todos tan a menudo ha sido increíblemente alentador para mí. En serio, tienes mi más sincero agradecimiento por eso”.

El Viejo parecía estar a punto de decir algo, pero pronto miró hacia otro lado y se mordió la lengua.

Con eso, sus compañeros detrás de él estallaron en carcajadas.

“Incluso después de que termine el mes azul, ¡seguiremos yendo a sus puestos! Y comeremos lo suficiente para compensar al Viejo, ¡no te preocupes!”

“¡Silencio, tú! ¡¿O quieres que te haga volar la cabeza?!”

“Si haces eso, no podrás terminar el trabajo mañana. Así que comamos nuestro almuerzo, ya”.

Aparentemente, una parte del grupo había sido contratada entre los lugareños. Pero ahora que lo pensaba, tenía sentido, viendo cómo el Viejo dijo que ocho de ellos se irían a casa a pesar de que había más de una docena en total.

En ese caso, ¿tienen sangre mixta o algo para vivir aquí en Genos? ¿O son solo sureños que se mudaron aquí para ganarse la vida?

No tenía forma de saber todo eso. Pero en cualquier caso, no cambió el hecho de que cada uno de ellos eran mis preciados clientes.

“Hmm, ¿entonces regresarás pronto a Nellwea?” Preguntó Diel, su rostro rebosante de curiosidad mientras se entrometía.

El Viejo había estado ardiendo silenciosamente de ira hasta entonces, pero con eso frunció el ceño y se volvió hacia ella.

“Oh, la chica de Jeland, ¿eh? Ya veo que ahora también comes carne de giba”.

“¡Sip! Lo probé y fue entonces cuando me di cuenta de que estaba súper sabroso. Es vergonzoso pensar en cómo lo llamé duro y maloliente y todo eso…”

“Hmph. Me avergoncé aún peor, ya sabes”, dijo el Viejo, volviéndose y lanzándome una mirada. Sin embargo, a pesar de su expresión de disgusto, había una mirada bastante gentil en sus ojos verdes. “Asuta, volveremos el año que viene. Sé que estás enfrentando todo tipo de problemas, pero si terminas cerrando la tienda antes de esa fecha, es mejor que esperes que vaya pisando fuerte hasta el borde del bosque para quejarme, ¿de acuerdo?”

“Correcto. Me alegrará que vuelvas y te comas mi comida el año que viene”.

De repente, sentí que estaba a punto de empezar a llorar. Dentro de un año… ¿Realmente podría volver a verlos?

No había forma de saberlo, pero como un ser humano humilde, solo tenía que darlo todo para asegurarme de que sucediera.

Mientras teníamos esa conversación, el sol se había elevado en el cielo, lo que marcaba que en otras partes de Genos, pronto comenzaría la reunión entre la gente del castillo y los principales jefes de clan del borde del bosque.

***

Por lo que Gazraan Rutim me diría más tarde, de alguna manera se las arreglaron para pasar con seguridad la reunión del día.

En total, hubo seis participantes del borde del bosque: los tres jefes de clan principales, Gazraan Rutim, y los jefes de los Fou y Beim. Al final, los hombres que iban a acompañar a los jefes de los clanes Sauti y Zaza dejaron que los representantes de los clanes más pequeños ocuparan su lugar.

Nuestro bando había anunciado que traería a seis personas para empezar, y la gente del castillo no parecía estar preocupada por nadie más que por los líderes del clan en primer lugar. Y así, el cambio no causó ningún problema.

Al igual que la vez anterior, la reunión se celebró en la residencia privada de Cyclaeus. Sin embargo, no estaba en la ciudad del castillo. En cambio, estaba en una región al norte de esos muros de piedra, con un vasto huerto rodeado de casas. Esa era la tierra gobernada por Cyclaeus, completamente diferente al sur de la ciudad del castillo donde hacíamos negocios… El territorio del Conde Turan.

En un rincón de esa tierra se encontraba la mansión de Cyclaeus, que era excepcionalmente grande.

Dado que el hombre no aprobaba que la gente del borde del bosque entrara a la ciudad del castillo, había utilizado este lugar para todas las reuniones esenciales, incluso cuando el clan Suun todavía estaba a cargo.

Era una espléndida e inmensa estructura, construida más con piedra que con madera. Y fue en la sala de recepción de ese edificio donde el grupo del borde del bosque esperaba a Cyclaeus, habiendo llegado incluso antes de lo acordado.

La hora de la reunión se había fijado para cuando el sol alcanzara su punto máximo. Kamyua Yoshu y Melfried aparecieron poco antes, todos solos. Quizás estaban acompañados por soldados que esperaban fuera de la mansión, pero a pesar de todo, solo ellos dos entraron en la sala de recepción.

Kamyua Yoshu llevaba su capa habitual, mientras que Melfried tenía su uniforme de cuero blanco. Y a diferencia de la gente del borde del bosque, a quienes les quitaron las armas en la entrada, los dos todavía tenían sus espadas.

El tiempo avanzó y, finalmente, la campana del castillo que anunciaba que el sol había alcanzado su punto máximo se pudo escuchar sonar en la distancia. Siguiendo esa señal, Cyclaeus finalmente emergió a la sala de recepción desde más adentro, acompañado por casi 20 guardias.

Y así, Gazraan Rutim contó su historia…