Isekai Ryouridou (NL)

Volumen 9

Capitulo 2: El Visitante Al Borde Del Bosque

Parte 4

“Sí, parece que realmente no lo pensaste bien, ¡pero seguro que tienes algunos sentimientos profundos allí!” Dan Rutim respondió con otra risita cordial. “¡Me sorprende que alguien de la ciudad se conmoviera lo suficiente como para venir aquí al borde del bosque antes de siquiera resolver lo que estaba sintiendo! ¡Parece que realmente no hay límite para los encantos de tu hija, Donda Ruu!”

“Deja ya de parlotear. Tú también eres un invitado aquí, ¿sabes? Demuestra que conoces tu lugar, al menos un poco”, respondió Donda Ruu, hablando por primera vez. Sin embargo, sus ardientes ojos azules estaban mirando directamente a Shumiral. “Hombre del oriente, no ha habido un solo caso de alguien de fuera de nuestros hermanos formando lazos de sangre con una de las personas del borde del bosque. Eso no solo se aplica a los orientales, sino también a los occidentales”.

“Correcto.”

“Y no permitimos que ocurra nada tan tonto como una sola noche de pasión aquí en el borde del bosque. Un hombre y una mujer deben casarse”.

“Si.”

“Si entiendes tanto, entonces puedes hacer lo que quieras”, dijo Donda Ruu, su gran cuerpo elevándose lentamente. “Tienes mi agradecimiento como jefe del clan Ruu por venir hasta aquí por preocupación por mi hija. Viniste aquí para ver a Vina también, ¿no es así, chef del clan Fa…?”

“S-Sí”.

“Hmph… Hey, enséñales su habitación. Voy a tomar una siesta hasta que aparezcan Sauti y Zaza”, pronunció, con esa orden dirigida a Mia Lea Ruu.

Mientras le lanzaba a su esposo una mirada increíblemente molesta, ella sonrió y dijo: “Entendido, jefe del clan”.

“¿Qué, estás durmiendo? Seguro que te encanta dormir, ¿no es así? Pero, ¿quién nos mantendrá entretenidos mientras tanto, Donda Ruu?”

“Tan molesto…” Donda Ruu refunfuñó mientras desaparecía por el pasillo a la derecha de la habitación.

Mientras veía a su esposo irse, Mia Lea Ruu también se puso de pie.

“Shumiral, nuestro invitado, déjame mostrarte la habitación de nuestra hija. Jiza, por favor, entretiene a nuestros invitados del clan Rutim mientras tanto”.

Con eso, nos dirigimos en la dirección opuesta a donde se había ido Donda Ruu, por el pasillo de la izquierda. Por lo que puedo recordar, el dormitorio de la abuela Jiba también estaba a la derecha, así que esta era la primera vez que estaba en esta dirección. Pero al igual que recordaba de ese otro pasillo, este también continuó recto durante unos diez metros, con tres puertas espaciadas uniformemente a lo largo de la pared interior. Mia Lea Ruu se acercó al más cercano de ellos y luego llamó a la puerta.

“Vina, el jefe del clan dio su permiso, así que traje a nuestro visitante, Shumiral. Y Asuta también está aquí. ¿Puedo dejarlos entrar?”

Silencio.

Después de que estuvimos allí durante unos diez segundos, Mia Lea Ruu levantó la mano para tocar de nuevo, solo para que la puerta se abriera con energía.

“¡Hola, Asuta! ¡Me alegro de que a ti y a ese visitante no les diera una paliza nuestro viejo!”

En lugar de Vina Ruu, fue Ludo Ruu quien nos saludó. Y por alguna razón, estaba cargando al hijo de Jiza Ruu, Kota Ruu. Los inocentes ojitos negros del bebé nos miraron a mí y a Shumiral, lanzándonos una mirada confusa.

“Aquí, ¿puedo entregarte a Kota?”

“Por supuesto. Ven a jugar con la abuela, Kota”, dijo Mia Lea Ruu con una sonrisa mientras tomaba a la joven Kota Ruu en sus brazos. El bebé soltó un sonoro feliz, “¡Gah!” en respuesta.

“Ah, recuerdo ese cabello blanco tuyo que es como el de la abuela Jiba. Soy el hijo menor de la casa principal de Ruu, Ludo Ruu. Encantado de volver a verte, visitante”.

“Igualmente, Shumiral Zi Sadumtino. Yo también te recuerdo”.

“Sí, venía a la ciudad postal como guardaespaldas durante un buen tiempo allí. De todos modos, aparentemente mi viejo confiaba en tus palabras y decidió dejarte conocer a Vina. Solo ten en cuenta que si rompes esa confianza, tendré que derribarte”, dijo Ludo Ruu, dándose palmaditas en la cadera mientras lo hacía. Allí colgaba el cuchillo de repuesto que había comprado después del incidente con Tei Suun. “Pareces bastante hábil también, pero no eres rival para mí. Aun así, he escuchado rumores de que ustedes, chicos de Sym, usan veneno. Entonces, si te veo actuando de manera sospechosa, te cortaré sin dudarlo. De todos modos, ¿podrías prometerme que no te acercarás lo suficiente a Vina para tocarla?”

“Si. Mantendré esa promesa”.

“Bien, te obligaré a eso. Después de todo, no quiero apestar la casa con sangre. Ah, y lo mismo ocurre si intentas hacerle algo a Asuta también”.

No hay forma de que eso suceda nunca, pensé para mí mismo, pero pensé que aún era esencial que él lo dijera. Después de todo, si mi juicio estaba completamente fuera de lugar y Shumiral se refería a daño a la gente del clan Ruu, entonces eso significaría que Vina Ruu estaba expuesta al peligro. Honestamente, mirándolo desde el punto de vista de Donda Ruu y el resto de su familia, en realidad estaban poniendo un poco de confianza en Shumiral.

“Bueno, entonces pasa. Pero recuerda que esta es la habitación de Vina, así que es muy femenina. Solo prepárense, ¿de acuerdo?”

Con eso, Ludo Ruu se hizo a un lado y finalmente nos dejaron entrar en la habitación.

Ciertamente no lo llamaría femenino. Sin embargo, la habitación estaba llena de olor a flores.

Al igual que el dormitorio de la abuela Jiba, parecía tener unos nueve metros cuadrados. No había muebles reales aparte de un gran estante a lo largo de una pared. Aun así, había una sensación extrañamente alegre en el espacio que lo marcaba como la habitación de una niña y me hizo sentir un poco incómodo estar allí.

Telas de hermosos colores colgaban de las paredes de la habitación. Y encima de ellos había todo tipo de flores frescas, que debían de estar creando el fragante aroma.

Encima del estante, había una variedad de accesorios de niña. Deben haber sido para usar junto con su atuendo de banquete. Incluso desde la distancia, podía espiar metales y piedras brillantes. Y ese poco de color iridiscente tenía que ser el velo y el chal que llevaba alrededor de la cabeza y la cintura.

La tela que colgaba de las paredes no era del todo decorativa, ya que también podía espiar patrones arremolinados, que probablemente eran trajes de repuesto para cambiar mientras se lavaban otros.

Vina Ruu también debe haber compartido esta habitación con sus hermanas. Después de todo, eran bastantes atuendos para que ella usara por su cuenta.

A pesar de que esos atuendos eran similares a la ropa interior o los trajes de baño en forma, eran el atuendo normal que veías en todo el borde del bosque, así que no había razón para que tales cosas me hicieran sentir avergonzado…

Pero aun así no podía quitarme la sintiendo que había entrado en un jardín de flores prohibido.

En cuanto a la dueña de ese jardín prohibido, estaba recostada elegantemente en el otro extremo de la habitación.

Los sensuales miembros de Vina Ruu estaban extendidos sobre una serie de capas de sábanas destinadas para dormir.

Su mano derecha sostenía su cabeza y estaba mirando hacia nosotros, con una pose como la del Buda yacente. Esa era una pose bastante normal, pero la forma en que los contornos de su cuerpo se movían hacia arriba y hacia abajo incluso más de lo habitual lo hacía sentir particularmente seductor.

Sus ojos parecían tan somnolientos como siempre, y su boca no mostraba ningún tipo de expresión en particular. En cuanto a su tobillo derecho lesionado, tenía un trozo de tela grisáceo envuelto alrededor.

Tal vez tenía una especie de cataplasma debajo, ya que el aroma de las flores dio paso a un poderoso olor fresco y refrescante cuando nos acercábamos.

“Perdón por mi aspecto cutre… he estado sentada durante tanto tiempo que mi trasero ha comenzado a doler…”

“Ah, no te preocupes por eso, Vina Ruu. Descansar puede ser un trabajo duro”, dije mientras me sentaba en el medio de la habitación.

Shumiral se sentó a mi lado, mientras que Ludo Ruu se dejó caer más cerca de Vina Ruu para poder vigilarnos.

“Vina Ruu, mis disculpas, por la visita repentina”, dijo Shumiral con una suave inclinación de cabeza.

Vina Ruu no respondió nada.

La mirada en sus ojos también parecía de alguna manera molesta. Después de todo, parecía que realmente no le agradaba la visita de Shumiral.

Después de eso, la habitación permaneció en silencio por un rato. Tanto Shumiral como Vina Ruu se miraban el uno al otro, pero ninguno decía una palabra.

El tiempo se arrastró tan lento como un caracol, hasta que Ludo Ruu no pudo soportarlo más y finalmente habló.

“Oye, ¿de verdad tenías algún tipo de negocio con Vina? Los chicos de Zaza y Sauti van a venir eventualmente, así que no puedo seguir pasando el rato aquí para siempre”.

“¿No tienes tiempo?”

“No, debería estar bien por un tiempo, pero…”

“Gracias por dedicar su precioso tiempo aquí”. Con eso, el silencio volvió.

La siguiente en hablar terminó siendo Vina Ruu.

“Um… Si no tienes nada que hacer aquí, ¿puedo pedirte que te vayas…?” Efectivamente, ese fue un tono bastante frío para ella.

Shumiral inclinó la cabeza en respuesta, luciendo confundido. “Estoy llevando a cabo mi negocio en este momento”.

“¿Qué…? ¿Tu negocio está ahí sentado en silencio y mirándome…?”

“Si. Por la mañana, dentro de tres días, estaré, dejando Genos. Así que antes de eso, quería quemar la vista de ti en mis ojos y mente”.

Si hubiera hablado con más fluidez en el idioma, entonces eso podría haber dado la impresión de que estaba dando aires seriamente. Pero sabía que Shumiral era serio y reservado, así que me di cuenta de que estaba haciendo todo lo posible por expresar sus sentimientos.

Y, sin embargo, Vina Ruu todavía parecía disgustada.

“Hmm… Pero Vina puede caminar mucho más por su cuenta ahora, así que debería poder regresar a la ciudad pasado mañana. Así que diría que perdiste el tiempo viniendo aquí hoy”, dijo Ludo Ruu en lugar de su hermana silenciosa, solo para que Shumiral entrecerrara los ojos con una mirada de satisfacción.

“Si puedo, volver a verte, pasado mañana, eso me alegraría. Espero que su herida se cure pronto”.

“Simplemente no te entiendo… Si estuvieras tratando de casarte conmigo, entonces podría simplemente rechazarte y ese sería el final. Pero, ¿qué debo hacer cuando estás así…?” Vina Ruu murmuró, deslizando su cabello castaño hacia arriba con su mano izquierda abierta. “No quieres casarte conmigo, y no estás pidiendo una noche de placer… Ni siquiera estás tratando de forjar lazos de amistad… Entonces, ¿por qué viniste hasta aquí…?”

¿Eh? Pensé para mí mismo, y casi podía sentirme caer hacia adelante mientras estaba sentado allí.

Sin embargo, no hubo ningún cambio en la expresión de Shumiral. En cambio, mantuvo su mirada fija en Vina Ruu mientras se quitaba uno de los accesorios alrededor de su muñeca derecha.

“Vina Ruu, ¿te molestaría aceptar este regalo?” Ella no respondió nada.

“Estas son, piedras protectoras, para protegerse, desastre. Rezo para que vivas una vida sana, Vina Ruu”.

Era una cadena de plata con piedras rosadas del tamaño de la uña de un dedo meñique incrustadas aquí y allá. El tejido de la cadena me recordó un poco al collar de piedra azul que le había dado a Ai Fa.

“¿Qué piensas, Vina…? Si lo estás aceptando, entonces se lo quitaré primero a él”, preguntó Ludo Ruu mientras miraba a su hermana silenciosa por el rabillo del ojo.

Con eso, Vina Ruu se sentó lentamente, la misma aura colgando sobre ella que Donda Ruu había exudado antes. Luego, una vez que estuvo sentada con las piernas hacia un lado, preguntó en voz baja: “¿Por qué…? Casi no hemos tenido ninguna interacción, entonces, ¿cómo tiene sentido para mí recibir un regalo así de usted…?”

“Vina Ruu, simplemente deseo que vivas una vida saludable. Si estuvieras herida de nuevo, después de que me fui, eso me entristecería”.

Una vez más, se quedó en silencio.

“No necesito nada a cambio. Simplemente rezo por tu felicidad”.

“Bueno, si él lo está dando, ¿por qué no seguir adelante y tomarlo? Incluso si decides que no lo necesitas, puedes tirarlo más tarde”, intervino Ludo Ruu con un bostezo, aparentemente aburrido con todo esto.

Mientras se hundía un poco, Vina Ruu miró a Shumiral a través de su largo flequillo.

“¿Te estás burlando…?”

Shumiral parpadeó un par de veces. “¿Burlando? No entiendo.”

“¿Por qué deberías ir deseando mi felicidad…? Quiero decir, no estás interesado en una mujer gorda como yo, ¿verdad…?”

¡Lo sabía! Pensé dentro de mí.

Ludo Ruu, mientras tanto, alborotaba su cabello rubio mientras murmuraba: “¿Acabas de salir y decirlo…?”

Parecía que estos dos hermanos habían estado escuchando la conversación en el salón principal.

“Estoy gorda de todos modos, así que nunca me casaré y terminaré siendo una anciana aficionada…”

“Pero tú eres la que siempre rechaza las ofertas de matrimonio, Vina…”

“Eso es cierto… Así que déjame en paz ya…” refunfuñó Vina Ruu, desplomándose contra la pared trasera.

Al ver eso, Ludo Ruu se acarició la barbilla y dijo: “Hmm… Parece que está casi en su límite. Lo siento, pero ¿qué tal si lo dejamos aquí?”

“Sí”, respondió Shumiral mientras miraba hacia abajo y agarraba con fuerza el regalo que había estado ofreciendo. Luego, se puso de pie, le hizo una reverencia en silencio a Vina Ruu y se dio la vuelta.

“Lo siento por eso. Ayer tuvo un poco de fiebre, e incluso ignorando eso, ha estado atrapada en la casa durante dos días, por lo que Vina no ha estado de muy buen humor. Bueno, es algo delicada para empezar, de todos modos…” dijo Ludo Ruu después de que salimos de la habitación y cerró la puerta. “Es especialmente mala con las cosas románticas. Gracias a su apariencia, ha tenido toneladas de hombres tratando de cortejarla desde siempre. Y cada vez que rechaza una, se pone muy deprimida, pensando que los hombres ya no querrán tener nada que ver con ella “, dijo el niño con una gran sonrisa a pesar de que estaba revelando el pasado desagradable de su hermana. “Aun así, eres el primer hombre al que escuché decir que no era bonita. Desde que escuchó eso, parece que está lista para explotar, ya sea por ira o tristeza o lo que sea. Así que realmente creo que está en su límite por hoy”.

“Correcto…”

“¿Quieres que le entregue eso a Vina?” Preguntó Ludo Ruu, mirando el accesorio que Shumiral aún sostenía en su mano derecha.

Sin embargo, el joven del este respondió, “No”, con un movimiento de cabeza. “Se lo entregaré, a Vina Ruu, pasado mañana. Si no la veo, me rendiré”.

“Te tengo. Seguro que eres un tipo interesante, Shumiral”, dijo Ludo Ruu, luego le dio al hombre un ligero golpe en el pecho. “Seguro que sería interesante que te casaras en el borde del bosque, pero supongo que sería difícil de lograr… Pero aun así, si realmente estás pensando seriamente en la felicidad de Vina, entonces ciertamente no puedo odiarte por ese. De todos modos, nos vemos.”