Isekai Ryouridou (NL)

Volumen 9

Capitulo 2: El Visitante Al Borde Del Bosque

Parte 2

Miré a izquierda y derecha, y cuando no vi ni la piel ni el pelo de ese pequeño alborotador, respondí: “Por supuesto. Yo también actué con rudeza ayer. Um, ¿solo quieres uno?”

“Si.”

“Sin embargo, el sabor de la carne en este plato es más fuerte que el de ayer y tiene una textura única. Varios clientes del sur me han dicho que no les gusta eso, así que ¿le gustaría probar una muestra antes de comprar?”

Últimamente había habido una disminución notable en los clientes que probaban muestras, por lo que tendría que sacrificar una de las hamburguesas destinadas a la venta, pero eso no me ayudó. Y además, la oportunidad de ganar un nuevo cliente valía mucho más que las dos monedas rojas que obtendría de una venta.

Sin embargo, el  joven parecía aún más  disgustado al escuchar mis palabras.

“¿Es eso así…? ¿Es el sabor de la carne realmente tan fuerte?”

“Hmm, bueno, hay clientes del sur que también están completamente de acuerdo. Pero si tuviera que elegir uno, ese plato de myamuu es más popular entre los sureños”.

“¿Qué tengo que hacer…?” preguntó el joven, inclinando la cabeza.

Estaba a punto de decir: “No estoy seguro de cómo responder a eso”, solo para jadear “¡Gyah!” en lugar.

Desde detrás de la robusta figura del joven sureño, ahora podía espiar el cabello castaño oscuro moteado y unos hermosos ojos verdes como el jade mirando en mi dirección.

“A-Ah, tú también estás aquí. Um… lamento mucho mi grosera declaración de ayer”, dije, quitando la toalla de mi cabeza y haciendo una reverencia de treinta grados.

Solo pude espiar parte de su cabello y su ojo izquierdo desde donde estaba.

“¿Cómo quieres que proceda? Parece que también puedes confirmar el sabor primero”, declaró el joven, volviéndose para mirarla.

Al instante, Diel se lamentó: “¡Estúpido! ¡No te muevas! ¡Me verás!”

“Um, ya puedo verte un poco, así que no creo que tenga mucho sentido esconderse más…” señalé suavemente, solo para que un poco de su piel pálida se volviera roja.

“¿Estás loco…?”

“¿Eh?”

“¿Te golpeé dos veces ayer, pero no estás enojado conmigo?”

“Quiero decir, fui yo quien fue y actuó con rudeza primero. Sin embargo, no es que yo apruebe particularmente la violencia. Aun así, diría que me lo provoqué a mí mismo, así que definitivamente no estoy enojado”.

Desafortunadamente, no pude forzarme a sonreír, pero al menos pude sacar esa respuesta con calma. Y, honestamente, no era mentira que no estuviera enojado.

“¿Realmente no estás enojado…?”

“Sí, eso es correcto”.

“Aunque todavía estoy enojada…”

“Ah, sí, realmente lo lamento”.

“¿Todavía piensas que soy un chico…?”

“¡Ya no! Solo tenía la tonta idea preconcebida en mi cabeza de que nunca podría haber mujeres sureñas en Genos. Lo siento mucho, ¿podrías perdonarme en ti mismo?”

Quizás porque me estaba comportando con tanta humildad, la niña finalmente salió de la sombra del joven.

Realmente era pequeña y delgada, con una cara adorable. Mirando ahora, realmente era difícil verla como algo más que una mujer. En serio, ¿qué había estado haciendo mi cerebro, interpretándola como un chico lindo y juvenil? La mente humana puede resultar seriamente desconcertante a veces.

Aunque con todo lo dicho, si no le gustaba que la confundieran con un chico, podría haberse vestido de forma más femenina. El chaleco sin mangas y los pantalones cilíndricos que vestía eran los mismos que los del joven que la acompañaba, y el color era elegante pero también un poco utilitario.

Tanto con los occidentales como con la gente del borde del bosque, las mujeres tendían a llevar atuendos femeninos llamativos, y también solían lucir bastante piel. En cuanto a si esta chica tenía proporciones especialmente femeninas, bueno, preferí no responder, pero si se vestía con un atuendo femenino, seguramente sería lo suficientemente linda como para llamar la atención.

“Esa chica es increíblemente bonita…” Dijo Diel con una mirada dura señalando el camino de Reina Ruu.

En respuesta, la segunda hija de Ruu sonrió un poco preocupada y dijo “¿Eh?” con una inclinación de cabeza.

“Y ese también lo es, y la chica con el pelo rojo a su lado es súper linda.

¿Está el borde del bosque lleno de bellezas?”

“B-Bueno, no puedo negar eso exactamente…”

“Creo que tiene sentido que alguien como yo parezca un hombre cuando siempre estás rodeado de mujeres tan hermosas…”

“¡Eso no es cierto en absoluto! Tienes una cara tan linda como cualquiera,

¿no es así?” Respondí sin pensar.

El pálido rostro de Diel se puso rojo brillante en respuesta, y los lindos ojos redondos de Reina Ruu se entrecerraron y se volvieron tan fríos como los de mi jefe de clan. Realmente me sorprendió ver a la última chica dar una mirada así, y no pude evitar dar un suspiro mental.

“¿Q-Qué eres, estúpido? Tratar de engañarme con tonterías como esa solo hace que confíe menos en ti, ¿sabes? ¡Realmente eres un tipo desconsiderado, Asuta!”

“Sí, incluso yo no puedo evitar odiarme a mí mismo a veces… De todos modos, si realmente viniste aquí por mi comida de nuevo a pesar de todo eso, ¡entonces por favor adelante! Te prepararé una muestra para que la pruebes, así que…”

“No necesito probarlo primero. ¿Pero realmente me venderás tu cocina…?”

“No veo ninguna razón por la que no. De hecho, me alegraría mucho que compraras algunos”.

Luego, con las mejillas todavía rojas, Diel estalló en una sonrisa verdaderamente alegre.

Pudo haber sido esa sonrisa inocente la que finalmente despejó la última reserva que había estado sintiendo. Sus palabras y acciones la hacían un poco difícil de manejar, pero al menos, parecía ser increíblemente abierta cuando se trataba de sus emociones. Para relacionarla con alguien que conocía más de cerca, puede que fuera bastante similar a Lala Ruu.

Y cuando una persona así sonreía, era realmente encantador. Por alguna razón, realmente me recordó cuando el Viejo me lanzó una sonrisa por primera vez.

“¡Entonces, adelante, véndeme uno! ¿Cuántas monedas son?”

“Ah gracias. Serán dos monedas rojas”.

“¡Tan barato! ¿Realmente puedes obtener una ganancia como esa?”

“Sí, al menos tanto como lo hacen otros puestos”.

Desde que Ai Fa había reanudado la caza, una vez más tuvimos algunos días en los que no necesitábamos comprar carne de otros clanes. Esas circunstancias significaron que nuestros gastos de referencia fluctuaron bastante, pero ciertamente no deberíamos haber estado en peor situación que los otros puestos.

Ah, en cuanto a la carne de hoy, la habíamos comprado al clan Ran en lugar de a los Ruu. Y en lugar de pagar 12 monedas rojas por el valor de una giba, optamos por 120. En otras palabras, gracias a las negociaciones con Tsuvai y Mia Lea Ruu, finalmente habíamos revisado el costo de la carne a algo más apropiado.

Dependiendo del tamaño de la giba, pagaríamos entre 100 y 140 monedas rojas.

También determinamos que pagaríamos la mitad del precio por la mitad de la carcasa. Eso fue en consideración por el hecho de que los pequeños clanes también necesitaban quedarse con la carne para ellos mismos, a diferencia de los Ruu que podían cazar una cantidad constante.

“¡Entonces, uno por favor! Ah, ¿de verdad no quieres ninguno, Labis?”

“Así es. Ya comí antes de irnos”, respondió el joven, sacando una pequeña bolsa de tela cerca de su pecho. Luego sacó una sola moneda blanca y la colocó con un tintineo.

“Gracias. Y tu cambio serán ocho monedas rojas”.

Estaba trabajando en la preparación de la hamburguesa giba, así que Reina Ruu se encargó del cambio. Sin embargo, incluso después de que ella le tendió las monedas, Labis no reaccionó.

Aparentemente sintiendo lo que estaba pasando, Reina Ruu asintió levemente y colocó las monedas sobre el mostrador. Con eso, el joven agarró silenciosamente las ocho monedas rojas.

Así que no quería tocar a ninguna gente del borde del bosque si podía evitarlo, ¿eh?

La gente del borde del bosque había llegado a Genos desde el bosque negro de Jagar y se convirtió del dios del sur en el dios del oeste cuando lo hicieron. Y así, una parte de los sureños los evitaba incluso ahora.

Sin embargo, la cantidad de gente de Jagar que se sentía de esa manera parecía ser pequeña, y no se acercarían exactamente a estos puestos en primer lugar de todos modos, así que esta fue una vista inusual para mí.

Hmm… No parecen ser tan malas personas en general, pero en realidad son un poco difíciles de manejar, pensé mientras le entregaba la hamburguesa giba terminada a Diel.

“Gracias por esperar. Y ten cuidado que la tarapa no se derrame, ¿vale?”

“¡Sip! ¡Gracias!” Diel respondió con una sonrisa brillante, su estado de ánimo aparentemente se había recuperado por completo. Y mientras mordía el plato sin la vacilación que mostró ayer, sus ojos se entrecerraron aún más con alegría. “¡Esto es tan bueno! ¡Sabía que no necesitaba probarlo primero! ¡Esto es tan delicioso como ese plato de ayer, Asuta!”

“Gracias, me alegra escucharlo”.

“Aun así, esta carne es bastante blanda. ¿Sigue siendo giba?”

“Así es. Este plato se prepara cortando la carne primero y luego haciendo una bola y cocinándola”.

“Hmm, ¡qué elaborado! ¡Ciertamente, nunca esperé poder comer una comida adecuada aquí en la ciudad postal!”

Cocina adecuada, ¿eh?

Esa declaración definitivamente despertó mi curiosidad.

“Oye, normalmente comes en la ciudad del castillo, ¿no? Entonces, ¿los platos que sirven allí son realmente mucho más lujosos que los que tenemos en la ciudad postal?”

“¿Hmm? ¡Sí, eso es correcto! ¡Incluso los ingredientes que usan están en otro nivel! Pero tu cocina es realmente sabrosa… ¿Cómo es tan buena cuando puedes permitirte venderla por dos monedas rojas?” Dijo Diel con una sonrisa, mirando la sección transversal de la hamburguesa giba que había mordido. “Esta verdura cortada en cubitos es tino, ¿no? Y esta cosa hervida es tarapa, ¿verdad? Se supone que la tarapa barata es mucho más ácida, pero esta es dulce y sabrosa”.

“¿Eh? ¿Estás diciendo que hay tipos de tarapa menos amargos por ahí? Lo cociné junto con aria en cubitos para contrarrestar eso. Y el sabor debería provenir del vino de frutas y myamuu”.

“Vino de frutas, ¿eh? Pero eso también es barato, ¿no?”

“Sí lo es. Un contenedor de este tamaño solo cuesta una moneda roja”. “¡Una sola moneda roja! ¡Eso es tan barato que es casi ridículo!”

Sus palabras sonaban tan altivas y arrogantes. ¿Era esa boca en ella solo algo con lo que nació? Honestamente, no pude evitar tener sentimientos encontrados al ver cómo ella alababa mis habilidades culinarias e insultaba mis ingredientes.

“Aun así, debes tener bastante habilidad para hacer que la comida sea tan deliciosa con ingredientes tan baratos. ¿Qué hace alguien como tú trabajando en la ciudad postal?”

“No sé qué decir, excepto que soy una persona del borde del bosque. Estoy seguro de que nunca se nos permitirá hacer negocios en la ciudad del castillo, ¿verdad?”

Las cejas de Diel se arquearon en respuesta a esas palabras. Realmente parecía cambiar las emociones terriblemente rápido.

“Lo siento. Fui y volví a insultar a la ciudad postal, ¿no? Pero no es que odie este lugar, ¿sabes? Es la ciudad del castillo lo que encuentro todo sofocante e insoportable, por eso salgo todos los días. Aun así, la comida barata de  la  ciudad postal es una cosa que simplemente no puedo soportar… ”

“Ah, no me dolió tanto”.

“No te gusta cómo sigo llamando baratos a los ingredientes que usas, ¿verdad…? Lo siento.”

“¡No, realmente no estoy molesto! ¡Y oye, date prisa y come tu comida antes de que se enfríe!”

“Cierto…”

Diel se detuvo y miró fijamente mi rostro con una mirada preocupada por un momento, pero cambió de marcha en poco tiempo y comenzó a comer de nuevo.

Fue entonces cuando se acercó un grupo alto vestido con capas de cuero, y suspiré sin pensar. El momento fue incómodo… aunque dicho esto, aparecían más o menos a la misma hora todos los días. Después de todo, era mi grupo de clientes habituales, el Silver Vase.

Diel intentó apartarse casualmente de su camino, pero cuando vio el cabello plateado asomando por debajo de una de las capuchas, se quedó inmóvil.

“Asuta, cinco por favor.”

“Gracias por su continuo negocio. Um… la promesa de ayer sigue siendo válida, ¿verdad?” Le pregunté a Diel en un tono un poco preocupado, solo para volver un molesto, “¡Sí, sí!”

Entonces, la niña miró enojada a Shumiral. “¡Oye! ¡Hay algo que quiero decirte!”

El oriental miró en silencio a Diel. Y su expresión permaneció completamente desprovista de emoción mientras lo hacía.

Mientras estaba allí preguntándome si esta diferencia de temperamento era parte de lo que llevó a que sus naciones se convirtieran en enemigas, Diel arqueó las cejas mientras se veía aún más molesta.

En el siguiente instante, sin embargo, gritó: “¡Lo siento! Odio a la gente de Sym, pero es posible que me haya equivocado al insultarlo así en el reino occidental. ¡Así que lo siento, está bien!”

Cuando dijo ese último “lo siento”, fue en el tipo de tono que usarías para gritar “¡maldito idiota!”

Sin embargo, eso probablemente fue lo más cercano a un compromiso que esta chica pudo conseguir.

Con la misma mirada en su rostro de siempre, Shumiral asintió levemente.

“Espero el día en que la guerra entre Sym y Jagar llegue a su fin. No, odio a Jagar”.

“Bueno, quiero decir, nací en Jeland, que está al oeste de Jagar, así que no sé mucho sobre la guerra, pero… ¡Uf, lo que sea! ¡Deja de hacerme hablar tanto! ¡Algo grosero terminará escapándose de nuevo!” Diel gritó antes de morder la hamburguesa giba como si fuera a taparse la boca. Luego, ella me lanzó una mirada como diciendo: “Eso fue lo suficientemente bueno, ¿verdad?”

Naturalmente, no tuve ningún problema allí. De hecho, me alegré de ver que ella podía seguir adelante y pedir perdón con seriedad.

“Te vi ayer en la ciudad del castillo, en la mansión amarilla. ¿Es usted quizás parte de un grupo de herrería?” Shumiral preguntó con calma mientras esperaba que terminara las hamburguesas de giba.

Mientras tanto, Diel miró hacia arriba con una mirada antagónica a Shumiral, quien era una cabeza más alta que ella.

“¡Te dije que no me hicieras hablar tanto! Pero así es… Venimos de Jeland, así que, naturalmente, ese es el campo de trabajo en el que estamos”.

“Hierro Jeland, es famoso. Perdimos negocios, como decidió el cliente, él compraría cuchillas de allí”.

“Ah, ¿ustedes eran la gente de Sym que vendía espadas a ese viejo? ¡Es una pena! Pero quiero decir, ¡Jagar nunca perdería frente a Sym cuando se trata de trabajar metales!” Dijo Diel mientras hinchaba orgullosamente su pecho, solo para volverse y lanzarme una mirada preocupada. “Um, no los estaba hablando mal en este momento…”

“Sí, sí, no tienes que preocuparte tanto por eso”.

Además, Shumiral fue quien trajo el tema allí. Sin embargo, no podía imaginarlo lanzándose a una pequeña charla con alguien de Jagar solo porque tenía ganas, por lo que probablemente era una conversación que sentía que era importante tener.

“Vendíamos cuchillas todos los años. Pero nos dijeron que ya no los necesita… porque se los está comprando a usted”.

“¿Hmm? Ah, aparentemente mi papá y ese viejo tenían algún tipo de acuerdo especial. Sin embargo, no conozco los detalles, e incluso si los supiera, ¡no iría exactamente a contárselos a un rival comercial! Espera…

¿eres vendedor de artículos de hierro?”

“No, no lo soy. Vendemos cuchillas, ollas, vasos, telas… cualquier cosa y de todo”.

“¿Eh? Bueno, de todos modos, supongo que será mejor que empieces a reorientar tu negocio de aquí en adelante. Jagar es famoso por su hierro, ¡e incluso allí Jeland está un paso por encima! ¡Así que no perderemos ante algunos pequeños comerciantes que negocian con todo lo que pueden conseguir!”

Cada vez que Diel hacía un comentario severo, me lanzaba una mirada de preocupación.

En este momento, sin embargo, estaba actuando de manera más divertida que irritante. Además, tenía sentido para mí que los comerciantes compitieran sin piedad entre ellos.

“Nos esforzamos, por hacer, buenas hojas. Sin embargo… ¿Puedo decir una cosa?”

“¿Qué es? Seguro que hablas mucho por alguien de Sym, ¿sabes?”

“Disfruto la conversación. Me gustaría aprender, hablar mejor, el idioma de occidente. Pero el anciano, de la mansión amarilla, rompió nuestro acuerdo. Preparamos cuchillas, sin ningún motivo, ahora. Te lo advierto, que te cuides también”.

“¿Eh? ¡Estás siendo demasiado ingenuo! Si no tenía un contrato, entonces no tiene derecho a quejarse de que alguien cambie de socio comercial. Me sorprende que se llame comerciante pensando así”.

“Lo hicimos, teníamos un contrato. Pero aun así, rompió el acuerdo. Dijo que si nos quejábamos, tomaría nuestro pase a la ciudad del castillo. Eso resultaría problemático, por lo que nos dimos por vencidos en el asunto”.

Con esas palabras, la linda expresión de Diel dio paso a una más severa. Aunque dicho esto, se parecía más a la expresión de un cachorro al que se le interrumpió la comida.

“¿Que…? ¿Ese viejo es en serio tan torcido? Bueno, supongo que realmente se siente más como un mercader codicioso en las afueras de la ciudad que como un noble… Aun así, ¿en qué estabas pensando al dar esa información a tus rivales comerciales?”

“No tengo ninguna razón en particular”, respondió Shumiral, entrecerrando los ojos ligeramente. Era el tipo de expresión que yo consideraba que significaba que se estaba divirtiendo. “Es solo que usted se disculpó. Eres, inusual para, un ciudadano de Jagar. Y entonces, quería hablar contigo”.

“¡Hmph! ¡Qué raro!” Replicó Diel, dándose la vuelta. Pero luego, siguió adelante y miró hacia Shumiral. “Pero bueno, supongo que le diré a mi papá que tenga cuidado solo para estar seguro. ¡Pero no te agradeceré hasta que sepa si es verdad o no!”

“No, necesito gracias. Esforcémonos los dos por fabricar las mejores hojas que podamos”.

Con eso, el ida y vuelta finalmente llegó a su fin, y Shumiral pudo comerse su propia hamburguesa giba.