Isekai Ryouridou (NL)

Volumen 9

Capitulo 1: Un Nuevo Encuentro

Parte 5

 

 

 

Ahora que lo pensaba, Kamyua Yoshu había dicho que la costumbre era marcar totos para marcar a quién pertenecen.





“Sin una marca, no podrás demostrar que este totos te pertenece si te lo roban, ya sabes. Bueno… supongo que nadie iría tras algo que pertenece a la gente del borde del bosque de todos modos, pero puedes cuidarlo por solo cinco monedas rojas en un lugar que maneja totos, así que deberías seguir adelante y hacerlo.”

“¿Qué es una marca…?” Ai Fa cuestionó, sonando confundido.

“U-Una marca es un símbolo que se quema en la piel con metal caliente. Si le damos uno, Gilulu no se mezclará con otros totos”, expliqué apresuradamente, pensando que sería malo si la ira de Ai Fa se volviera hacia el dueño.

Al instante, Ai Fa gritó: “¡No puedes! ¡Nunca confundiría a Gilulu incluso sin tal cosa! ¡Nunca aceptaré la idea de ponerle una marca!”

Quizás porque acababa de escuchar su nombre tantas veces seguidas, Gilulu inclinaba la cabeza sobre su largo cuello y acercaba su rostro al de Ai Fa. En poco tiempo, ella acunó su cabeza entre sus brazos y me lanzó una mirada llena de ira y tristeza.

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Isekai Ryouridou Volumen 9 Capitulo 1 Parte 5 Novela Ligera

 

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“¿No lo aceptarás…?” Repetí mientras contenía un suspiro, luego miré al veterano. “Um, el dueño anterior de este toto no lo marcó, así que no está en contra de las leyes de Genos no tener uno, ¿verdad?”

“Sí, todo depende del dueño del pájaro. Después de todo, eres el único que saldrá perdiendo si se escapa o si te lo roban … Sin embargo, es una buena educación con otros jinetes totos asegurarte de que tus riendas y tu arnés tengan al menos un símbolo fácil de ver. Después de todo, la gente tiende a usarlos para diferenciar los totos en lugar de las marcas”.

“Símbolos, ¿eh? Ya veo,” respondí con un asentimiento, luego me di la vuelta solo para encontrar a mi amada cabeza de clan hurgando dentro de su capa de cuero. Lo que sacó fue una especie de collar familiar lleno de cuernos y colmillos de giba.

Desde que comencé mi negocio con los puestos, no había sido necesario que Ai Fa cambiara los cuernos y colmillos que ganaba por monedas. Sería un estorbo demasiado ponerlos alrededor de su cuello, por lo que había estado guardando el exceso en los bolsillos interiores de su capa.

De todos modos, Ai Fa quitó tres cuernos y colmillos y los ensartó a lo largo de un cordón de cuero nuevo, luego lo envolvió alrededor del cuello de Gilulu.


Entre los cazadores del borde del bosque existía la costumbre de regalar a las mujeres esos collares como un deseo para que vivieran una vida feliz y saludable. De hecho, no estaba del todo seguro si Gilulu era un niño o una niña, pero de todos modos era miembro del clan Fa, y se sentía como un regalo de buen gusto.

Ai Fa le dio una caricia satisfecha al largo cuello de Gilulu, y luego infló su pecho con orgullo.

“Esto debería funcionar, ¿verdad? Sin embargo, ciertamente no aceptaré calificarlo de ninguna manera”.

“Lo tengo, lo tengo. No tengo quejas aquí. Ya me había sentido vagamente así, pero seguro que eres sobreprotector con tu familia, ¿eh?”

“Tranquilo,” respondió Ai Fa, palmeando a Gilulu en el cuello y luciendo aliviado de haber evitado ese peligro.

“Seguro que sois una pareja extraña…” refunfuñó el veterano. Me sorprendió un poco el tono de su voz, así que me di la vuelta para mirar, y lo encontré alborotando su cabello castaño y dando una sonrisa incómoda.

“Realmente no los entiendo gente del borde del bosque. Primero creo que son un grupo de rufianes intimidantes, pero luego van llorando como niños… Oigan, todos tienen algunos puestos aquí en la ciudad postal, ¿no es así? Solo he escuchado rumores, ya que paso casi todo el día aquí en la tienda”.

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“¿Eh? ¿Rumores?”


“Si. Hubo un derramamiento de sangre hace un momento en el que incluso la gente del castillo se mezcló, ¿verdad? Fue algo sobre la gente del borde del bosque que talaba a uno de sus propios criminales, ¿no es así?”

De repente me quedé sin palabras.

El veterano me estaba lanzando una mirada que decía que estaba tratando de sentirme.

“Hasta ahora, la gente del castillo pasaba por alto los crímenes cometidos por la gente del borde del bosque. Si estaba causando conmoción en la ciudad o destrozando puestos… Demonios, se decía que incluso podrían salirse con la suya. Y luego ese incidente surgió repentinamente de la nada. ¿La gente del castillo los abandonó a todos?”

“No lo diría de esa manera. Yo diría que es más que la gente del borde del bosque también son ciudadanos de Genos, y ahora están trabajando duro para demostrarlo y asegurarse de que las leyes del reino occidental se sigan correctamente”.

Realmente no esperaba esa pregunta en lo más mínimo, por lo que mi respuesta fue bastante incómoda allí.

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“Hmm… ¿Entonces todos ustedes realmente tienen la intención de seguir las leyes del oeste?”

“¡Lo hacemos! En realidad, solo un puñado de personas en el borde del bosque quebrantaron esas leyes, ¡y todas han sido castigadas o están esperando ser juzgadas!” Zattsu y Tei Suun se habían ido ahora. Zuuro Suun, Diga y Doddo estaban actualmente prisioneros. Y en cuanto a todos los demás… “Ah, pero qué se hará exactamente con las personas que pusieron sus manos sobre las bendiciones del bosque aún debe ser deliberado con la gente del castillo. Solo estaban actuando bajo las órdenes del líder anterior del borde del bosque, por lo que esperamos que las cosas terminen pacíficamente…”

“¿Las bendiciones del bosque…? Ah, supongo que había una ley al respecto. Sin embargo, eso fue hecho solo para la gente del borde del bosque. Nosotros, la gente del pueblo, nunca nos acercaríamos a ese bosque lleno de giba en primer lugar, después de todo”, respondió el dueño mientras me hacía señas con su mano gruesa y sonaba un poco molesto. “De todos modos, no me importa todo eso. Lo que importa es tu relación con la gente del castillo. Nosotros, la gente del pueblo, no podemos hacer nada para desafiarlos. Si uno de ellos dice que el negro es blanco, en lo que a nosotros respecta, es blanco. Pero casi nunca salen de detrás de los muros de piedra, por lo que realmente no tienen mucho impacto en nuestra vida cotidiana. El problema real es la idea de que la gente del borde del bosque se pavonea por la ciudad, libre de cualquier preocupación por ser juzgada por sus crímenes”.

De repente me di cuenta de que Ai Fa estaba de pie junto a mí. Y actualmente, el veterano la miraba de arriba abajo con cierta cautela en sus ojos.

“Nunca habíamos tenido gente del borde del bosque vagando por este taller hasta ahora. Honestamente, esta es la primera vez que tengo la oportunidad de tener una conversación adecuada con alguno de ustedes. En serio, ¿qué tipo de gente eres?”

“Honestamente, no sé qué decir a eso, excepto que simplemente somos la gente del borde del bosque. Las vidas que se nos otorgan implican poco más que proteger las leyes del bosque y cazar la giba de Morga”.

“Hmph, esa es una presentación bastante formal que diste. Nada en absoluto como lo mal que estabas antes”, respondió el veterano, haciendo que Ai Fa hiciera un puchero. Y al ver esa expresión infantil, el hombre sonrió aún más. “Bueno, supongo que eso no tiene mucho que ver con alguien que no sale a menudo, como yo. Las personas con tiendas en la calle principal que los ven todo el tiempo pueden tener una opinión completamente diferente sobre el asunto, pero por ahora tendré que esperar que mis nuevos clientes no sean grandes mentirosos”.

“Correcto. Y tendremos que demostrarle nuestra integridad a través de nuestras acciones de ahora en adelante”.

“En ese caso, ¿te importaría seguir las leyes del reino occidental y pagarme por esto? Quitando las 50 monedas blancas que pagaste por adelantado, quedan otras 70, más 7 para la cosecha de cuero y el arnés. Así que serán 77 monedas blancas en total, mis clientes del borde del bosque”, dijo el veterano con una gran sonrisa que mostraba la blancura de sus dientes.

***

 

 

“¿Qué pensaste de lo que decía ese carpintero, Ai  Fa…?” Pregunté mientras caminaba por la calle detrás de Ai Fa y sostenía las riendas de Gilulu mientras tiraba del carro.

Actualmente estábamos viajando por el camino desde la ciudad postal de regreso al asentamiento en el borde del bosque. Como el camino era estrecho, con pendiente ascendente y tenía una vegetación alta y densa a ambos lados que dificultaba la visibilidad, íbamos con calma e íbamos a pie.

Era la misma ruta que el grupo de Kamyua Yoshu que pretendía ser una caravana de mercaderes tomó una vez, por lo que no era un camino tan pobre, pero como todavía era un principiante en montar un totos, probablemente terminaría raspando el techo de lona con una tonelada de ramas que sobresalen aquí y allá. Y así, nos lo estábamos tomando increíblemente lento, simplemente caminando mientras Ai Fa despejaba esos obstáculos del camino con su espada en forma de machete.

La capa de la cabeza de mi clan se agitó cuando ella se volvió y me lanzó una mirada inquisitiva.

“¿Qué quieres decir con, qué pensé? No noté nada extraño en las palabras de ese occidental”.

“Sí, de hecho, diría que tenía una actitud bastante favorable hacia la gente del borde del bosque. Tal vez no tenía muchas ideas preconcebidas porque en realidad no tenía mucha interacción con tu gente, como dijo”, respondí mientras sostenía con cuidado las riendas de Gilulu para que no tomara velocidad. “Pero la gente que dirige los negocios en la calle principal tiene una opinión más dura de nosotros, ¿verdad? Aunque el incidente con Tei Suun ayudó mucho a sacar las cosas a la luz, no es como si el problema central se hubiera resuelto”.

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“¿Y cuál es este ‘problema central’?”

“¿Eh? Eso es…” comencé a decir, pero luego me tropecé al haber sido preguntado tan directamente.

La gente del pueblo ahora sabía que no era como si todas las personas del borde del bosque fueran criminales viciosos, y también habían aprendido de las duras condiciones en las que se vieron obligados a vivir… Y tenían que ser conscientes ahora de que los injustos el trato favorable de las élites de Genos había llegado a su fin.


Por supuesto, esa información había venido del intercambio entre la gente del borde del bosque y Tei Suun en lugar de cualquier tipo de informe oficial. Pensé que era por eso que todos ahora nos lanzaban miradas tan inquisitivas.

¿Son estos realmente salvajes que no respetan la ley?

¿Ha sido tan injusta la forma en que han sido tratados honestamente? Y si es así, ¿nos odian por eso?

¿La gente del castillo realmente tiene la intención de juzgarlos adecuadamente por sus crímenes de aquí en adelante?

Sus miradas estaban llenas de tales preguntas.

“Creo que hasta ahora, la gente del pueblo era obstinada sobre cómo percibían las cosas. Por ejemplo, veían a la gente del borde del bosque como villanos que era mejor evitar, especialmente porque la gente del castillo estaba confabulada con ellos de todos modos”.

“Hmph, con todos los males cometidos por el clan Suun, es natural que piensen de esa manera”.

“Si. Pero todo ese incidente de antes sacó a la luz muchas cosas, así que supongo que probablemente haya cambiado un poco la forma de pensar de la gente. Es como si una puerta firmemente cerrada se hubiera abierto un poco y alguien estuviera mirando por la rendija”.

“Me estás haciendo pensar en Rimee Ruu…”

No pude evitar reírme de la imagen. Sin embargo, esto seguía siendo un asunto serio.

“Aun así, supongo que la gente del borde del bosque debería seguir actuando como siempre. Quiero decir, si continúan haciéndolo, eventualmente eso demostrará su inocencia… ¿Pero no hay nada más que hacer?”

“No puedo decir. ¿Estás insinuando que deberíamos desfilar por la ciudad gritando que no vamos a andar haciendo cosas malas como los miembros del clan Suun?”

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“Hmm… Sí, eso probablemente no resultaría muy persuasivo… Si la ciudad postal al menos tuviera un alcalde, podríamos intentar organizar una reunión entre él y los principales jefes del clan…”

Sin embargo, Milano Mas ya me dijo que no existía tal funcionario. Era el castillo de Genos el que estaba en última instancia a cargo de la ciudad postal, y lo más parecido a lo que estaba buscando eran los nobles que vivían en la ciudad del castillo.

“Asuta, ¿no estás pensando demasiado en el asunto? Donda Ruu y los otros jefes de clan son los que deberían preocuparse por esas cosas. Tu trabajo es preparar comida deliciosa y mejorar las relaciones con la gente del pueblo, ¿no es así?”

“Sí, pero Donda Ruu y ellos son bastante indiferentes sobre la ciudad postal para empezar… ¿Y no crees que ese tipo de indiferencia es otro tipo de rechazo? Incluso si no es tan malo como los delitos perpetrados por el clan Suun, diría que sigue siendo una de las causas de la brecha entre la gente del borde del bosque y la gente del pueblo…”

“No tiene sentido tratar de decirle a alguien que tenga interés en algo. ¿Y no crees que gente como Donda Ruu y Gulaf Zaza visitando la ciudad solo causaría más terror?”

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