Genjitsushugi Yuusha No Oukoku Saikenki

Volumen 14

Capítulo 13: Acoger a Todos Los Que Vienen, No Perseguir a Ninguno Que se Vaya

 

 

El año 1549 del Calendario Continental fue un año de intensos cambios.

Comenzó con la matanza conjunta de Ooyamizuchi por parte del Reino de Friedonia y la Unión del Archipiélago del Dragon de Nueve Cabezas, y la creación de una alianza marítima basada en los vínculos formados durante esa operación. Esto supuso la creación de una fuerza alternativa que podía competir con el Gran Imperio del Caos y la Declaración de la Humanidad en el oeste, y la gente debió esperar que se avecinara una era de conflicto entre el este y el oeste.


Sin embargo, eso se vio impedido por Malmkhitan y su líder Fuuga.

Fuuga se desbocó de una manera que dejó sin efecto el asesinato de Ooyamizuchi. Externamente, invadió el Dominio del Señor Demonio para retomar el territorio, e internamente, acabó con las facciones opuestas dentro de la Unión de Naciones del Este. Cuando el mundo parecía dirigirse hacia una era de dos facciones, creó una tercera.

Obviamente, no estuvimos ociosos mientras eso ocurría.

Estaba el desarrollo del nuevo campo académico de la Monstruología, las reformas médicas lideradas por Hilde, y las investigaciones emprendidas por Trill y Genia, todo lo cual aumentó enormemente nuestro poder nacional. También estaba la Batalla de la Canción Real de Oriente y Occidente, que impulsó la investigación sobre el efecto que podían tener las canciones en la visualización de la magia, y esto tuvo un efecto demostrable en el aumento de la eficiencia mágica a nivel individual. Tal vez fuera sólo un diez por ciento de aumento de media, pero un diez por ciento de aumento de la magia en toda la nación seguía siendo algo grande.

Nuestra población también aumentaba constantemente, lo que incrementaba el personal disponible. La base de la vida de la gente común también estaba aumentando. Si la gente que apoyaba a Fuuga, debido a las duras condiciones de su vida, intentara vivir en el Reino, no querría volver al país de Fuuga. Aunque su visión parecía muy idealista, el país en sí no era en absoluto próspero.





Aun así, era difícil que este tipo de resultados pasaran desapercibidos, y los logros más llamativos de Fuuga atraían inevitablemente la atención de la gente.

***

 

 

Ahora era el final del undécimo mes de ese consecuente año 1549.

El equipo de Kagetora envió un mensajero kui para informarme de que los caballeros dragón habían traído al Reino un total de unos ochenta solicitantes de asilo del Estado Papal Ortodoxo Lunaria. De ellos, unas cincuenta eran candidatas a santas.

Pedí a la reina Sill y a su gente que los depositaran en la ciudad de Randel, que era el dominio de Mio Carmine, situado entre la frontera con el Estado Papal Ortodoxo y nuestra capital Parnam. Mio y su ayudante Colbert se encargarían de ellos durante un tiempo mientras yo llamaba a Mary para que hablara conmigo sobre lo que sucedería a partir de ahora. También había convocado a Souji Lester, nuestro obispo del Estado Papal Ortodoxo.

Con eso arreglado, hoy me reunía con ellos, acompañado de mi primera reina primaria, Liscia; mi primer ministro, Hakuya; y mi nuevo general, Julius.

Decidí no celebrar la reunión en la sala de audiencias porque detesto su formalidad. En lugar de perder el tiempo en saludos inútiles, quería entrar de lleno a determinar nuestra política. Nos sentamos en una larga mesa, con la gente del Reino a un lado y los dos del Estado Papal Ortodoxo al otro.

“Ha pasado mucho tiempo, Madame Mary.”

“Sí, así es… Lord Souma.” Mary se sentó recta e inclinó la cabeza. “Debo disculparme por haberle hecho pasar tantas molestias. Además, no podría estar más agradecida de que nos haya acogido. Le doy las gracias en nombre de todos mis compañeros.”

Mary expresó muy educadamente su gratitud. Yo negué con la cabeza.

“No hace falta ser tan reservado. Esta no es una reunión oficial. Somos nosotros los que hemos decidido acogerlos tras escuchar la historia de Souji. Nuestro país garantiza su seguridad.”

“Gracias.” Un peso parecía haberse quitado de los hombros de María mientras miraba a Souji, sentado a su lado. “Gracias también, Sir Souji, por hablar en nuestro nombre.”

“Bueno… salvar a los que están perdidos es parte de mi trabajo, ya sabes.”

Tal vez por lo displicente que solía ser, a Souji le resultó incómodo recibir un cumplido directo, y se rascó la nuca con desazón. Miré a Mary.

“Ahora bien, Madame Mary, si está aquí, eso significa…”

“Sí. Han decidido formar una alianza con el país de Fuuga. Ya se ha elegido una santa.”

“Por supuesto que eso iba a suceder…”

Sabía que iba a ocurrir, pero… Mis hombros se desplomaron y dejé escapar un suspiro.

Entonces, pregunté a mis consejeros Hakuya y Julius: “¿Creen que Fuuga aceptará la oferta?”

“Sin duda, lo hará.” Hakuya fue el primero en responder. “La expansión de Fuuga Haan está respaldada por su propia popularidad personal. Su país se beneficiará del respaldo de una autoridad como la Iglesia Ortodoxa Lunaria. Le ayudará a unificar a los adeptos ortodoxos lunaria dentro de los territorios que ha anexionado.”

“Ahh… Si le ayuda a pacificar al pueblo después de la guerra, eso es definitivamente ventajoso.”

“Sí. Además de eso, su rápido crecimiento ha llevado a Sir Fuuga a ser etiquetado como un ‘advenedizo’. Con el reconocimiento de la diosa Lunaria, podrá silenciar a toda la gente que se mofa de su nación por haber sido una ‘potencia menor.’”

“Entiendo…”

“Estoy de acuerdo con el Primer Ministro”, coincidió Julius. “Si se me permite añadir, viene con considerables ventajas militares también. Este país ha declarado una alianza marítima con la República y la Unión del Archipiélago. Si Fuuga pretende expandir su facción en el futuro, querrá evitar a toda costa que trabajemos con el Imperio. Eso significa que definitivamente querrá que los países que forman una cuña entre nosotros, el Estado Papal Ortodoxo y el Estado Mercenario Zem, sean sus aliados. Eso es lo que haría, y tiene a su lado a un hombre agudo como Hashim. Debe estar pensando lo mismo.”

“Cierto… Supongo que eso lo resuelve, entonces.”


Mis dos cerebros habían llegado a la misma predicción. Era más o menos seguro que Fuuga reforzaría los lazos con el Estado Papal Ortodoxo. Sin embargo, no quería que sus predicciones se hicieran realidad…

“Souma.” Liscia tiró de mi manga por debajo de la mesa. “Sé que es importante pensar en el futuro, pero primero tienes que decidir qué hacemos con Madam Mary y su gente.”

“Oh… Claro.”

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Mary no dijo nada, pero vi una expresión de incertidumbre en su rostro. Era mucho más humana que la última vez que nos vimos, y me encontré con ganas de hacer algo por ella.

“Todo va a salir bien. No trataré mal a las candidatas a santas ni a los sacerdotes. Sin embargo, tendremos que comprobar si hay algún espía escondido entre el grupo. Una vez hecho eso, creo que os repartiré para trabajar en las iglesias de todo el Reino…”

“¡U-Um! Es difícil para mí decir esto, pero…” Mary me interrumpió.

“¿Hm? ¿Tienes algo que decir?”

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“Bueno… Los sacerdotes estarán bien, pero las candidatas a santas han sido educadas para ser leales a los reyes que Lady Lunaria les envía. Debido a la forma en que fueron educadas, conocen poco del mundo, y no puedo imaginar que sean capaces de formar relaciones humanas ordinarias.”

“Oh, también había ese tipo de problema, ¿eh?”

“Sí. De hecho… había candidatas especialmente celosas que no escuchaban ni una palabra de lo que decía cuando intentaba advertirles de los peligros de quedarse en el país. Yo… no fui capaz de traerlas conmigo…”

“Oh…”

Seguramente no era capaz de dar por hecho que eran ellas los que elegían y los que eran responsables…


Mary sacudió la cabeza, como si tratara de armarse de valor, y me miró directamente. “Me preocupa que si nos separamos queden aisladas. Si es posible… ¿no podríamos separar a las cincuenta candidatas a santas? Por favor.”

María volvió a hacer una profunda reverencia.

La gente del Reino se miró entre sí. Todos sonreímos con ironía.

“Levanta la cabeza”, le dije a Mary. Es cierto que planeamos sepáralos, pero estaba esa historia de que cantabas himnos mientras lanzabas la curación de área, ¿verdad? Me gustaría que ayudaras con nuestra investigación sobre eso.”

“¿Sobre la curación de área…?”

La Ortodoxia Lunar tenía un hechizo mágico conocido como Area Heal (Curación de Área) que podía curar a un gran número de personas heridas al mismo tiempo. Cuando lo usaban, los lanzadores y los objetivos cantaban himnos. Parecía que aumentaban la eficacia del mismo haciendo que tanto los sanadores como los sanados visualizaran el efecto. Nuestros experimentos durante la Batalla de la Canción Real habían demostrado que otras canciones, además de los himnos, también podían tener efecto.

“Quiero estudiar la curación de área también en nuestro país. Había estado planeando reunir un coro para eso, pero… ¿Qué pasa con las candidatas a santas, pueden cantar? Tengo una imagen mental de monjas cantando canciones de amor a los ángeles.”

Me acordé de una película que le gustaba a mi abuelo con unas monjas poderosas, pero obviamente, no había manera de que Mary entendiera la referencia, así que se limitó a mirarme confundida.

“Um… no sé sobre canciones de amor, pero…” Colocó las manos sobre el pecho y sonrió. “Hemos sido entrenadas en las artes con el objetivo para que los gobernantes sean para nosotras. Creo que podemos estar a la altura de sus expectativas.”

Mary aceptó el trabajo. Sonaba muy segura a pesar de su humildad, así que parecía que podía esperar los resultados. Sería bueno que Juna dirigiera el coro.

Sonreí y asentí. “Eso debería ser bueno, entonces. Me encargaré de que las candidatas a santas lo hagan.”

“Sí.”

“¡Ja, ja, ja! Bien por ti, pequeña señorita Mary”, respondió Souji con una alegre carcajada. Aunque no se reiría por mucho tiempo…

“Ahora bien, con las candidatas a santas atendidas… Souji.”

“¿Hm? ¿Qué pasa?”

“Vas a convertirte en arzobispo.”

“¿Otra vez…?” Souji me miró boquiabierto, como si no entendiera lo que estaba diciendo.

“Esto fue idea de Hakuya. Explícaselo, ¿quieres?”

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“Entendido.” Hakuya asintió. “Con el Estado Papal Ortodoxo que se ha unido a Fuuga Haan, y nosotros dando cobijo a Mary y sus asociados, las relaciones están destinadas a deteriorarse. Se pondrán lo suficientemente mal como para que no podamos dejar que Sir Souji esquive el asunto perezosamente.”

“Podrías tener razón…” Dijo Souji, volviendo a sus cabales.

“Ahora que las cosas han llegado a este punto, quiero aislar completamente a los creyentes del Reino del Estado Papal Ortodoxo. Si pasaran por encima de ti e incitaran a sus adherentes a la acción, sería un verdadero problema, después de todo. Para ello, quiero que te conviertas en un arzobispo que lidere una nueva secta de la Ortodoxia Lunaria.”

“¿Me estás diciendo que me independice…?”

“¡Ah! No es que te digamos que cambies lo que adoras. No hay necesidad de dejar de adorar a Lunaria o alterar la forma en que realizas los servicios. Sólo cambiará la persona que esté en la cima de la organización”, añadí para que el ceñudo Souji se diera cuenta.

La idea era imitar a la Iglesia de Inglaterra de mi antiguo mundo. Crearon una nueva denominación, el anglicanismo, para dejar fuera la influencia de la Iglesia Católica Romana. Creo que aprendimos en la escuela que “el rey creó una nueva religión porque la antigua no le dejaba divorciarse.” Hay muchos adornos populares que se abren paso en ese tipo de historia, así que no sé hasta qué punto es cierta.

“Aun así, no sé si llamarme arzobispo…” Souji parecía reacio, pero necesitaba que tomara una decisión.

Hakuya se volvió hacia Souji con una expresión fría. “Ahora que han escapado aquí al Reino, el Estado Papal Ortodoxo sin duda condenará a Mary y a los demás como herejes. Si la conexión con el Estado Papal Ortodoxo sigue siendo fuerte, seguirán estando en peligro. No podemos estar seguros de que no enviarán a sus adherentes en el país para asesinarlos. Creo que, como quien alberga a la Madame Merula, debería entenderlo bien.”

“Merula… La alta elfa que dicen que se coló en el templo…” Los ojos de Mary se abrieron de par en par, sorprendidos.

Souji se rascó la cabeza, pero finalmente se rindió y dejó escapar un suspiro. “Bueno… si me convierto en arzobispo… Protegerás a la señorita y al resto, ¿verdad?”

“Por supuesto”, dije con un firme asentimiento para demostrar que no asumía la tarea a la ligera.

“En lo que respecta a nuestro país, esta será una nueva religión ortodoxa lunar… Llamémosla Ortodoxia Lunar del Reino por ahora. Si la Ortodoxia del Reino no incitará a sus creyentes, llevará a cabo festivales, y trabajará para proporcionar apoyo emocional al pueblo, entonces creo que podemos construir una buena relación.”

“Suspiro. Es un dolor de cabeza, pero tendré que hacerlo.”

“¿Aceptarás el trabajo, entonces?”

“Sí”, aceptó Souji a regañadientes. “Así que no faltes a tu palabra de proteger a la pequeña señorita.”

Le hice un gran gesto con la cabeza. “Asumiré esa tarea como rey de esta nación. Pero no creo que esto sea tan malo para ti. Si te conviertes en arzobispo, podrás anular la condición de hereje de Merula. Ella será libre de caminar por las calles de Parnam, donde el orden público se mantiene, al menos.”

“Ja, ja, ja, eso es genial. Más vale que esté agradecida”. Souji cacareó.

Miré a una desconcertada Mary.

“Madame Mary.”

“S-Sí.”

“Aunque las cosas hayan salido así, como puedes ver, Souji no tiene ni una pizca de dignidad. Si le dejamos actuar como arzobispo, habrá gente que lo tome a la ligera. Me gustaría que le vigilaras y te aseguraras de que actúa con dignidad.”

“¡Ah! ¡Oye! ¿Qué crees que estás haciendo?” gritó Souji apresuradamente.

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Habiendo sido elegida como santa una vez, Mary parecía tener el respeto de los devotos seguidores, y podía compensar la falta de dignidad y carisma de Souji. En todo caso, parecía probable que Souji fuera líder sólo de nombre, mientras ella tomaba el control de la iglesia internamente. Efectivamente, la jefa secreta de la Ortodoxia del Reino.

Mary pareció aturdida por un momento, pero pronto comenzó a reírse. “Jee, jee, esa era mi intención desde el principio. Vigilaré de cerca al arzobispo Souji y me aseguraré de que, a partir de ahora, actúe como corresponde a quien se dirige a él como ‘Su Santidad.’”

“Ya la has oído. Bien por ti, Souji. Tienes una mano derecha de confianza.”

“¡Ahora tengo a otra mujer encima, regañándome! ¡No es nada bueno!”

“Su Santidad. Si no habla con la debida deferencia a los que están por encima de usted, será un mal ejemplo para los que están por debajo.”

“¡Y ya está súper metida en eso! ¡Malditos sean todos!”

El grito de Souji hizo que todos los demás se rieran a carcajadas.

***

 

 

— Un día del duodécimo mes, del año 1549 del Calendario Continental. —

Había pasado cerca de un mes desde la llegada de Mary y los suyos.

Ese día había llegado a las montañas del suroeste del Reino, en la frontera con la República. Estaba junto a Liscia, Aisha y Juna con nuestro hijo recién nacido. Roroa seguía embarazada y Naden no podía soportar el frío, así que estaban cuidando el fuerte en la capital. Con nosotros, también habíamos traído al equipo científico formado por la Supercientífica Genia, la alta elfa Merula y la princesa Trill del Imperio. El equipo de la República, formado por Kuu, Taru, Leporina y su nueva sirvienta Nike Chima, también nos acompañaba.

“Cuidado con los pies, mi señor, Lady Liscia.”

“Gracias, Aisha”, dijo Liscia, tomando la mano que le ofrecía Aisha.

En ese momento estábamos caminando por un gran túnel que se había construido en esta montaña. Este túnel, reforzado con hormigón romano y magia, tenía un camino que lo atravesaba en parte, por lo que habíamos podido llegar hasta allí en carruajes. Sin embargo, a partir de ahí el camino estaba sin asfaltar, así que tuvimos que desembarcar y caminar.

Liscia dejó escapar un suspiro blanco. “Ah… Hace más calor aquí en el túnel que fuera, ¿no? Aunque sigue haciendo frío.”

“Hace tanto frío en esta época del año que Naden se negó a venir con nosotros, después de todo. Pero… seguro que está oscuro aquí, ¿eh?”

“Bueno, sí tenemos lámparas”, dijo Aisha frente a nosotros, sosteniendo útilmente una linterna.

El túnel no tenía luces que estuvieran encendidas en todo momento como lo haría uno moderno. El musgo luminoso que usábamos en las farolas de la ciudad almacenaba energía durante el día, así que no podía usarse para iluminar el interior de un túnel. Pero si intentáramos mantener encendidas las hogueras o las linternas de aceite, eso acabaría mal. Tendríamos que iluminar nuestro propio camino, como una vieja máquina de vapor atravesando un túnel por la noche.

Mientras hablábamos de ello, Kuu se acercó a nosotros riendo.

“Bueno, hay que vivir con ello en esta época”, dijo. “Si vamos del Reino a la República en invierno, habrá que cruzar puertos de montaña nevados. Incluso con los preparativos adecuados, es un asunto arriesgado.”

“Eso es cierto… y el aerodeslizador Roroa Maru que tenemos viajando por la costa está lleno de suministros. Sería difícil para la gente común conseguir un viaje.”

“¡Ookyakya! De ahí el túnel, ¿verdad?”

Este túnel tenía varios cientos de metros, y era una inversión conjunta del Reino y la República. Se hizo para que los viajes entre ambos en invierno fueran un poco más posibles. Aunque, debido a la diferencia de poder financiero, Kuu me regateó mucho. Al final, el Reino pagó una parte mucho mayor del coste, pero… yo lo consideraría como ayuda oficial al desarrollo.

Ahora, para la construcción del túnel, por fin pudimos poner a trabajar el taladro completo.

“La obsesión de Trill puede perforar montañas… Es bastante increíble, ¿no?” comentó Genia.

“Je, je, je, cuando cargamos el taladro en Mechadra y lo probamos contra Ooyamizuchi, eso nos ayudó a encontrar algunos puntos de mejora. Realmente redujo el tiempo que tardó en completarse”, respondió alegremente Trill.

Este túnel se construyó perforando con la máquina perforadora, reforzándolo con arcos de acero encantados y hormigón romano. Sinceramente, había dejado el diseño totalmente en manos del equipo de ingenieros, así que no tenía ni idea de cómo se comparaba este túnel con las tecnologías de mi antiguo mundo. Sin embargo, por su aspecto, parecía sólidamente construido.

“Con este tamaño, podría pasar un rinosaurio”, dijo Aisha, mirando el alto techo.

“Sí. Por ahora sólo cabrá uno, pero me gustaría colocar otro túnel al lado de éste para que los trenes de rinosaurios puedan ir y venir.”

“Mm-hm”, coincidió conmigo Kuu, sonriendo. “Ahora sólo hay una línea de ida y vuelta.”

Mientras caminábamos, llegamos a un lugar profundo. Había una roca que bloqueaba el camino, pero un aire frío pasaba por delante. Había un taladro con un escudo para hacer túneles cerca, y los ingenieros estaban cerca. Parecía que habíamos llegado al final.

“Ahora, pongamos los toques finales, Hermana Mayor Genia.”

“Sí. De acuerdo, te lo dejo a ti.”

Genia levantó la mano y los ingenieros que esperaban entraron en acción. Activaron el taladro e hicieron girar la parte del escudo, entonces el rinosaurio atado detrás de él comenzó a caminar para empujar el taladro hacia adelante.

 ¡¡¡Rummmmmmmble!!! El taladro masticó ruidosamente el lecho de roca.

Lo vimos avanzar un rato antes de que, finalmente, un viento frío soplara en el interior y una luz inundara el túnel. El taladro había atravesado la montaña y podíamos ver vastos campos de nieve al otro lado.

“Un largo túnel a través de la frontera hacia el país de la nieve…” Dije.

“Sí. ¡Es nuestra patria, la República de Turgis!” Kuu se precipitó hacia la salida. “¡Taru! ¡Leporina! ¡Nike! ¡Vamos!”

“Por Dios…”

“¡Espérame, maestro Kuu!”

Taru y Leporina salieron corriendo a la nieve tras él. Nike les siguió, con la lanza apoyada en el hombro, lleno de consternación.

“¡Frío! ¿De verdad tengo que vivir en este país a partir de ahora…?”

Nike se encogió sobre sí mismo, y Kuu le dio una fuerte palmada en la espalda.

“Ahora eres mi vasallo, así que duh. El país de la nieve es bonito una vez que te acostumbras.”

“Estoy empezando a echar de menos el calor del norte…” Nike refunfuñó mientras Kuu hacía de las suyas.

A partir de ahora, ¿eh? pensé antes de preguntar: “¿Te vas a casa, Kuu?”

“Claro que sí. Gracias por cuidar de mí durante tanto tiempo, hermano.” Dijo Kuu, frotándose la punta de la nariz.

Sir Gouran, jefe de la República, ya había terminado de sentar las bases dentro de su país, y esperaba el regreso de su hijo. Con el túnel hacia la República terminado hoy, se decidió que Kuu y su equipo volverían a casa. Por cierto, antes de que abandonara la capital, había reunido a mi familia y a mis camaradas para darle una gran fiesta de despedida, así que hoy se marchaba.

Kuu se acercó a mí y me tendió la mano derecha.

“He aprendido mucho de ti en los últimos años, hermano. Como que hay todo tipo de formas de gobernar, y que las políticas que parecen inútiles pueden tener propósitos ocultos. Gracias a eso, siento que sé el tipo de jefe en el que quiero convertirme para la República.” Kuu sonaba un poco avergonzado.

Extendí mi propia mano y tomé la suya.

“Creo que estás más capacitado para ser gobernante que yo, ¿lo sabes, Kuu? Siempre lo he pensado.”

“¡Ookyakya! Es que no pareces un gran gobernante, eso es todo, hermano.” Y con eso, intercambiamos un firme apretón de manos.

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A nuestro lado, Liscia y Aisha se despedían de Leporina.

“Hasta luego, Lady Liscia, Lady Aisha, gracias por todo.”

“Que se vayan todos a la vez es triste.”

“¿Pudieron hacer recuerdos divertidos en el Reino?”

“Sí. Pero… cuando los miro a ustedes dos…”

“”¿Hm?””

“Recuerdo que me perseguiste durante la batalla de las canciones.”

“”¡Pfft! Ja, ja, ja”, se rieron las dos.

“¡No es para reírse! ¡Me traumatizaste!” protestó Leporina con los ojos llorosos.

Parece que se están divirtiendo, pensé.

Mientras tanto, Taru se separaba de Genia y los ingenieros. Me hizo darme cuenta de nuevo de lo profundos que eran los lazos que todos habíamos formado.

“Les voy a echar de menos a todos…”

“Hablaremos semanalmente a través de la Joya de Transmisión de Voz para compartir informes, ¿no es así? Además, vendrás a nuestra boda, ¿verdad? Enviaré una invitación.”

“Por supuesto, pero trata de elegir algún momento un poco más cálido. El invierno es bastante duro.”

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Incluso estando aquí charlando podía sentir el frío. La República sí que es fría. Kuu no pudo evitar reírse de mis escalofríos.

“Sí, lo sé. Nos vemos.” Kuu levantó su garrote con una sonrisa. “¡Hasta la próxima, hermano! ¡No, mi amigo, el rey Souma de Friedonia!”

“¡Sí, cuídate! ¡Mi amigo, Kuu Taisei!”

Kuu no volvió a girarse después de eso. Miraron hacia adelante, regresando a su tierra natal. Los vimos partir, saludando a sus espaldas.

vGenjitsushugi Yuusha Volumen 14 Capítulo 12 Novela Ligera

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