Imouto Sae Ireba Ii (NL)

Volumen 2

Capítulo 9: El Final de Siempre

Parte 2

Luego de lanzar a Itsuki dentro de  la habitación cerrada por tres días para que terminara su texto, Toki había estado visitando al ilustrador, el diseñador, y corrector, el editor en jefe y el departamento de ventas, y todos los demás involucrados en que Combate de hermanitas fuera impreso y así poder cumplir con el calendario. La hazaña no fue menos dolorosa que la que Itsuki tuvo que superar.

Recibiendo un vaso de papel con cerveza de parte de Haruto, Toki se sentó a beber. La aparente fatiga de todo el trabajo hizo que se embriagara casi inmediatamente— lo cual, naturalmente, significaba que era hora de sermonear a Itsuki una vez más.

“E-eh, eh, sé  que puedes hacerlo si lo intentas, entonces Itsuki, dime, ¿po qué no intentas entregar el teto po ua vez dede un comienzo? ¿Ah?”

“¿Ahhh? ¡C-cállate, idiota! ¡No—No puedo hacerlo hasta que tú—tú intents arriconarme!”

“¿Sí? ¡Bien, armaré el c-c-calenario para que estés arriconado desde el comienzo!”

“¿¡Queee!? ¡Ya cállate, voy a matarte, maniático sesual!”

Con Itsuki tan embriagado como su editor, ambos estaban teniendo problemas de pronunciación mientras discutían. Ashley, con una copa de sake en mano, observaba con admiración.

“Je-je… Ser un editor ciertamente parecer ser un trabajo duro…”

Espero que ella esté bien, pensó Chihiro mientras le servía otro vaso a Ashley. La vista de alguien tan joven como ella bebiendo era un poco alarmante.

“Realmente me gustan estos bocadillos que preparaste. Estas cositas con queso-crema dentro, el calamar, especialmente… Magnífico.”

“Oh, gracias.”

“…Por cierto, ¿tú los preparaste? ¿Los bocadillos y la demás comida?”

“Um, sí, así es…”

Ashley le dio a Chihiro una mirada de admiración mientras asentía. “Hmm… Impresionante, dado lo joven que eres… ¿Te gustaría trabajar para mí a medio tiempo? Mi puerta siempre está abierta para jóvenes buenos en la cocina.”

“¿¡Ah!? P-pero no puedo hacer nada más aparte de cocinar…”

“Eso es lo suficientemente bueno para mí, en serio. Aunque si quieres, puedo ayudarte a estudiar contabilidad.”

“¿Oh…?”

Lo mejor que podía hacer Chihiro era organizar los recibos de Itsuki por mes. Pero con una contadora profesional dándole instrucciones, quizás habría más opciones que antes para ayudar a Itsuki.

“…Tendré que pensarlo.”

Chihiro dio una respuesta sincera.

***

Mientras Itsuki y el grupo estaban pasándola bien en el parque, el “As” ilustrador Setsuna Ena estaba visitando el departamento de Itsuki.

Nadie respondía sus llamados.

“Ah. ¿Salió?”

Bueno, qué más da. Sin un celular, Setsuna no tenía ninguna forma de contactar a alguien antes de una visita. Si la otra persona estaba afuera u ocupada, no había nada más que hacer que darse por vencido.

“Ah,   bueno,”  murmuró    él   de   forma  indiferente mientras dejaba el complejo de departamentos.

***

Toki estaba nadando en un río de alcohol, y dada la tensión rodeando este evento de primavera, Itsuki, Miyako, y Haruto también estaban tomando a un buen ritmo. No pasó mucho tiempo antes de que la nevera estuviera casi completamente vacía.

“Iré al departamento de mi hermano para conseguir algunas cervezas y Pocari.” Chihiro se puso de pie.

“¡Te acompañaré!” se ofreció Nayuta, pero Chihiro sacudió su cabeza.

“No, estaré bien por mi cuenta.”

“¿En serio? Mmm, bueno, se está oscureciendo, así que ten cuidado con los acosadores.”

“¡E-estaré bien! Soy… soy un chico, así que…” Chihiro se veía un poco nervioso.

***

Lejos del apartamento de Itsuki, Setsuna estaba vagando, buscando un lugar para cenar. Había muchos restaurantes cerca de la estación de trenes, pero él decidió deliberadamente revisar las áreas más desiertas.

“Sería genial si hubiera una gema oculta por aquí…”

Mientras sus ojos vagaban por los alrededores, él pasó a un lado de una joven mujer atractiva en una sudadera con capucha. Ella no estaba vestida con nada extravagante, pero eso servía para enfatizar sus rasgos bien definidos.

“Vaya, qué linda,” dijo Setsuna mientras se daba la vuelta. “¡¡…!!”

La retaguardia de la mujer era como ser golpeado por un rayo.

Como su apodo (el cual literalmente significaba “trasero esponjoso”) implicaba, Setsuna era un gran admirador del trasero de las personas. A él le gustaba dibujarlos, y también le gustaba mucho mirarlos. No importaba si eran en 2D, 3D, jóvenes, viejos, de hombre, o de mujer; él creía que el trasero era la parte más hermosa del cuerpo humano.

Él puede haber tenido un talento natural para dibujar traseros, por el cual era lo suficientemente afortunado como para ganar gran aprecio por parte de las personas, pero  también  tenía  un  don  singular  para  encontrar traseros. Ya sea que estuviera cubiertos por ropa interior o pantalones, Setsuna podía sentir la belleza interna del trasero que yacía debajo—el poder absoluto del trasero.

“Un hermoso trasero significa un hermoso corazón,” era su lema. Esa era parte de la razón por la que le agradaba Itsuki—el poder de su trasero era fantástico.

Como un talentoso artista de traseros tan poco común, la alarma del sobrenatural buscador de traseros Setsuna Ena estaba sonando. El trasero de esta chica era uno que solo se veía una vez cada siglo, quizás con un nivel de belleza que solo se veía una vez cada milenio.

Él tenía que verlo. ¡Él tenía que ver el trasero de esa chica!

Y el hacerlo, él sentía, cambiaría completamente su punto de vista del mundo. Él estaba seguro de que lo ayudaría a llevar a un nivel más allá sus ilustraciones.

¡Como un artista, un amante de los traseros, y como un hombre, él simplemente tenía que presenciar ese trasero con sus propios ojos!

“Eh, ¡¡oye, espera un segundo!!”

“¿…?” la mujer se dio la vuelta, con sus cejas elevadas por la sospecha. “¿Hmm? ¿Me hablas a mí?”

“¡Sí! ¡Sí, tú!”

“¿…Qué   quieres?”  preguntó la chica, mirando a Setsuna mientas su respiración se entrecortaba.

No, pensó él. No me mires; date la vuelta. Él la miró intensamente, con sus ojos observando el trasero ansiando ser satisfechos.

“¿Podría mirar tu trasero por un segundo?”

“¿Ah…?”

La chica lo miró con ojos en blanco.

“¡Tu trasero! ¡Tus nalgas! ¡Quiero que me muestres tu retaguardia!”

“¿¡D-de qué estás hablando!?”

“¡Por favor! ¡Por favor, esto es lo único que quiero en la vida! ¡Por favor muéstrame tu trasero!”

“¡N-no gracias! ¡Deja de actuar tan extraño!”

“¡No   estoy   actuando    extraño!    ¡Estoy   hablando completamente en serio!”

“Bueno, ¿¡no voy a mostrártelo, sabes!?”

La chica huyó, el terror reflejado en su rostro. “¡E-espera un segundo! ¡Haré lo que quieras!”

“¡Aléjate de mí, pervertido!”

“¡¡Pero, pero tu traaaaaseeerooooo!!”

Las  manos  de  Setsuna,  estiradas  hasta  el  límite, agarraron a la mujer por sus pantalones.

Zzzzip—

 Los pantalones fueron bajados, revelando ropa interior de un blanco simple. ¡No! ¡No, esta ropa no importa!

“U-una vez más…”

Volviéndose hacia el suplicante Setsuna, la mujer lo miró con desprecio.

“Nn…”

Su expresión ahora era de un rojo intenso, atormentada con vergüenza e ira.

“¡¡Quítame las malditas manos de encima!!”

“¿¡Arahghhh!?”

La patada alta liberada por las flexibles piernas unidas al trasero que solo se veía una vez cada milenio, logró un golpe directo en la cara de Setsuna, enviando su cuerpo a volar mientras lo noqueaba.

***

“Oh, cielos, en serio…,” murmuró Chihiro, con su voz casi en las lágrimas.

Así que después de todo pasó. Un criminal extraño, de camino a la casa de Itsuki. Su cabello estaba teñido de un color bastante llamativo, y tenía casi la misma edad que Chihiro.

Él apareció de pronto, demandando ver su trasero enseguida, e incluso pasó a pedirlo físicamente. Por suerte la fuerza completa de la patada golpeó donde debía.

¿Pero estará bien…? 

Chihiro golpeó al hombre que ahora estaba tendido contra la pared. Él gruñó un poco en respuesta. Al menos no estaba muerto.

¿Estaba coqueteando conmigo, o…? 

“Coquetear” no sonaba muy bien para describir eso, pero da igual.

Dejando atrás al hombre, Chihiro se apresuró hacia el departamento de Itsuki, tomó algunas cervezas y bebidas deportivas y las puso dentro de una bolsa de compras reciclable.

La cerveza pronto llegó al parque, entregada a través de un camino más largo e intrincado para que no existiera la posibilidad de encontrarse de nuevo con ese pervertido.

Itsuki fue el primero que saludó, viéndose un poco preocupado, mientras Toki estaba tendido a su lado.

“Oye, ¿pasó algo?”

“N-no, nada. Es solo que tomé el camino largo.”

No había forma de que Chihiro pudiera decir la verdad.

***

El picnic continuó por el resto de la tarde, hasta que el sol finalmente dijo su adiós final. Los refuerzos de cerveza ya habían sido totalmente bebidos, y las montañas de comida habían sido arrasadas. Las flores de cerezo, brillando débilmente debido a las luces de las calles, eran bastante elegantes, y Ashley estaba bebiendo su último vaso.

“Je-je… Espero que podamos hacer todo esto de nuevo el próximo año,” dijo ella, haciendo su pequeño suspiro cautivante.

“…Sí,” respondió Itsuki vagamente, con su voz pesada mientras reflexionaba acerca de esas palabras.

Miyako, Nayuta, y Chihiro lo miraron con confusión.

“¡Ja-ja! Lo estás haciendo sonar como una conversación secundaria de un videojuego,” intervino Haruto, riéndose incluso mientras había un poco de melancolía en su rostro.

Ashley le envió una sonrisa solitaria. “Bueno, ¿quién sabe cómo seguirá la vida de un escritor?”

“…Sí, es verdad.”

Ella había proporcionado servicios de impuestos a un gran número de escritores hasta ahora, consiguiendo una  estimación  de  cada  una  de  sus  situaciones financieras.

Ella sabía muy bien cuán inestable podía ser la vida de un novelista. Nayuta y Haruto la hicieron en grande con sus respectivas novelas debut; Itsuki fue lo suficientemente afortunado para reunir una fanaticada base decente y ganancias decentes no mucho después de que comenzó, pero ellos eran por mucho los ejemplos más optimistas.

Otros tres autores habían hecho su debut junto a Itsuki y Haruto en el nuevo concurso de escritores en el que participaron.

Dos de ellos habían tenido su debut novelista, un segundo trabajo, y su tercera novela se vendió por debajo de las expectativas, llevándolos a la frustración y el retiro.

El otro tuvo una serie de debut que se vendió de forma bastante decente, pero tuvo una caída cuando se lanzó su segundo título; actualmente, ese escritor en particular estaba trabajando a medio tiempo mientras retocaba una nueva historia para una serie con su editor.

Era algo bastante común de ver en cualquier editorial—nuevos autores hablando sobre cómo todos trabajarían duro para tener éxito en una ceremonia de premiación, solo para estar completamente ausentes del evento al año siguiente. Y no era algo que les pasaba solo a los novatos.

Los autores repentinamente podían perder toda su habilidad para escribir; podían caer en la desesperación luego de que se les cancelaran demasiadas series; el estrés podía derrumbarlos; o una enfermedad física o lesión podía afectar sus vidas. Había muchas formas por las que podían salir del negocio.

Incluso con estas tres historias de éxito aquí, podían continuar con el estatus quo actual quizás por un par de años. Más allá de eso, nadie podía asegurarlo. La vida útil de un autor frecuentemente podía ser tan pasajera como los cerezos que salían volando, solo para florecer de nuevo el año siguiente.

“¡Sí, bueno, sé que estoy bien!”

Itsuki mostró una sonrisa descarada mientras intentaba romper el tono solemne que había tomado la conversación.

“El nuevo volumen de Combate de hermanitas que sale el próximo mes es mi mayor obra maestra hasta el momento. ¡Y si soy capaz de escribir una obra maestra como esa, sé que el futuro será brillante para mí!”

Haruto y Ashley sonrieron debido a esa emoción.

“Je-je… Es mejor que sea así, por mi bien. Después de todo, si pierdo un cliente, dejo de hacer un poco de dinero. Así que mantente así… onii-chan.”

“¡Sí, señora! ¡Trabajaré hasta el cansancio por mi hermanita!” gritó él con entusiasmo.

Chihiro observaba esto, un poco molesto, mientras el picnic terminaba. Todos ayudaron a llevar la basura mientras tomaban caminos separados.

El único que permaneció bajo el árbol de cerezo fue Kenjiro Toki, roncando sonoramente. Él tendría que ir a trabajar a la mañana siguiente, cubierto de pasto, mugre, y pétalos, pero esto pasaba todo el tiempo con los editores así que su jefe no le gritaba por ello.