Imouto Sae Ireba Ii (NL)

Volumen 2

Capítulo 9: El Final de Siempre

Parte 1

A Itsuki le tomó un gran total de tres días terminar el manuscrito por completo y ser liberado de la Habitación cerrada.

Qué maravilloso era el mundo. Qué maravillosa era la vida. Todo parecía brillar y resaltar a lo largo de la caminata trillada de cinco minutos que Itsuki tomó hacia su departamento.

La parte final del Volumen 5 de Combate de hermanitas involucraba al protagonista Sieg enfrentando a un enemigo poderoso—del que había huido antes, debido al miedo a morir—y derrotándolo.

Sieg estaba yendo a una batalla que él sabía que tenía pocas probabilidades de ganar, incluso con cada pizca de fuerza que tenía. Su estado mental se alineaba bastante bien con el de Itsuki, mientras él luchaba contra su propio enemigo poderoso—su fecha límite—en la oscura y reducida habitación. Terminó con una tremenda sensación de identificación con la escena de batalla en la novela.

Lidiando con un enemigo que no podía siquiera rasguñar, sin importar cuánto atacara, Sieg (Itsuki) casi cae en un pozo de desesperación. Pero lo que ayudó a ambos a levantarse y hacerse más fuertes fue un pequeño buen recuerdo de su vida diaria.

Quiero ver la sonrisa de Hilde una vez más.

Quiero comer la comida de Chihiro una vez más.

Quiero beber cerveza y divertirme junto a Haruto y Miyako una vez más.

Quiero jugar videojuegos y viajar junto a Setsuna una vez más.

Quiero que Ashley me llame “Onii-chan” una vez más.

Quiero ver a Nayuta una vez más.

Quiero que a Kenjiro Toki se le caiga el pene a causa de una ETS.

“¡¡Juro por todo lo que es sagrado que regresaré junto a Hilde!! No puedo permitirme morir—¡¡no aquí!!”

 “¡¡Quiero ir a casa, beber, e ir a la cama!! ¡¡No puedo dejar que esta fecha limite me mate!!”

Hacia el final de su historia, Itsuki gritó eso en voz alta—justo mientras estaba describiendo a Sieg haciendo lo mismo, con toda su alma.

Fue la llamada fuerte y clara para el aplastante contraataque de Sieg e Itsuki, y no mucho después, Sieg había derrotado al enemigo que nadie había esperado que pudiera derrotar.

Y una vez que lo hizo, Itsuki había completado satisfactoriamente su manuscrito—incluso antes de la Fecha Límite Verdadera. Algo que nadie creía que pudiera lograr.

***

“Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh…”

De vuelta en su habitación por primera vez en tres días, Itsuki suspiró con todas sus fuerzas.

La sensación de alivio, alegría, y casi omnipotencia que venía luego de completar un volumen siempre era algo maravilloso, sin importar cuán frecuentemente la disfrutara, pero esta vez era especial. Ahora mismo, él era el guerrero más formidable en el mundo, uno que enfrentó un desafío de vida o muerte y lo superó para contar la historia.

“¡¡Soy el más fueeeeeerteeeeeeeeeee!!”

 Él gritó irónicamente en el momento que la puerta delantera de su apartamento se cerraba tras de él, aún no completamente desconectado del modo Sieg.

En realidad, él estaba apestando a sudor de no bañarse o cambiarse la ropa por tres días, la falta de sueño le provocó ojeras, sus  mejillas estaban hundidas y demacradas por vivir a base de nada más que bebidas energéticas y la cantidad mínima de comida, su cabello estaba desaliñado, su rostro estaba comenzando a exponer una barba, y en general se veía menos como el “más fuerte” y más como un soldado desafortunado huyendo de una batalla perdida. Por suerte, no había nadie ahí para mencionárselo.

Cierto. Primero, a tomar una ducha. Luego una cerveza fría y agradable mientras miro el anime que debió haber sido grabado para mí.

Él arrojó su mochila al suelo, se quitó sus zapatos, y—sin molestarse a esperar por el baño—se quitó toda la ropa sudorosa con la que pasó las últimas setenta y dos horas. Él estaba a punto de remover su ropa interior cuando:

“Oh, bienvenido a casa… ¿herma…?”

La puerta hacia la sala de estar se abrió, mostrando a Chihiro.

“Ah…”

Itsuki se congelo, con sus manos listas para bajar su ropa interior. Chihiro tenía una llave del apartamento, y él ocasionalmente venía cuando Itsuki enfrentaba períodos extensos de trabajo para encargarse del lavado de la ropa y la limpieza. Su presencia aquí por lo tanto no era para nada inusual.

“Uh-umm, siento molestar,” dijo Chihiro, sonrojándose y dándose la vuelta.

“N-no, yo, eh… ¿Estabas limpiando?”

“S-sí… el señor Toki dijo que probablemente ibas a ser capaz de regresar a casa esta tarde, así que él quería que yo tuviera la cena lista y esperara por ti, así que…”

Algo olía bien en dirección de la cocina. Una sartén

cubierta estaba en una de las hornillas, e Itsuki podía ver varios platillos alineados sobre la mesa del kotatsu en la sala de estar.

“Ese idiota no tenía por qué hacerlo,” murmuró Itsuki.

La decepción de Chihiro estaba clara en su voz. “Lo siento, ¿fui demasiado lejos?”

“N-no”, tartamudeó él, “¡No lo quise decir de esa forma! ¡Es solo una forma de decir! Solo quiero decir que, eh, primero me lanza dentro de esa cárcel, y luego prepara esto para hacer las paces conmigo… ¡Él es un bastardo  bastante  astuto!  ¡Pero  no  es  tu  culpa!¡Realmente aprecio cuando cocinas para mí!”

“Ah, qué bueno,” respondió Chihiro con una sonrisa mientras se daba la vuelta solo para sonrojarse de nuevo. “Um, ve a tomar una ducha, ¿bien? La cena estará lista pronto.”

“S-sí, claro.”

Que un hermano te vea casi desnudo no es tan grave, pero dado lo avergonzado que Chihiro actuó debido a eso, Itsuki no pudo evitar sentirse incómodo. Él levantó la playera y los pantalones que había lanzado al suelo y se dirigió al baño.

***

Luego de tomar una ducha caliente y afeitarse, Itsuki finalmente se sintió vivo una vez más.

Él ahora estaba completamente vestido y en la sala de estar, con Chihiro esperándolo a un lado del kotatsu. Sobre la mesa había una paella, camarones fritos, rollos primavera, pollo karaage, ensalada marina, y un montón de otros platillos favoritos de Itsuki.

“…Vaya,” dijo un impresionado Itsuki.

“Creo  que  preparé  demasiado,”  respondió  Chihiro tímidamente.

“Nah, está bien. Haruto y Kanikou están destinados a aparecer tarde o temprano, así que no hay problema,” dijo su hermano mientras sacaba una cerveza fría de su refrigerador.

La cerveza era una Edelweiss Weissbier Snowfresh, una cerveza de sabor ligero de Austria que no era muy amarga—ahora mismo, él quería algo refrescante que pudiera beber, no una cerveza refinada que era mejor ser saboreada por más tiempo.

Abriendo la lata y poniendo la cerveza espumosa de un color ligeramente café en un vaso, él pudo oler las hierbas de montaña flotando de una forma gloriosa.

“Ohh, eso huele bien,” comentó Chihiro.

“Sí,  ¿cierto?” respondió Itsuki, con un flujo de emociones emanando mientras se llenaba el vaso.

“¡¡Buen trabajo para mí!!”

“Sí, buen trabajo,” dijo también Chihiro.

Itsuki tomó un sorbo. El sabor vigorizante y el aroma refrescante eran perfectos luego de haber salido del infierno de la forma en que él lo hizo, y ahora se extendía por toda su boca, llenándolo con una clase de felicidad indescriptible.

“Haaaa…”

Las hierbas todavía estaban en su lengua mientras con el tenedor tomaba un camarón de la ensalada, con lechuga y todo. El camarón muy bien sazonado encajaba perfectamente con la acidez de la salsa aurora, trabajando bien con la cerveza para potenciarla.

Esto fue seguido por el camarón frito y la paella—rebosante de sal y aceite su cuerpo estaba anhelando y satisfaciendo esas necesidades desde el fondo de su corazón.

“Esto  está   genial…  El   camarón  está   demasiado bueno…”

Era la primera comida decente para humanos en tres días, y era camarón, su favorita. La emoción de alegría abrumadora casi lo hace llorar. Y la vista de él comiendo tan intensamente hizo que Chihiro también mirara de forma feliz.

***

Luego de llenarse, Itsuki se fue directo a dormir, ya que sus tres días de batalla con el inferno le estaban pasando la cuenta. Él durmió sin interrupciones hasta la tarde siguiente, antes de que una llamada de Haruto finalmente lo despertara.

“Hola, buen trabajo. ¡Ahora que estás fuera del infierno, vayamos a una fiesta bajo los árboles de cerezo!”

“¿Ah?”

“¡Bajo los cerezos! Saldremos y la pasaremos bien bajo los árboles comiendo, bebiendo y esas cosas.”

“Yo…  quiero  hacer  eso…”  respondió  él  de  forma aturdida.

“¡Sí! Pasaré por ahí alrededor de las tres. Ya le conté a Nayu, Miyako, y Chihiro al respecto. Nos vemos a esa hora.”

“Mmh…”

Luego de que pasó alrededor de una hora tendido en la cama sin hacer nada, Chihiro llegó para poner las sobras de anoche en cajas y hacer algunas bolas de arroz y sándwiches.

“Hola, hermano, es mejor que te prepares pronto para salir, ¿bien? ¿Por qué no vas a tomar una ducha?”

“Hrmhhh… Ahhh…”

Justo mientras su conciencia estaba comenzando a despertar, el timbre sonó—y no eran Haruto y la pandilla, sino un repartidor. Dentro había varias botellas de sake japonés. ¿Por qué sake…? Pensó Itsuki mientras revisaba el remitente. Era un nombre que creía, pero al mismo tiempo dudaba, recordar. Fue solo cuando revisó sus recuerdos de la visita de Ashley hace alrededor de diez

días que comprendió que era de la ciudad a la que voluntariamente decidió pagar parte de sus impuestos, como parte del sistema de impuestos locales. Ellos ya habían enviado su sake de agradecimiento.

“…Bueno, una promesa es una promesa…” suspiró Itsuki. “¿Chihiro?”

“¿Sí?”

“¿Podrías también preparar algo que vaya bien con sake? Como…”

Él trató de pensar un ejemplo, pero él bebía cerveza con mucha más frecuencia de lo que bebía sake, por lo que realmente no sabía qué comidas lo acompañaban bien.

Pero aparentemente Chihiro sí. “Ah, claro. Veamos qué tenemos aquí… Bueno, sé que el calamar, pulpo, y las almejas van bien con el sake… Los huevos y el mentaiko también sirven, creo… Ah, y creo que también sirve el queso crema.”

“Vaya, sabes mucho al respecto,” destacó un Itsuki sorprendido.

“Sí, bueno, a mi papá le gusta mucho el sake, así que algunas veces le preparo algunas cosas.”

“¿En serio…?”

La conversación no avanzó, ya que Itsuki fue hacia el baño a tomar una ducha.

***

Eran un poco pasadas de las tres.

Itsuki y sus amigos estaban en un parque cercano. Era uno pequeño, con algunos árboles de cerezos de tamaño medio adornando el de otra forma vacío paisaje.

Originalmente era un punto de evacuación público en caso de terremoto u otro desastre, no un parque de juegos, así que no había mucho equipo con el cual jugar y no había niños cerca, a pesar de estar en medio de las vacaciones de primavera.

Había un parque mucho más grande, uno que destacaba por sus árboles de cerezos de alrededor de este momento del año, a alrededor de quince minutos caminando, así que nadie se molestaba en venir aquí durante la temporada.

Además del grupo de Itsuki, había un par de sujetos en trajes de negocio tomando un descanso y fumando—probablemente vendedores en su hora de trabajo.

¿Por qué escogieron este parque? Principalmente, era debido a que ninguno de ellos tenía un gran interés en ver los cerezos; en tanto hubiera comida y bebida, cualquier lugar servía. Con esa idea en mente, no había la necesidad de viajar a un parque lejano y luchar con un millón de otras personas por un lugar para sentarse.

Desplegando un mantel de plástico bajo lo que era más o menos el árbol de aspecto más majestuoso del parque, el grupo abrió las cajas. Estaban Itsuki y Chihiro, Haruto, Miyako, y Ashley Ono.

Itsuki fue quien invitó a Ashley—él la llamó para decir que el sake había llegado, y mientras hablaban, mencionó que dentro de poco tendrían un picnic. Esto fue recibido con una respuesta muy penetrante—“Mmmm, algunos cerezos… mmm…”— y cuando Itsuki la invitó, ella aceptó inmediatamente.

“Je-je-je… Nos vemos de nuevo, Haruto.”

“E… Eso parece…”

Haruto ya estaba sudando ante la risa inconmensurable de Ashley. Él le mandó una mirada de resentimiento a Itsuki.

“Je-je… No necesitas subir tanto la guardia. Solo dejemos que lo pasado quede en el pasado y divirtámonos bebiendo aquí, ¿bien?”

Ashley sonaba lo suficientemente romántica para que tanto Miyako como Chihiro miraran en su dirección con interés.

“¿¡Por favor podrías dejar de hablar como si alguna vez  hubo  algo  entre  nosotros  dos!?  ¡Nuestra  única conexión fue que hice que manejaras mis impuestos durante el año pasado! ¡No hay ningún “pasado” que dejar atrás!” Haruto ya estaba intensamente sonrojado.

Ashley simplemente se rio, claramente disfrutándolo.

“Ugh,” suspiró él mientras abría la nevera que trajo consigo. Por supuesto, contenía cervezas. “Comencemos con esto,” dijo él, sacando una Bink Bloesem.

La etiqueta tenía algunas flores de cerezo, junto con una caricatura de una abeja cargando una pera, y en efecto, usaba la mezcla tanto de la miel como la pera para obtener un sabor elegante y fresco.

Se basaba en un buen balance entre el toque de dulzura y la amargura refrescante, y tenía alrededor de 7 grados de alcohol, así que también era una bebida decente. En otras palabras, la cerveza belga perfecta para una pequeña fiesta bajo los árboles de cerezo.

Haruto vertió algo de Bloesem en vasos de papel para sí mismo, Itsuki, y Miyako. Nayuta tomó una lata de cerveza de raíz, y Chihiro puso algo de sake en la copa barnizada de rojo de Ashley (la cual aparentemente ella compró por su cuenta) antes de llenar su propio vaso de papel con algo de té caliente de un termo.

Una vez que todos tenían sus bebidas, Haruto habló.

“Bien, Itsuki, tú has el brindis.”

“¿Ah? ¿Por qué yo? Tú fuiste el que organizó esto.”

“¡Yo lo haré!” exclamó Nayuta mientras Itsuki se quejaba.

“…Claro, como quieras.”

“Muy bien. Bueno, por mí y el próximo matrimonio entre Itsuki y yo—”

“¡Cállate!” la interrumpió Itsuki, con la cara roja. “Um, muy bien, por mí que finalmente terminé ese estúpido manuscrito. ¡Salud!”

“““““¡Salud!”””””

Todos gritaron al unísono, dando al menos un par de vistazos hacia las flores de cerezo por las que supuestamente estaban ahí mientras disfrutaban de la comida y bebidas para alegrar sus corazones.

“Itsuki,” dijo Nayuta, “¿quieres ir a mi casa luego de esto?”

“No.”

“Aww… Pero fue mucho mejor de lo que pensé, vivir a una distancia corta de ti. Quizás debería seguir viviendo en ese hotel luego de que terminen de renovar mi casa… Y tú también estás invitado para quedarte de nuevo, Myaa.”

“¡O-olvídalo! Me volverás a hacer algo raro…”

“¿Algo raro?”

“No—¡No tiene nada que ver contigo, Itsuki!”

“Bueno, yo y Myaa nos quedamos completamente desnudas y—”

“¡Ahhhh! ¡No no no no! ¡No puede ser!”

“¿Qué fue lo que hicieron…?”

Era un grupo extraño de personas—novelistas, una estudiante universitaria, un estudiante de preparatoria y una contadora de impuestos.

Aparte de Itsuki y Haruto, ninguno de ellos conocía a Ashley, y Chihiro estaba viendo a Haruto y Miyako por segunda vez. Pero la escena aun así era extrañamente amigable. Y lo que es más:

“…Parece que se están divirtiendo.”

El editor de Itsuki, Kenjiro Toki, entró caminando en el parque.

“¿¡Gehhh!? Yo—¡ya te di mi manuscrito! ¡Soy un hombre libre!”

“Sí… Sí, claro que lo hiciste. Es por eso que te tengo un pequeño regalo… ¿Ves? Algo de langosta.”

Los ojos de Itsuki se abrieron por completo ante la vista de tres langostas espinosas japonesas, todas asadas perfectamente a las brasas.

“¿¡L-langosta!? ¿¡Cómo!?”

“Hice que un restaurante español cerca de la oficina las cocinara para mí.”

“¡Vayaaaaaa! ¡¡Kenkennnnnn!!”

“No me abraces, rarito. ¿Ya estás ebrio?”

“¡Siento haberte llamado idiota y desear que tu pene se cayera y cosas como esa! ¡Te seguiré a donde quiera que vayas, Kenken!”

“Preferiría que no… Para mí también bajó el trabajo, así que supuse que bien podría unirme. Estas cosas cuestan mucho, sabes.”