Imouto Sae Ireba Ii (NL)

Volumen 2

Capítulo 3: Estúpido Trasero

 

 

Era mediados de marzo, e Itsuki estaba trabajando en su departamento cuando Setsuna Ena lo visitó. Setsuna, bajo el apodo de Puriketsu, era un ilustrador profesional; él creó el arte de la segunda serie de Itsuki, Hermanitas fundadoras del nuevo mundo, y desde entonces ellos habían estado en contacto.

Cielos, le dijo su cabeza a Itsuki, tengo una visita sorpresa, así que supongo que debo abandonar el trabajo por ahora… Realmente quería trabajar, pero no puedo simplemente ignorar a los visitantes… Ohh, y eso que también estaba taaaan concentrado en ello…

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Él continuó murmurando cosas parecidas para sí mismo mientras tomaba el Battle Line, un juego de cartas de dos jugadores modelado en base de combates históricos de la antigüedad, y comenzó a jugar con Setsuna.

“…Entonces, ¿todavía estás escapando de tus editores?” preguntó Itsuki mientras observaba sus cartas.

Setsuna se rio y sacudió su cabeza. “¡Oh, para nada! Hoy acabo de  regresar de una reunión aburrida de preparación con el equipo de edición.”

En este momento, él estaba creando las ilustraciones para SILLIES, una serie escrita por el autor Yohei Kitagata. Además de jugar con la palabra inglesa “silly”, también era un juego de palabras para shiri, la palabra japonesa para “trasero”—y como sugería el plural, la comedia romántica absurda de Kitagata era protagonizada por mujeres que exponían demasiado sus traseros.

Setsuna era ampliamente conocido por su trabajo en traseros—agregando esa sensación extra de elasticidad en ellos—y Kitagata había insistido mucho en que él se uniera al proyecto, declarando “¡Solo Puriketsu-sensei podría hacerles justicia a las ilustraciones!” Funcionó de maravilla, y la serie aparentemente se estaba vendiendo bastante bien.


El volumen 5 había salido hace casi un mes, pero las ilustraciones no estuvieron listas hasta muy pasada la fecha límite acordada.

Esto forzó al editor de SILLIES Kenjiro Toki a rastrear a Setsuna todo el camino hasta Hokkaido, confinarlo en la habitación de un hotel local, y hacer que las terminara a tiempo. Itsuki había tenido un asiento en primera fila de todo esto mientras se desarrollaba, así que él estaba al tanto de cómo se había llevado a cabo.

“¿Podrías mostrarme tu trasero por un segundo?”

Itsuki estaba demasiado ocupado preguntándose dónde poner su siguiente carta como para procesar inmediatamente la pregunta repentina de Setsuna.

“¿…Ah? ¿Mi trasero…? ¡¿…Mi trasero?!”

“Sí.”

Setsuna asintió solemnemente ante el grito agudo de Itsuki.

“¡¿Por qué tengo que mostrarte mi trasero…?!”

“¿Cuál es el problema? No es como si fuera el fin del mundo.”

“¡Será el fin de todo orgullo que tuviera!”

“Mira, todo lo que tienes que hacer es pararte aquí de espaldas, y bajarte los pantalones por un segundo. ¡Solo voy a mirar tu trasero! ¡Eso es todo!”

“¡No!”


“Bien, ¿qué tal solo hasta la mitad?”

“¿La mitad…? ¡Eso es aún más vergonzoso!”

“¡Bien, entonces por completo!”

“No, ¿Qué te parece si mejor no? … Es decir, ¿por qué siquiera pensaste en pedirme eso?”

Él tenía que preguntar. Setsuna estaba siendo horriblemente serio al respecto.

“Bueno, ya sabes, creo que estoy llegando a un callejón sin salida.” El ilustrador suspiró viéndose extrañamente desmotivado. “Es decir, he estado dibujando traseros día y noche para SILLIES, ¿cierto?”

“Sí. Y algunos muy buenos en el último volumen.”

SILLIES realmente no era la serie que más le gustaba a Itsuki, ya que no había hermanitas entre los personajes. Todas eran de la misma edad o incluso mayores que el protagonista. Pero aun así él compraba y leía cada volumen.

La sensualidad de la escritura de Yohei Kitagata, un talento que también ejercía en sus guiones para diversos videojuegos para adultos, era suficiente para incluso  excitar a Itsuki—y los traseros de las heroínas, como

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Setsuna los dibujaba, tenían un efecto magnético abrumador en el lector, sin importar sus gustos personales.

“Me gusta dibujar traseros, pero ahora no estoy dibujando más que traseros, y estoy comenzando a, digamos, perder el  interés. O podría decirse que la composición de todas mis ilustraciones está comenzando a verse igual para mí. Es difícil encontrar motivación para ello.”

“Oh…”

Cada volumen de SILLIES estaba compuesto de una portada en donde la línea del trasero de una heroína era visible, dos o tres páginas de traseros ilustrados en color (envolviendo a varias del reparto femenino), y de seis a ocho páginas de traseros en blanco y negro, además de unas ilustraciones adicionales hechas para una relación exclusiva con cierto libro o tiendas de anime—todas llenas de más traseros.

“Kitagata-sensei prácticamente me deja el arte de la ropa, la ropa interior, y la composición completamente a mí. Lo cual está bien, pero, ya sabes, todos estos traseros todo el tiempo, es difícil salir con ideas nuevas… Tampoco quiero dibujar dos veces el mismo estilo de ilustración en el mismo libro, así que…”

La cantidad de instrucciones detalladas dadas a los ilustradores variaban enormemente debido al editor o al autor, los ilustradores mismos, y la historia o situación siendo descrita.

Algunas veces el autor pediría perspectivas   exactas   y   otros  detalles; otros solo proveerían un extracto del manuscrito para dibujar. Más de alguno solo nombraría a un par de personajes y lo dejaría todo a la imaginación del ilustrador, incluyendo la ropa y las poses—luego ajustaría su propio guion para que concuerde con la ilustración terminada. Ninguna forma era más “correcta” que la otra; variaba de caso a caso.

Para Hermanitas fundadoras del nuevo mundo, Itsuki primero habló con Toki acerca de las situaciones y personajes a dibujar (en escenas con muchos personajes, ellos generalmente lo reducían a un subgrupo a describir en las ilustraciones).

Para las escenas importantes que Itsuki podía imaginarse claramente, en sus instrucciones él le daba a Setsuna tantos detalles como le era posible; si no era el caso, él generalmente dejaba las cosas en sus manos. Así era cómo Itsuki trabajaba con todos los demás ilustradores que le habían asignado.

Frecuentemente sus personajes tendían a ser descritos con “cabello largo y negro”, “ropa cómoda”, “armadura desgastada”, “pechos notablemente grandes”, y otros rasgos ligeramente definidos, algunas veces haciendo que los artistas dieran respuestas como “Por favor da más detalles en cuanto al estilo de cabello y la ropa” o “Mencionaste que ella tiene pechos grandes, pero, ¿qué tan grande los estás imaginando exactamente?”

“…Muy bien. Puedo entender tu problema. ¿Y cómo eso se conecta a que te muestre mi trasero?”

“Estoy buscando algo de motivación, eso es todo. Necesito alimentar mi dieta de traseros con traseros nuevos  para   así  poder  conseguir   más  ideas  para dibujarlos.”

“¿Tu dieta de traseros…? ¿Qué significa? ¿Es como tomar vitaminas?”

A pesar de la conmoción, Itsuki vio el razonamiento detrás de los pensamientos de Setsuna. Él necesitaba motivación para conseguir un buen resultado.

“Pero por muy importante que sea esta “motivación”, ¿cómo es que mi trasero proveerá eso? Realmente no me lo imagino.”

“Oh, yo no diría eso.” Setsuna le envió a Itsuki una sonrisa casi imperceptible. “Pero realmente necesito alimentar mi dieta de traseros, ¿sabes? Esa es la única forma.”

“¿…?”

Él sonrió de forma más amplia mientras Itsuki lo miraba levantando sus cejas.

“¿Entonces qué tal si en vez de eso vamos a mirar algunos traseros de mujeres?”

***

 

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Cuatro horas después, Itsuki y Setsuna estaban en un complejo de aguas termales, no muy lejos de una ciudad situada a un lado del océano. Aunque no era cualquier agua termal—esta tenía un baño al aire libre que permitía que ambos sexos compartieran la misma agua.

Una red de búsqueda con esas líneas había revelado un lugar que parecía tener una vista lo suficientemente buena y algo de comida decente; una llamada telefónica después, ellos tenían una habitación reservada con cena y desayuno incluidos.

En el momento en que ambos fueron guiados a su habitación, Setsuna tomó una toalla y una bata de baño provista por el hotel.

“¡Genial! ¡Es hora de buscar algunos traseros!”

“¿Qué? ¿Ahora mismo…? ¿No   podemos  primero relajarnos  por  un  momento?  Quiero  decir,  no  sería demasiado  tarde  si  esperamos  hasta  después  de  la cena…”

A pesar de su vacilación, Itsuki tenía motivaciones similares a las de su amigo—él había chocado contra un muro en sus escritos, y necesitaba refrescarse y conseguir algo de motivación.

Así que él aceptó fácilmente la invitación de Setsuna y vino con él, pero los baños mixtos eran una experiencia completamente desconocida.

Incluso mirar el cuerpo femenino no había estado a su alcance desde la pubertad—bueno, bien, hubo ese pequeño vistazo rápido cuando Nayuta más o menos pasó a través de su habitación luego de bañarse en su casa—pero de otra forma, no.

“¡Aw, vamos, no es hora de acobardarse!” Setsuna se rio mientras Itsuki se sonrojaba. “En tus novelas siempre tienes a chicas desnudándose, ¿no?”

“¡E-Eso solo es ficción! ¡Y no me estoy acobardando!”

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“Entonces en marcha. ¡Debemos apresurarnos o de otra forma el sol se pondrá sobre nosotros!”

Se estaba aproximando el anochecer, y las reseñas de internet hablaban de lo increíble que era mirar la puesta de sol sobre el mar durante tu baño al aire libre. Perderse eso sería un desperdicio de una buena oportunidad.

“Ergh… Muy bien. Vamos.”

Finalmente fortaleciendo su determinación, Itsuki siguió a Setsuna hacia las aguas termales. Los vestuarios estaban divididos por género, y por eso, también lo estaba el gran baño de interior que le daba la bienvenida a los visitantes antes de llegar a las aguas termales mixtas al aire libre.

“Hmm-hmm-hmmmm…   Hm-hm-hm-hm-hmmmm…” Setsuna estaba tarareando. “High Pressure” de T.M.

Revolution mientras se sacaba la ropa. Él estuvo desnudo en un tiempo record.

“¡¿Whoa…?!”

Itsuki no pudo evitar mirar detenidamente su figura. Él era pequeño, pero de buen aspecto, con unos abdominales visibles y todo. Ambos tenían alrededor de la misma estatura y contextura cuando estaban vestidos, pero desnudos, la diferencia era abundantemente clara. Sin abdominales ni algún otro músculo para alardear, Itsuki era un debilucho en comparación.

Imouto Sae Ireba Ii Vol 2 Capítulo 3 Novela Ligera

 

“…Me siento traicionado.”

“¿Ah? ¿A qué te refieres?”

“…No es nada.”

Desvestido hasta quedar en ropa interior, Itsuki intentó aplanar su estómago tanto como pudo. No apareció ningún músculo. De niño él había sido un poco pálido, pero tener la vida de un autor de estar encerrado en una habitación todo el día había servido para que su piel se viera de un color pálido incluso más enfermizo.

“Oye, ¿por cuánto tiempo vas a usar tu ropa interior? ¡Ya vámonos!” Setsuna gritó con impaciencia mientras Itsuki consideraba reservar unas horas en el gimnasio.

Él estaba haciendo un pequeño baile de la emoción, su ‘cosa’ moviéndose de arriba abajo mientras continuaba. Eso, también, superaba a Itsuki por una cantidad notable. No lo animaba para nada.

“Ugh…”

Quejándose desaminado, él se quitó sus calzoncillos, ocultando hábilmente sus genitales bajo una toalla para protegerlos de la vista.

“Bien, estoy listo.”

“¡Genial! ¡Vaya, sensei, realmente tienes un lindo trasero!”

“¡O-oye! ¡No lo mires, idiota!”

Itsuki se apresuró por el camino, con sus mejillas rojas, y un momento después, ellos estaban en la principal agua termal al aire libre. El sol estaba justo en frente de ellos, justo por arriba del horizonte sobre el océano…

………………Y había demasiadas, demasiadas mujeres en el gran baño.

El cerebro de Itsuki se congeló por varios segundos.

Ellos estaban desnudos, en el baño, y contemplando la magnífica vista. Había alrededor de veinte personas en total.

En cuanto a sus edades, estaban… ¿entre los finales de los cincuenta y tal vez los ochenta?

Ellas eran mujeres “maduras”, sí, algunas más allá de “maduras” y directo en el territorio “ancianas”. No había ningún hombre.

“¡Oooh, miren a estas linduras! Jee-jee-jee- jee…” una de ellas dijo, al notar a Itsuki y su amigo. Su busto debía tener un tamaño de cerca de un metro, y sus caderas y trasero estaban igual de caídos. Ella era una fuerza viviente de la naturaleza, moldeada como un árbol de cientos de años.

“¡Oooh, tienes razón! ¡Jóvenes como ellos son bastante raros!, Jee-jee-jee-jee…”

 Las veinte estaban en un mismo grupo, y ahora todas estas potencias sabias y ancianas estaban mirando directamente a los dos recién llegados. Itsuki se puso tenso, volviendo sus ojos hacia Setsuna.

“¡Hola, señoritas! Esta es una vista excelente, ¿no es así?”

Setsuna, por otro lado, no estaba para nada avergonzado. Él sonrió todo el tiempo, con su ‘amiguito’ moviéndose de un lado a otro mientras entraba al baño y avanzaba hacia el grupo de mujeres mayores. Itsuki tenía que respetar eso, pero en vez de unirse a él, él terminó moviéndose hacia un lavabo cercano, se sentó, y se bañó mientras espiaba a su amigo.

“¿Y de dónde vienen ustedes jovencitos? ¿Hmm?” 

“Oh, ¡De Tokio, señora! ¿Qué hay de ustedes damas?”

“¡Ohhh, caray, jee-jee-jee!”

‘¿Damas?’ ¡Bueno, yo nunca, ohh- hoh-hoh!”

“Dios bendito, no creo que nadie me haya llamado una ‘dama’ en al menos cinco años, ¡joo-joo-joo-joo!”

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“¿Cinco años? Cielos, ¡creo que quisiste decir cincuenta, meh-jee-jee!”

“Que mal que todas seamos solo un grupo de ancianas desabridas, ¿mmm-hmm- hmm?”

“¡Oh, no sean tontitas! Las chicas hermosas como ustedes siguen siendo hermosas sin importar la edad que tengan.”

“Oooh, ahora es ‘chicas hermosas’, ¿no? ¡Jee- jee-jee-jee!”

“Oh, vaya, sigue hablando así y podrías hacer que una mujer caiga rendida a tus pies, ¡ohh-joo-joo-joo!”

“¡Qué lindo eres, jee-jee- jee-jee!”

…Maldición, él sí que es bueno en esto. 

Itsuki, escuchando desde lejos, se encogió de hombros.

“Díganme, umm, la verdad es que trabajo como un artista profesional para ganarme la vida, ¿pero creen que quizás podría dibujarlas a algunas de ustedes, lindas jovencitas?”

“¡Ohh, cielooos,  jee-jee-jee!”

“¿Vas a dibujarme como una de esas modelos desnuudas? ¡Joo-joo-joo!”

“¡Bueno, no esperes más! ¡Me quitaré lo que sea por el bien del arte, Jee-jee- jee!”

“¡Tonta, ya estás desnuda! ¡Ohh-hoh-hoh-hoh!”

“¡Oh, tienes razón! ¡Jee-jee-jee-jee!”

“¡Ja- ja-ja!”

“¡Je-je-je!”

“¡Jee-jee-jee-hooooh!”

 “¡Genial! ¡Gracias!”

Sintiendo una repentina punzada de terror debido a su incomprensible conversación, Itsuki se levantó rápidamente, se concentró en sus pies, y se apresuró hacia la salida.

“¿Ah? ¡Sensei! ¡Oye, Sensei! ¿cuál es el problema?”

“Yo—¡voy al baño de hombres!” gritó él, sin molestarse en darse la vuelta mientras dejaba atrás el agua termal mixta.


***

 

 

Setsuna todavía no regresaba a la habitación para el momento en que la cena fue llevada, así que Itsuki comió solo y comenzó a escribir en su computadora portátil.

“…Tengo miedo. No quiero morir.” 

Desde que se convirtió en un Caballero Oscuro, Sieg tuvo una verdadera sensación de miedo.

Esta era la sección intermedia del Volumen 5 de Combate   de   hermanitas. Sieg,  el Caballero  Oscuro solitario que era el héroe principal de la historia, nunca antes había perdido su tranquilidad hasta este punto, sin importar lo desesperada de la situación—pero ahora, de frente a un enemigo más poderoso que cualquier que hubiera enfrentado antes, el miedo a la muerte había aparecido dentro de él. Él sobreviviría, aunque apenas, pero era un punto de inflexión importante para la historia, uno de sus eventos más importantes.

“Ahora lo sé. En verdad lo sé. ¡La ansiedad de Sieg! ¡Su  desesperación!  ¡Su  miedo!  ¡La  sensación  de  su amarga derrota! Lo comprendo bien… Sieg… ¡soy yo…!”

Sieg era un personaje en el que Itsuki mismo quería convertirse. Eso hacía difícil describirlo perdiendo el camino debido a su debilidad o sus miedos. Pero todos los problemas de Itsuki parecían algo del pasado mientras continuaba intensamente su escritura.

Él alcanzó un buen punto de guardado alrededor de las dos de la mañana, y una sensación de logro somnoliento lo llenó mientras se metía en su cama. Justo mientras lo hacía, Setsuna regresó.

“Fiu… Creo que me pasé un poco.”

“…Uh, ¿pasó algo?”  preguntó Itsuki de forma vacilante.

Setsuna le sonrió de vuelta. “¡Claro que sí! Eso fue increíblemente inspirador. ¡Ahora voy a dibujar unos traseros realmente geniales!”

“Sí, estoy seguro que esa fue mucha inspiración que digerir…” vaciló Itsuki, antes de decidir que estaba demasiado asustado como para preguntar lo que había pasado exactamente. “Pero, es decir, ¿acaso ver a un  montón   de   traseros   ancia—quiero decir, traseros maduros te sirvió tanto? Las chicas que tú dibujas se ven mucho más jóvenes que ellas.”

“¿Hmm? Bueno, claro que sí, si quisiera mirar traseros más jóvenes, simplemente podría caminar por el vecindario y podría encontrar a muchas mujeres a las cuales pedir vérselos, ¿sabes?”

“Oh, umm… ¿En serio?”

Itsuki parpadeó hacia la respuesta inmediata de Setsuna. La idea de hablarle a una mujer desconocida en la calle y comenzar una conversación era tan descabellado para él que la idea era difícil de comprender. ¿Acaso las mujeres muestran sus traseros si se los pides amablemente? ¿En serio? No puede ser verdad.

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“Pero, sabes, no todos los días puedes mirar los traseros de esas bellezas todos al mismo tiempo. ¡Fue bastante afortunado que estuviéramos aquí la misma noche que ese gran grupo turístico!”

La sonrisa en el rostro de Setsuna era genuina, inmaculada. Él estaba hablando completamente en serio.

“V-vaya… Uh, umm, ¿Ena-sensei?”

“¿Hmm? Oiga, Sensei, ¿por qué tanta seriedad?”

“No, quiero decir… Es que, vaya, eres increíble…”

“¿Lo soy? ¡Aw, gracias, viejo!”


Él le dio a Itsuki una sonrisa agradable, aunque un poco confundida, para luego bostezar y meterse en su cama. No pasó mucho antes de que estuviera roncando alegremente.

“Cielos… Puriketsu eres increíble…”

En términos del tamaño de su valor, como también del tamaño de su miembro, Itsuki fue completamente derrotado. Él decidió llamarlo por su apellido por algún tiempo, con todo el respeto posible.

 

Imouto Sae Ireba Ii Vol 2 Capítulo 3 Novela Ligera

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