Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 8

Capitulo 2: Adelante, Al Rescate Del Héroe

Parte 6

Ella siempre parecía estar tan tranquila y dócil, pero la sangre caliente corría en su familia. En el momento en que puso su mirada en un oponente fuerte, quiso luchar contra ellos.

Ella era como su padre, Kiyoshiro, en ese sentido; ambos creían que la única forma de adquirir fuerza era perseguirla activamente. Pero nada de esto le brindaría consuelo a Titania.

“Aun así, ¿no sería mejor para nosotros encontrar primero a Hatsumi- sama?”

“Si su oponente fuera realmente tan peligroso, terminaría derribando toda la mansión. Además, probablemente sería una enorme pérdida de tiempo. Puede que vuelva corriendo antes de que la encontremos, ¿sabes?”

“¿Toda la mansión, dices…?”

“Creo totalmente que ella lo haría y podría… Aunque, sí, la idea es aterradora”.

Suimei sacó la lengua, se agarró por los hombros y tembló de manera exagerada. Parecía que estaba bromeando, pero lo que dijo era la verdad.

Con un solo movimiento de su katana, Hatsumi podría dividir toda la mansión de tres pisos. Cualquiera en su sano juicio probablemente diría que tal hazaña era imposible, pero ese era simplemente el nivel irracional de poder que tenían los verdaderos maestros de la espada.

Hatsumi era el heredero de un hombre que podía dividir un rascacielos verticalmente con un solo golpe. Una mera mansión sería un juego de niños para ella.

Y siendo ese el caso, sería mejor para todos los demás priorizar la búsqueda de Elliot. Si pasaran su tiempo buscando a Hatsumi, nunca lograrían lo que vinieron a hacer aquí. Es más…

“Si Hatsumi termina lo que está haciendo y todavía no hemos encontrado al rubio cuando regrese, quién sabe lo que nos haría…”

“Bueno, si insistes, entonces no pondré más objeciones…”

Incapaz de ocultar su asombro, Titania ajustó su manto de cuello alto y avanzó por el pasillo. Suimei la siguió, pero rápidamente se dio cuenta de que Liliana no se había movido. Como si ella también estuviera preocupada, todavía estaba mirando a la puerta que Hatsumi había desaparecido.

“Liliana, ¿qué pasa?”

“No es nada.”

“Te escuché decir eso, pero seguro que no parece que no sea nada”.

Luego Liliana se tambaleó hacia adelante, abrió la puerta y echó un buen vistazo a la habitación vacía. Después de confirmar que realmente no había nadie adentro, volvió a cerrar la puerta en silencio y explicó.

“En algún lugar de la mansión… siento una presencia… muy parecida a la magia del coronel”.

“¿Rogue-san?”

“Sí. Es como… tiene la misma sensación… o…”

Liliana estaba siendo inusualmente imprecisa. Prácticamente buscaba a tientas las palabras, lo que le dio a Suimei una sensación de profunda soledad dentro de ella. Su anhelo por su padre adoptivo la hizo sentir especialmente ansiosa por su presencia, pero parecía que no se atrevía a admitir que era él.

“¿Entonces qué quieres hacer? ¿Ir a echar un vistazo?”

“No… Prioricemos… la búsqueda del héroe”.

“Está bien.”

Y así, con su misión acordada, todas las conversaciones sobre la desaparición de Hatsumi llegaron a su fin y los tres comenzaron a caminar por el pasillo de nuevo. Procedieron con cautela, vigilantes de su entorno. Y finalmente, Suimei llamó a Titania, quien lideraba el grupo.

“Tia, ¿sabes mucho sobre esta mansión?”

“Lo he visitado una vez antes, pero el interior ha cambiado bastante desde entonces. Es probable que haya sido modificado arbitrariamente sin el permiso de la familia real, pero… en general…”

Ella sabía un poco sobre eso. Como princesa, sabía todo tipo de cosas sobre los nobles más importantes. Parecía que todas sus residencias estaban diseñadas de acuerdo con algún estándar, por lo que no se desviaron mucho unas de otras en su construcción. Sin embargo…

“Suimei, no tengo forma de identificar habitaciones ocultas. ¿Podría ser eso algo que puedas hacer?”

“He estado comprobando desde que ingresamos por primera vez, por lo que no debería ser un problema. De hecho, siento que es extraño que no haya encontrado ninguno todavía. Esperaría que un chico malo tuviera algo más que una bodega y un sótano”.

“¿Es eso así? Entonces—”

En el momento en que estaba a punto de decir algo, la red de vigilancia mágica de Suimei detectó algo.

“Detente.”

“?!”

“…”

Al escuchar la voz repentinamente fría de Suimei, Titania se detuvo en seco. Liliana, por otro lado, sabía exactamente lo que significaba ese tono en su voz y silenciosamente deslizó un pequeño y compacto bastón fuera de su manga. El pasillo terminaba en una pared justo delante de ellos antes de girar a la izquierda.

“¿Hay… alguien adelante?”

“A la vuelta de la esquina. Sin embargo, no parecen moverse. Tal vez estén al acecho”.

“¿Qué debemos hacer?”

“Bueno, todo lo que podemos hacer es seguir adelante. Lo resolveremos sobre la marcha”.

Si había alguien al acecho, eso significaba que su pequeña operación furtiva había sido descubierta.

Había una cierta aprensión por proceder dadas las circunstancias, pero mientras no supieran quién les esperaba, no podían simplemente atacar a ciegas.

Y sin confirmar la condición de Elliot, ni siquiera era como si tuvieran una buena razón para entrar sin autorización todavía. Tampoco se sabía quién más podría estar en la mansión.

En el peor de los casos, si atacaban preventivamente, el duque podría afirmar que habían irrumpido en su propiedad con malas intenciones. Eso solo haría las cosas más complicadas. Por supuesto, también existía la posibilidad de que fueran atacados tan pronto como doblaran la esquina, pero Suimei tomó medidas defensivas para tratar de protegerlos de cualquier posible peligro.

Y tal como Suimei había dicho, había alguien esperándolos cuando doblaron la esquina, una sirvienta soltera con una expresión taciturna. Al verla, Suimei comenzó a acercarse a ella con un aire de alivio, pero por alguna razón, Titania lo detuvo. Después de un largo momento de silencio, la criada se dirigió a ellos con severidad.

“Esta es la mansión del duque Lucas de Hadorious. Entrar aquí sin una invitación de Su Alteza y merodear por ahí para… ¿Quién podría ser usted? ¿Ladrones y pequeños ladrones?”

“Soy la primera princesa real del Reino de Astel, Titania Root Astel”, respondió Titania en un tono igualmente severo. “Si dudas de mi identidad, entonces no tendré más remedio que probarlo con estas dos espadas. ¿Entendido?”

Titania voló su espíritu de lucha alto como una bandera mientras se presentaba. Después de todo, se sabía que la princesa era miembro de las Siete Espadas. Y pareció funcionar. La doncella reconoció su exhibición real de espíritu y se arrodilló en el acto.

“Mis más profundas disculpas, Su Alteza Real. No soy más que un simple sirviente al servicio de esta mansión. Humildemente le pido perdón por el crudo insulto de sugerir incluso que podría ser un ladrón”.

“He venido porque escuché que el héroe Elliot Austin se estaba quedando en esta mansión. ¿Está el aquí?”

Titania interrogó a la criada sin ceder en lo más mínimo. Sonaba como si su tono pretendiera transmitir que no estaría de acuerdo con nada menos que una respuesta completa. En realidad, no esperaba que la criada cooperara, pero…

“Respecto a ese asunto, el maestro ya me ha dado órdenes. Por favor ven por aquí.”

“¿Oh?”

En realidad, no fue una respuesta en absoluto, pero podría resultar incluso más útil que eso. Suimei y Liliana estaban igualmente perplejas ante este desarrollo, pero Titania mantuvo la calma mientras animaba a la criada a liderar el camino. Luego se volvió hacia sus dos compañeros.

“Suimei, continuemos.”

“Si crees que esto está bien, entonces está bien, pero…”

Suimei no pudo deshacerse de sus dudas sobre la situación actual, pero por el momento, decidió confiar en Titania y la siguió. Luego dirigió sus preguntas a la criada.

“Entonces, señorita, ¿a qué se refería cuando dijo que ya le habían dado órdenes?”

“En el caso de que Su Alteza Real Titania apareciera en la mansión, Su Alteza me dijo que no debía ocultarle nada”.

Entonces ella simplemente estaba haciendo lo que le dijeron. Suimei le lanzó una mirada casual a Titania y vio que sus ojos se estrechaban con disgusto.

Sabía muy bien que a ella no le importaba el duque, pero en lugar de estar en malos términos, comenzaba a parecer que la hostilidad era mayoritariamente unilateral.

“¿Significa esto que el duque anticipó mi llegada?”

“Simplemente me instruyeron sobre cómo manejar la situación en caso de que surgiera. Debo decir que me sorprendió bastante descubrir que realmente vino, alteza.”

A pesar de lo que dijo, la expresión taciturna de la criada no delató el menor atisbo de sorpresa. Como doméstica de un noble, probablemente fue entrenada para mantener la compostura.

“Ya veo. Eso al menos significa que anticipó que nos infiltraríamos en la mansión”.

El duque hizo detener a Elliot, por lo que era razonable suponer que alguien podría venir a intentar salvarlo. Titania era la escolta de Reiji, por lo que era de conocimiento público que tenía una conexión con los héroes.

En ese sentido, también era perfectamente razonable suponer que ella podría aparecer personalmente de una forma u otra.

Sin embargo, todavía era extraño pensar que el duque renunciaría a Elliot tan fácilmente. Aún sin saber exactamente qué estaba pasando, Suimei se volvió hacia Liliana, pero ella simplemente negó con la cabeza.

“Realmente no lo entiendo”, le dijo en voz baja. “ Atrajeron a Hatsumi para que se fuera, pero ¿nos llevarán a Elliot? Aunque realmente no se siente como una trampa…”

“Tampoco puedo obtener… una lectura sobre la situación”.

“El hecho de que no haya coherencia entre su propósito y sus acciones es coherente, al menos…”

Suimei continuó reflexionando sobre este desarrollo brumoso en una situación ya confusa, y finalmente la sirvienta se detuvo frente a cierta puerta que parecía ser su destino.

La criada llamó a la puerta y la voz de un joven respondió desde el otro lado. Era una voz familiar y, a juzgar por su sonido, el orador parecía estar bien. La criada luego abrió la puerta.

En el interior, sentado casualmente en un sofá y bebiendo una taza de té, estaba su objetivo, Elliot. Al darse cuenta de quién había venido a visitarlo, puso su habitual sonrisa nihilista y los saludó.

“Vaya, no pensé que serían ustedes los que vendrían, particularmente tu”, dijo, mirando a Suimei.

“Y no pensé que estarías tan alegre y saludable…”

“Ah, sí. Bueno, como puede ver, me han tratado con hospitalidad”.

Allí, Elliot se quitó los mechones dorados de la cara de manera pomposa y agitó el brazo hacia un lado en un gesto exagerado. Quería demostrar que de hecho estaba perfectamente bien, pero eso solo hizo que las cosas fueran más confusas. Cuando Elliot devolvió su taza al platillo de manera altiva, controló su actitud y cortésmente se volvió hacia Titania.

“Permítame disculparme por causarle una preocupación indebida, princesa Titania”.

“No, me alegro de verte bien, Elliot-dono”.

Después de su breve intercambio, Suimei volvió a interrumpir la conversación.

“¿Entonces? ¿Para qué estás sentado aquí?”

“No tengo nada más que hacer, ya ves. No puedo salir de aquí”.

“¿No puedes salir? ¿Por qué no te vas? No parece que te estén restringiendo, y no debería ser tan difícil para alguien como tú salir por la fuerza del edificio, ¿verdad?”

“Ciertamente, si me lo propongo, podría hacerlo. Sin embargo, si lo hago, amenazó con hacerle daño a Christa”.

“Ya veo. Por eso no has hecho nada”.

Mientras los dos estuvieran separados, el duque podría usarlos el uno contra el otro. Y mientras Elliot quisiera proteger a Christa, sus manos estaban atadas. Pero al escuchar esto, una vena sobresalió de la frente de Titania mientras dejaba al descubierto su indignación.

“Está condenado si cree que puede utilizar a un sacerdote de la Iglesia de la Salvación como rehén”.

“No parece ser un noble verdaderamente noble, mucho menos un hombre de fe”.

“¿Entonces?”

“Me dijeron que solo tenía que esperar aquí por un tiempo. Es molesto, lo admito, pero no tuve más remedio que cumplir”.

“¿Por qué te quiere aquí?”

“¿Quién sabe? Cuando me atraparon, me preguntaba qué iban a hacer conmigo, pero desde entonces, el duque no ha sido más que un anfitrión ejemplar. Me pregunto qué estará pensando. Traté de preguntar, pero me rechazaron cortésmente”.

Elliot gimió un poco mientras negaba con la cabeza de lado a lado. Ni siquiera él sabía la razón por la que lo retenían.

¿Su objetivo era solo detenerlo? No… ¿Qué podría lograr haciendo eso?

La respuesta obvia fue que el duque estaba intentando restringir las acciones de Elliot, pero eso no tenía mucho sentido para Suimei. Implicaría que tenía la intención de evitar que Elliot hiciera algo, y según el momento…

“¿El enfrentamiento con los demonios en el Imperio?”

Parecía como si el duque hubiera querido evitar que Elliot participara en la batalla.

“Ahora que lo pienso, Hatsumi también dijo que estaba estancada en el camino, ¿no es así?”

“Pero el Héroe Reiji… estaba allí… sin problema.”

“¿Eso significa que querían que Reiji-sama derrotara a los demonios?”

Lo que Titania estaba sugiriendo era posible. Reiji muy bien pudo haber sido capaz de derrotar a los demonios por su cuenta, pero…

“No, no puede ser. Al final, simplemente hicieron que pareciera que ganó. Aquellos chicos de los Apóstoles Universales se presentaron para ayudar y todo. Y ni siquiera eso tiene sentido…”

“Parece que has aprendido todo tipo de cosas”.

“Te lo explicaremos todo más tarde”.

Al final, las cosas simplemente no cuadraban para Suimei. Los Apóstoles Universales habían dejado en claro que su intención era secuestrar a los héroes, no ayudarlos.

¿Cambió el plan en algún momento? ¿Quizás ya no necesitan secuestrarlos? Pero el momento es demasiado…

Mientras Suimei se sumergía cada vez más en sus pensamientos, murmurando ininteligiblemente para sí mismo, Elliot se volvió hacia la doncella.

“¿Puedo irme ahora?”

“Sí, puedes hacer lo que quieras”.

“¿Estás liberando a Elliot-dono?”

“Esas fueron las órdenes de Su Alteza. Dijo que si Su Alteza deseaba su liberación, no debíamos objetar”.

“Así que todavía mantiene su obediencia a la familia real, ¿verdad?” Cuando Titania dejó escapar un suspiro, Suimei se dirigió a la criada. “¿Qué está pasando aquí? ¿Qué estáis pensando chicos?”

“Confieso que no sé nada con respecto a las ambiciones de Su Alteza”.

“Esto no se debe a algún resentimiento contra Astel, ¿verdad?”

“Eso sería imposible, señor”.

“Por supuesto”, coincidió Titania. “Los gustos de ese hombre nunca perderían el control de sí mismos de esa manera”.

Mientras Titania hablaba de una manera algo hosca, Suimei volvió una mirada escéptica en su dirección.

“Así que a pesar de todas estas tonterías incomprensibles, todavía tienes algo de fe en él, ¿eh?”

“Preferiría que dijeras que soy un juez de carácter razonable. Incluso si es alguien a quien desprecio, soy capaz de evaluarlo objetivamente”.

“Esto no suena como la misma princesa que se regocijaba por descubrir sus actos nefastos y empujarlos en su cara”.

“Vaya, ¿alguna vez dije algo así?”

“Mmhmm, debe ser muy conveniente tener un cerebro que se olvide de cosas así”.

Suimei se encogió de hombros mientras se burlaba de Titania. Con esto habían cumplido su objetivo. Podían permitirse el lujo de jugar un poco. Sin embargo…

“Tia, cuida de Elliot. Voy a salir.”

“¿Qué vas a hacer afuera?”

“Tengo una cuenta personal que saldar. Pensé en ir a buscarlo y hacerle unas preguntas. Parece que la pelea ya ha comenzado”.

“¿Ya comenzó? Pero no siento…”

“Parece que lo están ocultando a propósito… sospecho que es obra del tipo al que persiguió Hatsumi”.

Suimei se dio cuenta de que algo estaba en marcha. Dado que una gran cantidad de personas estaban en movimiento, probablemente significaba que el ejército privado de Hadorious se había puesto en acción. Pero cuando Suimei se volvió para unirse a la diversión, Titania lo llamó.

“En ese caso, por favor, salude también al duque y déjalo frio dos veces”.

“Lo entendiste. Tómatelo con calma hasta que vuelva. Te dejo el resto, Liliana”.

“Entendido.”

Suimei luego se volvió para irse de nuevo, pero Titania lo llamó una vez más.

“Suimei, permíteme advertirte de antemano… Si planeas enfrentarte al duque con una espada, ten cuidado.”

“¿Qué, es el Sr. Gran Noble es fuerte?”

“Lucas de Hadorious es el primero de las Siete Espadas. Es el espadachín más fuerte de este mundo”.

“… ¿Qué?”

Mientras hacía una expresión bastante idiota, Suimei miró a Liliana en busca de confirmación. Ella asintió.

“El duque Lucas de Hadorious está… en la cúspide de las Siete Espadas… Eso lo convierte en… al menos el hombre más fuerte… en el continente norte”.

“¡U-Ustedes chicos! ¡Tienes que decirme esta mierda antes!”

Mientras gritaba, Suimei corrió a toda velocidad hacia donde Hadorious y Reiji estaban peleando.