Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 8

Capitulo 1: Después De Ser Descubierto

Parte 1

El enfrentamiento entre el Imperio de Nelferiano y el ejército de demonios invasores, antes de que la batalla decisiva en las colinas pudiera tener lugar, terminó, bastante increíblemente, con la retirada de los demonios.

Para los humanos que se suponía que iban a participar en la batalla decisiva, donde se esperaba una cantidad considerable de bajas, esta fue una gran noticia. Pero el precio por ello había sido miles de vidas en el frente.

No, decir que ese era el precio hacía que pareciera que esas vidas habían sido pagadas. Y no lo fueron. Habían sido robados por la magia de Lishbaum, Cross Dimension, la magia que lo convirtió en la Codicia de los Diez. Lo había cortado todo, tanto las cabezas como las cimas de las montañas.

Y ni siquiera era parte del plan de los demonios. No fue más que un espectáculo secundario, un capricho de Lishbaum mientras se retiraba.

Era casi como su forma de decir que los humanos ni siquiera deberían pensar en su retirada como una victoria. Ni siquiera les permitiría tener tanto.

Suimei y los demás se habían librado de la técnica de Cross Dimension de Lishbaum, Separación de fase. Como tal, una vez que los demonios se retiraron, terminaron inundados de trabajo como consecuencia.

Después del inmenso número de muertos, el campamento estaba drásticamente escaso de personal y había mucho por hacer: tenían que lidiar con los cadáveres de los demonios, celebrar servicios conmemorativos para los soldados caídos y pedir refuerzos, todo mientras permanecían atentos a los alrededores del área.

Había tanto que hacer que incluso Suimei y los demás fueron reclutados para ayudar, y las cosas recién ahora finalmente habían comenzado a calmarse.

Mientras los soldados sobrevivientes seguían corriendo incansablemente, después de haber sido relevados temporalmente del trabajo, Suimei y Reiji estaban detrás de una tienda en medio de un descanso.

“Bueno, ¿cómo lo digo…? Lo que quiero decir es, ya sabes…”

“Uuhhh, sí, yo, uuhhh…”

Estaban de pie hombro con hombro con la espalda apoyada en la tienda. Uno estaba hablando como si estuvieran regañando al otro, y dijo que el otro estaba sudando profusamente. Por supuesto, el primero era Reiji y el último Suimei.

Las cosas habían terminado de esta manera porque finalmente se le reveló a Reiji que Suimei era un mago durante el conflicto con Lishbaum el otro día y, además, que lo había estado escondiendo. Lógicamente, Reiji entendió principalmente por qué Suimei lo había mantenido en la oscuridad. Pero emocionalmente, como su amigo, no era algo en lo que pudiera mantener la calma y la lógica.

“Sé que también me equivoco al decidir luchar contra los demonios sin siquiera consultarte al respecto, pero ya sabes…”

“¡S-Sí, mmhmm! ¡Así es! Eso fue horrible, ¿sabes? De toda la mierda terrible que me has hecho, la pondría entre las tres primeras”.

En un total de ciento ochenta por su actitud tímida y de disculpa hace un momento, Suimei lo derramó con una expresión de triunfo fingida. Sin embargo, Reiji, siendo el tipo honesto y sentimental que era, no podía negar que Suimei estaba allí.

“Ugh… Por eso digo que sé que fue mi culpa…”

“Pero tú sabes…”

“¡Pero nada! Mantener un secreto como ese todo este tiempo… ¡¿No es eso un poco demasiado cruel?!”

“¿Qué? ¡N-No, no, no! Te sigo diciendo que hubo circunstancias que tuve que considerar…”

“¿Incluso después de que Mizuki terminara así? ¿No crees que ese habría sido el momento adecuado para hablar conmigo?”

“¡A-Ahí fue cuando pensé por primera vez en decírtelo, honestamente! ¡Pregúntale a cualquiera de las chicas; ellos te lo dirán!”

Para demostrarle sus buenas intenciones a su mejor amigo, estaba dispuesto a arrastrar a los demás a esto. Y al hacerlo, se hizo a sí mismo el flaco favor de hacer lo que convencionalmente se conoce como pegarse un tiro en el pie.

“Er…”

Para cuando se dio cuenta de lo que había hecho, ya era demasiado tarde. Reiji ya lo estaba mirando con ojos entrecerrados y críticos.

“¿Mmm? ¿Oh si? Eso significa que, aparte de Mizuki y yo, todos lo sabían, ¿eh? Incluso Tia y Graziella-san…”

“Uhh… Lo siento por eso. Lo siento mucho”.

Habiéndose acorralado a sí mismo, la única opción real de Suimei ahora era disculparse. Reiji tenía razón y Suimei lo sabía. Debería haber sido sincero cuando Reiji apareció con Io Kuzami y el Sacramento. Ese habría sido el momento ideal… Y el hecho de que no lo hubiera hecho era completamente suyo.

“Mira, sé que te separaste de nosotros… Y te conozco. Sé que lo hiciste por nuestro bien. Pero, aun así, ¿no crees que al menos deberías habernos dicho la verdad?”

“No tengo nada que decir por mí mismo… estaba demasiado asustado”.

Al ser confrontado con un argumento tan perfectamente sólido, Suimei se disculpó repetidamente mientras se desinflaba hasta convertirse en un hombre diminuto y diminuto. Quizás algo complacido al ver a su amigo reducido a tal estado, Reiji dejó escapar un profundo suspiro. Y luego…

“Bueno, como dije, yo también estaba equivocado, así que… llamémoslo incluso”.

Con eso, Reiji puso fin a la discusión. O, al menos, lo intentó. Suimei parecía que no estaba listo para dejarlo ir todavía.

“¡No, espera! ¿De dónde te sacas diciendo que esos son parejos? Lo que hiciste fue mucho peor, ¿sabes?”

“¡¿Qué?! ¿No puedes leer la habitación, Suimei? ¡Aquí es donde se supone que debemos estar de acuerdo en que todo es agua debajo del puente! Pero si quieres repetirlo todo, ¡está bien! Todavía tengo mucho que decir, ¿sabes?”

“¡¿Crees que tienes mucho que decir?! ¡Bien, entonces abróchese el cinturón, señor! ¡Este va a ser un viaje largo!”

Y allí, se metieron de verdad, atacándose unos a otros con una letanía de errores percibidos y fechorías que se remontan mucho antes de que llegaran a este mundo.

Sobre cómo Reiji siempre fue invadido por chicas y cómo Suimei siempre lo abandonó. Sobre cómo Suimei tuvo que pasar por todo tipo de problemas porque una chica a la que le gustaba Reiji lo estaba molestando. Era una cosa estúpida tras otra, y la lista seguía y seguía… El tiempo suficiente para que se agotaran gritándose el uno al otro.

“Hahh… Hahh… Oye, ¿podríamos… simplemente detenernos?”

“Ughh… Bueno, sí… Esto parece un poco estúpido…”

La acalorada disputa que los había dejado a ambos sin aliento llegó a un final anticlimático cuando ambos se dieron cuenta de que no los estaba llevando a ninguna parte. Aceptando dejar la pelea sin sentido, colectivamente dejaron escapar un suspiro de pesar. Desanimado después de ser golpeado así por su mejor amigo, Reiji se hundió en el suelo donde estaba y miró hacia el cielo.

“Han sucedido todo tipo de cosas antes de hoy… Pero esta es realmente la primera vez que hemos sido tan honestos el uno con el otro, ¿no es así?”

“…Si, tienes razón. Así que con esto, no guardemos más secretos entre nosotros”.

Siguiendo el ejemplo de Reiji, Suimei también se sentó con un ruido sordo. Su corazón se sintió más ligero después de aclarar las cosas con Reiji; realmente no quería volver a la forma en que estaban las cosas entre ellos.

Y Reiji parecía sentir lo mismo. Compartieron un momento de tranquilidad bajo el cielo abierto antes de que Reiji cambiara su enfoque al campamento militar anormalmente vacío. Hace apenas unos días, había estado muy activo. Pero eso fue antes…

“Mucha gente… murió aquí mismo, ¿no es así?”

“Sí… Eso fue difícil para ti, ¿no?”

“No es exactamente eso… ¿Cómo debería decirlo…?”

Reiji se calló, murmurando para sí mismo como si lo que estuviera tratando de decir fuera difícil de expresar. ¿A qué emociones se estaba aferrando? Suimei tenía una idea de lo que Reiji parecía incapaz de digerir en lo profundo de su corazón.

“Simplemente no se siente real, ¿verdad?”

“… Mm, sí. Sé que no es correcto que lo piense de esa manera, pero el hecho de que todas esas personas murieron se siente como si fuera un mal sueño. Pero incluso ayudé con su servicio conmemorativo, entonces, ¿por qué todavía me siento así?”

Reiji estaba preocupado de por qué no parecía poder procesar el dolor de una muerte tan terrible. Quizás simplemente estaba desconcertado.

O tal vez solo estaba preocupado de que la situación realmente no le permitiera tiempo para llorar. O tal vez porque tanta gente había muerto tan abruptamente, sus emociones simplemente no podían seguir el ritmo.

Fue una pérdida difícil para alguien que nunca había experimentado algo así para entenderlo. Y Suimei podría pensar en una razón que podría ser especialmente difícil en este caso.

“Creo que es porque… este es un mundo diferente al nuestro. Creo…”

“¿Porque es un mundo diferente?”

“Sí. Para decirlo en los términos más simples posibles, este no es nuestro mundo. Todo lo que estamos viendo, escuchando y asimilando… está literalmente a un mundo de distancia de donde somos. Creo que por eso todo nos parece tan surrealista. Es muy parecido a un sueño”.

Eso fue todo. Suimei había inmovilizado la inquietud que aumentaba el corazón de Reiji. Y lo había hecho todo demasiado bien, lo que hizo que Reiji se diera cuenta de algo.

“¿Eso significa que… es lo mismo para ti, Suimei?”

“Sí un poco.”

“¿Incluso con toda tu experiencia en lo oculto?”

“Eso es lo impactante que es la existencia de otro mundo. Y no soy solo yo. Incluso los magos de nuestro mundo rechazan la idea de otros mundos y universos paralelos”.

Estaba demasiado alejado de la realidad o, al menos, se sentía así. Era incluso más remoto que pensar en la vida en estrellas distantes. Era una fantasía nacida de la fantasía, pura imaginación. La materia de los sueños.

“Realmente es como un sueño, ¿eh?”

“Si fue así esta vez, seguramente será lo mismo en el futuro. Sin embargo…”

“¿Sin embargo?”

Aunque Reiji lo interrogó, Suimei no respondió.

Perder a alguien precioso para ti es lo que se necesita para despertar de ese sueño.

Así fue como había sido para Suimei. Había tenido que perder a su padre para “despertar” de nuevo en su propio mundo. Al ver la expresión solitaria de Suimei, Reiji pareció llegar a algún tipo de entendimiento y buscó en su bolsillo.

“Suimei, cuando se trata de lo oculto… O de misterios, ¿verdad? Sabes tus cosas, ¿verdad?”

“Bueno, más o menos”.

“Entonces, esto… ¿Es realmente algo asombroso?”

“El Sacramento, ¿eh?”

Mirando el objeto que Reiji sacó de su bolsillo, Suimei dejó escapar un largo suspiro. El Sacramento era realmente lo que le había dado a Suimei la determinación de aclarar su secreto. Y aquí estaba Reiji, preguntando si era algo asombroso. Estaba claro como el día para Suimei que no tenía idea de lo que realmente estaba sosteniendo en su mano.

“Básicamente, esa cosa es increíblemente peligrosa. ¿Okay? Pero ya deberías saberlo, ¿verdad?”

“¿Sí? Quiero decir, se siente increíble, pero ¿cómo lo digo…? Es como si hubiera más”.

Esa fue la impresión de Reiji. Se sintió como si estuviera en la oscuridad. Que había algo que no sabía. Es probable que Reiji solo fuera consciente de los sentidos intensificados y las habilidades físicas que otorgaba, pero de hecho, el pináculo de las armas conocidas como Sacramentos estaba en otra parte.

“No sé mucho sobre esas cosas, pero he sido testigo del poder que esconden una vez antes”.

“¿Y?”

“… La primera vez que los sacramentos se utilizaron con fines militares en nuestro  mundo  fue  hace  unos  cuatro  años.  De  un  solo  uso,  los sacramentos volaron fuerzas en la escala de una división del ejército. Y había diez de ellos”.

“Entonces… diez divisiones del ejército, ¿eh…?”

“Quieres saber cómo fue, ¿verdad? Le hice a ese chico la misma pregunta antes. Dijo que una sola división estaba entre diez y veinte mil hombres. Entonces, como mínimo, cien mil personas murieron ese día”.

Reiji pareció completamente sorprendido por la respuesta de Suimei. “C-Cien mil… ¿En serio? ¿En una sola batalla? Eso es solo…”

“En serio. También habría unidades blindadas y de la fuerza aérea, por lo que el daño es increíblemente absurdo, ¿no es así?”

“¡Eso no es lo que quiero decir! ¡Eso no es lo que quiero decir en absoluto! ¡Estoy hablando de personas! ¡Vidas humanas! ¡Cien mil personas muriendo en una sola batalla son demasiadas! ¡Pensé que las batallas modernas no se parecían a las históricas ni a las de este mundo donde la gente simplemente se queda de pie y lucha entre sí hasta la muerte!”

“Bueno, eso es lo que dijo. No importa qué tan alto o ancho sea el campo de batalla, pueden obtener el control total de un área completa con algún tipo de técnica. Y nuevamente, estamos hablando de fuerzas en decenas de miles. Tal vez incluso cientos de miles, y eso sin contar a los magos ocultos, así que, en resumen… me mostraron una pesadilla”.

“¿Una pesadilla…?”

Mientras Suimei murmuraba esa última palabra en un tono severamente frío, Reiji tragó saliva. Sí, fue durante la guerra que comenzó hace unos seis años en Europa del Este. Fue allí donde los temidos ejércitos aliados de Oriente Medio y el suroeste de Asia desencadenaron la pesadilla de la guerra.

El primer evento. La Espada del Cielo que cae que aplastó el cielo y la tierra: “La Noche Que Cayó el Cielo”.

El segundo evento. La Espada del Vórtice polar que congeló todos los corazones y miedos: “La Ventisca de Verano”.

El tercer evento. La Espada Temblorosa que enterró todo en la arena: “El Tsunami Gigante del Desierto”.

El cuarto evento. La Espada Portadora de Rayos que iluminó el campo de batalla: “El Sitio Flatline”.

El quinto evento. La Espada de Agua Embrujada que reclamó incluso a los que estaban en tierra seca: “El Ahogamiento Masivo En La Colina”.

El sexto evento. La Espada del Yunque que atravesó el bosque y transformó todo lo que tocó: “El Bosque de Acero”.

El séptimo evento. La Espada de Ceniza Pútrida que esparció un polvo en el aire que carcomió el interior de los hombres como gusanos, “La Plaga del Pulmón Podrido Incurable”.

El octavo evento. La Espada de la Rosa Sedienta que chupó la sangre de sus enemigos, dejando solo cáscaras vacías detrás: “La Tumba de Briars”.

El noveno evento. La Espada Berserker que convirtió todos los disparos contra las tropas aliadas: “El Incidente del Fuego Amigo”.

El décimo evento. La Espada Títere de los Segadores que volvió las propias sombras de los hombres contra ellos: “La Incursión de las Réplicas Asesinas”.

Esa fue la serie catastrófica de eventos causados por los sacramentos y su poder más allá de la comprensión humana que se había desatado en Europa del Este.

“…”

Al escuchar a Suimei contar todo esto, Reiji se quedó absolutamente sin palabras. Hubo diez casos en los que más de diez mil vidas se perdieron en la batalla. Y ahora potencialmente estaba sosteniendo una de esas armas.

“Nos salimos un poco del tema, pero lo importante es que reconoces que esa cosa en tu mano es así de peligrosa. No dudo ni por un minuto que sea capaz de causar el mismo tipo de destrucción”.

“¿Es… tanto?” “Probablemente, sí”.

Suimei había comenzado con mucho énfasis y certeza, pero terminó con una nota mucho más ambigua. Pero incluso si era incierto, no se podía negar la posibilidad.

Si este Sacramento era igual o incluso cercano a las armas paranormales que Suimei conocía, de hecho tenía el poder de enfrentarse a los dioses.

Y en cuanto a Reiji, su portador, podría ser él quien ponga fin a esta pelea. Mientras esos pensamientos cruzaban por su mente, Reiji simplemente miró el Sacramento con asombro. Y luego, con una risa ligeramente temblorosa, dio su impresión honesta.

“Heh, si es tan asombroso, pensarías que la gente lo sabría. Pero ese no es el caso en absoluto, ¿eh?”

“En nuestro mundo, todo lo relacionado con los misterios se oculta incondicionalmente al público. Con solo hacerse conocidas, las teorías universales perpetuas se derrumbarían y perderían su estabilidad. Sería un gran lío. Además, el número real de sacramentos es relativamente bajo. Actualmente no se pueden fabricar”.

“¿Es eso así?”

“Escuché que hay lugares que los investigan, pero no han tenido ningún éxito en reproducir uno. Parece que ni siquiera pueden hacer algo similar. Pero si pudieran, resolverían el problema energético mundial de la noche a la mañana”.

“¿Cómo es eso?”

“Es la gema azul incrustada en él: el Lapis Judaicus. Creo que sabes que es la fuente del poder del Sacramento, pero también es la base… Bueno, es el lugar donde converge toda la energía consumida”.

“¿El lugar donde converge la energía consumida? ¿De qué estás hablando? ¿No se desvanece la energía después de consumirse…?”

“Uno pensaría, pero aparentemente ese no es el caso”.

Ante eso, Reiji ladeó la cabeza hacia un lado y luego hacia el otro. Era como si no pudiera entender lo que estaba escuchando en absoluto, aunque no podía ayudar a su confusión con una explicación decididamente poco científica como esa. Sin embargo, sus gemidos y rascarse la cabeza no pasaron desapercibidos.

Suimei se devanó el cerebro buscando una mejor manera de expresarlo, y se frotó la barbilla por un momento antes de intentarlo de nuevo.

“Dejemos de lado si la energía consumida se desvanece o no por ahora. La cuestión es que esa gema puede absorber toda la energía térmica jamás creada en el mundo y…”

“¡E-E-Espera un segundo! ¡¿No es eso súper increíble?! ¡¿Utiliza energía usada?! ¿Toda la energía que el mundo ha usado hasta ahora? ¡Eso es increíblemente alucinante! ”

“Te dije que era peligroso, ¿no?”

Que Reiji perdiera la calma estaba bastante justificado. Era una idea alucinante, y el hecho de que Suimei estuviera hablando de ello con tanta naturalidad era igual de desconcertante. Suimei aprovechó la oportunidad para reiterar una vez más lo absurdos que eran los sacramentos, pero Reiji ya ni siquiera podía reír nerviosamente. Lo mejor que pudo manejar fue una tos seca.

“Supongo que habría guerras por ese tipo de poder, ¿eh?”

“Ya está sucediendo. En Europa del Este”.

“¡¿Europa del Este, como en… la Tercera Guerra Estatal de Europa del Este?! ¡¿El que está pasando ahora mismo?!”

“Sí.”

Reiji una vez más se quedó sin palabras ante la respuesta casual de Suimei. La Tercera Guerra Estatal de Europa del Este, la que se desarrolla actualmente en su mundo, era la misma guerra en la que Suimei había dicho que los sacramentos se usaron por primera vez con fines militares.

En la superficie, era una guerra sangrienta sobre raza y religión. Pero en realidad, se acabó la creación del Lapis Judaicus para desarrollar una nueva fuente de energía, y los magnates de las exportaciones de petróleo que lo temían. Fueron Oriente Medio y el suroeste de Asia quienes iniciaron una guerra por ello.

Y ya habían pasado  seis años desde entonces,  pero todavía no se vislumbraba un final incluso después de todo este tiempo. Debido a las estrategias diabólicas que rodeaban a ese hombre, era un misterio por qué la lucha seguía en curso, pero debía haber una razón detrás.

Habían estado socavando completamente la capacidad de su oponente para continuar luchando, y el equilibrio entre los militares de línea dura y los buscadores de paz de las naciones enemigas estaba vacilando…

Entonces, si aún no habían salido victoriosos, algo más estaba sucediendo detrás de escenas.

Quizás fue un mago o alguien más que tenía un sacramento. Suimei no tenía ni idea, pero eso no estaba ni aquí ni allí en este momento. Parecía que Reiji entendía correctamente el poder de lo que sostenía en su mano, y que era algo que afectaría a quienes lo rodeaban. Con una expresión exhausta, dejó escapar un profundo suspiro.

“Me duele la cabeza ahora…”

“Estará bien siempre y cuando no lo use de la manera incorrecta, ¿me oye?”

“Lo entiendo, pero aun así…”

No pudo resolver su creciente inquietud. Pero Suimei tenía fe. No pensó ni por un minuto que Reiji lo usaría de la manera incorrecta. Que hubiera aceptado tan fácilmente asumir la subyugación del demonio era prueba suficiente de lo directo, bien intencionado y serio que era. Además…

“Ser capaz de usar esa cosa es uno de sus objetivos en este momento también”.

“¿Te refieres a los demonios?”

“Sí. La lucha desde aquí será más dura que antes. Él está aquí. Entonces, un poder como ese puede ser justo lo que necesitamos”.

Contra las hordas del ejército de demonios, el enorme poder destructivo del Sacramento ciertamente sería útil. Podrían tomar el control de regiones enteras a la vez. Era un arma estratégica increíble, e incluso eso se quedaba corto. Era ideal para enfrentarse a grandes ejércitos. Pero en lugar de eso, Reiji parecía fijarse en algo más que Suimei había dicho.

“Suimei, por ‘él’, ¿te refieres al demonio con el que estabas hablando?”

“¿Mmm? Ah, sí. Kudrack… No, dijo que aquí pasa por Lishbaum, ¿no es así?”

“Mm, así es como se presentó. Y si mal no recuerdo, también dijo que lo derrotaste una vez antes… ¿Es eso cierto?”

Al escuchar la pregunta de Reiji, Suimei cerró los ojos como si estuviera recordando algo, y finalmente comenzó a hablar de nuevo con una expresión nublada.

“Así es. Yo lo destruí. Saqué sus puntos de vida y su reserva de vidas, y negué el horror interminable que nos impuso. Incluso borré su vínculo con nuestro mundo. Sin embargo, de alguna manera, todavía está vivo. Y lo suficientemente bien como para adoptar esa forma”.

“‘¿Esa forma’? Quieres decir que originalmente era humano, ¿verdad?”

“Al principio, sí. Luego se convirtió en mago, y luego en lich, y Dios sabe qué pasó después de eso. Pero ahora es uno de ellos, aparentemente”.

“Él es… Él es fuerte, ¿no es así? ¿Cómo lo pongo…? No sentí ningún poder o espíritu tremendo de él, pero hizo todo eso de manera tan casual…”

Reiji se estaba refiriendo a la Fase de Separación de Lishbaum, que había cortado las cabezas de casi todos los soldados en el campamento y la montaña detrás de él. Fue un ataque tremendo y sangriento, y el hecho de que Lishbaum lo hubiera hecho tan fácilmente como respirar dejó a Reiji con aprensiones bastante escandalosas.