Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 2

Capitulo 17: La Batalla

Parte 2

“¡¿Y cómo sabes eso?!”

Ignorando el grito de Reina, Mile se subió por detrás del carro hasta la cima de la lona, y silbó con sus dedos.

¡¡¡Piiiiiiiii!!!

Los seis vagones se detuvieron, y el líder de Aliento de Dragón y los Lobos Llameantes se acercaron rápidamente. Los demás continuaron en sus vagones, atentos y preparados.

“¿Qué sucede? ¿Es el enemigo?”

“¡SI! Hay alrededor de veinte de ellos al frente”.

“¡¿Cómo sabes eso?!”

Parecía que el líder de los Lobos Llameantes aún no estaba acostumbrado a Mile. “¿Alrededor de veinte, huh? ¿Puede ser más precisa?” pregunto Bart, ignorándolo. “Umm, hay diecinueve. Están en dos líneas de nueve, con uno en el frente”.

“Te voy a preguntar de nuevo: ¡¿Cómo es que sabes eso?!”

“¡¿Qué dijiste?!”

“¡¿Me estás ignorando?!”

Ellos de hecho, lo estaban ignorando. “Reúnelo a todos. ¡Esto es un Código Rojo!”

Una vez que todos los cazadores estuvieran reunidos, Bart explicó.

“Estamos en problemas. De acuerdo con la magia de Mile… es magia, ¿No es así? De acuerdo con su magia, hay diecinueve bandidos adelante, estando en espera. Están en líneas de nueve, nueve y uno…”

“Eso es lo que esperamos, ¿No es así? Nosotros habíamos escuchado que podrían ser más de veinte, así que si son menos de eso, esto debería ser pan comido, ¿Cierto?”

Chuck, uno de los espadachines de los Lobos Llameantes, era optimista. Incluso si hubiera más bandidos que cazadores, aún no sería un gran problema, pensó.

Fargus, el lancero de Aliento de Dragón, golpeó su cabeza.

“Tiene sentido de que hubieran menos de lo que fue reportado en la publicación. Talvez exageró el número de personas que eran, o imaginó personas que no estaban. Si crees que viste cerca de veinte personas en el bosque, es natural que pudiera haber más, lo mismo que probablemente haya menos. El hecho de que estén parados en línea es malo”.

“¿Qué tiene de malo eso?”

Los Lobos Llameantes no entendían a Fargus. Pacto Carmesí no tenía idea de a que se refería.

“La razón de porque hay pocos es probablemente porque se han dividido en dos grupos para formar una pinza de ataque. Así que, es posible que haya en realidad el doble como mucho. Y además…” Bart dijo lentamente, mirando las caras de todos. “Los bandidos no están en pequeñas líneas prolijas. Las únicas personas que forman una buena línea mientras esperan por su presa son los caballeros y los soldados. Es decir, armada”

“……..”

Bart continuo: “La mayoría de las armadas de los países organizan a sus peleadores en escuadrones de nueve. Esos ochos soldados están divididos en cuatro grupos de dos, o dos grupos de cuatro, con uno de más para dirigirlos. Cuatro de esos escuadrones juntos forman un pelotón. El pelotón tendrá un oficial de comando, un asesor, y dos oficiales de bajo rango. Cuarenta en total, con cada uno de esos oficiales de bajo rango a cargo de dos escuadrones. Y así, el hecho de que hay diecinueve personas en línea significa…”

Varias personas tragaron saliva a la vez.

“Ciertamente, solo un poco más adelante hay otra veintena, incluyendo al comandante y sus asesores. Creo que es un poco extraño, en la ausencia de cualquier guerra o hambruna, tal cantidad de bandidos continuarían en un área como esta sin establecer una base o mudarse. Sin algún medio de establecimiento, no serían capaces de mantener sus almacenes de comida”.

“¡Es inútil! Escuchamos que serían alrededor de veinte bandidos como mucho, ¡Así que pensamos que este montón de potencia de ataque sería suficiente ¡pero el doble es mucho, y soldados, ¿No es mucho? ¡No hay forma de que podamos ganar!” un llanto de desesperación se alzó por parte de los Lobos Llameantes. Para ser justos, la reacción era natural.

“¡¿Qué está haciendo una armada aquí en primer lugar?! ¡¿Por qué decidirían de repente convertirse en bandidos?! ¡¿Estás seguro de que no están aquí simplemente para exterminar a los bandidos?!” los Lobos Llameantes siguieron gritando.

Mile habló suavemente. “¿Un bloqueo comercial?” Bart lucía sorprendido.

“¡Oh! ¿No eres tú la que se supone que es un poco tonta?”

“¡¿Quién dijo que esa era yo?!”

“De todas formas” Bart ignoró las protestas de Mile, en vez de mirar por encima de esas caras inquietas que estaban detrás de él. “Desde ahora, todo esto es solo una especulación. No es que yo pueda pensar en algún país que pueda hacer tal cosa—pero aún hay una posibilidad de que eso solo sea un plan de viejos bandidos, y que esos sean todos ellos.”

Una luz de esperanza iluminó a todos.

“Pero,” él terminó “será mejor que nos preparemos para lo peor.”

“¿Cuál es la probabilidad de que este sea el peor caso posible?” preguntó Brett, líder de los Lobos Llameantes.

Bart respondió con una expresión calmada. “¿Cerca del ochenta por ciento, tal vez?”

“…..”

Regresó para consultarlo con los mercaderes, que aún tenían que hablar. “Entonces ¿Cuál crees tú, nuestro cliente, que la mejor opción?”

“Hmm bueno entonces… si son soldados, con tres veces más fuerza, no hay forma de que podamos ganar contra ellos en una pelea honesta, ¿No es así? No tenemos muchas opciones, pero podemos simplemente confirmar sus identidades y número y luego retirarnos, ¿No crees? Entonces, podremos reportar nuestra información al palacio, y ellos podrán regresar con sus propias tropas.

“Sin embargo, esos enemigos podrían cambiar de lugar antes de que nuestra armada tenga oportunidad de movilizarse, Además, el hecho de que han matado a todos los que se encuentran hasta ahora significa de que probablemente estén ocultando sus verdaderas identidades. No importa que tan buenos sean disimulando, dejar un sobreviviente significa que hay una posibilidad de que sean descubiertos.

“Si regresamos, el enemigo se dará cuenta de que los hemos descubierto, ¿No es cierto? Ellos se preocuparán, preguntándose cuanto de sus verdaderas identidades hemos descubierto, y talvez nos persigan. Incluso si ya tenemos prisioneros, ellos rápidamente alcanzaran nuestros carruajes. Y hay una oportunidad de que también preparen algunas caballerías de persecución. Mas que correr, no sabremos cuando o donde seremos atacados, tenemos una pizca de oportunidad si elegimos el lugar para enfrentarlos”.

Bart miró a los cazadores y sonrieron.

“¿Qué? ¡Cada uno de ustedes tiene que matar tres o cuatro de ellos! Eso no es la gran cosa”

“¡¿Estás diciendo que no tienen otra opción?!”

“Eso es lo que estoy diciendo”

Bart y los mercaderes rieron juntos.

Los otros miembros de Aliento de Dragón se encogían de hombros, sacados de quicio. Para Bart, esto era probablemente un comportamiento normal. Los Lobos Llameantes se habían puesto un poco pálidos, pero se mantuvieron en silencio, talvez debido al orgullo de un cazador. Mientras que para el Pacto Carmesí…

¿¿¿Qué pasa con estas personas???

Estaban sorprendidas de los otros cazadores. Y también…

“¿Ellos no lucen mucho como bandidos, no creen? ¿No sería inútil hablar con ellos? … ”

“No. Incluso si son soldados, están invadiendo otro país y están saqueando sin una declaración de guerra formal, lo cual significa que no hay problema con matarlos. Nosotros actuaremos según lo acordado.”

“Si podemos capturar a su comandante y apresarlo para sacarle información. Apuesto a que recibiremos una gran recompensa.”

“¿Chicas…?”

Normalmente serian capaz de viajar un poco más lejos. Esta vez, sin embargo, decidieron hacer un campamento para pasar la noche. El camino iba hacia las montañas, a un paso de un precipicio a su derecha y a su izquierda una roca plana sin árboles o agua. No era un lugar donde normalmente elegirías para acampar. Especialmente desde un campo de hierba justo detrás de la montaña.

Sin embargo, este lugar era conveniente para sus verdaderos propósitos—luchar, no acampar.

En un terreno rocoso, libre de árboles, puedes usar magia de fuego como tú quieras. Luchar con un precipicio detrás de ellos ayudaba a evitar ser emboscado.

Por supuesto, cualquier enemigo que viniera a investigar su presa podría sospechar de la caravana de mercaderes estacionada para acampar tan temprano y en un lugar tan extraño, pero no había nada que los cazadores pudieran hacer al respecto.

Ellos no esperarían hasta la mañana, solo unos cuantos cientos de metros de los bandidos.

Sabían que serían atacados.

El carruaje estaba estacionado cerca de precipicio en dos líneas de tres, haciendo que el número de cazadores que tienen que protegerlo sea tan corto como sea posible.

Los bandidos capturados fueron amarrados nuevamente pero más apretados— no solo sus brazos, sino que sus piernas también— y se acordó que, si fuera posible, dejarlos inconscientes antes de la batalla.

La batalla podría ponerse en su contra, o él podría acercarse, los mercaderes dieron una orden estricta de matar a los prisioneros inmediatamente.

Sería una pequeña tarea matar a siete personas que están atadas e inconsciente, los mercaderes estuvieron de acuerdo—pero, ese hombre que estaba cansado de la vida no le gustaba mucho la idea de matar a los bandidos desde el principio.

Después de asegurar los carruajes y de cubrir a los bandidos, los cazadores se prepararon para un gran contraataque.

No comieron. Cualquier idiota que tuviera la cara llena justo antes de una batalla no viviría por mucho tiempo.

Todo lo que quedaba por hacer era esperar a que el enemigo hiciera su movimiento. Pasó alrededor de una hora.

“Están aquí”

La arquera Vera, con su aguda visión, fue la primera en localizar al primer enemigo.

Porque habían preparado su campamento tan temprano, aún había tiempo para el anochecer, y el cielo aún brillaba. No había duda los bandidos habían pensado que tendrían más ventaja para atacar mientras aún hubiera luz, rodeando a sus enemigos con una fuerza abrumadora. Cuando se puso oscuro, había una gran oportunidad para las personas de escabullirse sin ser notados.

No había razón para los atacantes de dividir sus fuerzas, por la pared del acantilado detrás de los mercaderes que bloqueaba cualquier posibilidad de retirarse. Por lo tanto había cerca de cuarenta enemigos quienes rodeaban la caravana en un semicírculo—probablemente la totalidad de sus fuerza. Justo como Bart había predicho.

“¡Somos bandidos! ¡Suelten sus armas y ríndanse!”

El hombre que parecía ser el líder dio una muy introducción muy abrupta. “Somos bandidos”. Además, él no les mando que “los rodeara”, pero si a que “se rindan”.

“Parece que tenemos que pelear de todas formas, ¿No importa que digamos, cierto?” Preguntó Bart. “Quiero intentar tener algo de información de ellos. ¿Está bien si les lanzo algunas palabras?”

El mercader asintió. Los Lobos Llameantes y el Pacto Carmesí, quienes no tenían idea de que estaba pasando, asomaron sus cabezas al unísono.

“Bueno, ¡Si esa no es la voz de un comandante! Entonces ¿Qué están haciendo aquí?”

“Uh…”

El engaño de Bart dio justo en el clavo, y el comandante comenzó a tartamudear. “¡Soy yo! ¡De la tienda de la capital!”

“¡No se dé que estás hablando! ¡No—nosotros somos meros bandidos! Deja de hablar tonteras. Dejen sus armas y ríndanse, ¡Inmediatamente!”

“¿Qué crees?” Preguntó Bart a los otros.

“¡Jajaja!” Mile dio una risa sarcástica en respuesta.

“Bueno, no tuve una confesión directa, pero creo que eso será suficiente. Si los rodeamos, seguramente nos mataran. ¿Están listos?”

Todos asintieron silenciosamente.

“Muy bien. Los que no combaten, regresen al segundo carruaje, como lo planeamos.

Guardias, ¡Tomen sus posiciones!”

Todos tomaron sus lugares a medida que Bart les decía, los mercaderes se dirigieron al segundo carruaje, al cual ya le habían sacado todos los bienes. Ahora estaban en el medio de los carruajes estacionados justo a la par del precipicio. Cualquier flecha o magia que venga del cielo serán bloqueadas por los otros dos carruajes primero.

Mile los acompañó como habían decidido antes, lanzando magia sobre los prisioneros, atados como gusanos de seda en la carreta.

“Seres de éter, ¡Róbales la conciencia! Hasta la llegada del amanecer, ¡Cubre las narices y bocas de estos bandidos!”

Era apropiado—un tipo de hechizo mágico, un tanto tonto. De todas formas, las nanomáquinas entendieron lo que quiso decir Mile, y los bandidos quedaron inconscientes.

Esto eliminó incluso las distintas posibilidades de lanzar un contraataque. En caso de que llegue el momento, esto sería hasta que los mercaderes se “hagan cargo” de ellos. Por lo menos, Mile no tenía ninguna intención de hacerles tal cosa ella misma.

“Muy bien. Ahora, ¡Por favor espera aquí!” Mile sonrió a los mercaderes, antes de que bajara del carro.

Antes de que ella dejara el carruaje, susurré unas cuantas palabras: “¡Barrera de Celosía Transparente!”

Había una pequeña placa y por un momento, el aire parecía brillar con el reflejo de la luz.

Mile regresó a donde los otros estaban esperando justo cuando los enemigos comenzaron a avanzar, moviéndose de acuerdo con la formación.

Aunque al principio ellos habían sido un poco como bandidos, sus movimientos y su armería eran desafortunadamente duros. Todo era de lejos eficiente, y también uniforme. Algunos de ellos incluso vestían armadura de metal debajo de sus trapos.

Como ellos atacaron a largo alcance, Jeanie disparó un hechizo de acuerdo con las instrucciones de Bart. No era inusual para una fuerza con números inferiores hacer un ataque preventivo en un intento de disminuir los números enemigos, era mejor que esperar hasta que estuvieran lo suficientemente cerca para atacar con más poder y exactitud. Esta vez, Bart esperaba probar a los usuarios de agua.

“¡Firebomb!”

Las flamas que Jeanie disparó hacia las líneas fronterizas del enemigo desaparecieron antes de que los pudiera golpear.

“Bueno, por supuesto que una fuerza que pareciera incluir peleadores de operaciones especiales tendría uno o dos usuarios de magia en su escuadrón…”

En la guerra, la fuerza no incluiría magos. En vez de que los magos estén ubicados en lugares separados, en una fuerza especial. Su eficiencia seria de lejos más alta de esta forma. Sin embargo, un escuadrón de operaciones especiales—uno que se movería independientemente del campo de batalla—no tenía tales limitaciones.