Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 2

Capitulo 15: Misión de Escolta

Parte 3

 

 

Luego, proporcionaron duchas calientes a cualquiera que quisiera una.

Las dos mujeres de Aliento de Dragón, Vera y Jeanie, aceptaron con gusto. Finalmente, Bart pronunció las palabras que muchos otros habían dicho antes: “Qué chicas tan útiles son…”

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Cuando se reunieron para el desayuno a la mañana siguiente, los ojos de los mercaderes casi se salían de la cabeza.

“¿Q-qu-qué está pasando aquí?”

Brett, el líder de Lobos Llameantes, temblaba violentamente. Otros estaban en el mismo estado. Solo el comerciante principal y Bart, el líder de Aliento de Dragón, parecían relativamente inquebrantables. Ellos, al menos, ya lo entendían. La visión impactante que todos habían visto era…

Mile y Reina vistiendo uniformes de la Academia Eckland y Pauline vistiendo un atuendo de gimnasio de la misma escuela.

Era el plan de pesca de bandidos de Reina.

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Durante su tiempo en el internado, Mile usaba sus uniformes día tras día, por lo que se habían desgastado rápidamente. A través de numerosos intercambios, había perdido la posesión de uno que le quedaba bien, terminando con un uniforme que era demasiado grande.

Este encajaba perfectamente con Reina. Y, dado que la persona que había propuesto el plan no estaba en condiciones de rechazarlo, la recia Reina se había visto obligada a usarlo.

A pesar de pretender odiar el uniforme, Mavis se dio cuenta de que Reina realmente parecía encantada con él.

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Pauline estaba menos que emocionada.

En la escuela, las únicas veces que Mile no llevaba su uniforme (es decir, cuando estaba durmiendo) era cuando usaba su ropa de gimnasia. Eran elásticos e incluso cuando el tamaño encajaba, aun así podía usarlos cómodamente.

Pero cuando Pauline se lo puso… estaba abultado. Allí, allí y especialmente allí…

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“¡Noooooo!”

Mavis, la única que escapó del desfile de modas con uniforme escolar de Mile, agradeció a sus estrellas de la suerte que era demasiado grande para caber en cualquiera de los atuendos de Mile. Las mejillas de Reina estaban un poco rosadas, mientras que la cara de Pauline estaba completamente roja. Mavis miró incómoda. Solo Mile continuó como siempre.

Después de haber comido y empacado, las cuatro chicas del Pacto Carmesí se acomodaron junto a los conductores de los primeros cuatro carruajes, uno en cada asiento cuando salieron nuevamente.

“¡Por favor, cuida de mí!” Dijo Mile, radiante.

El conductor anciano del primer vagón le devolvió la sonrisa y respondió, “¡Oh, claro! ¡Y gracias por la carne de anoche!”

Mile conversó con el conductor para pasar el tiempo. Él le mostró cómo conducir el carruaje y ella le preguntó por qué alguien de su edad todavía estaba trabajando como conductor.

“Bueno, ya me había retirado, pero escuché que estaban buscando conductores para llevar algunos carruajes a Amroth. Pensé para mí mismo, bueno, si esa gente está yendo por un camino peligroso, mejor que seamos nosotros los veteranos que no tenemos miedo de morir. Parece que algunos de ellos pensaban lo mismo. Para estos seis carruajes hay cuatro de nosotros veteranos como yo.”

“Además, mi pequeña y su esposo tienen negocios en Amroth. Si salieran de la ciudad para conseguir suministros o lo que fuera y fueran atacados, estarían en un montón de problemas. No tengo mucho más tiempo aquí, así que si tengo la oportunidad de morir por una causa, entonces… la diosa sabe cómo darle a un anciano algo de paz con estilo. ¡Bwa-ha- ha!”

“A-ah…”

Mile asintió ante las palabras del anciano, pensando que no se moriría en este camino. No si había algo que ella pudiera hacer para evitarlo.

Hubo varias razones por las cuales esta publicación de trabajo había causado cierta preocupación a Mavis, Pauline y Mile. Por supuesto, estaba el asunto de Reina, pero eso solo no era suficiente para cambiar de opinión.

Su primera preocupación era que la recompensa era demasiado baja para el trabajo solicitado. En este caso, no era porque los comerciantes fueran ladrones, sino porque viajar a Amroth era tan difícil que solo se solicitaron los productos más necesarios.

Estos artículos tenían un margen de beneficio reducido, por lo que el presupuesto era muy ajustado en general.

Y no importa cuánto esfuerzo puedan hacer para valiosos clientes, no hay forma de que un comerciante haga un trato que les haga perder dinero. Entonces las chicas entendieron por qué la paga era tan baja. La otra cosa que les hizo preguntarse si debían aceptar el trabajo.

Era la cuestión de asesinar bandidos.

En un trabajo normal de escolta, ir con la intención de matar bandidos — y especialmente con la intención de atraerlos — era absurda.

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Sin embargo, si era la intención, entonces el trabajo sería visto como una tarea de exterminio en lugar de guardia, a 1.5 veces del salario normal. Si realmente era el deseo de los clientes de atraer bandidos, esto no era problema.

Últimamente, había un interés de tomar un trabajo de con una buena posibilidad de que terminara en combate.

Por supuesto, nunca sabrían con un 100% de que serían atacados. Era posible que los bandidos terminaran atacando otra caravana. Incluso los bandidos no puedan trabajar todos los días. Y estaba la posibilidad de que los bandidos ya se hubieran movido a otro país.

Realmente, este era un trabajo de escolta estándar con una mayor posibilidad de ser emboscado. Lo que sucediera estaba completamente a la suerte. Aun así, Mile, Mavis y Pauline tenían opiniones muy diferentes sobre ese punto, por lo que trataron de no discutirlo muy profundamente.

Mavis estaba exenta del ‘plan de ropa linda’ porque, como luchadora avanzada, su equipo tardaba más en ponérselo. Además, ella simplemente no podía usar la ropa de Mile. Los magos necesitan poco tiempo para preparar su equipo, por lo que todos participaron ante la insistencia de Mile, tal vez porque estaba avergonzada ante la perspectiva de ser la única en ropa de niña de la escuela.

Como progenitora de este plan, Reina no tenía derecho a objetar y persuadida por sus compañeras, Pauline tampoco podía escapar, incluso si eso significaba tener que usar un viejo y desgastado uniforme de gimnasia. Mavis, preocupada de que el más mínimo comentario pudiera dejarla atrapada en la vorágine, hizo todo lo posible para no involucrarse.

Y así se determinó que Reina, Pauline y Mile usarían ropa de sus días de academia – junto con sus propias botas, que eran un poco incómodas de cambiar. Su calzado sería lo único que podría marcarlas como cazadoras.

No habían usado estos trajes el primer día porque todavía estaban cerca de la capital, donde la posibilidad de que aparecieran bandidos era baja. Pero la razón número uno era simplemente el ego – si sus conocidos de la ciudad las vieran vestidas así, ¡nunca vivirían tranquilas!

Practicaron una y otra vez hasta que pudieron ponerse su equipo en cuestión de segundos. Mientras no fueran sorprendidas por una emboscada sorpresa, estarían preparadas para luchar.

En cualquier caso, los usuarios de magia nunca debían participar en el combate a corta distancia. Incluso su armadura de cuero no podía ofrecer una protección total contra la espada y la lanza. Para ellos, el equipamiento era una idea de último momento.

Incluso mientras Mile conversaba con el conductor, en secreto lanzaba hechizos de vigilancia y finalmente, un ping atrajo su atención.

Hmm, parecen… ¿orcos, tal vez? Unos seis.

Mile saltó de la cabina hacia la lona que cubría la carreta, dando una señal con la mano a los demás que estaban detrás.

Los carros que la seguían se detuvieron suavemente. Luego, Mile volvió a bajar a la cabina y le indicó al conductor que se detuviera. Saltó del carro y corrió hacia adelante.

¡Ahí están!

Mile se escondió detrás de un gran árbol y miró a su alrededor.

Había seis orcos, tal como había predicho. Tal vez habían visto los carruajes desde un lugar elevado y estaban al acecho o tal vez simplemente se habían topado con ellos. De cualquier manera, si los carruajes avanzaran, se encontrarían con los orcos. Tenía que luchar contra ellos aquí.

No tenía sentido transmitir esto a los otros cazadores. Con eso en mente, Mile sacó la honda de su Botín y la agarró con la mano izquierda, sacando una esfera de hierro del tamaño de una pelota de pachinko.

Es divertido pensar que estas balas se parecen tanto a las bolas que usas en el juego. ¿Tal vez haya alguna conexión? Aquí, las apuestas son algo más altas…

Reflexionando sobre esto, Mile insertó la bola de metal en la bolsa de la honda. Ella no usaba piedras, preocupada de que pudieran romperse y terminar dispersas por la gruesa carne del orco. Si alguien mordiera una roca sobre en un trozo de carne de orco, no sería agradable.

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Dado que este mundo no tenía dentistas reales, no tendrían suerte si te partieran un diente… a menos que tal vez, ¿podría restaurarse con magia curativa? ¿O volver a crecer en lugar del viejo?

De cualquier manera, Mile no tenía ganas de averiguarlo. Peor aún, ¿y si masticaras una roca? ¿Absorberías los minerales?

Sus pensamientos se volvieron cada vez más extraños, por lo que decidió dejar de pensar.

Como no estaba recogiendo animales pequeños, extendió su mano izquierda lo más que pudo y moderó su mano derecha, llevando los nanotubos de carbono a dos tercios de su máximo estiramiento.

Apunta estable…

¡Whoosh!

¡…Bang!

¡Whoosh!

¡…Bang!

¡Whoosh!

¡…Bang!

Los sonidos de disparos sonaron tres veces cada uno antes de que Mile saliera volando de las sombras, blandiendo su espada.

A medida que los orcos restantes se preguntaron cómo sus compañeros arrojaban sangre repentinamente de masivos agujeros en sus entrañas, dos cabezas de orcos más fueron expulsadas y los tres orcos restantes se volvieron locos.

En verdad, cuando Mile vio la bala volar hacia las tripas del primer orco, se dio cuenta de que había arruinado por error la mejor carne — por lo que desvió su puntería hacia las cabezas. ¿Podría ella realmente estar tan tranquila frente al peligro? Tal vez ella solo tenía comida en el cerebro…


En cualquier caso, Mile voló hacia los furiosos orcos y se lanzó entre ellos, blandiendo su espada.

¡Slash!

¡Thud! Ka-thunk!

Detrás de ella, las partes superiores de los tres orcos se separaron de las de abajo y cayeron al suelo, rezumando sangre. Ni una gota salpicó la ropa de Mile.

“T-tu…”

Al oír una voz detrás de ella, Mile se volvió para ver a los Aliento de Dragón, con la boca entreabierta, mirando con asombro a Mile, que estaba ante los cadáveres de media docena de orcos.

***

 

 

“¿Por qué fuiste por tu propia cuenta?”

Esa noche, mientras acampaban, Mile recibió un sermón de Bart.


“¡Si ves orcos, me lo informas primero! ¡Estábamos justo detrás de ti — con solo una cortina entre nosotros! ¡¿Por qué no dijiste algo antes de saltar?!”

“L-lo siento…”

“¡No quiero tus disculpas! ¡Explícate por favor!” Humillada, no tuvo más opción que decir la verdad.

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“Bueno, supongamos, Sr. Bart, que estaba en medio de un trabajo de escolta y caminara al frente de la línea, cuando de repente vio unos jóvenes jackalopes en el medio del camino.”

“V-vale”

Bart estaba un poco perplejo del porque repentinamente estaban hablando de manera hipotética, pero no quería interrumpir por lo que escuchó.

“¿Qué haría?”

“Bueno, si pudiera sacarlos del camino y… espera, ¡¿No me digas que— ?!”

“No te molestarías en hacer un escándalo y llamar a todos, ¿verdad?”

“¡¿Estás tratando de decirme que una horda de seis orcos es lo mismo para ti que algunos jackalopes bebés?! Honestamente, ¿cómo se supone que deba manejar a esta joven chica de rango C, solo hace lo que sea—?”

Alguien le dio unas palmaditas en el hombro a Bart, calmándolo.

“No estoy segura de qué realmente estás entendiendo mientras te sientas a comer chuletas de orcos que esa niña acaba de cazar sola,” dijo Vera, una de los miembros de su grupo.

Reflexivamente, Bart miró el hueso orco que estaba agarrando en su mano izquierda. Ya estaba en su tercer y su siguiente porción estaba casi lista para asar.

“Perdóname,” dijo Mile. “¡Señalé a los carruajes detrás de nosotros, pero me olvidé de las personas del carruaje en el que viajaba! Tendré más cuidado en el futuro.

El grupo se había callado y Bart decidió que era hora de retroceder.

No era que quisiera molestar a la chica. Simplemente estaba preocupado por Mile y por la importancia de mantener una fuerte cadena de mando mientras coordinaba tres partes separadas. Mile entendió esto perfectamente y su disculpa fue sincera.

“Está bien siempre y cuando entiendas. Adelante come, después de todo tu lo cazaste.”

Con el permiso de Bart, Mile comenzó a comer. Pero mientras comenzaba, el segundo en comando de Aliento de Dragón, el espadachín Callum, comenzó a preguntar.

“Hey, ¿Dónde aprendiste a blandir la espada de esa forma? ¿Cómo cortaste los orcos de manera limpia por la mitad?”

No había estado bebiendo, pero sus ojos estaban algo vidriosos.

“S-soy enana y no puedo alcanzar sus cuellos, así que solo corté sus cuerpos.”

“¡Eso no es lo que estoy preguntando! ¡Deja de actuar como si no lo supieras!” Mile se preocupó y Vera, la arquera, salió en su defensa.

“Ya, ya. No molestes a la chica. A nadie le gusta un tipo agresivo.” Callum gruñó y se apartó, negándose a mirar a Vera.

“Phew. ¡Muchas gracias, señorita Vera!”

Aliviada, Mile trató de extender su agradecimiento.

“No importa, no es la gran cosa. Igual me preguntaba — cuando llegamos ahí, ya te habías lanzado al ataque con tu espada y los primeros tres orcos ya estaban en el suelo. Esas heridas no fueron causadas por magia. ¿Qué clase de ataques usaste?”

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Uh-oh

Cuando Mile retrocedió, algo suave la golpeó en la espalda. Se dio la vuelta y empezó a sudar frío. Jeanie, la usuaria de magia, había puesto ambas manos sobre los hombros de Mile y estaba sonriendo ampliamente.

“¿Fue magia? ¿Fue algún tipo de magia?”

“¡Aaaaaahhhh!”

Tomaría un poco de tiempo antes de que Mile pudiera poner sus manos sobre la carne.

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