Spy Kyoushitsu (NL)

Volumen 2

Capitulo 4: Afecto Romántico y Asesinato

Parte 5

Básicamente era una versión reelaborada del plan previo que falló contra Klaus.

—Usa a cada persona a tu disposición sin que lo sepan.

—Olvídate de la mala intención, incluso de la buena intención. Con estos principios, ella había ideado este plan.

Una bala perfecta que no contenía mala voluntad, ni buena voluntad, incluso ni siquiera intención de matar.

“Es… imposible…”

Olivia se negaba a aceptar la realidad en frente de ella.

“… ¿Qué es imposible?”

“¡Tu disfraz… fue demasiado rápido! ¡tenías ambas manos en el aire! No deberías haber sido capaz de hacer nada. ¡No te di ni un instante para que quitaras la máscara!”

No importa que tan rápida fuera su reacción, debía al menos tardar unos diez segundos. Olivia aún recalcaba ese hecho.

“Preguntas… ¿Cómo me puse mi disfraz en esta situación?” preguntó Grete con

una voz apacible.

La boca de Olivia seguía abierta, mientras su expresión se congelaba. A juzgar por esto, debe de haber captado su malentendido.

Tenía la impresión que Grete se había disfrazado en asesina y luego disfrazado de Klaus. Subconscientemente, ella restringió su forma de pensar. Asumió que la Grete normal no usaba un disfraz.

“… No me puse un disfraz. Al contrario, me quité mi disfraz.

“¿Te quitaste tu disfraz?”

“Si te quitas la máscara, serías capaz de hacerlo en un simple segundo,

¿verdad…?”

Morderse los labios, apretar los dientes, no importaba. Usaría cualquier método necesario. Al mismo tiempo, los ojos de Olivia se abrieron. Había llegado a la misma conclusión por su cuenta.

—Esta marca extraña, cubría su rostro.

Con la segunda vez que la vio, respondió con ‘repugnante’. Incluso Uwe la llamó ‘fea’. Por no hablar de Zibia y Lily, ambas tenían unas expresiones distorsionadas por el miedo. Todos reaccionaban de una manera similar. La apariencia generaba una sensación de asco y odio, permaneciendo en sus recuerdos. Grete tomó un suspiro, y sonrió suavemente.

“—Este es mi verdadero rostro.”

Era una marca que tenía desde su nacimiento.

Cuanto más crecía más se extendía, cubriéndole el rostro. La razón por la que no podía adaptarse al mundo político en el que nació, no era por el miedo a los hombres, sino a esta marca. En un mundo donde las mujeres necesitaban tener cierto nivel de belleza, no tenía ningún lugar al que pertenecer. Su padre a menudo la regañaba por no poder sonreír. Incluso la llamaba ‘Hija repugnante’.

Fingiendo una enfermedad, nunca llevó a Grete a ninguna parte, simplemente la encerró dentro de su habitación. Su hermano mayor también la veía con odio, lo que la llevó a tener miedo de los hombres. Antes de darse cuenta, fue expulsada de la familia a un centro educativo para espías.

—Nadie la amaba.

Por un momento, Olivia dejó de moverse. Simplemente observaba el rostro de Grete, somo si el tiempo se hubiera detenido. Había ignorado el dolor. Aún se podía escuchar los gritos de Uwe desde el jardín. En esta atmosfera, Grete y Olivia se miraban la una con la otra. Finalmente, Olivia fue la primera en reaccionar.

“¡Ja-ja!”

Una sospechosa voz salió de su boca.

“¡Ajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja!” estalló a carcajadas.

Aparentemente, no le importaba si su herida se abría más. Solo sostenía su estómago, mientras se reía con todo el contenido dentro de su corazón.

“…¿Qué encuentras tan divertido en todo esto?” preguntó Grete, claramente molesta.

“No, nada más es que ahora todo tiene sentido.” Olivia se limpió las lágrimas de sus ojos. “La razón por la que eres tan sombría y pesada.”

“………”

“Tiene sentido que no te amen.” Olivia se puso de pie nuevamente. “Es por eso que—seré yo quien gane.”

Ella presionó sus dedos en la herida, y sacó la bala con una expresión de agonía. Se cortó parte de su ropa con un cuchillo, usándola como compresión en su herida.

“… ¿Planeas pelear con una herida así?”

“¿Eh? No seas patética.” Levantando la palma de su mano, Olivia sonrió. “Cometí un error. Traté de ocuparme de este problema por mí cuenta—las mujeres que son amadas siempre harán que los hombres vengan a su rescate.” En dicha palma de su mano había un broche verde de jade.

Aplastándolo con sus dedos, apareció un pequeño dispositivo redondo.

“…Un transmisor.”

“Bien, parece que Roland llegará en cuestión de segundos. Estoy tan feliz.”

La luz roja del transmisor comenzó a parpadear más rápido. Probablemente simbolizaba la distancia entre Roland y ellas.

“Hace cinco días, cuando [Kagarashi] apareció, solicité ayuda de Roland. Aunque era tu disfraz. Funcionó muy bien.”

“¡—!” Grete contuvo su respiración.

El disfraz de Klaus era para sellar el movimiento del enemigo, pero había fracasado. Grete se apresuró a sacar su arma, pero el enemigo seguía mostrando relajación.

“Oh, ¿vas a acabar conmigo? Bien, adelante. Si lo haces, enfurecerás a Roland. Te cortará en pedazos, y no sólo a ti. ¡Las personas que viven aquí en esta residencia, las personas que viven en la ciudad, sin tener en cuenta si es mujer o niño! ¡Por que! ¡Él! ¡Él me ama!”

El parpadeo del dispositivo se volvía más rápido. Grete sintió como su corazón la apretaba ante este fracaso. Su visión se nubló y oscureció. Klaus debería ir a eliminar a Shikabane, pero debido a su error, se había vuelto un obstáculo. No creía que Klaus descubriera de inmediato el movimiento de Shikabane. El asesino más fuerte venía en camino—

“…No importa.”

Lo único que impedía que su corazón se rompiera era su terquedad. Como si rezara, seguía susurrando: ‘Tal como se esperaba… todo es… como se esperaba…’ Se convirtió en algo así como una frase, un hábito suyo.

—Para ella, sólo capaz de cambiar su rostro e identidad, sólo podía vivir en el mundo de los espías.

Por eso tenía que ser más inteligente que nadie. No importaba lo que pasara, no podía desmoronarse. Si no, ¿quién se molestaría en amar a alguien como ella?

Alrededor del momento en que el parpadeo en el dispositivo llegó a brillar constantemente, Olivia gritó.

“¡Muere,  aquí  mismo!  ¡Sin  ser  amada  por  nadie,  maldita  por  tu  rostro repugnante!”

Algo vino volando desde el cielo. Olivia mostró una sonrisa brillante— “¿Eh…?”

Solo para congelarse en el acto.

—Una maleta grande aterrizó entre Grete y Olivia.

Por la razón que haya sido, vino desde el cielo. ¿Posiblemente una parte de la trama de Olivia? Sin embargo, ella estaba igual de confundida. ¿De quién, de dónde, por qué razón, apareció esta maleta? Y, el mayor misterio de todo, era que esta maleta parecía muy familiar—

“Qué compañera despreciable.”

Se dio la vuelta. En este espacio, que sólo debería haber habitado Grete y Olivia, había un solo hombre. Aparentemente, él fue el que había tirado la maleta.

“No entiendo. Podría haber alguien que no sienta nada después de ver su rostro.” El hombre continuó tranquilamente. “Todavía no puedo olvidarlo. Ese escenario en la ducha.”

En la ducha. Con estas palabras, Grete también recordó.

—El día más dichoso y maravilloso de toda su vida.

Normalmente usaba el disfraz en todo momento, tenía cuidado durante las veces que se lavaba el rostro.

Entraba en el baño con la máscara puesta, limpiando su verdadero rostro en su habitación. Sin embargo, hubo momentos en que quería ducharse sin la máscara puesta.

Y ese día, ella bajó la guardia. Usó el de aseo en lugar del amplio baño, para no ser vista por nadie. Pero eso fue contraproducente.

“En el momento en que vi su verdadero rostro, todo se conectó. Cuanta habilidad y talento tenía que adquirir para ser amada. Lo mucho que había adquirido para ser amada. Irradiando, haciéndome sentir el maravilloso corazón que poseía.”

Klaus continuó caminando, hasta que llegó al lado de Grete. “Es por eso que subconsciente murmuré en ese entonces.” Klaus se volvió hacia Grete.

“—Hermosa.”

Grete admiraba su rostro con asombro. Era el verdadero Klaus. No era un disfraz, ni su fantasía, la persona que amaba estaba justo al lado de ella. La única persona en este mundo que había elogiado su verdadero rostro.

Olivia aún estaba perpleja. Sólo podía mirar a Klaus con miedo.

“¿Dónde está Roland?” Gritó por la confusión y miedo. “¡¿Dónde está?!”

“No es necesario que entres en pánico. Está delante de ti, ¿no?” Klaus habló sin emoción.

Señaló la maleta delante de ellos.

“Aunque probablemente se convirtió en un cuadrado.”

Grete dirigió su mirada a la maleta de nuevo. Con una altura de alrededor de un metro, la anchura se mide en alrededor de 80 centímetros. Si es necesario, probablemente podrías meter a un hombre adulto ahí dentro.

“¿Oli… via…?” el gemido de un hombre salió de la maleta.

Aparentemente, Klaus lo había capturado vivo. La misión era sólo matarlo, y sin embargo logró algo aún más difícil.

“¿Por qué…?” Olivia murmuró. “¿No dijiste que estabas a la par…”

“¿A la par?” Klaus inclinó la cabeza. “Eso me recuerda, quería preguntar algo. En el momento en que me encontré con ese hombre, habló de ser mi ‘Rival’ y que yo era su ‘Enemigo destinado’, cómo si nos conociéramos desde hace mucho tiempo… ¿De qué se trataba?”

“¿A qué te refieres con…?”

“Era demasiado débil.” dijo Klaus sin ninguna vacilación.

El hombre encerrado en la maleta—Shikabane—era un hombre mucho más fuerte que Olivia y Grete, y sin embargo no era lo suficientemente fuerte para luchar contra Klaus.

“Es el tipo de persona que toma rehenes y mata sin vacilar. Teniendo en cuenta los riesgos, necesitaba algunos miembros competentes, pero eso es todo. Casi no estaba en el nivel de los más fuertes del mundo.”

Olivia perdió toda su fuerza, sacudiendo alocadamente su cabeza de izquierda a derecha. Se movió lentamente hacia la maleta.

“Es una mentira…” su voz estaba a punto de romperse. “Oye, es una mentira ¿verdad? Dime algo, Roland…”

“Oli… via…” se escuchó de nuevo la débil voz. “Sálva… me…”

“¡——!”

Dejando salir un grito imposible de convertir en palabras, Olivia se derrumbó. Su rostro era azul marino, mientras las lágrimas brotaban por sus mejillas, su cuerpo temblaba de desesperación. Ella golpeó la maleta. Tal vez para romper el cerrojo, o tal vez para culpar a la persona dentro. De cualquier manera, la maleta no se abriría sin importar lo que hiciera.

“Grete.” Habló Klaus.

“Sí… he preparado… un par apropiado.”

Sacó otra maleta, escondida en la esquina del techo.

“Este es por tu logro. ¿Qué tal si lo terminas tú misma?”

“… Quiero ver al Jefe caballeroso.”

Por esto, quería ser mimada. Sus caderas estaban a punto de desfallecer.

“No me llames Jefe.” Murmuró Klaus, mientras agarraba la maleta roja. Con los ojos fríos, se acercó a Olivia.

“Ya has matado suficiente.” Dijo dando el veredicto final. “Aunque esta es una Guerra en las Sombras, no serás perdonada por tus pecados. ¿Estás preparada para lo que viene?”

Olivia negó con su cabeza.

“No me enseñaron… nada de eso…” golpeó la maleta con su puño, diciendo

maldiciones. “Roland nunca me lo enseñó… a pesar de que me amaba…”

“Ya veo. Entiendo la razón de tu derrota.” Klaus levantó la maleta. “Ni siquiera eres un enemigo a considerar.”

Klaus giró la maleta, que se abrió como la boca de un depredador, tragando su presa. El grito de Olivia resonó una última vez, pero se retuvo dentro de la maleta, nada más de ella fue escuchado. En la azotea, una maleta negra y roja fueron dejadas. Para dos asesinos espantosos, este había sido un final muy tranquilo para su historia.