Spy Kyoushitsu (NL)

Volumen 2

Capitulo 4: Afecto Romántico y Asesinato

Parte 4

El enemigo no importaba. Porque ella tenía una promesa con Klaus.

“¿Puedo pedirle algo…?”

Justo antes de partir para la misión, Grete preguntó.

“Si logramos tener éxito con la misión, ¿podría abrazarme…?”

Klaus entrecerró las cejas. Aparentemente, pensaba con qué palabras responder. Era una expresión bastante rara de ver. Grete mostró una amable sonrisa.

“No tiene que tomárselo tan en serio. Solo quería palabras de apoyo.”

“—Bien. Lo prometo.” Anunció con una mirada sincera. “Una vez que vuelvas con vida, te abrazaré con todas mis fuerzas.”

Solo estas palabras le daban a Grete un coraje ilimitado. El temblor en sus piernas se detuvo, mientras agarraba con fuerza la pluma estilográfica, mirando al frente.

El sonido de pasos resonó. Sus pensamientos fueron fuertemente interrumpidos. Levantando la cabeza, Olivia estaba frente a ella. Sosteniendo un cuchillo en su mano, de pie en el techo.

“¿Eh? Veo, que me has estado esperando.”

Despojar de Olivia todas las armas posibles había sido la misión de Zibia.

Aunque, no quería pensar que la operación había fallado.

Olivia mostró una sonrisa tranquila.

“Asesiné a Lily y Zibia.”

Justo lo planeado. No tuvo tiempo para asegurarse.

“Si te asesino también, nadie sabrá mi secreto.”

“…Quien sabe, hay una posibilidad que ya haya informado a Uwe-san…”

“No importa. Puedo seducir a cualquier hombre que quiera. Olivia lamió sus

labios rojos.

Cambiando el agarre del cuchillo en su mano opuesta, se acercó lentamente a Grete. Controló su respiración. No había lugar para escapar.

—Es hora de poner fin a esta misión.

Klaus estaría luchando contra Shikabane y saldría victorioso. Por lo tanto, ella no podía perder.

“Muy bien.” Olivia bajó su cintura. “Es hora de una gran matanza.” “…Justo como esperaba.”

Grete metió la pluma en su pecho, y en su lugar sacó una pistola automática. Al no tener mucha fuerza física, usaría las otras armas de las chicas. Teniéndola lista, disparó de inmediato. Sin embargo, Olivia se movió un poco más rápido. Con un movimiento ágil y perspicaz, lanzó el cuchillo, ya que el cuchillo bloqueó la bala, cambiando la trayectoria. Perdiendo su objetivo, la bala voló en la oscuridad.

En respuesta al acercamiento de Olivia, Grete activó su trampa. Desde un ángulo muerto de su enemigo, una flecha salió disparada, sin emitir ningún sonido. Sin el sonido del disparo llenando sus oídos, no debería ser capaz de evitarlo.

“No puede ser.” Dijo con una voz llena de desprecio.

Olivia torció su cuerpo, evadiendo la flecha que volaba por detrás. La flecha falló, volando hacia la oscuridad de la noche. Grete gimió. El enemigo podía sentir su intención asesina. Al igual que Klaus, esta era una espía de primer nivel. Y dado que este ataque falló, lo que se vendría era un combate cuerpo a cuerpo.

Olivia estaba en frente de Grete. En respuesta, Grete cambió la forma en que sostenía el arma, usando la empuñadura como un martillo, empuñándola en la cabeza de Olivia. Sin embargo, ella fue aún más rápida y lanzó una patada al costado de Grete. Sin tiempo para levantarse, su pecho fue golpeado. Como resultado, dejó caer el arma, arrastrándose.

—Un nivel completamente diferente.

Cada uno de sus movimientos era más rápido que los de Grete. Sin importar como se moviera. Al momento que iniciaba su acción, Olivia ya había terminado la suya.

—La diferencia de habilidades era abrumadora.

El momento en que Grete levantó su cabeza, Olivia ya estaba en frente de ella, cogiéndola de su cuello. Atrapó el brazo de Olivia en un intento de quitársela de encima, pero no tenía la fuerza suficiente para hacerlo. Patearla tampoco funcionaría.

“Es inútil. Qué decepción.” Olivia restringía a Grete sin resistencia. “Estabas destinada a perder desde el principio. Sin embargo, no lo entendiste.”

“…”

“Ah, es cierto. Tu maestro nunca te enseñó nada, verdad. Pobre cosita fea.”

Olivia flexionó un poco la mano y dejó caer el cuerpo de Grete sobre el techo. Por suerte para ella, ya que estaba a punto de desmayarse por la falta de oxígeno. Ella rodó por el techo, tratando de alcanzar el arma, pero Olivia la pateó.

“Oye, eres buena con los disfraces, ¿verdad?” Ella pisó el dorso de la mano de Grete. “Dime. ¿Cómo planeabas ganar? Incluso si te pones una máscara, eso te tomaría al menos diez segundos, con ambas manos ocupadas. No importa cómo lo pienses, no estás preparada para la batalla, ¿verdad? En el momento en entras en uno contra uno pierdes. Olivia recogió el arma de Grete.

Con esto, perdía su única arma.

“Pero, no te preocupes. Soy una persona amable, así que te daré una última oportunidad.”

Olivia la apuntó con el arma.

“—Salta.”

“¿Saltar…?”

“Sí, salta del techo.”

Antes de que Grete pudiera dar una respuesta, Olivia puso el arma a Grete en el pecho. Después de eso, la empujó hacia el borde del techo. Apenas pudo evitar caerse. Frente a sus ojos había un jardín adornado con ladrillos, a más de diez metros de la ubicación actual de Grete.

“Este es el tercer piso. Si tienes suerte, no morirás.”

“¿Planeas hacer… que parezca un homicidio?”

“Simplemente encaja mejor. Voy a cargar con la culpa de haber matado a Lily y Zibia sobre ti.”

Grete sintió el arma en su espalda. Presionó justo en el lugar de su corazón. Una distancia lo suficientemente cercana como para que un disparo sea suficiente para matarla.

“Te daré a elegir. Morir de un disparo, o probar si tienes suerte al saltar.”

“Eso…”

“Levanta ambas manos y da un paso al frente. Si no lo haces, dispararé.”

Su tono la hacía sonar como si estuviera acostumbrada. Debe haber usado estas palabras innumerables veces. Si ella se resistiera, la mataría de inmediato. Podría sobrevivir si saltara desde aquí. Al enfrentar estas dos opciones, todos tomarían la segunda. Shikabane y Olivia habían continuado matando de esta manera espantosa.

“¡…!” Un pequeño gemido salió de la boca de Grete.

Se mordió el labio y levantó ambas manos. Sin intentar ningún tipo de resistencia, dio un paso hacia el borde del techo. Olivia se pegó a su espalda. Sin quitar el arma.

“Sí, eso está bien.”

Sin posibilidades de escapar. Un paso más al frente, Grete caería. Se estrellaría con el suelo, terminando como un cadáver con huesos dislocados y rotos. Aunque le dio una opción a Grete, los resultados finales serían más o menos los mismos. Incluso si Grete de alguna manera lograra salvarse mientras saltaba, agarrada al techo o algo así, Olivia podría terminar con ella con el arma.

“Bien por ti.” Dijo Olivia con una risa. “Si mueres, tu maestro te amará más que ahora. Como tu senpai, le diré cuán diligente era su sirvienta.”

Aparentemente, la muerte de Grete ya estaba escrita en piedra. Al pensar eso, sacudió su cabeza. Olivia estaba equivocada.

“…Aunque muera, no seré amada.”

Sus labios se movieron por su cuenta.

“…El jefe no tiene ningún afecto especial hacia mí. Sé muy bien eso.” “Pobre cosita fea.” Dijo Olivia con una simpática voz.

Sin embargo, Grete sacudió de nuevo su cabeza. Se equivocaba. Si salía con vida, él la abrazaría.

“Es por eso… que no puedo morir…”

Si moría, no ganaría nada. No salvaría a nadie ni nada. No habría esperanza, no habría un final feliz, no habría un paraíso, no habría nada. Tenía que ganárselo ella misma. Sin importar lo cruel que fuera la misión, sin importar lo difícil que pareciera el camino, tenía que hacerlo.

—Ella vivirá, así podrá ser amada.

“…Para que el Jefe me acepte, tengo que volver con vida.”

“Qué lástima. Morirás hoy. ¡No importa lo que hagas, no puedes ganar contra mí!” Olivia empujó el arma sobre la espalda de Grete.

Su cuerpo se vio obligado a dar un paso.

“Bien, ¡Date prisa y salta!”

Con una sensación flotante. Su cuerpo separado de la tierra firme. Y, justo después, lo que llegó a oídos de Grete—

—El sonido de un disparo.

Ella inmediatamente giró su cuerpo. La bala le rozó el hombro, ya que su ropa terminó en pedazos.

“Eh…” Olivia forzó una voz perpleja.

Su clavícula había sido perforada por una bala.

Su cuerpo cayó hacia atrás. Justo antes de que Grete estuviera a punto de caerse por el techo, extendió las manos y alcanzó el borde del techo. Había estado a punto de lanzarse a su muerte. Subiendo el techo para alcanzar una posición segura, buscó al enemigo.

La bala debe haber destrozado el hueso, que ahora estaba oprimiendo los pulmones y la garganta. La sangre salía de la boca de Olivia, mientras su cuerpo yacía casi sin vida en el techo. Ella hizo todo lo posible para evitar que la sangre se escapara de su pecho, pero no se detuvo. Fue un disparo para anular la situación.

“¿Por… qué…?”

Con su cuerpo en el suelo, Olivia murmuraba.

—Aunque puedo sentir cualquier intención asesina.

Probablemente quería pronunciar estas palabras. Era lo que aprendió luchando con Klaus. Un ataque sorpresa no debería funcionar contra un espía de primera clase. Sin intención de matar, sin mala voluntad. Por no hablar de ninguna buena voluntad, si fuera alguien como Klaus. Sin embargo, había maneras de evitarlo.

“…Justo como esperaba.” Grete miró a Olivia. “Tú eres la patética, tenía preparadas otras contramedidas, pero pensar que forzarías a tu objetivo a lanzarse del techo—el método más usado por Shikabane.” Además de esto, tomó las mismas palabras de Olivia. “—Ya veo, solo te enseñaron esto.”

“¡…!” Olivia escupió sangre. “¿Por qué… no hubo intención de matar…?”

“… Lo entenderás de inmediato.”

Junto con estas palabras, se escuchó un grito del jardín.

“¡¿Huirás de nuevo?! ¡Maldita asesina!”

Venía de Uwe. Como si algo hiciera clic en la cabeza de Olivia, miró hacia arriba con pánico. Y luego, sus ojos se abrieron de par en par.

“Por supuesto que no sentirías ninguna intención de matar… Porque esa bala estaba dirigida a mí…” Grete murmuró suavemente. “Nombre clave [Manamusume] — Pasemos este tiempo lamentándonos a carcajadas.”

Grete usó los ojos de Olivia como un espejo, confirmando su propia apariencia una vez más.

—Una marca.

Como si se aferrara a Grete. Ardiendo en un rojo sinuoso, con sólo mirarla, podría invocar una sensación de asco, rallando la conciencia. Se parecía a la vista de un demonio.

Olivia se quejó aturdida “¿Un disfraz…?”

Sus ojos hablaban por sí misma. Con la marca delante de ella, se estaba encogiendo de nuevo. Y esto estaba bien. Aquellos que la hayan visto una vez no la olvidarían nunca—ese era el objetivo de su marca. Naturalmente, Uwe debe haberla recordado de inmediato.

“La razón porque aparecí en frente por segunda vez de Uwe-san como asesina no fue para eliminarte, fue para que disparara sin dudar.”

Grete descubrió que era un tirador habilidoso con el primer y segundo ataque. Aunque el primer tiro había fallado debido a su ceguera nocturna, ahora que Zibia se había encargado de eso, el segundo disparo fue mucho más preciso. Todo lo que quedaba era guiar a Uwe. Vería a Grete con la marca, y dispararía sin vacilar. Si Grete lograba evitar eso, la bala golpearía a Olivia detrás de ella.

Se puede comparar con la aguja envenenada sin la intención de matar.