Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 16: Incluso Sin Saber la Razón de Nuestro Adiós

Capítulo 11: Algún día esta deuda se pagará con intereses

 

 

—Bueno. Esta historia se ha prolongado bastante. Ya es hora de que nos preparemos y nos pongamos manos a la obra, ¿no creen?

Mientras Hiyo hablaba, mirando a Haruhiro, tenía un paño envuelto alrededor de la mitad inferior de su rostro. Gracias a eso, era difícil distinguir su expresión. Pero estaba bastante seguro de que estaba sonriendo.

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—Bueno…  diría que estoy tan férreo como puedo…  supongo.

La luz del sol brillaba a través de un agujero en el techo justo encima de la mesa donde Haruhiro estaba acostado boca arriba. Le hacía sentirse raro.

Para empezar, estaba desnudo de la cintura para arriba.

La mesa era una que Kuzaku había encontrado en las ruinas y traído aquí. Tenía una sábana limpia encima, y ​​ahora Haruhiro estaba semidesnudo encima. No sabía cómo describir lo extraño que se sentía.

—Okay.

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Había otra mesa, o mejor dicho una silla, al lado de donde estaba parada Hiyo. La silla también tenía un una sabana blanca. Encima había un cuchillo que había sido esterilizado con agua hirviendo y un objeto que parecía un capullo de flor de unos tres centímetros de ancho.

—Entonces pongamos este show en marcha.

Hiyo agarró el cuchillo con su mano derecha, levantándolo para mirar el final de la hoja. Probó su filo con su dedo índice izquierdo.

—Nyejejejeje…

No solo estaba sonriendo, se estaba riendo a carcajadas.

Estaba queriendo decir algo pero Hiyo rápidamente retiró su dedo.

—Uuupsi. No debería tocarlo después de tomarme la molestia de desinfectarlo.

—…  Si vamos a hacer esto, ¿puedes terminar de una vez? Me estoy cansando aquí.

—¿Algunas palabras finales?

Hiyo claramente estaba disfrutando esto. No le iba a dar más satisfacción.

—No.

—¿Seguro?

Hiyo no parecía divertirse.

—Entonces, por favor, ponte de lado,.

Haruhiro hizo lo que le dijo y se dio la vuelta para que su lado derecho quedara hacia arriba. Cuando lo hizo, vio a Kuzaku junto a la pared, mirándolo con preocupación. Mary y Setora estaban cerca del lado del guerrero. Kiichi y Neal estaban fuera de las ruinas, haciendo guardia en caso de que sucediera algo.

—…  Espera —dijo Kuzaku con labios temblorosos—. No puedo…  no puedo aceptar esto, ¿sabes? ¿De verdad Haruhiro tiene que ser el que haga esto? ¿No puede alguien más? ¿Alguien como el viejo?

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El «viejo» era Neal, por supuesto.

—Nadie más lo hará —dijo Hiyo con una risa nasal—. Neal-san parece un explorador capaz, seguro. Y Hiyo también puede hacer cosas de ladrones. Sin exagerar esto y hacerlo pensar que estoy tratando de adularlo o algo así, pero Haru-kun está muy por encima de nosotros.

—…  Um, ¿podrías no llamarme Haru-kun?

Haruhiro trató de objetar, solo para ver si funcionaba.

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Haru-kun —Hiyo enfatizó deliberadamente su nombre—, es un ladrón completo, ¿saben? Oh, sí, Haru-kun lo es.

No debí haber abierto la boca. 

—Oh, un ladrón con las habilidades de Haru-kun es justo lo que necesitamos. Haru-kun es el indicado. Tiene que ser Haru-kun. Por lo tanto, haremos que Haru-kun lo haga. Está bien, estás listo ahora, ¿no es así, Haru-kun?

Antes de responder, Haruhiro miró a Kuzaku. ¿Por qué sus ojos estaban un poco empañados?

Ojalá no me mirara así. 

El ceño de Kuzaku estaba fruncido, sus labios tensos y tenía una mirada patética.

Realmente desearía que que no pusiera esa cara. 

—Al final decidí por mí mismo que haría esto. No puedo decir «confíen en mí» o algo tan testarudo como eso, pero es un poco desconcertante cuando se ven tan preocupados.

—…  Así es, ¿eh?  —Los hombros de Kuzaku se desplomaron—. Lo siento. Sé que esto es evidente, pero confío en ti. Es solo que no puedo evitar sentir que estamos cayendo en su plan y no me gusta

Hiyo se molestó e hizo girar el cuchillo.

—Lo haces sonar como si Hiyo fuera una especie de estratega malvada. Hiyo es inteligente, ¿sabes? En el fondo, es una buena persona, ¿okay?

—… ¿Una buena persona?  —murmuró Mary.

Setora suspiró.

—¿Qué tal si dejas de gastar saliva y terminas con esto de una vez?

—Oh, lo haré. No tienes que decírmelo. Ya dije que lo haría, perra.

Hiyo puso su mano izquierda en la cadera de Haruhiro. El cuchillo en su mano derecha brilló apagadamente. Posiblemente no podría hacer eso por sí solo. ¿Reflejaba la luz del sol desde el agujero en el techo?

¿Qué se supone que debo hacer en un momento como este?, se preguntó Haruhiro. ¿Era mejor mirar? ¿O debería apartar la mirada? ¿Podría cerrar los ojos hasta que terminara?

Su corazón latía como loco. Su respiración también era superficial.

Hiyo respiró hondo.

Bueno, esto es solo un sentimiento vago que tengo, pero probablemente debería mirar. 

—Aquí va.

—Adelante, cuando estés lista.

Incluso él pensó que era una respuesta incómoda. Hiyo se rió un poco, luego insertó suavemente el cuchillo en el costado derecho de Haruhiro.

Hubo un pequeño sonido cortante, pero se sintió más caliente que doloroso.

No, espera. Sí que duele. Duele. Ay. 

Haruhiro apretó los dientes.

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Ohhhh. Maldita sea, esto duele. 

Estaba sudando. Chorros. Quería dar vueltas. Pero no lo haría. Tenía que quedarse quieto.


—Voy a cortar un poco más.

Esta vez, eso fue todo lo que pudo hacer para asentir. El cuchillo de Hiyo entró por la herida y dio una sacudida. De acuerdo, tal vez ella no estaba sacudiendo el cuchillo, pero tenía que imaginarse que era muy malo.

Duele. Pero supongo que puedo soportarlo. Puedo manejar esto.

—Lo siento, será otro centímetro…  dos centímetros.

Sí, no, no lo necesitaba. No me lo expliques. No necesito el resumen, acaba con esto. Ya no me importa. Corta la piel, la carne o cualquier otra cosa que desees. 

—Estoy tratando de no dañar el músculo, ¿ves? Creo que aquí hay grasa subcutánea. Probablemente. Así que está bien, muy bien.

Como dije, no lo necesito. No tienes que decirlo. No quiero esos comentarios continuos.

—¡Ahí!

—…  ¡Guh!

—¡Whoo!

—…  ¡Ohhhh!

—¡Nyan, nyan, nyah!

—…  ¡Nnnngh!

—¡Ya casi! ¡Ya casi! ¡Ha!

—…  E-Estás haciendo esto intencionalmente, ¿verdad?

—Oh, cielos, no. Por suesto que no. Creo que te lo estás imaginando. Muy bien, casi hemos terminado. Es hora de implantar la reliquia. Mary-chan, ¿estás lista?

—Sí. En cualquier momento. Date prisa.





—¡Entonces aquí vamoooos!

Hiyo dejó el cuchillo y en su lugar recogió el objeto parecido a un capullo. Se estaba acostumbrando al dolor de haber sido abierto con un cuchillo, pero esto iba a ser otra cosa. Haruhiro apretó los dientes por adelantado y se preparó.


—¡Y va a entraaaar!

Hiyo retorció el objeto parecido a un capullo dentro de Haruhiro.

Ahí viene.

—¡Afuh…!

Haruhiro dejó escapar un extraño jadeo.

Sonaba triste, desgarrador. Como si quisiera llorar. Este era un tipo de dolor bastante desagradable.

—¡Está dentro! ¡Está dentro de él ahora! ¡Hazlo, Mary-chan!

—¡Oh, luz! ¡Que la protección divina de Lumiaris sea contigo…!

Mary se apresuró y empujó a Hiyo a un lado. Solo tenía que aguantar un poco más.

Mary. Mary-sama. 

Tenía ganas de adorarla ahora.

—¡Sacrament!

Era como un milagro. Cuando la luz cegadora lo envolvió en un instante, el dolor se desvaneció y sintió que la tensión desaparecía mientras su cuerpo se relajaba.

—¡Haru…!

Para cuando él notó que ella se acercaba, Mary prácticamente se había abalanzado sobre él.

—¿Estás bien? ¿Ya no duele? ¿Haru? ¿Cómo estás?

—…  Oh, uh, s-seguro…  estoy bien.

Hai to Gensou Volumen 16 Capítulo 11 Novela Ligera

 

—Gracias al cielo…

Sí. Vayamos con «bien» por ahora.

Haruhiro estaba tan contento como ella, pero no era bueno para ella abrazarlo así. Por un lado, estaba medio desnudo. Y, oh sí, es cierto…

—…  Te mancharás la sangre, Mary.

—Ohh.

Por un momento, Mary pareció preocupada por eso. Pero aparentemente no le importaba que su ropa se ensuciara. Agarró la esquina de la tela que cubría la mesa y la usó para comenzar a limpiar el cuerpo de Haruhiro.

—Todas las heridas se han cerrado correctamente. ¿Se siente algo mal? Ese objeto es bastante grande.

—… Realmente no. Mientras no lo toque, apenas noto que está ahí.

—De acuerdo, eso es bueno.

—¡Oigaaaan! —Hiyo los interrumpió. Su voz estaba llena de malicia. Era como si estuviera tratando de llenarlo con todas las emociones negativas posibles al mismo tiempo. No solo estaba entrecerrando los ojos, todo su rostro estaba arrugado.

—Suficiente con el coqueteo en público, ¿okay? Además, no tenemos prisa aquí. Cure hubiera sido suficiente, pero no, tenías que ir y gastar un Sacrament. ¿Estás tratando de presumir?

—¡E-Eso no es lo que yo…!

Mary se alejó lentamente de Haruhiro.

Gracias a eso, pudo recuperar el aliento. Cuando alguien del sexo opuesto estaba tan cerca de él, no era desagradable, en realidad era todo lo contrario, pero aún así dificultaba la calma. Tal vez esto variaba de persona a persona, pero incluso si se trataba de alguien del mismo género, como Kuzaku, Haruhiro tendría dificultades para relajarse cuando lo cubrieran con las manos.

Cuando Haruhiro se sentó, Kuzaku le trajo su ropa.


—¡Aquí tienes!

Míralo.

¿Por qué está sonriendo así? 

Pero si Haruhiro le decía que no le agradaba, Kuzaku volvería a deprimirse.

Sé que no quiere hacer ningún daño. Lo soportaré. No es dificil.

Antes de tomar la ropa y vestirse, Haruhiro intentó tocarse el costado derecho. El área alrededor de la reliquia estaba ligeramente hinchada, pero se sentía más irritante que doloroso. Le hacía querer sacarla lo antes posible.

—Bueno, si esto no es tan malo como parece…

Obviamente, esta idea era de Hiyo. El plan hacía uso de una reliquia, por lo que el resto de ellos nunca podrían haberlo pensado.

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Aunque, incluso si hubieran tenido la reliquia en su poder, era cuestionable si se le habría ocurrido a él. Incluso si se le hubiera pasado por la cabeza, todavía podría haber pensado: «De ninguna manera. De ninguna manera. No puedo hacer eso», y descartaría la idea por completo.

Haruhiro se vistió y se bajó de la mesa.

—Bueno, da lo mejor de ti, ¿okay?  —Hiyo le dio una palmada en el hombro. Quería golpearla, pero decidió esperar por ahora y la ignoró.

Por el momento, estaban trabajando juntos por necesidad. Esta relación no duraría para siempre.

Cuando llegara el momento, iba a hacer pagar a Hiyo.  Cuanto más los lastimara y los hiciera sufrir, más alto iba a ser el precio.

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